Estudios Muggles

[Cillian Haughton]

— Creo que esa es nuestra última llamada, Axel —soltó antes de guardar el pequeño aparato en uno de sus bolsillos, ya se sacarían fotografías más tarde.

 

Le dedicó una última mirada a su compañero y se dispuso a abordar sabiendo que él haría lo mismo unos segundos después. Nunca había subido a un autobús, no, sólo había viajado en automóvil y eso porque hasta los suyos los utilizaban de vez en cuando. Se acercó hasta la puerta y con una sonrisa se dirigió a su profesora... ¿O debería llamar chófer?

 

— Axel tiene los boletos —informó—. Supongo que nuestro lugar es justo detrás de usted, ¿no?

 

Observó el par de asientos vacíos detrás de Sagitas y esperó hasta que su compañero estuviera arriba. ¿Qué pasaría si había perdido los boletos entre todo aquel disparate? No creía posible que Sagitas los dejará ahí de buenas a primera. Axel tardaba en subir, al parecer seguía queriendo esa fotografía.

 

— ¿Vas a subir o no? —Se había acercado de nuevo a la puerta y apuraba a su compañero.

[Axel Rexdemort]

Axel sonrió y no pudo evitar reír un poco, Cillan no solo era un rompe corazones muggles, también había salido un excelente ladrón, cuando vio el teléfono celular del mesero. – Ese es un nuevo termino de “me das tu teléfono” – Axel rio divertido, esperando poder tomar la primera foto, cuando la voz de Sagitas se volvió a hacer presente.

 

El danés le sonrió a unas mujeres que lo veían y empezaron a reír, acaso Axel estaba coqueteando allí enfrente, no se quería quedar atrás de Cillan, pero cuando su compañero lo llamo a abordar, se dio cuenta que no estaba allí para socializar.

 

Axel abordo el autobús detrás de Cillan, y sonrió al chofer, al ver la cara conocida de la bruja, ella conduciría aquella máquina. Por un momento supuso que no debería ser tan peligroso, total era la maestra de estudios muggles, pero eso la acreditaba para ser chofer? Axel se bajó de hombros y entrego los billetes.

 

El autobús muggle se parecía mucho a los trenes que el usaba, pero este era más pequeño y no tenía compartimentos, así que supuso que eran inferiores.

 

- Yo quiero la ventana. – Riendo un poco más, para sentarse al lado de la misma y dejar a Cillan sentándose al lado del pasillo. Axel se estaba divirtiendo de lo lindo.

 

Fue cuando Sagitas empezó a mover el autobús, por un momento el danés se sintió nervioso al verla maniobrar con el gran volante ¿La bruja estaba completamente segura de lo que hacía? ¿Porque movía tanto aquella palanca con esa V?

 

Cuando el vehículo se estabilizo, el tatuado pudo respirar más tranquilo dando un nuevo sorbo a su bebida. – Cillan…- Bajando un poco la voz, para que la mujer no los oyera. – ¿Me prestas el teléfono? – Sonriendo ampliamente, Cillan parecía confundido pero acepto sacándolo de su bolsillo.

 

- Takk. – Axel lo tomo, y suspiro. – Que bonito. – tocando la superficie de cristal del aparato, cuando apretó sin querer un botón el que lo ilumino. – Genial, ya está prendido. – Le susurro a su cómplice el cual veía con curiosidad el aparato en las manos del danés.

Entonces esta cosa se controla deslizando los dedos, sobre este cristal, - Esos muggles son increíblemente inteligentes. – Susurró el joven, al ver que había muchas opciones dentro de aquel cuadrito.

 

- Facebook, esta dice Twitter, Instagram, Grindr, calculadora. – Leyó en voz alta para que Cillan pudiera escucharlo. – ¿Cómo saco las fotos? – Pregunto algo frustrado, cuando Cillan tomo el teléfono con sus manos y apunto un símbolo que decía “Camara” Axel solo sonrió, esperando que su compañero no se equivocara, y que Sagitas no se enterara que acababan de hurtar un teléfono muggle.

