Libro de la Fortaleza - Octubre 2021

[Kahlan Blackthorn]

Kyle Mason Taylor

La fortaleza de los Uzzas radicaba en diversos objetos, amuletos que fueron encantados por ellos mismos o por eminencias conocedoras de magia antigua y sumamente poderosa. Era su primera vez como profesor del libro de la Fortaleza, acomodando el nudo de su corbata, repasaba con la mirada cada una de las alianzas que debía llevar en el dedo corazón de su mano izquierda, el dedo índice de la derecha y el dedo anular de la izquierda. El amuleto de curación estaba reposando sobre su corazón, justo donde estaba la mitad del tatuaje de león que compartía con una persona sumamente especial para el Holandés.

— Detalles elementales que marcarán la diferencia dentro de la clase—asintió cubriendo su traje negro con una túnica que llevaba el escudo de Slytherin bordado en la espalda. Su casa en hogwarts, sitio donde aprendió todo lo que sabía de duelos, pociones y ante todo encantamientos— La parte más elemental del todo, pero muchas veces la que no se enseña con los conocimientos adecuados—indicaba resguardando su varita dentro de la bolsa de su pantalón. Recorrió demasiadas sendas en sus veintidós años de vida, sucesos que le hicieron llegar hasta Uagadou.

Nunca se cruzó directamente con ninguno de los Uzza, pero escuchó entre las sombras cuales eran los sitios más idóneos para impartir las clases del libro de la Fortaleza. Dos columnas enormes se elevaban como si se tratará de los colosos de Rodas, aquellos que debían proteger y salvaguardar el sitio donde fueron colocados. Un bosque se abría paso delante de sus ojos azules, asombrado por la belleza que se vería empañada por los destrozos que causarían Taylor y sus alumnos dentro de esa zona.

Quote

No olviden traer los anillos y amuletos que trae consigo en libro, aquellos que no cumplan con ese detalle elemental. Dudo mucho que puedan entrar a la clase y aprender como se controla cada uno de los poderes que irán siendo redactados dentro del libro que ahora está en blanco.

Esa nota iba dentro del traslador que era un pequeño erumpent, al entregar la misiva el mismo estallaría tras irse a dar de bruces contra la pared. Vaya forma creativa a deshacerse de las pruebas o testigos, aunque los implicados dentro del aprendizaje que estaba a nada de comenzar, no sufrirán el menor daño. La verdadera prueba daría inicio, al dar el primar paso dentro del bosque— No habrá árboles que les ayuden a defenderse o en el mejor de los casos, les permitan usarlos como ataque—se aseguró de encantar una zona que estaba plagada de verde pasto y algunas flores.

Ni una sola criatura se dejaba ver por ese sendero silencioso, ya se daría el tiempo de llamarlas y poder dar uso a un hechizo que estaba ligado estrechamente con ellas—Espero que sean puntuales, porque no podemos perder tiempo—chasqueando la lengua apretando su puño izquierdo invocaba su varita—Taylor—se presentaba de forma escueta. Formalidades básicas que era necesario cumplir, protocolos que eran empleados por personas como el. Jamás le paso por la cabeza ver a un Uzza ser tan ceremonioso a la hora de presentarse o dar la bienvenida a sus alumnos. 

@ Syrius McGonagall @ Illidan Black Lestrange @ Thanatos L. Lestrange
 

Editado 4 de Octubre del 2021 por Juv Macnair Hasani

[Illidan Burke]

El camino a la grandeza era largo y complicado, desde su retorno a la comunidad mágica, pudo notar, como si poder había mermado de maneras desconocidas, se había quedado en el camino, y tras algunos comentarios, supo, que por intermedio de libros y estudios más avanzados de la magia, podría hacerse con algo más de poder. Deseoso de adquirir aquellas habilidades, el joven se hizo con uno de los libros necesarios. 

Vestía de manera informal, a la usanza muggle, ropa deportiva, tenis cómodos, a juego de color negro, una campera de la misma tela que el pantalón, también de color negro, y bajo esta, una remera de color blanca, se podía ver gracias a que el cierre de su campera estaba a medio cerrar. Sus rubios cabellos se agitaron tras la aparición, un morral colgaba de su hombre derecho, dentro aquel libro, también los anillos y amuletos necesarios. Algo de pergamino y lo necesario para tomar notas. 

