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Meteorología


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M E T E O R O L O G Í A

Septiembre 2016

"El clima es mío, somos uno, las noches de tormenta...

Nuestro amor es grande..."

- Jens August Schade

 

 

 

 

 

Revisé una vez más la lista de los inscritos para el mes de septiembre, sonriendo con cada nombre que leía. Era una fortuna que conociera a cada uno de ellos, aunque no con todos era cercano, podría darme una idea general de lo que resultaría en la clase: con mucha participación, atentos a las indicaciones y con el ánimo de ser un reto más, una mezcla perfecta.

 

La cita había sido temprano en la mañana, en la torre de astronomía y no, esta vez no se juntarían ningún tipo de clases, simplemente que era el mejor punto para comenzar con nuestro camino y, claro, también el traslador funcionaba de mejor forma en un sitio despejado. Lo único que le shabía pedido era ropa bastante abrigadora, artefactos que pudieran ayudarles a cualquier amenaza mágica (pensando en los anillos y amuletos de los libros de hechizos), su varita y una mente abierta al mareo que provoca ese tipo de viaje.

 

Decidí llegar bastante temprano, para preparar el pensadero, que utilizaríamos para irnos de la universidad con la previa autorización del Departamento de Transportes. Vestía una túnica alrga, gruesa, con poca caída, de mangas largas y de cuerpo completo; junto con un par de botas gruesas que me llegaban hasta las rodillas, un conjunto de pantalón, camisa y suérter debajo, un gorro bastante grueso y un enrome abrigo que me ayudaría a protegerme del ambiente a donde me dirigía.

 

Una vez que se presentaron todos los alumnos en la torre, los invité a que rodearán el pensadero, dándole tres golpes con mi varita para activarlo a los 5 minutos. Aclaré mi garganta y comencé.

 

- ¿Por qué es importante estudiar la meteorología de forma mágica? - No había presentaciones serias ni formales, no en aquella ocasión - ¿Qué tan factible es el utilizar nuestro medio ambiente a diestra y siniestra? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias a nivel personal, social e, inclusive, mundial?

 

Cuestiones que habían surgido en la clase anterior, con los Weasley, y que me habían servido como punto de referencia para mis nuevos aprendices, sobre todo porque tenían un rango social más alto del promedio, facilitándoles las cosas... o al menos en teoría.

 

- Quisiera que me respondieran esto uno por uno, antes de 5 minutos, - verifiqué mi reloj de mano al momento de hablar - se activará el pensadero para llegar hasta la Antártida, cerca del polo sur donde nos encontraremos con una ligera sorpresa... ya les platicaré más de ella estando en el sitio.

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—¡Por fin!

 

Tauro había estado esperando con ansias la carta de la Universidad donde le notificaban que su clase de Meteorología daba inicio, pero esta vez se habían tardado un poco más, haciéndola pensar que de nuevo se vería obligada a cambiarse de conocimiento, afortunadamente no fue así. A decir verdad, Meteorología siempre le pareció interesante, más que todo porque había escuchado que podría manipular el tiempo y desde entonces era lo que más ansiaba hacer, pero aparte de eso, estaba segura de que debían haber más cosas y eso era lo que le interesaba conocer.

 

—Toc-toc. Hermana Lyra, ¿estás lista para irnos? —en esta ocasión asistiría en compañía de su hermana, razón por la cual se apuntó también a la clase para pasar un poco más de tiempo con ella en vista de que casi no se veían en el castillo Ivashkov —¿Traes tu ropa abrigada? —le preguntó, pasando por alto el hecho de que ella llevaba una simple túnica de verano, pero como siempre había sido inmune a las bajas temperaturas ni se preocupó—. Yo sólo espero que esta clase sea igual de interesante y divertida que las dos últimas, es lo único que pido —dijo con seriedad. Una vez estuvieron listas con todo lo que les pedían se marcharon hacia la Universidad.

