El Secreto de los Centauros

[Emily Karkarov]

[Goderic Slithering]

Aunque su rostro parecía confiado y seguro, y cada cierto tiempo asentía apoyando los dichos de sus compañeros, la verdad es que se encontraba muy nervioso. Agradece haber practicado a lo largo de su vida el autocontrol pues sino fuera por ello, se habría largado a reír más de una vez con las excusas tan ocurrentes -pero no completamente falsas- que había utilizado para convencer a los centauros.

Su líder, un centauro con pelaje y cabello oscuro como la noche, mantenía una expresión seria durante toda la explicación de los magos. Lo anterior, no hacía más que aumentar el nerviosismo interno de Goderic cuyas manos comenzaban lentamente a sudar, traicionando su calma aparente.

Sin embargo, unos segundos después -que le parecieron horas- el mismo líder se acerca con paso lento y comienza a narrar la situación. Hace unas noches atrás sus guías y oráculos más capaces habían recibido una profecía de un gran peligro que los acechaba a ellos y al resto del planeta. No obstante, ni él ni el resto conocían la profecía completa sino solo una parte.

"Cuando la que deseaba el exterminio caiga,
su semilla del conocimiento será plantada,
cuando el árbol del conocimiento florezca
el orden y el caos volverán a luchar
no habrá morada que se mantenga en paz
ni ningún ser que no se vea envuelto en la batalla"

Goderic escucha con atención pero no entiende de qué se trata. ¿Exterminio? En la actualidad solo luchaban contra aquel que se hacía llamar inquisidor pero ¿hablaban de la misma persona? Pues la profecía hacía parecer que era una mujer quien deseaba el exterminio parcial. Había tantas fuerzas del caos que no le sorprendería que fuera alguien más, además, no hace referencia a ninguna situación temporal que le permitiera reducir más sus opciones. Esperaba que la segunda parte le pudiera dar más de los detalles que necesitaban.

off:
24+38+42+21 = 125 > 35. Obtenemos la 1era parte de la profecía.

[Valky]

Sí, quizá había sido un error de su parte al hablarles de la forma en que lo hizo, pero no se arrepintió, tenía razón y ellos lo sabían o de lo contrario ya el grupo estaría siendo atacado por los centauros, en lugar de eso el centauro líder tan solo había entrecerrado un poco los ojos para luego volcar la atención en Ben, quien ahora mencionaba algo sobre la osa mayor, no sabía que tenía que ver en todo el asunto de la profecía pero prefirió, como hasta el momento, no contradecir en nada a los miembros de su grupo. 

El silenció pronto se apodera del lugar, ni ellos ni los centauros dijeron más nada, un silencio que la estaba poniendo aun más nerviosa. Cuando finalmente el centauro volvió a hablar, luego de un tiempo que le pareció demasiado largo, les revelo la profecía. La grabó en la memoria palabra por palabra y aunque en ese momento quiso darle significado, no pudo. 

—Esa es la parte que nosotros tenemos conocimiento, es de interés de todos que obtengan la segunda parte pues como se han dado cuenta dice que se acerca una batalla, una que involucrara a todos —Hizo una pausa como pensando si valía la pena ayudarlos, los recorrió con la mirada a cada uno y finalmente añadió.

—Si desean obtener la parte que falta deberán visitar la Cueva de Berenci —Dijo moviendo la cabeza a su manada en señal de retirada —Es un viejo centauro vidente que vive aislado del resto de la manada en un lugar de extremo peligro... rodeado de las criaturas más peligrosas, maldiciones y encantamientos de artes oscuras. —Dicho aquello empezó a alejarse. —Suerte en su búsqueda... la necesitarán— la voz ya se escuchó lejana y luego ya no se pudo oír absolutamente nada. 

—Genial, otra búsqueda... —Dijo cuando al fin recupero el habla y estaba segura de que la manada ya no estaba cerca —Por un momento pensé que no nos iban a creer, que buenos son mintiendo, porque ese cuento de las estrellas y la osa y no se que más cosas... que imaginación chicos — añadió. 