Avanzó a paso lento, admirando el entorno, aquella especie de bosque, había cierta energía que lo tranquilizaba alrededor, pudo notar las columnas de humo que se alzaban adelante, paso por entre ellas, admirándolas, para poco después notar allí a la espera, quien supuso era su instructor. 

- Un placer, Illidan Black Lestrange... - Se presentaba asintiendo con la cabeza, aunque conservando una prudente distancia, aquel sujeto vestía de forma elegante, lo que le hizo considerar su propia vestimenta. - ¿Solo seré yo? - Pregunto extrañado, lanzando miradas aleatorias buscando a sus compañeros, si es que los había. 

 

[Luna Gryffindor Delacour]

Nunca se imaginó cursando otra vez, es más si alguien se lo hubiera dicho,la vampiresa se hubiera reído de a quien se le ocurriera aquella afirmación, adoraba aprender si pero también sabía que tenía poco tiempo para el mismo y últimamente prefería más salir a trabajar que obtener conocimientos como solía hacer cuando era más joven, priorizando tener más galeones en su cuenta que conocimientos necesarios en su cabeza. 

 

Por eso estaba extrañada de haber aceptado tomar la clase, pero se había dicho que el saber nunca ocupaba lugar por eso llevaba en su mochila el libro, los pergaminos, amuletos pertinentes y los anillos que necesitaba para cursar la clase, deseosa de tener más conocimientos en su haber. 

 

Cuando la misiva estalló suspiró sorprendida pero sonrió mientras se decidida a ir inmediatamente se desapareció hacia el lugar, esperando llegar a tiempo al mismo.

 

Una luz violeta dio paso a una joven de cabellos pelirojos atado en un rodete del Fénix dorado, su traje violeta claro, su pantalón violeta y sus zapatos de tacón violeta resonaron por el lugar, observando todo con sus ojos azules claros maravillada de lo que veía y una sonrisa cruzo su pálido rostro, pasando las columnas de humo, pudo notar al instructor y a su amigo Illidian, a quienes se apresuró a alcanzar rápidamente, estaba feliz de al menos no estar sola en esa empresa y se dijo que daría lo mejor de sí para pasar esa clase a como diera lugar 

 

- Mucho gusto Señor Taylor,  soy Luna Gryffindor Delacour, encanta de volverte a ver Illidian y bonito lugar para hacer la clase, cómo empezaremos? - dije feliz de poder aprender con amigos y deseosa de que la lección empezará cuanto antes - 

 

No les dije que estaba nerviosa, esperaba no haberme olvidado de nada y tampoco les dije que está era la primera vez que no me perdía para llegar a algún lado, supuso que era porque estaba tan ansiosa y feliz que de concentró lo suficiente para no perderse como habitualmente le pasaba, suspiré sonriendo y esperando empezar la clase en breve, deseosa de aprender cuanto antes mejor. 

 

 

 

[Kahlan Blackthorn]

Kyle Mason Taylor

— Está en lo cierto, señorita Luna. El paisaje que nos acompaña es encantador, lamentablemente se verá destruido eventualmente—aseguraba Taylor escuchando la duda expresada por el Señor Black Lestrange— Tengo conocimiento de que serían cuatro alumnos, pero no podemos desperdiciar el tiempo. Debemos dar inicio a su enseñanza, porque para eso están aquí—señalaba el libro que levitaba delante del Holandés. Las hojas del mismo estaban completamente en blanco, dentro de ellas se irían plasmando cada uno de los hechizos que les ilustraría dentro de la clase.

— Comencemos con los anillos que deben traer colocados en los dedos, creo que la misiva que les envíe fue clara y concisa—indicó abriendo el libro— El anillo de amistad con las bestias, tal y como su nombre lo enuncia. Les ayudará a poder comunicarse con ellas de una forma parcial, dándoles la oportunidad de reconocer que inquieta o preocupa a dicha criatura—explicaba señalando la alianza que llevaba en su dedo meñique.

— La clasificación de criaturas que pueden tener bajo su control es de 3X, aunque si cuentan con el conocimiento de cuidado de criaturas mágicas. Les dará la posibilidad de controlar algunas de clasificación un poco más alta a las que ya controlan sin contar con dicho conocimiento—relataba esperando darse a entender. Si tenían dudas, el sin problemas se detendría para responder cada una de ellas.

