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Ficha de Eobard A. Black Lestrange


Eobard Thawne
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La Dirección de la Universidad certifica que Eobard A. Black Lestrange ha aprobado satisfactoriamente la clase del profesor Niko Uzumaki, adquiriendo así el conocimiento de Cuidado de Criaturas Mágicas.


Atentamente
Candela Triviani

Directora de la Universidad

Editado por Candela Triviani

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Ficha y perfil editados para añadir nuevo conocimiento aprobado en el Ateneo de Conocimientos perteneciente a la Universidad.


Saludos.



Niko Uzumaki




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  • 2 semanas más tarde...

Bueno, llegó la hora de hacer unos pequeños cambios. Espero no tengan problema con que se los deje en spoiler, porque la última vez, quise hacer cambios muy extensos en la historia, y el mensaje salía cortado xD Al menos, en el MP. Espero que acá, no sea el caso. Gracias de antemano a quien se pase a hacerlo, ojalá no se duerma con la lectura nueva (?)

Dice así:

Aspecto físico
Tiene una estatura de 1.80 m, que en ocasiones es contraproducente para su agilidad. Su figura es más bien atlética, de extremidades tonificadas gracias a la práctica de la natación durante su tiempo de ocio. Puede notarse una ligera tendencia esquelética en su pecho, pues sus clavículas se marcan de manera perfecta en su piel, la cual es de una tonalidad casi nívea.

Le gusta utilizar el cabello, castaño oscuro con algunas canas y quebradizo, hasta la mitad del cuello; en ocasiones, lo recoge en una sola coleta. Sus ojos, rodeados por unas ojeras ligeramente marcadas, son de un color grisáceo, como el mercurio, confiriéndole una sensación de falta de vida. Posee una tenue cicatriz en la mejilla derecha, que se extiende hasta la mandíbula. Su rostro llega a estar cubierto por una poblada barba cana, la cual decide eliminar cada cierto tiempo, siendo sus avistamientos poco comunes.

Tiene tres tatuajes en total. La Marca Tenebrosa en su antebrazo izquierdo, oculta a personas ajenas al bando mediante un encantamiento, a menos que él desee que sea visto. Una Rosa de los Vientos, con sus puntos cardinales, en el omoplato derecho. Finalmente, en el pecho, situado a la altura del corazón, el símbolo de la Solntsevskaya Bratva.


Debe ser:


Aspecto físico
Tiene una estatura de 1.80 m, que en ocasiones es contraproducente para su agilidad. Su figura es más bien atlética, de extremidades tonificadas gracias a la práctica de la natación durante su tiempo de ocio. Puede notarse una ligera tendencia esquelética en su pecho, pues sus clavículas se marcan de manera perfecta en su piel, la cual es de una tonalidad casi nívea.

Le gusta utilizar el cabello, castaño oscuro con algunas canas y quebradizo, hasta la mitad del cuello; en ocasiones, lo recoge en una sola coleta. Sus ojos, rodeados por unas ojeras ligeramente marcadas, son de un color grisáceo, como el mercurio, confiriéndole una sensación de falta de vida. Posee una tenue cicatriz en la mejilla derecha, que se extiende hasta la mandíbula. Su rostro llega a estar cubierto por una poblada barba cana, la cual decide eliminar cada cierto tiempo, siendo sus avistamientos poco comunes.

Tiene tres tatuajes en total. La Marca Tenebrosa en su antebrazo izquierdo, que se ha oscurecido y perdido movilidad, tras la caída del bando. Una Rosa de los Vientos, con sus puntos cardinales, en el omoplato derecho. Finalmente, en el pecho, situado a la altura del corazón, el símbolo de la Solntsevskaya Bratva.



Este pequeño apartado es del rubro de Historia. Quería ver si, podían quitar uno de los dos espacios que quedan entre el párrafo de "MACUSA" y el subtítulo de "¿Black Lestrange?". No sé si me dé a entender (?) Igual, aprovechando que modifico ese apartado... Dice así:

¿Black Lestrange?




Eobard Aldrich Thawne, se le encuentra culpable de violar el Estatuto Internacional del Secreto. Al ser una falta grave a los acuerdos internacionales, deberá someterse al exilio de la comunidad mágica.