—Es una lastima que no dijo hacia donde ir... aunque si Berenci vive en una cueva, quizá este cerca del lago ¿no? — preguntó. 

El camino por recorrer era largo, así que en el trayecto seguro tendrían la oportunidad de analizar la profecía, porque seguramente al igual que ella, le estaban dando vueltas en la cabeza.

[Emily Karkarov]

Cuando el centauro les dice parte de la profecía Emily bota el aire que no había notado estaba conteniendo, producto del nerviosismo de no saber en qué momento iban a ser descubiertos. En retrospectiva se sorprende de que fuera ella quien iniciara con la improvisada exposición de conocimientos y pseudo engaños para que el centauro líder confiara en contar lo que sabía, pero más le sorprende que hubiera sido un éxito la improvisada estrategia.

Emily se mantiene en silencio, seguramente los otros también estarían repasando la profecía en sus mentes, intentando darle sentido a lo que habían escuchado. Aunque no tienen mucho tiempo para repasar la profecía palabra por palabra, pues el centauro los manda nuevamente a una búsqueda. A esas alturas, Emily ya ni recordaba por qué estaba en esa misión.

— Saben qué, estas profecías podrían ser más positivas, ¿qué es esto de exterminio? ¿y que se acerca una batalla? No nos haría mal algo de felicidad de vez en cuando…

Empieza a quejarse luego de Kaori, algo irritada por tener que buscar al tal Berenci y por el triste futuro que estaban deparando los centauros. Las cosas en la comunidad mágica no eran color de rosa, pero tampoco esperaba que llegaran a ser tan alarmante como parecía. O quizás simplemente estaba malinterpretando y sobredimensionando la profecía escuchada y nada iba a ser tan malo como su mente divagaba. Se le ocurre que Goderic que era vidente pudiera descifrar mejor la profecía o, tal vez, debían esperar a tener la parte que faltaba antes de sacar conclusiones.

—En fin, creo que tienes razón Kao, podemos ir siguiendo el camino del lago, no tenemos mejores pistas —dice pensativa —esos centauros podrían habernos ayudado más, aunque no me quejo mucho, pensé que en cualquier momento nos iban a atacar por estarlos engañando.

Al grupo no le queda más opción que buscar la cueva, habían invertido mucho tiempo y esfuerzo en llegar hasta ese punto como para dejar la misión que, aunque habían avanzado mucho, sentían que tenían todavía un largo trayecto por delante.

[Valky]

No pudo evitar sonreír con las palabras de Emily, una profecía positiva que no incluyera la palabra extermino hubiera sido, sin duda, un cambio muy grande en la mecánica de cada una de las misiones a las que había acudido desde que forma parte de la Orden. Aun recuerda aquella en la que por cosas azares de la vida no pudieron salvar a una joven, Violeta, aquel nombre se quedó grabado en su memoria por siempre, el haber fallado en protegerla había sido únicamente culpa de ellos y ese cargo de conciencia lo llevaría siempre consigo, porque quizá si hubieran actuado diferente aun estuviera con vida. 

Alejó de su mente la imagen del cuerpo de la chica bañada en sangre, pues no tenía caso ponerse a pensar en ella en ese momento. Regresa a ver al grupo y cuando sus ojos se posan en Goderic una nueva punzada de culpa la invade al recordar el lamentable estado en el que había quedado la casa del mago luego de aquella misión. 

—Quizá deberíamos crear un par de defensas… un corpus patronus, podría ser —mientras camina puede notar que el bosque se vuelve más oscuro y silencioso— Algo que nos vaya guiando y avise del peligro, no sabemos que maldiciones o criaturas peligrosas nos podamos encontrar —Dice notando que a pesar de no haber caminado mucho se empieza a sentir algo cansada.