[Sagitas E. Potter Blue]

Sentía ganas de silbar. Conducir es lo que más me gusta, es una liberación y te da una autonomía... Bueno, tal vez no piensen lo mismo los muggleosos que se apartaban de delante del autobús saludándonos en una jerga coloquial muy propia de este tipo de personas. Creo que tendría que apuntarme esas palabras para estudiarlas posteriormente con más tiempo. Solté el volante y tomé una libreta y empecé a escribir los tacos:

 

-- Mer... luzo..., cond...uctor... de pa...coti...lla -- escribía lentamente porque nadie sabe lo difícil que es escribir dentro de un vehícul0 en movimiento. -- Hijo... de... ¡¡Ehhhhh!! ¡¡Ese lenguajeee!!

 

El último grito lo lancé sacando casi medio cuerpo por la ventanilla a un anciano que se había atrevido a usar esa palabrota gordota. Pero qué mal hablados era los muggles... Y todo porque había estado a punto de atropellarle... Dejé caer el boli y el cuaderno (no eran mi vuelapluma, no hubiera quedado bien que se mantuvieran flotando en el aire) y agarré de nuevo el volante, enderezando el autocar hacia el carril que tocaba y en la dirección correcta.

 

-- Señoras y Señores, bienvenidos al Tour Turístico de Las Médulas. Ahora pasaremos por el Pons Ferrata, el puente de entrada y salida en este caso de la ciudad a la que da nombre, Ponferrada. Es un antiguo puente hecho de piedra unida por hierros. ¿Se lo pueden creer? Data del siglo XII, es increíble la capacidad de construcción de los mug... humanos de aquella época medieval, el ingenio y la paciencia que tuvieron para construirlo. Tardaron 150 años. ¡150 años! ¿No os parece impresionante, chicos?

 

Bueno, sé que esta última frase sonaría rara al resto de los muggles que hacían fotos con sus móviles al puente de hierro y piedra. Pero estaba segura que mis dos alumnos estarían tan emocionados como yo, que estábamos acostumbrados a que cualquier obra, por mastodóntica que fuera, se hiciera en un día. Si hasta el Estadio de Quidditch y todos sus anexos deportivos en Ottery se hizo en apenas 18 horas de trabajo por los especialistas...

 

Arrugué el ceño. Al principio, al ver que en masa los turistas hacían las fotos con sus móviles no había prestado atención a lo que tenían mis alumnos en las manos. Juraría que... Un pitido me hizo volver los ojos a la carretera y redireccionar el bus en el carril correcto. Después miré por el retrovisor. Sí... Tenían un móvil con internete, ¡guau! ¿Se lo requisaba? Yo necesitaba uno para la Academia, aunque allá tenía uno que no funcionaba. No llegaba el Wifi a la Torre donde estaba el Aula de Estudios Muggles.

 

-- Chicos, chicos, prestar atención... Ese es un modelo de Castillo de Defensa de la época medieval. Es el Castillo de los Templarios. Para los que no sepan de historia -- le guiñé un ojo a Axel por el retrovisor, quien parecía estar mirándome en ese momento -- los Templarios fueron un cuerpo de soldados que defendían a los civiles de los ataques de malhechores. Es como...

 

Me paré a contemplar al grupo de turistas muggles que escuchaban las palabras que salían de mi boca con una "O" de admiración. Gran público, sí señor, pero no era a ellos a quien iba dirigida mi charla, así que tenía que tener cuidado con lo que decía.

 

-- Como los Buenos, como si fueran los Guerreros de la Luz, protegiendo al pueblo del ataque de los Malos, hem... Los Guerreros de las Sombras.

 

Era una metáfora algo débil de la Orden del Fénix y de los Mortífagos, pero mis alumnos eran buenos, seguro que entendían el símil usado.

