Prueba del Libro de la Fortaleza 9~

[Athena Rouvas]

Lo habían conseguido, habían llegado hasta el punto donde se pondrían punto final al aprendizaje y posterior puesta en escena de los conocimientos sobre el Libro de la Fortaleza. Solo una prueba separaba Matt de ser considerado vinculado por los Uzzas. Estaba segura que alguno de ellos estaba pendiente de lo que sucedería en esos instantes, siempre lo estaban.

 

Habían llegado a un parte menos poblada por árboles, pero seguía manteniendo su cuota de calificación "valdiviana". La gran diferencia radicaba en que allí las frondosas copas si permitían el paso de la luz del sol, al menos se lograba ver más allá de los cuarenta metros de distancia, un espacio suficiente para desenvolver el intercambio de hechizos de varita que comenzaría pronto. A ciencia cierta, no tenía ni la más remota idea de las habilidades en duelo de Matt, demás estaba decir que no era su fuerte, eso no quería decir que frente a uno daba todo de si.

 

―Ya no queda casi nada. Lo siguiente, y tarea final será enfrentarte en un duelo conmigo. Normalmente dejo que los alumnos lo hagan entre si, pero ahora solo estamos los dos aquí. No creas que te enfrentas a un experta ni nada. Solo da tu mejor esfuerzo, ¿vale? Y si tienes dudas sobre la marcha, siempre nos podemos frenar unos segundos.

 

Ganar o perder no hacían la diferencia para aprobar o no hacerlo.

 

Athena sostuvo su varita de roble inglés con fuerza en la mano derecha. Dejaría que él hiciese los primeros movimientos, quizás eso le ayudara con una estrategia firme y concisa en sus siguientes pasos.

 

―Vamos, dame tu mejor hechizo. ―Mencionó mientras hacía la clásica reverencia en señal de respeto al rival.

 

Habían ciertos elementos que podían causar un ventaja o un problema durante el duelo. El riachuelo corriendo casi en el limite de la penumbra, rocas, varias de ellas con distintos tamaños y formas. Y por supuesto los árboles, constituían la mayor parte de la escena, aunque dudaba que fuese de buena fe utilizarlos.

 

―Ojo. . . ―Le guiñó, de paso, uno. Habían sorpresas escondidas en el camino.

 

 

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

 

 

Chicos les dejo las pautas para el duelo.

~Mismas reglas que un duelo común. No se pueden editar post.

~Si en 24 horas el rival no ha respondido se puede rolear que se envenena con un morphos.

~En el segundo turno los atacará un centauro.

~En el tercer turno aparecerá un hispogrifo que puedes utilizarlo para atacar o defenderte.

~Hechizos válidos para prueba: Hasta neutral graduado, libro de Aprendiz de Brujo y Libro de la Fortaleza.

~La prueba tiene duración de 5 días.

~Dudas y consultas en el respectivo tópic. Link

@@Matt Blackner

[Matt Blackner]

El augurey había acabado por emprender el vuelo, lo cual me alivió pues significaba que el ala estaba totalmente recuperada....otra cosa era que yo tuviera más o menos dificultades para usar aquel amuleto sin los conocimientos de primero auxilios. Menos mal qeu en la familia teníamos sanadoras...

 

Lo que restaba de caminata fue bastante tranquila. Ambos usábamos la varita para dar algo más de luz a aquel bosque, ahorrándonos tropezones y posibles accidentes con las ramas que ocupaban el suelo. Algo que me extrañaba tras el incidente de las acromántulas era que no nos habíamos topado con más criaturas, y era más que probable que el lugar estuviera repleto.

 

Alcé la vista, observando donde nos encontrábamos en cuanto la profesora se detuvo. Era evidente el cambio en el paisaje, no por haber abandonado el bosque, sino porque entre las copas de los árboles se filtraba algo más de luz, revelando una especie de claro que podría ser perfecta para acampar y pasar la noche. La visibilidad, alrededor de unos cuarenta metros, suficiente para....

 

"Un duelo" - repetí auqellas palabras en mi mente. Desde que dejé la academia no había vuelto a estar metido en uno propiamente dicho, y ya entonces no era demasiado bueno, es sin contar con mi vida como cazador, pero desde luego en esas situaciones poco se parecían a lo que ocurría en los duelos de varita.

