Herbología XIV - Herbología Lunar

[Nate Weasley]

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Hacían ya varias horas desde aquel momento en que el Weasley congregó a sus cuatro pupilos de aquella clase en el salón de la Academia de Magia y Hechicería. Allí, con suma paciencia y con cuanta delicadeza le fue posible manejar, les explicó la loca idea que tenía planeada para aquella clase. Por mucho tiempo, desde que se le ocurrió la idea, creyó que sería completamente imposible, pero poco a poco su plan fue tomando forma y gracias a la aleatoriedad de la buena suerte y a que algunos astros se ordenaron para que las cosas le saliesen bien, sus ideas poco a poco fueron poniéndose en marcha.

 

Todo había comenzado desde el momento en que recibió la noticia de que ese mes tendría más alumnos de lo habitual: acostumbrado a uno o dos pupilos por clase, sabía que con cuatro tenía que alzar los estándares para poder sorprenderlos y pasar un buen rato sin que las cosas estuviesen fuera del campo de conocimientos de los aspirantes. No obstantes, tras mucho pensarlo, llegó a la conclusión de que el simple hecho de haber prestado atención en sus clases de Herbología de Hogwarts seria suficiente. Con eso en mente, y tomando una gran cantidad de riesgos, comenzó a pedir los permisos pertinentes.

 

La parte más complicada fue explicarle a sus alumnos lo que harían aquel día: abandonarían el ecosistema del planeta tierra y se valdrían de los más avanzados encantamientos meteorológicos para explorar la superficie de la luna, a varios cientos kilómetros de la tierra, en busca de vida herbívora. Por supuesto que los muggles jamás habían encontrado tales cosas, pero estaba seguro que a los ojos de cuatro magos las cosas serían rotundamente distintas, y por tanto comenzó a coordinar todo.

 

Tras obtener la autorización de sus alumnos, los cinco desaparecieron del salón de la Universidad y reaparecieron inmediatamente dentro de una nave espacial que actualmente se encontraba en el espacio. Para efectuar una aparición de tal magnitud requirió la ayuda de varios Arcanos que se encontraban en ese momento en la universidad, entre ellos Rosália Pereira, quienes amablemente pusieron parte de su ilimitada energía mágica para posibilitar tal traslado. Gracias a su ayuda, llegaron sanos y salvos al interior de la nave espacial, y tras echar un vistazo a través de una ventana, pudo contemplar la inmensidad del espacio y del planeta tierra.

 

- Wow... ¿es fantástico, no lo creen? - comentó el Weasley, sin detenerse a escuchar la respuesta, dado que en ese momento apareció un mago desde una puerta anexa. El mismo los ayudó y configuró una burbuja presurizada alrededor de todos sus cuerpos, la cual los protegería de los violentos valores de presión y temperatura que había sobre la superficie lunar y los dejaría inmunes a cualquier daño por tales condiciones. Antes de marcharse, el meteoromago les recordó que llegarían a la luna en cuestión de minutos. - ¿Están listos?

[Lisa Weasley Delacour]

Mi primera reacción fue mirar a mi sobrino con cara de estupefacción total. No es que la idea fuese mala, ni mucho menos, pero irnos a la Luna a investigar la flora de la misma me parecía totalmente surrealista, aun cuando eramos lo suficientemente poderosos. Salir de la Tierra era complicado, mucho mas perderse por terrenos desconocido en busca de algo que nadie, ni muggle ni mago, sabia si exista - ¿Hablas en serio, verdad? - Su rápida afirmación fue realmente aclaratoria. Confiaba en el y si decía que podíamos, ambos haríamos quedar a la Familia Weasley al nivel que se merecía.

No pregunte mas, ¿para que? El joven lo tenia todo claro y organizado hasta el mas mínimo detalle. Lo que me llevo a preguntarme que había hecho para que los directores de la Universidad accediesen, fue la locura de tener que transportarnos a todos hasta una nave espacial situada ya en los confines del universo, muy crea del satélite natural de la Tierra. Sonreí orgullosa ante la perspicacia del chico, pues me recordó a las mil y una veces que mis rápidas respuestas me habían llevado a lograr mis objetivos. Notaba la adrenalina correr por mi torrente sanguíneo, seria una clase genial.

