Meteorología

[Tauro M.]

Contrario a Lyra, a Tauro no le gustaba mucho el té, por lo que prefería el café, así que negó amablemente cuanto Lyra se lo ofrecía y en su lugar sacó un sobre de los que tenía acumulados en el Juan Valdez. El olor a café siempre la relajaba y al mismo tiempo la animaba y el resultado se empezó a notar de inmediato.

 

— Oh, créeme que no podría vivir como tú, no sé como le haces —comentó también. Su parte humana no se había erradicado completamente, pero era poco lo que recordaba de ella, a veces sintiéndolo como una molestia cuando tenía esos signos de compasión y debilidad, si embargo, solo dejaba entrever parte de esa humanidad con pocos miembros de su familia entre los que se encontraban Lyra, Leah y su hija Rachel, porque ni con su propia madre se comportaba así —Debí al menos traer un abrigo para ti —agregó y de inmediato buscó con la mirada algo que le sirviera para transformarlo en una prenda abrigada, pero no encontró nada.

 

Por años Tauro se había enfrentado a todo tipo de magos y brujas poderosas, luchado contra innumerables hechizos librándose de cada uno de ellos, pero por su cabeza jamás había pasado la idea de enfrentarse a la misma naturaleza que al contrario que las personas podía resultar siendo demasiado impredecible. Las dudas de Niko y de Lyra sembraron nuevos interrogantes en la Mortífaga, que antes de intervenir con alguna opinión prefirió esperar a que Ishaya fuese quién aclarara toda la situación.

 

— ¿Suluk? —pensó en voz alta. Todos allí parecían conocerla, pero el nombre no se le hacía nada familiar. ¿Acaso sería una experta en cambios climáticos? Dejó la pregunta allí en su cabeza y se bebió el café entero sin azúcar.

[That is not my name]

- Venimos a arreglar el clima, por supuesto... - Le respondí a Tau de inmediato mientras llegaba otra pregunta. - Y no, no vamos a la excavación, debemos de quedarnos en la superficie para que los conjuros funcionen de la mejor manera, nosotros no somos aurores ni representamos a la Orden del Fénix, bueno, yo sí pero nuestra labor como meteorólogos es arreglar todos los problemas.

 

Ya llevaba bastante tiempo sin tener que ocultarme acerca de mis ideologías mágicas en Inglaterra, aunque sabía que la mayoría de las personas que me conocían estaban más que conscientes acerca de ello por intuición ya que encajaba en el perfil exacto de los "defensores de la luz" a pesar de todos los conflictos que pude haber mostrado en sociedad, por decirlo de alguna forma.

 

El siguiente en preguntar fue Niko, justo en el momento en el que todos estábamos más cómodos, relajados en la base científica y con una taza de té en nuestras manos para poder prepararnos a nuestra breve excursión, lo que menos quería era presentarme ante un juicio mágico por irresponsabilidad.

 

- Tempestatibus tranquilla, una combinación de viento y agua, - me dirigí a todos mientras les mostraba la floritura que debían de realizar en conjunto con la vocalización del conjuro - una sola persona terminaría desmayado después de unos diez minutos continuos de concentración, pero con la cantidad de personas que somos se podrá manejar sin ningún problema... solo andarán un tanto mareados de regreso a su hogar.

 

<<Y dormirán plácidamente>>, pensaba mientras esbozaba una sonrisa, esos detalles eran mejor ser descubiertos que platicados, sobre todo por lo que estarían enfrentándose en un ambiente tan agresivo como el que nos rodeaba. Se podían escuchar los rugidos del viento con claridad, mientras que la nieve golpeaba con fuerza el exterior de la base científica.

 

- De cualquier forma estaré detrás suyo para ayudarles con los conjuros, del mismo modo que no se me escaparán de vista si veo a alguien muy cansado o si resulta herido; como les comentaba a nuestro aterrizaje, tenemos un par de consecuencias que han creado ventiscas muy poderosas, tormentas eléctricas, derrumbes en la zona y algunos aseguran que hasta han aparecido bolas de fuego... ¡Muy bien, para afuera!

[Lyra Katara Selwyn]

Me alegraba ver que al menos Niko también pasaba frío igual que yo y no es que mi ropa no fuera abrigada, pero en la cara me afectaba. Decidi ponerme la capucha, para calentarme un poco las orejas.No pude evitar pensar que cuando saliera de ahi iría al restaurante de mi hermana, esperando que vendiera chocolate caliente y no solo el café.

 

-La ropa es abrigada, hermanita. Pero para un clima que se considere normal.- Comenté.-Se me pasara, no te preocupes.