— El anillo de plagas, permite que puedan detectar con facilidad a los boggarts, gnomos y huevos de Ashwinder o cualquier otra clase de plaga que genere alguna clase de inconveniente o malestar dentro de sus hogares—asintió esperando no ser demasiado teórico y atiborrarlos con tanta información— ¿Tienen alguna duda?, si es así no duden en expresarla con confianza—estaba ahí para guiarlos con calma. Sin pasar por alto las recomendaciones de los Uzza, ellos sabían más que el caballero como era eso de dar clases y responder a las interrogantes. 

Pero la oportunidad que le habían dado, no seria desaprovechada por el Holandés. Confiaron en el para adiestrar a los magos y brujas que deseaban aprender y controlar los conjuros que quedarían impresos en el libro en blanco que adquirieron dentro del Concilio de Mercaderes.

—Amuleto volador—comentó señalando las alas de plata que descansaban sobre su pecho— Les permiten volar pequeñas distancias y caer lentamente si están descendiendo de una gran altura. Por ejemplo una montaña o un risco, tomen en consideración ese detalle—concluía invitándolos a seguirlo. Sus pasos lo llevaron por el extenso terreno, divisándose cerca de su ubicación una montaña rodeada por un nutrido grupo de árboles, apresurando el paso sintió la altura incrementarse un poco— Veremos que tan efectivas son estás alas—sonrió dedicándoles una venia.

— Espero que posean espíritu aventurero, porque está clase será todo menos monótona—afirmaba clavando sus dedos en las rocas, ascendiendo como un escalador profesional. Si luna o Illidan  necesitaban que les echará una mano, no estaba demás que le hicieran una seña y les respondería en el acto.

@ Illidan Black Lestrange  @ Luna Gryffindor Delacour

Editado 5 de Octubre del 2021 por Juv Macnair Hasani

[Illidan Burke]

Al escuchar aquellas palabras Illidan a toda prisa se acomodó los anillos en sus dedos, comparando claro con la mano del holandés, Abrió el libro delante de él, imitando el hechizo que hacía levitar el mismo, para poder trabajar con ambas manos libres, mientras prestaba suma atención al instructor. - Amistad con las bestias... - Susurro observando su mano, sin dejar de escuchar, se sintió orgulloso de haber estudiado Cuidado de Criaturas mágicas, aquello era un plus, no solo podría entenderlas ahora, sino que también podría hablar con algunas, según su clasificación. 

El siguiente anillo era el de las plagas, seria de mucha utilidad ahora que estaba reacondicionando el castillo Burke, aquel jardín de momento era intransitable. Volvió a llevar su mirada a su mano, apareciendo el anillo. - No señor, sin dudas de momento... - Comentaría volviendo a fijar su mirada en el Holandés. Tomo finalmente el amuleto para dejarlo colgar en su cuello, con aquel último completaba sus nuevas adquisiciones. 

Según la explicación, aquel amuleto le permitiría volar cortas distancias, o salvarlo de una caída que podría provocarle una muerte segura, aquel libro era una maravilla, y sentía ya ganas de probarlo, era la primera vez que volaría sin hacer uso de escobas o su propia moto. Avanzaron por el camino sinuoso, siempre encabezados por el tutor. 

El terreno comenzaba a tomar altura, hasta llegar a aquella montaña, el tutor comenzaría a escalar, e Illidan agradeció haber vestido de esa manera aquel día. - Voy detrás Luna... - Soltaría esperando que su compañera de clase iniciara, para seguir a una distancia prudente por si necesitaba ayuda, no sabía por qué, pero adoptaba una actitud protectora con ella. 

@ Juv Macnair Hasani  @ Luna Gryffindor Delacour

[Luna Gryffindor Delacour]

Volar? La idea me entusiasmo casi tanto como que me aterró,había volado en escoba y adoraba hacerlo pero no me gustaba pensar que podría caerme o algo,tragué saliva y mientras hablaba empecé a acomodar bien mis anillos, el primero el de las Bestias, que estaba en su dedo meñique y el que le permitiría hablar con ellas y tranquilizarla si la situación lo requería, el Anillo de plagas, que me permitía ver a los boggarts o plagas, hice una mueca de asco, mientras me acomodaba el otro anillo, el que me permitirá volar, suspiré mientras me decía que todo saldría bien y asentí a lo que Illidian decía, no sabía porque pero el hecho de tenerlo ahí le daba confianza para seguir con la clase. 