Sí sabes que te van a perseguir ahí a donde vayas, ¿cierto?

Hivolt se tapó la mano para toser. Acto seguido, le dedicó una sonrisa triste a su hijo, quien se encontraba al pie de su cama. En su hombro derecho, sostenía el asa de lo que parecía ser una pequeña mochila de supervivencia. Tras el juicio, en el que había condenado las acciones de su propia sangre, había caído en una terrible enfermedad aún no diagnosticada.

Cuento con ello, y lo sabes. Pero no podía irme sin despedirme de ti. respondió Eobard, tendiendo su mano derecha para estrechar la de su padre.

El apretón fue más emotivo de lo usual. No habían sido tan cercanos desde la expulsión del castaño, pero irónicamente, la afección hacía del congresista una persona más sensible con su único hijo. Notó que no era todo lo que tenía que decir, pues aún estaba reteniendo su mano.

Black Lestrange. Reino Unido. Es ahí donde debes ir.

Estás delirando. ¿Por qué habría de ir a ese territorio? No hay nada para mí...

Su padre levantó el dedo índice para pedirle silencio. Aldrich se sintió ruborizado, pues aquel ademán, no lo había visto desde hacía varios años, cuando más pequeño solía interrumpir al Thawne cuando anunciaba algo durante las cenas familiares. Sacó un pequeño rollo de papel, atado con un listón azulado, el cual le ofreció al muchacho. Lo aceptó, con cara de poco entendimiento de la situación.

Hay cosas de las que nunca te conté, como tu verdadera familia. Búscala. Busca a Mía, ella te contará el resto.

Aquellas, fueron sus últimas palabras. Con la vista clavada en el techo, poco a poco fue cerrando los ojos, hasta adoptar una posición que hacía parecer que se encontraba durmiendo. La tensión de su mano en la de su hijo cesó, por lo que el último Thawne sabía que no había vuelta atrás. Salió de la habitación, guardando la información recibida en uno de los bolsillos de la mochila, y sin atreverse a observar el cuerpo.

Sé que pretendes irte, pero voy a tener que detenerte, aunque eso me cueste mi matrimonio.

A mitad de las escaleras de caracol que daban a la estancia, y a la entrada principal, se encontró con quien durante muchos años había pensado que era su madre. La pelirroja, considerablemente más joven que Hivolt, le impidió bajar otro escalón más. Se le veía sumamente molesta.

No vas a detenerme. Sabes a dónde tengo que ir. Mi padre se habría sentido defraudado de saber que impediste que su hijo tuviera la vida que merecía.

Parecía que había dicho las palabras justas, pues inmediatamente, la mirada de la mujer se había horrorizado. Se mordió un labio, como debatiéndose entre lo que debía hacer. Aquel día, una escolta de aurores del MACUSA irían a escoltarlo para su exilio, previo acuerdo establecido en su juicio.

Date prisa. Estarán aquí en cualquier momento. No vuelvas, bajo ninguna circunstancia.

Se hizo a un lado para que pasara. A Eobard le pareció un poco rudo irse de esa manera, por lo que se detuvo a los pocos pasos de la puerta. Escuchó los sollozos de la viuda, sabiendo que aquella era una decisión muy difícil para ella. No obstante, la vida como un Thawne ya no le correspondía a él. Abrió la puerta, deslizándose con una rapidez impresionante por el montículo donde se erigía la mansión.

La noticia de su escape no sorprendió al gobierno mágico norteamericano, quien giró una orden de aprehensión, y una recompensa a quien pudiera dar información de su paradero. Tuvo que colarse en el Boston muggle, donde adquirió algunas de sus costumbres básicas; al menos las suficiente para pasar como tal. Consiguió un pasaporte creíble, y finalmente se dirigió a la terminal aérea, el Logan International, cuyos transportes le parecían bastante toscos a comparación de las escobas o los trasladores.

Bastó un poco de persuasión, seguido de una gran cantidad de dinero nomaj bastante convincente, para poder comprar un boleto de avión en el último vuelo de aquella tarde. Los últimos días de Enero parecían plagados de tránsito entre los distintos países. Incluso ahí a donde planeaba comenzar la búsqueda de sus orígenes. Echó una última mirada a la ciudad antes de abordar aquel monstruo metálico con destino a Reino Unido.

