Familia Granger (MM B: 86794)

[Valeskya Granger]

¿Cuándo había sido la última vez que había estado allí? La ojivioleta ya había perdido la cuenta de las veces en que se había ausentado, sin decirle nada a nadie, durante semanas; estaba segura que su familia poco o nada se enteraba de sus andanzas y por una parte eso era algo que le beneficiaba mucho, pues no tenía que rendirle cuentas a nadie de lo que iba a hacer. ”Esta vez no es la excepción”, pensó la Granger al mismo tiempo que soltaba una risita; una pequeña ráfaga de aire helado agitó su negra cabellera, alborotándola ligeramente. Con un rápido movimiento, acomodó su túnica violácea y comenzó su andanza hacia el interior de la mansión.

 

La expresión en las delicadas facciones de la joven, era indescriptible: aquellas risas, los nervios, la tristeza y un sinfín de emociones más, se hubieran esfumado junto con Luna. Sentía que algo faltaba en su vida, algún motivo que la llevara a seguir adelante…. O tal vez era alguien; ”qué ridícula eres”, se reprochó a misma mientras sus tacones pisaban el verde césped que conformaba el amplio jardín de la mansión. Su mirada violácea giraba continuamente, esperando que en cualquier momento apareciera Kotaro para recibirla; tenía que reconocer que abandonaba continuamente a su pequeño tigre blanco, pero esperaba que sus continuas ausencias cesaran por completo.

 

Inevitablemente, los recuerdos llegaron a la mente de Val: la última vez que había estado ahí, su prima Sophie había tenido un comportamiento extraño, pero no había logrado descubrir la causa. ”No descansaré hasta que me digas qué era lo que estabas ocultando”, dijo la bruja ojivioleta para sus adentros; quizá su hermana y la rubia ya lo habían olvidado, pero ella no. Sus pensamientos se vieron interrumpidos con el cantar de las aves que anunciaban el comienzo de un nuevo día; al alzar la mirada, se dio cuenta de que cada día la mansión lucía cada vez más vacía, aunque tenía un fuerte presentimiento de que las cosas cambiarían muy pronto.

 

Empujó la puerta principal con fuerza, haciéndose notar así como los viejos tiempos (?). Aunque en realidad no lo aparentaba, tenía ganas de hablar con alguien, aunque fuera solo para molestar un rato; se dirigió rápidamente hacia la sala, esperando encontrarse con su prima en cualquier momento. Las cortinas aún se encontraban cerradas, aunque los rayos del sol comenzaban a filtrarse por aquella delicada tela; sin decir nada, se situó en el centro de aquella instancia y tomó aire:

 

- ¡Sophie! ¡Sophie! ¿Dónde rayos estás? – Gritó con fuerza, al mismo tiempo que se sentaba en uno de los blancos muebles.- ¿Porqué no hay nadie que me reciba? ¿Acaso estoy pintada, o qué? – Cruzó los brazos bastante malhumorada.

[Sophie Elizabeth Granger]

La bruja se sento frente a la carcel improvisada donde tenia al joven que habia capturado y lo miro resguardada en la oscuridad. Los elfos lo habian mantenido bien alimentado aunque tenia visibles muestras de no estar precisamente muy comodo encadenado a la pared. Paso su lengua por los colmillos saboreando el festin que aquel humano podia darle en una sola toma pero entonces no seria divertido y la rubia estaba muy aburrida.

 

-Hola cariño, he vuelto a casa-le dijo haciendo que este se sobresaltara y buscara esconderse aunque inutilmente pues no habia lugar donde hacerlo-oh pero que te pasa queridin, acaso me tienes miedo?

 

La Granger solto una carcajada siniestra mientras abria la puerta y se acercaba lentamente al chico que intentaba en vano soltar sus amarres. Aun cuando lo hiciera la vampira podia alcanzarlo en dos segundos e incluso petrificarlo en cuanto cruzara la puerta de su improvisada presion. Se acerco al chico como si tuviese intenciones de abusar de el mientras susurraba algunas palabras a su oido

 

-Si te comportas, puede que no te mate...por ahora-dijo mientras sus colmillos salian listos para alimentar a la vampira. Justo cuando sus dientes rozaron la piel del cuello una armoniosa voz se escucho desde la sala

 

-De verdad que esto comienza a molestarme. Aunque pensandolo bien sera mas que divertido si jugamos los tres...Hipolito, ve por Valeskya y dile que le tengo una sorpresa.-ordeno al elfo que acababa de aparecer para avisarle que su prima estaba de regreso.

