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Gomita Haughton Westrong

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Mensajes publicados por Gomita Haughton Westrong

  1. Sexta planta. Heridos y resucitación de aurores

    Despidiendo a Jessie y recibiendo a Pandora


    ― Claro que puedes huir ― le respondí de buen humor ― pero cuídate mucho ¿Quieres? Y ya veremos qué día me secuestras.

    Contesté a Jessie mientras ella se retiraba a continuar con su trabajo y al verla salir de la habitación, desvié mi vista y entrecerré los ojos para mirar al enfermero que tenía frente a mí. Lo conocía de toda la vida, el verlo ahí me había sorprendido bastante tomando en cuenta lo misterioso que solía ser para dejarse ver en trabajos "normales". Apenas podía creer que luego de tanto tiempo, no hubiese sido capaz de contarme algo así. Luego dejé a Aimé y jalé al muchacho del brazo para sacarlo de la habitación, cerré la puerta y me quedé frente a ella.

    ― ¿Desde cuándo eres enfermero Mikael?

    ― Un par de años. Pero no me quedaré aquí para siempre.

    ― ¿Y por qué no me lo dijiste?

    ― Este... realmente no suelo hablar mucho de mí y lo sabes.

    Sonreí un poco mientras le daba un suave golpe en su hombro. Era cierto el hecho de que solía guardarse todo lo relacionado a su vida para él, pero aquella profesión era tan "ajena" a lo que yo solía ver en su personalidad, que no podía creer lo que estaba pasando. Él ahí, de pie, enfundado en su traje quirúrgico mientras una débil sonrisa se dibujaba en sus labios y terminé por reírme un poco.

    ― Eres más raro de lo que pensé.

    ― Compartimos la herencia.

    En ese momento noté la presencia de alguien en el pasillo, Mikael y yo nos miramos y corrí junto con él para notar herida a ni más ni menos que Pandora. No me gustaba ver a mis amigos y compañeros heridos, pero era una suerte y agradecía el que llegasen ahora que yo estaba en condiciones de ayudar así que, colocándola en una camilla con ayuda del chico, la llevé a la habitación en la que se encontraba Aimé. Pronto comencé a hacerle beber una serie de pociones que le curarían además de regresarle su vitalidad.

    ― Episkey... episkey ― los hechizos harían el complemento perfecto para su recuperación.
  2. Sexta planta. Heridos y resucitación de aurores

    Dando de alta a Aime y a Jessie


    Todo estaba saliendo a la perfección. Las chicas volvían a su color y su ritmo respiratorio se había normalizado. Seguramente pronto estarían bien y podría entregarles la ficha de alta, la cual estaba llenando en ese momento dándoles tiempo de despertar. Mientras me sentaba en una silla cerca de las camilla de ambas, tomé aire y continué con el llenado de las formas, las cuales serían entregadas una a cada chica para su derecho a salir.

    ― Ya era hora de volver a mi casa número uno.

    Mencioné sonriendo mientras me ponía de pie, ésta vez para tomar un par de frascos de poción revitalizante, la cual le entregaría tanto a Aimé como a Jessie. Una poción de éstas sería necesaria para que recuperasen sus energías, las cuales seguramente habrían perdido totalmente al haber quedado sin vida. No cabía duda que la magia era increíble y, en conjunto con las pociones, hacían maravillas en el mundo mágico.

    ― Ya ajustaremos cuentas tú y yo.

    ― Solamente te estoy ayudando.

    ― Lo sé, pero... ¿Por qué no me lo dijiste? ― le pregunté.

    ― Era una sorpresa ― se dignó a responder y luego ambos permanecimos en silencio, a la espera del despertar de las jóvenes fenixianas.