—No sé ustedes pero yo ya he tenido mi cuota diaria de criaturas enfurecidas y peligrosas —baja la mirada a su brazo izquierdo en donde se puede ver con claridad el lugar en donde la acromantula le inyectó el veneno, la piel de la herida aun esta rosada y la podía notar sensible. 

Se toco la herida con la yema de los dedos, pensando si sería posible que parte del veneno aún no haya salido de su sistema y esa era la razón por la que se sentía algo extraña. Levantó la mirada hacía sus compañeros que se adelantaron unos cuantos pasos por delante de ella, parecían estar bastante bien. Dio un suspiro y siguió caminando. 

Un movimiento a su derecha llamó su atención y entonces las ve, había de todos los tamaños, unas tan altas que se atrevería a jurar que los los autores de los libros de herbologia jamás han visitado ese bosque, pues esas platas claramente medían más de 4 metros. Chocó con la espalda de uno de sus compañeros cuando al fin los alcanza. 

—Perdón —se disculpo en un susurró sin apartar la mirada de lo que tenían que enfrentarse si querían encontrar a Berenci —Tentaculas Venenosas... —no se sorprendía encontrar ese tipo de planta, a los centauros de bebés les encanta comerla además de que les brinda protección —¿Hay manera de rodearlas?— Pensó en atravesar esa parte volando sobre ellas, pero si el centauro las puso ahí seguramente habría eliminado esa posibilidad.   

[Juliens]

Aún se cuestiona los motivos reales por los que está en aquel sitio. Nada tiene sentido, todo sucede demasiado deprisa y confunden de alguna forma sus sentidos. No habla mucho, lo cual es bastante extraño. Pero dentro de todo aquel desorden necesita encontrar sentido a cada paso dado desde que comenzó la aventura que tienen. Benjamin conoce la magia de la oscuridad, suele ser capaz de sentirla. Es un poder que lo desestabiliza cuando su fuente es demasiado fuerte. Los paladines no puede, por ejemplo, estar muy cerca de la fortaleza de los oscuros; y está seguro que el Templo tiene el mismo efecto sobre los oscuros.

Mientras caminan en dirección del lago, a lo que no se opone cuando Kaori lo propone, siente que la magia que lo vuelve inestable crece. No es la magia de los oscuros, no se parece en nada, pero de alguna forma su esencia tiene algo en común. Parece venir de otro plano, de un lugar apartado de la realidad, de otra vida. Benjamin no tiene forma de saberlo, pero efectivamente hay fuerzas de otro mundo, fuerzas antiguas y poderosas que igualmente son incompatibles con la magia del Templo.

No dice nada, no es algo que pueda cortarse de raíz. Sin embargo se puede mitigar. Cierra los ojos por un segundo y piensa en el Fortress, para crear a su alrededor un blindaje compuesto por energía pura del templo. Invoca también un Ansuz, que flota sobre el grupo. La energía del Valhalla le proporciona una protección adicional, un baño de poder que mantiene a la raya aquella energía proveniente -aunque ellos lo desconocen- de un Guerrero Uzza corrupto por su antidiosa.

En algún lugar alejado de la vista, cerca de alguna brecha que une el plano terrenal con las tierras de la eterna oscuridad, se encuentra levitando un mago de apariencia extraña. Lleva el torso desnudo, cubierto de cicatrices que podrían contar historias épicas de guerras pasadas. Tiene los ojos abiertos, totalmente negros. Sus ojos muestran el vínculo que tiene con el ente que habita las tierras de la eterna oscuridad. Aquella brecha tiene la apariencia de un portal que ha permanecido abierto por demasiado tiempo.

[Goderic Slithering]

Habían obtenido la primera parte de la profecía y, claramente, no era una muy agradable de conocer. Lo que es peor, como casi toda profecía, estaba diseñada para ser difícil de descifrar. Podría tener mil y una interpretaciones y seguramente todas estarían parcialmente erradas. Solo esperaba que la próxima parte de la profecía fuera más explicativa y que, además, no fuera difícil de conseguir ya que no le quedaba suficiente paciencia para volver a inventar toda una historia como lo habían hecho recientemente.