 

-- Los Templarios fueron traicionados por el Rey que les protegía pues tenía miedo de su poder. Además, algunos de los malos se habían infiltrado en el entorno de su Reino, en el mismísimo palacio, que influyeron en él para acabar con los Templarios. Como si los enemigos Malos se hubieran infiltrado en el Ministerio e influyeran en las decisiones del Primer Ministro... -- espera, estamos en España. -- Del Presidente de Gobierno, quiero decir...

 

Otro símil que seguro entenderían. Cogí una curva muy cerrada y el autobús se puso durante unos segundos sobre las ruedas laterales derechas, giré a la otra curva y el autocar se puso sobre las otras. Después recuperó el equilibrio y volvió a estar sobre todas sus ruedas. Algunos viajeros protestaron por el vaivén.

 

-- Vamos, vamos, cosas peores he hecho yo en el Circo... Bueno, la carretera se hace estrecha, así que los que están al lado de la ventanilla podrán ver que estamos subiendo una gran montaña y el enorme precipicio que queda a nuestros lado, por eso las curvas se harán seguidas en este tramo. Prometo no tirarnos de cabeza por él, aunque sería una experiencia interesante. Estamos en una zona de antigüedad muy amplia, pues se han encontrado yacimientos muy antiguos de los celtas. Sí, sí, ya sé que los celtas son ingleses, pero es lo que hay. Se dice que estas montañas están encantadas por los orígenes de la magia. Hay restos de pueblos antiguos allá arriba. Se les llaman Castros, se situaban en las zonas más altas donde se refugiaban los lugareños ante los ataques enemigos, pues sus habitantes creían que eran lugares mágicos y tocaban el cielo, lugar donde los "malos" pudieran acceder. Si es verdad o mentira, no se sabe, pero con la llegada de los romanos se persiguieron a todos aquellos "magos" y se extinguieron, perdiéndose toda la magia de la zona.

 

Señalé con la mano hacia una ruina que se veía a lo lejos. Cuando algunos pasajeros gritaron, volví la vista a la carretera y esquivé un muro de la montaña, con una sonrisa. Me gustaba conducir, aquello era mejor que ir en alfombra.

 

-- Vamos, chicos, que estamos en la cuna de la magia. Se dice que la magia creció aquí, en estas montañas. Vamos, son leyendas mugg... de la zona, pero claro, nunca se sabe.

 

Mi sonrisa se amplió mucho más. Como sacerdotisa, los pelos de mis brazos se erizaban con el contacto con la magia que primoreaba en aquella zona. Pero yo había venido allá a enseñar mugglelandia, así que debía dejar de lado esa sensación tan erizante de sentir la magia de la naturaleza.

 

-- Ahora vamos a parar en la Antigua Herrería de Compludo, donde veremos una antigua herrería medieval conservada casi como en sus orígenes. Como ya no había magia, los habitantes de la zona tenían que usar la fuerza bruta y la natural para forjar armas ¡a mano! Será fascinante, os lo aseguro.

 

Levanté el freno de golpe y el autobús derrapó de lado, aparcando impecablemente en un hueco estrecho, tan estrecho que todos aseguraban que era demasiado pequeño y que se había abierto para dejarnos aparcar. Habladurías muggles, seguro. Nadie había visto que tocaba la varita que llevaba en el pelo, medio escondida por la gorra de conductor.

 

¿O sí...?

Editado 11 de Junio del 2016 por Sagitas E. Potter Blue

[Axel Rexdemort]

-¿Qué demonios? – Exclamó Axel sorprendido, el viaje estaba siendo demasiado turbulento, por no decir peligroso. - ¿Esta mujer en verdad sabe conducir? – Pensó el mago tomando con fuerza la manilla del asiento del autobús, la forma en la que conducía Sagitas, no era precisamente una forma adecuada, Axel escucho con temor los insultos muggles que provenían por afuera y los que había dentro del vehículo.