 


Debe ser así:


¿Black Lestrange?

Eobard Aldrich Thawne, se le encuentra culpable de violar el Estatuto Internacional del Secreto. Al ser una falta grave a los acuerdos internacionales, deberá someterse al exilio de la comunidad mágica.

Sí sabes que te van a perseguir ahí a donde vayas, ¿cierto?

Hivolt se tapó la mano para toser. Acto seguido, le dedicó una sonrisa triste a su hijo, quien se encontraba al pie de su cama. En su hombro derecho, sostenía el asa de lo que parecía ser una pequeña mochila de supervivencia. Tras el juicio, en el que había condenado las acciones de su propia sangre, había caído en una terrible enfermedad aún no diagnosticada.

Cuento con ello, y lo sabes. Pero no podía irme sin despedirme de ti. respondió Eobard, tendiendo su mano derecha para estrechar la de su padre.

El apretón fue más emotivo de lo usual. No habían sido tan cercanos desde la expulsión del castaño, pero irónicamente, la afección hacía del congresista una persona más sensible con su único hijo. Notó que no era todo lo que tenía que decir, pues aún estaba reteniendo su mano. Adoptó una expresión de seriedad, muy distinta del aire de superioridad que generalmente mostraba.

Black Lestrange. Reino Unido. Es ahí donde debes ir.

Estás delirando. ¿Por qué habría de ir a ese territorio? No hay nada para mí...

Su padre levantó el dedo índice para pedirle silencio. Aldrich se sintió ruborizado, pues aquel ademán, no lo había visto desde hacía varios años, cuando más pequeño solía interrumpir al Thawne cuando anunciaba algo durante las cenas familiares. Sacó un pequeño rollo de papel, atado con un listón azulado, el cual le ofreció al muchacho. Lo aceptó, con cara de poco entendimiento de la situación.

Hay cosas de las que nunca te conté, como tu verdadera familia. Búscala. Busca a Mía, ella te contará el resto.

Aquellas, fueron sus últimas palabras. Con la vista clavada en el techo, poco a poco fue cerrando los ojos, hasta adoptar una posición que hacía parecer que se encontraba durmiendo. La tensión de su mano en la de su hijo cesó, por lo que el último Thawne sabía que no había vuelta atrás. Echó un vistazo a la mesita de noche que había acompañado al patriarca en sus últimos días; brebajes mixtos, que ni él mismo probaría en su sano juicio, cartas a funcionarios del Magi-Congreso, una fotografía de toda la familia. Y la varita mágica de Hivolt.

Incapaz de mantenerse más tiempo dentro de aquel recinto, se dispuso a salir.

Sé que pretendes irte, pero voy a tener que detenerte, aunque eso me cueste mi matrimonio.

A mitad de las escaleras de caracol que daban a la estancia, y a la entrada principal, se encontró con quien durante muchos años había pensado que era su madre. La pelirroja, considerablemente más joven que Hivolt, le impidió bajar otro escalón más. Se le veía sumamente molesta. En sus manos, sostenía una varita mágica, como si quisiera embrujar al castaño.

No vas a detenerme. Sabes a dónde tengo que ir. Mi padre se habría sentido defraudado de saber que impediste que su hijo tuviera la vida que merecía.

Parecía que había dicho las palabras justas, pues inmediatamente, la mirada de la mujer se había horrorizado. Se mordió un labio, como debatiéndose entre lo que debía hacer. Aquel día, una escolta de aurores del MACUSA irían a escoltarlo para su exilio, previo acuerdo establecido en su juicio.

Date prisa. Estarán aquí en cualquier momento. No vuelvas, bajo ninguna circunstancia.

Se hizo a un lado para que pasara. A Eobard le pareció un poco rudo irse de esa manera, por lo que se detuvo a los pocos pasos de la puerta. Escuchó los sollozos de la viuda, sabiendo que aquella era una decisión muy difícil para ella. No obstante, la vida como un Thawne ya no le correspondía a él. Abrió la puerta, deslizándose con una rapidez impresionante por el montículo donde se erigía la mansión.