 

Tratándose de una clase de Meteorología, Tauro no entendía por qué debían encontrarse en la torre de astronomía, sin embargo no dijo nada al respecto y se dedicó a seguir a Lyra mientras subían las escaleras hasta llegar a la torre; allí se encontraron a Ishaya, su profesor, y a los que serían sus compañeros, Juve y Niko. Con una sonrisa educada los saludó a todos y se sorprendió mucho de ver a Niko allí, pues no sabía que estaba de vuelta.

 

— Niko Uzumaki, no te veo desde que ambos fuimos Directores de la Academia. ¿Te parece cómo está de cambiada?. Y Juve, en la clase de Aritmancia te quedaste un poco atrás, aunque bueno, no te culpo, ese centauro estaba medio loco —sonrió. Cuando se dispuso a saludar a Ishaya, el mago la cortó con varias preguntas a las que no tuvo más remedio que responder.

 

— Sinceramente poco conozco de la materia, tengo conocimientos demasiado básicos, por no decir que nulos y es por eso que usted mismo me enseñe por qué es importante hacerlo, o bien aprenderlo de mis compañeros si alguno de ellos tiene más idea que yo —si Tauro no conocía algo acerca de un tema, prefería reconocer su ignorancia en lugar de mentir, así no se aprendía —Sobre su siguiente pregunta, creo que es muy factible, la magia es muy poderosa y nos permite hacer cosas que en su ausencia sería imposible. ¿Puede un mago común y corriente controlar el clima? Definitivamente no. Pero si se prepara, estudia y practica, puede hacer maravillas, aunque claro, debe ser muy cuidadoso, porque una inocente lluvia aquí puede significar una catástrofe en alguna otra parte del mundo —y con eso esperaba haber respondido su tercera pregunta pues el Tonks se notaba que tenía prisa.

 

«Así que al final iremos a la Antártida, por eso insistía tanto en la ropa abrigada». A pesar de que estaba vestida ligeramente con vaqueros y camisilla debajo de la túnica azul, sus zapatos si eran unas botas bastante abrigadas que resultaban perfectas para el clima y el lugar que estaban a punto de visitar.

 

— Cuando usted quiera, profesor.

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Por fin había llegado el momento de iniciar la clase de uno de los conocimientos que más deseaba y siempre había aplazado hasta ese momento, la de metereología. Vestía como siempre, como una muggle ya que su vestimenta era más cómoda para mi que las túnicas.

 

Tennis, pantalón de mezclilla, una playera de mangas cortas color peridot y encima una chamarra de mangas largas de igual material y color que el pantalón. Toda mi ropa además de ser abrigadora estaba hechizada con el impervius[/i], aunque había tenido que usar varias veces el mismo. De esa forma si a alguien se le ocurría invocar lluvia, no me afectaría. La chamarra contaba con una capucha la cual me podía poner en caso de que eso sucediera, asi que estaba preparada para todo.

 

Me había puesto mis anillos y amuletos adquiridos con cada libro, nunca me separaba de ellos, eso si, llevaba todos los anillos como dijes colocados en las cadenas de los amuletos que correspondían a cada libro, en la mano derecha estaba mi varita y los anillos de las habilidades aprobadas.

 

Escuché que mi hermana llamaba a mi puerta y sonreí, era una ventaja saber que iríamos las dos al curso, aunque una responsabilidad también. Si algo le pasaba, Leah me terminaría matando seguramente, asi que no le quitaría la vista de encima.

 

-Ya estoy lista, hermanita.- Le contesté, mientras cerraba la puerta del cuarto.-Si, además la llene de hechizos impermeables, por las dudas . A mi todas me han gustado, a excepción de astronomía.

 

Era curioso que cuando me dieron esa clase, ni una sola vez fuimos a la torre de astronomía. Ya ni recordaba bien la misma, mientras que de los demás cursos guardaba un buen recuerdo. No tardamos en aparecer en la Universidad y nos paramos junto al trasladador. No hacia falta presentaciones, conocía a mis compañeros y al profesor.

