Jump to content

Libro del Equilibrio (#8)


Lisa Weasley Delacour
 Compartir

Publicaciones recomendadas

El sol aun no se dejaba ver, si es que luego aparecía claro. Las grises nubes en el cielo amenazaban a la humanidad con descargar toda su furia contra ella. Amaba las tormentas por encima de todo, no obstante, prefería que el tiempo nos acompañase en aquella misión, sobretodo si era al mar a donde iríamos a investigar. Eran apenas las seis y media de la mañana de un frio jueves y yo, con evidentes signos de confusión, me hallaba en el astillero de renombre mundial Harland and Wolff Heavy Industries Limited. La alta cerca que rodeaba la propiedad solo gritaba lo muy enorme que era.

 

¿Que podía encontrar Runihura allí que le llamase tanto la atención? No tenia la menor idea, pero la joven Uzza estaba un tanto, demasiado, emocionada con aquel lugar. Su citación, como era habitual, carecía de información. A veces, si no fuese por lo que la apreciaba, la mandaría muy al cuerno. Si algunos de mis camaradas me llamaban loca era porque no la conocían a ella. Mis ojos verdes observaban el paisaje a mi alrededor, mientras esperaba que la Nefir se calmase y me contase el porque de tan prematuro encuentro, amen del culmen de la vorágine de sentimientos que poseía.

 

- ¿Conoces la historia del Titanic? - Pregunto, tras alzar su bastón.

 

OooooO

 

Horas después y totalmente empapada, me seguía cuestionando la coherencia del pueblo guerrero de Egipto. Seguía en Irlanda del Norte y allí esperaría a que los alumnos de la cátedra apareciesen. Les había enviado un memorandun tras la partida de la fémina. Seria, como poco, interesante ver sus rostros al enterarse de lo que tendríamos que hacer. Lo cual me seguía pareciendo una ida total de olla. El aguacero era coro una previa a la cantidad de agua que veríamos en un rato mas. Era como si la naturaleza, llevada por la diosa madre, se estuviera carcajeando de mi suerte.

 

Al tiempo que ataba mi cabello en una alta cola, seguía deliberando sobre lo que la morena me había contado ¿En serio se creían que el hundimiento del barco había estado ocasionado por alguna fuerza maligna proveniente del averno? Según cuentan los archivos, el inmenso transatlántico había chocado contra un iceberg debido a un error humano, la cuarta noche tras su puesta en marcha. ¿A caso había una puerta al otro lado en aquel océano? ¿O tal vez algún miembro de la tripulación había hecho un pacto con el diablo? La idea de aquella clase era averiguar todo eso y mas.

 

- Bienvenidos – Dije al sentir la presencia de varias personas a mi alrededor – Tenemos un largo día por delante – Declaré de forma seria - ¿Alguno me sabe decir que ocurrió la noche del 14 al 15 de abril de 1912? - Debía evaluarlos, aunque yo siempre los tomaba como iguales a la hora de enfrentar los peligros que el universo y la magia nos ponía en frente.

Editado por Bastian Karkarov Malfoy

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Apenas Madeleine se aparece en el astillero, siente la lluvia. Trata de mantenerse a salvo bajo su raída capa de viaje, pero sabe que no pasará mucho tiempo hasta que termine tan empapada como Lisa. Luego de asegurar su mochila y la vaina de su espada, se echa a andar hacia su compañera, sus botas de charol negras haciendo salpicar los charcos de agua en el asfalto. Nunca ha estado en un lugar así, pero está segura de que esa será la última vez. El mar, los barcos, el ruido... no, no, esas cosas no son para ella.

 

Piensa que la mujer les hablará un poco acerca del lugar. Sin embargo, los recibe con una pregunta extrañamente aleatoria (o quizás no tanto...) que la deja desconcertada especialmente a ella.

 

—¿Qué demonios?

