Prueba de Oclumancia #1

[Aailyah Sauda]

Aquella prueba se estaba tornando mucho más complicada de lo que Sauda había apreciado al principio. Darla, sin embargo, se estaba desenvolviendo perfectamente y parecía saber defenderse en todo momento, aunque todavía no había estado en verdadero peligro en ningún momento. Ahora hablaba con alguien, y Sauda aprovechó el momento para intentar ver en qué estaba pensando su pupila. Sin embargo, se topó con un poderoso muro que encerraba la mente de la Potter Black perfectamente. ¿Hasta de ella se defendía? ¿Qué estaría ocurriendo en aquella prueba realmente y qué significaría para Darla?

 

Aguardó entonces observando simplemente para ver qué sucedía a continuación. Ahora llegaban más personas y comenzaban a acusar a su alumna, que se defendió con un protego y luego cerró aún más su mente. Sauda estuvo tentada de intervenir, pero aguantó. No podía hacerlo, menos cuando ella misma se moría de ganas por saber qué se cocía allí dentro. Darla estaba acorralada, por decirlo de alguna forma, y la arcana no estaba segura de cómo continuaría aquella prueba. ¿Lo conseguiría?

 

— Vamos, Darla... yo sé que puedes —murmuró, a pesar de que lo hizo vocalmente desde donde estaba y Darla no la escucharía.

[Darla G Dumbledore]

Eliécer se acercó a ella varita en mano, era el único que no era familia real, además de que ella lo había rechazado hacía ya mucho tiempo y aunque habían quedado como amigos parecía que el mago no estaba dispuesto a concederlo ni el beneficio de la duda.

--Avis --dijo Darla mientras provocaba que los pájaros levantaran vuelo y giraran sobre su cabeza, listos para descender en picado para ayudarla a defenderse de cualquier posible rayo.

--Tenemos que saberlo Darla --dijo Ginn --tenemos que saber si es verdad que nos has traicionado.

 

--Han dicho incluso que has hablado con Mistify también ¿qué es lo que ocurre sobrina --agregó Godric segundos después.

¡Qué irónico! pensaba la pelirroja para sí y volvía a susurrar un oclumens para ocultar ésto a sus tíos y a quien creía había sido su amigo. Godric sería quien en el futuro trataría con la Malfoy y ella lo haría solo para demostrarle a su abuela que el castigo de él no era justo. Los gemelos ¿o eran mellizos? como fuera los dos morenos harían la misma estupidez y ella, una vez más, los imitaría, pero jugando con fuego de una manera especial: ya ninguna de las dos líderes podría confiar en la otra.

 

--¡Nos vas a responder o me harás obligar a que te haga hablar! --sus ojos se cruzaron con los del Dumbledore que le chillaba molesto y sonrió con ironía al verlo.

 

Oh, no, claro que no lo dejaría que la obligara, ella no era una niña, era una Nigromante de la Marca Tenebrosa y aunque ese pensamiento permanecía tras la firme barrera de oclumancia que ella había levantado ante los tres individuos si era necesario les demostraría su poder.

 

Una sensación extraña le revolvió las entrañas, fue como si alguien caminara sobre su tumba. O tal vez no, era algo muy distinto, los susurros de Scarlet en su mente la alertaron. Ella había sabido siempre qué ocurría, aquello la molestó pero no dejó que en su rostro ni en sus pensamientos legibles se supiera.

 

--No he sido jamás una traidora y cada paso que doy ha sido por el bien mayor --gruñó molesta --como subcomandante de mi clan se bien lo que debo hacer cuando ninguno de ustedes se atreve a ponerse en guante que sostenga la daga de la justicia verdadera. Siempre haré lo que tenga que hacer y así lo hice ahora y así lo haré siempre, aún cuando cada uno de ustedes se vaya de mi vida --¿sería correcto anticiparles lo que cada uno de ellos haría en el futuro? Pero ¿eran ellos realmente los seres de su pasado? ¿Era este un real punto de su vida? Si había tenido lugar aquella charla, no en esas condiciones ni con esa agresividad y Darla había sido capaz de hablar pero ni entonces, ni ahora, toda la verdad sobre ella misma había salido a la luz. La habían querido usar como un títere y ella había jugado con los demás aumentando la apuesta y ganándole incluso a la reina de los traidores. Tiempo, necesitaba tiempo y acabar con aquello.

Una vez más el ataque parecía inminente y ella levantó con más fiereza la barrera del oclumens, a punto de lanzar un crucio a cada uno de los presentes. Ellos no eran su pasado real.

