Jump to content

Libro del Equilibrio (#8)


Lisa Weasley Delacour
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Aparentemente mi broma perturbó a Lisa, por lo que me encogí levemente de hombros. Realmente no buscaba que ella se sintiese incómoda, mucho menos por un chiste tonto como aquel. No dije nada, pero mi actitud completa denotaba que estaba arrepentida de haberme involucrado en algo así. Sin dudas, el carácter de Agatha había dejado en mí algunos rasgos, sobre todo tras el tiempo que había pasado intentando fingir seguir siendo la rubia.


Sin decir nada, dejé que Lisa continuara con sus enseñanzas, prestando mucha atención a cada movimiento. Abrí mucho los ojos al notar cómo lanzaba aquel hechizo contra un hipocampo, asombrada y un poco maravillada, aunque me preocupó un poco el bienestar de la criatura. Por suerte, nos aclaró pronto que no recibiría daños, solo quedaría congelado por un tiempo…


De inmediato mi mente empezó a imaginar situaciones de batalla en que podría emplear el hechizo, sabiendo que me sería realmente útil. Pero mi momento de reflexión no duró mucho, pues el barco se sacudía con brusquedad. Asentí recién ahora comprendiendo el comentario hecho antes por Madeline. De seguro era real que alguien no quería dejarnos llegar a nuestro objetivo. Pero no había tiempo de debatir sobre ello, debíamos ayudar a detener el movimiento.


Llevaba en mi dedo la sortija de amistad con las bestias, por lo que intenté saber qué sucedía por medio de la comunión con quienes nos atacaban. Cerré los ojos. Sentí lo molestas que estaban las bestias, pero aquella molestia no provenía de sí mismas sino de algo que les habían impuesto. No nos atacaban por voluntad propia.


Al abrir nuevamente mis ojos escuché lo que Mad decía algo sobre Sirenas. Me asombró bastante pero al mirar bien comprendí que no se trataba de ello. La joven me lamó la atención y asentí. Acercándome rápidamente para contribuir. Sí, de seguro el capitán era su objetivo.


-Semillas de Hielo- me concentré, como Lisa había demostrado. Una de aquellas criaturas se paralizó casi al mismo tiempo que la apuntada por mi compañera. El Rayo había viajado a prisa pero en forma discreta, como sabiendo que debía ocultarse de los ojos del capitán. –Semillas de Hielo- repetí en mi mente para frenar a la restante.


Era importante que avanzáramos a prisa para así tener el tiempo suficiente para salir del alcance de aquellas bestias.


-Precibí en los hipocampos que alguien los envía. ¿Qué se oculta en aquel viejo barco?- murmuré frustrada.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Asentí maravillada y orgullosa del avance de mis dos pupilas. No tenia duda acerca de que les seria fácil aquellos conjuros, pues a ambas las había visto en batalla y conocía de mas y de sobra sus capacidades, pero la manera de hacerlos suyos me agradaba en demasía. Después de aquel instante mínimo de evaluación, me afane en ayudarlas a frenar el abordaje que estábamos sufriendo por parte de las inquietas criaturas marinas. Todas ellas con un aura mas oscura de lo normal. Lo había captado yo y Mica también.


- Esto es obra de Badru, toma la energía del Titanic.


Grite bajo la muy cruenta tormenta que arreciaba embravecida sobre nuestras cabezas, logrando focalizar mi voz hacia las féminas. Kim no dejaba de lanzar conjuros, todos ellos con un mínimo de respeto hacia mi diosa madre. No podía matar a sus discípulos, los animales, no obstante, debía impedir que estos tocasen a mi equipo y al capitán de navío. Sin el lobo de mar estábamos completamente perdidas. Yo no tenia ni la mas remota idea de conducir aquella cosa y por como la Stark miraba el mar hacia unos minutos, ella tampoco.


De repente, un súbito y escalofriante ruido se hizo presente desde lo que parecían los entresijos del barco. Era un ensordecedor gruñido no humano. Basto una mirada en común para saber que nos tendríamos que dividir en esta ocasión y seguramente, enfrentarnos contra uno de nuestros mayores miedos. Por h o por b así funcionaban los Uzzas. A mas peligro, mas aprendizaje. Entendía que protegiesen su cultura, sus raíces y sus dones, sin embargo, de vez en cuando su modus operandi era una locura.