 

Se levantó lentamente y miro para atrás, esperando no caer de bruces sobre el piso, su café estaba temblando demasiado. – oh mi**…. – Se escuchó decir al danés, cuando el pequeño cuadrado blanco se le resbalo de los dedos y callo en el piso, el cual parecía demasiado pegajoso. – Mi teléfono. – Dijo preocupado, Axel estaba entendiendo la fijación de los muggles a ese tipo de aparatos y apenas tenía unos minutos con él.

 

-Circo? – Levanto la cabeza del suelo, cuando una curva movió el aparato cayendo debajo del asiento. A que se refiere con circo? – Pensó el mago, sintiendo una sensación extraña y tibia bajo su mano, donde había caído el teléfono. – Un accio sería suficiente. – Susurro por debajo, cuando escucho al chofer hablar de la magia. Fue sin aviso pero el freno de golpe hizo que los brazos del hombre cayeran contra el suelo. – Diablos. – Mirando sus manos, que demonios había tocado, era asqueroso.

 

Las personas del camión empezaron a levantarse de sus asientos, lo cual no fue una buena idea, ya que parecía que no veían al joven mago danés, un metro setenta y ocho fue ignorado por aquellos muggles que deseaban salir rápidamente del lugar, es que acaso estaban enfadados con el chofer, sería una turba molesta. Axel bajo la cabeza, no quería que lo fueran a pisar cuando sus ojos vieron el destello plateado bajo el asiento yuxtapuesto a la derecha, Cillan solo lo observaba.

 

Cuando todos bajaron del lugar, Axel se arrastró hasta el lugar. – Bingo – Alargando la mano para sacar debajo del asiento, el teléfono.

 

-¡Lo encontré! – Se levantó del suelo al darse cuenta que todos habían bajado. –No me esperaron. – Pensó el mago, caminando por el pequeño pasillo, para bajar a tierra firme, el viaje había sido algo difícil.

[Cillian Haughton]

¿Cuándo tomaría por fin esa fotografía?

Tenía una teoría y casi podía jurar que esa pequeña cámara dentro de la pantalla servía exactamente para su cometido. Sí, había tenido un celular antes pero nunca se había preocupado por encenderlo siquiera; era Brittany quien se encargaba de todo aquello. No alcanzó al pulsar sobre la imagen cuando su amigo ya lo tenía de vuelta.

-- Venga ya, creo que alguien se ha obsesionado --murmuró un tanto molesto, ya que había sido él quién lo había conseguido.

El autobús comenzó a moverse y al parecer Axel estaba un poco inquieto ya que apenas un par de minutos después ya se encontraba de pie. La voz de Sagitas comenzó a rellenar de nuevo el ambiente y aunque intentaba prestar atención a todo aquello, no le era posible. Por lo menos en su opinión todo aquello le parecía un poco aburrido.

Reclinó su cabeza hacia un lado y se dejó llevar por arrullar por el camino, intentando no perder el hilo de las palabras de quien los dirigía ya que quizá le seria útil más adelante. Y entonces, una sacudida y después otra, Axel había perdido el celular y aunque intentó ayudarle a conseguirlo de vuelta, fue él mismo quien lo consiguió de vuelta. Sagitas seguía inmersa en sus palabras.

-- Espero que no lo hayas roto --le soltó a su compañero justo en el momento en que el autobús se detenía.

No iba a aceptar que había disfrutado del viaje, no. Nunca había viajado en un transporte como aquel y estaba casi seguro de que Sagitas no era la mejor conduciéndolo aunque en realidad no podía punto de comparación alguna. Esperó hasta que todos los turistas estuvieran abajo y fue entonces cuando abandonó su asiento.

Durante el viaje no había pensado en algo más que en la palabra Grindr, ¿qué sería eso? Por lo menos para él era la única razón por la que esperaba que el celular no estuviera roto. Se detuvo junto a Sagitas antes de bajar y sin mucho esfuerzo le dedicó una pequeña sonrisa.

