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Idiomas V


Spectum Crouchs
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<<Dale tiempo al tiempo Spect, si llenas un vaso de agua de golpe se rebosa y luego queda vacío por la mitad... En cambio, si lo llenas de poco a poco este llegará al máximo porque distribuye el líquido en sus partes vacías>>

 

Habló el demonio que se encontraba paseando detrás del Mortífago con gesto pensativo, algo que al Crouchs no le gustaba ya que lo ponía nervioso. Quería saber a que se refería Mattews sobre lo importante que Beltis le estaba ocultando, algo que cambiaría su vida pero luego de indagar un poco sobre el tema, cayó en razón que no era el momento de pensar en ello ya que tenía algo mas importante como preparar la clase que estaba a punto de comenzar.

 

Era el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras pero esta vez no daría la clase para la cual había sido contratado, esta vez estaba por hacerle suplencia a algún irresponsable que había abandonado el puesto. sonrió por debajo al pensar que no tenía ni idea que haría para enseñar a los alumnos que llegarían o estaban afuera esperando, algo se le ocurriría. Su demonio le leyó el pensamiento y voló hacia la entrada para luego tomar una forma terrorífica.

 

Mattews es visible solo para él, las demás personas no podían verlos. Solo a veces bajo los rayos de la lluvia se veía una segunda sombra al lado del Crouchs pero nada mas

 

<<Voy a participar, debes dejarme divertirme con estos seres Spect>>

 

El profesor lo miró desde la distancia.

 

- ¿Participar? Debes estar bromeando con esta lista de estudiantes es mejor que desaparezcas hasta que acabe la clase ya aparte de no saber como enseñarle no quiero tener que explicarle el por que tengo una segunda sombra si llega a cambiar el clima -

 

 

Idiomas

Suplente: Spectum Crouchs

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@@Mackenzie Malfoy

@

@

@

@

@@Mistify Malfoy

 

Soltó una carcajada después leer en voz alta los nombres de sus alumnos y sintió que de alguna manera la clase tomaría un rumbo interesante. Tener en la clase a todos esos nombres importantes a los cuales no conocía muy bien haciendo de suplente de profesor de conocimiento le daba ese toque interesante, Se levantó hacia la puerta del aula si eran puntuales los alumnos deberían estar allí.

 

Su vestimenta era la habitual extremadamente elegante y oscuras tal cual un Malfoy,su barba había desaparecido por completo y su rostro limpio marcaba una gran cicatriz en su ojo izquierdo el cual estaba blanco,a pesar de eso su parecido con Gatiux era impresionante. Su cabello estaba menos lila que hace unos años, recogido en media coleta la cual la otra mitad caía en su espalda, su cuero cabelludo daba la impresión que se estaba emblanqueciendo recordando mas a su padre Danyellus. Abrió la puerta del aula.

 

- Adentro... -

 

Dijo caminando hacia su escritorio. El aula estaba toda lúgubre las cortinas cubrían las ventanas y estaba alumbrada con la luz de las velas. Había decorado las paredes con diferentes cuadros, muchos de ellos mostraban personas que parecían sufrir dolor, mostrando horribles heridas y partes del cuerpo extrañamente torcidas.

 

Había un armario que se movía inquieto haciendo un suave sonido desgarrador en el lugar y en el centro del aula había una estatua de Lord Voldemort en tamaño natural con un pié en un chico con gafas, los dos se estaban apuntándose con sus varitas y mirándose a los ojos con odio la estatua parecía de un momento cobrar vida y estallar de nuevo una guerra en el medio del aula. Al chico se reconocía fácilmente por la cicatriz en forma de rayo en la frente.

 

- La decoración del aula no es la mas acertada para el conocimiento que todos vinieron a tomar... -

 

El Crouchs comenzó su discurso bajando la voz para poder atrapar toda la atención de sus alumnos.

 

- Mi nombre es Spectum Crouchs y soy el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras por eso la decoración de mi aula, ahora también tengo conocimientos en Idiomas y seré el suplente en esta clase... Voy a ser sincero con ustedes, por ahora no estoy seguro de como dar el conocimiento... -

 

Paseó la mirada vacía de su ojo blanco por cada uno de los presentes y prosiguió.

 

- En nuestra primera lección hablaremos sobre ¿Qué son los idiomas? ¿Cuántos existen? Clasificación en mágicos y muggles y una breve historia de la evolución del lenguaje. -

 

Hizo una floritura con la varita y en el aire apareció una frase en llamas que rezaba.

 

La palabra distingue al hombre de los animales y la lengua distingue a las naciones entre sí. Se sabe de dónde es un hombre sólo después que ha hablado.

 

- Esta frase la leí cuando trataba de prepararme para la clase, me gustó pero quien la dijo era un muggle así que su nombre no tiene importancia, como ninguno de ellos... Ahora bien me gustaría por los momentos saber ¿Quienes son? ¿Por que eligieron este conocimiento? y ¿Que idioma creen que es el más interesante? Para mi el Élfico antiguo es uno de los mas interesantes... -

 

 

OFF

Posdata: el que haga tocho reproba ¬¬

 

 

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Hacía ya varios días que había recobrado su asentamiento en la comunidad londinense, y a pesar de ello todavía tenía el placer de encontrar algunas cosas como "nuevas" dentro de aquella metrópolis que alojaba a una población mágica. Una de ellas era la Universidad, una institución de varios cientos de años de antigüedad que en los últimos tiempos había sabido acoger a varios magos y brujas para instruirlos en diversas ramas del conocimiento mágico. Aquel día, Nathan había escogido aprender sobre el Idioma y sus diversas presentaciones.

 

Por ese mismo motivo se presentó aquella mañana en dicha institución, le había llegado una lechuza que transmitía la fecha, horario y lugar exactos donde la clase tomaría lugar, y aquella mañana se había levantado muy temprano para llegar a tiempo. Incapaz de tolerar la impuntualidad, llegó a la puerta del salón donde había citado veinte minutos antes de la hora pactada, los cuales transcurrieron rápidamente mientras uno a uno el resto de los alumnos iba llegando al pasillo que daba al salón, cuya puerta estaba cerrada.

