Libro de la Fortaleza~

[Patrick Colt]

En efecto, el libro en su interior traía dos destellos de luces que se alzaron en el aire para rodear al mago tenebroso.

 

Extrañado, frunció el ceño al ver cómo ambos tintos de luces deambulaban alrededor. Eran como dos ardillas que volaban y jugueteaban entre ellas mismas, se pisaban, se empujaban y finalmente se estrellaban contra el pecho del hombre.

 

El impuslo llevó a Patrick Colt a alzar su mano contra su pecho, donde ambos destellos parecieron pertenecer. El cálido lengüetazo calentó la palma de su mano y abrió el puño que con ira parecía intentar arrancarlas. Pero les pertenecía, Patrick Colt era el dueño de aquestras auras que no tenían ninguna intención de abandonarlo.

 

Al abrir la mano, sobre su dedo anular un lazo luminoso siseó. Para su pecho, otra serpiente de luz, más gruesa aún, rodeó su cuello. Sin pedirlos, las propiedades del Libro de la Fortaleza lo habían dotado de elementos poseedores de una magia defensiva, curativa, y de utilidad, magia que El Cardenal de la Muerte no había pedido pero de la que no estaba poseído.

 

A los pocos segundos, un collar de oro con un dije que para él, había adoptado al forma de una luna. Dicha luna brillaba en sobremanera producto de su material: topacio amarillo y reluciente. Resplandecía como una estrella. Dicho amuleto iba a juego con el anillo en su anular.

 

- Interesante - solo alcanzó a decir, bufó aburrido. Lestat era un mago conocido por él, y no podía creer que aquella sesión estaba contenida en su mayoría por Miembros de la Orden del Fénix, el rostro de Rambaldi lo reconocía a leguas de distancia; mal trecho y sufriendo en los antiguos pasillos oscuros como calabozos de la prisión mortífaga Nurmengard; y él, precisamente Patrick Colt, era quien lo había torturado hasta casi enloquecerlo.

Aquel recuerdo le robó una sonrisa de burla.

[Aleera Lux Evanik Malfoy]

Deseaba desaparecer y volver el tiempo atrás. No se le escapó que a la profesora evidentemente no le había caído bien. Si era por llegar tarde o por otra cosa lo ignoraba pero aquello la hizo retraerse y desear volver a su casa. Bajó la mirada a sus manos mientras frotaba las palmas y calentaba las puntas de sus dedos. Respiró, contó hasta diez antes de que empezara a hiperventilar y forzó a sus sentimientos a no mostrarse aunque los ojos verdes estaban con una leve película húmeda.

 

-Lo siento –dijo en voz baja- Mi nombre es Aleera… me dicen Alee…

 

Siguió los pasos de la docente mientras mentalmente se daba patadas por allá abajo donde se pierde la espalda. Era su regreso a los estudios desde hacía años y ya se ganaba una mala posición y nada mas ni nada menos que con la profesora. Se mantuvo medio paso atrás de sus compañeros pero sin perder a la Rouvás de vista.

 

Cuando el grupo se detuvo sacó una pluma y un pergamino de su mochila y tomo nota rápidamente de los dos hechizos “salvaguarda mágica” y el de curación. En ese momento lamentó no haber conservado primeros auxilios. Otra cosa que sentía que iba en contra aquel día.

 

-Oh… -exclamó viendo su expresión reflejada en la consternación de Akizia.

 

Sin embargo repitió en su mente el otro hechizo y la imagen de la profesora mientras indicaba el modo correcto de realizar. Tomó su varita y con cuidado repitió el movimiento mas lento (no deseaba lastimar a ninguno de sus compañeros o docente). Por un momento se sintió de regreso a los dormitorios amarillos de Hogwarts, donde en las noches repasaba cada lección del día.

 

-Disculpe, ¿así está bien? –preguntó con ganas de esforzarse para obtener aquel libro y los poderes que el mismo guardaba.

