Pociones VIII

[Valentina Ricci Yaxley]

La profesora escuchó interesada las palabras del rubio. Parecía ser un alumno bien dispuesto al aprendizaje y de espíritu curioso. Eso le resultaba bastante interesante, ya que de todos es sabido que muchos jóvenes van a la universidad simplemente porque sus padres pueden pagarla y aprovechan la duración de los cursos para vaguear por el campus. Tal vez la madurez adquirida con la paternidad o su igualmente pertenencia al claustro de profesores era lo que lo conducía a querer exprimir todo el conocimiento posible y ofertado entre esas cuatro paredes.

Poco a poco, fue describiendo las propiedades de los ingredientes mencionados anteriormente. No le gustaba poner a prueba a alguien que supiera que no iba a saber responder acertada o casi acertadamente una de las preguntas, pero sabía que el muchacho saldría airoso del paso.

—Efectivamente, buscamos la tranquilidad mental —confirmó las palabras de su alumno—. Se dice, además, que tienen una conexión con el centro de la Tierra, y que por ello poseen la capacidad de obtener de sus raíces los conocimientos acerca de lo sagrado y mágico de la vida y la naturaleza. Incluso los colores son importantes a la hora de elegirlos, pues afectan a diferentes chakras. Estas teorías fueron desveladas en Egipto, cuna de la civilización, así que no os estoy contando nada nuevo —rió.

—Los armadillos son unos animales que bien poco han evolucionado genéticamente, a diferencia de otros mamíferos. Por eso, consideramos que sus organismos son más puros, conservando así ciertas propiedades que otras especies han ido perdiendo con el paso del tiempo. Y del jengibre pues qué mas decir. Incluso en la comunidad muggle son conocidas estas propiedades, comerciándose bastante con él, sobretodo en infusiones. Son muy dados ellos a intentar solucionar sus dolores con las infusiones —divagó un poco en su mente—, pero seguro que la profesora Sagitas sabe más al respecto que yo. Y para las más presumidas, se dice que es muy bueno para la piel —miró de reojo a la única alumna que tenía.

Mientras hacía pequeñas aportaciones a las ya correctas contestaciones del Tonks, la mujer pelirroja se iba acercando al caldero para observar que todos los pasos que el muchacho llevaba a cabo eran los correctos. Efectivamente, los ingredientes estaban bien cortados, en sus proporciones idóneas y a la temperatura recomendada. Era una poción que no necesitaba de demasiado tiempo, sin incluir, claro está, el tiempo de reposo necesario antes de llevar a cabo su ingesta.

Se permitió la licencia de sujetar con su mano izquierda el frasco que se encontraba en el asiento de Ishaya, comprado en el Mall, para compararlo con el nuevo líquido preparado en aquel momento, sujeto con la derecha.

—Verdaderamente, parecen tener tanto la misma textura como el color ligeramente amoratado. No es de las más complicadas, ni de las más fáciles. El truco está en ser lo suficientemente preciso tanto con las cantidades como con la calidad de la materia prima y el uso del calor. Pero sí, mejor esperar hasta mañana para comprobar sus efectos si no queremos tener un accidente —bromeó—. Cualquiera diría que no le diste un pequeño sorbo a tu frasco antes de entrar.

Justo terminó el primer alumno para concentrarse con Niko, el hijo que miraba bien interesado los pasos que daba su progenitor, como queriendo seguir su ejemplo. El Warlock se decantó por un brebaje que contenía un mayor número de ingredientes: el Filtro de los Muertos en Vida, estudiado en el sexto curso de Hogwarts, era una de las pociones favoritas de la Haughton.

—Dicen que sus primeros registros son de la Edad Media, cuando unos escritos de un mago o bruja anónimo narró la historia de una joven muchacha, hija de reyes, que fue envenenada por una bruja envidiosa llamada Leticia Somnolens. De hecho, el término "somnolencia" fue acuñado a la definición de tener cansancio a partir de aquel momento debido a los efectos de la poción que llevó a cabo. Incluso los magos tienen cuentos infantiles dedicados a esta historia, como si de una leyenda se tratara. Curioso, ¿no? —terminó de decir para que Niko continuara describiendo los ingredientes.

—Básicamente es eso, un conjunto de ingredientes que, a priori pueden ser bastante inofensivos, pero que enlazados con magia pueden verdaderamente dejar dormida a una persona por el resto de sus días —asintió—. Es por ello que no hay que utilizar más de seis gotas por aplicación. ¡Ah! Y no nos debemos olvidar de los colmillos de serpiente real aplastados, siempre comprobando que no poseen veneno.

