Prueba Libro de Hermes Trimegisto - Noviembre 2021

[Gahíji]

No me importo si me seguían. Aún así, note que ambos dragones iban a cada lado. No muchos sobreviven cuando me molesto. Los aprendices habían jugado con fuego. Por eso, mi fiel sirviente suele estar cerca o tener una conexión conmigo. Él, ayuda a calmarme. Aun así, tras todo el incidente había una doble baza. Aprender por las malas los efectos de aquello que estudiaban.

 

En realidad no me importaba lo que les pasara. Obvio era. Una cosa era mi vinculación o más bien, el haber aceptado a impartir los conocimientos del pueblo Uzza y otra era una partida de aprendices que muy rara vez valían la pena.

 

Sobre el lomo de los dragones tanto yo, como los aprendices llegamos hasta la cima o cono del volcán donde había construido aquella plataforma donde se llevaría a cabo la prueba, donde las piedras ardientes de magma y de diferentes tamaños nadaban en el mineral derretido, el frio y la lluvia torrencial arreciaban, por lo que el vapor era sofocante. Los rayos caían cerca. La electricidad en el ambiente estaba. 

 

Los dragones tenían la orden de dejarlos sobre aquella plataforma y luego sobrevolar el sitio. Yo, sobre AphopHis también volaria recorriendo todo. Observando todo. Estudiándolo todo. Siendo a la final juez y verdugo. Después de verlos en acción decidiría si valía la pena o no, dejarlos vincularse con el libro y los conocimientos en el

 

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REGLAS

• No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Duración del duelo: Del 23 de Noviembre al 28 de Noviembre
• Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes.
• Lista de Hechizos(con especial énfasis en el Libro de Hermes Trimegisto)
• Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de Hermes Trimegisto
• Cada 3 posteos los aprendices deberán protegerse contra una llamarada de dragón. En caso de no hacerlo quedarán quemados.

Editado 23 de Noviembre del 2021 por Mica Gryffindor

[Anthony R. Dracony M.]

Me aferré al cuello ejerciendo fuerza sobre las duras escamas del dragón que monté, supongo que no moleste con esa acción al majestuoso reptil, en principio tuve que indicar con un jalón hacia la dirección en que se marchaba el guerrero Uzza hacia aquel rumbo que yo ignoraba. Transcurrido un tiempo, la legendaria criatura mágica, parecía seguir otra instrucción, intente que se alejara del cráter de aquel humeante volcán, pero fue ahí precisamente donde me condujo, también el dragón que Arya montaba, llegó a depositarla en aquella plataforma, el calor del magma y el frío de la lluvia se mezclaban creando vapor como si fuese neblina, un vapor caliente que no dejaba respirar con facilidad.

Mire que se alejaba el dragón y sobrevolaba en círculos, al ser de gran tamaño, se podía ver sin tanta dificultad, entonces un pensamiento me dio la respuesta,  había llegado la hora de la prueba y aunque era la primera vez que levantaba mi varita en combate tras mi recuperación de mi humanidad, era la ocasión de probarme, así que salude con una reverencia a Arya, sonreí mientras tomaba mi postura de duelo -- Vamos a ello, es hora de practicar, solo así lograré dominar los poderes de este libro de hechizos, no tengo nada en contra de ti, solo es parte de la Prueba. -- Era algo que raya en ingenuidad, pues podía aprovechar que no tenía pensado lastimarla, cuando me di cuenta que la mejor defensa era el ataque... "Mutis" pensé como mi primera acción, pero debía pensar que era lo peor que podía ocurrir, solo admitiendo que puede suceder, era el modo como podía enfrentar lo que fuese su respuesta de mi ahora rival.

