D.C.A.O - Defensa Contra las Artes Oscuras

[Edmund Browsler]

Edmund todavía no comprendía del todo por qué aquella esfera de energía eléctrica no había logrado derribar al trol de bosque. Mientras intentaba descubrir eso no observaba como Evarela se escabullía a conseguir sus varitas -pues el trol las había dejado caer cuando lo lanzó contra un árbol- y luego se acercaba hacia él para tomarlo del brazo y desaparecer de allí en un torbellino de luz.

 

Ahora se encontraban en sitio que le resultaba vagamente familiar, no podía asegurarlo, todo se encontraba en tinieblas. Evarela alzó su varita y le apuntó al cuello, alejándose de él unos pocos centímetros. El mago entornó los ojos, no fingía, estaba verdaderamente sorprendido.

 

¿Qué estaba sucediendo?

 

— Dime que es mentira —murmuró Evarela con tono extraño, una mezcla de odio y súplica.

 

¿A qué se refería? ¿Y por qué le amenazaba con la varita?

 

Browsler no pudo responder a aquellas inquietudes, ni siquiera reaccionar. Justo después de que la banshee pronunciara aquellas palabras, se desplomó en el suelo. La porra de un segundo trol del bosque había caído sobre su cabeza y la había noqueado en el acto. Sangre corría por la cabeza de Evarela y las varitas salieron volando por segunda vez. Edmund corrió y cogió ambas para perderse en la oscuridad. Por suerte, el trol no se podía esconder. Además,no eran tan inteligente como para idear alguna maligna estrategia.

 

«Confundus» pensó el mago para desorientar al trol una vez que subió a un árbol y saltaba sobre los hombros de la criatura. No cometería el mismo error dos veces. «Gladius». Aquella espada mágica legendaria se formó en u mano izquierda. Edmund envainó la espada y la clavó en el cuello del trol, decapitándolo una vez que realizara aquel corte con la hoja de la espada mágica. El cuerpo de la criatura cayó en el suelo y su cabeza se perdió a rodar colina abajo.

 

Evarela seguía inconsciente.

 

Después de desaparecer con la Black de allí y de analizar bien la situación, el mago se colgó al cuello su amuleto de curación para imponer las manos en la bruja. La curación fue efectiva. Evarela abrió los ojos y se encontró con que se encontraba en salón de DCAO de la Universidad Mágica.

 

— ¿Estás bien? —preguntó Edmund—. Te has golpeado mientras realizábamos unos hechizos de defensa acá en el salón. Nuestra profesora tuvo que irse, al parecer los directores no estaban muy contentos con sus métodos de enseñanza. —Aquella historia la había inventado de la nada, manteniendo su rostro sereno y una voz convincente—. Pero creo que de igual manera hemos aprobado el curso. —Añadió al tiempo ayudaba a Evarela a incorporarse.