Tome la mano de la Delacour, la cual estaba a mi lado y le guiñe un ojo de forma cómplice. Mei amaba el espacio. Podía pasarse horas enteras mirando a través del telescopio y disfrutando de la cantidad de estrellas, planetas y galaxias que componían el cosmos – Vamos a hacer realidad uno de tus sueños cari, ¿lista? - No le dio tiempo a responder, puesto que los arcanos, usando su energía ilimitada, ya hacían de las suyas, otorgándonos la capacidad de desaparecer a una distancia impensada. Segundos después de que la luz nublase mi verde mirada, hice acto de presencia en el transbordador.

Me guarde una exclamación. Era, como poco, impresionante. Un recuerdo que estaba segura jamas desaparecería de mi memoria – Nací preparada Weasley – Ya tenia ganas de explorar y ver que hallábamos. Quizás encontrásemos algo mas de lo que veníamos a buscar. Nunca se sabe. En cuanto di mi confirmación, una capsula térmica y presurizada se envolvió sobre mi cuerpo, regalándome esa protección necesaria para que mis órganos no explotasen ante la falta de oxigeno – Una pregunta que me reconcome – La curiosidad era algo innato en mi persona, desde siempre - ¿Nuestra magia aquí funciona?

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[Mei Black Delacour]

Abrió muy grande los ojos, e inmediatamente sintió que todo el color se iba de su cara. Aquello era una broma, debía ser una broma, ¿no? ¿Viajar hasta la Luna en busca de posible flora lunar? Era una locura.

 

Desvió la vista hacia cualquier otro lado del aula. La verdad es que Mei adoraba todo lo relacionado con la astronomía, era una fanática empedernida de todo ello, pero… Nunca, ni en sus más remotos sueños había pensando siquiera en ir hacia el espacio exterior. Tragó saliva compulsivamente. Aquella idea la emocionaba y aterraba a partes iguales. O tal vez más aquello último.

 

Volvió a centrar sus ojos en sus compañeros y en Nathan, el profesor. Tanto Junny como Darius parecían estar igual de anonadados, y ni hablar de la loca Weasley. Muy por el contrario, el profesor parecía no caber en sí de la emoción, y era entendible, ¡sería el primer herborista en viajar a la Luna en busca de nuevas especies de plantas! Pero llevarlos a ellos de conejillos de indias…

 

―No sé si lo llamaría “uno de mis sueños” ― se limitó a responderle a Lisa muy por lo bajo ante las palabras que le había dedicado.

 

Pero no pareció que la hubiese alcanzado a escuchar, ya que justo en ese momento, desaparecieron gracias a la magia compleja que los Arcanos que se hallaban en la sala con ellos habían ejercido. Cerró los ojos, sintiendo una presión muy fuerte en su pecho, aunque no sabía si era debido al miedo o por el mismo hecho de estar siendo transportados a una distancia tan abismalmente enorme.

 

Abrió los ojos al cabo de unos minutos, los más largos de toda su existencia en cuanto a desaparición correspondía. Parpadeó y comenzó a observar todo a su alrededor. Estaba aún estupefacta, más aún en el lugar que habían llegado: era ni más ni menos que una nave espacial. Rápidamente dirigió sus ojos hacia la ventanilla más próxima, y lo vio: el sol, de una forma tan imponente como en la misma tierra, pero a su vez, de una forma totalmente diferente. El tinte de los vidrios para evitar que los ojos se dañaran debido a la intensidad del sol le daba una forma y color particulares.

 

―Yo también tengo una pregunta ― dijo, saliendo de su estado y dirigiéndose a Nathan ―. Si bien es cierto que existen especies de plantas que requieren de poco agua para sobrevivir, ¿sería posible que encontremos algún tipo que no requiera nada de ella y use algún otro sustituto para sobrevivir?