- Arena del hechicero es una invocación que sirve para cegar a vuestros oponentes. Sera útil en caso de que necesitéis escapar o distraer al rival. Parecido al Strellatus, pero en este caso no hace falta hablar. Cuando acabéis ahí, podéis echarme un cable aquí– Les esplique rápidamente antes de perderme por la puerta de madera que me indicaba con un destartalado cartel ¨Engranajes¨


La oscuridad me envolvió al bajar apenas dos escalones, dejándome en penumbra. Sonreí. En aquellas ocasiones amaba mi dualidad. No le tenia ningún miedo, es mas, hasta me sentía cómoda. Mis retinas se ajustaron al nivel de luz casi mínimo, gracias a mi raza. Pude continuar caminando sin descubrir mi presencia debido a eso. Doce pasos y nada. El silencio, en comparación a cubierta, era increíble. Nada porque preocuparse, concluyo mi voz interior con gesto irónico. Tres pasos mas y el grito volvió a oírse. Estaba cerca.

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Los crujidos en el barco no nos daban paz. Aquellas fieras marinas no parecían querer detener su ataque. Algo los llevaba a atacarnos, y yo sospechaba que estaba muy lejano a su voluntad. Entre rayo y rayo, intentaba transmitirle que eramos amigas y no una amenaza, mas nada bastaba. No parecían recibir mensaje alguno, y yo solo sentía su enojo sin límites.

De pronto, un quejido muy lejano a lo esperable resonó. Miré a Lisa algo aturdida, estaba segura de que no provenía del mar sino de dentro del propio barco. Me tranquilizó un poco el oír como nuestra profesora, lejos de entrar en pánico, aprovechaba el momento para enseñarnos una nueva maniobra defensiva. Esta vez, me pareció un hechizo muy interesante ¿Acaso todo aquel libro valía tanto la pena? Sonreí débilmente, solo nos faltaba poder salir vivas de todo aquel embrollo.

 

La cantidad de seres marinos había empezado a menguar a medida que nuestros hechizos les impactaban, no obstante el desconocido enemigo que nos aguardaba dentro del barco parecía volverse más amenazante. Miré a Mad intentando un acuerdo silencioso, sabía que ella podría seguir con nuestra labor mientras acompañaba a Lisa dentro del la embarcación, a fin de cuentas estaríamos perdidas sin ella pues no sabíamos regresar ni teníamos confianza en quien nos llevaba a través del océano.

Corrí entonces, pasando la puertucha que avisaba que solo habría allí engranajes, o al menos eso nos intentaba hacer creer. Con la varita en alzas avancé, cegada al principio por la falta de luz, pero empezando a acostumbrarme. Al dar un paso más noté que el piso se alejaba de mí, rodando por aquellos tramposos escalones y emitiendo un chillido similar al escuchado previamente en cubierta, mas tras mi impacto en el suelo, se volvió a escuchar el verdadero, mucho más intenso y nítido allí abajo.

Intenté no entrar en pánico y miré alrededor, solo nos separaba otra puerta... ¿Qué habría allí aguardando?

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Un secreto muy oscuro, al parecer —replica al escuchar el refunfuño de su compañera, pero sin que su mirada se desvíe de las furiosas aguas. Fuerza la vista tratando de distinguir algo, lo que sea, entre las olas, pero con el agua golpeándole la cara y la brisa obligándole a entrecerrar los ojos, la faena es mucho más difícil y dura de lo que debería. Si bien Madeleine no tiene la menor idea de lo que encontrarán o averiguarán en el Titanic, aquella tempestad le da la certeza de que no se trata de nada bueno... pues de otra forma, ¿por qué Badru, quien quiera que sea ese fulano, se empeña tanto en ponerles obstáculos?

 

Si bien ni la lluvia cesa ni el mar se calma, durante un momento, simplemente por el hecho de que no tiene que seguir arrojando hechizos a diestra y siniestra, parece haber paz. Pero ni por asomo se atreve a relajarse o bajar la varita.

 

¿Y ahora qué, eh?, piensa para sus adentros.

 

Como si hubiera escuchado su interrogante, algo le responde. Aquel gruñido hace que a Madeleine se le erice el vello de los brazos y, algo que el frío ni la tormenta logró, su diestra tiemble. El sonido no es humano ni nada que haya escuchado antes, ni siquiera en las aventuras más peligrosas o en sus pesadillas más oscuras. Se escucha con claridad por encima del rugir del agua y los truenos, y pareciera que hace crujir los tablones de madera que conforman la humilde embarcación. Sus ojos buscan entre las olas, pero no distinguen nada porque aquel sonido sobrenatural no viene del océano, sino del interior del velero. Por supuesto, a Lisa no se le ocurre nada mejor que dejarlas allí y buscar el peligro por sí misma. Y Mica, con su mirada, le hace entender que la seguirá.