Tras intervenir para aclarar ciertos puntos de la poción que Niko había explicado con tanta claridad, se hizo un breve silencio, en el que Ishaya aprovechó para hacer una pregunta de lo más interesante para alumnos y oyente.

—Buena pregunta, Ishaya. Pues mira, hay una serie de parámetros, como pueden ser el tiempo de elaboración y dificultad, la peligrosidad de los ingredientes, el coste tanto físico como económico de los ingredientes, la demanda en el mercado, si poseen algún tipo de sustancias no comerciables de una u otra clase, el grado de perjuicio para la salud... No se el porcentaje exacto que recibe un parámetro, pero básicamente esa es la manera de evaluarlas. Es por eso que una poción multijugos tiene la máxima clasificación, porque se necesita un mes de preparación y un ingrediente tan complejo, como el polvo de bicornio la serpiente arbórea africana. En cambio, un Filtro de la Paz es de lo más sencillo, económico y el eléboro crece en muchas partes.

Esperaba haber contentado la sed de conocimientos de su alumno. Lo último que quería era dejar a una persona con dudas, pues ella siempre intentaba transmitir todo lo que se encontraba dentro de su joven pero bien puesta cabeza. Juntó sus manos para frotarlas, a la vez que una especie de lucecita brilló en su cabeza. Mientras, parecía que la directora estaba más pendiente de no perderse ninguna de las palabras de los allí presentes y mantenerse al margen de las participaciones, siempre muy discreta y sin querer molestar.

—Chicos, me gustaría hacer una cosa con vosotros, por ser mi primer grupo. Siempre digo que es necesario saber aprovechar todos los recursos que el entorno nos presenta para salir airosos de una situación aleatoria. Tengo una propuesta. ¿Qué os parece si vamos por los alrededores del campus y buscamos algunos ingredientes? —hizo una pausa antes de seguir—. No quiero que penséis solo en plantas, esto no es una clase de herbología, sino también en minerales y animales. Este lugar es de lo más amplio y estoy segura de que podéis encontrar casi de todo. Yo mientras, me quedaré dando vueltas mientras observo cómo os va, ¿de acuerdo? Pero no vayáis a entrar en la pirámide que da acceso a los exámenes de habilidad —recalcó.

[Niko Uzumaki]

El joven escuchó atentamente las palabras de su profesora, todo lo que había dicho era lo mismo que él acaba de decir excepto la cantidad de gotas y un ingrediente adicional - Pero, en mi libro no dice que se deban utilizar colmillos de serpiente real sin veneno - No entendía por qué el libro que les había entregado no tenía todos los ingredientes - Espero que eso no pase con otras pociones o me temo que voy a tener que devolver el libro y comprar uno que tenga todos - La situación era un poco incómoda para él, tenía muchas ganas de aprender pero con un libro incompleto no sería posible.

 

Su padre realizó una pregunta bastante complicada, el Tonks conocía la respuesta al haber trabajado en la Logia y como Warlock, pero no realizaría ninguna intervención por respeto a su profesora. Su respuesta había sido bastante adecuada, el Warlock tampoco tenía muy claros los porcentajes, siempre dependía del caso. No obstante, lo más importante era la peligrosidad y la dificultad de encontrar los ingredientes - Sí, es muy difícil - Susurró, el concilio tenía todo un equipo trabajando todo el tiempo para realizar las Pociones más complicadas y siempre tener en stock, pero algunas veces se les agotaba muy rápido, en especial las más largas de realizar como la Multijugos.

 

- Perfecto, me encantan los paseos - El Tonks estaba muy emocionado por el paseo, aunque no era una clase de Herbología le encantaba buscar plantas por eso había tomado la decisión de tomar dicho conocimiento para el siguiente ciclo de clases de la Universidad - Pero, supongo que no debemos matar al animal, ¿cierto? - El rubio odiaba tener que acabar con la vida de los animales, aunque era algo generalizado a la vida de todos las criaturas con vida, quizás por eso había decidido ser miembro de la Orden.

 

El joven salió del aula de clases en busca del jardín, sabía que en él podría encontrar algunos insectos que podría guardar sin tener que matarlos. Por suerte siempre llevaba una maleta con muchas cosas incluyendo frascos de todos los tamaños, así que sacó varios de ellos y su varita para poder guardar los animales, no quería tener que tocarlos. Al llegar se sentó en la zona verde y agitó su varita para hacer levitar algunas criaturas - Una araña, una cucaracha aunque debería estar muerta - Seguramente la profesora se estaba riendo mucho al ver su cara de asco, pero odiaba los insectos y esperaba nunca tener que realizar una poción con ellos.