 

Cuando el reloj marcó las y punto, la puerta se abrió y el profesor les permitió acceder a la habitación, que estaba sumido en una oscuridad que sólo era penetrada por la luz que refulgía desde unas velas dispersas a lo largo de todo el espacio. Nathan procuró obviar toda la decoración del salón, que a decir verdad le ponía los pelos de punta y le daba una idea del tipo de mago que era su profesor quien, según él, se encontraba allí dando una suplencia.

 

Finalmente, el profesor agitó su varita y una frase muy interesante apareció en el pizarrón. La degustó por unos segundos, maravillado ante lo cierto que era. "Se sabe de dónde es un hombre sólo después de que ha hablado". Eso no solo aplicaba por los distintos idiomas, si no también dentro de un mismo idioma que podía ser hablado desde distintas acentuaciones que eran propias de cada sector geográfico. Al ver que nadie respondía las preguntas del profesor, el Weasley carraspeó y fue el primero en hablar:

 

- Buenos días. - comenzó, sin mirar al resto de sus compañeros, únicamente manteniendo la mirada fija en el docente - Mi nombre es Nathan Weasley, y elegí el conocimiento por que pienso que cada persona tiene algo para enseñar en este mundo y que, para aprender de ellos, debe existir la comunicación. El hablar muchos idiomas amplía el espectro de personas con las que uno puede comunicarse, y es por eso que me interesan tanto. - Hizo una breve pausa, meditando la última pregunta - De los idiomas muggles, el francés, de los mágicos... definitivamente el Sirenio.

 

 

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Dijo varias palabras, algunas mal sonantes, en ruso. Solo a él se le ocurría tomar aquella clase. Ya era lo suficientemente complejo para él hablar y escribir su lengua materna y además el inglés y español. ¿Sería capaz de dominar otra lengua? Con la edad que ya tenía lo vio complicado. Aprendió Ruso de forma natural, así como un niño que aprende a caminar. El inglés comprendió un proceso de aprendizaje. Fue instruido en aquel idioma durante su niñez. El español fue algo complejo. Puede hablar, lo comprende. Tiene acento, una mezcla entre ruso y británico. También aprendió a escribirlo, pero prefiere no hacerlo. ¿Qué persona normal puede aprender las reglas de tantas lenguas? Por eso dejó aquel tercer idioma en simplemente hablarlo.

 

Terminó de recoger las últimas cosas que quedaban en su aula de clases y las colocó en el cofre mágicamente ampliado. Bastó mover la varita nuevamente, dibujando en el aire una tosca floritura, para que el baúl emitiera un leve brillo justo antes de desparecer. Pasó por la inexistencia hasta volverse sólido en algún sitio muy lejos de la universidad. A salvo, protegido con hechizos que lo hacían inalcanzable a quienes no conocían su contenido exacto.

 

—¿Crees de verdad que todo esto es necesario? —preguntó.

 

Harimau caminaba a su derecha. Imponente. Níveo con rayas negras. El animal se limitó a rugir. Bastian, que había criado a aquel animal desde cachorro, tenía cierta facilidad para comprenderlo. Habilidad que se había visto incrementada con sus adquisiciones recientes en la planta de Objetos Peligrosos del Magic Mall.

 

—¿En serio quieres que aprenda a comunicarme con las sirenas? Pero si son horrendas ¿Para que querría yo algo así?

 

Otro rugido. Lo recordó. Si que era importante. ¿Cómo sino sabría los motivos por los que aquel grupo de sirenas se había apropiado generaciones atrás del lago? Hizo unas señas a su compañero felino, dando a entender que estaban frescos los motivos en su mente. Por su puesto, aquella era su única finalidad al visitar una clase que no le llamaba la atención en lo más mínimo.

 

Ingresó al aula junto a su tigre. Era un sitio que a cualquier persona normal le hubiera parecido aterrador. Para él fue simplemente ver lo que veía casi a diario. Su laboratorio de investigación estaba lleno de cosas horripilantes. Animales metidos en frascos, criaturas mucho más humanas disecadas. En fin, que poco le impresionó el adorno de la estancia.

 

Miró con desagrado a Harimau. Le había dejado algunos pelos blancos sobre su túnica roja que en ese momento estaba con los botones sueltos hasta el ombligo dejando a la vista una camiseta blanca y la vaina de la espada que descansaba sobre su espalda. Aquel día, antes de salir de su residencia, había arreglado los mechones de cabello que colgaban de un lado de su cabeza envueltos en pelaje de unicornio y plata que hacían juego con los pendientes de plata de su oreja izquierda.

 

—Spectum Crouchs, hacía mucho tiempo que no te veía. Creo que me conoces. Pero lo diré. Suelen llamarme Bastian Malfoy, aunque mi apellido paterno es Karkarov. Trabajo en el Ministerio de Magia, tengo el cargo de Warlock. Seré sincero acerca de mi motivación. Necesito información de un grupo de sirenas. ¿Qué idioma me parece más interesante? Ninguno. Todos tienen lo suyo, su historia, sus cosas diferentes y su propia esencia que los hace únicos. Por cierto. El tigre es manso, no hará nada que no le diga.

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- ¡Te he dicho que no lo encuentro! -

 

El grito de la Malfoy posiblemente se escuchó con claridad en toda la Mansión. El pájaro negro que siempre acompañaba a Mistify se revolvió inquieto en su percha, a un costado del escritorio de caoba, en la biblioteca. Estiro el cuello, demasiado largo para su cuerpo, y dió un picotazo al aire, en clara advertencia al elfo doméstico.

 

 

- Chávez piensa que el Ama no ha buscado lo suficiente y que no debería perder el tiempo en la Universidad - sentenció de todas maneras el viejo sirviente familiar. Los ojos oscuros no despegaban la vista del ave, no mucho más grande que un cuervo, que le devolvía el gesto.