 

—¡Hey, maldición! ¡¿Qué demonios les pasa?! —las llama cuando reacciona, gritando con tanta fuerza que es un milagro que no se le desgarre la garganta. Aún así, no logra hacerse oír por encima de la tempestad. Sus dos compañeras desaparecen tras aquella puerta— ¿Es que no han visto películas de terror? —suspira esta vez, al darse cuenta de que ya no importa. Sacude la cabeza. De no ser porque debe asegurarse de que el capitán esté bien, ya estaría tras ellas. Sabe que las dos suelen poder arreglárselas por sí mismas; ella misma es más que capaz de hacerlo también. Pero ese asunto las supera a todas, y permanecer juntas es lo ideal...

 

Madeleine vuelve a oír el rugido. Sus huesos, al igual que la madera e incluso el núcleo de su varita, se estremecen.

 

Y entonces, ve a la criatura.

 

Lo único que distingue es su cabeza y el extremo de su cola; por la distancia que se separan sin embargo, sabe que es enorme. Es una serpiente marina, la más grande que ha visto jamás. ¿Nessie?, piensa entonces, a sabiendas de que es imposible. Nessie está en Escocia... No, no es Nessie, pero sí que está cerca. Tampoco es una serpiente marina, obviamente. Tiene que ser un kelpie. Pero, ¿qué demonios hace un kelpie en Irlanda? No es que esté lejos, pero no lo usual (lo cual significa que no es natural ni una coincidencia).

 

Madeleine de inmediato agita la varita hacia una de las partes descubiertas del cuerpo de la bestia. La brisa invernal que brota de ella alcanza a cristalizar sus escamas e impedir que se mueva con libertad, pero no al detiene por completo. Es demasiado grande, maldita sea. Así que se arriesga. Busca el frasquito que usa como un colgante y toma un pellizco de la arena plata que guarda allí. Una ve que el viento está a su favor, arroja las semillas de hielo en dirección a la bestia.

 

El hielo se propaga rápidamente. La cabeza y parte del cuerpo del kelpie se congelan, al igual que varias zonas de agua. Irónicamente, icebergs de menor medida y altura aparecen.

 

—¡¡MALDICIÓN!!

 

El grito no es de ella. Es del capitán que, cuando parte del agua se congela, se ve obligado a hacer girar el timón bruscamente. Se ve obligada a sostenerse del barandal para no resbalarse y caer al agua. Seguramente, sus compañeras también sintieron eso. Pero es mejor caerse que volver a sufrir la tragedia del titanic o ser tragados por un kelpie.

 

Por un momento, cree que todo estará bien. Hasta que vuelve a oír el gruñido, bajo sus pies...

 

Será mejor que vaya con ellas.

Editado por Madeleine Stark

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...
Por un momento me sentí confundida. Mareada. Ajena del destartalado barco que nos llevaba al encuentro de uno de los mas poderosos navíos jamas creados. Era una sensación extraña cuanto menos. Mi cuerpo flotaba en una paz inusitadamente rara. Mis dilatadas pupilas enfocaban lo que parecía ser el cuerpo de una mujer. No entendía nada. Mis neuronas no funcionaban correctamente. Yo necesitaba analizar mi alrededor para poder hallar una lógica a los sucesos que creía ver, pero no lo lograba y eso me frustraba.


Sentía una poderosa adrenalina correr por mi torrente sanguíneo, dejándome aquel curioso hormigueo que evitaba que mis manos se comportasen normalmente. Intente hablar, para ver si reconocía mi voz o esta salia de alguna manera. Nada, nada surgió de mis agrietados labios. Carraspee, en un absurdo intento de eliminar aquel nudo que se había formarlo, sin yo saberlo, en mi garganta. De repente un ensordecedor ruido comenzó. Quizás siempre hubiese estado ahí y el volumen incremento. No era capaz de evaluar nada.


¿Podía acaso estar en shock? O ¿Habia perdido todo el juicio porque si?