 

LAs cadenas que ataban al muggle cayeron al suelo y Sophie fingio no darse cuenta de ello haciendo que el pobre chico tuviese esperanzas de escapar con vida. La vampira lo vio correr hacia la salida y en un instante estuvo frente a el deteniendolo de golpe dejandolo tirado en el suelo.

 

-no, no, no, pero que desconsiderado eres, que no oiste que tenemos invitados a comer-dijo al joven que se levantaba aturdido del suelo intentando entender como habia pasado aquello

 

-No puedes tenerme aqui, la policia debe estarme buscando. Si deseas dinero puedo darte el que quieras y si me dejas ir ahora prometo no levantar cargos-dijo el hombre tartamudeando lo que hizo reir a la rubia que encontraba aquello divertido. Como si el dinero de los no magicos le sirviese mas que para coleccionar.

 

-Ustedes los humanos son tan comicos...-dijo burlonamente-tu te iras cuando yo quiera y si es que yo lo quiero, ahora se niño bueno y quedate quieto

Editado 22 de Marzo del 2012 por Sophie L. Granger D. G.

[Valeskya Granger]

Comenzaba a fastidiarle que nadie hubiera respondido a su llamado, pero inmediatamente se percató de la hora y se dio cuenta que probablemente algunos estuvieran durmiendo plácidamente; ”sin embargo Sophie tiene que estar por aquí”, dijo la joven ojivioleta para sus adentros. Se levantó del mueble y se dirigió hacia una de las mesas, las cuales contenían varias fotografías y no pudo evitar sentir cierta nostalgia por ello: su familia, aquellos que se habían reunido alguna vez para hacer alboroto, estaban allí, saludando alegremente. Al reconocer uno de los rostros que se encontraban allí, hizo que la Granger cambiara de expresión y que con un solo golpe, dejara el marco de la foto hacia abajo.

 

- Falso hasta el final.- Dijo secamente, mientras que sacaba su varita y con un elegante movimiento, las cortinas se abrieran de par en par, dejando que los rayos del sol entraran libremente por aquella sala.

 

Durante un breve instante, cubrió sus ojos de aquella luz que parecía q ue la cegaría: odiaba los días calurosos. El invierno se había ido, dejando sobre Ottery restos de nieve y un aire gélido; estaba de pie muy cerca de la ventana, observando con detenimiento el jardín mientras se preguntaba dónde se encontraba su mascota. Un ruido a sus espaldas, hizo que volteara bruscamente y apuntara con su varita hacia el origen de aquella distracción. Alzó una ceja y rió burlonamente al ver a uno de los elfos domésticos, quien se encontraba en la entrada de aquel cuarto y se mostraba aterrorizado ante la reacción de la pelinegra.

 

- Hola Polito ¿acaso ya no me reconoces? – El tono de su voz era de una fingida dulzura, al mismo tiempo que extendía los brazos, como si estuviera esperando un abrazo de aquella criatura. Como era evidente, no hubo respuesta alguna, salvo un leve tartamudeo; Valeskya simplemente era incapaz de hacerle daño a todo aquel que se encontrara viviendo bajo aquel techo, así que se quedó en silencio y después dijo: - Estos recibimientos ya no son como los de antes. Primero hasta fiesta hacían y ahora… todo luce tan sombrío.-

 

- Di..disculpe, la… señorita Sophie qui-quiere que vaya con ella… di-dice que le tiene una sorpresa.- ¿Acaso era su imaginación, o Polo parecía estar asustado por otra cosa? La ojivioleta hizo un gesto, como preguntándole al elfo hacia dónde tenía que dirigirse y no pudo evitar soltar una risita al ver la dirección que le señalaba. ”Parece que mi prima y yo tendremos una larga charla”, pensó burlonamente mientras se dirigía hacia la cocina; estaba casi segura que tenía que ver con lo que había ocurrido varios días atrás.