 

¿Se supone que es un "examen sorpresa"? ¿Y de la cátedra que menos le gusta?. Claro, en alguna ocasión tomó clases de Historia de la Magia, pero eso no significa ni que le tenga cariño ni tampoco que se le bien. Por no mencionar que ella no es de las personas que pueden citar los sucesos ocurridos en cualquier fecha que se les de. Quizás si Lisa mencionara lo sucedido, podría hacer memoria, recordar lo que ha leído e incluso visto en la televisión, y aportar su granito de arena... pero así no. No sólo no sabe la respuesta sino que, por primera vez en quién sabe cuánto tiempo, Madeleine se ha quedado sin palabras.

 

Siente que debería enojarse. Ella no madrugó ni trajo consigo un montón de artefactos mágicos (incluida la propia Melle) para que la sometan a pruebas de cuarto año. No, ella está allí para instruirse en las magias guerreras de los Uzza. Gastó todo su maldito salario para ser de más ayuda en, lo que ella llama, la Buena Batalla.

 

Aunque, ¿es eso lo que le enoja? ¿O es el no saber la respuesta? Como sea, con el silencio ya bastante prolongado, se siente obligada a hablar.

 

—No tengo ni la menor idea —musita, encogiéndose de hombros, con su rostro pareciendo decir "¿por qué demonios tendría que saber eso?".

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La cara de desconcierto de la fémina fue para recordar. Y no era para menos. Mi pregunta englobaba demasiadas cosas para evaluar. Era cierto que eran pocos los magos que estaban enterados de la historia muggle y por ende no podía reprocharle su escepticismo ante mi rara bienvenida – Es la fecha de hundimiento el Titanic – Decid ayudarla, para a ver si así rememoraba tan trágico suceso – Los Uzzas piensan que no fue un error humano y nos han enviado para investigar su recorrido, sus ruinas y el punto de inflexión donde tuvo la colisión con el iceberg.


Decirlo así era sencillo, pero me seguía pareciendo un cuento chino. Runihura en cambio confiaba ciegamente en el consejo de sabios y aprobaba los métodos que estos usaban para verificar los acontecimientos del mundo – Siendo sincera no se que vamos a encontrar allí fuera, pero si un Nefir pone el ojo en algo es porque vale la pena perderse por el atlántico – Llevaba dando cátedras desde que los guerreros de Egipto habían aceptado la unión con Londres, bien sabia que era cierta aquella afirmación que le había entregado a la bruja – Por el momento, vamos a iniciar con la clase.


Tenia entendido que eran varios los alumnos que llegarían hasta Irlanda, no obstante, el tiempo pasaba allí solo estábamos Maddie y yo – El barco parte dentro de quince minutos, lo justo para enseñarte uno de los mejores conjuros que posee este nuevo libro – Kim, mi varita, hizo ato de presencia cuando la llame silenciosamente. Brillaba al con anhelo, dispuesta a combatir si fuese necesario. La lealtad hacia mi persona era fuerte – Flechas de fuego – Pronuncie, moviendo mi brazo hacia arriba y hacia abajo, creando los filamentos envueltos en elemento primigenio.


Seguro la Stark no tendría ningún problema en repetir mis acciones. Aprendía rápido – El conjuro es excelente contra los inferis, que de seguro veremos en algún punto del día – Si no los había por suerte, Badru los crearia para ver como los pupilos sorteaban tan asquerosa defensa – El aro de metal que te traía como elemento sirve para que los venenos no te afecten, asi que mejor vete poniéndolo en el dedo y activandolo – De sobra conocia las artimañas del moreno. Aportaría mi dedo indice y no lo perdería si expresaba que este nos estaba espiando desde algún lugar - ¿Alguna duda?

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mica Gryffindor

Agatha había comenzado el aprendizaje en cuanto a Libros de Hechizos, dejando en mi poder aquellos tres primeros con sus poderes incluidos. Era un buen primer paso, pero no tendría sentido alguno si no los continuaba. Había vivido las primeras clases sin poder ser partícipe activa, encerrada aún en mi propio cuerpo, aunque sin poder dominarlo. Ahora era yo quien decidía participar, sabiéndome la completa responsable de todo lo que aconteciera.