 

- Ninguna duda... Ojalá podamos hacerlo bien, no te separes mucho Illidian, procura mantenerte cerca - Le pedí preguntándome si no estaría exagerando en mi preocupación - 

 

Escale la roca preguntándome porque me resultaría complicado aquello, solo debía de no mirar para abajo y todo estaría bien, subí de a poco mientras seguía al tutor y rezaba porque mi amigo estuviera bien detrás mío, realmente me preocupaba por él, pero esperaba poder llegar a la cima sin que nada nos sucediera. 

 

- Illidian crees que llegaremos bien? Lo siento es que prefiero la escoba a esto,no lo crees? - Le dije en un susurro mientras seguía subiendo y me preguntaba porque me estaba dando miedo subir, cuando siempre lo había hecho cuando cazaba, claro que no se me daba bien cuando tenía público presente - 

[Thanatos L. Lestrange]

El mensaje había sido escueto... quizás demasiado escueto. Cuando el mago saltó por los aires, asustado ante la aparición de un Erumpent que parecía un tanto enfurecido, tomó la carta con su mano y empezó a escapar de este, preocupado por lo que pudiese suceder. Sin embargo, al pasar el animal por su lado y estrellarse de lleno contra la pared de la taberna, notó cómo una extraña protección lo rodeaba mientras las maderas astilladas y restos de piedra saltaban por los aires. Cuando el bullicio terminó, se encontró de frente a una habitación plagada de damas que, en un principio, parecían haber intentado cambiarse. Mientras las pobres mujeres agonizaban, lanzó un par de hechizos de curación mientras lanzaba unas fugaces disculpas.

 Una vez reparó la pared y se disculpó una vez más, abrió el mensaje y lo leyó con preocupación. Comprendió entonces que era el llamado a la Fortaleza. Buscó los anillos entre restos de escombros que aún cubrían el suelo y lo que en otro tiempo había sido una delicada mesa de luz de mármol y se los colocó en la mano izquierda mientras caminaba a paso ligero hasta el exterior del lugar. Una vez fuera, giró sobre sus talones y se desvaneció.

···

 Se apareció en un paraíso terrenal, tan silencioso y pacífico como remoto. Un bosque se extendía a la distancia y dos columnas enormes bañaban la zona con su sombra imponente. Miró a todos lados, mientras trataba de vislumbrar a su hermano o al resto del alumnado. Después de unos instantes, notó que subían a empellones por las rocas y parecían estar...

- ¡Escalando, ¿es en serio?! - Pese a sus intentos por esconder la frustración, su voz había salido, quizás, demasiado alta. No tenía otra cosa que hacer que ponerse a seguirlos. Miró sus zapatos con tristeza, eran una reliquia y los arruinaría por completo. Vio a su hermano subiendo con un libro flotante y una muchacha un poco más vacilante precediéndolo. Adelante de toda la comitiva, un muchacho con el escudo de Slytherin en la espalda guiaba al resto, suponía que este sería el tutor.

Se arremangó la camisa negra y comenzó el ascenso. Ya tendría tiempo de disculparse por la tardanza, primero tendría que alcanzarlos...

[Kahlan Blackthorn]

Kyle Mason Taylor

 

— Señor Lestrange, permítame decirle que la magia o al menos acceder a conocimientos más avanzados de los que se poseen. No siempre resulta ser una tarea sencilla de concretar, lamento que sus zapatos paguen el déficit que el libro de la fortaleza demanda. Pero las cosas suelen costar más de lo que nos gustaría a decir verdad—le dedicaba esas palabras al recién llegado. Luna e Illidan, ascendieron sin demasiados problemas en su trayecto.