[Nate Weasley]

Le fue muy difícil esconder la sonrisa que le provocaban las caras de estupefacción de sus pupilos quienes de sopetón se habían encaminado en una aventura hasta entonces inaudita. A pesar de que no había forma de garantizar ningún tipo de resultados, el Weasley creía poder prometerles, cuanto menos, un poco de diversión y una experiencia de aprendizaje inigualable. Después de todo, si resultaba que no había planta alguna en las inmediaciones del astro lunar, él mismo podía crear plantas de la nada misma.

 

Escuchó atentamente la pregunta de Lisa y Mei, conteniendo la carcajada que le provocó la pequeña interacción entre ambas, más no pudiendo ocultar la sonrisa. La disimuló mirando por las ventanas opacadas artificialmente y contemplando el astro rey imponiéndose en todo el espacio, tal cual lo hacía en el planeta tierra.

 

- Completamente, Lisa. Varios magos han visitado ya la luna, y si bien ninguno de ellos ha venido con el propósito de explorar su flora mágica, todos han reportado la posibilidad de efectuar encantamientos. Lo que sí, han comentado tener mayor éxito con encantamientos de tipo efecto, pues los rayos e invocaciones parecen estar ralentizados por el efecto de la gravedad. Sin embargo, no deberías experimentar ninguna reducción de tu amplia capacidad mágica.

 

Una luz roja comenzó a titilar de manera intermitente en el techo de la recámara, probablemente avisándoles que estaban a punto de llegar a destino. Unos momentos pasaron, durante los cuales el Weasley contempló como la frecuencia de su titilar era cada vez mayor... estaban llegando a destino, ¡estaban a punto de hacer historia! Ya podía ver en su mente el titular de Herbology Today...

 

- Es perfectamente factible, Mei. Verás, hay teorías, tanto de botánica como de herbología, que desarrollan sobre el efecto de la selección natural y la evolución adaptativa de las especies. Estas teorías se resumen a la premisa de que cualquier organismo vivo que sea expuesto a una serie de condiciones adversas para su vida por un período de tiempo prolongado, en algún momento de su existencia terminará generando mecanismos efectivos para sobrevivir. Así que sí, es plausible que encontremos funcionalidades metabólicas muy diferentes a las que estamos encontrados por aquí, probablemente se alimenten de gases más que de líquidos.

 

La luz titilaba ahora a un ritmo frenético, y no pasaron ni dos minutos que la nave dio un fuerte sacudón que duró unos quince segundos, hasta que finalmente permaneció quieta en su lugar. Una de las puertas se abrió y por ella entró el meteoromago, al tiempo que en el lado opuesto del salón una parte de la pared se retraía para hacer las veces de compuerta y desplegarse de tal manera que formaba una rampa que caía directamente sobre la superficie lunar.

 

- Allá vamos - dijo el Weasley, mirando por última vez a sus alumnos, y tras sacar su varita se aventuró por la compuerta.

[Lisa Weasley Delacour]

Escuche partes de la conversación entre Mei y Nathan. Saber que podía hacer magia y que mis capacidades seguían tan impolutas como siempre, me dio tal seguridad que no necesite nada mas para saltar al vació y perderme de lleno en la superficie lunar. La cobardía no era parte de mi organismo, no le tenia miedo a la muerte, ¿porque me iba a retraer ante un reto de tal magnitud? Cuando las compuertas se abrieron, di dos pasos hacia adelante por la pasarela metálica. Estaba a un centímetro de tocar la grisácea tierra de la Luna y estaba realmente emocionada por ello.

- Un gran paso para el hombre, en este caso mujer. Un pequeño paso para la humanidad.

Mi voz sonó extrañamente hueca en aquel traje isotérmico que rodeaba mi anatomía, no obstante, ninguno de los presentes pudo evitar una sonrisa socarrona ante mi mala imitaron. ¿Que podía hacer? En el fondo, cuando dejaba sale mi lado rebelde y adolescente, era una soberana payasa, amante de las bromas. Ademas allí, en el satélite natural, estaba con dos personas de mi total y entera confina; mi sobrino y mi mejor amiga. Basto una mirada con la Delacour para que esta, siguiendo mi ejemplo, bajase de la nace. Mi deber, aunque no fuese necesario, era cuidarla con mi vida.

