Prueba del Libro del Equilibrio - Noviembre

[Runihura]

La casa de campaña de hizo mucho más extensa, gracias a la magia que poseía la Uzza. Los cimientos de la misma cambiaron volviendose más blandos, similares a unos palillos que sujetaban con sus puntas la tierra que dentro de poco se vendría abajo de no tener cuidado al pasar, recordando las serpientes quele dieran una lección sumamente dolorosa al Señor Malfoy, no quedaba nada más que continuar por la misma senda. Adaptando todo para que la prueba fuera mucho más demandante de lo normal, deseaba comprobar que poseía lo necesario para vincularse con éxito aquel libro.

— Veneno es lo que menos debe preocuparle, porque ese puede ser neutralizado con un bezoar. Pero la muerte, ¿Cómo se escapa de ella, sino tiene a la mano de momento su amuleto de la resurrección?—dejaba aquella duda flotando en el aire. Sujetando con firmeza su vara de cristal, aquella arma que sería la punta de lanza para comenzar con el duelo— Ascender hasta el sitio donde le estaré esperando, podría verse rodeado por varios Billywigs, duendecllos de Cornualles y uno que otro dragón—sonaba desafiante todo ese paisaje— Lleva consigo los amuletos que le ayudarán a enfrentarse a cada obstácu.lo, no hay beneficio alguno sin dolor de por medio—reflexionaba ante sus acciones.

Pero estaba ahí para probarlo de la manera más cruda y desafiante, porque le poder que deseaba obtener era sumamente codiciado y reservado para los más aptos—Flecha de Fuego—canturreó Runihura expulsando de su varita varios filamentos de fuego, aquella andanada salían uno tras otro buscando impedir que Ludwig llegará hasta ella. El radio de visión de ambos estaba libre de obstácu.los, rodeados por paredes rocosas. Pero el suelo, no tenía una sola que pudiera ser empleada como arma o defensa.

La mujer esperaba paciente, ansiado ver como se defendería su alumno. La astucia debía reinar en el hombre, adaptándose con éxito a cada una de las dificultades que se le presentarán en el camino. Pensando en como colocarle otra piedra delante de el, hablando metafóricamente, ya daba rienda suelta a su siguiente ataque. Esperando el momento adecuado, para retomar las armas y lanzarlo.

 

C O N D I C I O N E S

• No existen límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Duración del duelo: Del 23 al 28 de Noviembre.
• Nos guiaremos por las Reglas Nuevas de duelos existentes.
• Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro del Equilibrio). Obligatorio su uso para poder aprobar y quedar vinculadas con éxito al libro.
• Están prohibidos los Off y las ediciones.
• Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Consultas Libro del Equilibrio

Editado 23 de Noviembre del 2021 por Mica Gryffindor

[Ludwig Malfoy]

No tenía ni unos minutos de haberse enfrentado al terrible estanque donde prácticamente perdió la vida, ahora tenía que batirse a duelo con la misma Runihura y sabía que tenía que dar una excelente impresión para poder ser vinculado con el libro del equilibrio, no solo necesitaba esa clase de hechizos en su repertorio, tenía que obtener aquellos poderes como el amuleto de la resurrección y la semilla de hielo, había tantas cosas por aprender de dicho libro que esperaba poder dar un buen desempeño antes de partir sin embargo no contaba con que las dimensiones del lugar y la estructura en la que estaba parado cambiaran de manera perjudicial para ambos.

Tenía que elevarse hacia una parte de las montañas donde la guerrera uzza lo esperaría con paciencia, Ludwig ya estaba un poco cansado de tantas pruebas pero no tenia de otra más que seguir las órdenes y ser cordial y paciente. Comenzó a correr hacia la montaña, en el camino aún había varias serpientes que lo mordían ferozmente, Ludwig no hacía más que aferrarse a su anillo antiveneno deseando que éste siguiera funcionando adecuadamente. Una vez que comenzó a ascender no se percató que por error dio contra un nido de doxies, las cuales furiosas salieron hacia su encuentro.

Ludwig corría con fuerza no quería morir y aunque el veneno de la mordedura de doxy ya no le hacía daño, sus dientes eran muy dolorosos y eso le fastidiaba, no obstante parecía que los obstáculos no terminarían encontrándose con duendecillos de Cornualles y billywigs quienes igual molestos por ser perturbados en su hábitat natural lo atacaron. Ludwig nunca dejó de aferrarse a su anillo, estaba ya a unos metros de la guerrera cuando un poderoso dragón le cortó el paso el mismo se hallaba tomando agua en un rio y al rever al rubio le rugió, no le quedó de otra más que usar sus semillas de hielo arrojándolas al rio y congelando la superficie por completo, el dragón quedó atrapado de sus patas traseras teniendo suficiente tiempo para escapar del mismo, esperaba que no se liberara rápidamente.

Una vez frente a su profesora la miró cansado, sabía que ahora iba a comenzar la verdadera prueba y no tenía otra opción más que luchar, ella inició el ataque lanzando flechas de fuego, ahora el rubio tenía que responder por lo que pensó en salvaguardia mágica logrando que las flechas lo atravesaran por completo y sin causar un solo daño – creo que estás siendo un poco ruda ¿no crees? Pero si deseas luchar así yo no tengo ningún problema – acto seguido aferrándose a su varita pensó en arena de hechicero, el efecto había sido inmediato, la guerrera ahora había quedado ciega por lo que sus hechizos serían limitados, no obstante prefirió no bajar la guardia y estar atento al siguiente movimiento.