 

- No sé porqué tengo que explicarte algo así - Mistify sacudió su túnica blanca y la cabellera dorada acompañó el movimiento - No tengo idea de qué idioma se trate y he perdido el acceso a la Biblioteca de Alejandría - el lamento en su tono de voz por esa pérdida, era evidente - No encuentro a Mackenzie por ningún lado para que me de un nuevo permiso y esto es una alternativa bastante loable - Apretó un cinturón dorado en torno a su cintura, a juego con el bordado en los bordes de las mangas, tan amplias que casi rozaban el suelo.

 

- Chávez podría conseguirle cualquier cosa en esa Biblioteca - el elfo parecía indignado de que no le encargara aquella tarea.

 

La bruja puso los ojos en blanco. Estaba claro que no tenía idea de los complejos encantamientos protectores con los que contaba el lugar. Era imposible que pudiera acceder sin un permiso del Ministerio de Magia.

 

- No es propio de mi Ama que realice una clase junto con... - chasqueó la lengua, intentando encontrar una palabra adecuada, pero el gesto de asco lo decía todo por él.

 

Ella suspiró. A veces era demasiado protector, aunque la mayor parte de las veces quisiera colgar su cabeza de una lanza en la punta de la Torre Negra, jamás encontraría a nadie en quien confiar como en el elfo familiar.

 

- Te quedas acá - le ordenó. El ave abrió las alas dispuesta a posarse en el hombro derecho de la Malfoy como lo hacía a menudo - Tú también, Jazil - le dijo. Los ojos rojos del animal relampaguearon de furia. - ¡Por Merlín! Es una clase de Idioma en la Universidad más segura del mundo ¡No necesito protección!

 

Antes de que alguno de sus dos bizarros acompañantes pudiera replicar lo que dijo, desapareció.

 

 

*****

 

 

Era muy puntual. Le gustaba eso de ella. Había llegado al lugar segundos antes que quien sería su instructor y prácticamente no tuvo tiempo de saludar a quienes estaban reunidos allí. Aunque no conocía a la mayoría.

 

Las cejas se enarcaron al ver quién sería. ¿Era una broma? ¿El hijo de Gatiux? No había visto muchas veces al joven mago. A veces se preguntaba si cambiaba su apariencia, sobre todo su color de pelo para hacer notorio que era hijo de su amiga. Sabía perfectamente que en ella era solo un disfraz, que el cabello de ese color y la tonalidad de sus ojos, no eran los de nacimiento y por tanto no podía trasladarlo a su progenie. ¿Acaso Spectum mutaba para parecerse aún más? No dijo nada, pero que fuera él la decepcionó y más aún al escuchar su presentación. Quizás Chávez tenía razón y no podrían ayudarla con aquel viejo papiro.

 

- Soy Mistify Malfoy - dijo con voz segura, en ese tono deslizante que utilizaban casi todos los de su familia - Tomo la clase porque me gustaría saber más acerca de los idiomas antiguos - Lo que era totalmente cierto. El movimiento constante del armario por detrás de ella llamó su atención. ¿Qué guardaba ahí? Los ojos esmeraldas se volvieron por una fracción de segundo. - No tengo preferidos, aunque algunos son más interesantes que otros debido a la magia que corre por ellos, el poder que transmite con solo leerlos, a veces sin saber lo que dicen con exactitud.

 

No había lugar donde sentarse, por lo que deslizó ambas manos por detrás de las piernas y acomodó la túnica antes de tomar asiento sobre la cabeza de la estatua que representaba a Harry Potter. Iba a ser una clase peculiar, teniendo en cuenta que hasta un tigre iba a tomarla. ¿O no?

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Siempre había pensado que tomar Idiomas en la Universidad iba a ser bastante aburrido, no se imaginaba cómo alguien pretendía enseñar todo cuanto sabía respecto a todos los idiomas que existían y esperar que al final de la clase fuesen expertos en el tema. Tauro era consciente de ello, por lo que antes de decidir formalizar su aprendizaje, había aprendido por su cuenta y eso -estaba convencida- le daría cierta ventaja sobre el resto, a menos que ellos también hubiesen hecho un poco de aprendizaje empírico.

Presentarse a la clase no era problema, la Crouchs solía llegar puntual a todo, pocas veces con mucho tiempo de antelación, pero siempre a la hora. Lo único que le preocupaba en sí era el profesor o la profesora encargada, pues de la Universidad nunca recibió ninguna notificación al respecto y si la iban a poner a limpiar como en la pasada clase de Herbología, esta vez si protestaría. Tampoco tenía idea de quiénes serían sus compañeros, si iba a ser una clase casi que en solitario o con un gran tumulto de personas; ella prefería la primera opción. Suspiró, no tenía sentido amargarse antes de tiempo.

La Crouchs intentó ir lo más cómoda posible, con su típico vestido negro y sombrero de bruja, acompañado de unas zapatillas bajas y el cabello suelto por su espalda. A pesar de no poseer información alguna sobre la persona encargada de impartir la clase, las instrucciones sobre cómo llegar al salón si las tenía y cuando se detuvo frente a la puerta indicada en la nota, se extrañó un poco al ver el nombre de «Defensa contra las Artes Oscuras» y debajo de este... Algo en su interior se removió con violencia, respiró hondo e ingresó al aula.

Varios de los aprendices ya habían llegado primero que ella, entre esos Mistify, Nathan y Bastian, era la segunda vez que coincidía con este último. Los saludó a todos con una breve sonrisa, abriendo mucho los ojos asombrada cuando vio al Wesley. ¿No estaba muerto? Bueno, tampoco es que hubiese escuchado algo al respecto, pero era muy natural en Ottery suponer que cualquier desaparición repentina de una bruja o mago se debía a su muerte o asesinato.

Pese a que escuchó las preguntas no respondió en voz alta, dando inicio a una conversación muy interesante dentro de su mente. «Lo elegí porque es tradición que los Crouchs dominen varios idiomas y por este motivo no tengo especial preferencia por ninguno, tan sólo me gusta aprender todo lo que pueda» Al darse cuenta de que ni siquiera se había presentado, decidió que aquello sería lo único que diría de momento.