[Athena Rouvas]

―No lo definiría como un escudo, pero si es para protegerse. ―Se llevó una mano al mentón en señal de estar buscando las palabras más optimas para no confundirlos. ―No crea ninguna barrera en tu y el ataque, pero ojo que el hechizo pasará de ti y tendrá por destino lo que esté atrás; un árbol, un muro, una persona, dentro de un larguísimo etc.

 

Tal como esperaba partes de las dudas se estaban centrando en el tema del conocimiento de Primeros Auxilios, que iba a la par con la curación. Ambos iban de la mano, eran necesarios para ser eficientes en su utilidad, por si solos era muy poco lo que se podía conseguir. La tarea sería en algún momento poder cursar la clase, curiosamente era el único hechizo (que ella hubiese aprendido de los Uzzas) que necesitaba de un conocimiento, al menos en los tres primeros Libros, no podía aventurarse más allá pues todavía no llegaba a esos puntos.

 

―Lo ideal es que te vayas de aquí sabiendo como se hace, y después cuando tengas el curso de Primeros Auxilios solo te lances a hacerlo cuando lo necesites, por el momento te deberás quedar solo con la teoría y la práctica. ―Se fijó entonces en Aleera quien practicaba lo que acaba de mostrarles. ―Así está bastante bien, no dudo que vas a poder realizarlo correctamente cuando haya que hacerlo.

 

Por el semblante de Aleera pudo deducir que estaba medio ensimismada, esperaba que no se sintiera mal por el comentario anterior. En verdad, en ningún momento había mencionado su nombre y por ello Rouvás la llamó así.

 

Se fijó entonces en Colt, demasiado callado todo el tiempo, ¿de verdad no tenía preguntas? Por su actitud supuso que estaba concentrado en aprender sobre lo que el Libro traía más no lo vio practicar nada; quizás se estaba vinculando de una manera diferente. Ya lo podría comprobar más tarde.

 

―Teóricamente nos va quedando solo una parte: los anillos. Como mencioné al inicio deben tenerlos cerca para poder hacer uso de todo su poder. El primero, de salvaguarda contra oídos indiscretos, para evitar que las personas escuchen conversaciones ajenas. El de escucha, para escuchar conversaciones son protección. El detector de enemigos, les avisará de un peligro o ataque inminente, puede ser fortuito o planeado. Y el amuleto de curación. Las explicaciones más específicas están en el Libro, pueden ojearlo sin problemas.

[Lestat Rambaldi]

Una y otra vez el myrddin practicó aquel movimiento con la varita, la primera vez, parecía haberlo tenido ya claro, pero era un poco complicado, hacia mucho no tenia clases en la academia y para el todo esto era nuevo...

 

Salvaguarda mágica, era interesante tener otra forma de curarse ademas del episkey, pues en la guerra o en un duelo siempre era bueno tener un az bajo la manga, todo podía pasar y había que estar preparado.

 

El myrddin vio a sus compañeros hacer también repetidas veces los movimientos con la varita, y luego escuchó cada una de las respuestas de la guerrera uzza, Athena tenia que ser una experta pues para ella todo eso lo hacia ver muy fácil.

 

Lo que si sabia era que a partir de ahora tenia que buscar la manera de apurarse a conseguir aquellos conocimientos mágicos que aun no tenia, recordaba que alguna vez había tenido aquel conocimiento de primeros auxilios pero la medicina siempre era cambiante, aquel pergamino seguramente estaba olvidado entre sus cosas en el castillo ahora solo tendría que hacerlo para poder usar mejor las enseñanzas de aquel libro.

 

Ahora venia aquella experiencia de los anillos, en silencio lestat escucho´y sacando ahora su libreta de notas, tomo apuntes de cada uno de estos interesantes usos y poderes de los diferentes anillos y aquel amuleto.

Hoja tras hoja del libro de la fortaleza lo vio sin perder ningún detalle, dejando en su consiencia lo que ahí estaba aprendiendo.