La noticia de su escape no sorprendió al gobierno mágico norteamericano, quien giró una orden de aprehensión, y una recompensa a quien pudiera dar información de su paradero. Tuvo que colarse en el Boston muggle, donde adquirió algunas de sus costumbres básicas; al menos las suficiente para pasar como tal. Consiguió un pasaporte creíble, y finalmente se dirigió a la terminal aérea, el Logan International, cuyos transportes le parecían bastante toscos a comparación de las escobas o los trasladores.

Bastó un poco de persuasión, seguido de una gran cantidad de dinero nomaj bastante convincente, para poder comprar un boleto de avión en el último vuelo de aquella tarde. Los últimos días de Enero parecían plagados de tránsito entre los distintos países. Incluso ahí a donde planeaba comenzar la búsqueda de sus orígenes. Echó una última mirada a la ciudad antes de abordar aquel monstruo metálico con destino a Europa.



Dice así:



Época actual

Se había dedicado a trabajar para el mejor postor durante el 2011. ¿Personas molestas, seguridad privada? Mientras pudieran pagarle, aceptaba las encomiendas. Un último trabajo surgió, el cual lo convocaba en Irlanda. Resultó ser una trampa para capturar al infame cazador, valiéndose de un contacto falso que tenía información sobre el paradero actual de sus verdaderas raíces. Eobard sobrevivió al encuentro, pero pagó un precio alto: Debido al creciente interés en su persona por parte de otros mercenarios, decidió quedarse en el extranjero durante seis años, particularmente, en Alemania, en recuerdo de Anna.

Finalmente, retornó a Reino Unido, a mediados de 2017, decidido a encontrar a su familia. Entonces, ingresó al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, bajo la promesa de completar al fin su educación, como Hivolt lo hubiese querido. El Sombrero Seleccionador, desde luego, se sintió ligeramente ofendido al asignar a un alumno mucho mayor que el resto de los habitantes del castillo. Finalmente, fue asignado a Slytherin.

Grande fue su sorpresa al descubrir que la profesora de su séptimo curso era, nadie más y nadie menos que, su propia madre. La profesora Mía Black Lestrange, quien ya era una hechicera talentosa. Tras las pruebas a las que expuso al castaño, y a algunos de sus familiares, fue que se dio este interesante encuentro, en el que por fin madre e hijo volvieron a coincidir. Concluida la misión iniciada hacía casi diez años, el joven decidió cambiar su apellido de crianza, Thawne, por aquel que le correspondía por derecho de nacimiento. Sumado a esto, su residencia se trasladó a la casona de la familia, a las afueras de Ottery St. Catchpole.

Naturalmente, influenciado por la familia, que al igual que los Thawne, había aportado notables miembros a la comunidad mágica, decidió ingresar a las filas de la Marca Tenebrosa. Siendo un aspirante prometedor, se enfrentó a una serie de pruebas, demostrando su capacidad y lealtad a la causa.
Tras meses de arduo trabajo y dedicación al bando mortífago, fue incluido en la nueva generación, recibiendo el tan ansiado tatuaje en su antebrazo izquierdo. Habiendo pasado tiempo cultivando experiencia, y realizando algunas misiones de gran importancia para su bando, recibió el honor de ser ascendido a Tempestad.

Su primer empleo ministerial, fue en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, donde desempeñó una ardua labor durante algunos meses. No obstante, uno de los casos, relacionado con la visita a una mansión infestada de plagas, cambió su idea de utilidad a la dependencia. Finalmente, solicitó un cambio a Cooperación Mágica Internacional, donde pasó sin pena ni gloria. Decidido a distanciarse un poco de la entidad ministerial, ingresó como empleado del Magic Mall, la institución a cargo de proveer objetos y criaturas mágicas a la comunidad londinense.

Atraído por la idea de conocer el manejo de Gringotts, aplicó para el empleo en el banco mágico, donde fue aceptado tras semanas de incertidumbre. Consciente de que tendría que mantener las apariencias, tal y como hacía con su afiliación a los Mortífagos, decidió asumir la imagen pública de un empresario exitoso. Posee dos locales, el Casino Royale, su más grande orgullo, y Quick Labs, el cual administra en conjunto con la matriarca de los Triviani.