— Taurogirl Crouchs —dijo para todos.

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Solo cuatro personas se habían presentado a la clase de siete que estaban prevista, entre esas personas que brillaba por su ausencia se encontraba la directora de la Universidad, el buen ejemplo era algo de admirar de ella, era lo que pensaba el mortífago que nunca dejaba que algo se le escapara. No se había fijado en todos ellos hasta que ocupó su lugar en el extremo del aula mirando a los presentes con su único ojo bueno, aunque el otro daba la impresión de que no se le escapaba nada pero era solo eso, una impresión ya que en realidad no veía absolutamente nada.

 

El primero en hablar fue Nathan un chico cabellos oscuros el cual para el Crouchs no tenía la estatura para intimidarlo ya que este era mucho mas bajo, casi a los treinta centímetros por lo cual estaba midiendo mentalmente. El apellido le hizo revolverle el estómago <<Un Weasley ¿Y se sienten orgulloso de ese apellido?>> Escuchó su respuesta con atención y luego dio el avance a Bastian el cual había llegado con una tigre, <<en realidad las personas en Ottery aveces pasaban la mala educación, traer un animal a un centro de educación ¿De seguro ningún Malfoy que yo conozca le habrían enseñado nada>>

 

- Si, nos conocemos Bastian pero a la tigre no la conozco -

 

No quiso agregar nada mas ya que había muchas personas que se ofendían cuando se le impedía algo con sus mascotas y no era el lugar para comenzar con una batalla entre mortífagos. La siguiente en tomar las palabra fue Mistify, en su expresión desde que vio aparecer a hijo de Gatiux hasta ahora no se veía convencida en que pudiera aprender algo del Mago Oscuro y hacía bien ya que yo no tenía ni la mas remota idea de como dar la clase y cada segundo que pasaba era un segundo en el que el Crouchs estaba improvisando. Se fijo en que ella miraba el armario detrás del él y con una sonrisa le mató la curiosidad.

 

- Lo que está allí dentro no creo que sabrás que es, porque no es algo para usar en esta clase... -

 

Le tocaba el turno a la Lider Mortífaga, solo dijo su nombre como si hubiese alguien que no lo supiera. Por un momento pensó en que ella seguiría y respondería las preguntas, el aula se inundó de un silencio alrededor de treinta segundo y cuando se percató de que la chica no hablaría simplemente prosiguió con la clase. Hizo un movimiento con su mano izquierda haciendo aparición de una piedra color negro granito de 112,3 cm de altura, 75,7 cm de ancho y 28,4 cm de espesor, su peso se estima aproximadamente de 760 kilogramos. Presenta tres inscripciones: la superior en jeroglíficos del antiguo Egipto, la central en escritura demótica egipcia y la inferior en griego antiguo. La superficie frontal está pulida y las inscripciones ligeramente incisas en ella, los laterales eran suavizados y la parte posterior estaba toscamente trabajada.

 

- Esto es la Piedra Rosetta o lo que unos soldados muggles Franceses encontraron en la ciudad portuaria egipcia de Rashid que en nuestro idioma significa "Rosetta" por eso es conocida como "La Piedra Rosetta" que genios son estos muggles... -

 

Hizo una mueca de asco y prosiguió

 

- O mejor dicho solo una pequeña parte de lo que encontraron ya que si alguno sabe de historia antigua, esta piedra hablaba de un decreto que se publicaba en Menfis en el año 196 A. C. hecho por el Faraón y Ministro de Magia Ptolomeo V en donde él proclamaba la unión de los magos y los muggles en una sola comunidad, después de que el Ministerio de Magia decretó el Estatus Internacional del Secreto Mágico en el año 1692 la piedra fue cortada por la parte de arriba... por eso los soldados la encontraron cortada 100 años mas tarde o mejor dicho 107 años mas tarde -

 

Hizo un movimiento con su mano destra y la piedra se alargó mostrando 5 peldaños en donde se podían ver diferentes escrituras escritura.

 

- Y esta parte de abajo -

 

Repitió el proceso en la parte señalada y la piedra se alargó dos peldaños mostrando otras escrituras diferentes en cada una de ellas.

 

- Damas y Caballeros esta es la real Piedra de Ptolomeo ya que él mismo la escribió los muggles pueden seguir llamándola como quieran, tienen ante sus ojos tienen los diez idiomas mas antiguos del mundo civilizado Sindarin de los Elfico grises, Quenya del Alto élfico, Dothraki, Parsel, Grimorio, Geroglíficos Egipcios, Demótico Antiguo, Greco Antiguo, Sirenio y Duedigozna -

 

Señalando cada peldaño de arriba hacia abajo mostrando cada uno de las diferentes escrituras. Bostezó un poco ya que en realidad la clase era un poco tediosa, sin darse cuenta de que al entrar en la materia se estaba moviendo en su terreno ya que el mago siempre quiso superar a su antepasado y decidió aprender todos los idiomas del mundo antiguo y del mundo actual superando a su abuelo en la cantidad de idiomas que hablaba. Esa oportunidad no podía perderla para aladear un poco así que lo hizo.

 

- Y debo decirle que cada uno de esos idiomas o escrituras las entiendo, como dije el conocimiento en los idiomas lo tengo por eso creo que fui el mejor en poder sustituir a la profesora ausente, debo seguir la tradición en mi familia ya que uno de mis antepasados hablaba mas de 200 idiomas entre muggles y mágicos asi que puedo decirle que existen manera mágicas de aprenderlas que con gustos podría pero para eso esperaré el final de la clase... Me estoy aburriendo creo que esperaremos un poco mas a los otros y partiremos a algún lugar en donde podamos ver algo mas sobre la materia, pero mientras tanto lean estos pergamino -

 

El mago iba a hacer volar sus pergaminos a los asientos pero se dio cuenta de que no había ya que en su clase el simplemente dueleaba con sus alumnos. Ledus Liesmas apareció en su mano izquierda e hizo una floritura haciendo aparecer 7 asientos super cómodos para que los presentes tomaran asiento.

