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Herbología XIV - Herbología Lunar


Nate Weasley
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Mi humor era el perfecto para la clase; anhelaba conocer y participar de todo aquello que Nathan supiese acerca de la flora de la superficie lunar, hasta que y de imprevisto, el metomentodo mas conocido del ministerio comenzó a soltar ponzoña sobre mis ideales y los de Mei. Me erguí con rudeza y camine hasta situarme a menos de dos metros de su figura, la cual se veía tan enclenque como siempre. Mi tono de voz, quizás aumentado por el traje especial que llevábamos, se escucho en un radio de un kilómetro.


- Créeme que si fuese una asesina a sangre fría, tu ya no estarías con vida. No te permito hablar de lo que no conoces. Acabas de llegar a Ottery, cuando vivas como los mortifagos atacan a tu familia día si día también, comprenderás los motivos por los que me muevo. Maldito ingrato.


Fue el grito de Mei quien me saco de aquel estado de ¨o te callas o te reviento la cabeza contra la roca mas cercana¨. Observe la planicie y no había rastro de la mujer. Maldije internamente. No podía permitir que le ocurriese nada malo. Ella era esencial en mi vida, tanto dentro como fuera de las razones oficiales. Mi sobrino tomo la decisión de ir en su busca, cosa que acepte de inmediato. Mientras el se quedaba algo rezagado, actuando como lo que era; el profesor de la cátedra y bajándole los humos a Darius, yo me adelante.


Me centre en un montículo, el cual estaba un poco mas allá de la astronave. Con algo de dificultad, por lo engorroso que era el traje, logre subir a su pico mas alto. Mis verdes ojos captaron un agujero tras este, de un diámetro y extensión dignos de ser filmados. Quizás la Delacour se haya caído por aquí, pensé, al tiempo que avanzaba un pie para saltar al vació en su busca. Una mano me paro. Me solté del agarre del Weasley. Me pondría en peligro tantas veces como fuese necesario si la castaña volvía a la Tierra ilesa.


- Esta ahí, lo se, no me vas a hacer cambiar de opinión


Tal vez fuesen mis palabras o que había algo mas allí con autonomía propia, pero unas grandes y fuertes enredaderas comenzaron a trepar por mis piernas. Parecían nacer desde el suelo. Intente soltarme, no había manera. Kim apareció en mi diestra ante el mudo llamado. Era el momento justo de combatir y mostrar al mundo mis conocimientos, los cuales no eran para nada mínimos. La planta era resistente, se movía en armonía con mis impulsos. No podía ser otra cosa que un lazo del diablo, uno irreverente y necio.


- Lumos solem – Grite, haciendo que la luz impactase en una de las ramas, logrando asi que, en parte, nos liberase - ¿Divertido, eh? Si le pasa algo, te capo enano.

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Una voz masculina al final del todo grupo capto la atención de todos, hablaba de una manera muy extraña, era difícil entender sus palabras, lo siguió con la mirada y cuando se dirigió hacia ella lo miro confundida – No entiendo nada de lo que habla, tampoco lo conozco– Le dijo con sinceridad, ella no sabía su nombre ni tampoco había interactuado directamente con él con antelación, la joven ignoraba que era el dueño del recinto donde habían realizado uno de los últimos casos de control de plagas de su departamento.

 

Sus ojos esta vez se posaron en su compañera Mei, quien buscaba dar una respuesta de la poderosa magia que les permitía estar ahí y comunicarse sin ningún problema. La bruja comenzó a saltar de un lado a otro, la joven rio ante eso, se notaba que disfrutaba mucho ese lugar. Se arrodillo para mirar más de cerca la superficie lunar y se mantuvo un tiempo mirando el suelo rocoso haciendo caso omiso al intercambio de palabras del grupo, pero un grito diferente llamo su atención, Mei daba un gran salto para luego perderse de la vista de todos.

 

Se levantó dudosa intentando de entender la situación, mientras el profesor y Lisa iban en rescate de Mei ella debía quedarse con Darius investigando aquel sonido. Miró alejarse al dúo rumbo al gran cráter. Cuando el joven le hablo, lo miro intentando de entender cada una de sus palabras - ¿Se ha dado cuenta dónde estamos?, creo que es la primera vez de todos en la luna, la verdad no conozco mucho de este lugar, así que será una aventura para ambos – Se encamino hacia el cráter para bordearlo, pero se detuvo para mirar sobre su hombro a su compañero – Apresúrese, debemos permanecer juntos.

 

Rodeó el cráter por el cual Mei había caído, era más grande y profundo de lo que parecía, a unos cuantos metros casi en el límite con el lado oscuro de la luna se encontraba el pequeño robot. La joven se arrodillo a unos metros y lo observo, sin saber en realidad que hacer – Parece más una marioneta que un robot – Susurro para sí.