-- Y bueno, lo de antes ha sido interesante --comenzó, aunque sabia bien que estaba mintiendo--, pero ¿Qué sacamos en claro de todo eso para la clase? Aparte de que los muggles son increíblemente lentos, no he captado nada más.

No esperó una respuesta, seguro que ya se la daría más tarde. Siguió su camino para encontrarse con Axel y apenas tenerle de frente le quitó el celular de las manos. Era hora de conseguir un par de fotos pero primero, lo primero. Con un avancé un tanto torpe logró hacerlo funcionar y sin saber como lo habia hecho, la imagen había cambiado.

Ahora el pequeño aparato mostraba diversas fotografías sobre un fondo negro en algunas partes y en otro amarillo. Algo llamó su atención apenas verlo.

-- Axel, ¿por qué tu fotografía esta junto a todas estás? --Inquirió un tanto confuso.

Un chico completamente idéntico al danés estaba en línea en aquel momento en la aplicación.

[Sagitas E. Potter Blue]

Sagitas se dio cuenta enseguida que todos los pasajeros muggles se habían bajado del bus, espectacularmente aparcado en el sitio correcto, y que se dispersaban para hacer fotos. Se levantó, estiró el pantalón y se colocó un poco mejor la gorra de conductor(a) con una sonrisa en la boca. Los dos alumnos estaban allá, parecían algo blancos, eran los últimos en bajar del medio de transporte.

 

-- ¡Ay va! Hombre, Sr. Ryddleturn, no me diga eso. Pero si el mejor método de enseñanza de los muggleosos es convivir con ellos y hacer lo que ellos hacen -- le contesté a su pregunta. Sin embargo, él ya bajaba del bus y seguramente no me oyó. Bufé un poco mientras les seguía, aunque antes me cercioré que el verdadero conductor estuviera bien sentado y durmiendo para cuando llegáramos a destino.

 

Corrí tras ellos, más interesados en la tecnología actual de los móviles y sus dispositivos incorporados que en mis palabras.

 

-- ¡Venga ya...! ¿Esta es la conclusión que vais a sacar de la clase? ¿Qué los muggles son lentos? ¡Son ingeniosos! Vamos, decirme, sin una escoba o sin alfombra colectiva, a ver como se podrían haber trasladado de una zona a otra. Decir que son lentos es una forma prepotente de dar importancia a la magia y desprestigiar su inventiva. Es algo que tenemos que aprender e intento que mis alumnos comprendan: humildad. Sin Magia, nosotros seríamos peor que ellos, estar seguros. A ver si seríais capaces de sobrevivir una semana, ¿Qué digo una semana? ¡Un día! No seríais capaces de sobrevivir un día sin hacer magia, porque lo lleváis en la sangre y en vuestras acciones cotidianas.

 

No quería mostrarme dura. Todos en el pueblo sabían que yo era una apasionada del mundo muggle y que alababa su supervivencia sin magia. Yo era de las que creía que los magos éramos sencillamente afortunados pero que deberíamos aprender más de los muggles.

 

-- ¿Tampoco has entendido mi diatriba sobre el origen de la magia en los inicios de la humanidad? Este es un lugar mágico y mira, nadie lo nota. Espero que, al menos, vosotros sintáis la magia natural de esta montaña. Los muggles no la sienten, pero eso es algo normal. Lo importante de esta clase es que sepáis estar con ellos sin que se os note que no pertenecéis a este mundillo; que sepáis ser capaces de camuflaros y sobrevivir sin llamar la atención.

 

Moví la cabeza en un tono negativo, algo frustrada. La juventud de hoy en día sólo valoraba lo rápido, lo "ya" y lo instantáneo. No sabían de calma, de tranquilidad ni de paciencia.