Los centauros le dicen sobre cómo obtener la segunda parte, a través de Berenci quien se encontraba en una cueva. ¿Quién era Berenci? Al parecer un anciano de la manada o algo similar ¿entregaría fácilmente la profecía? No estaba tan seguro ¿dónde quedaba la bendita cueva? Tampoco estaban seguros, solo suponen que cerca del lago ya que, desde generaciones, las fuentes de agua eran esenciales para la supervivencia de cualquier especie. Sin embargo, buscar la cueva correcta alrededor de un lago no era necesariamente una búsqueda muy limitada o sencilla.

Durante el trayecto camina algo distraído, solo cuando presiente el peligro vuelve a concentrarse. Tentaculas Venenosas... ¡genial! piensa. A pesar de poseer una cantidad no menor de bezoares en su monedero de piel de moke, no está tan seguro si podrá ser suficiente como para curar el veneno de aquella planta en particular, sobre todo considerando su inmenso tamaño, lo cual la hacía parecer una variante de una tentacula normal.

El fuego solía ser la mejor protección contra una planta, pero no es muy experto en manejar tal elemento por lo que simplemente invoca su Maledīcō. Normalmente invocaría un arco, pero esta vez invoca un machete que utiliza para abrirse paso. El corte mágico maldice las tentaculas que explotan sin poder regenerarse. Su objetivo más que acabar con la tentacula venenosa desde la raíz era simplemente abrirse un camino para llegar a la cueva. No tenía intención de alterar el ecosistema de forma irremediable, solo quería asegurar su protección y llegar a la cueva.

Había llegado a dos conclusiones: efectivamente iban por buen camino y definitivamente Berenci no quería a nadie cerca.

[Valky]

Fue Goderic quien empezó a abrirse camino entre las tentaculas venenosas, al parecer opinaba igual que ella y si esas plantas estaban ahí era precisamente para evitar que siguieran avanzando o al menos retrasar un poco al que se atreviera invadir aquel territorio. Tenía que admitir que estaba un poco cansada de caminar tanto y el clima cálido húmedo de la selva solo empeoraba su malestar, sin embargó, tenían que continuar si querían obtener la otra parte de la profecía.

—Detritus—Dijo moviendo la varita para que una barrera gaseosa capaz de proteger de cualquier ataque la cubriera por completo tanto a ella como a Emily.

Les tomó un buen rato lograr salir de aquel tramo, pero finalmente lo consiguieron, detrás de ellos había un rastro verdoso de las plantas que habían explotado gracias al Maledīcō en forma de machete de Goderic. Estaba empezando a sentir un poco de alivio y ciertamente a relajarse un poco, pero esa sensación no duró mucho tiempo.

No muy lejos de donde ellos se encontraban, entre la maleza y arboles, algo grande se agitaba y caminaba en su dirección. Levantó la mirada hacia la copa de los arboles con la esperanza de que el movimiento cambiara de dirección y se alejara de su posición, pero lo que sea que se acercaba hacía ellos seguramente guiados por el ruido que hicieron destruyendo las tentaculas, parecía hacerlo con rapidez. Hasta que sin previo aviso el ruido de los pasos se detuvo y el movimiento de las plantas igual.

—¿Qué creen que sea?—Susurró con la varita en alto, lista para atacar a lo que sea que  los estaba asechando.

Entonces y como si saliera de la nada un enorme tentáculo en cuyo extremo había un aguijón la golpeo enviándola a volar varios metros hacia la derecha, si bien el detritus había evitado que la atravesará por la mitad, del golpe no la había salvado, aturdida y como si todo pasará en cámara lenta si mirada se fijo en una enorme y furiosa mantícora <<lo que faltaba>> pensó justo en el momento en que se dio cuenta de que en su mano no estaba su varita.  