 

-Creo que es importante estudiarla para saber cual es el daño que podríamos causar si alteraramos el clima a cada rato, las consecuencias que podría traernos. Comenté.-Yo no consideraría muy factible utilizarlo a cada rato, solo para librarnos del calor o de un poco de lluvia para que no interrumpa nuesto día. Consecuencias, a lo mejor por controlar el clima digamos con la lluvia, afectaríamos a las cosechas, privándolas del agua que necesitan.

 

Me quede callada por unos momentos. Nunca había reflexionado en eso, antes solo usaba la metereología pero sin pensar en consecuencias y lo hacia rara vez.

 

-Aunque, creo que también podríamos ayudar, por ejemplo si sabemos que hay un incendio de esos enormes en un bosque, enviarles un poco de lluvia para que se apague. Los muggles solos tardan mucho en controlarlos y cuando lo hacen, ya es muy tarde.- Me aventuré a decir.-No todas ls consecuencias tienen porque ser malas, ¿no? Sobre consecuencias a nivel social y personal, no se me ocurren. Solo que en lo personal siempre tendríamos el clima ideal para nosotros.

 

Espere las respuestas de Juv y Niko, a la primera la había visto recientemente en mi clase de Runas Antiguas, mientras que de Niko ya no sabia nada al no coincidir en ningún curso con él. Nunca me había puesto a pensar en las consecuencias de lo que podría pasar cada que usaba la metereología. Escuché a donde iriamos después y miré a mi hermana.

 

-Debiste traerte algo más abrigador.- Le dije en voz baja.

 

A pesar de ser demonio, tenía mi mitad humana y por lo mismo las temperaturas si me afectaban. ¿Porqué no usabamos el haz de la noche para ir ahi en vez del trasladador? Suspire, podía aguantar un poco de mareo.

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El tiempo transcurría y aún no escuchaba las palabras de Juv y de Niko, pero ya no podía esperarlos más, debía de responderle a las dos estudiantes antes de que se activara el traslador, sobre todo porque al llegar a nuestro destino tendríamos poco tiempo para andar conversando sobre esto, era más preocupante el entender las indicaciones y conjuros que debíamos de realizar en medio de aquel ambiente demasiado salvaje para la mayoría.

 

- Efectivamente hay consecuencias que se consideran buenas como las hay malas, - hablé con total claridad - a nivel personal debemos de tener en cuenta la cantidad de poder mágico que se requiere para controlar el medio que nos rodea. ¿Se imaginan como terminarán después de controlar la fuerza de un huracán? Hay que recordar que todavía somos mortales, seres vivos... A manera social podrían ser catástrofes que afecten toda una región, un pueblo, una ciudad e inclusive un país, destinando todos los esfuerzos posibles para restaurar el daño provocado, a pesar de que hayamos actuado de buena fé.

 

El tiempo se me acababa, sentía el tic tac de mi reloj sonar como si fueran mil campanas de iglesias, aunque en realidad solo era mi nerviosismo por regresar a la vieja estación rusa.

 

- A nivel global podemos multiplicar los efectos personales y sociales, provocar sequías en otras zonas del mundo, huracanes, tsunamis, entre otros efectos colaterales. Tómenlo en cuenta cuando quieran tener un día lluvioso en su jardín, recuerden, ante toda acción hay una reacción de igual magnitud pero de sentido contrario... los magos y brujas no escapamos de las leyes de la física universal, por ello están las ley de la transformación elemental de Gamp.

 

El pensadero comenzó a vibrar y a emitir un brillo, lo que indicaba que teníamos solo unos segundos antes de salir expulsados por el espacio y tiempo.

 

- ¡Es momento! ¡No quiero que nadie se quede detrás!

