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Historia de la Magia


Keaton Ravenclaw
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Antoni Tonks, regresando a buscar el palacio para presenciar la coronación de Cleopatra.

El chico caminaba presurosamente, no sabía que tanto faltaría para el culminante evento pero no quería retrasarse más. se imaginaba que sería muy pronto por lo que le contó el capitán de aquel navío, así que iba cuidando todo lo que ocurría a su alrededor, para estar captando cada detalle y cualquier platica al vuelo que le diese indicios de su búsqueda. Por eso mismo notó que regresaba la fiel lechuza de su madrina.

La lechuza se dirigió hasta él y pudo tomar aquel pergamino que le enviaba el profesor, ahora si que comprendía bien por que razón el profesor le había pedido que la llevará a clases. Por una fracción de segundos pensó en Kautet...¡de la aventura que se perdió!¿habría su halcón peregrino pasado como un mejor mensajero? parecía recordar que los egipcios tenían a escribir con ideogramas y usaban la imagen de un halcón como parte de su escritura, pero ya lo averiguaría.

Releyó la misiva tocando su barbilla...--La biblioteca del palacio...mmm una biblioteca! :D con lo que me encantan los libros! genial!!me gusta el cambio en la misión! ^_^

Agradeció a la lechuza y esta dio un cariño con el pico que al ojimiel no tomo por sorpresa, su halcón llegaba a darle sino picotazos también algunos arañazos con sus garras. la vio partir y el chico se apresuro aún más, porque personalmente, ya había atado cabos: estaba en Alejandria y seguramente aquella Biblioteca en palacio, pudiera ser la famosa Biblioteca.

La dificultad era el elegir el mejor modo de llegar hasta ella. Intentando formularse un plan, escucho a algunos ciudadanos, de la excentricidad de tener tigres como mascotas, debido a su peligrosidad, y unos pobres comerciantes tenían serías dificultades, ya que se había desenganchado el carro donde transportaban a tres tigres de Bengala y nadie se atrevía a enganchar el carro otra vez ante el riesgo de recibir peligrosos zarpazos de las criaturas molestas.

El chico sonrió, era bueno tener su anillo de amistad con las bestias, tomaría el lugar de uno de los comerciantes y así entraría a palacio. estando en el lugar crearía su oportunidad para luego tomar el lugar de uno de los guardias...

Por lo pronto se acerco a los hombres y entablo el trato con ellos, él engancharía el carro y ellos lo dejarían "conocer" esa parte del palacio donde llegarían con los felinos.

Antoni Tonks infiltrandose al palacio de Cleopatra.

Me acerque a ese par de comerciantes que se la veían muy difícil para enganchar el carro de la jaula de tigres, Los felinos estaban muy enfadados, molestos y hambrientos…una pésima combinación que los hacía un gran peligro.

-- ¿Puedo ayudarles? Creo saber cómo lograr enganchar el carro sin que nos arranquen el brazo…pero…quiero que me permitan ir con ustedes, sería mi gran sueño ver como entregan los tigres en el palacio.

 

Los mire con cara de ilusión (solo me hizo falta imaginar a mis padres adoptivos Reacon y Angie, cuando me propongo convencerlos de que me regalen otra criatura mágica…¡y que siempre me funciona! XD!)

 

Alegaron entre ellos…uno mencionaba que sería mordido y que se meterían en problemas, mientras yo solo pedía una y otra vez que me permitieran intentar, porque por sobre todas las cosas, deseaba acercarme al palacio y ver un pedacito de el.

 

Hartos de tanta pedigüeña y desesperados por continuar el traslado, me permitieron hacer mi intento. Yo frote mi anillo de amistad con las bestias y tome uno de los trozos con el que trataban entretener a los tigres (esto solo para disimular ante los comerciantes, que era el medio para apaciguarlos) susurre con firmeza Orbis Bestiarium y un anillo dorado apareció en los cuellos de esos tigres. Entonces los calme y deje la carne y enganche el carro. Ya alistado, lo trasladamos a palacio.

 

Era una entrada para servidumbre pero igual estaba a unos metros de ella, ahí estaba un hombre que era como el encargado de lo que se adquiría para palacio. Disimuladamente saque la varita mientras quite unos minutos el aro dorado que tenían los tigres. Su fiereza volvió con fuerza y con gran despliegue de agresividad alcanzaron a uno de los hombres que ayudaba con la maniobra de mover el carro.