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El egipcio ignoro a su compañera de trabajo, aunque ciertas palabras de la misma le confundieron, dado que este conociera quien era y en qué departamento trabajaba, pero bueno no había de otra, por lo que solo se limito a seguirle el paso y meditar un poco en sus palabras, ya que era verdad, no muchos se encontraban paseando por esos rumbos, pero siendo ella de creaturas pudiera ser que pudiera identificar mejor.

 

-Supongo que eso es un objeto muggle, dado que comprendo según su historia que eso se llama o se dice ser un artefacto muy complejo de manejar, inclusive a la vanguardia de la tecnología. Creo que el convento se me hablo sobre este en particular, supongo que fue cuando mandaron una misión, por lo que no sería buena idea activarlo o tocarlo, no vaya ser que los muggles, puedan vernos.

 

Le advirtió, pero era posible que la chica ya había activado sin darse cuenta, ya que quizás el mismo pudiera ser peligroso, por lo que comenzó apuntar al objeto y le cuestiona un poco a la misma.

 

-¿Lo destruyes tú o yo? Dado que es un peligro, si esa cosa se activa, no podemos permitir que ello pudiera colocar la magia al descubierto, ya tengo demasiadas complicaciones con esa prófuga de la ley, algo que deberé notificar a mis superiores, pero ahora eso puede colocarnos en serios problemas, creo que lo mejor es eliminarlo, a no ser que opines de una forma distinta.

 

Se quedo observando a su compañera de clase (@JunnyCo) y no estaba muy seguro que ese ruido que escuchara su compañera de trabajo, fuera específicamente eso, pero quien sabe, dado que al parecer esta tiene un súper sentido auditivo, superior al de un licántropo. Pero eso no le molesto, simplemente siguió planeando como usar esa leve información contra algún director de la Universidad y de ese profesor.

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Nathan no pudo sino admirar la valía de su tía, la cual conocía por demás pero que no dejaba de sorprenderlo en cada oportunidad en que aparecía para dar prueba de ella. Tampoco pudo evitar que saltase en las profundidades de aquel agujero que se abría en la profundidad de la superficie lunar, por lo cual no tuvo más remedio que seguirla allí, no sin antes comunicarse por la conexión mental que se había instaurado con Junny y Darius.

 

- Os esperamos aquí dentro del túnel, en una de esas encontramos algo.

 

Dicho eso, dio un pequeño salto amortiguado por la gravedad cero y cayó en las profundidades del agujero, precipitándose un par de metros, teniendo que mover sus manos y pies para lograr la potencia necesaria para desplazarse: allí no había gravedad que lo atraiga al suelo, debía valérselas por sí mismo.

 

De la nada misma, comenzaron a emerger una serie de raíces que los tomaron a Nathan y Lisa por los tobillos, torso y extremidades superiores. En el medio de la fascinación por haber encontrado una especie herbológica en la luna y del miedo por lo repentino de la situación, materializó su varita del bolsillo y casi al mismo tiempo que su tía, apuntó a las raíces con la misma y conjuró un hechizo seccionador:

 

- ¡Diffindo Máxima! - soltó, y con un crujido sintió como todas las raíces se aflojaban. No estaba seguro de si era un resultado de su propio hechizo o de la luz resplandeciente de su tía, pero la verdad era que aquella version magnificada del Diffindo era bastante difícil de conjurar y tenía la capacidad de encontrar la primera raíz de la planta y cortarla desde su origen, matando a la totalidad de la planta de un solo saque.

 

- ¿Mei? ¿Estás por aquí? - dijo unos segundos después, luego de recordar a qué habían ido hasta allí.

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¡Uaaaaaaaaaa!

 

¡PLLLAFFFF!

 

Fue un sonido más largo de lo habitual debido a que, técnicamente, no había caído demasiado rápido debido a la gravedad misma. El traje por suerte la había amortiguado el golpe en el trasero, pero de todas formas le había dolido bastante. Se puso en pie como pudo, sobándose sus posaderas y tratando de ver dónde rayos había ido a parar.

 

¿Hola? ¿Chicos? ¿Nathan? ¿Alguien?

 

Pero nada, sin respuesta y con la visión casi totalmente limitada debido a la oscuridad que lo invadía todo. Miró de un lado al otro, intentando encontrar alguna salida, pero al parecer se había adentrado a una serie de túneles subterráneos. Sacó su varita entonces, logrando mantenerla en el aire y pudiendo moverla al fin para realizar algo de magia.

 

Lumos ― susurró, e inmediatamente la punta de la varita se iluminó.

 

Pues sí, no se había equivocado, se hallaba en una parte de lo que parecía ser una red de túneles, y ella había llegado por uno de los conductos superiores. Observó de un lado al otro, ¿qué debería de hacer? ¿Sentarse a esperar o tratar de moverse?