 

- Los escarabajos y los gusanos también deben ser útiles - Su varita seguía en funcionamiento, los animales volaban lentamente para ingresar en sus frascos - Creo que con eso tengo suficientes animales, pero todos vivos. Si los quieren muertos, tendrá que hacerlo mi padre - Pensó, esperaba que el patriarca de la Tonks lo sacara de dicho problema o quizás alguna roca lo suficientemente grande serviría para aplastarlos.

 

- Hora de buscar las plantas - Justo cuando comenzó a caminar un Jobberknoll llegó al lugar para comer un par de insectos, pero una de sus plumas se cayó al piso. Rápidamente el Tonks se acercó y la guardó en su maleta - Esta les va a encantar - Había logrado conseguir algo muy bueno y tendría que mostrarlo a sus compañeros, seguramente alguien necesitaría realizar un suero de la verdad - Creo que mejor me voy a buscar rocas - Sabía que los minerales no eran fáciles de encontrar pero estaría feliz con encontrar un par.

 

El Warlock comenzó a caminar en busca de piedras grandes que pudieran guardar algún mineral, pero para ello tendría que romperlas y eso no sería fácil, aunque con su varita podría hacer cualquier cosa - Espero encontrar algo entre tantas piedras - El lugar al que había llegado estaba lleno de ellas y algunas muy grandes, así que decidió apuntar su varita a la más grande - Diffindo - La piedra estalló y muchos pedazos volaron por el aire, pero regresaron rapidamente al piso gracias a la fuerza de la gravedad. Esta vez el joven mago se sentó para analizar bien cada uno y determinar si era algún mineral o no - Estos deben ser ópalos o eso creo, me los voy a llevar y que la profesora los revise - Guardó 5 cristales en su maleta, no tenía muy claro qué eran así que los llevaría para estar seguro.

 

La recolección de las plantas fue mucho más rápida dado que todas se encontraban en el mismo lugar y solo tenía que llevar algunas hojas - Acónito, eléboro, judías, ortigas y tármica. Estas deben ser suficientes - Su búsqueda había finalizado, así que decidió buscar de nuevo a la profesora para darle a conocer sus resultados y que le ayudara a determinar si en verdad había logrado encontrar ópalos o si eran falsos, esperaba tener suerte.

[That is not my name]

- Muy bien, es momento de la búsqueda.

 

Me respondió de inmediato la profesora y nos ordenó el salir a buscar ingredientes para realizar pociones, dentro de los terrenos de la universidad, esperando encontrar todo lo necesario para ello. MI primer institno fue buscar insectos ya que era lo más fácil de atrapar y encontrar, a mi aprecer, así que me dedique a estar en los jardínes aledaños a los salones de clases del ateneo para encontrar unas cuantas cucarachas y arañas para atraparlos en los frascos que tomé del salón de clases.

 

- Nada mal, nada mal, - me decía con cierto asco al tener que matar las cucarachas, porque no podía amntenerlas con vida - lo difícil será encontrar las partes de los animales vivos o más peligrosos...

 

Las plantas podrían ser otra forma fácil de encontrarlas, para mi suerte sabía donde se encontraba el invernadero en la universidad debido a la clase de herbología que había tomado con mi hermana Sagitas, donde podría encontrar el higo seco, las higueras podadas de abisinia, raíces de jengibre, ortigas secas y bubotubérculos. Así mismo, en los invernaderos, encontré unos cuantos escarabajos para atrapar y unas orugas cuando agarraba las raíces de las margaritas.

 

Bien, llevaba buenos elementos para analizar en la clase, por lo que decidí regresar al aula y encontrarme con Valentina y Niko, no sabía si Anne continuaría con nosotros o no, pero sería una agradable sorpresa.

 

En mi camino pude encontrarme con un estanque, perfecto para trapar unos sapos cornudos y buscar las branquialgas, que apra mi fortuna las pude localizar, además de atrpar varias sanguijuelas. No tendría nada más por el momento, no sabía donde encontrar los unicornios, dragones, jobberknoll o serpiente arbórea africana, más porque la clase de cuidado de las criaturas mágicas había cambiado tanto que el actual profesor podría estar en cualquier parte.

 

- Listo profesora, - dije al regresar al salón mientras dejaba mis frascos en la mesa - creo que son suficientes, ¿no cree?