    Una vez que logré llenar las dos formas, miré a las chicas y sonreí. Ahora ellas estarían totalmente curadas por lo que entregaría una ficha a cada una. Cada que les veía en ese estado dentro del hospital, me preocupaba sobremanera, pero afortunadamente era hora de que se retiraran y aquello me causaba una gran alegría. Fue por eso que cuando Jessie logró despertar, le miré con una sonrisa en el rostro.

    ― Como nueva ― le dije entregándole una poción revitalizante y le pedí que la bebiera ― eres libre de huir ― me reí un poco al entregarle su ficha ― si quieres descansar un rato, eres libre de hacerlo antes de irte.

    ― Y tú igual... ― pensé preguntándome si Aimé estaría bien ― eso espero... ― mencioné con la ficha y la poción listas para entregárselas.
  3. Sexta planta. Heridos y resucitación de aurores

    Recibiendo a Aime y a Jessie


    ― ¿Qué haces acá? ¡Anda, corre a esconderte!

    Mencioné levantando la voz al ver a mi pequeño huroncito blanco vagar por el pasillo de la planta seis, a la cual yo había llegado por el elevador. Por lo regular me agradaban más las escaleras, pero aquella ocasión me sentía un poco débil todavía, aunque cada minuto que pasaba sentía una gran mejoría. Habían sido tantos días que estuve presa, que volver al hospital me parecía algo demasiado irreal, en cierto punto hasta desconocido.

    ― ¿A dónde vas?

    En ese momento el pequeño corrió a ocultarse en la sala de archivos y me dirigí hacia allá, iba ya llegando a éste cuando de pronto noté la presencia de dos personas recostadas. Con un gesto de extrañeza en mi rostro, me acerqué hacia ellas y noté que se trataba de dos fenixianas. Increíblemente a pesar de que llevaban máscara, podía notar de quiénes se trataban y me preocupé aún más. Ellas al igual que yo también necesitaban ayuda, así que me puse manos a la obra.

    ― Pronto estarán bien, lo prometo.

    Mencioné mientras pedía ayuda a alguien y la enfermera, la cual estaba ocupada en algo sumamente importante, le pidió al nuevo para que me diera la mano. Me sorprendí al ver al chico que era totalmente conocido pero no dije nada. Ya tendría oportunidad de platicar después con él, así que luego de empujar una de las camillas y él otra, entramos con cada una en una habitación.

    ― Manos a la obra.

    Y comenzamos. Había tomado una serie de pociones, las cuales se las fui administrando a una de las chicas para luego alejarme y ver por la otra. Todo esto era un total caos, ya que las chicas heridas eran ni más ni menos que las sanadoras de la planta cinco y seis. En ese momento comprendí el motivo por el cual estaba tan solitario el lugar, pero por fortuna no seguiría así. Algunos hechizos de mi varita comenzaron a salir, hasta que ya todo estuvo listo. Las heridas internas y de la piel habían desaparecido.

    ― Ennervate.

    Mencioné finalmente. Ahora Aime y Jessie estarían bien, listas para recibir su ficha de alta, así que tomé una de ellas y comencé a llenarla.
  4. División de bestias


    ― ¡No vayas tan rápido!

    Le grité a mi pequeño mientras corría detrás de él lo más rápido que podía. Hacía tiempo que necesitaba acudir al Ministerio para realizar el trámite. Había tenido bastantes contratiempos cuando deseaba hacer el registro, algunos relacionados con el bando y otros con el trabajo que desempeñaba en el hospital. Ese fue el motivo por el cual aproveché la primera oportunidad que tenía.

    ― Es por aquí pequeño...

    Entré al lugar y me quedé inmóvil ante lo que vi. Asombrada, observé la cantidad de personas que iban y venían con papeles, los cuales seguramente serían la multitud de trámites que se realizaban en esas oficinas. Ante aquello, simplemente me acerqué a una de las ventanillas en las que tenían formas para llenar. Mi pequeño jarvey se acercó a mí y se paró en sus patitas traseras mientras me observaba, así que lo abracé mientras tomaba una de las fichas.