 

Tantas veces habia utilizado un traslador que no tendría problemas en aterrizar en nuestro destino, lo único que me preocupaba era el estar atento a mis estudiantes, aunque conociendo el historial mágico de cada uno de ellos podía confiar en que la mayor consecuencia que tendría serían un par de personas mareadas, como a veces me ocurría cuando el viaje era largo, y más cuando hablaba, como estaba a punto de hacerlo en medio del camino, con todo dando vueltas a nuestro alrededor.

 

- ¡Llegaremos cerca de la estación rusa Vostok! - Comencé con la explicación - ¡Los mugles han estado haciendo trabajos en conjutno con los magos desde hace un par de décadas por las extrañas lecturas del sitio, desatando desde hace un par de años extraños efectos meteorológicos en la zona, tan catastróficos que lleva seis meses sin presencia muggle por su seguridad!

 

Intentaba respirar pausadamente, controlando el pequeño mareo que empezaba a sentir.

 

- ¡En la meteorología mágica entre más personas existan para controlar un fenómeno natural, es mejor, tanto por cuestiones de poder mágico como de seguridad! ¡Recuerden, el esfuerzo físico es proporcional a la catástrofe! - Sentí el vértigo en esos momentos de la caída al vacío, lo que indicaba que estabamos por terminar neustro viaje - ¡Ya verán a qué me refiero!

 

Un ligero salto del pensadero para activar mi amuleto volador para caer lentamente sobre el sitio, cuidando que mis estudiantes, viejos conocidos en el mundo mágico y hasta familiares, estuvieran ilesos en esos momentos, sobre todo porque al estar a unos cien metros de la base (que se podía ver sin problema en las llanuras congeladas) podrían sentir una enorme ventizca golpear apenas toquemos suelo. Sí, había sido producida de manera mágica y se activaba con la presencia de seres humanos.

 

Tomé con fuerza mi varita, colocándola entre 45° y 65° de mi brazo para realiza run ligero golpeteo después de pronunciar los conjuros básicos para crear una esfera protectora de los fenómenos naturales modificados por medio del poder mágico, mirando a mis estudiantes para que me imitaran.

 

- Placidum ventis y lenis aura, - prununcié para que vieran los efectos de los mismos - conjuros sencillos como un aguamenti o incendio, que realmente lo que afectan es el entorno cercano, sin mayores consecuencias, defensivos y que requieren un mínimo esfuerzo. Solo protegen a su invocador, por decirlo de alguna manera, al cubrir solo una pequeña porción de volúmen a nuestro alrededor, auqnue si están acompañados por un infante o una mascota de mediano tamaño, bien podrían entrar dentro de esta "esfera".

 

En es emomento escuchamos un fuerte relámpago a un par de kilómetros cerca. El cielo comenzó a oscurecerse a la distancia, previniéndonos de una feroz tormenta.

 

- Muy bien, ahí está lo que les dije. Lleguemos a la base para no estar desprotegidos y apuren el paso, la tormenta viene por nosotros, como le sdije, por haber sido creada por algún mago... Ya en nuestro refugio podrán encontrar todos los documentos que hay acerca del asunto. ¡Andando!

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- Será una clase interesante - Dijo mientras sus elfos le ayudaban a organizar todo para su clase de Meteorología. No era un conocimiento que le agradara mucho pero su aprendizaje con Suluk le había generado mucha curiosidad con respecto al uso que le daba a dicho conocimiento, sabía que nunca lograría obtener la experiencia y poder de dicha mujer pero podría intentarlo y empezar por las cosas más básicas, aunque ni siquiera sabía cuáles eran esas.

 

- Joven Niko, la carta enviada por su padre dice que deben encontrarse en la Torre de Astronomía - El Warlock giró y miró al elfo con un poco de duda, así que decidió tomar el pergamino y leerlo - Parece que mi padre cada día está más loco - Solo a un hombre como él se le ocurriría realizar una clase de ese tipo en la Torre de Astronomía, se sentía como el lugar equivocado. Así como cuando había tenido que aprender sobre Encantamientos en su clase de Herbología, las cosas eran demasiado extrañas para su gusto.

