Libro de los Ancestros - Septiembre 2021

[Khufu]

Desde donde se encuentra Khufu a lo lejos se puede escuchar todavía a las gentes en el pueblo más cercano que comienzan animosamente a resguardarse cerrando puertas y ventanas, en los comercios callejeros guardan sus puestos para protegerse de la oscuridad de la noche y el viento áspero y cálido que achaca los huesos de los más viejos y enarena los ojos de los niños que aún juegan en las calles, confirma que la tormenta de arena que se avecina no debe estar muy lejos. Pero todos ellos están acostumbrados a esto, a esta vida dura bajo el sol todos los días en los pueblos remotos de Arabia.

—El Uagadou está lleno de aprendices estos días. Eso es extraño, aunque… he de suponer que deben ser tiempos difíciles para esas personas—

No está solo en aquella necrópolis, detrás del guerrero el sol se oculta lentamente y revela a su alrededor cientos de tumbas alzándose sobre el campo con la sombra del atardecer. Ha de invocar la conciencia de vidas pasadas para guiar este aprendizaje, porque Khufu podrá ser un hombre de muchos años, pero nunca podrá dejar escapar la oportunidad de escuchar un buen consejo de una alma ancestral que aún le quede conocimiento por compartir y quizá la paciencia que el guerrero no es capaz de contener en sí para soportar una vez más la falta de compromiso que nota en los aprendices con más frecuencia, que creen que lo saben todo, que creen que lo han comprendido todo por tener acceso a estos conocimientos.

—¿Quién vendrá hoy?— no está preguntando por el aprendiz que se describe en los historiales que la administración del colegio le entrega antes de cada partida, porque ha comprobado en más de una ocasión que todas esas palabras con las que rellenan los perfiles de los usuarios son meramente decorativas y rara vez son capaces de describir verdaderamente a la persona que se presenta ante ellos. Khufu espera ver mucho más que un aprendiz, espera a un mago o bruja dispuestos a llevar esta enseñanza más allá, para que de este modo la existencia de sus ancestros prevalezca, viva, continúe, y en el mejor de los casos se transforme en algo que pueda ser trascendental.

Podría ser un concepto difícil de considerar tratándose de magia guerrera, pero no por eso era imposible.

Khufu espero al nuevo aprendiz de pie, respetuosamente frente a la tumba de un viejo hermano caído en batalla hábil en sus tiempos con la hechicería del libro de los ancestros.

@ Rory Despard

Editado 3 de Septiembre del 2021 por Valkyria Karkarov

[Rory Despard]

Volvió a enrollar el trozo de pergamino que le informaba del inicio de la aceptación de su solicitud, y revisó por última vez tener todo lo necesario en la mochila, entre libros y los diversos talismanes que la magia uzza empleaba, para finalmente, encomendándose a San Miguel Arcángel, partir de su modesta pieza en el Palacio Rosa.

En los últimos meses, por causa las múltiples actividades pastorales y las que le eran confiadas en la Orden del Fénix, no había tenido tiempo para seguir profundizando su conocimiento de esa magia guerrera tan especial, pero puesto que emplearla le había salvado la vida ya en varias ocasiones, aunque no fuera lo suyo las batallas, había decidido inscribirse y esperar.

Se comentaba de sobra del orgullo de aquel pueblo por entero, y aunque Rory desconocía cuáles eran los términos bajo los cuales los libros de aprendizaje habían sido facilitados a extranjeros como él, si sabía que cada maestro tenía sus propios métodos de enseñanza, y le tocaba atenerse a las indicaciones y obedecerlas, para conseguir eficazmente su vinculación. Por ello, había ido preparándose en el gimnasio en el que mucho tiempo atrás, había tenido su primer duelo de entrenamiento, tratando de recordar técnicas y estrategias, y ese día, vestido con zapatillas, un buzo holgado y una capa con capucha color tierra, se encontraba listo para lo que sea que le esperara del otro lado.

Abrir un portal a través del fulgura nox, para trasladarse hasta el punto de encuentro, había sido el primer desafío importante. Por la distancia, el pelirrojo había hecho un gasto de energía considerable, así que al cruzar del otro lado, se tomó un minuto para descansar, inhalando y exhalando aire de sus pulmones. El ocaso pintaba de naranja y rojo el cielo, dando un aura espectral a las incontables tumbas delante de él, pero no se apabulló ante el escenario, y simplemente caminó para reducir la distancia entre él y su maestro uzza de turno.