[Juliens]

Repentinamente, y luego de varios días sin hacerlo, cierra los ojos. Necesita cerrarlos para conectar con el plano terrenal, para identificar los puntos exactos desde el cual se acerca la amenaza. En esos segundos pierde temporalmente la conexión con la oscuridad. Cuando sus ojos están cerrados parece normal. Las cicatrices del cuerpo parecen volverse más suaves, menos perceptibles. Incluso pareciera que ya no levita tan alto, que está mucho más cerca del suelo. Pero en el momento en que vuelve a abrir los ojos todo su apariencia sombría y tenebrosa regresa.

*

Goderic y Kaori se encargan de despejar el camino ocupado por las tentáculas. El panorama que tienen delante no es nada alentador, y de alguna forma lo sabe. Claramente es la propia naturaleza la que intenta detenerlos y retrasarlos. Y por experiencia sabe que pocos enemigos son más podersos que la naturaleza. Benjamin no tiene la misma experiencia en batalla que Hobb, sin embargo tiene en su itinerario algunos enfrentamientos con magos muy poderosos. La naturaleza es mucho más peligrosa, cambiante, impredesible y mortal.

En el momento en que aquel pensamiento cruza por su cabeza, de nuevo, todo se sale de control. No es capaz de reaccionar de tiempo, no logra actuar en el momento en que debe hacerlo.

Usa la magia paladin para fortificar su cuerpo y agudizar sus sentidos. De esa forma se pone en frente del grupo.

—Kiorke

La punta de la varita brilla en color azul neón y surge de ella un látigo que logra detener temporalmente a la criatura. Posteriormente usa nuevamente la magia de los paladines. En su mano libre invoca el Staff of Mercy y con él invoca un pantano que es capaz de retener a la criatura mágica.

—Chicos no se cuanto el kiorke y el pantano puedan tener a raya la mantícora; es bastante fuerte y quizá contenerla no sea la mejor alternativa.

[Emily Karkarov]

-No, definitivamente contenerla no es buena idea… vamos a tener que distraerla, que nos de tiempo de avanzar 

Susurra Emily, tratando que el cansancio y el nerviosismo no se refleje tanto en su voz, agradecida con Kaori por el detritus que todavía funcionaba como una defensa y que le había permitido seguir al ritmo del grupo por el camino de las tentáculas, pues Emily no sabía bien como manejarse con las plantas venenosas; herbología nunca habia sido su fuerte y uno de sus grandes temores desde niña era caer en un lazo del diablo. 

De ser una situación diferente quizás ya hubieran invocado un portal para salir de ahí, pero habían pasado tanto tiempo caminando, aparentemente en la dirección correcta, luchando contra acertijos y contra la misma naturaleza, parecía que estaban tan cerca de descubrir lo que necesitaban que retirarse se sentiría como la última de sus opciones. 

Ahora la mantícora era un gran problema. En defensa contra las artes oscuras y cuidado de criaturas mágicas habían sido mencionado lo peligrosa que era la criatura, lo resistente que era su piel a los encantamientos y lo letal de la picadura de su aguijón. Quizás entre todos podrían intentar detenerla hasta que les de tiempo suficiente para avanzar por la parte del bosque que tenía bloqueada.

-¡Corpus patronus! -invoca un hipogrifo, que aunque no es tan grande ni letal como la mantícora sí tiene características que podrían ayudar a distraer a la criatura. Luego Emily invoca sus criaturas de sombras, aunque se suponía eran grandes criaturas con garras y fuerza similares a las de la mantícora, Emily las mantiene parcialmente como sombras bajo la criatura, con la orden de detener como pudiesen su cola de escorpión. 

-¿Te encuentras bien, Kao? – pregunta, para acto seguido renovar el detritus, haciendo que la fina capa rodeara a las brujas nuevamente.