Prueba del Libro de los Ancestros - Septiembre 2021

[Khufu]

La calma entre ellos en aquella necrópolis se volvió a imponer trayendo nuevamente paz a aquellos que descansan en estas tierras desoladas. La defensa del aprendiz utilizando kansho para defenderse no solo había logrado que la tormenta de truenos se detuviera, si no que además al golpear la torre ha conseguido activar una protección sobre el cementerio que los cubre cómo un domo de cristal de la ventisca de arena que azota al humilde pueblo a sus espaldas. 

Khufu dejó que el aprendiz se llenara con toda esa tranquilidad que sus acciones, aunque violenta al responder los golpes que se le daban, también habían conseguido traer serenidad a pesar del caos en este lugar, cómo una analogía, de alguien que batalla una guerra que, al final, lo único que obtiene es solo la angustia del pasado, la coraza vacía del sacrificio por los demás y la calma de los muertos.

-Bastante acertado-, es lo más cerca que Khufu está de felicitar a alguien, lentamente el guerrero, que había aparecido de nuevo a la par del aprendiz, se giró hacia él para terminar con sus explicaciones. -Tal parece que has comprendido cómo utilizar y aprovechar la daga de Kansho, pero óyeme bien, aunque has visto y probados sus alcances, no debes olvidar jamás sus limites. Esta invocación no es capaz de absorber y regresar un hechizo lanzado con una varita que haya sido equipada con Vara de Cristal, si, justo ese otro poder que encuentras casi al final de tu libro de hechizos.

El guerrero se volvió a mover por el terreno para quedar nuevamente de frente al aprendiz, a unos cuantos metros de distancia, preparando su siguiente demostración.

-La vara de cristal es un hechizo verbal-, dice al mismo tiempo que va equipando sobre su varita el hechizo. -Cómo ves. Entre sus atributos más destacables es su función de imbuir el poder de un hechizo tipo rayo, convirtiéndolo en uno tipo efecto-, explica detenidamente y cuando su vara de cristal está finalmente convertida en un objeto diferente a su varita, elegante pero imponente, Khufu vuelve la mirada al aprendiz. -Escúchame, muchacho, este hechizo solo se puede utilizar una vez por turno, durante tres turnos en un duelo o batalla. Y debes saber aprovechar de estos poderes, pues vara de cristal solo puede ser equipada una única vez por duelo.

Con un movimiento de su varita Khufu hizo vibrar el suelo con una presión de aire que como un golpe los empujó a ambos suavemente en direcciones opuestas y delimitó, entre tumbas y restos de antiguos guerreros el campo de batalla entre ellos. El guerrero dedicó una última mirada a su alrededor, aun sintiendo la conexión que hay con sus ancestros recorriendo el cuerpo. Y fuera de aquel domo que los protege, la tormenta de arena azota con violencia cómo si quisiera romper esa magia y estropear la tranquilidad dentro del cementerio.

-Prepárate aprendiz, es tiempo de la prueba final-, era momento de que Rory intentara dar forma su nexo con esa magia antigua. -Aquí, delante de mis antepasados, debes demostrar que has comprendido y entendido los poderes que este libro, el de los Ancestros, te ofrece con su vínculo-, el guerrero desequipó su varita y deshizo cualquier encantamiento previo para igualar las condiciones de este duelo antes de dar inicio. -Se sabio aquí, porque para llegar hasta este punto, dentro de tu enseñanza, está demás aconsejarte todo lo que ya debes saber para forjar tu unión con este nuevo poder-, el guerrero presentó su varita con formalidad y optó por una posición inicialmente de defensa contra Rory.

 

C O N D I C I O N E S

• No existen límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Duración del duelo: Del 20 al 28 de Septiembre.
• Nos guiaremos por las Reglas Nuevas de duelos existentes.
• Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro de los Ancestros)
• Están prohibidos los Off y las ediciones.
• Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de los Ancestros.

@ Rory Despard

Editado 21 de Septiembre del 2021 por Khufu

[Rory Despard]

Pv: 10 
PP: 9

Hay una cierta tranquilidad e  la contemplación de aquel gigante cementerio en el desierto a medida que oscurece, de una forma que sabe que no sería posible si la magia del guerrero no hubiese creado esa barrera protectora para las devastadoras tormentas de arena.  A lo mejor y únicamente es lo exótico que Rory lo encuentra, comparado con los parajes a los que está acostumbrado, pero deja de pensar en ello cuando Khufu retoma sus explicaciones.