[Arya Macnair]

El amuleto que colgaba de mi cuello era la conexión entre el dragón que montaba y yo. Estaba contenta de haber decidido ponérmelo y que este adoptase una forma más pequeña y elegante que cualquier otro amuleto de Uzza. Por consiguiente sobrevolar el terreno de batalla donde debería enfrentarme a Anthony no fue tarea difícil aunque pode navegar entre los "pensamientos" de aquel escamado solo confirmaba mis sospechas, las criaturas vivían de mal humor ¿Sería yo un dragón a final de cuentas? reí ligeramente mientras me aferraba a su dura piel como podía ya que noté un abrupto descenso hacia la explanada de tonalidades azuladas y negras. Parecía hielo y lava, una verdadera belleza mortal. 

Caí al suelo hincando una rodilla, algo quemó mi piel y tuve que ponerme de pie rápidamente al tiempo que el dragón se unía al que llevaba Anthony segundos atrás en una danza circular sobre nuestras cabezas. Con un mismo movimiento ya tenía la varita en mano, y debido al sofocante calor, tuve que dejar caer la túnica que me protegía los hombros y patearla a un lado del escenario. 

―Kansho. Pensé

Mi rival no había emitido sonido pero hasta ocho metros de distancia podía apreciar el brillo que cualquier atacante tendría en sus ojos al momento de ejecutar una acción con determinación. En la mano contraria apareció una daga con mango de plata y hoja de cristal que absorbió el rayo que Ryvak en un santiamén no solo protegiendo mi voz, sino también sirviendo de espejo, pues el mutis se regresó automáticamente hacia su invocador.

Hice girar la daga sobre su eje y la guardé en el cinturón de cuero que sujetaba mis pantalones, era el lugar perfecto para volver a utilizarla antes de que desapareciese, pero no creía que fuese necesario. Había estudiado de pies a cabeza el libro de Hermes Trimegisto y por mucho que el guerrero Uzza se molestase conmigo por haber empleado un hechizo antes de que lo explicase, pues, consideraba con mi ―modestia aparte― basta experiencia en duelos y batallas que su poder era, aunque fuerte, meramente defensivo. Atacar a mi compañero para dejarlo fuera de juego era lo que debía hacer.

―¡Flechas de fuego! Musité, quería que él se luciera.

 Una docena de filamentos con punta, flameando, salieron despedidos de la punta de mi varita, el arma dominante en ese instante. Podría haber vuelto a invocar el fuego compacto ¿Pero qué aprenderíamos ambos si asesinaba a mi rival en los primeros 15 minutos de enfrentamiento? la estrategia era lo más lógico que un alumno podía entregar a su tutor para que este viese qué había entendido de todo lo explicado. 

Las flechas claramente no lo matarían, pero de no estar preparado para el impacto además de causar dolorosas heridas quemarían su ropa y su piel, así como el calor insoportable de la magma quemaba mis mejillas y ojos, sutilmente. 

@ Anthony Ryvak Dracony

 

[Anthony R. Dracony M.]

Pensé que al no pronunciar el hechizo llevaba ventaja, pero es lo bueno de tener varios duelos con distintos oponentes, siempre se aprende algo nuevo y alce una ceja al ver a @ Arya Macnair  blandir esa daga que invoco en su mano, su empuñadura de plata con piedras preciosas incrustadas es fácil de identificar ¿Quién lo diría?....la astuta compañera fue intuitiva y utilizo su daga para absorber aquel rayo que envié hacia ella...es de admirar como la bruja sabe encontrar aquellos huecos en los enfrentamientos, como los experimentados hombres que agregan a los contratos, las letras pequeñas que siempre son puntos a su favor...en mi mente escucho la aclaración de mis profesores de que nunca se puede uno adelantar al primer hechizo del oponente, pero si que se puede repeler y en este caso, absorber con la daga kansho , ella no retuvo su acción de devolverme aquel rayo, por lo que tuve que ser rápido de pensamiento "Salvaguarda Mágica" fue una defensa efectiva al tratarse de un efecto, el rayo no me impacto al volverme intangible, me traspaso sin causarme daño alguno, siguió su trayectoria hasta impactar en las rocas salientes del cráter. 