[Runihura]

Runihura observaba con detalle las defensas exitosas de Ludwig, no podía negar las ganas y le determinación que poseía el mago. Si bien era cierto, la Uzza había sido demasiado severa con sus enseñanzas, no le importaba escuchas las quejas que eran como un aliento para continuar por la misma senda. El dragón lucía imponente a pesar de estar congelado, pero no lo usaría para atacar a su alumno, porque de hacerlo la cena hubiera estado servida mucho antes de que el hombre llegará a su encuentro

— Ya se lo dije antes, no existe verdadera retribución sin un sacrificio que la valga—la voz de la mujer era una loza pesada. La muerte era el último nivel dentro de la prueba, verse abrazado por la misma no estaba entre los planes del par de contendientes. Sino todo lo opuesto, anhelaba verlo vincularse con éxito al libro. Agradeciéndole aunque fuera entre dientes todo el esfuerzo que pudo exprimirle, logrando que el dolor fluyera de forma natural desde lo más profundo de su ser.

Y le ataco de una forma que le impedía verle con claridad, empero esa limitación le daba un chance de poder usarlo a su favor—Cinaede—la sentencia fue dictada por la guerrera, observaba como el Haughton era rodeado por un gas invisible que se colaba por sus fosas nasales, cortando el flujo de aire seguía su camino hacia el sistema nervioso y circulatorio. Enviándolo le impedía respirar con facilidad, dándole la única opción posible curarse o caer inerte delante de los pies de su profesora.

Su salvaguarda mágica, no pudo evitar el daño causado por el Cinaede y un nuevo golpe sería lanzando sin piedad—Arena de hechicero—pensaba devolviéndole el favor, ahora el no tendría la facilidad de ubicar a su objetivo y atacarle a sus anchas. Dando un profundo respiro, esperaba que la batalla cobrara tintes un poco más dramáticos e interesantes.

[Ludwig Malfoy]

Y ahí se encontraban uno frente al otro aferrados para no perder, la guerrera podía tener años de experiencia en duelos pero no tenía el entusiasmo que el Malfoy vivía en aquel momento, no estaba furioso aunque su mirada era seria, se encontraba totalmente perdido en la emoción de luchar contra alguien muy poderoso, necesitaba probarse a si mismo y a la vez aprender todo lo que pudiera de las enseñanzas a Runihura, recordó con añoro la vez pasada que se enfrentó frente a ella pero en aquella ocasión solo se trataba de una espectadora y ahora se batían a duelo uno a uno.

Entonces se dio cuenta que la arena del hechicero había afectado por completo a la uzza quien se mostraba calmada era claro que tantos años de preparación no le causarían mayor problema por lo que a continuación continuó con su duelo como si no tuviera ningún problema para ver conjurando entonces una nube tóxica, el rubio no fue capaz de anticiparse a tal daño pues cuando menos lo notó ya estaba aspirando aquellos vapores que ingresaban a sus pulmones de manera rápida y mortal, no podía quedarse con las manos cruzadas debía moverse rápido así que con varita en mano dijo.

-Cinaede – de inmediato la misma nube convocada se fue hacia las vías respiratorias de su mentora, ahora ambos estarían en igualdad de condiciones y tendrían la misma dificultad para respirar, no obstante sabía que tenía que curarse o el envenenamiento causaría daños terribles en el. De inmediato la vista del rubio quedó totalmente nublada debido a la arena del hechicero que había sido convocada en él, era claro que los dos estaban jugando el mismo juego pero solo uno ganaría. Decidió liberar sus pulmones pensando en un anapneo.

Comenzó a respirar adecuadamente, el veneno se disipó y la respiración del rubio se normalizó, no era momento de bajar la guardia pero al menos estaba más tranquilo sabiendo que Runihura estaba en las mismas condiciones y tendría que ocupar alguna acción para curarse.

[Runihura]

Las cosas se estaban tornando interesantes dentro del duelo. Al parecer las lecciones de la Uzza,  fueron lo suficientemente severas y le ayudaron a discernir de la forma correcta como actuar dentro del duelo. Conocer el equilibrio entre el alma y el cuerpo era primordial, porque eran aliados y al mismo tiempo enemigos del ser al que le fueron asignados. Le obsequiaba un gesto de aprobación al hombre, complacida al ver como se libraba con éxito del gas venenoso.

— Es admirable su destreza—dedicándole una mirada cómplice, evitaba crear una confusión en el. El adiestramiento aún no terminaba y estaba muy cerca de concretar su objetivo, vinculandose de forma exitosa con el libro del equilibrio.

—Anapneo —pensaba destapando sus vías respiratorias. Soltando una profunda bocanada, no tardó en contraatacar a su aprendiz. Lastimosamente para su mala suerte, no se había sanado la herida grave que le provocara el Cinaede lanzado por Rinuhura.

— Arena de Hechicero—pensó la Uzza arrojando al aire los huesos cristalizados de un mago que murió a causa de fuego mágico. Aquel efecto impediría que su aprendiz, pudiera dar con su ubicación y atacarla con total libertad— Concéntrese, preste atención y verá que todo será mucho más sencillo—quedaba en silencio. No le preocupaba en lo más mínimo lo que estaba por ocurrir dentro de la contienda, porque el que estaba a un paso de la muerte era Ludwig.