Rory entendía la muerte como el paso previo e ineludible para la verdadera vida que Dios prometía una vez la carne débil pereciera. Por eso no le temía, pero sí resentía de que por causa de la guerra, mucha gente hubiera visto su fin tempranamente. Se persignó entonces, ante la tumba del caído, y elevando una plegaria, observó con detenimiento los adornos y las inscripciones que se habían hecho sobre la lápida,  pero le fue imposible comprender aquellas runas tan extrañas, escritas en un idioma que le era desconocido.

— Que la paz del Altísimo esté con usted, maestro— su voz reverberó en aquel páramo, donde la arena comenzaba a arremolinarse— Muchas gracias por haber aceptado mi petición— inclinó la cabeza con genuino agradecimiento hacia el guerrero antes de volver su vista a la tumba — y ojalá que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone*.

* 1 Reyes 8:57

[Khufu]

La calma de aquella necrópolis se rompe a su espalda con la llegada del aprendiz, el guerrero lo ha escuchado, ha sentido su magia al abrir el portal y atravesarlo, puede darse cuenta de su presencia, en lo que resta de aquel silencio, moviéndose a través de las tumbas hasta llegar a su encuentro. El cómo decide cada aprendiz aparecer ante él para forjar sus vínculos con la magia guerrera no es importante, tampoco busca conocer de sus motivaciones o ambiciones, si no que Khufu habitúa estar más interesado en que exista un entendimiento mayor de estos poderes al final de cada encuentro, no obstante, tratándose de la magia del libro de los ancestros, aquella magia que ha estado custodiando por tantos años, aprendices sin una gota de razonamiento, a estas alturas de su enseñanza, no son bien recibidos por el longevo guerrero.

Pacientemente permaneció firme e inmovil frente a la tumba de aquel guerrero caído en batalla. Antes de comenzar con cualquier cosa, Khufu se detuvo un instante a examinar cuidadosamente las palabras del brujo Despard, no era esta la primera vez que se encontraba con él, aunque en su paso con el libro del Caos se había visto entorpecido por la administración del Uagadou, el muchacho se había hecho notar entre los aprendices de aquella sesión. El modo en cómo evoca a su Dios único todopoderoso era de alguna forma un rasgo particular que no se ve todos los días, sobre todo en las últimas décadas de oscuridad sobre esta sociedad mágica, que a menudo se ve aplastada por querer imponer el pensamiento de un solo usuario por sobre los demás. La gran soberbia y ambición de las personas.

—Posiblemente él, tu Dios, no te abandonará en esta encomienda mientras sepas mantenerlo contigo— aun si sus creencias religiosas no eran compatibles, era destacable la devoción del mago a sus creencias, pues hablaba de él cómo una persona comprometida con aquello que, de algún modo, es conocimiento de carácter ancestral. —Y es que es así, cómo los antepasados, nos acompañan siempre y cuando su recuerdo continúa vivo más allá del pensamiento, también en la práctica de todo aquello que nos han legado. Constantemente están ahí; en nuestras costumbres, en nuestras creencias, pero al final es cosa de cada uno que tan trascendental son para nuestras vidas, si les dejamos atrás o, en cambio, nos convertimos en el nexo que compagina años de conocimiento.

La larga pausa representó para Khufu una despedida silenciosa con esa conexión que siente con este lugar. Y enfocó sus mejores atributos en cuanto a la enseñanza de hoy para finalmente comenzar con las explicaciones.

—La magia que este libro contiene te exige de un buen razonamiento y entendimiento de la fuerza y origen de la hechicería, tanto dentro y fuera de los poderes de la magia guerrera. Es decir, que hay que saber deducir, asimilar, comprender y juzgar, el contexto, el entorno al que nos enfrentamos para saber cómo protegernos y, en el mejor de los casos, conseguir sacar una ventaja. Cada detalle en la naturaleza de un encantamiento es sumamente importante cuando estás en una batalla o enfrentamiento. Aprende entonces del pasado, el origen de la magia y vinculate con el poder de los ancestros.