 

- Entonces supongo qeu estaremos bastante igualados... - dije, mientras hacía una reverencia, como las buenas costumbres marcaban - Yo tampoco soy dado a los duelos

 

Pero aquel aviso no me pasó desapercibido. Afiné el oido, en algún lugar corrí el agua, probablemente un riachuelo, rocas y árboles, pero nada más. En mi pecho aun colgaban el amuleto de curación y el amuleto volador, además de el anillo de amistad con bestias que tampoco me había quitado.

 

Aferré con fuerza la varita en mi mano derecha, mirando fijamente a @@Athena Rouvás antes de alzarla en dirección a ella

"Embrujo punzante" pensé, dejando qeu aquel rayo fuera en dirección a su cara.

[Athena Rouvas]

La varita estaba apuntada en su dirección y eso le hizo pensar en un ataque inminente contra su persona. Iba a darle la oportunidad de comenzar con el duelo pero eso no quería decir que no iba a defenderse o a dejarle las cosas fáciles. Además, no pensaba dejar que se prologara demasiado tiempo. De modo que alzó la propia, la de roble Inglés en de dirección de Matt y pronunció muy claramente un ―¡Sectusempra! ―De seguro ambos iban a salir lastimados en primera instancia.

 

La maldición viajó directo a su pecho para provocarle varias heridas sangrantes que requerirían curaciones rápidas a menos que quisiera caer desangrado. Por su parte, a ella comenzó a dolerle mucho el rostro. Primero fue la mejilla derecha, desde allí se extendió por toda la piel; eso le hizo sospechar que era un embrujo punzante el que tenía encima. De seguro, en breve, tendría la cara roja, como si una alergia estuviese atacando en la peor de las primaveras.

 

―¡Por todos los Dioses! ¡Esto arde demasiado! ―Vociferó. Su visión no era demasiado buena, solo lograba distinguir algunas cosas un tanto borrosas y de gran tamaño como eran los árboles. ―Que bah, Finite Incantatem. ―Era mejor quitarla a esperar que se fuera con el tiempo.

 

El rostro dejó de arder y doler y poco a poco fue recuperando la buena visión. Ya lograba visualizar bien en donde estaba su rival, y donde estaba cada elemento que podía servir durante el duelo. Una pena no haberlo hecho al inicio, habría tomado una pequeña pero loable ventaja.

 

Ahora era turno de Blackner.

 

Se mantuvo a la prudente distancia de siete metros de Matt, y a unos cinco de los más próximo que tenía, de modo que no podía salir lesionada en posibles o futuras explosiones. Pudo notar que las aves salieron volando raudas apenas el primer choque se hizo efectivo, no estaban acostumbradas al barullo que emitían los magos, algo muy comprensible. Supuso que otras especies también huían de la zona. Ahora le parecía un poco cruel estar disponiendo de su tranquilidad, ya era demasiado tarde como para querer cambiar de sitio, debían terminar allí si o si.

[Matt Blackner]

Me giré. Si, ya se qeu lo primero qeu te enseñan en los duelos es qeu está prohibido perder de vista a tu rival si no quieres estar en clara desventaja. Y tal vez de no haber sido tan despistado hubiera caido en la cuenta de ponerme aquel anillo de protección contra enemigos que seguía en mi mochila, y que probablemente llevaría minutos vibrando como un loco, gritando si pudiera.

 

Las aves salían volando con nuestras voces, con el ruido que perturbaba su calma habitual en aquel bosque donde no muchos magos se internarían para un intercambio de hechizos. No era eso lo que me distrajo, sino el hecho de qeu unos cascos venían como locos hacia mi desde la zona del bosque que me quedaba a la espalda.

 

Aquel centauro era mucho más corpulento que yo y con su lanza, parecía dispuesto a pasarme por encima. En estas @@Athena Rouvás se había decidido a actuar, apuntándome al pecho.

 

"Entre la espada y la pared, entre la espada y la p..." - me repetí.

 

"Salvaguarda mágica" - la primera vez que pronuncié aquellas palabras me libré de una colleja de Sagitas. Desde luego esta vez fue mucho más oportuno, pues observé con cierta fascinación como el rayo me atravesaba justo por el pecho justo a la derecha del esternón, seguido de aquella bestia que se me había echado encima.