 

- En fin, es horar de partir - Tomó las cosas que habían preparado sus elfos incluyendo todos su amuletos - Esto se queda - Sin duda odiaba todo lo relacionado con el Libro de la Sangre y la Daga se quedaría, no era su amuleto favorito. No obstante, uno de sus elfos se encargó de ponerla nuevamente dentro de sus cosas sin que lo notara. Los elfos sabían que en cualquier momento tendría que utilizarla y siempre era mejor tenerla, aunque al Tonks le gustaban más los objetos y hechizos aprendidos del Libro del Equilibrio.

 

Su viaje a la Universidad fue bastante normal para ser un mago. La Torre la había visitado anteriormente así que sabía perfectamente cuál debía ser su recorrido para llegar hasta la misma. Al llegar notó que ya había dos brujas en el lugar, y dos que conocía bastante bien - Hola a todos - Dijo, la clase no sería únicamente con ellas, unos segundos después ingresó Juve a quién también conocía pero en menor medida.

 

- Así es, efectivamente está muy cambiada. Creo que ni siquiera se puede comparar con la antigua Academia, tiene muchas cosas adicionales y debo decir que la presencia de los Arcanos y los Guerreros le da un toque bastante diferente - Su antigua compañera en la Dirección de la Academia había hecho una pregunta muy interesante y quizás una que esperaba mucho, no podía negar que extrañaba dicho lugar pero el presente era mucho mejor y debía vivirlo como en los últimos meses. Además, siempre era interesante regresar pero como un estudiante y no como uno de los encargados de dirigir el lugar.

 

- Debo decir que no puedo responder a las dos primeras preguntas - El Tonks comenzó a hablar justo después de Tauro y Lyra, pero debía ser sincero. Sus conocimientos e interés sobre el conocimiento eran nulos, recién unos días antes había despertado su interés por aprender así que no había tenido tiempo suficiente para informarse un poco pero sabía que eso no sería un problema, o al menos esperaba que no lo fuera y pudiera aprender en la clase tal como estaba estipulado.

 

- Con respecto a la última pregunta, supongo que se debe tener mucho cuidado para no generar cambios permanentes en el clima o incluso peor alterar el orden lógico de los eventos climáticos y que ello pueda derivar en consecuencias negativas. Por ejemplo, invertir el periodo de las estaciones entre los polos - No sabía si eso lo podría lograr un simple mago con conocimientos en Meteorología pero quizás Suluk sí y era un poder que debía mantenerse y utilizarse con mucha cautela para evitar problemas.

 

Justo después de sus palabras, el patriarca de la Tonks comenzó a hablar para complementar un poco mejor lo que había dicho cada uno de los magos. De repente, todos tuvieron que tomar el traslador que los llevaría hasta el Polo Sur en donde los recibiría una sorpresa que no le gustó para nada al Warlock - Otro que me quiere matar - Pensó, Nathan también lo había puesto en peligro y ahora el turno era de Ishaya. Parecía que había un plan en su contra matarlo, solo esperaba que no fuera una actividad generalizada con todos los Warlock.

 

- Una tormenta y debo correr por mi vida - Las palabras seguían pasando por su mente, le parecía demasiado increíble la situación en la que se encontraban pero comenzó a correr rápidamente en busca de la base que les había mencionado su padre y profesor para protegerse - Quiero leer esos documentos ya mismo - Fueron sus palabras al ingresar a la base, sabía que debían conocer información importante y que tenían que leerlos rápidamente para salir del lugar.

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Asentí al escuchar las palabras del profesor. Al haber utilizado muy poco esa magia cuando la tenía, nunca senti un desgaste tan grande como describía el profesor. Nunca me detuve a pensar en eso, aunque a lo mejor por eso desapareció ese poder.