 

- ¿Qué estarás tramando, méndiga rubia? (xD)- Dijo en un susurro la joven, mientras se daba cuenta que a medida que se acercaba, los ruidos comenzaban a escucharse con más claridad. Eran voces, y una de ellas no la había logrado reconocer; el mismo olor que había percibido en aquella ocasión, estaba presente y con mayor intensidad al ver que todo provenía de aquellas mazmorras semi abandonadas. - ¿Sophie? – Preguntó la joven, al mismo tiempo que ponía un pie en el primer escalón y se escuchaba un golpe seco: se había golpeado con la pared en la entrada.

 

No pudo evitar mostrar una verdadera sorpresa ante lo que estaba presenciando: la habitación se encontraba iluminada de manera muy tenue, habían unas cadenas tiradas en el suelo y su prima estaba allí en compañía de un humano que la miraba aterrorizado. Quiso decir algo, pero de los labios de la joven no salió ningún sonido; era la primera vez que presenciaba algo así, aparte de que siempre habían evitado llamar la atención de esa forma; ”al parecer no soy la única que ha cambiado en esta casa”, dijo para sus adentros, mientras agitaba nuevamente su varita y la puerta de la mazmorra se cerraba tras ellos.

 

- Vaya primita, no sabía que ahora acostumbran a dar este tipo de recibimientos.- Fue lo único que atinó a decir. - Tampoco pensé que tuvieras este tipo de diversiones.- Lo cierto es que no sabía qué era lo que iba a ocurrir a partir de ese momento. - ¿Esto es lo que habías tenido guardado desde hace tiempo? Seguramente con tanto susto que se ha llevado, su sangre ha de saber… diferente.- Dijo pausadamente y al final rompió a reír.

[marbetz]

- Si mi memoria no falla es por acá... - Dijo señalando a la izquierda, mostrandole al pequeño niño el camino.

 

- Tu memoria siempre falla - susurro el pequeño a manera de reproche.

 

- ¡calla! La edad no pasa en vano - Le guiño el ojo al niño y lo alzo para cargarlo en su espalda.

 

Caleb y Marbetz llevaban muchos años fuera de Ottery, ella había aparecido varias veces en viajes fugaces, pero no tenia planeado volver para quedarse. Cuando se fueron Caleb era un bebe, ahora era un niño cuyo aspecto era de uno de 3 años, palido como un papel de ojos grises como su madre y cabello desordenado. Su edad era mucho mas de lo que aparentaba, se notaba mucho al escucharlo hablar, pero cuando estaba callado era un tierno bebe, cosa que aprovechaban mucho para conseguir comida.

 

Marbetz no había cambiado mucho en apariencia, ni un día de envejecida, lucia como la misma chica rebelde y obstinada que había pisado Ottery hace unos cuantos años, aunque sin duda ahora era una mujer mucho mas madura.

 

- Tengo hambre - Se quejo Caleb.

 

- Calla que nos descubren - Le respondió la chica en un susurro casi inaudible.

 

Estaban entrando a la casa de la familia Granger, siguiendo a una chica cuyo olor era terriblemente familiar, esperando encontrar mas gente conocida ahí dentro. Era mas fácil entrar y saludar como la gente normal, pero este era el estilo de la joven Potter Black, entrar sin pedir permiso y pegarle un susto a alguien.

 

Cruzo la puerta un segundo después que la joven, que si no hubiese estado tan sumergida en sus recuerdos había notado a sus dos espías. Caleb hizo una mueca al escuchar el grito de la chica que llamaba a su prima, luego hizo una seña girando su dedo en la cabeza, queriendo decir que aquella mujer estaba loca, Marbetz asintió en señal de aprobación.

 

Siguieron hasta unas mazmorras donde el elfo había indicado que estaba Sophie, la joven tuvo que silenciar al pequeño sirviente para que no la delatara, caleb también lo asusto mostrandole sus colmillos, el elfo simplemente decidió volver a lo suyo, una buena decisión .

 

!COMIDA! - Grito Caleb al ver al humano secuestrado, mirándolo fijamente con los ojos brillantes y una amplia sonrisa de donde resaltaban sus colmillos.