 

Los gritos de dolor, susto y pánico, hicieron que llegaran dos guardias de palacio.

--¡Desmaius!¡Desmaius! -- repitió hasta que todos quedaron inconscientes. – Orbis Bestiarium —Volví a controlar a los tigres que se quedaron tranquilos. Me acerque después al pobre hombre herido—Episkey!Episkey!Episkey!—Cerré sus heridas, al menos conservaba la vida—Obliviate—y los comerciantes perdieron aquellos recuerdos.

Con todo mundo fuera de combate, me acerque tranquilamente a uno de los guardias y tras modificar la talla, me cambie el ropaje con aquel guardia.—Mobilicorpus—Les moví a otro sitio, los comerciantes fuera con su carro. Los tigres que controlaba, los saque de la jaula. Los guardias les deje a un lado de la puerta, puse vasos en su cercanía. Esperaba que me diera tiempo de alejarme bastante.

Transforme una simples sogas en sendas cadenas y con un collar las coloque a los tigres. Luego les acicale un poco con hechizos de limpieza. Tome las cadenas y me encamine con ellos al interior de los salones de palacio.

 

Fui asombrándome con aquellos elegantes salones, en verdad que la opulencia se veía por donde quiera que mirará. Había muebles de maderas finas, pieles y vasijas bellamente decoradas. Al traer los tigres otros guardias se maravillaron de mi control y buen manejo de “las mascotas” y me indicaron hacía donde marchar para entregar a los mismos.

Una vez concluida aquella empresa, me ordenaron montar guardia en las puertas principales. La futura Reina recibiría a Lulio Cesar y pensé que quizás lo vería, pero desvié mi camino, con “cobra” en mi mano, avance de nueva cuenta para buscar la entrada a la famosa Biblioteca, aunque no sabía si estuviera conectada o si era en el mismo palacio donde la albergaban.

Me tropecé con un guardia que me paro el alto, me exigió el santo seña , mi nombre y cargo, yo abri la boca, levantando mi arma mágica para dirigirla al guardia—Imperius—en cuanto lo tuve bajo mi hechizo le ordene—Dime, ¿dónde esta la Biblioteca de Cleopatra?—El guardia se resistió por unos segundos pero luego hablo, preste atención a su explicación y al terminar de oírlo le ordene—Ve a las puertas principales y monta guardia.—Acto seguido, fui a la Biblioteca según las indicaciones que me diera aquel guardia, atento por los obstáculos mágicos que la poderosa Cleopatra tuviera previstos para resguardar la seguridad.

@@Keaton Ravenclaw off rol hola, solo es una parte, mañana continúo y así espero que el jueves este terminada mi idea. gracias por el aviso. B)

Editado por Antoni Tonks

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Keaton observó cuidadosamente las acciones de Antoni, pues no quería que al emplear magia dejara algún daño permanente en el Antiguo Egipto. Por lo general el Ravenclaw no dejaba que sus estudiantes emplearan la Magia en sus viajes al pasado, pero afortunadamente para él había conseguido descubrir magia lo suficientemente poderosa para eliminar las huellas que ellos dejaran, por lo que ahora el Tonks podía realizar cuanta magia pudiera y/o quisiera.

El ojiverde sonrió al ver la manera en la cual el chico se había logrado infiltrar en el Palacio de Cleopatra y llegado a la biblioteca, sin embargo, el uso de maldiciones imperdonables no le había hecho gracia al Karkarov, era ese tipo de magia la cual le molestaba que emplearan sus estudiantes, ya que si bien él era partidario de las Artes Oscuras, trataba de no emplearla en la enseñanza pues daba ventajas que el Conocimiento no debía tener. Pero bueno, ya se llevaría Antoni su regaño al volver.

El Karkarov entonces miró el reloj y ahogó un grito de sorpresa. Era ya la una de la madrugada, quedaba poco más de una hora para que la clase terminara y Antoni aún no concluía su misión. El chico tendría que dejar su visita a la biblioteca para dirigirse a la Sala de Coronación, pues lo más importante de aquel viaje al pasado era que Antoni pudiera observar la magnificencia de la cultura egipcia en todo su esplendor, y ver la que tal vez fuera la coronación más polémica de aquella cultura era, sin duda alguna, una de las más interesantes.