Eche los hombros hacia atrás, mi impresión personal es que el enfrentamiento va tomando rumbo interesante, de la varita de mi compañera, han salido un grupo de flechas de fuego que cruzan el aire en mi dirección, con mi diestra efectué una floritura bien ensayada para invocar una lluvia protectora de polvo de lirios de fuego -- ¡Ignea maxima! -- esas partículas de polvo surgen de la punta de mi varita para cubrirme por entero confiriéndome inmunidad contra el fuego, aquella acción me valió su "peso en oro" pues no solo surtió efecto sobre las flechas de fuego, incluso me protegió cuando uno de los dragones que sobrevuela por encima de nosotros, lanzó una llamarada sobre nosotros como para incitar a que tuviésemos  "un ojo encima de ellos" para evitar graves quemaduras que trataban de ocasionarnos. 

Era mejor prepararme mejor, o no saldría bien parado de este combate --Vara de Cristal -- Mi varita cambio al invocar la vara de Cristal, creció de tamaño y se volvió de un material mágico irrompible color turquesa, mi expectación era evidente... 

[Arya Macnair]

Me sorprendí ―quizás más de la cuenta― cuando Anthony demostró una exquisita habilidad a la hora de defenderse sin desequilibrar la balanza. Me fue imposible el no sonreír, sentía casi como si estuviera creando un monstruo y mis ojos refulgían ante la posibilidad de que él me matase. Estiré los brazos con un latigazo y aprecié no solo como el mutis lo pasaba de largo sino como el fuego de las flechas besaba su piel sin hacerle tan siquiera una diminuta ampolla hasta que el pólem mágico consumió la magia de mi ataque ¡Majestuoso! pensé, y me relamí. 

Deseaba tanto en ese momento llevar la máscara puesta y que Ryvak diera todo de sí para enorgullecerse, yo lo hacía, se había convertido en un gran mago, demostró su potencial y sobresalía. Un perfecto oponente para el momento. 

 ―Cinaede. Musité

El peliverde viviría el terror de primera instancia, mientras la vara de cristal se estiraba magnánima en su mano de batalla un aro gaseoso y potencialmente venenoso rodearía su garganta y bloquearía sus vías respiratorias superiores e inferiores provocando una asfixia que de no resolver inmediatamente lo marearía primero, luego le nublaría la visión para, posteriormente, desmayarlo. Podría morir, por supuesto que sí, pero estaba deseosa de que fuese yo quien cayera de rodillas aquella tarde en tan frío sitio, con la vista fija en la danza de dragones, con la piel perlada en sudor y una desquiciada expresión en el rostro.

―Anular sectusempre. Mis labios se rozaron.

Su vara de cristal, antiguamente varita, sufrirían una ligera vibración que sonsacaría su intención de utilizar aquel hechizo mortal, limitando de esta manera su espectro de ataque y su estrategia de victoria. 

@ Anthony Ryvak Dracony

 

 

 

[Anthony R. Dracony M.]

"Enfría tu cabecita"...es el consejo que mi padre, el demonio Reacón, suele repetirme continuamente....suelo traerlo a mi memoria cuando las situaciones que se me presentan se vuelven amenazadoras. No está bien dejarme llevar aunque tenga la intención de superar a mi oponente...la "balanza" suele cambiar en un instante...

En mi persona siento la suficiente preocupación para mantenerme alerta sujetando con firmeza mi bella varita decorada con la silueta en hilo dorado de un dragón, en la empuñadura una pequeña esmeralda hace la alusión al ojo de la criatura, una gran alegría me da verla transformarse en una vara de cristal de color turquesa, sin el adorno que confecciono Ada... 

Abro el compás de mis piernas para mejorar  mi postura de combate y es cuando la veo mover los labios y a mi alrededor no visualizo nada...en cuestión de segundos siento dificultad para respirar, como me apabulla ese veneno que en unos instantes me hacen sentir mareado...a mi mente viene el hechizo salvador, me concentro, "Anapneo"...el alivio surge en mis vías respiratorias, sacudo levemente la cabeza, aunque son varias ocasiones que he sufrido los efectos de ese hechizo, no me he acostumbrado ni un poco a el, ni creo que algún día lo haga.