Se persigna y agradece a Dios desde lo profundo de su corazón, cuando escucha al guerrero decir que ha hecho un uso adecuado de Kansho, y toma nota de aquella limitación que  le está haciéndole notar, mientras termina el vial de poción herbovitalizante que ha tomado pues su cuerpo ha resentido la energía gastada hasta esos momentos.
 
Ahora que han llegado al último hechizo del libro, el pelirrojo ve como las últimas páginas, que describen los usos de la vara de cristal, se iluminan y los bocetos se animan a medida que Khufu habla. Rory encuentre sorprendente incluso esa pequeña cuota de magia, y trata de imaginar la forma que su varita adoptará cuando use aquel hechizo tan poderoso, que también posee un límite, justo por lo desgastante que puede llegar a ser.

Con el panorama completo de los hechizos de los ancestros, se ha reforzado su pensamiento de que el pueblo uzza tiene una visión del mundo como un espacio hostil. Él entiende en parte eso, pues el altísimo señala también incontables veces las desgracias del mundo terreno, pero eso no evita que se cuestione sobre cuántas cosas han tenido que afrontar ese pueblo para que aquella idea permee de esa manera por generaciones ¿Ha nacido a raíz de las condiciones extremas del clima dónde viven o  por las sucesivas batallas? ¿O ambas cosas?

Cuando el libro se cierra de golpe, Rory no necesita esta vez ninguna palabra para comprender que ha llegado el momento de probar, en un duelo, sus conocimientos. La corriente de aire que lo separa de Khufu en ese momento, lejos de ser refrescante, se siente sobre su piel como el vaho del vapor de agua emanando de una olla caliente, y los mausoleos y tumbas van perdiendo sus contornos y asemejan más a sombras vigilantes y silenciosas en aquel inmenso páramo, pues la noche ha llegado y el cielo lejos de mostrar estrellas apenas tiene un pálido reflejo gris. 

Con una reverencia, alza también su varita entonces, para enfrentar a aquel sabio guerrero. El predicador calcula que deben ser unos siete metros los que los separan, pero las múltiples tumbas hacen que parezcan muchos más; aún así, Khufu está mostrándose con total claridad ante sus ojos, y observando el panorama a su alrededor se hace una idea clara de por dónde empezar.  Su varita, firmemente sujeta en la mano derecha se alza para realizar el primero de sus ataques.

- Vara de cristal...- pronuncia con firmeza invocando aquel poder que de inmediato hace que su varita crezca hasta el tamaño de los cayados que solía usar para pastar años atrás, aún cuando su apariencia de cristal con destellos de amarillo sea por completo diferente a las de las toscas varas que portaba antaño-  babosas.

Al ver que el hechizo actúa de inmediato sobre el guerrero, Rory se admira de como no ha tenido que esperar para que haga efecto, como suele pasar con los hechizos tipo rayo (siendo esa la desventaja de usarlos).  Él ha descartado usar un sectusempra, dado que considera aquel hechizo letal y cruel, y no ve viable emplearlo salvo que su vida corra peligro directamente,  lo que no cree que pueda ocurrir en ese duelo ¿O sí?  Mientras ve a Khufu arrojar babosas pegajosas y sonrosadas por la boca, ruega a Dios que no permita que aquel ataque lastime el orgullo del guerrero al punto de convertir ese duelo e algo más que una prueba final.

[Khufu]

Khufu. Lvl 45
PV: 100
PP: 9

Efectivo había resultado ser la primera acción del aprendiz. Equiparse con vara de cristal antes de comenzar una batalla siempre daba una ventaja casi en cualquier escenario, si bien vara de cristal consiste en un hechizo del tipo invocación, que le llevaba tiempo manifestarse por completo, conjurar dicho equipamiento al comienzo de una confrontación reducía el riesgo de ser silenciado o intercalado con cualquier otro hechizo que impidiera sus efectos, resulta menos arriesgado que emplearse a medio combate, no obstante, la limitante del tiempo seguía siendo una constante que los aprendices debían considerar al hacer este tipo de invocaciones, ya que en armas como vara de cristal o kansho la cantidad de veces que se pueden invocar era solo de una a dos veces por duelo.

