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Libro de Hermes Trismegistus


Runihura
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—Te tienes que controlar o te harás daño, Kaori.

 

En ese momento le preocupa más Kaori que la misión dada por la guerrera. Le preocupa su rostro, le preocupa el miedo en sus ojos y un leve temblor que puede ver en las manos de la bruja. Ella continúa con la misión pero de forma errática. Por un momento no sabe que hacer ¿cómo podría él hacer algo si apenas ha tratado con Kaori directamente? Tiene una idea que quizá funcione.

 

—Kaori, Hobb me pidió que te diga algo si necesitas apoyo. A donde vayas él irá...

 

Espera que esas palabras logren calmarla un poco, que le den cierta paz mental y le permitan continuar a salvo con la misión dada por la guerrera. En esa línea, Benjamin decide que es momento de bajar. La chisma que podría desencadenar en algún conflicto con los gigantes está ya encendida. Solo espera que sean lo suficientemente sensatos para entender que se trata de una misión de ayuda, que si nadie hace nada los inferis gigantes acabarán con todos.

 

—Falkor quema todo

 

Un pequeño golpe en el lateral de la bestia hace que este comience a bajar en picada. Baja varios metros y, aunque parece hacerlo de forma descontrolada, lanza varias ráfagas de fuego en dirección de los gigantes. Ya no quedan muchos por destruir y sin embargo no cree que pueda continuar con ese espectáculo por mucho más tiempo.

 

Se da cuenta demasiado tarde. Una explosión de magia oscura que no podrá esquivar, es imposible hacerlo. Debe detenerla, pero es demasiado poderosa. Es cuestión de un segundo, una idea, una forma de salir vivo del ataque que seguramente proviene del nigromante que intenta mantener en pie a sus gigantes inferis.

 

Fuego compacto

 

El objetivo del hechizo es el mismísimo tiempo. El poder del hechizo eliminando la explosión de magia negra de la existencia y eliminándose a si mismo hace que su varita mágica vibre. Estuvo cerca, debe tener más cuidado.

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El amuleto del dragón sin duda alguna era poderoso y un objeto muy útil. A la guerrera le alegró mucho que Ragnarok fuera capaz de usarlo sin problema, pues sintió como la dragona Ryu quedaba en manos del vampiro. Ella confiada en el buen trabajo que estaba haciendo, no perdió tiempo y subió al lomo del majestuoso animal. Aun las alas de la dragona no se habían extendido del todo cuando la voz del mago le llegó a sus oídos, al parecer había pasado por alto decirles que el Fuego Compacto no podía afectar a alguien que haya usado el Ignea Máxima.

—En efecto, el ígnea Máxima te puede proteger del Fuego compacto ya que como bien dices es fuego —Le respondió la pelinegra.

Después de esas palabras y dado que nadie más había preguntado nada, la guerrera se concentró en dar las indicaciones necesarias para llegar a la Isla. Una vez llegaron el escenario era aun peor de lo que había imaginado, había más inferís de los que se decía en el reporte de la misión. Sintió las auras del lugar y sobre la isla se cernía una muy negra, esa clase de aura que dejaba el uso progresivo de la magia oscura.

«Maldición» pensó la guerrera al darse cuenta de que probablemente la tarea de atrapar al mago que estaba ocasionando todo ese lio le llevaría más tiempo de lo planeado. Era una suerte que contara con la ayuda de sus estudiantes para que se ocuparan de los gigantes, mientras tanto ella buscaría al responsable o al menos ese era el plan que tenía a esta ese momento.

Estaba a punto de pedirles que se hicieran cargo, pero, para su grata sorpresa, Karkarov y Matsudaira ya se habían puesto a la tarea de distraer y acabar con los monstruosos gigantes. Sonrió complacida al ver la primera llamarada salir de las fauces el Vipertooth, pero esta se desvaneció cuando por un momento creyó que había impactado en Karkarov y de hecho así era.

Volteo a ver a la mujer que iba sobre el dragón rojo quien por fortuna reacciono a tiempo y protegió a su compañero usando uno de los hechizos que tenían que practicar. Respiró aliviada al ver que Karkarov estaba ileso, notando como intentaba calmar a su dragón para que no arremetiera sobre el que, por error, lo había atacado. «Quizá deba quedarme un poco más con ellos» pensó la guerrera, algo con Matsudaira no iba del todo bien y aunque Karkarov trataba de ayudarla, no quería tener ninguna baja y menos aun llenar el papeleo que supondría la muerte de alguno de sus estudiantes.