Aun sin moverse de su lugar Khufu señaló la pieza porcelana coronando la tumba de aquel guerrero fallecido. 

—Ese de ahí es el Amuleto anti robo, tiene el poder de proteger de manos con gusto por lo ajeno. Así cómo el nombre lo dice, impide el hurto en los lugares donde se ha colocado. Aquí por ejemplo, cuida de la paz de los caídos, para que tengan un eterno descanso tranquilo, mantiene neutralizados a cualquiera que intentase llevarse las ricas ofrendas para los difuntos— explicó. Girando finalmente en dirección al aprendiz le mostró su propia joya. —El anillo de presencia permite al mago observar lo que ocurre en cualquier lugar donde esté situada la esencia que contiene. Esto no es difícil de entender, ¿verdad? Basta una simple gota para poder observar con todo detalle lo que ocurre en un lugar determinado— citó de los textos del libro.

Sus ojos escudriñaron de pies a cabeza al aprendiz, buscando sobre él algunas de las piezas que ha mencionado, o algunas otras que en sus logros pasados hubiera dominado.

—Dime, muchacho, tu que ya has obtenido este libro pagando una modesta cantidad de plata por él, ¿hay alguna otra información que me haga falta sobre los amuletos y objetos mágicos que el vínculo con la magia del libro de los ancestros te otorga?— cuestionó pacientemente, esperando que el aprendiz supiera responder complementando o consultando la explicación ofrecida hasta ahora.

[Rory Despard]

La idea del legado era una que a menudo generaba conflictos a Rory, aunque las ocupaciones variadas de su día le dejasen poco tiempo para reflexionar al respecto. Era cierto lo que Khufu decía, sobre el respeto a las tradiciones y la forma en que podían permear en cada aspecto de la vida de una persona, y lo importante de honrar la memoria de quienes te habían precedido, pero ser el nexo...eso podía ser sumamente difícil, especialmente cuando todo aquel conocimiento terminaba atrapándote y convirtiéndose en una carga.

Por eso entendía que otros prefiriesen simplemente rechazarlo por completo. Era mezquino pero a menudo, cuando notabas como le cambiaba la mirada a la gente cuando decías venir del campo y ser un granjero, en lugar de un sofisticado estudiante citadino de Dublin, entendías que  muchos no quisiesen pasar por esa clase de vergüenza y oprobio. Había legados y legados, y en el mundo mágico eso era todavía más ostensible que en el muggle. Por eso, a fin de cuentas, había pervivido tanto la obsesión por la pureza de la sangre. 

Por defender a ancestros y sus supuestos legados y quienes eran dignos o no de merecerlos, creando barreras que ni el Altísimo había dispuesto entre los hombres.

Empero, al menos desde el punto de vista de lo que ha experimentado hasta ese momento, no le parece que la magia de los uzzas posea esa visión de las cosas. Ellos no hacían una distinción a priori e incluso preguntar por el apellido de los estudiantes no parecía un requisito indispensable para empezar. Rory ha caído en cuenta al pensarlo, que  justamente Khufu no ha preguntado por el suyo, y eso le arranca una sonrisa.

A medida que ha ido conociendo más de los poderes de los uzza, ha notado que a diferencia de la magia europea con varita, estancada en sí misma e ignorante a la sabiduría de los demás pueblos,  ellos han encontrado, de distintos modos, el mecanismo para conseguir intercambios que los beneficien, acrecentando sus saberes a lo largo de las generaciones. Y quizá sea por eso, que cuidan tanto el cómo transmitirla.

La mención que hace el guerrero sobre los poderes del Libro de los Ancestros, hacen que de inmediato Rory saque su ejemplar que hasta entonces había tenido guardado en la mochila. Como siempre sucedía, no ha sido hasta que Khufu ha empezado a nombrarlos, que el sello se ha roto y él puede observar en las páginas y seguir con la vista la delicada caligrafía que detalla la magia de esos hechizos y amuletos. Sus ojos se desvían ante la mención del amuleto anti robo, a la propia pieza que tiene él consigo, y que de pronto piensa que sería excelente poder colocarla en los almacenes de algunos de los refugios, pues nunca han faltado miserables capaces de robar la comida destinada a los pobres.