Debe ser así:


Gélida recepción

Se dedicó a trabajar para el mejor postor durante los años venideros, sin importar la naturaleza del trabajo o qué tanto tuviera que ensuciarse las manos; aquello no parecía importarle, mientras recibiera una paga decente. Dicho trabajo, le llevó a la helada Rusia, para colaborar con la organización mafiosa, la Solntsevskaya Bratva. que controlaba el país soviético tanto en el mundo mágico como en el muggle. Por su facilidad con los idiomas, no le fue difícil pasar como cualquier otro hermano ruso, por lo que fue aceptado en sus filas de forma temprana.

La primer y única misión dentro de la Bratva, consistió en la confrotación y captura del famoso Kapiushon, un misterioso personaje que recientemente se había metido en las operaciones de la organización. Su tarea, era averiguar su identidad y, de ser posible, traerlo con vida a una de las casas seguras dentro de San Petersburgo. Para tal fin, tuvo que aliarse de nueva cuenta con el vampiro Henrick Ducard, quien parecía haber renunciado a sus tendencias sádicas. Los rivales se unieron en un momento de necesidad, teniendo que trabajar juntos para salir de la trampa del encapuchado, quien resultó ser un rastreador enviado por el MACUSA para escoltar al Thawne de vuelta a Norteamérica.

Es una pena, en verdad. Anatoli Knynazev, el Pakhan de la Bratva, echó el expediente al fuego, mientras se volvía para observar a los dos responsables de resolver el misterio, de pie detrás de su escritorio. Me habría gustado que se quedaran un poco más en la madre Rusia. Saben que, siempre que necesiten un favor, la Bratva estará ahí.

Lo sabemos. Quizá nos volvamos a ver después.

Habla por ti, Thawne. Yo me largo. repuso Ducard, con una sonrisa burlona en su rostro, antes de dirigirse hacia la puerta. Miró al castaño, dedicándole una cabezada, a manera de que estaban a mano.

Anatoli carraspeó, llamando la atención de Eobard. Rebuscó entre los papeles en la maltrecha superficie de roble, como si algo que tenía hacía un segundo, se le hubiese perdido. Por fin, encontró un pequeño sobre, que le tendió al joven, quien no dudó en tomarlo de primera mano. Dentro de éste, se encontraba una foto de Hivolt y una bruja rubia de apariencia jovial, siendo el fondo la casona en la que se había criado durante su infancia.

Esto cierra un ciclo. Ahora, debo continuar con mi camino.

Deslizó el dorso de su mano sobre el pecho, a la altura de su músculo cardíaco, donde hacía apenas unas horas, le había sido grabado el tatuaje que le confería la pertenencia a la mafia rusa. Quizá volvería, quién sabe, algún día que decidiera retirarse de todo ello. En ese momento, sólo pensaba en desentrañar el misterio de su familia.

Inglaterra y el ascenso a la Marca Tenebrosa

Su nomadismo llegó a un fin al poner pies en suelo británico. Consciente de que tendría que mantener un bajo perfil, habiendo escuchado rumores de lo estricto que era el Ministerio de Magia inglés en cuanto a infracciones, se instaló en los suburbios de la capital. El número noventa y tres de la calle Harley, sirvió de refugio temporal, mientras comenzaba a desenvolverse en aquella sociedad desconocida.

Fue ahí, donde conoció a su elfo doméstico, Horace. Los anteriores amos de la criatura, habían muerto hacía años, por lo que ésta, en un afán por mantener una apariencia de normalidad, continuó dándole mantenimiento al pequeño apartamento. Saltó al ataque, apenas el castaño puso un pie en la estancia principal. Le había confundido con un ladrón, mientras que el Thawne no dudo en empuñar su varita y detenerlo con un Impedimenta. Con el tiempo, la confianza entre ambos se iría forjando, creando un férreo vínculo de amo-sirviente.

Ingresó a Hogwarts, con la intención de por fin concluir sus estudios. El Sombrero Seleccionador, indignado por sortear a un alumno notablemente más viejo, lo envió, con recelo, a la casa de Slytherin. Nunca lo habría imaginado, pero fue durante su curso de séptimo, que Eobard averiguó la identidad de la mujer que acompañaba a su padre en la foto. Mía Black Lestrange, una respetada hechicera en la comunidad mágica. Sin duda, la naturaleza de la clase ayudó a que ambos se percataran del parentesco existente, permitiendo que se pusieran al corriente tiempo más tarde.