    Ficha para el registro de Criaturas Mágicas y No Mágicas

    Nombre de quien registra: Gomita Haughton Westrong

    • Nombre del mago/bruja, negocio o familia a la que pertenece: Gomita Haughton Westrong
    • Nombre: Edyan
    • Especie: Hurón
    • Clasificación del ministerio: (X)
    • Color: Blanco
    • Tamaño: Pequeño, 20cm.
    • Sexo: Macho
    • Edad: 5 meses
    • Ambiente en el que vive: Jardines y dentro de la mansión.
    En caso de ser aves mensajeras, lugar a donde viaja con fecuencia

    • Link a la certificación de descuento por parte Gringotts: Descuento por compras efectuadas
    • Link a la ficha del propietario, local o mansión: Mi ficha


    ― Buenos días, vengo a registrarlo ― mencioné al momento que le enseñaba a mi pequeño huroncito blanco de ojos negros ― ya llené la forma ¿Es correcto? ¿Qué más tengo que hacer?

    Permanecí ahí luego de preguntar, a la espera de una respuesta.
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  5. Quinta planta. Heridos y resucitación de neutrales dada de alta por Aleera

    Rol tres


    Aleera me había mencionado que sí me encontraba en el hospital mientras que yo hacía un intento fallido de sentarme sobre la cama al menos. Aún me encontraba un poco débil pero sabía que pronto me recuperaría, la jefa de sanadores de la quinta planta siempre me dejaba como nueva, lo sabía ya que formaba parte de los pacientes frecuentes. Casi estaba segura de que tenía una habitación exclusiva para mí.

    ― Me duele todo... ― me quejé mientras intentaba sentarme de nuevo y luego volví a recostarme.

    Aún me sentía un poco mareada por todo aquello, ya había olvidado la última vez que había experimentado algo así, por lo que no estaba acostumbrada con la sensación. La jefa de sanadoras se alejó un poco y alcancé a ver cómo buscaba algo entre las pociones, yo supuse que sería para devolverme las fuerzas, ya que en ese momento carecía totalmente de ellas. Y sí, un minuto más tarde, ella se acercó ofreciéndome una mezcla extraña.

    ― Muchas gracias ― mencioné tomando la poción entre mis manos y la miré detenidamente ― prometo que me cuidaré mucho y la siguiente visita que te haga será en otro lugar para comer algo rico por lo menos ― me reí ― ¿Sabe bien?

    Había preguntado finalmente refiriéndome al remedio que me había entregado y lo bebí sin esperar una respuesta de su parte. El sabor era realmente bueno y de pronto recordé las pociones de terrible sabor que solían darme en otras ocasiones. "Si tienen medicina que sabe tan bien... ¿Por qué no nos las dan siempre?" era la pregunta que en ese momento me pasaba por la mente.

    ― ¡Genial! Entonces... ¿Ya me puedo ir? Gracias ― mencioné poniéndome de pie. Esa poción era realmente sorprendente ― que tengas un buen día ― mencioné en agradecimiento y le di un abrazo. No pude contenerme al sentir su trato tan amable al atenderme, y luego me fui con la ficha de alta en la mano.



    OFF:

    ¡¡Gracias!! *le dejo papas fritas y un chocolate*
  6. Los alumnos comenzaron a llegar uno por uno y yo les miraba interrogante. Pronto se fueron presentando tal y como comenzaban a llegar mientras escuchaba que Lisa preparaba el brindis que daría inicio al festejo y sonreí. Esto de los brindis era algo a lo que no me acostumbraba ni lo haría, pero seguramente si hacía el intento algo bueno podría venir así que hice lo mismo que mi compañera.

    ― Por los Tritones.

    Mencioné mientras levantaba mi copa. Posteriormente Lisa pedía un poco de música mientras que una chica más llegaba a la sala de la casa de agua. La miré y sonreí mientras ella se presentaba, yo permanecí en silencio escuchándola mientras que algunos recuerdos de cuando yo misma era estudiante me vinieron a la mente.