 

- Disculpen la mala educación, ahora si pueden tomar asiento como se debe aunque ese Harry Potter debía estar disfrutando de lo lindo, yo lo haría si estuviera en su puesto -

 

Miró a la rubia directamente a los ojos por un segundo para luego entregar los pergaminos en algunas escrituras dos idiomas Italiano y Duedigozna su tarea era tratar de decir que idiomas eran y de que hablaban. La presencia de la piedra en su estado perfecto poco a poco daba el conocimiento en los idiomas, ella era la clave del saber y en este momento el cerebro de cada mago presente podía entender poco a poco esos dos idiomas y ya se darían cuenta de que estaba pasando cuando leyeran el pergamino, porque en realidad se darían cuenta de que esta en otro idioma pero los sorprendería saber que entenderían.

 

 

La lingüística histórica ha podido establecer que todas las lenguas derivan de un número mucho más reducido de familias de lenguas. Ese hecho sirve habitualmente de base para la clasificación filogenética de las lenguas del mundo.

 

Además de ese tipo de clasificación también se pueden hacer diversos tipos de clasificación tipológica, referidas al tipo de estructuras presentes en una lengua más que a su origen histórico y su parentesco con otras lenguas.

 

A lo largo de la historia el hombre ha ido perfeccionando las posibilidades expresivas de su forma de hablar. En un principio se basó en la denominación de objetos, después fue creando su propio sistema de signos. Gracias a la invención del lenguaje el hombre pudo alcanzar el grado de abstracción que caracteriza el pensamiento. Toda lengua tiene una estructura y una gramática particular.

 

 

- Hablemos de lo complicado que son y los tipos de idiomas que hay -

 

Hizo aparecer unas letras en el aire de nuevo

 

 

 

Podemos decir que son los idiomas que hablan los seres denominados humanos, sean mágicos o no mágicos.

 

Pueden subdividirse en:

 

* Lenguas muertas. Las que los muggles no hablan más pero algunas de ellas los magos sí, entre estas estan todas los idiomas mágico.

* Lenguas vivas. Las que hablan actualmente los no magos y los magos. Cuentan con hablantes nativos y, por consiguiente, están sujetas potencialmente al cambio lingüístico, a diferencia de las lenguas clásicas.

* Lenguas clásicas, que se basan en formas recogidas por una tradición anterior y que, por más que puedan tener una comunidad de hablantes o sean usadas para comunicarse, nadie las aprende como lengua materna, ni experimentan cambio lingüístico ya que todos sus hablantes tratan de reproducir una forma estandarizada preexistente sin innovar nuevas construcciones.

* Lenguajes de señas. Que hablan muggles denominados sordo mudos, que no pueden expresarse ni oír ni por voz y oído ni telepatía o legilimancia. Pueden variar de un país a otro.

* Dialectos: derivaciones del idioma que se habla en un área local más pequeña de un país o región.

* Jerga: variedad lingüística del habla (diferente de la lengua estándar y a veces incomprensible para los hablantes de esta), usada con frecuencia por distintos grupos sociales con intenciones de ocultar el verdadero significado de sus palabras, a su conveniencia y necesidad .

Normalmente, los términos usados en la jerga de grupos específicos son temporales (excepto las jergas profesionales), perdiéndose el uso poco tiempo después de ser adoptados.

* Habla: es el uso particular e individual que hace una persona de una lengua para comunicarse

 

- Me podrían decir un ejemplo de cada una... Si es que quieren como hizo la señorita Tauro claro, mientras le damos tiempos a los retrasados de llegar porque el tiempo vuela -

Editado por Spectum Crouchs

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Mistify reprimió un bostezo, pero se obligó a concentrarse en lo que el mago de cabello violeta iba diciendo. Sabía lo de la piedra y también sabía de sus facultades mágicas, casi todo el mundo mágico estaba en conocimiento de ello. Lo que la sorprendió fue que no se hubiera dado cuenta antes de esa respuesta, era demasiado fácil. A veces lo fácil resutlaba complicado, justamente por su sencillez. ¡Qué idi*** había sido!

 

 

El pergamino que apareció entre sus manos hablaban ambos de cosas aburridas. El primero databa de cierto tiempo y contenía párrafos escrito por Da Vinci, aquel mago italiano que era tan renombrado en el mundo muggle, que había querido a través de la ciencia ayudarlos en diferentes ramas. Debía admitir que era un mago con cerebro, lástima que lo había desperdiciado en ayudar a gente que no quería ser ayudada.

 

Lo dejó a un lado, sobre la base de la estatua de Voldemort y se puso de pie sin pronunciar palabra, para luego tomar asiento en las cómodas butacas que Spectum había hecho aparecer. Lo agradecía.

 

Acomodó su túnica en aquel movimiento y tomó la segunda hoja. Un texto escrito en duendigonza que hablaba acerca de la Rebelión de los Duendes, específicamente de un tal Hurg, aparentemente un duende renombrado de aquellos tiempos ¿A quién le interesaba eso?

 

Enarcó una ceja mirando al profesor que seguía con su perorata. A Mistify le dió la impresión que solo intentaba hacer tiempo.... ¿para qué, exactamente? No tenía la menor idea. Así mientras él describía la variedad de idiomas existentes, ella tomó de entre los pliegues de su túnica blanca, una hoja de papel antiguo que parecía arrancada de un libro y la desplegó con delicadeza sobre su falda.

 

 

Los extraños símbolos se movieron por sobre la hoja. La bruja de cabellera rubia entrecerró los ojos intentando captar el significado en ellos. Parecía finalmente poder leerlos, pero cuando creía que lo tenía, otra vez se le volvía a escapar. ¿Porqué? Suspiró furiosa.

