Prueba - Libro de la Sangre (#3)

[Bodrik]

 

 

Dentro de la cámara la tensión aumentaba pues las cosas parecían ponerse cada vez más difíciles. No solo por la cantidad de criaturas oscuras que custodiaban las oscuras profundidades del mausoleo donde se hallaba el pequeño grupo de estudiantes, sino también, porque parecía que las mismas formaciones rocosas que componían la construcción mágica estaban comenzando a cobrar vida como si se tratase de las entrañas de un fiero animal y que este estaba comenzando a fastidiarse con la presencia de los aprendices.

Para Bodrik resultaba bastante tétrico sentir las vibraciones de las rocas y estaba segura de que en cualquier momento comenzarían a desprenderse de las paredes y el techo de la caverna y definitivamente ella no tenía intenciones de averiguar lo que podía pasar si llegara a caerle una de esas enormes rocas que se mantenían colgando del techo. Definitivamente estaba muy joven para morir apastada en el interior de un lugar tan lúgubre – Diablos, esto no me gusta ni un poco- susurró mirando para arriba en el momento en que una roca de un gran tamaño de despego del techo amenazando con aplastarla- Salvaguarda mágica – alcanzo a pensar e inmediatamente su cuerpo se volvió intangible, evitando así que la roca terminara con su vida. Pues este hechizo le permitía traspasar la materia sólida y de esta forma la roca no pudo golpearla.

Pero por si fuera poco algo dentro de ella le hizo entender que no todo estaba bien. Se había salvado de la muerte hacia un par de segundos y ahora se hallaba un poco más allá del lugar donde había caído la enorme roca de estalactita que había estado a punto de aplastarla. Un cambio en su cuerpo le había hecho entender que además un juramento de sangre se había activado dentro de ella, pues sus pensamientos habían dejado de ser únicamente los de ella, y se habían convertido en un pensamiento colectivo que le impedía realizar hechizos del tipo rayo durante un turno completo.

-Solo esto faltaba- dijo por lo bajo.

[Emily Karkarov]

Hace una mueca cuando de su boca solo brota una barbaridad en lugar de un hechizo bien hecho. Obviamente no sale nada de su varita mágica, ni intentos de cuerda, ni chispas, ni nada. Aquello le molesta un poco, pues la expectativa de tener a Goderic amarrado la ponía de buen humor. Suspira algo cansada de que la maldigan y no la dejen hacer lo que quiere. A ese punto prefería que la silencien; al menos así no podía decir nada extremadamente tonto.

 

Mira con algo de asco la sustancia viscosa que ensucia a Goderic y por un rato se arrepiente de haber lanzado el babosas, le sigue pareciendo extremadamente asqueroso, no por la sustancia de la que está hecha la babosas, sino porque sale de un lugar indeterminado de la anatomía de su contrincante. Agradece nunca haber vivido esa experiencia desagradable. Desvía la mirada a pesar de que el mago finalizó el efecto del rayo e intenta borrar esa imagen de su memoria ¿cómo podía sonreír luego de eso?

 

―Yo juro no lanzar efectos ―gracias a que había dañado a Goderic con la daga, puede hacer ese juramento, que no solo lo afectará a él, sino también a la misma Emily, que ya estaba recuperada para seguir el duelo. Tenían que demostrar que podían controlar los poderes del libro de la sangre y aquel era el que faltaba por utilizar. De cierta forma lo encontraba muy útil, a pesar de que podía resultar limitante. Le hace un guiño a su tío y pronuncia su siguiente hechizo.

 

―Incárcerus― dice por segunda vez en el duelo. Nuevamente las tres cuerdas salen disparadas de la varita mágica de Emily hacia el cuerpo de Goderic. Tendrían la misma orden que la vez anterior: Amarrar al mago por el cuello intentado asfixiarlo, a los tobillos para cumplir la función del casi siempre despreciado zancadilla y la más importante, la que iría a los brazos para no dejar que los rayos que lance tuvieran la puntería necesaria. No había notado el juramento que le impedía lanzar rayos durante ese tiempo, hecho por uno de sus profesores, a Goderic tampoco pareció importarle en su momento.

[Mia.]

El duelo debía continuar, sin embargo, no estaba del todo segura de cual sería su desenlace por el momento estaba conforme con todas sus acciones y como había logrado tomar pequeñas ventajas contra Nathan, por lo que con una media sonrisa observó como la almohada caía entre medio de los dos, de la misma manera que el juramento de sangre que les impedía realizar rayos quedaba obsoleto, por lo que su duelo podría continuar de la mejor manera posible.

 

Debía continuar con la estrategia planeada minutos antes, por lo que después de observar como el mago terminaba de curar las heridas que le había causado con la Daga del Sacrificio, apuntó en su dirección sin siquiera dudarlo y pronunció

 

—Morphos —logrando que la túnica que vestía el Weasley quedará convertida en una avispa marina que al entrar en contacto con la piel desnuda del mago le inyectó su veneno, dejándolo por ende envenenado y con la necesidad de ingerir algún antídoto o moriría.

 

Todo estaba saliendo según su plan, por lo que espero unos segundos más antes de planear su siguiente ataque, deseando causar un poco de sorpresa en su oponente, volvió a utilizar su varita mágica para soltar un

 

—Sectusempra —rayo que salió de su varita mágica en dirección al mago, pero que en el momento en que impactó en su pecho en lugar de causarle heridas profundas, únicamente le causo un pequeño ataque de risa. La Black Lestrange, había sido víctima del efecto del hechizo de maldición.

 

Sin embargo, aún llevaba ventaja contra su oponente así que podía estar totalmente tranquila.

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras se heria a si misma para obtener ventaja una herida extra apareció en su cuerpo, aquello si que era una molestia, gruño ante lo descuidada que había sido pues no lo había visto venir y ahora tenia que malgastar su tiempo en curarse. Y todo porque sus poderes de vampiro en el mundo mágico estaban sellados y no se podía regenerar como cuando salia al mundo muggle. Se escondió tras una roca y se lanzo un hechizo de curación a su mano. Después de todo ocupaba la mano para poder seguir con el duelo.

 

- episkey - dijo apuntándose al brazo que enseguida se curo dejando de sangrar, no le apetecía tentar a los cadáveres vivientes con aquel liquido vital. Enseguida se apunto hacia la siguiente herida pero al parecer ahora sabia el porque de la marca de Hades sobre ella - Maldito seas Ragnarock.

 

Ahora tendría que seguir luchando unos minutos mas perdiendo sangre y debilitándose un poco, miro a Bodrick por un hueco en la roca y de pronto la vio salir corriendo y volverse intangible, al parecer una roca había decidido bajar a saludarla personalmente. De repente un ruido proveniente de su lado de la cueva la hizo mirar hacia arriba, una estalactita había decidido lo mismo que la piedra de Bodrick y justo cuando la rubia había volteado a mirar el techo esta salio disparada a donde ella se encontraba. No tenia poderes vampiricos pero si la velocidad de uno de ellos, por lo que alcanzo a correr lo suficientemente rápido para no quedar empalada

 

-con un demonio, que se trata de morir intentando aprender los poderes del libro o que se proponen? - grito a todos y a nadie en particular. Su ropa estaba sucia y su cara y manos también, ademas uno de los cadáveres había alcanzado a jalarle un poco la pierna antes de quitarselo de encima con una patada y le había dejado suciedad putrefacta que sacudió como pudo

[Goderic Slithering]

La prohibición de lanzar rayos por fin acababa aunque su sobrina realizaba otro juramento aunque ahora le prohibía utilizar hechizos que fueren efectos. Odiaba verse restringido de aquella manera aunque era la primera vez que no podía realizar aquel tipo de hechizo. Le agradaba que su primera vez fuese con Emily ya que se encontraba bajo un ambiente seguro y podía ser una buena experiencia.

—¡Sectusempra!— dijo aprovechando de estar libre del juramento.

El rayo viajó directo al pecho de Emily para ocasionar heridas graves. Su pecho comenzó a sangrar como ya había hecho otras partes de su cuerpo, definitivamente necesitarían trasplante de sangre luego de aquel curso ya que su reserva natural poco a poco iba saliendo por diversos cortes producidos a lo largo de aquellos cortos minutos. El rojo fue el color preponderante en aquel día sin duda. Goderic esperó que un día tan sangriento como ese no se volviera a repetir nunca.

Sin embargo, Emily no fue la única en quedar en desventaja. Mientras él lanzaba el sectusempra su sobrina había decidido repetir sus cuerdas que impactaron una tras otra en todo su cuerpo. Odiaba estar amarrado como lo estaba aunque odiaba todavía más la idea de no poder librarse de las cuerdas sin terminar herido por incumplir con el juramento impuesto por su contrincante. La cuerda que más molestaba era la de su cuello y brazos. No le molestaba encontrar atados a sus pies ya que no planeaba moverse dentro de un tiempo pero si deseaba seguir apuntando a su oponente.

Preparado mentalmente para lo que vendría pensó en un Salvaguarda Mágica. Su cuerpo se volvió etéreo lo que le permitió atravesar las cuerdas ya impactadas por lo que ahora se encontraba libre. No obstante, en su brazo un corte profundo aparecía dejando nuevamente una herida por donde la poca sangre que le quedaba se escurría abandonando su cuerpo.

—Espero que tengas una poción Reabastecedora de sangre — bromeó mientras sentía un fuerte ardor en su herida.

[Sophie Elizabeth Granger]

De pronto todo se mantuvo en relativa calma, al parecer Bodrick tenia mejores cosas que hacer que intentar matarla, por lo que la rubia no iba a desaprovechar tan tremenda oportunidad para curarse las heridas. El efecto de la marca de sangre había desaparecido por fin y ya podía volver a tomar decisiones sin sentirse obligada a no hacerlo.

 

-episkey - dijo apuntándose a la herida hecha por su sobrina la cual finalmente dejo de sangrar, ahora solo tenia que asegurarse de que las piedras de la cueva no siguieran cayendo sobre ella. Apenas lo pensó y otra roca se desprendió del techo, al parecer la cueva estaba programada para no dejarlas mantenerse en calma, vaya que eran listos, sabían que alguien como ella usaría el tiempo para no luchar, pues no le gustaban estas batallas así que se habían asegurado de que estarían en constante movimiento.

 

-salvaguarda mágica- dijo invocando ese hechizo que había aprendido en su primer libro, por lo que la roca paso por su cuerpo transparente sin causar daño. En cuanto volvió a la normalidad se recargo en una de las rocas para descansar pero como siempre manteniéndose oculta de su oponente, no quería regalitos sorpresa