 

Era hora de enviar de nueva cuenta a la lechuza que le había prestado al estudiante de Keaton. El ojiverde se levantó de su asiento de nueva cuenta y centró su mirada en un pergamino y un pluma, las tomó entre sus dedos y escribió lo que sería la última prueba de aquella clase. Antoni solo debía culminarla con éxito, volver al presente y darle al profesor un panorama en general de lo que para él había significado un viaje a tan aventurero como aquel. El Ravenclaw sonrió, la nota estaba terminada, rezaba lo siguiente:

 

@

 

Estoy maravillado con tu avance, Antoni, y la verdad me encantaría seguir viendo tus hazañas, sin embargo, y meramente por cuestiones de tiempo, debo darte tu última tarea y hacer que vuelvas.

 

Durante la coronación de Cleopatra, solo aquellos que poseen magia en sus venas, podrán observar las magnificencia de la ceremonia. La tiara de coronación está hecha por duendes, quiero que te fijes en qué es lo que ocurre cuando ésta toca la cabeza de la nueva faraona, pues al ser ella una bruja poderosísima, es de las pocas que realmente merece el trono al seguir más al pie de la letra las tradiciones egipcias de ser el Dios Sol.

 

Cuando haya terminado dicho evento, a tu diestra aparecerá una puerta que solo tú podrás ver, ábrela y crúzala, te egresará al presente, en específico, al salón de clases.

 

Ya cuando llegues al Salón, me deberás decir con tus propias palabras y en voz alta, qué significó la aventura para ti.

 

Atte.

Keaton Ravenclaw

 

 

El profesor se dirigió entonces a la lechuza y le ató la nota en la pata derecha, y al setirse lista, el animal echó a volar en dirección de su amo. El Karkarov estaba muy emocionado, quería ver la manera en la cual Antoni sorteaba los obstáculos finales y qué esa aquello que el chico le diría sobre su aventura. Una vez concluída aquella tarea, el joven mago obtendría la certificación del Conocimiento de Historia de la Magia, pero solo al terminarla. El ojiverde se volvió a sentar delante de un pupitre y esperó paciente el retorno de su estudiante.

Editado por Keaton Ravenclaw

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Avanzaba emocionado. En el recado enviado por su profesor le hablaba de papiros...antes escucho esa palabra...pero no recordaba bien. Tal vez era cosa de la antigüedad ¿no eran libros lo que se tenía en la Biblioteca? Fue pensando en ello y vino a su mente un maestro que tuvo, él les hablo de runas y que las grababan algunas en piedra, tenía que ver entonces con la escritura y las superficies donde se escribía anteriormente, seguro ese papiro era el papel antiguo para los escritos, eso despertaba más su curiosidad.

Fue cuidando de no encontrarse otros guardias y seguía las indicaciones para llegar a la biblioteca cuando sintió en la pierna un agudo dolor...

--¿Pero que fue eso? se ha sentido agudo como agujas que penetraron mi piel y ahora me abrasa la piel...--Se detuvo y miro tanto su herida como a su alrededor.

Una cobra se levanto amenazante abriendo sus fauces -- Vipera Evanesca--Salio de mi varita un rayo que impacto sin problema en aquella serpiente y se desvaneció, debía ocuparme del veneno que me había inoculado con aquella mordedura. Con un poco de pesar me quite mi recuerdo que compre en la joyería de mi madrina Issy, el reloj de plata. Lo puse en mi mano, mientras la vista se me comenzaba a hacer borrosa, probablemente por que surgía efecto poco rápido del envenenamiento, use mi varita --Morphos--Se transformo en un bezoar que me introduje en la boca. Esta absorbió el letal veneno, escapando de una muerte segura. Ya con más calma, apunte a mi pierna--Episkey--la herida se cerro y por prevención volví a aplicarme otro Episkey.

Solo pude pensar, que Cleopatra no permitiría que fuese sencillo ingresar a su biblioteca y aquella cobra era seguramente de los más fáciles inconvenientes por encarar y vencer. Ahora trate de tener alerta todos mis sentidos, note en el techo unos arcos y una pintura muy reveladora.