 

 

- Me podrán dar un ejemplo de cada una... - oyó decir al hechicero por delante de ella, pero su mente lo hacía de lado, intentando resolver el enigma que tenía entre sus manos. Los verdes ojos de la mortífaga descendieron nuevamente al trozo de papel. "Un Alma puede encontrarse si..." leyó rápidamente por el rabillo del ojo, tal parecía que las palabras cobraban sentido si no las mirabas. ¿Pero cómo iba a leer un texto antiguo sin mirarlo? Cuando fijó su vista eran otra vez un remolino de inexplicables signos.

 

 

Dobló el papel en cuatro con un gesto de fastidio.

 

 

- Creo que todos sabemos eso - el tono de voz no era alto, ella no gritaba a menos que fuera absolutamente necesario - El dar ejemplos de idiomas y repetir sus nombres como loros no nos hace conocerlos - cerró la boca de repente. Conocer los nombres era poder. El nombre de un hombre, de un animal, si lo conocías a fondo...

 

Recordó un libro que había leído hace mucho, uno que los muggles creían que eran solo historias vulgares de magos y antiguos hechiceros. Este era de un Arcano muy poderoso, que conocía a fondo el nombre de las cosas y conocerlas le daba poder sobre ellas, de dominarlas, incluso de hacerlas desaparecer, de matarla si así lo quería, si mal no recordaba se llamaba Kvothe.

 

- ¿Nos estás diciendo acaso que conoces el nombre de cada Idioma? - preguntó.

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La clase estaba tomando el rumbo que Tauro había supuesto desde el principio. Idiomas era uno de esos conocimientos que se habría jurado cursar de último, precisamente porque le parecía algo aburrido y ahora lo comprobaba. No tenía ni la más mínima idea de lo nuevo que iba a aprender allí, pero eso no le interesaba demasiado, tan sólo quería conseguir la certificación de que había aprobado el conocimiento y ya luego se encargaría ella misma de aprender lo necesario, lo que quisiera, con personas realmente expertas en la materia y dudaba que alguno de los profesores de la Universidad estuvieran a la altura, ni siquiera los propios Directores.

A pesar de todo se esforzó por escuchar cada palabra del Mago, encontrando uno que otro dato interesante en lo que decía y el texto que les había entregado, pero aun así seguía siendo información irrelevante, ni siquiera el comentario hacia su persona la había alterado en lo más mínimo. No le quedó más remedio que aguantarse otras mil palabras, sintiendo apenas una pizca de interés cuando el Crouchs empezó a hablar sobre los tipos de lengua. Aquello sí que le interesaba, pero le tuvo que dar la razón a Misty, el saber tantos nombres no garantizaba que supieras manejar todos los idiomas. Sin poder evitarlo rió para sí misma, agradeciendo haberse sentado entre los últimos lugares donde no pudieran ver lo que hacía.

— ¿Conocerlos todos? No creo que sea posible —interrumpió Tauro — ¿Dominarlas? Mucho menos, ni los magos y brujas más poderosos de nuestros tiempos se pueden jactar de ello, por el contrario si he sabido de magos que manejan a la perfección un par de ellas, incluyendo esas de las que nadie sabe, pero bueno, no es para lo que estamos.

» Los tipos de lengua pueden variar según la región, el lugar, el continente, etc., pero entre las más conocidas de las lenguas muertas sé del Latín, el arameo medio, el griego y el egipcio clásico, contando de igual forma entre las clásicas el Latín y el Griego, al ser tan populares.

No pretendía decir un ejemplo de cada una, con aquello bastaba.

— ¿Y cómo se aprenden? ¿Existe algún truco que vaya más allá de una poción o simple hechizo para aprenderlas? Cada una debe tener su particularidad, su proceso de aprendizaje, ¿nos lo van a enseñar? La teoría es buena, particularmente me encanta, pero siempre y cuando venga acompañada de la práctica o al menos algo dinámico.

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En cuanto tuvo un poco más de tiempo para apreciar la decoración escénica que sostenía aquel salón de clases, sintió como si un chorro de agua fría se deslizase por su médula espinal. Trató de mantener la compostura, más sabía perfectamente que tipo de mago era el que tenía delante como profesor; sin embargo, su semblante se mantuvo serio e inexpresivo mientras escuchaba con algo de atención lo que el profesor tenía para decir sobre la Piedra Rosetta. No fue hasta que una de sus compañeras habló que levantó la vista del pergamino que el profesor le había tendido, y sólo tras escuchar su punto de vista se dio cuenta de lo ilógico que había sido de su parte el esperar aprender demasiado hoy.

 

El arte de los idiomas era de lo más complicada, el mismo había demorado varios años en lograr aprender los cuatro idiomas que hablaba hasta el día de la fecha, y sabía a ciencia cierta que no era ninguna tarea fácil amaestrarse en el manejo de una nueva lengua. No creía tampoco, como su compañera inquirió, que hubiese algún tipo de truco para aprender los idiomas más fácilmente, aunque si estaba de acuerdo en que era prácticamente irreal sugerir que uno tenía total manejo de más de diez o quince idiomas. Sin embargo, Nathan se había encontrado con que la mejor forma de adquirir comodidad y destreza en el manejo de una lengua era la práctica.

 

- Quizá podríamos irnos de viaje a algún lado, visitar una comunidad de gente subacuática o de duendes y tratar de aprender su dialecto. - comentó algo impaciente segundos después, viendo que la clase no llegaba a ningún puerto - Digo, quizás así podríamos hacer algo interesante más que estar esperando aquí a por gente que quizás ni vendrá.

 

Volvió su mirada a la piedra Rosetta, hoy en día considerada una piedra de valor logístico incalculable por los muggles dado que rezaba el comienzo de los lenguajes: las formas más primitivas de comunicación avanzada de los humanos estaban allí. Incluso contempló con gran admiración los escalones que contenían los trazos de los idiomas muggles; reconoció de sus épocas en el concilio y sus trabajos en conjunción con Gringotts algunos símbolos del duendigonza, más los otros idiomas eran completamente desconocidos para el Weasley.