Segundos después, minutos o al vez horas retome el control de mi. Un intenso dolor de cabeza me rompió. Ahogue un grito para no preocupar a la mujer que estaba a mi lado. La Gryffindor me observaba horrorizada, como si hubiese pasado algo tremebundo en aquella habitación. Yo no tenia idea de ello. Lo único en lo que pensaba era en acabar con lo que sea que estuviese produciendo el ruido allí y evitar, a toda costa, que el viaje se terminase con nosotras ahogadas en lo mas profundo del océano.


- No puede estar lejos – Y efectivamente no lo estaba. No se si era lo que habíamos ido a buscar, pero enfrente de nosotras hizo acto de presencia un dementor de, al menos, dos metros de alto - ¿Pero que hostias? - Nunca había visto a uno tan grande – Expecto Patronum – Pronuncie con vehemencia al sentir a Kim en mi zurda. Cuando normalmente de la punta de mi amada varita salia un hipogrifo corpóreo y con la fuerza suficiente para avisar a mis Hunters, esta vez solo una voluta de humo, dándomela estupefacta.

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mica Gryffindor

 

Algo sucedía a Lisa y me preocupaba. Su mirada me decía que todo estaba escapándose de sus manos, pero a bordo de aquel navío nos encontrábamos tres miembros de la Orden del Fénix, todas muy capaces de gestar una buena defensa si así era necesario.

Fue entonces cuando un dementor de tamaño enorme se irguió ante nosotras. Con los ojos muy abiertos observé a Lisa, pronunciando con total claridad aquel hechizo que en normales circunstancias utilizábamos para convocarnos entre miembros del justiciero grupo, sin embargo ahora solo hilillos plateados surgieron de la varita de la Demon Hunter, para mi sorpresa.

-Vamos, Lisa ¿estás bien?- susurré, aún más preocupada- Expecto Patronum- dije con firmeza, concentrada en aquel reencuentro con Arabella que llenaba de felicidad mis recuerdos y me hacía sentir tan plena... aquel abrazo que esperé por años, encerrada dentro de un cuerpo que no dominaba.

La leona plateada y fuerte, de plateado color, se formó frente a mí y embistió con furia al ser que amenazaba con enfriar nuestros corazones hasta quedarse con nuestras almas. El encapuchado huyó, empujando la portezuela para abrirse paso hacia el cielo exterior. El calor proveniente de mi patronus inundó todo el recinto, ahuyentando todo miedo e incertidumbre.

-¿Era eso? Creoque debemos ir a ver si Mad está bien...- agregué intentando acomodar mis pensamientos.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Madeleine conoce muy bien aquella sensación. El corazón helado, el nudo en la garganta, el sudor frío, la parálisis... es miedo. Hace mucho que no lo sentía de verdad, de una forma tan pura. Porque aunque ella sea perseguida por los mortífagos y se enfrente a ellos, en realidad no le aterran, así como tampoco lo hacen el dolor o la muerte. En un principio, era así; el ver la Marca Tenebrosa en el cielo la aterrorizaba. Pero la guerra la curtió. ¿Ahora? Ahora el ver el símbolo o verlos a ellos enciende algo en su interior, algo que la anima a luchar... en contra de ellos. No, los mortífagos jamás la aterrarían como lo hace ahora la simple oscuridad de la sala de engranajes. Pero, ¿por qué me da miedo?, se dice entonces. Soy una Oscuro. Yo lucho en la oscuridad. Yo uso la oscuridad. Yo soy la oscuridad. Pero, aún dentro de su cabeza, su voz tiembla ligeramente.

 

Y entonces, cuando recuerda la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, lo entiende.

 

Dementor.

 

Pero casi al mismo tiempo de notarlo, escucha el bramido proveniente el interior. Es la voz de Mica, sorpresivamente. Y aunque Madeleine no puede ver nada desde allí, lo siente; siente cómo la pesadez y el frío en la atmósfera desaparecen, a pesar de que la tempestad empeore a cada momento. Sólo entonces su respiración se tranquiliza y se siente capaz de pensar con claridad.

 

Desde allí, puede oírlas hablar acerca de ir a ver si ella está bien.

 

—Sí, estoy bien —habla en voz alta desde el umbral de la puerta. Unos momentos después de hablarle a la oscuridad, las ve aparecer frente a ella. Mica se ve bien, pero Lisa no tiene muy buen aspecto—. Uhm, necesitas un poco de chocolate —musita, y se apresura a buscar en su mochila. No tiene barras de chocolate, pero sí una rana. Apenas la pesca, se la pasa a su compañera—. Cuidado que se escapa.

 

—¡Ya llegamos! —escuchan entonces decir al capitán.