—Sr. Ragnarok. Hay que darles una mano …—dice, para que su alumno ayudé a terminar con los inferís.

Apenas terminaba de hablar cuando observó como Karkarov evitaba una tragedia, un poderoso ataque con magia oscura iba en su dirección, una vez más haciendo uso del Fuego Compacto, el joven mago salvaba la situación. Su mirada se posó en el lugar de donde provenía el ataque… pero primero lo primero, acabar con los monstruos gigantes.

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El vampiro observaba la acción y sentía que se estaba quedando atrás, eso, no le agrado en lo mas mínimo, principalmente porque el fuego era su elemento, era lo que regia en él, por lo que bufo por lo bajo sintiendo como la ira que se había estado acumulando todo aquel tiempo en su pecho comenzaba a desbordarse poco a poco. Lentamente el vampiro tomo la decisión. Logro escuchar la respuesta de la guerrera y asintió en silencio. Aquello, era lo que deseaba saber. Lo único que quería saber por el momento.

 

-Himno de Eléboro –susurro el Ragnarok. Inmediatamente al realizar aquella invocación el hijo de la noche noto como cada uno de sus sentidos ya desarrollados se agudizaba más.

 

Porque el hijo de la noche había hecho aquello?, la respuesta era sencilla, iba a intentar un ataque Kamikaze con aquel dragón, por lo que no podía cometer ningún error de cálculo.

 

-Ígnea Máxima dijo después –Invocando así una lluvia de polen de lirios de fuego que los cubrió a la guerrera. La verdad es que al cainita no le importaba recibir aquel tipo de heridas, pero suponía que si dejaba que Runihura sufriera alguna esta no le aprobaría, además, observando los errores que habían cometido sus compañeros y el ataque que el mismo planeaba hacer lo mejor era no correr ningún tipo de riesgo.

 

El Ragnarok calculo, utilizando aquel amuleto y pidiéndole a la dragona que hiciera una vuelta de 360 grados como la de las montañas rusas muggles se lanzo en picada esperando no fallar ya que el mínimo error los tiraría en plena caída o los haría golpear con el suelo, mientras bajaban a una velocidad vertiginosa el cainita le pidió a la dragona que esperara su señal para lanzar fuego y abriera sus alas ya que para ganar mucha mas velocidad estas iban pegadas a sy cuerpo. Cuando llego al punto sin retorno la dragona desplego sus alas en todo su esplendor para luego lanzar aquellas bocanadas del incandescente elemento quemando así a la mayoría de los inferís.

 

Aquello había servido un poco para ayudar a lo que ya venían haciendo sus compañeros. Claro estaba, al vampiro no s ele quitaba de la mente lo que había dicho su maestra, la razón verdadera de porque estaba allí, el inferí de aquel gigante que pronto llegaría y capturar al nigromante que lo había invocado.

 

-Por favor Ryuu podrías volar un poco alto?, hay que visualizar que tal lejos podría estar ese inferí gigante que se acerca, algo me dice que podríamos verlo en cualquier momento, no creo que tarde mucho de llegar hasta aquí –pidió el vampiro amablemente a la dragona.Estaban lo suficientemente algo y allá, en un punto de la lejanía, podía visualizarse una masa amorfa que se acercaba con paso decidido. -No creo que el fuego compacto sirva desde esta distancia, supongo que deberemos dejar que se acerque mucho mas –dijo el Ragnarok sabiendo que su maestra lo estaba escuchando

 

No había mas remedio el cainita observo a sus compañero aprendices quienes estaba distraídos con aquellos inferís. No lo pensó 2 veces, tomo la decisión quizás sin pensarlo o más bien, sabiendo perfectamente lo que estaba haciendo, el único problema era que estaba arrastrando a la guerrera Uzza con el a lo que podría considerarse un suicidio.

 

-¿Cuáles son las distancias máxima y mínima en la que se puede lanzar el fuego compacto maestra? –pregunto el Ragnarok mientras viajaba para encontrarse con el inferí gigante y así utilizar el fuego compacto en él.

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