Estaba nerviosa al momento de inscribirme, era un paso importante, y de los primeros que estaba emprendiendo desde mi regreso. Aún no había regresado a la vida en sociedad propiamente dicha, así que nadie me había visto desde que logré recuperar mi apariencia "de siempre" gracias a la habilidad de metamorfomagia.

Ahora mi cabello era color castaño oscuro y mis ojos verdes. Disfrutaba mucho contemplarme en el espejo, pues había pasado demasiado tiempo viendo aquel rostro que no me pertenecía. Me mordí el labio, conteniendo una sonrisa, mientras contemplaba las pecas que plagaban la zona de mi nariz y mejillas. No era perfecta, me veía como una joven "normal", y eso me alegraba de sobremanera.

Los golpecitos en mi puerta me hicieron regresar a la realidad. Al voltear me di cuenta de que era mi elfo doméstico, Mushu, quien acababa de entrar al recinto. Le sonreí, pues él también pareció alegrarse de verme, y me acerqué a darle un fugaz abrazo. Tampoco él me había visto aún, pues tras adquirir la habilidad no me había atrevido a presentarme directamente cambiada a mi hogar, sino que opté por camuflarme para evitar explicaciones. Pero ya estaba cansada.

-Ama... que gusto verla- murmuró el pequeño, algo sorprendido y conmovido- Pero... se le hace tarde para su clase- agregó buscando entre mis túnicas la que él ya tenía seleccionada para la ocasión.

-¡Cierto! Se me fue la hora...- murmuré y tomé la ropa, corriendo a cambiarme en el tocador.

Pronto estuve lista, vestía de rosa pastel, con una túnica preparada para todo clima. La había impermeabilizado, era liviana, pero al mismo tiempo cubría todo mi cuerpo, por si debía enfrentarme a climas extremos. Conocía aquellas clases y sabía que todo podría pasar. Complementaban mi atuendo zapatillas de lona, también impermeabilizadas.

Llegué al sitio indicado justo cuando Lisa, la que al parecer era la profesora, mencionaba el hundimiento del Titánic. Había estado fascinada con esa historia por mucho tiempo, por lo que recordaba cuándo era pero ¿No había sido un iceberg? esa parte sí que era reveladora. La Demon Hunter no notó mi presencia, por lo que siguió dirigiéndose a Maddie mientras hablaba. Escuché todo con atención, las flechas de fuego servirían con Inferis... y me coloqué los elementos que el Libro traían, sin dar señales hasta entonces de mi presencia.

-Yo tengo una duda ¿No dirás que estamos de verdad en el Titanic, verdad?- dije por fin haciéndome ver, tras la indagación de dudas por parte de la profesora.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Sí, sí, claro —apenas escucha el nombre, una bombilla parece encenderse sobre su cabeza—. El Titanic.

 

Al igual que muchos muggles, no se enteró de la tragedia por haberse interesado en la historia, sino por el éxito de la película noventera. Recuerda que en el internado en Edimurgo, sus compañeras de hogar se exaltaban bastante con la historia de amor y, más específicamente, con el actor que hacía el papel de protagonista masculino. Algo en su acento americano, suponía en ese entonces. Y aunque Madeleine no puede negar que fantaseaba con ese romance y ese galán, la historia le había parecido bastante interesante; por un lado lo monumental del barco, y por otro los errores humanos que provocaron que tan poca gente se salvara de aquel desastre. Sin embargo, ella nunca había visto nada sospechoso en el accidente; sólo cosas de vida. Incluso para ella, que es conocida por ser paranoica y desconfiada de cualquiera que no sea su compañero de bando, le cuesta pensar que "algo más" tuvo que ver en lo sucedido.

 

Pero como en esas ocasiones los Uzza siempre los mandaban a hacer todo tipo de cosas locas y sin sentido, no hay marcha atrás.