    ― Bienvenidas chicas, espero que tengan una linda estancia aquí.

    Continué mientras el aparato de sonido dejaba escuchar una melodía un tanto alegre que invitaba a bailar. Seguramente el resto de los alumnos llegaría pronto, así que no habría de qué preocuparse. Sin embargo, había algo que me pasaba por la mente en ese momento y era el hecho de que podrían haber errado el camino ¿Se perderían? Esperaba que la respuesta fuese NO.



    OFF:

    Bienvenidas Ariadne, Xion +.+
  7. Quinta planta. Heridas y resucitación de neutrales atendida por Aleera +.+

    Rol 2.


    Los pacientes iban y venían por los pasillos al igual que los sanadores, quienes no dejaban de realizar su labor en todo el día. Yo aún me encontraba sin vida en una camilla, mi cuerpo frío y pálido descansaba sin sentir ningún tipo de dolor. Fue por ese motivo que no me di cuenta de la llegada de la enfermera que comenzó a atenderme y mucho menos de Aleera, quien me llevó a la sala para resucitarme. No era la primera vez que me atendía, y por lo visto tampoco sería la última.

    La sanadora me había comenzado a dar algunos hechizos con la intención de sanar mi cuerpo herido y pronto éste comenzó a tener una gran mejoría. Los cortes y golpes que antes mostraba, desaparecieron para dejar una piel lisa y totalmente ilesa en su lugar. Yo no tuve consciencia de todo aquello, ya que aún me encontraba en un estado no apto, hasta que Aleera me apuntó con su varita de nuevo y pronunció el hechizo que me hizo despertar.

    ― ¿Dónde estoy? ― dije sintiendo bastante somnolencia todavía al momento que abría mis ojos y tomé aire hondo.

    Me sentía un tanto cansada, por lo que no quería moverme todavía de la posición en la que se me había dejado. Al lograr enfocar bien la vista me pude dar cuenta de la presencia de dos personas, una de ellas era ni más ni menos que la jefa de la planta cinco, y la otra era una enfermera a la cual no reconocí. Levanté un poco mi mano, separándola apenas de la camilla y me di cuenta de que estaba temblando, yo aún estaba muy nerviosa.

    ― ¿Estoy viva?

    Segundos después logré mirar mi mano y mis ojos se llenaron de lágrimas. El volver a la vida siempre me provocaba unas sensaciones un poco extrañas e indescifrables, las cuales me hacían sentirme con mi barrera emocional por los suelos. Hasta ahora desconocía el motivo, pero ya lo averiguaría más adelante. Por el momento solamente me tenía que preocupar por reponerme para luego irme a casa, mi familia debería estar demasiado preocupada de por sí.

    ― Es el hospital... ¿Verdad?
  8. Quinta planta. Heridas y resucitación de neutrales esperando atención

    Rol 1.


    Mi cuerpo se materializó en una de las camillas que se encontraban en el pasillo del hospital luego de desaparecer de la prisión de Nurmengard. Ya había olvidado el número de veces que había terminado encerrada el el interior de sus celdas y, de haberla colocado en cada captura en un lugar diferente, ya conocería todas las mazmorras, eso era seguro. Mientras tanto, yo no me daba cuenta de nada de lo que pasaba a mi alrededor, ya que estaba sin vida en el hospital.

    En el hospital nuevamente, fría e inmóvil mientras esperaba atención de algún sanador que pasara en ese momento por ahí. Era una suerte el hecho de encontrarme sin vida, puesto que así no tendría que sufrir la tortura de esperar curaciones mientras se está en medio de horribles sensaciones dolorosas. Como en ocasiones pasadas, cuando terminaba dentro del sanatorio con algún miembro fracturado, pero totalmente consciente.