Concluido su objetivo, cambió su apellido de crianza, Thawne, por el que le correspondía por nacimiento: Black Lestrange.

Pero ahí no terminaría todo, pues su llegada a la mansión Black Lestrange había sido la singularidad que desencadenaría otros eventos de gran peso. Análoga a la familia Thawne, los Black Lestrange habían aportado incontables personalidades al mundo mágico, algunas de ellas, pertenecientes a la Marca Tenebrosa. Fue sólo cuestión de tiempo, para que Eobard decidiese acompañarles en dicho sendero.

Fue puesto a prueba en varias ocasiones, teniendo que hacer uso de su carisma e ingenio para salir de dichos embrollos. Bastaron un par de meses para ser aceptado en una generación que parecía prometer, recibiendo así el mítico tatuaje de la serpiente y la calavera, el cual muchos pensaban que era simplemente un mito. Se desempeñó como Mortífago Base durante un par de meses más, hasta ser ascendido a Tempestad, rango que ejerció, inclusive como profesor en Hogwarts, hasta la caída del bando.

En cuanto a sus aspiraciones políticas, tuvo un paso discreto en los Departamentos de Regulación y Control de Criaturas Mágicas y Cooperación Mágica Internacional, como un empleado como cualquier otro, interesado en su crecimiento personal. Probó suerte en el Magic Mall, pero decidió que tampoco no era lo suyo. Su oportunidad de oro, la vio cuando le fue concedida la oportunidad de trabajar en el Banco Mágico de Gringotts, cuya directora era nadie más y nadie menos que su propia madre.

Motivado por el aparente equilibrio en su vida, se aventuró a la administración de dos negocios en el Callejón Diagón. Los Quick Labs, que compartía con Candela Triviani, matriarca de la familia homónima, y el Casino Royale, su proyecto privado, pero también conocido como su más grande orgullo.

Repercusión

S-señor. Los rumores parecen ser ciertos.

Maldición, Horace. Pensé que se trataba de una sospecha mal infundada.

El Black Lestrange descendió los últimos peldaños de la escalinata que daba al hermoso jardín familiar. Era una mañana gélida, a pesar del sol que brillaba en lo alto. Parecía un día como cualquier otro, pero tenía un extraño presentimiento. Se descubrió el antebrazo izquierdo, y supo que algo definitivamente había cambiado. Apurando el paso, y confiando en que la criatura le seguiría, se desapareció de los terrenos de la Black Lestrange.

Se detuvo un buen rato en la entrada del sanitario que daba acceso al personal del Ministerio de Magia. Nada. ¿Acaso estaba volviéndose loco? Se giró para mirar al elfo, que simplemente observaba los movimientos de su amo. Con la poca paciencia que le quedaba, echó a correr calles abajo, confiando en que las botas de siete leguas lo harían una mancha borrosa a los ojos de los transeúntes.

Aquí estamos, dónde comenzó todo. apoyó la mano sobre el barandal, sin atreverse a subir un escalón.

El número noventa y tres de la calle Harley.

Con varita en mano, abrió la puerta utilizando un silencioso Alohomora. El fragmento de nogal negro, le parecía distante, como si la conexión con su portador se hubiese empañado por el quiebre. Aún conservaba su afinidad, pero parecía haberse deprimido de cierta forma. Tal hecho, quedó demostrado cuando el castaño iluminó el lugar, que estaba cubierto por una ligera capa de polvo.

Qué desastre. Tal vez, deberíamos venir aquí a evitar que se acumulen las telarañas. repuso Black Lestrange, intentando mantener la calma.

Se fue directo al pequeño espacio que consideraba su oficina. Había montones de papeles y algunos sobres, de tonalidad amarillenta debido al desuso. Pero lo que buscaba el castaño, no era un papel; un objeto. Algo que guardaba con recelo desde que su vida como Eobard Thawne había llegado a su fin. Lo encontró por fin, oculto entre un pedazo de terciopelo escarlata.

Creo que es hora de poner orden a esta vida que he llevado, Horace.