— Mantengan los ojos bien abiertos, no podemos dar por sentado que estemos solos. Quizás en un pestañeo puedan verse atacados por una pantera u otra clase de criatura—echándole una ojeada a la pagina de su libro de la fortaleza que estaba en blanco, deslizaba con firmeza su dedo sobre el papel— Espejo de Niebla, este conjuro le permite al mago por medio de un poderoso estado hipnótico, hacer creer a los que están con el dentro del campo de batalla que es sumamente poderoso—explicaba agregando un dato importante y que debía ser considerado por sus alumnos

— Su voz se vuelve embelesadora, posee gran carisma y su estampa infunde temor—les miraba con seriedad— Permitiéndole usar hechizos de rango Mago Oscuro, Templario o Neutrales. El nivel que debe tenerse es el 36, puede ser usado una sola vez dentro del duelo, si ya se posee alguno de los rangos anteriores. El espejo de Niebla, no aumentará de rango sus poderes, solo les da más poder a los que ostentan un rango mejor. En caso de que el mago sea más poderoso sin tener que emplear este conjuro, el mismo les resulta irrelevante dentro de su arsenal—se estaba extendiendo un poco de detallar cosas que debían ser tomadas en cuenta por ellos una vez que quedaran vinculados al libro de la fortaleza. 

— ¿Dudas?—sonreía dedicándoles esas palabras— Deberán saltar por parejas, consideren a su compañero su otra mitad. Una extensión de su cuerpo, si resulta herido será su responsabilidad prestarle atención y sanar las heridas que pueda generarle ser descuidado a la hora de lanzarse al vacío—observaba a los tres hechiceros— Luna irá con Thanatos y el Señor Illidan quedará bajo mi supervisión. Si alguno tiene algo que objetar al respecto, puede hablar ahora o callar para siempre—sujetando con fuerza su amuleto volador, confiaba en sus habilidades para caer con firmeza sobre sus pies. 

@ Illidan Black Lestrange  @ Luna Gryffindor Delacour @ Thanatos L. Lestrange

[Luna Gryffindor Delacour]

Estaba de broma ¿no? Abrí mis ojos azules claros por la sorpresa y tragué saliva de nuevo, ¿Dónde estaba la Gryffindor valiente?. Parecía que se había tomado vacaciones o eso quise pensar cuando me di cuenta que me aterraba su idea, aún así y con todo suspiré aliviada cuando escuché que iría con Thanatos, le sonreí feliz de no estar sola en esto y me acerque a él al instante, aun pensando en que si moríamos el profesor cargaría con la culpa de ello por el resto de sus días. 

 

- El amuleto volador sirve para esto ¿no? lamento preguntar pero.... en caso de que muera, ¿qué pasaría conmigo? Se que no pasará o lo imagino, pero sinceramente tengo miedo de terminar con la cabeza partida o sin algunas extremidades, no se sí me explico muy bien, además de que saltar al vacío me da pánico, solo espero pasarlo lo más rápido posible - Dije en un susurro preguntándome si no estaría exagerando demasiado -

 

¿A quíen se le ocurría saltar a la nada misma? solo a él, así que suspirando aterrada, miré a Thanatos como si fuera una coca cola en un desierto o al menos, así lo veía en esos instantes, porque el pensar en saltar sola no me gustaba nada y estaba más tranquila de al menos, tener compañía o eso era lo que me repetía mentalmente, para no asustarme más de lo que ya lo estaba en esos momentos. 

 

- ¿Estás listo? solo tenme fuerte la mano, saltemos sin pensarlo mucho, ¿quieres? - Le pedí en un susurro mientras apretaba el amuleto volador y esperaba para volar hacia la nada misma - 

 

No le dije que aún seguía aterrada, tampoco quise decirle que la perspectiva de dejar de existir la ponía mal, sobretodo por su mamá a quien no quería darle tamaño susto, así más nos valdría hacerlo bien, conté hasta tres y apretando el amuleto me dirigí hacía el vacío, viendo asombrada como si podia volar y nada malo me sucedía, aún así sostenía tan fuerte la mano de mi amigo  que si no estaba gritando por mi fuerza, era porque no lo escuchaba para nada, al menos, estaba segura que estaba bien y que nada malo le pasaría, lo miraba más veces de lo que lo había hecho en meses y recé para que esto terminara rápido y estuviéramos en tierra firme cuanto antes mejor. 

 

- Si morimos acá, prometeme que al menos iremos al mismo lado, sea cual sea, Dios odio esto, ¿por qúe tuvimos que saltar? - Dije esperando que se escuchará mi voz en medio de la caída -

 

Deje de hablar cosa difícil para cualquiera que me conociera bien, simplemente porque estaba tan asustada que ya no podía pensar en qué más decir y de una u otra forma, no estaba para nada segura que Thanatos la escuchará, solo esperaba que esa experiencia terminará más rápido de la cuenta y poder estar al fin, sana y salva en el piso de nuevo, cuanto antes mejor o eso era lo que deseaba mientras seguía rezándole al Dios de su amigo Rory, para que nada malo les sucediera en esa fea aventura que estaban recién emprendiendo.  