    Una vez más, el pasillo de la quinta planta me recibía para ser atendida. Quien viese mi cuerpo lleno de heridas, sospecharía seguramente que se trataba de una de las decenas de ataques mortífagos que sufríamos tanto neutrales, así como integrantes del bando de la luz.


    OFF:

    Hola :3 necesito ayuda T___T

    *Dejo papas fritas* ^^
  9. Hola, vengo con una duda ^^

     

    Tengo un duelo en la sala y pues... a pesar de que no soy una experta con éstos, todo parece que corre normal, pero ahora en este post: Duelo, aquí Hades pone que me lanza el primer sectumsempra, luego rolea que hace varias cosas como limpiarse una herida, caminar hacia un lado y observar el avance del tiempo n.n no sé... tal vez mi duda es tonta, pero siguiendo la lógica de lo que puso, yo tendría oportunidad de lanzarle un par de hechizos antes de que él lance el segundo sectumsempra porque el espacio entre ambos sectumsempras es muy amplio, pero no sé si se contrapone a las reglas de los duelos (que tal vez sí), pero quisiera saber si se puede o no >.<

     

    Muchas gracias *dejo papas fritas* :3

  10. — ¿Te gusta? Gracias... aunque no es un vestuario que elegí precisamente yo...

    Me reí de mi comentario. Habría sido muy interesante acudir en ese estado a la fiesta de Halloween, realmente habría sido algo muy interesante, nadie sería capaz de copiar mi disfraz y eso era seguro. Aimé se encontraba dentro de la celda todavía, mientras yo me daba toda una vuelta modelado mi "vestuario" nuevo. Aunque sabía perfectamente que éste era un estado temporal, ya se encargarían de volverme los sanadores de San Mungo.

    — Ahora quedamos más cerca, puedo ver todo desde acá... ¿Tú estás bien?

    Le pregunté finalmente mientras la miraba de arriba a abajo, en un intento de encontrar cualquier herida y sonreí al darme cuenta de que no la tenía. Era un poco gracioso todo aquello, ya que cualquiera que me viese en ese momento, notaría una figura de una chica totalmente plateada y con el rostro cubierto con la luz del mismo color.

    — Me disfracé de patronus, digo... me disfrazaron.

    Dije con una risita mientras me colocaba frente a la celda de Aimé.

    — Ahora regreso...

    Mencioné y me fui hacia donde escuchaba la voz de Paú, un tanto flotando, un tanto caminando. Si es que se le podía llamar caminar a eso que estaba haciendo claro... realmente era una sensación interesante, no sentía ninguna clase de dolor y podía meterme donde se me viniera en gana. Al pensar aquello me di cuenta de que en realidad estaba teniendo un verdadero golpe de suerte.

    — Me da gusto — mencioné luego de pararme frente a ella y metiendo la cabeza a través de las rejas de la celda — sí, el de los fantasmas que está ahí me gustó, pero... hace muuuucho tiempo, como un año dejé uno por ahí... ¡Oh mira! ¡Ahí está! ¡En tu celda hay uno! ¡Mira!


    http://i.imgur.com/KDnfy.jpg?1

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  11. — ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¡¿¿Por queeeeeé??!!

     

    Grité sin importarme que el resto de los cautivos y guardianes me pudiesen escuchar. Lo único que me pasaba por la mente es que una vez más estaría dentro de una horrible celda casi sin luz, fría y sin oportunidad de ver a la gente que quería. Ni siquiera una bolsita de papas para matar el aburrimiento aunque... ¿Qué más daba? Estando muerta no podría comer nada después de todo, así que no debía preocuparme.

     

    — ¡Paú! ¿Estás? ¡¿Quién vive?!

     

    Volví a gritar mientras atravesaba los barrotes de la celda que me tenía cautiva, la cual simplemente era obsoleta ahora que tendría la oportunidad de explorar todas las celdas de la prisión. Y así lo hice, de pronto me encontraba vagando por los pasillos mientras observaba las demás celdas.