- Weasley, ¿nos haces de guiá o como va el tema?

Meterme con el chico era algo natural, amen de picarlo con cualquier chica que viniese a la mansión y estuviese a su lado. Cosas de familia. De repente un sonido robotico hizo acto de presencia. Un bip bip que hizo eco por la extensa planicie. Los muggles llevaban enviando drones a la Luna desde hacia años, ¿Acaso seria uno de aquellos o había algo mas en el lugar? Sera interesante ver algunos de ellos o también modificarlos para que de verdad fuesen de utilidad. Mire de reojo a mi alrededor, no obstante, no se veía nada extraño o fuera de lo considerado normal.

- Chicos, he escuchado algo.

[Junnyco Wright]

No estaba segura si escuchado bien, sin duda ese día andaba mas despistada de lo normal al llegar al academia, disimuló lo mejor que pudo un pequeño bostezo, limpio las pequeñas lagrimas de pereza que se le escapaban y miro con atención la expresión en el rostro de sus compañeros y comprendió que la explicación del profesor sobre la clase era algo diferente a lo usual. Encontrar algún tipo de planta o vida herboria, como había explicado el profesor, en la superficie de la luna parecía una tarea casi imposible, pero interesante.

 

Una aparición conjunta con la ayuda de terceros, los llevo a una nave espacial que ya se encontraba de camino a la luna. JunnyCo estaba mareada, era una sensación diferente a una aparición común, podía sentir como el poder de aquellos magos y brujas poderosos atravesaron cada milímetro de su cuerpo y la condujeron a ese lugar. Se apoyo algo descompuesta en una de las frías paredes metálicas y con los ojos cerrados intentaba respirar con tranquilidad para que las nauseas disminuyeran, abrió sutilmente sus ojos para mirar por una pequeña ventana que se encontraba a su lado izquierdo, aquel cielo oscuro pero brillante a la vez decorado por miles de estrellas, la dejo atónita.

 

La voz del profesor la trajo de vuelta al realidad y en ese momento otro mago se hizo presente para colocarles su "traje espacial". Las preguntas de parte de sus compañeros no se hicieron esperar, escucho sin interferir es su charla, era difícil no sentirse intimidada ante la presencia de ese trió, ella sabía perfectamente quienes eran y la popularidad que tenían, no estaba segura si ellos la conocían, pero era algo que no le inquietaba.

 

Aquella luz roja titilante provoco que su corazón diera un vuelco, recién en ese instante comprendió el tamaño de esa aventura. Se afirmó en lo que pudo al momento del impacto, observo como el experto sacaba la varita y se apresuraba a salir por la compuerta, seguido por los demás, la joven suspiro y sacando su varita los siguió, no pudo evitar reír al escuchar a Lisa decir aquella frase muggle tan famosa.

 

Se paró en seco detrás del grupo al escuchar a Lisa, lo que le llamo mucho la atención - Eso no puede ser posible - Comentó y las miradas se dirigieron hacia ella, lo que la puso nerviosa - Bueno es que.. en la luna no hay aire, por lo tanto no se pueden producir ni escuchar sonidos - Explicaba con la mirada en la superficie rocosa del satélite - Aunque... ahora que lo pienso deben ser estos trajes mágicos los que nos permite escucharnos y escuchar el entorno - Se sonrojo levemente - Perdonen mi intromisión - Agrego y miro en otra dirección.

[Thoth]

El Egipcio era un posible conocedor de las plantas, dado que le venía por herencia familiar, por lo que al recibir la notificación de la aceptación de su clase extraordinario fue de inmediato a la universidad, portando su ropa laboral, era posible que nadie lo conociera y en efecto fue así, dado que paso por los terrenos y no saludo a nadie, ya que nadie lo conocía. Y se dirigió al sitio donde su profesor lo esperaba, como el resto de sus compañeros. Mientras su pensamieinto se encontraba algo confuso, dado que alguien habia violado el orden y al parecer los Aurores no le seguia el paso ¿acaso no existe la justicia para los crimiinales? ¿Que no son los justicieros seres regidos por la ley?