 

De todas formas no era algo tan ilógico, si nos poníamos a pensar que en los libros de hechizos más avanzados había hechizos que no podías volver a usar después de un mes, o quehabía que esperar a que se repusieran porque llegaban a agotarse, al ser utilizados demasiado.

 

El viento durante el viaje fue insoportable, aunque me aseguraba de no soltar el trasadador a veces sentía que lo iba a soltar sin querer, pero logré llegar con los demás. Empecé a sentir que caíamos, mientras intentaba escuchar al profesor. No tardamos en llegar a la estación rusa Vostoki.

 

Hice lo mismo que el profesor y active el amuleto volador cuando me solte del pensadero. Pude planear al suelo, aunque no tranquilamente gracias al viento. A penas y escuchaba al maestro, no digamos al resto de mi compañeros. Mire a mi alrededor esperando que Tauro estuviera bien, por lo visto si. Al llegar al piso las alas plateadas volvieron a convertirse en el amuleto.

 

-Placidum ventis y lenis aura. - Repetí, señalándome con mi varita.

 

De inmediato una esfera me protegio del clima, el viento helado ya no me afectaba de ninguna forma lo cual me alegro. Solo tenía los pies helados porque al llegar se habían hundido un poco en la nieve, pero con el hechizo podía caminar sobre ella sin hundirme y sin necesidad de raquetas. Corri hasta la base sin ningún problema gracias al hechizo, aunque deteniéndome a veces para ver si Tauro nos seguia. Niko había llegado primero.

 

-¿Leer esos documentos? ¿No podríamos tomar un chocolate caliente?- Me encogí de hombros, preocupada por Tauro y Juv.

 

Sabia que mi hermana no tardaría en llegar, pero Juv hasta el momento había estado demasiado callada, pero confiaba en que a ninguna de las dos les pasaría nada. Me acerque a un archivero y empecé a sacar los documentos.

 

-Profesor Tonks, ¿cómo hicieron para trabajar con esos muggles? ¿Nunca sospecharon que trabajaban con magos? - Pregunté.-¿Qué tenían de extraño esas lecturas que motivaron a varios de los nuestros a trabajar con un grupo de muggles?

 

No me era descabellada la idea de que algunos magos trabajaran con muggles. Algunos estaban en puestos altos trabajando directamente con el Minstro muggle o similares, en vez de trabajar en el Ministerio o en Hogwarts, pero eran casos muy raros. Empecé a hokear los documentos que tenía enfrente de mi, sentándome en una de las sillas.

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- Claro, pueden crear un poco de fuego en la estufa de allá.

 

Ciertamente estaba más preocupado por resolver los efectos desastrozos que existían en el lugar en vez de tmarnos un tiempo para calentar nuestros cuerpos, por más "poderoso" que sea el mago/bruja aún seguía siendo un ser humano; por ello me dirigí a un pequeño cajón donde guardaban unas bolsas de té de manzanilla, tila, frutos y verde, al mismo tiempo que sacaba un frasco con azúcar y colocarlo al lado de la estufa.

 

En frente mío estaba un mapa de la zona llena de diferentes datos mientras sentíamos como la ventizca golpeaba con fuerza la base, casi como si la quisiera despejar del suelo y sacarnos uno a uno. Me giré sobre mi eje para ver a los alumnos corroborando que se encontraban revisando los diferentes papeles que había en el sitio sin lograr entender mucho, o al menos no del todo el enigma en sí del lugar.

 

- Las lecturas de los apartos muggles registraban una extraña forma de magnetismo, lo que en nuestro lenguaje quiere decir conjuros y maldiciones, fue por ello que un grupo del Comité de Protección de la Magia Internacional vino con aviso de los gobiernos muggles... - hice una breve pausa antes de continuar, dudando si todos los presentes tenían el conocimiento de leyes mágicas para entender del asunto, así que proseguí por ese camino - cada alto mandatario muggle tiene un trato directo con el mundo mágico sin que este sepa demasiado al respecto, por ello cuando se detectó el problema en el sitio, bueno, no había nada más que discutir.