     

    — ¡Ese! ¡Ese dibujo lo hice yo!

     

    Grité mientras señalaba el interior del muro de una de las celdas con emoción.

  12. Nuevamente mi alma comenzó a separarse de mi cuerpo, el cual era un hilillo de un color plateado tenue que se comenzaba a materializar a un lado de él. Éste pronto tomó forma hasta que terminó transformada en mi alma separada ahora de mi cuerpo físico. Aquello no era divertido y mientras ahora yo miraba a mi alrededor en mi nuevo estado, se me ocurrió observar hacia el piso en el que se encontraba mi cuerpo sin vida.

    — ¡Por Merlín!

    Grité mientras llevaba mis manos a mi rostro para cubrir mi boca. Luego las separé y mis ojos se abrieron ante la sorpresa cuando las miré fijamente. Aquellas eran de un color plateado semitransparente, el cual no se asemejaba a nada conocido antes por mí. Mi grito seguramente se escucharía por los alrededores de la celda así que me cubrí mi boca nuevamente para callarme.

    — ¡Otra vez parezco un patronus!

    Grité nuevamente. Perfecto.
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  13. No podía creer que una vez más había caído en las garras de aquellos enmascarados, había sido muy poco el tiempo que pasara en libertad, que ya comenzaba a fastidiarme el caer en las celdas de la prisión mortífaga a cada momento. Afortunadamente, no estaba en condiciones de darme cuenta de nada puesto que no me habían revivido todavía (u.ú). En realidad era bastante evidente que no tenían la más mínima intención de hacerlo, al igual que siempre.

    Yo había terminado por quedar en una celda mientras que Aimé en otra que estaba cercana pero, debido al estado en el que me encontraba, no había tenido la suerte de conversar con ella. Mi cuerpo se encontraba inerte dentro de la celda mientras que el mortífago se alejaba después de dejarlo ahí. El destino del resto de las chicas era incierto, el de mi líder fenixiano y el de los demás muchachos de la orden, de quienes no había sabido nada desde el día de mi muerte.
  14. Hola, bueno paso de acá rapidito porque vi que se tienen los conteos de los posteos de los guardias y solamente quería comentar algo, Andrómeda me tiene en un grupo de "posteos ajenos" cuando yo también pertenezco a la guardia ya que me inscribí hace tiempo y no sé si sea necesario traer el enlace donde pido mi entrada. Solamente lo menciono para aclararlo y no vaya a haber confusiones después.

     

    Y eso es todo, hasta luego ^^

  15. ― Sectumsempra.

     

    Mencioné apuntando directamente a Madeleine, quien pronto sufriría numerosas heridas sangrantes en todo su cuerpo gracias al rayo que salía de mi varita. Éstas le provocarían debilitamiento si no se curaba a tiempo.

     

    ― Strellatus.

     

    Volví a pronunciar fuerte y claro apuntando a Madeleine una vez más. La luz que surgió de mi varita, se dirigió justo al rostro de la joven para deslumbrarle gracias a ésto ella se vería imposibilitada para ver y la infección en los ojos le produciría ceguera de no curarse.

  16. Sabía que las cosas no marcharían de forma fácil, así que pronto tenía que decidirme para comenzar a defenderme, atacar o dejarme ganar. Mis compañeros igual peleaban con todo y los primeros caídos se habían notado ya. Levanté mivarita y le apunté a Heliké.

     

    Limitate.

     

    El efecto que llegaría a la varita de la chica, terminaría limitando sus hechizos y sería incapaz de lanzar rayos e invocaciones. Sin embargo, sabía que aquello no sería suficiente, por lo que levanté mi varita una vez más para volver a atacar.

     

    Floreus.

     

    Mencioné apuntando a Heliké, cuyo efecto sería que de su varita no saliese otra cosa más que un lindo ramillete de flores. Ya más adelante podría ver de qué tipo y color serían. Por lo pronto sería incapaz de lanzarme cualquier hechizo.