 

-- A ver, ¿os gusta ese juguetito que tenéis entre las manos? Es un ejemplo de ingenio humanos muggle. Esto es maravilloso, comparado con nuestras viejas cámaras con fotos en movimiento. Los magos somos sempiternos, nos acostumbramos a algo que funciona y no lo mejoramos, sencillamente permanecemos anclados en nuestro pasado. ¿Sabíais que los móviles como el que tenéis en la mano tienen una vida material inferior a los tres meses en cuanto a tecnología? Los muggles son vivos, avispados, tienen siempre mejorías a todo lo que hacen y lo desarrollan a base de ingenio, sin magia... Nuestras cámaras se consiguieron en el siglo XIX y apenas hemos variado su diseño.

 

Sonreí mientras les indicaba el acceso a la Fragua medieval que íbamos a visitar, donde ya se agolpaban los otros compañeros de viaje.

 

-- Aunque también he de reconocer que hay muchos squibs y hechiceros camuflados que ayudan un poco en algunas áreas. Sillicon Valley está lleno de magos jugueteando con computadoras.

 

Entré en la puerta de madera que daba acceso a la montaña donde se conservaba la herrería más antigua de España, donde se combinaba la magia de la naturaleza con la inteligencia humana. Sonreí esperando que todos se juntaran para dar más explicaciones.

[Cillian Haughton]

No obtuvo una respuesta de Axel, por lo menos no de momento, ya que apenas terminar la pregunta Sagitas apareció en escena. La primera respuesta de Cillian fue dar un paso atrás, ¿no iba a reprenderlos por el celular, no? Estaban aprendiendo algo sobre los muggles Aunque no fuera exactamente lo que la bruja buscaba.

¿Humildad? Negó, él podía ser muchas cosas pero sencillamente humilde no era. Pero aún así, su comentario sobre la lentitud no lo había hecho con la intención que Sagitas quería darle. No, de alguna u otra forma apreciaba a los muggles, nunca había tenido nada en su contra.

Trató de responder a la pregunta pero no logró más que balbucear un par de sonidos inentendibles, ella tenía razón. Sin magia no podía hacer mucho en aquel mundo, pero siendo como era sabía que tenía una opción en aquel mundo, una opción que era mejor no mencionar porque no era algo bien visto ni por los muggles ni por los suyos.

Ocultó el celular entre sus ropas apenas Sagitas lo sacó a flote, no quería perderlo.

-- Lo siento --murmuró un tanto apenado mientras se ponía en marcha.

¿Qué sería lo siguiente? Lo único que tenía en claro era que debía evitar que se le fuera la boca con ciertas opiniones.

-- ¿Cree usted que algún día los nuestros decidan avanzar del modo en que los muggles lo hacen? --De lo anterior aquello era el tema que más quería tocar así que se había acercado a una distancia lo más prudente a Sagitas para soltar la pregunta--. Creo que lograríamos cosas increíbles.

>> Esos magos, esos que dice de Sillicon, ellos podrían ser pioneros en todo eso.

[Sagitas E. Potter Blue]

La pregunta de mi alumno me dio que pensar. Así que fruncí un poco el ceño y busqué cual sería la respuesta más apropiada. No, no era fácil decidir sobre lo que los magos podíamos o no hacer, imitando a los muggles.

 

-- Pues... Yo creo que no, la verdad... La muggles buscan una estética casi siempre por encima de la funcionalidad. Para los magos, la funcionalidad y lo práctico es más que suficiente. Supongo que por eso no hemos modificado la forma de las cámaras de fotos en movimiento y por eso los muggles tienen móviles con cámaras incorporadas...

 

Fue el desarrollo de una meditación, más que una respuesta al muchacho. Después sonreí y me volví a poner bien la gorra, que se había vuelto a ladear.

 

-- Además, no creo que los magos imiten para nada a los muggles. Por regla general, suelen menospreciarlos y, como mínimo, ignorarlos. Pocos somos los que nos atrevemos a estudiarlos y comprobar que, en cierta manera, no son tan diferentes a nosotros. De todas maneras, algunos grandes magos han sabido incorporar el conocimiento intuitivo de los muggles en el estudios de las artes mágicas. Es que, como os dije antes, no debemos olvidar que nuestros orígenes en el mundo son los mismos. Es el resultado final lo que nos diferencia.