Era un mago trabajando en una poción...así que Egipto fue donde inicio el uso de pociones, eh, sin duda eso era obra de Cleopatra, lo cual la hacía una mujer sumamente peligrosa pero a la vez una de las más poderosas de que se tuviera conocimiento.

Sentí un escalofrío, y por mi izquierda vi llegar de nueva cuenta a la lechuza de mi madrina Valkyria. Tome aquella nota y la desdoble para enterarme que era lo que el profesor Keaton me estaba enviando.

Bien...me aclaraba lo del tiempo, así que con pesar volví sobre mis pasos, el poco tiempo que quedaba, no me permitía continuar con lo de la Biblioteca, pero al parecer no era más que minutos lo que faltaba para la coronación, así que sin detenerme a explorar, fui lo más veloz posible al salón de coronación.

Debido a mi atuendo de guardia, no me fue tan complicado ingresar, aquella ceremonia era de mucha pompa, mostraban sus galas, sobre todo Cleopatra, la miré con detenimiento, tenía collares mágicos, anillos que brillaban por la concentración de magia en ellos, su rostro era...seguro de si mismo pero bastante normal. Me extraño porque me parecía que se hablaba en charlas discretas, que la reina Cleopatra era de lo más hermosa...¿sería que ella los hechizaba para satisfacer su vanidad?

Retuvo la respiración, era turno de presenciar la coronación. Varios músicos interpretaron una melodía que parecía imperial y con una guardia de seis hombres, llevaron la hermosa corona. La emoción me embargaba. Seguí el trayecto de la corona, unos destellos muy diminutos la hacían lucir "tentadoramente" importante.

El punto es que era el clímax, de cuando se impondría sobre su cabeza de Cleopatra, aquella maravillosa tiara. No podía decirse que fuese buen conocedor de joyas elaboradas por duendes, pero de que era mágica lo era.

Casi contuve la emisión de un grito de admiración. El mago que sostenía la tiara cerro los ojos, un resplandor cegador emano de la tiara apenas toco la cabeza de la joven Cleopatra, dieciseis años más o menos. Era como si el sol nos deslumbrará emitiendo esos brillantes destellos. Se postraron a tierra ante la nueva Farahona, les imite y calcule como diez minutos aquella presencia del sol sobre su cabeza, obligando a todo mundo a bajar la mirada irremediablemente. Era grandioso, porque se sentía el enorme poderío que se cernía sobre nosotros.

La reina tomo su cetro y toda aquella luz fue absorbida por el cetro. Fue cuando pudimos movernos nuevamente, me alegre de ver a mi diestra la puerta...ya tendría oportunidad de ver los papiros en otra ocasión, al menos eso esperaba, fui a tomar el pomo y cruce la puerta.

El viaje al presente fue bastante instantáneo, nuevamente estaba en el salón de clases, todo parecía igual, salvo que ya era más de madrugada, el frío me llego a la piel, con un pase de mi varita transforme mi atuendo por mi ropa usual, oscura y camisa de color verde esmeralda.

Note al profesor sentado cerca de uno de los pupitres y di los pasos necesario para llegar frente a él. Recordaba bien que me estaría escuchando sobre el significado de su aventura.

Se sentía bastante cansado, los músculos de su cuerpo protestaban pero su rostro mostraba un alegre sonrisa de satisfacción.

-- He me de vuelta profesor Keaton, estoy...¿que palabra podría describir la emoción que siento? es...revelador, es más que ninguna otra cosa, estoy sorprendido de lo que pude ver, las bases de la magia son tan bastas pero me pareció que es en Egipto donde más hubo auge de lo que ahora es la magia, es precisamente lo que pensaba...conocer de la magia y como es que nos fue legada para entender nuestro ahora, también le concedo sin reservas, lo que usted me recalco, no basta ver o leer solo un hecho relevante como la coronación de Cleopatra como Farahona, es...ver el todo y como fue afectando cada suceso a la humanidad en general.

Los ojos del ojimiel centellaban de aquella manera cuando se encontraba entusiasmado. Eran muy interesantes los acontecimientos coyunturales, pero aún más todo la trama que entretejía la historia de la magia y se preguntaba si los magos le daban la importancia que implicaba adentrarse en el estudio y la reflexión de la misma.