 

—¿Acaso iremos al fondo del océano, a buscar cadáveres y usar los Amuletos de Resurrección? —replica, sacudiendo la cabeza, aunque resignada. Ésta vez, por lo menos, la travesía tiene un propósito más importante y aceptable que simplemente arrancarle el cuerno al Minotauro.

 

El tema, no obstante, no se prolonga más. Lisa decide comenzar con las muestras de los hechizos de una vez, que a Madeleine le parecen más interesantes que los de los libros anteriores y no ligados a un arte tan delicado y peligroso como lo es la Magia de Sangre. Son "normales". Las flechas de fuego que invoca su compañera las ha visto ya en el campo de batalla, incluso.

 

Luego de colocarse el anillo antiveneno, ella misma alza su varita de ébano e invoca una decena de flechas de fuego que, a diferencia de las flechas de plata, no salen al mismo tiempo sino que lo hacen en fila. Éstas caen en el asfalto húmedo por la lluvia, y el agua hace que sus llamas bailen bastante, mas no las apagan. Ansiosa por probar aquella nueva magia, y curiosa por ver lo que pasaría, se atreve a tomar una (sólo una) semilla de hielo del frasquito, que usa como si fuera un colgante. Cuando la arroja sobre la flecha el fuego se extingue de inmediato y, en lugar de arder, queda cubierta de una delgada capa de hielo reluciente. Sin embargo, el hielo se propaga un poco más de lo que había pensado, hasta que casi alcanza los pies de las brujas.

 

—Uhm, acabo de recordar que estamos en un lugar lleno de muggles... ¿no? —musita, con un ligero tono de disculpa, mientras espera a que la lluvia deshaga el hielo.

 

Es en ese momento cuando escucha la voz de la que debe ser su "compañera de clase". Es una de sus nuevas compañeras de bando, y por lo que había oído ya tiene bastante experiencia en la Orden del Fénix, aunque Madeleine lo único que sabe de ella es que es una Gryffindor. Sin embargo, al escuchar que se dirige a Lisa, se limita a saludarla con un gesto de la cabeza.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Llegas tarde


El que alguien fuese impuntual me sacaba de mis casillas, mas aun cuando teníamos una cátedra tan importante por delante. Era una falta de respeto hacia mi, haca la universidad y hacia los Uzzas, amen de una excusa perfecta para que Badru tergiversara las pruebas y focalizase sus energías en hacernos quedar en ridículo frente al consejo Nefir. A pesar de mi actitud pasota y mi carácter rebelde, las normas de conducta y respeto las tenia bien arraigadas a mi ser. Después de todo mi madre había sido muy dura en cuanto a mi enseñanza. Ser reina de un país conllevaba mucho.


- No estamos en el Titanic, sino en el astillero donde se creo. Ahora embarcaremos para seguir su ruta y bucee hasta sus ruinas.


Preferí dejar el regaño para mas tarde, a fin de cuentas nada podíamos hacer ya con los minutos perdidos. Mirar hacia el futuro era la frase mas repetida por el anciano padre de mi primo y gozaba de toda la razón del mundo, al menos ante mi visión de este. Tenia que enfocarme en la misión que Runihura me había dado; hallar los restos del trasatlántico, verificar si fue o no un error humano su hundimiento y comprobar que nada maléfico rodease su seguramente mas que mohosa carcasa. Por el momento y antes de iniciar con la aventura, responder dudas era la elección mas acertada.


- ¿Después de todo lo vivido ya con los libros, te cuestionas eso? Sabes de mas y de sobra que cuanto mas desmedido sea el peligro, mejor.