Llevo mi mano al cuello...aún siento dolor por el ataque mágico que me envió @ Arya Macnair  ... seguro se debe a que ella tiene un mayor rango y nivel mágico. Una idea me ilumina, tal vez...si...pueda que ayude...la veo mover ligeramente sus labios y con deseo de proteger mis órganos de mis sentidos, me decido por usar por primera vez ese hechizo que el guerrero Uzza nos explico, con decisión muevo mi vara de cristal -- Himno de Eléboro -- Una vibración musical surge apenas audible y me cubre por completo, no siento que algo me afecte...tal vez el hechizo me ha resguardado los sentidos o...tal vez fue algún otro hechizo el que ella ejecuto pero los rugidos de los dragones suenan amenazadores... 

[Arya Macnair]

―¡Fuego compacto! Expresé.

No me dirigía a su acción inmediata de proteger sus sentidos sino a su anatomía al cien por ciento. El rayo de energía canalizada pareció absorber cada gota de mi cuerpo y dirigirse directamente hacia Anthony con afán de herir, casi matar se podría decir. Hasta el momento se supo defender, no dudaba tan siquiera un instante en que pudiese con tamaño ataque, además el tiempo nos corría y eso significaba que alguno de los dos, de no morir, podría reprobar a ojos del guerrero Uzza. Dicho hechizo borraba sus propias huellas del escenario así que mientras cortaba el viento en dos como una ráfaga violenta, el dragón que me depositó sin decoro en el campo de batalla helado, ahora ponía sus ojos en mi como una presa.

―Ignea máxima. Agregué, algo asustada, cuando lo vi abrir sus fauces.

De la punta de mi varita una fina lluvia de polem de lirio azul acarició mi piel segundos antes de que las llamas de la criatura me escocieran hasta los huesos. Más mi compañero no corrió con la misma suerte, pues creyendo que lo atacaría ―cuando en realidad anulé su sectusempra― no vio la llamarada a sus espaldas y acabó agonizando en el suelo. Impactada abrí enorme los ojos, oír a alguien gritar por dolor era inaceptable. 

―Desmaius. Farfullé.

Si mis estudios no habían sido en vano, el fuego compacto no contabilizaba como un movimiento en la estrategia, por consiguiente, el hechizo próximo dejaría inconsciente a Ryvak dándole un poco de descanso hasta que lo llevásemos a San Mungo. 

[Anthony R. Dracony M.]

Esta vez se escucho claramente el hechizo que enviaba Arya hacia mi, de no ser porque el guerrero Uzza nos explicó detalladamente todo aspecto sobre ese hechizo, no hubiese reaccionado debidamente, un movimiento rápido y elegante al mencionar mi defensa: -- Ignea Máxima -- Nuevamente de mi varita salió una lluvia de polen de lirios de fuego que rocié sobre mi. Los hechizos parecieron chocar y el haber lanzado a tiempo mi hechizo, no me impacto directamente, lo que hubiera sido mortal, pero no podía cantar victoria aún, su mente maestra en duelos ya tenía pensado un nuevo reto para mi...

Muy atento me encontraba observando a mi rival, cuando una gran fuerza a mi espalda me derribo hacia el frente...¿Qué fue eso? Me pregunte al girar mi cara hacia atrás, no tenía señal sobre mi de la llamarada que me derribo, el dragón de más tamaño había atacado y si no fuera porque tengo encima el polen de lirios de fuego, estaría ahora con grandes quemaduras. Me incorporo con rapidez, cuando veo un rayo que se dirigía hacia mi, uso mi arma mágica con un hechizo de tipo efecto -- Protego -- Un escudo mágico se crea ante mi, el rayo impacta en él pero el escudo mágico lo absorbe eficazmente evitando que me afectará.

-- Kansho -- Invoque esa poderosa daga de empuñadura de plata con piedras preciosas en la empuñadura, tal vez tuviera que absorber un nuevo hechizo ofensivo por parte de mi hábil contrincante.