 

Inmediatamente después señalé una marca roja en el mapa detrás de mí, rodeado de coordenadas, números, grados y demás elementos que eran innecesarios para nosotros.

 

- Justo en este punto, a unos cuatroscientos metros de nuestra posición aproximadamente, se encuentra una de las excavaciones que realizaron los "científicos" para hallar el problema, lo que resultó en el descubrimiento de una entrada secreta a una cueva subterránea... encima de un lago de agua dulce...

 

Esperaba que mis estudiantes pudieran ir sacando un par de conclusiones con todo lo que estaba relatando, uniendo cabos, enlazando los reportes muggles sobre "extrañas luces debajo del hielo" y "rayos que atraviesan el cielo desde puntos medios"; algunos de los textos iban aún más lejos, mencionando "manchas oscuras sobrevolando la zona en medio de las tormentas de nieve" o "extrañas formaciones gaseosas que parecían moverse a control remoto".

 

- No es nuestro trabajo el atrapar a los culpables, - recalqué - tal vez ya no están en el lugar, pero a su paso intentaron cubrir sus huellas con varios conjuros en el clima que se han salido de control, es ahí donde debemos de entrometernos. Solo, tengan cuidado.

 

Tomé una de las tazas de la mesa y agarré un sobre con té de manzanilla.

 

- ¿Preguntas?

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—No te preocupes, hermanita —sonrió divertida—, no creo que el frío me haga mucho daño.

Siendo un demonio, las bajas temperaturas eran las que menos le perturbaban. Tenía las de perder en un sitio caluroso más que en la Antártida, más que todo por el hecho de que su cuerpo siempre estaba a una temperatura más alta de lo común para los humanos. Estuvo a punto de hacer otro comentario hacia Lyra cuando Ishaya habló y se quedó en completo silencio mientras lo escuchaba, encontrando razonables sus palabras. Era lógico que si usaban su magia, extraída del cuerpo directamente, se agotaran en relación a la catástrofe que quisieran crear.

Estiró la mano cuando las palabras del Tonks se tornaron nerviosas y tocó el Traslador con la mano entera, esperando. No pasó mucho tiempo cuando el giro del aparato hechizado los sacó del lugar, lanzándolos hacia un remolino de colores que los mantenía a todos girando como si fueran parte de una rueda. Pensar en Rusia le sacó una sonrisa pero decidió no pensar demasiado en ello, debía prestar atención y se sorprendió escuchando detalles sobre los muggles.

¿Trabajando en conjunto con los magos?

Negó con la cabeza y soltó el Traslador cuando fue momento, usando únicamente su energía mágica para descender. Era tanta que ni siquiera debía usar el amuleto, sólo mover los pies tranquilamente por encima del movimiento brusco de la caída y descender a paso lento, acumulando la energía alrededor de sus pasos hasta que estos dieron con la superficie plana del suelo. O más o menos plana. Helaba y aún así se mantuvo serena, atenta a lo que hacía el profesor.

—Hechizos nuevos, me gusta —admitió, sacando la vara de cristal de su lugar. Era una hermosa vara de azul turquesa, mucho más larga que una varita normal y tan veloz que no tuvo que hacer mucho para que los hechizos salieran—. Placidum Ventis, Lenis Aura.

Se le habían adelantado un poco, pero logró alcanzarlos a tiempo para escuchar la pregunta de Lyra.

—A mí también me intriga un poco lo de los muggles.

Seguir tanto a Ishaya como el hilo de la conversación no se le complicó. Era extraño e ilógico que los gobiernos cooperaran entre sí, al menos entre los magos y los muggles, pero más aún lo era enlazar las palabras del profesor con hechos que para ellos eran normales.