 

Miró a sus compañeros, de verdad le daban muy mala espina, no eran para nada amigables ni siquiera buscaban de hacer equipo ni una sola palabra al respecto.. parecían moritifagos....algo se lo decía...

[Aleera Lux Evanik Malfoy]

Continuó repitiendo el movimiento lentamente tratando de hacerlo propio. Estaba segura que podría recordarlo cuando llegue el momento y se encontraba dispuesta a dar lo mejor de sí por este libro. Recibió ansiosa la devolución de la Rouvas y, casi, emite un gritito ahogado en señal de felicidad.

 

-Gracias –dijo con su tono melodioso, algo bajo y esbozando una sonrisa. Se sintió satisfecha consigo misma al tiempo que guardaba la varita y atenta escuchaba como la Instructora revelaba el poder los anillos.

 

-Por ejemplo si los pongo en una pulsera ¿Está bien? –le preguntó cuándo hubo lugar para no interrumpir a nadie- Y uno de los anillos nos permite oír conversaciones mientras que otro nos protegen de que nos oigan ¿verdad? ¿Qué pasaría si deseo oír la conversación de alguien que usa un anillo de protección de conversación? ¿Se anulan mutuamente…? –Movió la mano descartando la idea- Perdone. Pensé en voz alta.

 

Aleera empezó a imaginar ciento de situaciones en las que usar los anillos. Le daba mucha curiosidad. Deseaba ponerlos en práctica. Mientras lo hacía, sin intención, notó la mirada de Lestat y sintió un escalofrío. ¿Habría dejado alguna ropa ridícula sin darse cuenta? Pensó en que ojala alguno de los anillos trajera un espejo para verse y saber el por qué esa mirada hostil en el rostro de su compañero de clases.

[Akiza Ravenclaw H.]

Escuché atentamente todo de mis compañeros, era muy interesante toda la magia que podía haber en esos libros, realmente era mucha información para poder aprender en un solo día o en poco tiempo, era un arte muy complejo, cerré los ojos y comencé a calmarme. Me di cuenta que era algo especial, miré las joyas, miré todo lo que había en el libro, no pensé que tenía tanta magia en el lugar. Me estiré un poco, así que decidí practicar un poco, ya que la instructora Athena nos explicó todo, así que lentamente comencé a ver de que se trataba el salva guardia mágica, sonreí, era algo interesante "puede alejar todo objeto que no te toque" leí en voz baja, asentí comenzando a grabarme ese pequeño concepto para que se más fácil cuando comience a practicar.

 

También miré los anillos, eran muy importantes también por lo que estoy viendo. Suspiré un poco, puse atención a Aleera, una compañera de bando, que decía cosas muy interesantes. Así que cada uno de los anillos tenía poder, me di cuenta que con las instrucciones de los libros teníamos eran muy interesantes. Sin embargo en ese punto ya me perdí una vez más, era tanta información para tan poco tiempo. Di un suspiro sabía que tenía que aprender. -¿Quisiera saber, qué poderes tienen todos los anillos?, porque siento que al menos deberíamos saber los nombres de éstos y para que funciona, o vamos a aprenderlo más adelante?- pregunté un poco curiosa, ya que recordó que en el primer libro, el que ya poseía algunos amuletos y anillos, cosa que no sabía cómo utilizar ¿También aprenderemos en esa clase? me pregunté un poco perdida nuevamente.

 

Esperé que me conteste, sin embargo no tenía que perder el tiempo, tenía que hacer los movimientos para la Salvaguarda Mágica, tal cómo hizo la instructora, me concentré imitando los movimientos, aprendiendo la sincronía de cada paso y cada corte de la varita, sentí cómo una pequeña aura comenzaba a rodearme, sintiéndome un poco menos "sólida" sería la palabra, sin embargo eso duró muy poco tiempo, suspiré, sabía que tenía que practicar mucho más para lograrlo.