No ha entendido si es a esa clase de contexto que el uzza está haciendo referencia, pero los usos que él termina dándole a su magia son en gran parte, aspectos de su vida cotidiana y no únicamente un campo de batalla. Por eso es que también lleva en el segundo de sus rosarieros,  la mayoría de las joyerías uzzas, y de allí saca el anillo de presencia para colocárselo en el dedo índice.

Está decidido a, en cuanto vuelva a Inglaterra, derramar una gota de esa esencia en el patio delantero del Pink Palace.

— Observar a la distancia, en los tiempos de ahora en que incluso transportarnos libremente nos ha sido restringido por la ministra inglesa, será una herramienta muy útil. Supongo que esta clase de comunicación tuvo que surgir en tiempos igual de aciagos, como una forma quizá de asegurarse que seres queridos estuviesen a salvo, o en el otro extremo, para asegurar una ventaja frente a un enemigo. 

Ahora que ha llegado su turno de hablar,  algo nervioso, su vista se detiene en el frasquito que contiene unas arenas, que el libro describe como Arena mágica del desierto.

— El libro menciona que estas arenas pueden emplearse directamente, o a través de una poción. Para lo primero, indica que debes soplarla sobre alguien ¿eso significa que tendría que estar cerca de la persona para que funcione? ¿Podría decirse que el escenario ideal para su uso entonces es un forcejeo o un combate cuerpo a cuerpo?

Los vientos fuertes que a medida que oscurecía no hacían más que incrementarse, azotando su capa, sembraban dudas en Rory sobre lo que acababa de afirmar. No había esa clase de vientos en Londres, aunque sí en zonas como los acantilados de Cornwall, e imaginaba que entonces sí que era posible en esos escenarios, que la arena pudiese recorrer una mayor distancia.

— También veo que el libro detalla que la daga kansho, puede tener usos que no impliquen acompañarla de magia de varita. En esa línea de uso, al no ver limitación de tiempo alguna ¿eso quiere decir que puedo guardar hechizos de forma indefinida hasta cuando decida usarlos?

A la espera de la respuesta de Khufu, Rory volvió a las siguientes páginas del libro, que contenía grabados muy detallados de los poderes que requerían magia de varita, pero no los mencionó a la espera de que el uzza lo hiciera, pensando en que probablemente en lugar de solo aprender diciendo, el guerrero le exigiría aprender haciendo.

[Khufu]

Khufu asintió una sola vez ante el razonamiento del brujo. El mismo ha visto a lo largo de la historia emplearse de esta magia sus poderes con fines y propósitos distintos, tal cómo lo decía el aprendiz; algunos para protegerse y otros para conseguir algún beneficio o ventaja de las situaciones. La adversidad era la única constante en la historia de la humanidad, el conflicto y la búsqueda del poder dieron orígenes a magia de todo tipo que, conforme el tiempo avanzaba y las generaciones y polémicas cambiaban junto con este, el poder de la magia, incluida la de los pueblos guerreros Uzza también se transformaban, no tanto en teoría, sino más bien en esencia tomando matices que, según la época en la que se recurriera a ella, era de mayor o menor relevancia. Hoy por ejemplo, en estos tiempos, en los que hacerse de estos poderes consiste en algo tan simple cómo un par de pruebas y una cuota de inscripción, Khufu ha resentido en los nuevos aprendices el menosprecio que hay hacia el origen de estos poderes y el verdadero valor de poseerlos.

El guerrero volvió a su meditación, en busca del consuelo de sus antepasados enterrados en estas tierras arenosas, cerró nuevamente los ojos mientras escucha al aprendiz pasar las páginas de su libro, ojeando y analizando los textos revelados ante él. Es rápido resolviéndolo, sin embargo, Khufu no espera algo menor a esa capacidad del brujo a este nivel del aprendizaje, las observaciones y las dudas al respecto ante su interpretación no tardan en llegar, pero para entonces, el Uzza está preparado para, pacientemente responder a sus cuestionamientos. Lentamente revela sus plateados ojos que parecen brillar en esa noche que los ha alcanzado más pronto de lo esperado, y a la distancia la capa de arena que se ve en el horizonte los amenaza con envolverlos pronto en esa tormenta.