 

Espero que esto funcione ― susurró, al recordar que aún le quedaba una alternativa ―. Expecto Patronum.

 

Inmediatamente un jobberknoll color plata salió de su varita majestuosamente, como si planeara en medio de la atmósfera terrestre como si nada.

 

Guíalos hasta donde estoy, por favor.

 

Y sin perder tiempo, el animalito conjurado salió volando, metiéndose al conducto por el que ella misma había llegado y yendo en busca de ayuda. Mientras el patronus con forma de ave se perdía en el túnel, había alcanzado a ver algo que apenas sobresalía de la superficie algo polvosa del lugar donde se hallaba.

 

Se acercó rápidamente, dando saltitos, esta vez de forma más controlada, y se agachó para ver mejor. Aquello… ¿aquello era una planta?

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El Weasley esperó una respuesta por parte de la Delacour, más un silencio sepulcral siguió a su pregunta. Meditó por unos segundos la idea de que quizá la conexión mental con Mei se había roto por alguna razón, únicamente para barajar la idea de que sólo funcionaba si estaban a una determinada distancia entre sí. Se lamentó no haberle preguntando a la Arcana sobre las limitaciones de dicha conexión y contempló la oscuridad ansiosamente en busca de alguna señal.

 

Cómo si le hubiesen leído la mente, un pequeño punto luminoso blanquecino le llamó la atención por la comisura del ojo. Tras voltear en su dirección, discernió entre la penumbra aquella figura luminosa que cada vez se hacía más y más grande hasta que finalmente estuvo lo suficientemente cerca como para tomar la forma de un Jobberknoll. A decir verdad, no conocía mucho a Mei, pero si algo sabían los Miembros de la Orden del Fénix era la forma que tomaban los patronuses de sus compañeros.

 

El animal revoloteó alrededor de ellos por unos segundos, hasta que Nathan comprendió la señal y dio un paso adelante. La figura incorpórea asintió levemente en señal de comprensión y se marchó por donde había venido a paso lento, como instándolos a seguirlo.

 

- Anda, encontremos a Mei. - Nathan no tuvo que decir más, su tía se puso en marcha tan rápido como se lo propuso y ambos avanzaron a través de la oscuridad de aquella red de túneles ubicada por debajo de la superficie lunar. Las paredes eran de la misma textura rocosa que la superficie, pero podía observarse que el color era distinto y tomaba una tonalidad color crema. - ¡Mei! ¿Estás ahí? - probó, unos minutos después, cuando ya habían caminado unos cien metros dentro del túnel; quizá ahora podría escucharlo.

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-Debes alejarte de mí, algo me sucede…

 

En su cuero comenzó actuar la maldición que había nacido de nacimiento, por lo que cae de bruces al suelo. En su mirada se observa una profundad oscuridad y un ansia de sangre. Lentamente un ardor comenzó recorrer su piel y sus uñas comenzaron a crecer.

 

-Corre, no puedo ser responsable.

 

Su voz era más agitada y observa como una presa a su compañera de clase (@ ), como una presa a quien devorar, quizás no muchos conocían su condición, pero pronto lo harían y lo lamentarían, dado que no era como cualquier licántropo, este era una de las especie más primitiva que pudiera existir y de las más pura.

 

-¡Lárgate!

 

Y allí su cuerpo comenzó a cambiar, el proceso fue doloroso, pero poco a poco comenzaba a perder su ser humano y se volvía cada vez más animal. Para cuando por fin termino su transformación comenzó aullar, haciendo que su sonido se mesclara en el ambiente, un hambre y sed por la carne fresca le comenzó pasar por el pensamiento. El lobo blanco de hermosos orbes, observo el ambiente y le era desconocido, por lo que lentamente su patas se comenzaban adaptar a esa superficie tan extraña.

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Apuntó con su varita y con sumo cuidado a la pequeña plantita que sobresalía de la superficie sólida y de tierra pura, tratando de iluminarla lo más posible. Apenas sobresalía del suelo, y tenía un color de hojas muy poco habitual, algo que por lo menos ella no había visto nunca: tenía hojas en forma de luna menguante y eran de un color entre azul y gris, aunque el tallo era mucho más azul que el resto de ella.

 

¡Mei! ¿Estás ahí?

 

Reconoció inmediatamente esa voz en cuanto la “oyó”. En su cabeza, claro. Se incorporó y miró de un lado al otro, apuntando con la varita. Al cabo de unos segundos, vio que una intensa luz iluminaba uno de los túneles del lugar en el que se hallaba, y al cabo de un minuto, su patronus apareció, seguido de cerca de Nathan y Lisa.