 

Inició un incesante zapateo contra el piso tras haber tomado asiento, preguntándose cuando pondrían sus habilidades a la práctica.

Editado por Nathan Weasley

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Había llegado a la clase bastante más pronto de lo habitual. La noche anterior habían tenido un Consejo en la Universidad y se había alargado hasta la indecencia. Mackenzie estaba harta ya. Por si no fuera poco lidiar con los directores de la Universidad y sus quisquillas y tejemanejes, ahora le tocaba también vérselas con Arcanos y Uzzas, un suerte de sabios endiosados, los primeros, y de necios prepotentes, los segundos. A las cinco de la madrugada, cuando por fin dejaron de discutir unos y otros, la Viceministra decidió que no tenía sueño. Prefería dar un paseo nocturno y serenar un poco los ánimos. Además, al día siguiente debería empezar esa infausta clase de Idiomas. Era demasiado irónico para los nervios alterados de Mackenzie, después de un Consejo de la Universidad. Por su propia mano y la de su bendito padre, había firmado la Orden Ministerial zAlxx222222222-ABA que invalidaba todos los registros anteriores de conocimientos aprendidos y obligaba a cursarlos en la nueva Universidad. ¡Por las barbas de Merlin! ¡Había firmado como Viceministra su propia obligación de volver a aprender los conocimientos que le habían ayudado a llegar a ser la Viceministra de Magia! ¡Su padre estaba loco y ella también!

 

Tardó en serenarse más de lo previsto. Le hubiera gustado ponerse a gritar en medio de la noche, pero como eso hubiera sido de una mala educación extraordinaria y, ante todo y por encima de todo, ella era una Malfoy, se dirigió a la clase que, gracias a lo que aquella misma noche le habían dicho los directores, sabía que sería dada por su sobrino. Al menos, de la familia podía esperarse comprensión. ¡Ojalá la dejara dormitar toda la clase! ¡Benditos y numerosos Malfoy!

 

La encontró cerrada, pero eso no era un problema para la Viceministra de Magia. Una llave maestra, un encantamiento y.... ¡Voilá! -como dicen los franceses-. Lo primero que vio fue una estatua del Señor Tenebroso. ¡Qué poco respeto! Al menos tenía al chico gafitas, aquel famoso Harry Potter que cuando creció se convirtió en un auror insoportable del que ya nadie se acordaba, bien pillado. ¿O debería decir bien pisado? Recorrió con la mirada las estanterías, preguntándose qué guardaría su sobrino en aquella clase. ¿Habría algo interesante que leer? Repasó la estancia con calma y, de pronto, un extraño ruido la sobresaltó. ¿Qué era aquello? Giró en redondo y con la breve luz de un tímido lumus le pareció que algo se movía ligéramente, a la vez que emitía un sonido desgarrador. Luego callaba, un rato de tranquilidad, y vuelta a empezar.

 

Curiosa, Mackenzie abrió la puerta del armario y algo tiró de ella hacia dentro y la empujó con violencia al interior. La puerta se cerró de golpe. Oscuridad. Mackenzie se desmayó.

 

 

 

 

******

Le dolía horrores la cabeza. Debía de haber tenido una horrible pesadilla, porque sentía que su cuerpo temblaba y estaba frío. No se sentía nada bien, pero debía levantarse para acudir a aquella clase de Idiomas. Intentó poner un pie fuera de la cama y... ¡Demonios! ¿Dónde estoy? El corazón le comenzó a latir de forma apresurada mientras trataba de recordar los últimos instantes de la noche anterior. Estaba tan atontada que le costaba concentrarse y recordar. Unas voces llegaban hasta ella desde alguna parte.

 

- En nuestra primera lección hablaremos sobre ¿Qué son los idiomas? ¿Cuántos existen? Clasificación en mágicos y muggles y una breve historia de la evolución del lenguaje. -

 

De pronto lo recordó todo. El Consejo de la noche anterior, la llegada a la clase, su inspección nocturna y el armario... Recordaba un golpe en la cabeza y, al llevarse la mano a la sien notó un fuerte chichón y un poco de sangre seca. ¡Maldita sea! ¿Cómo iba a aparecer en la clase, salida de un armario, sin dormir, recién desmayada y con una herida en la cabeza? Debía tener unas pintas horribles. No le quedaba otro remedio, a pesar del espacio reducido, tendría que desaparecerse y volverse a aparecer debidamente aseada.

 

-Ngaurhoth -Fue la palabra que se formuló en su mente, cuando intentó la desaparición. Al escuchar, en su propia mente, las palabras que se habían formado en ella, Mackenzie dio un respingo. ¡Eso era sindarin! Intentó pronunciar otra vez el encantamiento correctamente, esta vez verbalmente. -Ngaurhoth.

 

No podía ser, debía estar conmocionada por el golpe. Lo intentó otra vez y nada. Tal vez sería mejor que se curara primero. Sus pensamientos estaban claros, quería aplicarse un episkey.

 

- Ab aladvak -¿Duendigonza? ¡Señor Tenebroso y su innombrable nombre! Repitió el mismo proceso que antes. Lo volvió a intentar mentalmente, de nuevo verbalmente, otra vez, una vez más. Nada. Sus pensamientos estaban en su sitio, pero cada vez que intentaba hablar, ya fuera verbal o mentalmente, sólo salían sonidos en otras lenguas. Lamentablemente, los hechizos que conocía en idiomas antiguos le servían poco para aquella situación. Podía incendiar la clase entera o hacerla nadar en agua helada, podía sumir a todos los presentes en un estado catatónico o conjurar inferis y espectros, pero nunca se había molestado en saber cuál era el conjuro para obligar a un armario a abrirse o para curarse una herida en duendigonza, sindarin, sirenio o grimorio. ¡Para eso siempre había tenido el inglés!

 

¡Qué vergüenza! Tendría que aparecer en la clase salida de un armario con unas pintas deplorables. Alguien estaba saludando y comentaba que le gustaba el francés y el sirenio. ¡Qué mal gusto! Aún el sirenio, pase, ¿pero el francés? Pédant française est ce qu'il est.