Y era cierto. Los guerreros de Egipto nos exigían valía y fervor para obtener el favor de aquellos dones que solo ellos dominaban. Daba igual la manera, no obstante tenias que llegar a sus limites y a los tuyos propios para ser capaz de domar los conjuros que te proponían. Le hice una seña a la Gryffindor para que ella, junto a la Stark, probasen el hechizo que les acababa de enseñar. La mejor forma de hacerlos tuyos era practicando. Daba gracias al cielo por el aguacero que estaba cayendo, casi envolviéndonos en una cortina privada donde los muggles no tenia acceso. No quería ojos indiscretos.


- No te preocupes, no hay nadie cerca, lo he comprobado. Ahora y cuando digáis, partiremos.


Note un asentimiento por parte de ambas, así que encamine mis pasos hacia el pequeño buque anclado cerca de nuestra posición. Era un velero modificado por magia, capaz de surcar los mares a una velocidad vertiginosamente irreal. Capitaneado por un viejo de aspecto senil, que contaba en su haber con mas de dos mil incursiones a todo tipo de lugares acuáticos. Salude al oficial en cuanto mis pies tocaron la madera de cubierta. El hombre me tomo en sus brazos con gran cariño, pues hacia eones que no me veía. Yo no lo recordaba, sin embargo Luca me contó que el había sido intimo de mi progenitora.


- ¿Todo listo? - Su sonrisa me indico que así era – Bien, llegaremos en un abrir y cerrar de ojos.

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—No estoy tan segura de ello —gruñe por lo bajo. Es muy difícil que alguna de sus compañeras logre distinguir las palabras.

 

Lo cierto es que Madeleine nunca ha sido amiga del peligro (lo cual está muy fuertemente arraigado a su odio a la violencia, aunque ella misma la ejerza). Y no, eso no quiere decir que sea una cobarde; nadie que la conozca puede decir que lo es... o, por lo menos, que lo sigue siendo. Sí, más de una vez flanqueó en la Buena Batalla; se dejó llevar por el miedo, la duda y la culpa. Pero hoy no deja que nada de eso la corrompa ni la frente. Cuando es necesario luchar, lo hace. Cuando el peligro amenaza a los inocentes, salta hacia él. Antes se detenía a pensar o buscaba excusas; ahora, ha aprendido tanto a confiar en sus instintos como a asumir sus errores. Pero de todas formas no se considera ni una amante del peligro ni una aventurera ni una guerrera.

 

Así como la idea no es algo que le satisfaga, lo acepta, porque por lo menos esta vez los motivos de los Uzza para aquella aventura son aceptables. Además, aunque Lisa haya dicho eso, a ella le parece que se trata más de investigar. De forma que, apenas su guía les dice que espera su señal para partir, asiente sin dudarlo.

 

Caminan hacia donde está anclado el velero. A primera vista a Madeleine le parece uno bastante común y corriente, aunque no le sorprendería que tenga oculto algún dote extraordinario. Su capitán es justo como se imagina a cualquier capitán; canoso, con barba y una panza cervecera. Lo único que le falta es una pipa. Mientras que Lisa lo saluda con un abrazo, ella se limita a hacer un gesto con la cabeza apenas intercepta una mirada con el viejo. Aunque todavía nadie ha dicho nada sobre él, asume que si los va a acompañar en la travesía, es un mago o como mínimo alguien que sabe que ellos lo son.

 

—Qué bueno que traje mi anillo de amistad con las bestias —suspira, observando el mar en el horizonte, que no tardará en convertirse en océano. No sabe qué clase de criaturas los esperan bajo las aguas, pero aún así, las espera. No la tomarán desprevenida.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mica Gryffindor

 

No me gustó en absoluto el tono empleado por Lisa para dirigirse hacia mi persona. No había demorado tanto como ella decía, aunque el clima que nos circunscribía podía volver cada minuto de tardanza una eternidad. Me mordí los labios para no emitir respuesta alguna, pues no quería empezar una disputa sin sentido. A fin de cuentas ella era mi profesora y quien podría aprobarme o no a la hora de acreditar mis nuevos conocimientos, si es que los lograba...