 

¡Sí, estoy bien! Tranquilos ― respondió, asintiendo con la cabeza y sonriendo levemente al momento posterior ―. Nathan, mira lo que encontré ― agregó, señalando la pequeña plantita en el suelo ―. No parece tener características comunes, además de que se halla… bueno, literalmente en el medio de la nada; no veo agua o algún otro líquido próximo, ¿será que las hipótesis eran ciertas? ¡Tal vez si vamos más abajo…!

 

Un aullido retumbó repentinamente en el lugar y proveniente de un túnel bastante próximo en donde se hallaban ahora ellos. Dirigió su varita hacia aquella dirección, intentando encontrar el motivo de aquel extraño ruido, ¿qué había sido aquello? Era imposible que allí hubiese un aullado, ¿no?

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No estaba segura como contestarle a su compañero, acercó su mano lentamente al robot, sintiendo un calor inusual emanando de él, pero cuando estaba a punto de tocar aquel objeto la voz alarmada de Darius la alertó, lo miro sobre su hombro sin entender que sucedía. Al verlo caer sobre el suelo rocoso, la joven se levantó y lo observó sin acercarse con una expresión de curiosidad, cuando este cambió supo enseguida de que se trataba, retrocedió lentamente pero en un descuido piso el robot, el cual hizo un leve chirrido que llamo la atención del ahora licántropo, la chica apresuró el paso, pero el suelo a sus pies cedió, una leve capa de rocas que cubría un pequeño agujero por donde su diminuto cuerpo cayo, la entrada fue cubierta por rocas sueltas, haciendo imposible que el licántropo pudiera entrar en ese túnel.

 

La caída por del conducto era lenta pero agitada, por fin su cuerpo llego al fondo de aquel conducto, una especie de recamara lunar o algo por el estilo, la luminosidad era nula, se sentó un momento a meditar que era exactamente lo que había ocurrido, se encontraba mareada luego de tan extensa caída, introdujo la mano uno de sus bolsillo y extrajo su varita, hizo un rápido movimiento – Lumos – Susurro y pudo ver exactamente donde se encontraba. Varios túneles se diferentes tamaños la rodeaban. Llevó de modo inconsciente su mano libre a su cabeza y acaricio un pequeño chichón que se había producido durante la caída.

 

Vió algo moverse en uno de los túneles, no estaba segura de lo que era, pero le pareció ver un brillo azul grisáceo - ¿Sera una criatura? – Se preguntó así misma intentando afinar la vista. Se levantó con dificultad, apoyándose en la pared rocosa más cercana y entro al túnel en el cual vio aquel movimiento, un extraño ruido hacía eco en sus paredes, como si alguien estuviera arrugando papel he ilumino el sector de donde provenía, sus ojos se abrieron emocionados al ver una especie de enredadera envolviendo las paredes, siguió el camino por el túnel, en eso pudo escuchar algunas voces a los lejos, pero no estaba segura de dónde venían, observó como la planta hizo un hueco entre su follaje, la chica se aproximó con confianza y apoyo su oído en ese espacio, podía escuchar las voces de su compañeros desde el otro lado, miró en todas direcciones intentando descubrir cómo podía llegar a ellos.

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Volvió aullar y mostro sus colmillos, observando cómo presa a su compañera de clase ( @ ), aunque cuando intento avanzar, sus garras levanta un poco de tierra lunar, haciendo que se dejará al descubierto una planta extraña, la cual desprendía un desagradable aroma, que comenzó a marearlo un poco, logrando que se desorientará. Por ello comenzó a correr en dirección opuesta de su compañera, quizás llegando a donde se encontraba el resto de sus compañeros. El aullido se volvió a escuchar, y tal fue su ansia que se lanzo sobre ellos, pero una extraña especie de hierba, lo comenzaba atrapar, era esa misma que había descubierto, que actuaba como un lazo de diablo, y le quitaba la vitalidad, cayendo contra el suelo. Al poco tiempo, volvió a ser un humano, del cual se encontraba completamente desnudo.

 

-¿Dónde estoy?

 

Indago, mientras que era jalado como un tirón por la tierra, y tal fue la velocidad que se desprende y sale disparado a su compañera asignada, impactándose contra el suelo y lastimándose en progreso, por suerte había caído cerca de lo que parecía ser una flor gigantesca, cuya raíces era lo que había adsorbido su energía, por lo que era posible que se encontraba en peligro mortal o no, simplemente antes de cerrar los parpados observo a Junny, y nadie más. Era extraño, como había conseguido, un descubrimiento que casi le estaba matando.

 

-¡Auxilio!

 

 

Menciono y cayó en un profundo sueño. Su cuerpo en ocasiones se transformaba en lobo y en otros regresaba a ser humano, esa rara planta, le estaba quitando la vitalidad y le regulaba su licantropía. Pero en todo momento su cuerpo manifestaba un dolor inmenso, a tal punto de sudar sangre.

 

@@Mei Black Delacour @ @@Lisa Weasley Delacour

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