 

Mackenzie empujó el armario con el hombro, pero el armario resistió. El mismo sonido desgarrador que había escuchado la noche anterior se repetía ahora. Parecía venir de todas y ninguna parte, pero desde luego lo emitía aquel armario del demonio en el que se encontraba encerrada. Volvió a empujar, esta vez con más fuerza. El armario se movió inquieto y Mackenzie calló de espaldas. Pensó una maldición, pero las palabras que se formaron en su mente fueron algo así como Annon edhellen, edro hi ammen! ¡Por las barbas de Merlín! Esta vez lo que sea que fuera que le estuviera causando aquel encantamiento, ni siquiera se había molestado en traducirla. ¡Estaba insultando al armario no pidiéndole, casi por favor, que se abriera!

 

Tendría que chillar para que la oyeran.

 

- ¡Burada məni alın, bu lənətləmək gizli Nə qədər hairy var!

 

Cada vez peor. Ahora era un antiguo dialecto de asia menor. Pero nadie la había oído. Ahora era Bastian quien se presentaba y todos debían estar atendiéndole a él. ¡¿Quién iba a prestar atención a que un armario encantado hubiera decidido hacer un poco más de incomprensible ruido de lo que ya de por sí era habitual en todo buen armario encantado que se precie?!

 

Su madre había acudido a aquella clase también. Podía escuchar su voz. Probó a ver si funcionaba eso de la telepatía entre madres e hijas, pero obviamente, un buen grito a lo ¡Mamaaaaaaaaaaaa! vendría muy bien.

 

- ¡Asamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaam!

 

¡Por la bóveda de Crazy Malfoy! Ya estaba harta, tendría que romper el armario. Empezó a darle patadas y tal vez fuera el ruido o tal vez, -¡por fin!- la telepatía madre-hija, escuchó a su madre preguntar por el bendito armario.

 

 

- ¡Asamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaam!

 

 

Pues no, nada de telepatía madre-hija. ¡Malditos tópicos! Ahora Taurogirl se presentaba como si una Viceministra herida y conmocionada no estuviera gimiendo y dando patadas en el interior de un armario. Pero lo peor fue cuando escuchó a su sobrino contestar a su madre.

 

- Lo que está allí dentro no creo que sabrás que es, porque no es algo para usar en esta clase... -

 

¿Cómo? ¡Claro que no me vas a usar en esta clase! ¡Maldito hijo de...! Ah no, eso no. Era su sobrino, después de todo. Pero.... ¿qué significa eso? ¿Que no tenía previsto mirar en el armario en toda la clase? ¡Maldito hijo de....Gatiux! Sí, eso sí, era un maldito hijo de Gatiux. ¡Y de Danyellus! ¿Pero qué estaban pensando sus hermanos cuando lo trajeron al mundo?

 

- ¡Ábrete Sésamo! - ¿Y eso qué era? ¿Lenguaje infantil?

 

Daba igual, fuese el idioma que fuera el armario no estaba dispuesto a abrirse. Decidió resignarse. Dudaba que ningún registro pudiera confirmar que había estado presente en una clase de conocimientos encerrada en un armario encantado, pero no tenía otra cosa mejor que hacer que escuchar la clase. Así que se enteró de todo aquello de la Piedra Rosetta que ya sabía, pero le agradaba que los profesores prepararan las clases, por muy hijo de Gatiux que fuera éste. ¡Ten sobrinos y te sacarán los ojos!

 

Luego fue el turno de la Piedra de Ptolomeo. Interesante cuestión, aunque el profesor admitía que se aburría. ¡Genial! Si él se dormía en la clase, no quería ni pensar en que décimo sueño estarían ya sus alumnos. Lo que implicaba que el armario le seguiría tocando los pies a todo el mundo. Todo el mundo debía estar leyendo pergaminos, bien sentados en alguna cómoda silla, mientras ella tenía que estar ahí en el suelo, presa de un armario encantado. Eso sí, nadie podía decir que no estuviera practicando idiomas.

 

-A Elbereth Gilthoniel, silivren penna míriel o menel aglar elenath! Na-chaered palan-díriel o galadhremmin ennorath, Fanuilos le linnathon nef aer, sí nef aearon. - Era una antigua canción élfica, escrita en el idioma sindarin. Casi podía tararearla.

 

 

No pudo evitar sonreir al escuchar a su madre. ¿Quieres practicar idiomas, Mamá? Pues acércate al armario. Ya verás que divertido. Siguió escuchando a los demás, pero algo de lo que había dicho su madre se repetía en su mente. Era algo que podría sacarla de allí. Pero había pasado por alto sus palabras, mientras ironizaba y no les había prestado la debida atención. ¡El nombre de las cosas! ¡Claro! Todas las cosas tenían un nombre verdadero, más allá de cualquier idioma. Extrajo una piedra de arqueomagia que llevaba en el bolsillo, siempre solía llevar algún Alfa, por si acaso. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano de concentración, pero la piedra supo captar finalmente la esencia del armario y una parte inconsciente de Mackenzie la atrapó. Tocó el armario y, con toda la sumisión que no había mostrado hasta el momento, el armario se abrió.

 

Mackenzie apareció en la clase justo cuando Nathan terminaba de hablar. Su túnica verde con bordados en plata era más bien un harapo arrugado repleto de manchurrones. Sus cabellos estaban desgreñados y tenía un lado de la cara cubierto de sangre, por no mencionar el espantoso moratón que cubría su frente. Aún así, elevó la nariz y puso su sonrisa más sublime. Ahora sólo quedaba presentarse.

 

- Fy enw i yw Mackenzie Malfoy ddrwg gennym am yr oedi, ond rydw i wedi cael ychydig o ddamwain gyda cwpwrdd.

 

¿Y eso que idioma era? Iba a resultar, después de todo, que salir de un armario encantado no necesariamente significaba librarse de un mal encantamiento. Noticias en El Profeta vespertino, se temía.

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Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
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