 

- Te das cuenta que nos has delatado? - Le reclamó Marbetz al niño el siguio concentrado en la victima, esperando que lo dejaran morder algo. La chica volvio con sus dos compañeras - SORPRESA! llegue yo (?)

 

Se quedó esperando apenada, pues su hijo había arruinado el susto.

 

off:

 

xD

[Joaquín Granger]

Un nuevo día acechaba las calles del pequeño pueblo que era Ottery. Yo despeinado, con la camisa arrugada, la corbata desatada sobre mi cuello, y mi saco mal acomodado, iba arrastrando los pies por el jardín frontal del que era mi hogar. Llegaría inusualmente tarde de una noche de diversión como nunca antes, y como de costumbre subiría las escaleras sin haber hablado con nadie. Caminaría hacia el final del largo pasillo, y luego de mostrar el medallón o dijera el santo y seña, porque creía haber perdido el objeto, entraría en mis aposentos y me desplomaría en la cama, para entrar en un profundo sueño.

 

Abrí la gran puerta de la mansión, con sumo silencio, a esa hora yo no deseaba ningún tipo de ruidos molestos. Sin pensar en nada más que en lo de anoche, parecía moverme controlado por otro, no sabía ni como lo hacía, o incluso como había llegado hasta allí. Una voz, antes dulce, ahora fría, llegó a mis oídos, y resonaron en mi cabeza como tambores, sin embargo me concentré en lo que decían. Al parecer era una charla entre mi hermanita y un elfo de la mansión, o más bien aquello no era una charla, la pobre criatura parecía estar cumpliendo una orden que le habían encomendado.

 

Un grito infantil me quitó la concentración, y me hizo girar bruscamente la cabeza mientras mis ojos volvían a su azul normal. Contemplé a la joven que acababa de llegar, y al niño que venía con ella, el cual logró sacarme una sonrisa, al verlo contemplar tan feliz la presa que

 

Una sonrisa apareció en mis labios y un brillo destelló en mis ojos, aquel brillo que solo venía a mi cuando se trataba de descubrir un secreto. De un momento para otro me despejé, y al sentir los tacos de Valeskya acercarse me oculté como pude tras una de las largas cortinas, las cuales parecieron ser un buen escondite ella siguió como si nada, aunque yo suponía que se trataba de que iba muy concentrada en llegar con Sophie, y parecía ser algo completamente extraño, y hasta macabro diría yo por el tono de miedo de Hipolito. ¿Qué tendría la rubia escondido?

 

Con una sonrisa propia de un niño que se levanta a media noche en navidad esperando ver a Santa, seguí a la pelinegra hacia la cocina y luego entré al sótano. Fue siempre con todo el silencio posible, y a una distancia segura, yo estaba convencido de que había salido todo bien y no me había visto. La emoción de descubrir lo que sucedía con Sophie y tanto misterio ¿Sería acaso que se secretearían oscuros secretos de ambas? Esperaba que no. Estaba convencido de que no podría soportar la risa. No, no podía ser, quizás Sophie tenía cosas de contrabando y quería tener una cómplice ¿Serían ellas capaz de eso?

 

Las mazmorras, mantenían el mismo aire de misterio, con la iluminación tenue de las antorchas, al igual que mis dos familiares allí metidas. Me desplacé como si flotara por el piso de piedra, aguzando el oído, esperando escuchar alguna conversación o algo de eso. Me acerqué más y fue una gran sorpresa la que me llevé cuando vi unas cadenas en la pared, un hombre que parecía suplicante, a Sophie contemplándolo con una malicia y diversión, y por último a Val riéndose con su típica risa de villano, en alguna película muggle. ¿Qué diversión pervertida tendrían estas dos?

 

-¿Las Grangers van a tomar un divertido desayuno?- Reí, sonora y maliciosamente, mientras mis ojos tomaban un color sanguinolento al pensar en ellas bebiendo la sangre del desdichado -No sabía que eran de las que bebían directo del empaque- comenté clavando la mirada en el asustado joven.