  17. El tiempo estaba pasando y yo tenía que continuar, así que con mis defensas conmigo, levanté mi varita y alcancé a ver a la distancia a otra bruja a la que le apunté.

     

    Floreus.

     

    Mencioné apuntando a Madeleine, por lo que el primer hechizo que saliera de su varita sería un lindo ramito de flores. Aún no sabía qué clase de flores surgirían, pero estaba segura de que sería uno bonito por lo menos. Posteriormente volví a apuntar a la misma chica mientras volvía a mencionar.

     

    ― Sectumsempra.

     

    Mencioné apuntando directamente a Madeleine, quien pronto sufriría numerosas heridas sangrantes en todo su cuerpo gracias al rayo que salía de mi varita, las cuales la terminarían si no se curaba a tiempo.

  18. ― Morphos.

     

    Mencioné apuntando a una roca de tamaño mediano, ésta se transformó deinmediato en un tigre de tamaño mediano que estaría a mis órdenes. Éste mordería a cualquiera que se le acercara y también me defendería de los hechizos que me llegaran de frente.

     

    ― Cúbreme.

     

    Inmediatamente el animal obedeció y yo volví a levantar la varita para continuar.

     

    ― Avis.

     

    Doce pajarillos se materializaron de la punta de mi varita, y permanecieron volando esperando indicaciones. Tenía que aceptar que todo esto me estaba empezando a poner muy nerviosa, creía que más de lo normal (?).

  19. ― Morphos.

     

    Mencioné apuntando a una roca de tamaño mediano, ésta se transformó deinmediato en un tigre de tamaño mediano que estaría a mis órdenes. Éste mordería a cualquiera que se le acercara y también me defendería de los hechizos que me llegaran de frente.

     

    ― Cúbreme.

     

    Inmediatamente el animal obedeció y yo volví a levantar la varita para continuar.

     

    ― Avis.

     

    Doce pajarillos se materializaron de la punta de mi varita, y permanecieron volando esperando indicaciones. Tenía que aceptar que todo esto me estaba empezando a poner muy nerviosa, creía que más de lo normal (?).

  20. Athena me había lanzado un rayo no verbal por lo que no tenía idea de qué se trataba, sin embargo le mandé a la primera banda de avecillas a que lo interceptaran y así lo hicieron. Los pequeños doce pajarillos terminaron su vida mágica gracias al hechizo babosas; de esta forma no tendría que sufrir los terribles malestares de estómago y podría seguir peleando.

     

    - Atáquenla.

     

    Mencioné al segundo grupo de aves, las cuales se abalanzaron tras ella con la intención de picotearla y causarle el mayor daño posible.

     

    ― Sectumsempra.

     

    Mencioné apuntando directamente a Athena, quien pronto sufriría numerosas heridas sangrantes en todo su cuerpo gracias al rayo que salía de mi varita, las cuales la debilitarían y si no se curaba pronto, podría perder la vida.

     

    - Sectumsempra.

     

    Volví a mencionar nuevamente hacia la misma bruja (Athena), quien tendría que curarse de inmediato del rayo, ya que una vez más las heridas que le provocaría le terminarían produciendo debilidad gracias al desangramiento que sufriría a causa de ellas.

  21. Tenía que defenderme aún así y lo sabía, así que levanté mi varita para comenzar con algunos de los hechizos que me serían de utilidad.

     

    Avis

     

    Mencioné y al instante una docena de avecillas se materializó de la punta de mi varita. Aquellas comenzaron a volar frente a mí a poco más de medio metro de distancia y a mi orden "protéjanme" estarían dispuestas a dar el todo por el todo por mí. Luego levanté mi varita y apunté.

     

    Avis.

     

    Nuevamente una docena de pajarillos, en este caso golondrinas, surgieron de mi varita y se colocaron a un costado mío al recibir mi orden. Ahora era cuestión de esperar sin bajar la guardia.