El peliverde se sentó al fin, por lo menos unos minutos. Su cuerpo sentía el cansancio pero se hallaba muy satisfecho y agradeció al profesor Keaton.

-- Gracias profesor, ha sido emocionante. Creo que no conocer mucho del Antiguo Egipto, me dificulto entender mejor lo que vi, pero me ha dejado con ansiedad de conocer más. Le agradezco mucho. ^_^

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Keaton miró con orgullo la manera en la cual Antoni estaba realizando sus misiones. Era gratificante observar a un futuro poseedor del Conocimiento de Historia de la Magia desenvolverse de esa manera. Aunado a esto, estaba el gran nivel mágico que Antoni poseía pese a su bajo conocimiento de magia avanzada. La utilización de la magia para poder cumplir con as pruebas que Keaton le ponía con cada mensaje era esencial para su excelente ejecución. Lo mejor de todo era que el chico podía aprender de viva voz el nivel de magia que los antiguos egipcios manejaban. Lamentaba en verdad que la clase tuviera que terminar, si por el Ravenclaw fuera, la clase duraría un poco más para que el joven mago absorbiera lo más posible de la cultura del Nilo, pero nada se podía hacer frente a aquello.

 

Con gran placer el Karkarov observó al chico llegar ante la coronación de Cleopatra, el momento exacto en el que la Magia se desbordaba por cada uno de los rincones de la sala, de todo aquello que le ponía sazón a la escena. El refulgente Sol que parecía salir de la tiera era algo que poca gente podía decir que observó, era algo que incluso los de más alta jerarquía dentro de lo que podía similar a las cortes de los reinos europeos, no disfrutaban, realmente solo los guardias de la futura faraona y alguno que otro invitado por ella misma eran los que podían presenciar aquel acto. De nueva cuenta Keaton lamentaba que Antoni no se pudiera quedar por más tiempo, los platillos que se servían en la cena de coronación eran únicos.

 

Cuando la misión de Antoni hubo terminado, la puerta apareció a su diestra, la cual sin tardar mucho, el chico traspasó y volvió al presente. Keaton lo estaba esperando con una sonrisa. De inmediato el alumno se dirigió a su profesor para dar la explicación de todo lo que había aprendido, dándole las gracias, además, por haberle permitido ir hasta aquel punto de la historia para poder tener aquella aventura. eso era lo que realmente le gustaba a Keaton de enseñar a las nuevas generaciones, el que éstos parecían ser muy agradecidos con lo que se les enseñaba. Parecía pues que Antoni estaba ya seguro que la Historia no se hacía mediante acontecimientos, sino a través de procesos que se desarrollaban en varias complejidades dependiendo del suceso. Keaton prefirió ya no llamarle la atención al chico por el uso de Maldiciones Imperdonables, pues no quería mermar su emoción.

 

—Me da muchísimo gusto que esta oportunidad te haya gustado, y en verdad no tienes nada que agradecer, fue algo que me llena mucho, enseñar estas cosas a gente interesada en el pasado y darles, al finalizar la clase, un nuevo panorama. No me queda más que decirte que has aprobado con un Extraordinario —Dijo el vampiro —Mis más sinceras felicitaciones, y espero poder verte pronto haciendo un uso adecaudo de lo que aprendiste en esta aula y en tu viaje al pasado —Añadió.

 

Ahora, faltaba eliminar los rastros de Antoni en el pasado. El vampiro estaba seguro que se notaría la falta de la cobra en la Biblioteca, así como todo aquello que había utilizado el joven para moverse y cumplir con sus misiones. Un fuerte hechizo desmemorizante y un fuerte hechizo de Obliteración bastarían para ese efecto, sin embargo, uno normal de bajo poder no creía que fuera suficiente, era momento de echar mano a aquellas magias que acabab de aprender en un reciente viaje a las Islas Canarias en España. Keaton sacó a Altaria del bolsillo trasero de su pantalón y se dirigió al portal, abrió la puerta de par en par y exclamó:

 

—¡Obliteración Máxima! ¡Obliviate Máxima! —Dos chorros de luz salieron de Altaria y por aquel holomagigrama se vio que todo paso de Antoni en el Antiguo Egipto habían quedado borrados. La clase de Historia de la Magia del mes de Agosto, había llegado a su fin.

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