 

Un grito infantil hizo desaparecer toda mi concentración. Giré la cabeza bruscamente mientras mis ojos volvían a su azul natural y contemplaban a los recién llegados. A la joven la reconocí de alguna vez, pero no recordaba cuando, y solo había sido el verla pasar. Sin embargo quien se llevaba toda mi atención ahora era el pequeño que la acompañaba, el solo verlo contemplar al humano, tan alegre, me logró sacar una sonrisa. Ese era el ejemplo que yo quería para la juventud, pequeños como ese que, parecía disfrutar de hacer sufrir a los humanos, vaciándoles la sangre. era un placer ver esas cosas.

 

Off: que conste que no quise ignorar a nadie XD

Editado 23 de Marzo del 2012 por Joacoo Lestrange

[Sophie Elizabeth Granger]

Pronto unos pasos sonaron cerca de la entrada y finalmente escucho a su prima bajar las escaleras mientras el muggle retrocedia lomas que podia para escapar de la vampira. La rubia lo dejo hacer pues aquel lugar tenia una sola salida y estaba cubierta por Valeskya y ella. Sonrio malignamente cuando su prima le comento que la sangre del pobre tipo seguro sabria diferente pues sabia que el miedo le daria a su victima un sabor especial

 

-Desde luego que si prima, debe saber exquisito-contesto sin dejar de mirar a su pequeña mascota y mostrandole los colmillos con lo que logro que el pobre retrocediera unos metros mas y se escondiese entre un monton de muebles abandonados

 

Iba seguir picando a su prima cuando una voz infantil sono claramente en la entrada dando paso a una vieja amiga. Al parecer aquello seria una caceria en forma pues su querida amiga Marbetz y su pequeño hijo querian ser parte del festin. La rubia comenzo a maquinar algo que haria aquello mas interesante

 

-Vaya, vaya, asi que estas viva querida y con un pequeño con buen gusto. Ariadnaa!!!! Trae a los gemelos!!!-grito mientras le hacia señas a su prima para que mantuviera un ojo en el escurridizo muggle-Seguro mis pequeños querran compartir la cena con el tuyo, querida amiga-dijo mientras observaba con curiosidad al pequeño sobre la Potter Black

 

Otro miembro mas dela familia bajo al sotando descubriendo su pequeña reunion lo que le hizo sonreir ante el panorama que se presentaba ante sus ojos. Despues de todo aquello podia ser divertido si todos participaban. Lo sentia por el aperitivo con patas que no encontraria diversion alguna en aquella reunion de vampiros.

 

off: jajaja creo que somos muchos para un solo alimento jajaja

[Robin Dumbledore]

Los comas diabeticos, me hacían definitivamente muy mal. Yacia tirada en la cocina de la Granger, debajo de la alacena donde los flojos elfos domestico habían ido a esconderme después de que no despertaba.

El olor de alguien conocido me hizo parpadear y moverme para poder salir de la alacena, estaba sucia, y llena de cochambre, pero esa aroma dulzón que percibía no podía ser de nadie mas que de mi madre.. pero había muchas personas en la mansión... personas que no conocía.

 

¿Cuanto tiempo me quede en coma? Los elfos domésticos habían tenido el descaro de mantenerme escondida tanto tiempo... posible, si era... imposible de ninguna manera.

 

-¿Madre?- susurre para verificar la identidad de quien había entrado en la mansión, pero mi voz tenia casi un sonido ultrasonico... solo los perros la escucharían.

Busque mi varita, en mi pantorrilla, no estaba; tal vez escondida en alguno de los pliegues de la ropa... tampoco.

 

-¿DONDE DEMONIOS ESTA MI VARITA?- vocifere enfadada levantándome del suelo... ¿Alguien me habría escuchado?

 

 

off:

 

OMG!! IM BACK!!!! Dale que es corto pero .... mi cerebro se seco

[marbetz]

Caleb salto en busca del hombre que intentaba escapar, acorralandolo contra la pared, aumentando el miedo mientras el niño practicaba su cacería. Marbetz saludo a Sophie obligando a abrazarla, mientras Valeskya (te cuento q no me gusta tu nick ¬¬) cuidaba la salida.

 

- ¿Gemelos? ¿Tienes gemelos? - Preguntó Marbetz sorprendida - Que ternura! Me he perdido tanto...

 

Giró y prestó mas atención al nuevo invitado a quien no conocía o quizás sí pero no recordaba. Le hizo una seña a Sophie como preguntando quien era el joven vampiro, luego decidió presentarse.