Suspiré escuchando que mis primeras suposiciones eran erróneas. No me gustaba equivocarme, pero ciertamente mi afirmación era un tanto ingenua. Por fortuna Madeline también hablaba, lo que dirigió la atención de Lisa hacia ella, deteniendo su regaño, o tal vez lo continuaría más adelante. Las palabras de Lisa nos aseguraron que así era el funcionamiento de los libros, que si nos veíamos envueltas en peligro si de verdad queríamos aprender.

Lisa nos invitó a practicar el hechizo que enseñaba al momento de su llegada, por fortuna había llegado a captar sus instrucciones. Mientras las damas caminaban hacia la embarcación que nos aguardaba, les di la espalda y apunté hacia nuestra retaguardia, tras asegurarme por mi cuenta que no había nadie allí. -Flechas de Fuego- me concentré entonces, logrando la invocación aquellos filamentos de fuego que surgieron uno a uno de mi varita, viajando a gran velocidad hasta extinguirse en la distancia, al no tener punto de impacto alguno.

Sonreí al lograrlo y me apresuré para alcanzar a las otras dos mujeres, llegando a ver el momento en que Lisa se abrazaba a aquel capitán. Al igual que Mad, preferí saludar desde la distancia, con una leve reverencia. Sonreí cuando mi compañera afirmó su gratitud por haber traído aquel anillo.

-Lo dices por el océano o por nuestro "capitán"- susurré por lo bajo, para que solo ella escuche.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Hey, es un viejo lobo de mar irascible y algo harapiento, pero que conoce este océano que vamos a surcar como la palma de su mano y yo confió en el.


Habia escuchado la mínima conversación entre Madeleine y Mica y tuve la necesidad de intervenir, a fin de cuentas el respeto por los mayores se me había enseñado desde la cuna prácticamente. Mi tono de voz no fue duro, ni de reproche, pero si con un deje de ¨no quiero mas bromas absurdas hasta que la cátedra no termine¨ implantado en el escueto mensaje. Luego, las sobrepase y me senté cerca de uno de los mas altos mástiles jamas vistos, desde donde podía observar el oscuro horizonte. Me sentía atraía por la energía de los rayos que nos estaban rodeando.


El agua, poco a poco y empujado por la hostil tormenta que parecía seguiros, se embravecía con rudeza. ¿Capaz y Badru estaba hostigando a los Nefir para que estos nos perjudicasen en nuestra aventura lo máximo posible? Nada bueno podría pensar del moreno. Era audaz y poderoso, si, pero cambien hostigante, mentiroso y tramposo. Omití una maldición a su persona y me centre en enseñarles otro de los conjuros del libro a mis dos pupilas, las cuales seguían observando todo lo que su alrededor había. Enseñar era una afición que siempre tuve y ahora podía explotar.


- Este hechizo os sera muy útil en cuanto a criaturas se refiere, directamente las congela – Kim, como había sucedido antes, apareció ante mi mudo llamado – Semillas de hielo – Conjure, pronunciándolo con firmeza – Recubre de hielo al animal o bestia duran un lapso perfecto para evitar que os hiera – Había apuntado hacia un hipocampo que había aparecido a mas de cinco metros de nuestra posición. Este se quedo atrapado y estático – No morirá, tranquilas, ahora, apuntad y defended el barco, no creo que este solo – Y era cierto, varios de sus camaradas querían hundirnos.


Mis ojos verdes captaron por el rabillo del ojo el timón virar hacia el este – No quedan mas de tres millas a lo sumo – Estábamos cerca de descubrir cuanto había de oscuro en el hundimiento mas famosos del mundo.

Editado por Lisa Weasley Delacour

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Madeleine cierra los ojos y se lleva una mano a la boca, tratando de convertir la sonora carcajada en un ataque de tos. El bastante atrevido comentario de Mica es del tipo de bromas que más disfruta. No obstante, por el tono de voz de Lisa, parece que a ella no le hace mucha gracia. Por la forma en la que habla del capitán, deduce fácilmente que ha conocido previamente al sujeto y quizás por eso se muestra tan susceptible al comentario. No la culpa, por supuesto. Pero no se disculpa ni promete no hacerlo de nuevo, porque sencillamente no cree que sea nada malo. Sólo un poco de diversión sana para aliviar el ambiente, por lo menos hasta que lleguen al Titanic.