 

- Confringo! - exclamé, apuntando al suelo, a los pies de la profesora. La explosión no iba a matarla, pero crearía un bonito agujero en el suelo y con suerte entre la caida y el estruendo podría aturdirla. Y si además me llevaba por delante al centauro, que había tratado de frenar en seco para volver darse la vuelta...

 

Cosas de accidentosos...nos encantan las explosiones.

 

- Se puede saber qeu te he hecho, jamelgo? - gruñí al centauro.

[Athena Rouvas]

―Eso fue un poco tarde. . . ―Mencionó, dado que el Sectusempra había echo su respectivo cambio de daño con el primer ataque lanzado por Matt, de modo que él terminó recibiendo el ataque. Debería curarse inmediatamente pues ya la sangre comenzaba a salir cuantiosa y de seguro pronto se pondría pálido como una hoja de papel. Al menos era solo un duelo para comprobar algunas cosas, y hasta el momento lo estaba haciendo bien con los ataques. ―Debes estar más atento Matt, en un duelo real podría haber sido toda la diferencia. Aunque por lo que comentaste hace un rato, no los llevas muy a menudo, ¿no?

 

Un centauro aparecía, quien sabe de donde ni por qué, en la escena y comenzó a lanzar sus flechas de la nada, contra ambos por igual. Quizás estaban en su territorio, aunque lo extraño era que parecía estar actuando por cuenta propia.

 

―Uhm. . .Salvaguarda mágica. . . ―El cuerpo de Rouvás se volvió intangible y las flechas pasaron de largo, yendo a clavarse en el suelo y una de las últimas en el tronco de un árbol. ―Eso estuvo cerca.

 

Lo más probable era que los Uzzas hubiesen instado al centauro a atacarlos para poner algo de dificultad en el duelo, aunque no podía aseverarlo si se lo preguntaban. De cualquier manera ya comenzaba a alejarse dejándola un poco confundida. Aún les quedaba algo de tiempo, mismo que Blackner tendría que utilizar con mucho cuidado para ya ir terminando su vinculación con el Libro de la Fortaleza.

 

Athena se mantuvo a la misma distancia que en el inicio, por ahora volvería a cederle la jugada pues también debía curarse si deseaba sobrevivir un poco de tiempo más. Al final buscarían la manera de reparar los daños.

 

― Episkey. . . ―Mencionó apuntándose así misma para curarse de las pequeñas heridas que dejaba la tierra luego de la explosión ocurrida, que hizo que varios cúmulos volaran, y entre ellos algunas piedrecillas que fueron las que al final causaron el mayor daño. ―Queda muy poco, quizás solo unos minutos. Así que planifica muy bien lo que piensas hacer. ―Aconsejó.

 

@@Matt Blackner

[Matt Blackner]

Me quedé mirando al centauro, tenso. Athena había optado por una táctica igual a la mia, usando las habilidades del libro para que las flechas de la criatura no le hicieran daño. Por suerte, lo qeu hubiera empujado a que nos atacase ya no parecía tan importante, puesto qeu emprendió el trote, alejándose del claro.

 

Noté que mi cuerpo volvía a la normalidad, pero algo me extrañó, y era la humedad en la camiseta antes de sentir una punzada en el pecho. Demonios, si qeu había perdido práctica en los duelos a la vista de la mancha de sangre que se extendía por la prenda con rapidez.

 

Al menos la explosión le había causado algún daño a juzgar por el uso del episkey.

 

"No queda tanto..." - pensé. Me llevé la mano izquierda al pecho, pensando en uno de los hechizos del libro "curación"

 

Sentí un batir de alas que descendía mientras sanaba las heridas. Aquello me resultó un poco extraño, y al mirar me di cuenta de que era un hipogrifo. Que haría aqui?

 

Daba igual, lo aprovecharía.

"Orbis bestiarum" pensé. Alrededor del animal, de plumas grisáceas y marrones surgió un aro de luz dorado que lo rodeó durante unos instantes antes de que alzara el vuelo y planeara sobre nosotros. No me lo pensé, y la orden "ataca" se formó en mi mente, haciendo qeu comenzara un descenso en picado sobre la joven.

 

- Petrificus totalus! - exclamé al mismo tiempo. Si no podía moverse, tampoco podría evitar el ataque...no?