-La situación determina qué y cómo es mejor emplear estos objetos mágicos. A demás de lo que haces mención sobre el tipo de combate, y a pesar de que es un polvillo que te da una brecha de tan solo unos cuantos segundos, cabe rescatar que al usar la arena mágica del desierto contra un objetivo no necesitas de tu varita, por lo que si lo piensas, aunque el viento que eres capaz de soplar puede ser una limitante, en el caso de haber perdido tu varita o no tenerla a la mano, y según el contexto, puede incluso hasta salvarte la vida. U obtener también una ventaja- Khufu se agachó para tomar un puñado de tierra entre los pies del aprendiz levantándolo entre ellos dos, lentamente el guerrero abrió su mano y el viento que ha comenzado a arreciar a su alrededor dispersó la tierra en todas direcciones golpeando tanto al mago aprendiz cómo al mismo guerrero por igual. -Pero debes ser cuidadoso con ella, solo tu fuerza combinada con tu inteligencia conseguirán sacarle verdadero provecho a esta voluble posesión mágica.

Luego de dejar caer toda la arena y que el viento cambiara de dirección, el guerrero se inclinó sobre el libro del aprendiz y observó el bosquejo cómo ilustración que hay sobre la daga de Kansho. Khufu apenas sonrió, la imagen, aunque buena, no le hacía justicia al verdadero objeto mágico.

-Al igual que muchos otros objetos mágicos que se encuentran descritos en ambas secciones del libro, tanto la de objetos, amuletos o joyas mágicos (poderes rolísticos) o en la de poderes (Poderes para rol, asaltos/redadas y duelos), la descripción de la daga de Kansho extiende su definición según se emplee para enfrentarse a algún infortunio o durante una batalla- el guerrero señaló sobre la página del libro el texto que citaría. -Por ejemplo, si lees las siguientes páginas, en la sección de poderes en duelo, se especifica que Kansho, cómo hechizo tipo invocación, es capaz de absorber un hechizo ofensivo y devolverlo inmediatamente contra el objetivo aun si no se tiene el nivel mágico para realizar el hechizo que absorbió. Tal cómo si se tratara de un espejo que refleja todo lo que lo golpea.

Khufu tarareó e hizo un gesto abierto hacia el aprendiz para que llegara pronto a sus propias conclusiones.

-Podríamos decir entonces, que el libro sugiere que esta arma mágica, según cómo se utilice, podrá guardar en su interior hechizos para ser usados en el futuro, usarse cómo para escapar de algo que no le concierne o, de otra forma, el efecto solo será de rebote inmediato si se encuentra peleando una batalla- la explicación, que de pronto profundiza en la interpretación de esta magia, sugiere una práctica. -Pongámoslo a prueba. Invoca Kansho aprendiz- Khufu desapareció en un parpadeo y apareció del otro lado del cementerio.

El guerrero primero que nada apuntó al cielo su varita, lanzando un rayo potente que se perdió en la oscuridad de la noche, de inmediato espesas nubes de tormenta cubrieron el cementerio, rugiendo ferozmente, cómo si estuvieran dispuestas a dejar caer sobre ellos un chubasco de dimensiones colosales. No obstante, cuando el domo termina de formarse sobre ellos, convinándose con la tormenta de arena que se avecina, la lluvia de rayos comenzó también a azotar contra la necrópolis. En el momento en el que uno de esos rayos golpeó la torre más alta que se encuentra en ese lugar, que no ha de tener más de nueve metros de altura, Khufu acudió a otra magia con ayuda de su vara de cristal. 

Uno a uno, los rayos que salieron de las varitas de los espectros cómo fantasmas sobre sus tumbas apuntaron en dirección a Rory, mezclando el ataque con la lluvia de truenos y relámpagos sobre sus cabezas. La única forma de detener el ataque era golpear nuevamente la punta de aquella torre al centro del cementerio.

[Rory Despard]

Como había esperado, el guerrero respondió a su duda sobre las arenas a través de la propia experimentación, tomando un poco de la que tenían  a sus pies, y mostrando como el viento en realidad, no te jugaba únicamente a favor sino que podía lo mismo ir en tu contra, dado que era un elemento externo al control del mago, y acaso por eso mismo, una consideración que no debía perderse. Uno de esos detalles que podían hacer toda la diferencia en una contienda real.

La explicación sobre el uso de la daga kansho fue extensa, conforme lo exigía un arma de usos tan diversos. Rory entendía que lo resaltante de ella era su capacidad de retener hechizos, aunque el tiempo variase según lo usara o no en una situación de batalla, pero agradeció que Khufu decidiese que era momento de practicar con ella para que comprendiese mejor los alcances y diferencias.

Tan pronto lo vio desaparecer, Rory observó por completo a su alrededor para saber donde es que iba a reaparecer. Por un momento se había imaginado que el uzza lo dejaría a su suerte, o a merced de alguna criatura fiera o una sombra, pero esos pensamientos se esfumaron cuando lo vio del otro lado del cementerio. Se concentró entonces en ver lo que hacía, y en cómo lanzaba un rayo al cielo despejado, haciendo que de inmediato cúmulos de nubes lo cubrieran, nubes grises que más tarde que temprano, podían desencadenar una enorme tormenta.

Los truenos que empezaban a oírse confirmaban sus sospechas.

Los rayos que aquel hechizo metereológico del uzza ha provocado, terminan teniendo un efecto terrible cuando uno a uno comienzan a caer a lo largo del cementerio, y lo peor llega cuando la torre más alta del lugar termina siendo otro blanco más. En un principio Rory queda anonadado ante la cantidad de espectros emergiendo para atacarlo, motivados sin duda por la magia de Khufu, pero entonces recuerda que esa es la prueba definitiva en la que tiene que demostrar que ha entendido aquella larguísima explicación.

El tiempo le juega en contra, pero consigue concentrarse rápidamente y la invocación del arma no resulta un problema. Le sorprende lo ligera que es a pesar de la empuñadora excesivamente lujosa, así que sosteniéndola con la diestra, la alza hasta la altura de su frente, y luego, encomendándose a Dios, concentra su energía en esa mano como una forma de asegurarse que la absorción de hechizos funcione.

Si con tan solo la explicación ya se había sentido impresionado de tal poder, al ver como hasta el último de los hechizos ha sido absorbido, Rory comprueba que sin duda está ante un poder extraordinario. Sonríe al ver que lo ha podido conseguir, pero sabe que ese no es el final, pues Khufu todavía tiene la vista puesta en él.  Y es entonces es que recuerda la razón por la que ha sido un cementerio el lugar para su clase y las primeras palabras con la que el guerrero le presentó el libro.

No había forma de que honrase a los ancestros si solo dejaba las cosas estropeadas como estaban hasta ese momento.

Desconoce con exactitud cuál ha sido la magia que ha empleado el guerrero, pero le parece lógico que todo ese poder necesite ser devuelto a algo en particular, para que el equilibrio se restituya. Observa entonces, las lápidas, los árboles y los senderos de piedra entre las tumbas, los escasos mausoleos y termina deteniendo la vista en la misma torre central, donde puede detectar un cúmulo mayor de magia que en cualquiera de los otros puntos de la extensa necrópolis. Es hacia allí entonces, que apunta la daga Kansho para que toda la magia que ha retenido sea expulsada hacia ese punto. El impacto resulta tan profundo, que provoca una enorme rajadura desde la base hasta la cima del monumento, pero a Rory no puede importarle menos ahora que el clima a vuelto a la normalidad, y los espectros han desaparecido. 

— Un poder realmente impresionante, señor Guerrero— dice a Khufu—  me imagino que ya más de uno formado bajo su mando ha debido usarlo de las formas más egoístas. Pero prometo que no será mi caso. Aun si es una promesa venido de un humilde, créame que la cumpliré.

Hay un último poder en el libro que no han revisado, pero que Rory ha visto todo el tiempo siendo usado por cada uzza por lo que no cree necesitar mayor explicación. La capacidad de convertir una varita en una pieza similar a un bastón o una vara, le resulta fantástica,  pero además, de acuerdo a los bocetos de libro ese no es el único atractivo de la vara de cristal, sino su uso en batallas para convertir todo rayo en efecto, aunque con numerosas restricciones. 

Y casi que no puede esperar por el momento en que consiga hacer eso.