Pero esta vez, y tal como lo describe el libro de los ancestros, el hechizo de Rory cambió de naturaleza convirtiendo el rayo en efecto e impactando de inmediato sobre Khufu, haciéndolo vomitar un par de babosas, una tras otra, casi al instante. Para tratarse de una demostración era un método bastante inofensivo al emplear los poderes de vara de cristal, aunque el guerrero encontró igualmente incómodo e irritante la sensación de viscosidad en su boca al sacar estos animales cada vez que intentaba hablar. 

Solo un poco más recuperado de los síntomas de aquel encantamiento, el guerrero le dedicó una mirada contemplativa al aprendiz. El asentimiento es por poco imperceptible, aunque no había causado mayores daños, le asegura a Rory de que ha sabido, hasta ahora, entender el funcionamiento de la vara de cristal. El hecho de que tanto le sacaría provecho a estos poderes en un futuro era meramente decisión del muchacho, pero fueran cuales fueran las intenciones del aprendiz en esta batalla, Khufu iba a buscar, en la circunstancia que sea, poner a prueba las capacidades del brujo Despard dentro de esta magia. El Uzza ha sido velador de los conocimientos de este libro por tanto tiempo, que no piensa bajar sus estándares solo porque la voluntad del aprendiz frente a él sea noble o de mejores intenciones que los demás.

Escupió otro gusano cómo si fuera lo más natural del mundo, levantó su varita apuntando al aprendiz pensando -confundus- antes de sacar la próxima babosa por la boca. El efecto ocurriría al instante y a Rory le costaría una acción futura completa salir de aquel atontamiento y desorientación causado por su encantamiento.

Tras dejar ir una babosa más por la boca, con el entrecejo forzado y el sudor perlando su frente por el esfuerzo de mantenerse firme, esta vez de su varita es capaz de expulsar un rayo luego de haber pensado un embrujo punzante que deformaría el rostro del aprendiz como una reacción alérgica, causándole una herida leve y poca visibilidad para hechizos que requieran de buena puntería.

Khufu. Lvl 45
PV: 100
PP: 8

[Rory Despard]

Incluso tratándose de algo tan poco digno como unas babosas, Rory estaba admirado de como Khufu se las había arreglado para no perder un ápice de su orgullo mientras escupía uno a uno aquellos molestos bichos. Y cuando lo ve levantar el brazo, sabe que el contraataque está en camino pero los reflejos le fallan y entonces...

Por un instante, su mente, lejos de enfocarse en aquel campo de batalla evoca el recuerdo de una habitación a media luz por efecto de las velas dibujando sombras en las paredes, y la bonita sonrisa de un hombre encantador confesando con una voz todavía más encantadora,  que es una verdadera lástima que no puedan quedarse más tiempo allí a solas.

Cuando reacciona de aquel episodio de confusión, por el cual sin duda, y ya de regreso en su pieza, meditará, tomará un ayuno y rezará muchas ave marías,  aun abochornado por aquella traición de su propia cabeza,  la sacude de un lado a otro, solo para convencerse de que tiene nuevamente todos sus sentidos puestos en la batalla. Sin duda, el ataque que ha provocado ello ha venido del guerrero uzza, así que, observa atentamente a Khufu, a metros de él aun, y cuando lo ve listo para lanzar un nuevo ataque, alzando el brazo como la vez anterior,  aprovecha para hacer su siguiente movimiento, un vara de cristal expelliarmus, que de inmediato impacta en el uzza, de forma que la varita del guerrero vuela a cinco metros de él, justo entre un par de lápidas de granito.

Sabe que el rayo que el uzza le mandó eventualmente lo alcanzará pero ¿por qué desperdiciar el uso de la vara de cristal siendo que ya no le durará mucho más en el campo de batalla? Está seguro que de cualquier modo Khufu va encontrar el modo para seguir poniéndole las cosas difíciles así que está decidido a recurrir al poder del kansho solo cuando el poder de su vara se haya agotado.