—Yo tengo una pregunta —dio un paso al frente—. Si no debemos capturarlos, ¿qué debemos hacer en sí? ¿Terminar de cubrir las huellas de su magia?

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Me apresuré a encender el fuego en la estufa indicada por el profesor, bastando un sencillo incendio para eso. A diferencia de Tauro había salido más humana que demonio en algnas cosas y el cambio de temperatura si me afectaba.

Lave una tetera y puse a calentar agua para todos. A lo mejor un sencillo aguamenti en una taza y un hechizo para calentarla servirían, pero me gustaba más de esa forma. Tomé un sobre de te de manzanilla, uno de azúcar y lo revolvi con una cuchara que lave antes, el lugar parecía abandonado desde hace mucho tiempo.

-¿Podemos llegar a la excavación usando el haz de la noche?- Pregunté. No me agradaba la idea de tener que salir a buscar el sitio indicado y volver a pasar por el clima..-Podríamos llegar más rápido y ahorrar un tiempo valioso.

Escuché la pregunta de Tauro y espere la respuesta del profesor. Había imaginado que tendríamos que deshacernos primero de las "luces bajo el hielo" y "los rayos que atravesaban el sitio" y otras anormalidades antes de que se hicieran más grandes.

Estaba de acuerdo en que importaba más eso que atrapar a los culpables, se podrían buscar después pero no podíamos dejar que las cosas se salieran de control. Me senté junto a mi hermana.

-Me das envidia que no sientas frío. Yo estoy abrigada y todavía tengo n poco.- Susurré.

Daba igual, de todas formas si estuvieramos en un clima con mucho calor igual me habría afectado, no me iba muy bien con los climas extremos, aunque podía soportarlos.Por el momento debía concentrarme más en como podíamos controlar esos hechizos quese habían salido de control gracias a esos delicuentes y volver el clima a la nomalidad.

Era una buena forma de aprender a controla el clima sin duda alguna, haciendo algo útil y que nos permitía practicar los hechizos para hacerlo.

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- Yo también quisiera - El Tonks estaba muriendo de frío así que la propuesta de Lyra era perfecta para el momento. El Warlock junto con su padre le ayudaron a organizar todo para poder prepararlo con suficiente azúcar - Creo que con esto vamos a poder pensar mucho más - Agregó, el frío era insoportable y se negaba a seguir realizando actividades hasta no recuperar un poco de calor y de energía.

 

La historia que les estaba contando el profesor era demasiado interesante, en especial si lo juntaba con sus conocimientos en Leyes Mágicas y lo que conocía sobre dicho tema en su trabajo como Warlock. Sabía lo importante que era mantener la estabilidad y las relaciones con el mundo muggle para no tener problemas cuyas consecuencias fueran demasiado grandes, pero todo eso era lo único que lograba entender de toda la información que estaba recibiendo en ese momento.

 

- Sí, yo también tengo una pregunta - No entendía muy bien a qué se estaban enfrentando así que deseaba tener un poco más de claridad sobre el tema. Había leído algunos de los documentos rápidamente y quizás no tan profundamente como le gustaría pero era lo que tenía a la mano y debía sacar sus propias conclusiones con base en ello y lo que estaba diciendo su padre. Tauro se le adelantó y fue la primera en realizar una pregunta.

 

- Pero, ¿qué tipo de conjuros y maldiciones tendremos que enfrentar? - Estaba cansado de tomar clases en donde todo parecía ser relacionado con encantamientos. Esperaba que esta vez no fuera igual y que pudiera tener una clase de Meteorología y no una de Encantamientos enfocados en modificar el clima como había ocurrido con su clase de Herbología.

 

- Este sería un buen momento para contar con la ayuda de Suluk - Pensó, la arcana sería una muy buena adquisición en dicho viaje y sería genial poder contar con sus conocimientos en modificar el clima, durante su aprendizaje de la Animagia había podido observar sus poderes y la habilidad que tenía para cambiar las condiciones climáticas en muy poco tiempo.

 

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