 

@ Juv Macnair Hasani  @ Thanatos L. Lestrange    @ Illidan Black Lestrange

[Thanatos L. Lestrange]

- Snape - corrigió el licántropo a la mención del profesor. Aún a veces lo confundían con Lysander a pesar de haber absorbido su escencia.- Soy Snape, no Lestrange. - trató de no sonar muy cortante, ya había empezado con el pie izquierdo y no quería ahondar en ese lado del asunto. - Y entiendo perfectamente, profesor... - notó que no había hecho a tiempo a las presentaciones y notó que, detrás del mago, su hermano intentaba con mímica ayudarlo a terminar la frase.- Trainer. - <<interesante apellido para un tipo que se encargaba, casualmente, de entrenar a otros magos>> pensó el ojigrís con media sonrisa, esperando haber leído bien los labios de Illidan.

 Escuchó antentamente lo que tenía para decir el señor Trainer mientras analizaba cada una de las palabras. Llevó su mano al amuleto con algo de reticencia y miró de reojo el inmenso abismo que separaba al grupo de la explanada donde habían sido llamados. Cientos de metros los separaban y parecían ampliarse ante los nervios de Thanatos, que decidió volver la vista al grupo. Finalmente entendió lo que harían y se giró hacia Luna que, a pesar de lucir igual de nerviosa, parecía realmente ansiosa por terminar con dicha tarea.

- Supongo que s... - no logró terminar la frase. Aparentemente el nerviosismo y la ansiedad habían aflorado del cuerpo de la Gryffindor, que aferrándose fuertemente a la mano del Snape saltó al vacío sin aguardar a que este estuviese seguro. El mago la sostuvo un instante hacia atrás antes de darse cuenta que las piedras, afiladas y salientes del risco, solo podrían causar más problemas si no se alejaban lo suficiente, por lo que forzó a sus gemelos a saltar lo más lejos posible y comenzó la caída libre.

 Los primeros instantes fueron un sinfin de emociones arrebatándose unas a otras, tratando de aflorar todas al mismo tiempo. Sentía cómo el lugar donde habían estado su estómago y sus tripas parecía haberse vaciado por completo y la tensión de sus músculos en el roce contra el viento le habían endurecido el vientre por completo. Tomó una bocanada de aire mientras trataba de mantener los ojos abiertos, sintiendo cómo se llenaban de lágrimas ante la irritación. Su mano izquierda aún sostenía el amuleto y la otra a Luna que, a pesar de la caída, parecía estar intentando verbalizar algo inentendible con el silbido que inundaba los oídos del mago.

 Después de los primeros segundos de caída en picada, sintió un leve hormigueo entre sus dedos. Notó que el amuleto vibraba bajo el agarre y al cerrar los ojos se concentró con todas sus fuerzas en mantenerse a salvo a sí mismo y a su compañera. Sabía que uno de los principios de la magia se basaba en la confianza que el mago o bruja le proporcionase al objeto mágico a utilizar y el cosquilleo le indicó que esta no era la excepción. De los dedos se extendió a sus brazos y de los brazos al resto del cuerpo. 

 Notó que la caída, que en principio había sido violentamente vertical e imparable, ahora amainaba en velocidad y los deslizaba un poco en su horizontalidad. Primero abrió uno de sus ojos, esperando encontrar el suelo a punto de arruinarle su bonito rostro, para después notar que aún quedaban varios metros y sus cuerpos parecían descender como en agua. Comprendió que ahora la densidad de sus cuerpos se había aligerado y el viento los arrastraba un poco hacia el centro del campo.

- ¡Lo estamos logrando! - gritó, mirando a su compañera, que parecía tan asustada como él momentos atrás. - ¡Lo estamos lograndooo! - repitió entusiasmado. La sensación de planear en el aire era tan satisfactoria como el vuelo en escoba, sin lo incómodo del palo entre sus piernas. Aún no había aterrizado y ya quería volver a hacerlo.