  22. - Por si las dudas...

     

    Nuevamente me apunté pensando en un episkey, el cual me curaría completamente de las heridas que tenía encima y, para temrinar el trabajo, una vez más levanté mi varita para lanzar un hechizo en contra de la criatura que me mandaba Athena, ya que se había lanzado a atacarme.

     

    - Oppugno.

     

    Mencioné apuntando al tigre de Athena.

     

    - Mátala a ella.

     

    Mencioné y el animal se abalanzaría de inmediato en contra de su creadora para arañarla causándole severas heridas que tenía que curarse de inmediato. Curiosamente cuando éste se daba la vuelta para atacar a Athena, se encontró con las flechas que lanzaba Bínfeyd y terminó recibiéndolas en mi lugar.

  23. Tenía que defenderme aún así y lo sabía, así que levanté mi varita para comenzar con algunos de los hechizos que me serían de utilidad. Apenas había entrado cuando fui atacada, así que me tenía que defender y sin más levanté mi varita al sentir que algo me había deslumbrado así que pensé en un episkey apuntándome para curarme del strellatus y nuevamente otro episkey para que mi vista quedara totalmente curada.

  24. Las cosas se estaban poniendo difíciles ahí dentro, inmediatamente me di cuenta que más tardé en llegar que en ser atacada, un par de personas del equipo contrario ya me habían lanzado algunos de sus hechizos, así que tenía que defenderme. Levantando mi varita y sin pensarlo demasiado, inmediatamente comencé.

     

    - Aqueora.

     

    De inmediato una gran cantidad de agua salió de la punta de mi varita y formó una esfera, la cual me cubrió completamente de los hechizos que me lanzarían evitando así que me hicieran daño. De esta forma podría atacar libremente sin peligro de salir lastimada, así que levanté mi varita para continuar.

     

    - Floreus.

     

    Mencioné a continuación apuntando a Athena lo cual provocaría que de su varita saliese solamente un ramito de flores. Esperaba que con ésto tuviese más oportunidad de defenderme, así que esperé un poco sin bajar la guardia.

  25. Aún me encontraba recostada en la cama dentro de mi habitación, la luz de la luna iluminaba el campo en el exterior y sus rayos se colaban a través de las ventanas dejando un leve rastro en el suelo junto a la cama. Yo comenzaba a quedarme dormida cuando el movimiento de mi pequeño huroncito, el cual se encontraba a un lado de mí me sobresaltó.

     

    ― ¿Qué pasa pequeño?

     

    Pregunté mientras que Edyan saltaba de la cama al piso y se dirigía a la ventana y comenzaba a rascar el cristal de ésta. Yo me extrañé de verlo actuar así por lo que me levanté y caminé hacia él. Una vez estando a un par de pasos de la ventana que daba al jardín de la mansión, noté una luz peculiar que no procedía de la luz de la luna.

     

    ― Oh…

     

    No fui capaz de decir nada más, la jirafa de luz plateada que se había posado en el terreno de mi casa, me indicaba que había una situación que se tenía que resolver a la voz de ya. Mis compañeros seguramente ya estarían avisados, por lo que una vez que terminé de escuchar el mensaje, me peiné un poco mi largo y ondulado cabello negro en una colita alta, tomé mi varita y salí corriendo al jardín, del que desaparecí al instante.

     

    ― Hola chicos…

     

    Saludé a todos una vez llegando al patio de entrenamiento de la Winterfall. Con mi acostumbrada luz en el rostro que nos caracterizaba a los fenixianos y mi varita en mano, esperé instrucciones sin decir nada más. Aquella noche, vestida con un pantalón de mezclilla ajustado a mi cuerpo y una blusa que igual entallaba perfectamente, la cual llevaba bajo un abrigo para protegerme del frío, sabía que era momento de enfrentar a mis demonios.

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