 

-Supongo que debo disculparme por la demora, por lo que de alguna forma creo que he llegado al lugar correcto.

 

Menciono y observo algunos de los presentes.

 

-No pensaba que era una reunión laboral, digo, creo que es posible que me equivoqué de lugar ¿acaso esta es la clase de herbolaria?

 

Bajo la mirada y trago saliva.

 

-Admito que parece ser el lugar indicado, pero no sé…

 

Clavo la mirada a su profesor (@ ).

 

-Algo me dice, me hace suponer que hay seres que deben estar cautivos y pagar por sus crímenes contra la sociedad, pero quién soy yo para emitir algún juicio al respecto.

 

Su mirada se clavo en la mujer (@@Mei Black Delacour ), aquella prófuga de la ley y en su compañera de trabajo (@@Lisa Weasley Delacour ), dado que era una presunta sospechosa, según comprendía o deseaba culpar por los Inquisidores.

 

-Pero les suplico que olviden mis palabras, dado que estoy aquí, supongo que para comprender el fino arte de las plantas, por lo que nuevamente.

 

Hace reverencia y se sostiene en la posición de inclinación en su cuerpo y baja la mirada.

 

-Disculpa por la tardanza, en verdad no tengo perdón de nadie, por lo que le pido mis más sinceras…

 

Hace pausa y cierra los parpados.

 

-y arrepentidas pesar por las molestias causadas.

 

Termina su inclinación, abre los parpados y clava su mirada en aquella chica (@ ) del departamento de creaturas.

 

-Curiosa coincidencia, espero que podamos ser buenos compañeros.

 

Luego de unos momentos evoco en su mente las palabras de su profesor, que el mismo le pedía atención para algo, quizas para comenzar las clase de comprender aquel arte magico, al menos al nivel teorico, por lo que no dudo en clavar la mirada en su docente, mientras que era posible que algunas miradas se clavaran en él, quizas no, pero eso no le importaba, ya que luego asumiria las consecuencias de sus palabras, por lo que ahora le importaba solo pasar esa asignatura que opto libremente.

[Mei Black Delacour]

Puso los ojos en blanco al oír las palabras de su compañero de clase, el único hombre, ya que el resto se trataban de mujeres a excepción de Nathan. No tenía idea de quién era pero el sólo oírlo supo la clase de persona que podría tratarse, una de la clase que ella solía evitar a toda costa. Pero como en aquel lugar le era imposible…

 

La nula gravedad que habían tenido dentro de la nave espacial se modificó notoriamente en cuanto se acercaron a la luna, pues rápidamente algo del peso que tenían se vio reflejado en el punto donde la luna se encontraba y se vieron atraídos hacia ella. En pocas palabras, tocaron el suelo de la nave y, a los minutos, se pudo sentir el movimiento que producía la nave para alunizar al fin.

 

Una compuerta se abrió a modo de rampa y el primero en salir de la nave fue Nathan, seguido de cerca de Lisa, quien, como siempre, ya estaba haciendo el tonto. Puso los ojos en blanco al oír las palabras de la Weasley, pero no se entretuvo demasiado y salió por detrás de la muchacha, quien, si su memoria no le fallaba, era Junny.

 

―De seguro se trata de la magia de la Arcana de la Legilimancia, ― comentó como quien no quería la cosa ante las palabras de la muchacha ― aunque es sólo una suposición.

 

Comenzó a dar pequeños saltitos, alejándose un poco del grupo y yendo en dirección hacia la parte donde el sol ya no llegaba. Fue entonces cuando, y sin poder evitarlo, dio un salto mucho más alto de lo que realmente deseaba para poder sortear un pequeño montículo que obstaculizaba su vista, y para cuando lo pasó, fue que lo notó: justo del otro lado se hallaba un boquete muy profundo y enorme. Y allí, justo a lo lejos y apenas visible, un pequeño robot caído.

 

―¡Ahí estáaaaaaa! ¡Me caigo!