Editado 24 de Mayo del 2016 por Darla Potter Black

[Aailyah Sauda]

El poder que Darla había adquirido en ese tiempo, el control que ahora ejercía sobre su mente y cómo podía defenderla de los ataques que le mandaba su propia Prueba eran algo que no dejaba de asombrar a Sauda, atenta a todos los movimientos de su pupila. Se sobresaltó en algunos momentos e incluso llegó a pensar que no conseguiría salir adelante en algunos instantes. Pero Darla no dudó, y fue superando cada acometida de los que la rodeaban sin prácticamente pestañear.

 

El fin de la Prueba se acercaba, Sauda podía sentirlo. Y por eso, cuando sintió que el Anillo del Aspirante que portaba Darla se convertía en un Anillo de Habilidad, solo pudo sonreir y asentir con la cabeza para sí misma. Lo había conseguido, no podía ser de otra forma. Y ahora regresaría al salón circular donde ella había aguardado todo aquel tiempo.

 

Una vez la tuvo al lado, la arcana sonrió a la Potter Black e hizo una breve inclinación de cabeza similar a las que se hacen para saludar con respeto a alguien.

 

— Felicidades, Darla Potter Black. Ahora estás vinculada a ese anillo y si lo observas, verás que ha adoptado la apariencia según tus gustos. Nadie podrá usarlo nunca en tu lugar, solo te pertenece a ti. Desde hoy, eres una oclumante oficial y ese anillo de habilidad que portas en la mano será el que lo demuestre, además de tu poder y conocimiento sobre la materia. Ha sido un placer compartir mis enseñanzas contigo, nuestro camino se separa aquí. Usa bien tu nueva habilidad, no olvides todo lo que has aprendido conmigo —le dijo, mirándola con cariño—. Mucha suerte a partir de ahora y no olvides que estaré pendiente de ti pues tu anillo de habilidad está conectado al mío —añadió, moviendo su mano hacia adelante para mostrárselo—. Nos veremos en otra ocasión... quizás. Suerte, Darla y recuerda: protege tu mente.

 

Dicho aquello, volvió a mover la cabeza en su dirección y se dio la vuelta, alejándose del lugar.

[Darla G Dumbledore]

Un calor extraño hizo que la vampiresa desviara su mirada hacia su mano, el anillo de cristal estaba sufriendo un cambio, la pelirroja lo pudo notar al instante. Y no solo era notable en el anillo donde el grabado del símbolo de la oclumencia era ahora más marcado, el color del cristal se volvió como una tormenta en tonos verdes y azules que aparecían y desaparecían hasta formar una trenza.

 

La vampiresa levantó la cabeza y vió como si de una neblina se tratara cada uno de los presentes se iban disolviendo en ella, hasta desaparecer como si nunca hubieran existido, quedando ella en una habitación de paredes claras y brillantes. No era que hubiese una luz en el lugar, sino que era como si el mismo lugar fuera la luz, frente a ella apareció una vez más la puerta que había atravesado al llegar a la prueba. Avanzó despacio, mientras una suave brisa se sentía sin venir de ningún lado con aroma a fresias, Darla se detuvo y miró a su alrededor, una habitación vacía, sin medidas específicas, sus paredes parecían esar allí nomás pero a la vez cuando te acercabas, como ella intentó, se "alejaban" o parecían estar a la misma distancia que antes. Solo la puerta estaba cerca cuando ibas hacia ella para permitirle salir.

 

La Potter Black miró por última vez hacia atrás, de nuevo su anillo, casi igual, pero distinto y apoyó la mano sobre el picaporte de la puerta, sintió como si ésta la invitase a abrirla, y así lo hizo. De nuevo estuvo en la sala circular, donde Sauda le dio la bienvenida, se acercó a ella con una sonrisa y un dejo de timidez. La historia que podía haber vislumbrado la arcana no era una de las que más orgullosa se encontraba ella en su vida. Darla sonrió.

 

--Muchas gracias Sauda, no lo hubiera logrado sin tí --asintió con cariño al ver los anillos y acomodó el suyo, cambiándolo al dedo mayor, donde quedó más firme aún y vibró la trenza azul y verde con un dejo tornasol --nos volveremos a ver si los hilos del destino nos acercan otra vez --susurró la vampiresa inclinándose ante su sensei --gracias --repitió con respeto y humildad --le haré honor a tus enseñanzas y siempre que sea necesario la protegeré.

 

Darla asintió, viéndola alejarse y comenzó a caminar saliendo del lugar, feliz y con el convencimiento de que había sido la más larga y fructífera experiencia de su vida. Tenía que contárselo todo a su Seba, él había sido siempre y en todo momento su apoyo invisible y su fuerza para seguir adelante.