 

Supongo que esta parte no les quedaría clara, así que decidí ponerles ejemplos:

 

-- Nosotros tenemos los Lumus y Nox para dar luz y oscuridad a nuestros aposentos. Ellos tienen interruptores On/OFF que ponen y quitan la luz a la habitación. Estoy segura que si pensáis un poco se os ocurren más hechizos que se pueden comparar con los logros mugles. Otro ejemplo, las escaleras mecánicas y rampas y nuestro Glisseo, para facilitar el ascenso o descenso de una altura pronunciada. Y hay más, venga, venga, ¿quién se atreve a poner más ejemplos?

[Axel Rexdemort]

Axel miro el lugar con una enorme sonrisa en los labios, era un viaje que no olvidaría pronto, levanto la nariz intentando captar el aroma del campo, pero solo podía oler un extraño aroma de corcho quemado, el cual provenía de las llantas de aquel autobús, cuando Cillan le arrebato el aparato. – Genial. – Replico bajándose de hombros, toda una travesía y aun no podía sacar una selfie decente. El hombre suspiro.

 

El tatuado caminó lentamente para colocarse al lado de una pareja muggle, mientras Axel inspeccionaba la cámara fotográfica, le parecía algo tan extraño y fascinante, por algo tenia debilidad por los aparatos muggles, le encantaba lo complejo que podían llegar a ser, y aquella rama conocida como electrónica, lo asombraba de sobremanera.

 

El danés sonrió colocándose detrás de aquella pareja mientras tomaba una foto, un invitado no deseado en aquella foto, pero el joven se sentía complacido. Cuando noto a Cillan y a Sagitas algo apartados de la gente, el joven solo volvió a sonreír y camino hacia ellos.

 

No son lentos.- Entrometiéndose en la conversación. – Como coleccionista de arte muggle, puedo decir que sus trabajos son increíbles, el hecho de controlar fenómenos sin ninguna habilidad mágica. – Ek Rexdemort suspiro mirando a los hombres y mujeres que los acompañaban, para volver a ver el autobús que sestaba a sus espaldas. – A mí me encanta su cultura, sus habilidades y su propia magia. – Cuando escucho la pregunta de la chofer.

 

El muchacho levanto la ceja, y coloco su mano sobre su barbilla. Ellos tienen avances increíbles, medicina, tecnología, filosofía…. No se me ocurre otro ejemplo.- Axel término riendo un poco, estaba emocionado.

[Cillian Haughton]

Tenía razón, sin duda la tenía.

 

— Entiendo, entiendo... Y nada, sobre los ejemplos, supongo que hay muchos. No, no supongo, porque los hay, lo sé. —Intentó recordar un poco sobre esos días en los que había pasado el tiempo pretendiendo ser otro—. Y no terminaríamos de enlistarlos todos.

 

Axel se había unido a ellos de un momento a otro y Cillian le dedicó una pequeña sonrisa. Tenía un par de ejemplos para dar a su profesora pero no le apetecía mencionarlos, ya que era tal y como su compañero había mencionado en sus últimas palabras. Los muggles habían tenido que desarrollarse en distintas ramas para poder obtener lo que los suyos conseguían con un simple movimiento de varita.

 

Y tenía que aceptarlo, aunque mucho no le interesara todo aquello, en algunos aspectos los muggles lo hacían mejor que ellos ya que habían conseguido mucho con tan poco. Casi habían llegado hasta su destino cuando decidió detenerse, no le apetecía seguir a los turistas que parecían tan entusiasmados con todo a su alrededor que en algún punto hasta parecía fingido.

 

— Entonces estamos bien como estamos cada cuál por su propio camino—¿o no? ¿Existiría alguna vez la posibilidad de que muggles y magos fueran una misma sociedad?—. ¿Debemos entrar? —Se dirigía a Sagitas, claro—. Me apetece más estar un poco apartado del grupo.

 

Seguro que aquello no era algo que los muggles verían mal.