 

Aquel traje era tan incómodo que no le permitió ser lo suficientemente rápida para sacar su varita y poder evitar el seguir cayendo, por lo que cayó, lentamente, más de lo normal, hasta quedar oculta por aquel montículo que había intentado evitar en un principio. Y terminó por caer sentada en la superficie lunar, con la mala suerte de que la pendiente era tal que comenzó a rodar cuerpo abajo.

 

―¡Ayudaa-aaa-aa!

[Nate Weasley]

Pasó unos largos segundos absorto en sus propios pensamientos mientras contemplaba las andanzas de sus alumnos por la superficie lunar, concentrado sobre todo en el hecho de que quizá, lamentablemente, debería comprobar su hipótesis nula y aceptar que en la vida lunar no había vida en lo absoluto; la superficie árida del astro y su total desolación hacían difícil creer que algo vivo podía existir allí, pero si algo tenía por seguro era que no se iría hasta comprobarlo.

 

- En efecto, Mei. He hablado con Rosália, quien además de permitirnos un poco de su magia para viajar hasta aquí nos ha facilitado un canal de comunicación que se obliterará en cuanto la clase termina, así que... disfrutadlo mientras podáis.

 

Por un momento, Nathan desvió la mirada al cuarto de sus pupilos, el único hombre, quien apenas había hecho acto de presencia con sus palabras. Inmediatamente y tras escucharlo el Weasley arqueó las cejas en señal de sorpresa por el descaro del muchacho, y a sabiendas de que era mejor ser prudente en aquellas ocasiones, simplemente se acercó al muchacho.

 

- No sé cuales serán tus afinidades, y honestamente tampoco me importan ni son de mi incumbencia, pero mientras dure esta clase me respetarás a mí y respetarás a tus compañeras, que ellas tienen tanto o más derecho de estar aquí que tú, ¿de acuerdo? - No tuvo tiempo de recibir respuesta del joven, dado que en ese momento la voz de Mei resonó en su mente en señal del socorro - ¡Demonios! ¿Lisa, me sigues?

 

Fue una reacción casi natural el pedirle ayuda a su tía, con quien había compartido demasiadas misiones como para no pedirle ayuda primero.

 

- Junny, Darius, ¿os podéis quedar a investigar que ha sido ese ruido que escuchó Lisa? - les inquirió, mirando hacia ellos una última vez antes de marcharse pitando detrás de su tía en rescate de su compañera.

 

@ @@Mei Black Delacour @@Lisa Weasley Delacour @JunnyCo

[Thoth]

Al parecer un defensor había salido, desagraciadamente no le pudo responder a su profesor de herbolaria (@ ) y acato su orden, al menos le agro el sonido que la prófuga (@@Mei Black Delacour ) de la justicia gritara, dado que era la única que parecía no estar con el grupo, aunque no le manifestó, le pareció como las causas del bien, busca la forma que los criminales paguen su justicia, a pesar que debería limitarse a ello, pero era menester y deber suyo informar sobre esto, dado que el mismo no permitiría que una prófuga de la justicia se saliera con la suya.

 

Fue así que su mirada se clavo con su compañera, aquella que le habían asignado (@ )

 

-Creo vuestra experiencia laboral, nos pudiera ser de ayuda, dado que soy más de oficina y escritorio, no estoy acostumbrado a este ambiente. Pero supongo que el amor por los libros, me pudiera dar una idea más clara en esto, pero es más teórico, por lo que sigo vuestras indicaciones o advertencias.

 

Espero respuesta y bajo la mirada, preguntándose donde se encontraba su compañera de trabajo (@@Lisa Weasley Delacour ), de seguro andaba cercanías del profesor, pero su mente no se ocupaba de eso, sino de cómo los directos de la universidad permitían que una criminal viera clase, si es deber de ellos tomar cartas en el asunto, esto debe ser denunciado y más que dicho profesor parece solapar esa situación, algo que sin duda el egipcio no toleraría y ello tendría consecuencias a futuro.

 

-Lo refiero, si se tratase de alguna creatura, quien más que alguien de ese departamento para que pueda orientar y ser quien dirija esa pequeña expedición, de indagar aquellos ruidos extraños, dado que son muy pocas plantas las que emiten ruido…