 

—Nadie ha dicho que no —replica, encogiéndose de hombros, incapaz de quedarse callada.

 

Muy pronto olvida el asunto de la broma pesada, puesto que la lluvia de un momento a otro se ha transformado en una verdadera tormenta, con rayos y todo. El mar ruge y agita el barco con tanta fuerza que es un milagro que no termine volcado sobre el agua. Él capitán, sin embargo, sigue llevándolos al lugar con una determinación que Madeleine conoce muy bien. La lluvia y el agua de las olas que chocan contra el velero mojan a la "tripulación", pero nadie parece hacer caso a ello. Hay asuntos más importantes, de todas maneras.

 

—¿Soy sólo yo —musita Madeleine, que se aferra como puede al barandal para no caer al agua. No sólo es la primera que se adentra tanto en el agua en una embarcación, sino que tampoco sabe nadar. Mal momento para recordarlo. El vaivén del barco además la marea de sobremanera, tratando de provocar náuseas. Hace todo lo posible para no devolver el estómago frente a sus compañeras— o algo no quiere lleguemos al Titanic?

 

Como si fuera poco, pronto un hipocampo se deja ver en las aguas. Es, literalmente, un caballo de mar, con cabeza y torso de caballo y una cola de pez. Es una criatura grande y no parece nada amigable. Lisa, bastante calmada para la situación, aprovecha la oportunidad para mostrarles el uso de uno de los hechizos descritos en aquel libro. Aquel poder le recuerda a sus habilidades de la Orden Oscura. Sabe que no es dañino, aunque no puede evitar observar con un deje de pena a la petrificada criatura. Sin embargo, al darse cuenta de que hay más criaturas tratando de acercarse a la embarcación (o a ellas), lo olvida.

 

—Nunca están solos —suspira—. Y no creo que sea coincidencia. Seguramente algo o alguien los envió.

 

No puede ver bien lo que nada hacia ellas a causa de la lluvia y el pelo sobre su rostro. Había pensado que serían más hipocampos, pero al escuchar el canto, desecha aquella idea.

 

—¿Sirenas? —susurra, pero cuando se aparta el flequillo de encima de los ojos para ver bien, se da cuenta de que está equivocada. El canto es hermoso y se escucha con claridad por encima del rugir de la tormenta, pero la criatura no es nada hermosa. A pesar de que tiene un aspecto ligeramente humanoide, son bastante poco agraciadas. No puede evitar pensar en ellas como las primas feas de las sirenas. Tienen un aspecto más parecido al de un pez y resulta imposible creer que sean ellas las que canten tan hermoso. Son tres merrows las que se acercan, tratando de atraerlas; gracias a sus prendas mágicas, atraviesan el océano revuelto como si nada. Pero el canto sólo sirve para hipnotizar a los hombres.

 

Madeleine se apresura a usar su Anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos para bloquear aquella pequeña zona, de forma que el canto no llegue al Capitán y no se distraiga de su labor.

 

—¡Vamos, Gryffindor! —le dice a su compañera, mientras alza la varita. Aquellas criaturas son muy poderosas como para que puedan usar sus Anillos de amistad con las bestias, así que lo único que les queda es usar el hechizo que les mostró Lisa— Creo que saben que no nos hipnotizarán. Quizás quieren llegar al viejo ese... —antes de que logren acercarse más al barco, Madeleine agita a Fae en dirección del trío mientras conjura el hechizo para sus adentros. Una ráfaga invernal brota del extremo de su varita; cuando éste alcanza a una de ellas, una ligera escarcha la cubre, paralizándola al instante. Sin embargo, aún hay dos merrows más que están peligrosamente cerca.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.