 

Dije eso en voz baja, no quería que el profesor me regañara por interrumpirlo en clase.Me encogí de hombros al escuchar al profesor decir que era de la Orden, no me sorprendía puesto que ya había visto algunas actitudes en las clases que había compartido con él.

 

Me alegro saber que no ibamos a la excavación, al menos de esa forma no era tan riesgoso que si estuvieramos en el interior de la misma, donde podría ocurrir algún derrumbe.

 

-Tempestatibus tranquilla- Dije en voz alta mientras realizaba el mismo movimiento que Ishaya.-Perfecto.

 

No pude evitar sonreir al escuchar lo de caer desmayados tras diez minutos de concentración. No creia que eso me fuera a pasar a mi, que cuando mucho podía concentrarme cinco minutos y después mi mente empezaba a pensar en cualquier otra cosa. Aunque la distracción tampooc era un rasgo tan bueno.

 

-¿Caer herido? Eso me recuerda, ¿es cierto que en una tormenta como a la que nos enfrentaremos puede formarse granizo o bolas de nieve tan grandes y duras como una bola de boliche?- Pregunté-¿O solo son cosas inventadas por los llamados guionistas en las películas muggles?

 

No había podido evitar recordar esa película, aunque había varias de ese tipo. No sabia como los muggles podían entretenerse viendo como actuaban los poderes de la naturaleza.

 

-Vamos, hermanita.- Le pedí a Tauro que me acompañara.

 

Había enfrentado cosas peores y podría salir de esa. Se me había pasado preguntarle a mi hermana porqué había mencionado a la arcana Suluk, pero lo haría mientras estuvieramos afuera, si es que podíamos platicar.

 

-¿No hay un hechizo más fuerte además del Placidum ventis y lenis aura para protegernos mientras estemos afuera?- Pregunté al profesor antes de salir.

 

Si estabamos protegidos podríamos hacer mejor nuestro trabajo, aunque ya sentía mucho más calor que antes gracias al té que habíamos tomado antes.

[Tauro M.]

Su trabajo no consistía en perseguir a los culpables ni descubrir quiénes eran, más que todo se reducía a resolver el problema del clima.

 

Tauro se puso en pie de un salto al escuchar que ya podían salir y se apresuró a caminar al lado de su hermana. Si iban a hacerlo, lo harían juntas, de esta forma una le podía cuidar a la otra si caían en peligro. Tampoco tenía miedo de caer desmayada, con tantas situaciones extremas a la que los Uzza y Arcanos la habían expuesto, su resistencia era mejor, por decirlo de alguna manera. Empuñó su varita con fuerza y murmuró el nuevo hechizo enseñado por Ishaya —Tempestatibus tranquilla —sintió el gran poder a medida que realizaba las florituras y descubrió que la madre naturaleza podía ser superior a todas las fuerzas.

 

— Tengo que decir que esto es increíble y me servirá mucho —comentó.

 

Una vez afuera se enfrentaron a la verdadera tormenta que resultó ser peor de lo que Tauro esperaba. La brisa y el viento eran tan fuerte que costaba ver y si mantenías muy abierto los ojos dolían, como si cada ventisca fuese una pequeña cuchilla. Algo había enojado a la madre naturaleza para que se comportara así y dudaba que alguna vez se fuese a calmar.

 

— ¡Placidum ventis! —gritó para hacerse escuchar por sobre el ruido de la tormenta. La esfera rodeó su cuerpo y solo así pudo seguir avanzando sin sentir que la vista se le estaba dañando.

 

— ¿Hacia donde crees que debemos ir? Toda tormenta tiene un centro, donde nace, es allí donde debemos meternos, en el ojo de la tormenta —la sola idea ponía en riesgo sus vidas, pero si de verdad querían controlarla era algo que debían hacer. En ese momento deseó que tuvieran a la mano otro hechizo defensivo más poderoso y poco importaba si luego debían dormir más de dos días.

[Niko Uzumaki]

- Nunca voy a acostumbrarme a esto - El Tonks no dejaba de extrañarse ante las declaraciones de su padre, le resultaba muy raro que hablara tan abiertamente de su relación con la Orden del Fénix. En su caso, nunca lo había hecho y no lo realizaría, era Warlock y debía mantener las relaciones lo mejor posible en los altos mandos, incluso si no le gustaban las decisiones que se tomaban - ¿Arreglar los problemas? - A medida que avanzaba la clase, sus ganas de aprender dicho conocimiento eran menores, no entendía por qué había decidido ingresar a esa clase.