Una vez en su mano, emitió una serie de chispas azules, como si la electricidad fluyera a través de la madera. La varita mágica de álamo temblón parecía haber encontrado a un nuevo dueño, en el hijo biológico de su anterior propietario.



Dice así:

Registro de XXX:

  • Horace: Elfo doméstico personal. Le conoció a su llegada al Reino Unido, descubriendo al ente mientras vagaba por un departamento muggle aparentemente abandonado. Es esbelto, de ojos color esmeralda, además de poseer algunos mechones de cabello rubio. Usualmente viste con una toga de color turquesa. Certificado por el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.


Debe ser:


Registro de XXX:

  • Registro de elfos:
    • Horace: Elfo doméstico personal. Le conoció a su llegada al Reino Unido, descubriendo al ente mientras vagaba por un departamento muggle aparentemente abandonado. Es esbelto, de ojos color esmeralda, además de poseer algunos mechones de cabello rubio. Usualmente viste con una toga de color turquesa. Certificado por el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

 



Dice así:

Otros datos

  • La descripción de su varita es: Nogal negro, núcleo de pelo de unicornio. Treinta y ocho centímetros, inflexible.
  • Encuentra las actividades deportivas muggle un tanto exageradas, pero ha desarrollado un gusto por la natación.
  • Es un ávido fan del quidditch británico, teniendo como equipo predilecto al Puddlemere United. En el ámbito no mágico, sus equipos de soccer favoritos son el Real Madrid y el Tottenham Hotspur.
  • La práctica de la Aparición Conjunta le genera náuseas.
  • Usualmente lleva un anillo, en forma de rayo, en el dedo índice de la mano izquierda.
  • Es ambidiestro, aunque gusta de usar la mano derecha como dominante.

 


Debe ser así:

 

Otros datos

  • La descripción de su varita es: Nogal negro, núcleo de pelo de unicornio. Catorce pulgadas y media, inflexible.
  • Para el caso de la varita de su padre, responde a las siguientes características: Álamo temblón, núcleo de fibras de corazón de dragón. Trece pulgadas, razonablemente flexible.
  • Encuentra las actividades deportivas muggle un tanto exageradas, pero ha desarrollado un gusto por la natación.
  • Es un ávido fan del quidditch británico, teniendo como equipo predilecto al Puddlemere United. En el ámbito no mágico, sus equipos de soccer favoritos son el Real Madrid y el Tottenham Hotspur.
  • La práctica de la Aparición Conjunta le genera náuseas.
  • Usualmente lleva un anillo, en forma de rayo, en el dedo índice de la mano izquierda.
  • Es ambidiestro, aunque gusta de usar la mano derecha como dominante.

 



Dice así:

Premios y Reconocimientos

 


Debería ser así:


Premios y Reconocimientos

 



En Cronología de Cargos, dice así:

  • 07/03/2018 - Actualidad : Gringotts, Duende.

 

Debería ser:

 

  • 07/04/2018 - Actualidad : Gringotts, Duende.

 



Eso es todo. ¡Gracias!

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No me dormí, estuvo entretenido. Cambios listos, los próximos deberán ser dentro de un mes.

 

Un abrazo! @

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Los ideales son solo palabras hasta que luches por ellos.

 

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Ficha y perfil actualizados para añadir compras certificadas en bóveda trastero: #32, #33, #34, #35 y #36

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La Dirección de la Universidad certifica que Eobard A. Black Lestrange ha aprobado el curso dictado en el Ateneo del LIBRO DE LA SANGRE (Nivel Mágico Nº 7). El alumno queda vinculado al libro y podrá hacer uso de él. Se recuerda que no podrá enseñar sus poderes a nadie, debido al Segundo Contrato, salvo que los Guerreros Uzza lo hayan autorizado.

Pedimos a Moderación que quiten al libro de su situación transitoria que se encuentra dentro de la bóveda trastero y de su ficha.


Atentamente
Candela Triviani

Directora de la Universidad

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Ficha editada a pedido de los Directores de la Universidad para regularizar el LIBRO DE LA SANGRE. Quitándolo de la situación transitoria que se encontraba. Se agrega también una medalla de 4000 puntos de Experiencia.

Saludos.

Candela Triviani

Moderadora de HarryLatino.org

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