PV: 90

PP: 9

 

[Khufu]

Khufu. Lvl 45
PV: 100
PP: 8

A Khufu le toma toda una acción de su tiempo en esta batalla recuperar su varita, un movimiento osado ya que el hechizo que lanzó golpeo de todas formas el rostro del aprendiz deformándolo y limitando sus posibilidades de atacar con hechizos que requieren de una buena puntería. Evidentemente, esto no exenta a Khufu de sufrir algún otro ataque por parte de Rory, mucho menos cuando continúa con su varita equipando la vara de cristal que, precisamente, tiene el poder de convertir los hechizos rayo en efecto. Entonces, quizá no había sido un movimiento suertudo después de todo, y detrás de aquellos movimientos meramente defensivos se encontraba maquinando algún método más sutil de desarmar y someter a tu contrincante.

No era el estilo de los guerreros Uzza, pero igualmente lo hacía más interesante.

Para su pesar el guerrero continúa bajo los efectos de babosas y mientras alcanza nuevamente a empuñar su varita escupe dos de esos animales de un solo esfuerzo. Podría aprovechar la falta de visión temporal de Rory para quitarse de encima los síntomas del hechizo, sin embargo, ya ha soportado suficiente, además de que escupir estos animales, por más asqueroso que fuera, tampoco le arrebataba la vida. Por lo que, finalmente, Khufu opta por continuar poniendo a prueba la comprensión de los poderes de esa magia guerrera del aprendiz, de otra forma no culminaría este aprendizaje y el vínculo que ha conseguido formar hasta ahora, se rompería.

-Crece-uñas-, pensó esta vez, aun con el habla impedida. El rayo salió desde su varita con fuerza en dirección a Rory, si el aprendiz no conseguía evadir o detener su ataque las uñas de sus manos crecieron tan rápido que no le dejaría maniobrar su varita con la habilidad de una buena puntería y, si al cabo de un tiempo no detenía el crecimiento excesivo, perdería también la capacidad de sostener su varita.

[Rory Despard]

Aquel agudo dolor en su rostro, resultado del embrujo punzante es molesto, mas allá de que su vista no sea clara, y ahora solo pueda ver a Khufu como una mancha que se distingue de las lápidas a su alrededor únicamente por el tono más colorido de sus ropas. Lo último que había alcanzado a ver había sido la varita del uzza volando por los aires, así que sabe que es una ganancia de tiempo que tiene que aprovechar al máximo posible el tiempo que le tarde al guerrero recuperar su arma.

Decide entonces, a través de una curación deshacer esa fastidiosa hinchazón del rostro y aquella magia tan especial rápidamente restaura la piel dañada volviéndola a la normalidad, con pecas incluidas. Tras un par de parpadeos, consigue distinguir con claridad a Khufu que recién ha dado un par de pasos para recoger su varita, aunque todavía le restan un par de metros más para alcanzarla. Rory suspira aliviado, ya que por un instante había creído que su jugada de intercambiar daños había sido demasiado arriesgada, pero viendo los resultados, se siente más seguro para su siguiente movimiento.

Se concentra, respirando un par de veces para dejar que la energía de su magia interna canalice hasta sus manos y de esa manera, la magnífica daga kansho se materializa en su mano izquierda. El arma es ligera a pesar de lo recargado de su empuñadura  y cuando la alza colocándola de forma transversal delante de él, está lista para protegerlo del siguiente ataque del uzza, que resulta siendo un crece uñas.

Rory ve, casi como fuera una escena en cámara lenta, como el rayo sale desde la punta de la varita de Khufu y tarda unos segundos que siente interminables en llegar hasta donde se encuentra. El hechizo sin embargo no alcanza a impactarlo, ya que la magia de la daga kansho actúa absorviéndolo del todo y lo refleja instantáneamente, devolviéndoselo a su propio creador.

A pesar de que la escena de haber visto a Khufu botando babosas por la boca,  le resultó impactante en más de un sentido, el pelirrojo está seguro que verlo con uñas largas cual ave de rapiñas puede ser una imagen contraproducente, pues si algo encuentra resaltante en el guerrero, son sus manos grandes y (hasta donde ha alcanzado a ver) sumamente habilidosas, así que confía en que el hombre impida el impacto.

Mas casi de inmediato, se arrepiente del análisis que acaba de hacer pues... ¿Que tan loable era que se pusiera a pensar en semejantes criterios estéticos en medio de la prueba? 

A lo mejor el brusco cambio de temperatura ya estaba empezando a nublarle el buen juicio, o toda la magia empleada durante esa lección. Lo único real era que cuanto antes el duelo concluyese mejor le iría para no seguir con tantos pensamientos mundanos.