 

- Tempestatibus tranquilla - Murmuró, su padre no le había explicado a qué se tendrían que enfrentar pero al menos les había indicado qué hacer y las consecuencias - Muy bien, otra clase que me va a dejar sin energía y posiblemente en el piso - Nathan lo había intentado matar en su clase de Herbología y le molestaba que en todas intentaran hacer lo mismo, no entendía muy bien la lógica de aprender al borde de la muerte. Sus métodos eran bastante diferentes pero al parecer con la nueva Dirección habían cambiado muchas cosas, no solo la estructura del lugar y la llegada de nuevos profesores.

 

- Al menos no tendremos que ingresar a la excavación - El Tonks intentaba encontrar motivos para no fastidiarse con la clase, esa era una de las buenas noticias que le había dado o seguramente habría salido de dicho lugar en busca de su oficina al interior del Ministerio de Magia. El movimiento de varita lo tenía bastante claro así que sabía que no tendría problemas para realizar el hechizo que había aprendido afuera, aunque prefería mantenerse en el lugar en el que se encontraban.

 

- Es decir que puedo morir si una de esas cosas me golpea en la cabeza, ¿cierto? - La noticia que Lyra estaba contando no era nada buena, no quería morir en dicho lugar y menos si era por un golpe de un granizo o de una bola de nieve - Espero que sea una de esas cosas que la gente había inventado - Pensó, el clima no era muy agradable en ese momento, pero si algo tenía claro es que no estaba preparado para morir o si lo hubiese estado, le gustaría asistir a las redadas que se llevaban a cabo entre los bandos.

 

- Suluk, la arcana de Animagia - Dijo en voz alta recordando que Tauro había mencionado su nombre, le encantaría contar con la presencia de la mujer en dicho lugar pero sabía que los arcanos no aparecían mucho en público más que en sus clases. Ella seguramente les podría enseñar varios hechizos para poder protegerse - Justo eso quiero saber - Lyra estaba pensando lo mismo que él pero la mujer sí había expresado sus palabras.

 

Por suerte, sus acompañantes tenían muchas ganas de salir y fueron las primeras en hacerlo. El Tonks se quedó cerrando el grupo junto con su padre que había dicho que los protegerías desde la parte de atrás para evitar que alguno de los estudiantes tuvieran un accidente o estuviera al borde de la muerte.

[Lyra Katara Selwyn]

-Placidum ventis- Exclamé también, protegiendome como mi hermana, en lo que el profesor contestaba. Tauro había mencionado a la arcana de animagia y luego Niko, cosa que me descontrolo-¿La arcana Suluk sabe de meteorología?

 

Miré a Niko sorprendida, no recordaba eso de cuando me había enseñado la habilidad, aunque al igual que otros arcanos era experta en muchas cosas. Ya después interrogaria a Niko sobre lo que había visto que podía hacer la arcana con el clima, pero no era el momento.

 

-No estaría mal tener ayuda extra, pero ¿crees que deje todo para venir a ayudarnos?- Pregunté, mientras lo miraba. -¿Creen que sirva el salvaguardia mágica para poder protegernos del clima?

 

Todos los presentes ahi ya conocíamos ese hechizo. Sali con mi hermana para ir adelantando un poco la práctica, sorprendiendome su pregunta, ¿hacia donde debíamos ir? No tenía idea en realidad.

 

-Propongo que caminemos todo derecho...- Si, una respuesta asi era capaz de desesperar al más santo, pero era lo único que se me ocurria.-Lo sé, esa contestación merece un zape.

 

Estaba pensando en algo que nos ayudara. No creia que los pajarillos del avis nos pudieran ayudar en ese momento y no había nada que se pudiera transformar en un oso polar o un animal similar que nos sirviera de guia. Se me ocurrió una idea, no estaba segura si serviría, pero habría que intentarlo.

 

-Flagrate- Mencioné, señalando el cielo.

 

Una línea roja se dibujo en el aire, recta y bastante larga. No estaba tan alta porque difícilmente podíamos ver el cielo en medio de la tormenta, pero estaba apenas un poco más arriba de la cabeza de mi hermana.

 

-¿Crees que sirva? A esa línea roja no la afecta la tormenta y crei que utilizandola podríamos seguirla, evitando caminar en círculos...- Comenté.

 

No se me ocurria ninguna otra cosa que nos ayudará a mantener el mismo camino, aun el "orientame" podía resultar dudoso en esa situación. Espere la respuesta de Tauro antes de dar un paso, a lo mejor a ella se le ocurría otra cosa.