 

Poco a poco, el barco desacelera hasta detenerse por completo a la mitad del mar. Luego de una ojeada rápida, no distingue ninguna criatura o enemigo, y su anillo tampoco le alerta de nada cercano.

 

—Es hora de averiguar por qué se toman tantas molestias en repelernos —musita, mientras se quita los zapatos.

Editado por Madeleine Stark

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Podía notarlas a mi vera, sentía su esencia y su calor, sin embargo no era capaz de comunicarme racionalmente ni explicarles que estaba sintiendo mi cuerpo. Estaba alejándome de la realidad, como si alguien mas controlase mis decisiones o pensamientos. No era yo. ¿Desde cuando mi arma mágica aparecía en mi zurda, siendo que era diestra? Intente centrarme en algo que estuviese cercano a mi posición y que reconociese como propio, pero no había nada. Solo un manto frio y oscuro que me envolvía y me ahogaba en extraños pensamientos.


Me vi, así como que no quiere la cosa, con apenas diecisiete años. Mis ojos verdes estaban dilatados. ¿Eran los de la imagen o los míos? No podía decirlo con seguridad. Tenia algo en el brazo, algo que se movía y me causaba un gran dolor. Intente fijarme en lo que era, para así saber como detener el avance, no obstante y como si algo supiese lo que quería, cambio la escenografía de una forma eficaz. Ahora era yo, con tres años aproximadamente, saltando desde un árbol de dos metros al suelo. ¿Que relación tenia todo aquello?


Hemos llegado, escuche con rabiosa claridad – Si, al fin del mundo - ¿Con quien demonios hablaba? Y ¿Desde cuando tenia la voz tan grave? Intente hacer fuerza para evitar lo que en el fondo sabia iba a pasar. Esa cosa que me tenia atrapada era mas fuerte que mi naturaleza guerrera – Strellatus – Conjure, apuntando con desdén y ¿asco? A las dos féminas que seguían la actuación con evidentes sorpresa. Madeleine y la Gryffindor quedaron cegadas por aquel tremendo flash que y sin inmutarme les lance – Buscadme si tenéis ovarios.


Gire sobre mis talones, no queriendo hacerlo y desaparecí de aquel mugroso navío. Dos segundos después, estaba de pie, con un encantamiento casco burbuja en el camarote del capitán del Titanic. Frente a mis ojos una mujer de helado rostro, la cual sostenía lo que parecía ser la joya del mar; un amuleto azul que Poseidon le regalo a su hijo cuando este cumplió los dieciocho años. Según los historiadores contenía su esencia y magia – Badru, cerdo – Acusé al Nefir - ¿Te gusta jugar conmigo? - Este, ya siendo el mismo, asintió. Lo odiaba.

Editado por Lisa Weasley Delacour

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¡Maldita sea, Weasley! ¡¿Qué demonios te pasa?!

 

Mientras grita, Madeleine trata de protegerse los ojos con las manos. Es inútil, por supuesto; aún cerrándolos con fuerza, puede ver los flashes, siente cómo sus córneas arden. Maldición, es horrible, insoportable... no sólo el hechizo, sino el hecho de que sea de su propio bando, de que su propia compañera las haya atacado. No obstante, no le echa culpa, pues es lo suficientemente inteligente (o paranoica, quizás) para saber que Lisa no está en sus cabales. Esa voz ronca, aunque es normal en Catherine y ella misma, es algo extraño en la mujer. Y no sólo eso, sino la forma en que les hablaba. Tiene que tratarse de algún ente oscuro que trata de detenerlas, de la misma forma que las criaturas marinas las habían estado acosando durante aquella maldita odisea.

 

Cuando los flashes se detienen, abre los ojos. Todo está borroso. No obstante, pronto el topacio que cuelga de su cuello, el Amuleto de Curación, comienza a brillar con un montón de colores. Poco a poco, el ardor residual desaparece y el paisaje se aclara y se enfoca. Es entonces cuando se da cuenta de que Lisa ha desparecido.

 

—¿Estás bien, Gryffindor? —pregunta, aunque no espera una respuesta de Mica para seguir hablando— ¿A dónde demonios se fue Weasley? —inquiere, aunque en el interior sabe la respuesta. Sólo puede haber una... Los ojos de Madeleine se dirigen hacia el agua helada y turbulenta. Cuando vuelve la mirada a su compañera, sabe que ella debe tener la misma sospecha. Así que estira la mano hacia ella, esperando que sepa a qué se refiere.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.