 

- Soy Marbetz - Dijo acercándose a el, extendiéndole su mano - A lo mejor tu y yo podemos ir por otro tipo de desayuno...

 

La chica le guiño el ojo y mordió su labio inferior provocativamente iniciando el coqueteo sin mas.

-¿DONDE DEMONIOS ESTA MI VARITA?-

 

El rostro de Marbetz se congeló, sus ojos se abrieron como unos platos y su boca quedo entreabierta, aquellas palabras retumbaron en su mente como un eco. Esa voz la hizo estremecer, había evitado ese tipo de encuentro durante tanto tiempo y ahora al igual que el muggle secuestrado, ella no tenia escapatoria.

 

- ¡Rayos! Me tengo que ir - Se quejó caminando en círculos, buscando inútilmente otra salida.

[Robin Dumbledore]

Y si, si era ese olor, si pertenecía a ella. Uno de los elfos domésticos que se había atrevido a esconderme, se acercaba cauteloso con mi varita en la mano.

 

-Muy chistosos ¿No?- le dijo mirándolo directo a sus ojos de pelota -Luego me arreglo con ustedes- tome mi varita y la utilice como aspiradora para quitar el cochambre que tenia encima, pasándola igualmente por mi cabello para poder desenredarlo, pero aquello parecía un nido de pollos... muy bien podría haberlo sido si había pasado tanto tiempo debajo de la estufa; inclusive mi piel se veia un poco bronceada solo por el hecho de que el calor del maldito horno había literalmente dorado mi piel.

 

Camine directo hacia el hall... de ahí venia esa voz, ese olor y ahora esa ¿tensión?, y de pronto las vi, bueno... los vi.

Caleb, mirándome con esos ojos inteligentes grises como los de mamá, estaba también mamá, quien me había abandonado, se había LARGADO de Ottery, dejándome sola por completo.

 

Le lance a mi propia madre esas miradas de odio de las cuales me podía sentir orgullosa, si le hubiese podido prender fuego, lo habría hecho.

 

Sophie y Valeskya, tan hermosas y altivas como siempre, no habían cambiado nada... seguían también igual de distraídas, pues no se habían dado cuenta que había desaparecido por meses, todas ellas y el, incluyendo a Caleb, miraban a un joven que no alcanzaba a reconocer.

 

 

 

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Off: y donde estan maldita vagas.!!!!!!!

Editado 25 de Marzo del 2012 por Robin Dumbledore

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia mostro la unica sonrisa inocente al recordar a los gemelos y al escuchar las palabras de Marbetz. De pronto los dos niños aparecieron y abrazaron a su madre mientras el pequeño vampiro acorralaba y veia con interes al humano. Tras pedirle permiso de jugar con aquel niño el cual les fue concedido la rubia escucho una voz que jamas creyo volver a oir y que la reaccion de su amiga le confirmaba asi que tras mirar que los gemelos Oscurus y Mithdraug estuviesen bien comenzo a subir las escaleras.

 

-Tu no vas a ningun lado querida, vuelvo enseguida con nuestra 4 matriarca-dijo mientras rezaba por que Annick no anduviese por ahi porque no estaba segura de que pasaria si estaban las cuatro en la casa.

 

Busco el origen de aquel grito y no tuvo que caminar demasiado pues ah estaba en un estado algo lamentable. Parecia que la habian pescado entre varias perros y le habian dado una arrastrada. Por lo menos a su ropa si que le habia ido mal y por lo visto incluso habia perdido su varita

 

-Poloooo!!! Ariadnaaaaa!!! Vengan aca enseguida y traigan con ustedes la varita de Robin!!-grito con su melodiosa voz-Y tu de donde sales mujer, pense que te habias ido de viaje...Sera mejor que te tomes un baño y despues bajes al sotano, tenemos una pequeña reunion familiar-le dijo a la joven demonio mientras Ariana le daba la varita de la bruja que a su vez le tendio a la Granger

 

-Uno de los elfos cocineros la tenia guardada señorita Sophie-dijo para enseguida retirase echando una ojeada nerviosa al sotano donde sus adorados niños seguramente estaban haciendo de las suyas.

 

off: