Ashley Atkins

El paso de la Atkins era firme. El golpe de sus tacos altos sobre el suelo producían un ruido monótono que invadía los pasillos de la Academia de Magia y Hechicería. Se dirigía a su clase de Generales después de unas cortas vacaciones. Su porte era imponente, misterioso. Siempre erguida y con la frente en alto como queriendo demostrar que estaba mucho más arriba que todos los demás. Arrogante y fría, con los ojos esmeralda vacíos de sentimientos. La vida podía cambiar tanto a una persona, y Ashley era el perfecto ejemplo de aquello.

Estaba frente a la puerta de lo que sería su clase. Ingresó impaciente y colocó en la mesada principal de las profesoras una nota. Los alumnos ya habían sido advertidos que debían ponerse ropa cómoda para sumergirse en un mundo acuático, pero ninguno tenía manera de trasladarse hacia allí. La nota les especificaba que cada uno de ellos debía tocar un objeto de los que estaban colocados en la misma mesa detrás de la nota. Era un traslador. Cuando llegaran al lugar se les explicaría el resto de la clase.

Una vez finalizada su tarea, una voluta de humo oscuro la rodeó. Su visión de lo que era el aula comenzó a difuminarse, hacerse confuso, así como un empujón desde la altura de su ombligo la tiraba hacia atrás. En segundos había desaparecido del aula de la Academia, apareciendo en la playa no muy lejos de su compañera. Arya la esperaba a pocos metros, con la vestimenta adecuada, preparada para lo que estuviera por venir.

Fortia, la varita de la rubia, estaba sujeta en su mano haciendo de dos cuerpos, uno. El equipo de buzo de Ashley era negro. Tenía el cabello suelto, como siempre. Respondió la reverencia de la Macnair, aunque no forzó ninguna sonrisa, prefirió evitarse esfuerzos en vano. Miró hacia el frente, dando la espalda al mar. Mientras esperaban a los alumnos, el poco viento que había agitaba su cabello, la arena se pegaba a sus pies pálidos y el sol encadilaba sus ojos. Aquella clase tenía una lista de alumnos extensa, por lo que esperaba que fueran varios los que la asistieran.

—¡Bienvenidos! —exclamó con falsa alegría luego de escuchar a Arya —. Mi nombre es Ashley Atkins y yo también seré su profesora en esta clase. Soy matriarca de las familias Atkins y Rambaldi y trabajo para Gringotts —hizo una breve pausa —. Esta clase será un tanto extraña, dado que nos sumergiremos en un mundo acuático, observaremos criaturas de todo tipo, así como la vida allí debajo. Espero que estén preparados para la aventura —dijo casi en un bufido de ironía y divisando al alumnado.

Les dio la espalda y comenzó a caminar directo al agua, esperando que el resto la siguieran a ambas profesoras. Al ser vampiro y tener su cuerpo frío, no podía sentir el calor del agua y lo que la dejaba estar bajo el sol era una pequeña pulsera, fina y delicada.

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¡Bienvenidos a todos! *-*

Como dijo Maca esta es la primer clase del año y pensamos que sería genial comenzarlo con un día de verano y playa(?) jajaja. Como verán, mi personaje es algo antipático, pero yo no :3

Me presento, mi nombre es Mora, soy de Buenos Aires. Tengo 20 años y no hago nada. Vivo en una crisis existencial sobre qué estudiar y no se me esta siendo fácil conseguir un trabajo v_v el horror, pero bueno, cosas que pasan. Estoy hace un tiempo largo en el foro y es algo que me encanta, así que espero que ustedes también le encuentren su encanto *-*

Por otro lado, Ashley tuvo una vida muy difícil y es por eso que es como es. Es parte de la Marca Tenebrosa, es vampiro, es matriarca y fundadora de las dos familias ya mencionada. Puse que trabaja para Gringotts, pero en realidad quien lo hace es mi duende: Kroose :3

Ahora les dejo la tarea para que la hagan según lo que les dejó Maca en la tarea. Todo esta relacionado con eso. Esta clase es para guiarlos, para mostrarles lo básico de cómo funciona el foro, para tratar de orientarlos. Les pido que la tarea no la dejen un un off, sino que nos la manden por MP (mesaje privado) a Arya y a mi.

Tienen hasta el 13/01 para entregar la tarea. Hago un repunte de lo que deben hacer:

• Seguir nuestro rol + presentación On rol;
• Presentarse Off rol;
• Enviar MP a ambas profesoras con la sopa de letras.

 

 

¡Saludos!

Los granos de arena caían con fuerza y desesperación al suelo de madera y protegido por el cristal curvo que proporcionaba el reloj. No parecía haber rastro alguno de los alumnos. Los ojos verde esmeralda de la Atkins estaban fijos en la salida del laberinto, esperando encontrar un mínimo movimiento de ser humano que le aliviara la presión que sentía en el pecho. Si los alumnos morían ahí su pesar no estaría en las almas perdidas, sino en el castigo que le daría la Academia.

 

Si bien tenía características que pocos poseían, no las podía utilizar porque las paredes del laberinto se lo impedían. No podía escuchar si alguien se acercaba, ni los pasos, ni las respiraciones, ni siquiera los gritos de ayuda si es que los había. Quizás sentía un poco de temor por aquellos, pero no lo admitiría por nada en el mundo. Ashley, tan fría y distante como siempre, jamás aceptaría sentir algo por desconocidos, ni siquiera su pesar por un alma en pena o perdida.

 

No les sería fácil. Los quintapeds no eran criaturas que se dieran por vencidas, y mucho menos tratándose de su deseo por la carne humana. Con impaciencia, de vez en cuando, dirigía un rápido vistazo al reloj de arena que seguía en su mano con la leve esperanza de que aún no se acabara el tiempo para que lograran escapar. La arena seguía cayendo, escapándose por el orificio más ínfimo que existía y, aun así, iba muy rápido.

 

El tiempo se acababa. Quedaban segundos. Y empezaba la cuenta regresiva. Veinte, diez y nueve, diez y ocho, diez y siete... Nicole apareció en su campo de visión, haciéndola soltar un suspiro que alivió su conciencia. Detrás de ella el resto de los alumnos corrían a toda velocidad, sabiendo que su tiempo se terminaba y teniendo las paredes encima de ellos. Al tomar el último pasillo hasta la entrada, los quintapeds no tuvieron oportunidad de seguir persiguiéndolos, quedando aplastados por un montón de escombro que había dejado como huella el pasillo anterior.

 

Nicole fue la primera en salir y así sucesivamente.

 

—Felicidades —expresó a los alumnos agotados y agitados por la odisea que acababan de vivir —. Hasta aquí ha llegado la clase de Rol Básico. Aquí tiene un traslador para cada uno para que puedan volver a la Academia —señaló detrás de ella una mesada improvisada con algunos objetos encima, siete en total —. Buen regreso.

 

La vampiro no era una de las mujeres más expresivas, mucho menos para las despedidas, aparte de que había tenido tanto menos tiempo que los Quintapeds con ellos para llegar a recordar todos sus nombres. Si es que podía decirse que se supiera alguno. Finalizada la clase, saludo a todos con una leve reverencia y esperó a que todos terminaran de trasladarse para echar una última mirada al laberinto pensando en que quizás alguna vida había sido perdida.

 

Una voluta de humo la envolvió en su totalidad y una fuerza la empujó desde la altura del ombligo borrando su campo de visión y haciendo aparecer un hermoso castillo imponente y amado por ella. Ya estaba de vuelta en su hogar.

 

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Chicos, llegó el final de la clase. Es una lástima que no los haya llegado a conocer mejor, pero fue muy grato poder ser su profesora por éstos días. Espero que hayan disfrutado el rol, que les haya gustado y, también, que les vaya excelente en la próxima clase.

Fue un poco duro hacerme cargo yo sola de toda ésta clase, pero no puedo negar que fue entretenido. Quisiera poder cruzarme con ustedes en algún rol fuera de la Academia, realmente lo espero. Fue un placer y ahora les dejo las calificaciones de la tarea y la calificación final para que sepan quiénes pasan a Rol Avanzado.

¡Mucha suerte!

Correcciones:

Laurinda

Deax Black Lestrange

Meight Evans

Pumpkin

Sherrinford Hound

Jess Lovegood

 

 

 

Calificación Final

Extraordinario

Supera las Expectativas

Deax Black Lestrange = 20 + 19 + 20 + 20 = 79

Sherrinford Hound = 19 + 20 + 19 + 20 = 78
Laurinda = 19 + 17 + 19 + 20 = 75
Jess Lovegood = 18 + 17 + 19 + 19 = 73
Meight Evans = 18 + 18 + 19 + 17 = 72
Pumpkin = 19 + 19 + 20 + 13 = 71

Aceptable

Dylan Ramsey = 19 + 16 + 17 + 0 = 52

No Supera la Clase

Juudithh = 18 + 20 + 0 + 0 = 38
Alexz Malfoy = 18 + 15 + 0 + 0 = 33
SamyNahi115 = 20 + 0 + 0 + 0 = 20

No Presentado

Jonh Zauberer
Aaron.
danielotop
Diana Delacour
Emilia Malraux

 

Muy bien, chicos. Felicidades a todos los que han pasado a la siguiente clase.

 

¡Hasta luego!

El 25 de enero de 1802 una mujer daba a luz a una bella bebé. Era un día de invierno, frío y con un fuerte torrencial de lluvia, el cielo negro haciendo parecer que era de noche y los rayos que caían sobre la ciudad de Londres, la iluminaban esporádicamente. Los ojos de la bebé eran de un color indefinido, sus pequeñas manos llamaban al abrazo con su madre y sus piernas pataleaban acompañadas de un quejido surgiendo de su pequeña tráquea. A pesar del clima oscuro, el rostro de quien llamaron Ashley estaba iluminado.

 

25 de enero de 1811

 

Querido diario,

¡Qué emoción! Por fin tengo dónde escribir mis días. He pedido esto durante varios meses y hoy, por fin, me lo han regalado. Es mi décimo cumpleaños y no hay mejor regalo que éste. Sé que aquí podré contar tantas cosas, ¡y ya tengo tantas para contar! Que no sé por dónde comenzar.

Quizás pueda contar lo extraña que me siento alrededor de mis hermanas, que en realidad sos mis amigas, pero las trato como si fueran de la familia al igual que su madre. Son seis en total y un varón, siempre juego con todos en el jardín hasta en los días de lluvia, pero dos de mis hermanas ya están por casarse. Lo que me preocupa es que no sea por amor, sino por arreglo e interés. No quisiera terminar así y lo peor es que sé que pronto buscarán a alguien para mí.

Por ahora no me preocuparé más sobre el asunto, creo que no es momento. Mientras tanto seguiré jugando con mis hermanos. El día que me quieran imponer algo, huiré.

 

27 de enero de 1811

 

Querido diario,

¿Acaso es que he visto el futuro? Hoy por la mañana vino un muchacho muy apuesto y codiciado en la ciudad, no llamó mi atención a decir verdad, pero si quien lo acompañaba. Un hombre callado y esbelto, bastante sumiso. Al mantenerse al margen de la situación, el que más llamaba la atención era su amigo. ¿Qué hacían allí? Pedirle la mano a mi hermana mayor. Con toda su emoción contestó afirmativamente.

Quizás esté frustrada o decepcionada. Sé que no lo ama o por lo menos eso demuestra, pero con tal de tener dinero y poder pasarnos a nosotros ella se regala. Qué manía

 

3 de febrero de 1811

 

Querido diario,

Perdona que te haya abandonado por tantos días, pero es que nos habíamos ido de viaje y por accidente te dejé sobre mi cama. Te preguntarás a dónde hemos ido, pues ya pasaré a contarte. Fue un excelente viaje.

Nuestro destino fue Gibraltar, aunque fue algo conflictivo dado a la gran mayoría de españoles habitando allí, lo pasamos muy bien. El motivo del viaje no lo sé, la verdad es que mi padre iba y venía, pero jamás nos dijo nada o por lo menos que nosotros hayamos escuchado. Apenas se acercaba a la mesa para desayunar, almorzar, tomar el té y cenar en familia, el resto del tiempo casi no lo veíamos.

 

*hojas arrancadas*

5 de noviembre de 1812

 

Querido diario,

He conocido a aquel hombre callado y sumiso que algún día describí.

 

30 de noviembre de 1812

 

Querido diario,

Mi madre, o mejor dicho la madre de mis amigas, y mi padre se están comportando de manera extraña conmigo, realmente no estoy muy segura de lo que esté pasando.

 

*hojas arrancadas*

Para finales del año 1812, a la edad de los 10 años, Ashley dejó de escribir en su diario porque, ciertamente, lo había olvidado todo. Días antes de que esto sucediera, la gran amiga de la familia y madre de las 6 niñas mordió a la Atkins absorbiendo casi toda su sangre, dejándola debilitada, indefensa e inconsciente en un lapso de desesperación por sangre humana. Al darse cuenta de lo que había hecho con su propia ahijada, la revivió con la consecuencia de transformarse en vampiro. Por la culpa que ésta sentía le realizó encantamientos para el olvido haciendo que la niña se olvidara hasta de su propio nombre.

 

Aunque ese final no hubiese estado en sus planes, tuvo que finalizar lo que había comenzado. Entre su desesperación y su culpa, la mujer se limitó a darle información a la pequeña Atkins.

 

—Tu nombre es Ashley Atkins, estabas por llamar a la puerta pero te desmayaste, por lo que vine a ver si estabas bien y vemos que si, si necesitas algo para beber o lo que sea, me dices —eso fue lo único que Ashley pudo saber sobre sí misma.

 

No tenía un hogar, no sabía su edad, no convivía con sus padres, ni hermanas. La soledad rodeaba su completo entorno social. Su sensación era agria y confusa, lo que fue aumentando al pasar de los años. Mientras trataba de encontrar respuestas a sus miles de preguntas, su mejor asilo fue el bosque. Su vida a partir de allí fue simplemente para descubrirse a sí misma, entender su desesperación por la sangre y adaptarse a su nueva vida. En los momentos que se acercaba a la civilización para conseguir pistas que la guiaran a su anterior vida, muchos la veían de mala manera y la rechazaban.

 

Mientras más investigaba, más se consumía; cuando encontraba algo que le servía, se le escapaba de las manos. Y mientras más pasaban los años, sus instintos de vampiro comenzaron a fluir y estar a flor de piel. El bosque era el lugar perfecto para aprender a cazar, antes de descubrir que su debilidad era cuando alcanzaba a oler sangre humana. No pasó mucho tiempo para que comenzara a asesinar a sangre fría para saciar su sed.

 

Habían pasado cuatro años luego de su pérdida de memoria. Teniendo quince años de edad ya se las podía arreglar sola en su mundo lleno de criaturas extrañas y personas desagradables, así como asuntos con la ley mágica. Por la noche se solía acostar en el húmedo suelo de tierra, mirando al cielo y escuchando a las lechuzas ir y venir con sus paquetes o sobres, así como disfrutando todos los sonidos que le regalaba la naturaleza y sus características vampíricas. Hasta que una noche se llevó una sorpresa. La noche de su cumpleaños -aunque ella no supiera que lo era- recibió un sobre y una varita.

 

Ashley, esta hecha a tu medida. Su nombre es Fortia, espero que aprendas a usarla con rapidez.

Saludos.

No decía nombre ni nada que pudiese llegar a identificar, pero aquella varita se unió a ella como si fuera una extensión más de su cuerpo. Aquel regalo le despertó miles de dudas, preguntas sin respuesta que harían hacerla querer seguir investigando costara lo que costara. Tardó tiempo en comprender por qué se la enviaban, cómo era que sabían de su existencia. Su temor por utilizarla era inmensa, pero poco a poco fue cediendo y aprendió el arte de la magia.

 

Cada vez que podía viajar, lo hacía pero con el fin de poder encontrar cosas de su pasado o saber quién era esa persona que se había acordado de ella. En cada viaje, travesía, odisea, su carácter se marcaba más. Su madurez había sido temprana a pesar de muchas veces haber encontrado problemas. Habían pasado varios años cuando conoció a sus amigos, con los que levantaron la mansión Rambaldi. Varios viajes a Italia, como también a muchas partes de Europa. Lo que Ashley no sabía es que toda su familia se concentraba en Gran Bretaña y muy pocos en Sudamérica durante las guerras muchos de los Atkins emigraron hacia Argentina, pero cuando cesaron solo muy pocos quedaron allí, volviendo la gran mayoría-.

 

Ashley siempre se caracterizaba como una persona constante y fue gracias a eso que siempre consiguió lo que quería. A la mayoría de edad pudo realizar la Academia y mantener un trabajo dentro del Ministerio de la Magia.

 

La familia Rambaldi no solo fue gran parte de la vida de la vampireza, sino que alguien más lo fue. Hugo Haughton, que fue uno de los fundadores de la familia y compañero de oficina en donde trabajaban ambos Oficina del Ministro-, le propuso matrimonio. Si bien hicieron la boda y actualmente siguen casados, para la historia de éste amor no tiene frutos que se vean a la luz. El tiempo que llevan de casados jamás lo supieron aprovechar.

 

En aquella familia adoptó a muchos hijos. Se cree que siempre lo hizo para llenar ese vacío dentro suyo, el vacío que su propia familia le había generado. La falta de familia, de cariño materno y paterno, esas cosas que para ella jamás había tenido y que pretendía dar por no tolerar que una persona dejara de tenerlo. Ese sabor amargo jamás lo pudo olvidar y tampoco lo hará. Muchos la terminaron abandonando, pero el sentimiento amargo ya lo conocía y no le sorprendía.

 

Parte de su vida la pasó defendiendo lo que, para ella, era lo bueno. La Orden del Fenix le había brindado tantas cosas maravillosas que se sentía en una familia allí dentro, conviviendo con todos sus compañeros. Le dejaron formar parte de la Academia, como profesora de Generales, donde allí conoció a alguien verdaderamente importante para ella. Leah Black. Al principio no fueron muy unidas, pero jamás la olvidó.

 

Lamentablemente, Ashley, luego de un año de portar la bandera fenixiana se dio cuenta que todo lo que ella pensaba que era bueno, en realidad no era más que una careta. La Orden del Fenix pasó a ser su enemigo, su visión volvió a ser la que era cuando asesinaba a sangre fría y fue en ese momento cuando conoció La Marca Tenebrosa. Aunque lo que vino luego no se lo esperó.

 

El día que la rubia le comentó a Leah Black lo que quería hacer con su apellido, fue cuando toda la historia tomó un camino sin retorno. Derek Lúcien apareció como padre sanguíneo, avergonzado por lo que había hecho no solo a Ashley sino también a Leah, resultando ser hermana sanguínea de la vampiro. La familia Atkins comenzaba a surgir de la nada, haciendo de su búsqueda un cero a la izquierda y dándose cuenta de que el bando que había elegido era el correcto, no solo por ideales, sino también por familia.

 

Junto con su hermana compartieron muchas cosas en su ingreso a la Marca. Entre tantas cosas, los negocios, entre ellos el familiar. Las ansias de Ashley por saber sobre su pasado y su familia se fortalecían cada vez más y tuvo la fortuna de haber encontrado a la Black para ayudarla a continuar con la búsqueda.

 

Solo había una pieza en el tablero y era su prima, Charlie Atkins** quien había develado varias cosas en un acontecimiento en la mansión Rambaldi. Se abrió paso a crear el castillo Atkins y esperaba que aquella vieja familiar apareciera frente a sus ojos para dar más explicaciones y dar una vuelta de tuerca más a la historia.

 

Ashley pasó por muchas familias, como también fue adoptada por muchas mujeres como su madre, pero a la única persona que siempre le sorprendió, era a Derek Lucién, que la adoptó en la familia Malfoy y luego se unió junto con Leah Black para levantar el castillo Atkins y formar la familia que la vampiro siempre quiso. Aunque, dado al carácter de ésta, nunca se lo demostró a su padre. Pero había algo mucho más grueso tras la relación alejada de ambos. Derek era su verdadero padre y por un tiempo ella no lo supo.

 

** Personaje inventado, pero con el que he roleado.

 

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Objeto Mágico Legendario: –

 

Objetos Mágicos:

 

Objeto 1: Varita Mágica tipo 2 de madera de Almendro, 25 centímetros, elástica. Núcleo de cabello de Veela y de color beige. La llama Fortia luego de haber recibido aquella carta en donde la nombraban así y con el tiempo supo entender que significaba fuerza. Al ser de tipo dos, el diseño es delicado y hecho a mano, con un detalle en el mango que tiene un lema grabado en letra cursiva y fina diciendo: Fidelitatem et Fraternitatem el cual solo aparece de vez en cuando y no se ve a la vista de cualquiera.

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

 

Objeto 2: Pensadero

Clasificación: AAA

Puntos de poder: 40

 

Objeto 3: Espejos comunicadores – Lo comparte con Leah Atkins

Clasificación: AAA

Puntos de poder: 40

 

Mascotas y Criaturas:

 

Criatura 1: Gato – Negro, con una pequeña mancha gris en la nariz y la punta de las orejas. De cabello corto. Es cariñoso, pero se enoja rápido si algo no le gusta.

Clasificación: X

Puntos de poder: 10

 

Criatura 2: Micropuff – De Perséfone.

Clasificación: X

Puntos de poder: 10

 

Criaturas en la Reserva: –

 

Elfos:

• Sunny: sus ojos son enormes y de color amarillos como el sol, de allí su nombre. Viste con un gorrito amarillo anaranjado, unas botitas en los pies y unos harapos.

   

  Sus comportamientos son iguales a los de una niña de diez años, es completamente inocente y siempre tratando de complacer a su ama. Al tener comportamientos tan inmaduros, muchas veces piensa que puede llegar a ser libre y comportarse como cualquier persona del mundo mágico y no como una elfina doméstica. Estas confusiones a veces la entristecen.

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Licencia de Aparición:

Obtenida

 

Licencia de Vuelo de Escoba: –

 

Registros:

• Pasaporte
• Registro de Sunny
• Regitro de Vampiro

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Otros Datos:

• Tiene un kimono japonés, de seda azul, con bordados en plata y dorado combinados con un dibujo de un ave fenix en la espalda que le regalo su madrina.
• El tatuaje de la Marca Tenebrosa lo tiene ubicado en el muslo derecho, del lado de afuera. El tamaño del tatuaje abarca desde casi llegando a la cadera hasta la mitad del muslo.

 

FICHA DE PERSÉFONE

 

Nombre del Personaje: Perséfone Zwaan

Sexo: Femenino

Edad: 26 años.

Nacionalidad: Holandesa.

Raza: Humana.

 

Aspecto físico: http://i.imgur.com/o4uyCN8.jpg [justify]Cabello lacio, castaño y largo hasta debajo de la cintura. Sus rasgos son marcados y perfectos, completamente simétricos a su rostro ovalado. Nariz pequeña, sus cejas finas enmarcan sus ojos, de un gris azulado, dándole una mirada profunda y sensual. Sus pómulos son marcados y sus labios, de un rojo natural, son ambos gruesos. Su figura es, al igual que todo su apariencia, perfecta. Es delgada y todas sus curvas están en el lugar correcto; su altura es promedio, no es ni muy alta ni muy baja, pero sus piernas son largas y esbeltas, haciendo que tenga un cuerpo que cualquier modelo envidiaría. Es caucásica, de un suave tono perlado y normalmente mantiene un pequeño rubor.

 

Características psicológicas:

Tiene un carácter muy sensible, siempre actúa con alegría y amabilidad con todos. Su mirada refleja su típico humor sano. Constantemente se esfuerza por caer bien a todo el mundo con su simpatía y buen ánimo, aunque si esto no le resulta se entristece. Es muy extrovertida e hiperactiva, le encanta estar en constante contacto con las personas. Cuando comete errores puede pasar toda su vida pidiendo perdón.

 

Es confiada, pero no tonta, a pesar de su simpatía hacia todos siempre trata de no caer en malas manos. Es sincera, pero siempre se refiere a las personas con un tono suave de voz y con mucha ternura tratando de causar el mejor efecto en la persona. Es como tocar seda.

 

Historia: Perséfone viene de una familia holandesa a vivir a la ciudad de Londres. Siempre le gustó viajar y más para conocer nuevos mundos, nuevos lugares, etc. Siempre buscando la rebeldía y no haciéndole caso a sus padre impartió en viaje hacia lo desconocido. Para su fortuna en el camino conoció a grandes personas que la ayudaron en todo lo que pudieron.

 

Como cualquier chica aventurera y post adolescente, siempre buscó más de lo que tenía en todo y todos. Cautivó a la comunidad mágica de Londres con su belleza y siempre logró obtener lo que quiso, hasta la actualidad.

 

Una voz imponente inundó cada centímetro del laberinto que rodeaba a los alumnos. Era una voz femenina llevando el mensaje directo de los labios de la Atkins. Todos los alumnos tendrían la posibilidad de escuchar cada palabra que ella dijera a pesar de no estar junto a ellos, como si hablara por una especie de altavoz. Si el alumnado quería sobrevivir a la última prueba y salir del laberinto para volver sanos y salvos a sus hogares debían hacer exactamente lo que ella les dijera, siempre y cuando corrieran rápido y tuvieran estrategias.

—No podrán matar a los quintapeds sin sus varitas —era arrogante —, por lo tanto deberán usar sus mentes, crear una estrategia para poder salir del laberinto. Ustedes son la carnada. Si logran pasar por la puerta de salida antes de que las paredes los aplasten, podrán volver a la Academia —un toque de suspenso y terror en su voz —. Los veré en la salida.

Minutos antes de que ésto sucediera, en medio de una conversación con la Black Lestrange, ésta le entregó todas las varitas que habían sido quitadas a los alumnos. Con un tanto de confusión, Ashley comprendió que la profesora y compañera la abandonaría allí y que debía seguir con el cargo que le habían asignado, sola. No le hacía demasiada gracia, pero tampoco podía decir que le disgustaba.

Se encontraban en el centro del laberinto para ese entonces. Una voluta de humo oscuro y ligero envolvió a ambas mujeres, solo que no se dirigían a un mismo destino. Mientras su eje central comenzaba a dar vueltas y mezclar los colores y objetos de su visión, sentía cómo el impulso la empujaba a la altura de su ombligo. Segundos más tarde estaba a pocos metros de la entrada del laberinto con una sonrisa irónica en dibujada en su rostro y el puñado de varitas en su mano izquierda.

Del otro lado del laberinto había un prado, el cesped verde brillando por el rocío que había dejado la mañana y aún se mantenía, poco más atrás de la rubia un pequeño bosque de árboles de finos troncos y de altura inconmensurable. Si no hubiese sido porque debía terminar con la clase de Rol Básico, la vampiro ya hubiera estado cazando algún animal indefenso para poder alimentarse y saciar su sed. Por el momento, solo podía soñar con ello.

—Tienen veinte minutos para lograr salir, de lo contrario... quedarán aplastados junto con los quintapeds —su voz resonó nuevamente dentro del laberinto.

Un reloj de arena contaba el tiempo que tenían, el cual yacía a la mano derecha de la Atkins, lo suficientemente grande para notar cuándo debía hacer la cuenta regresiva. Podía sentir una especie de adrenalina dentro de su cuerpo sabiendo que aquellos chicos podían llegar a morir si es que no pensaban bien qué era lo que harían. Debían mantener atentas a las criaturas, persiguiéndolos al momento justo en que las puertas comenzaran a cerrarse y las paredes a juntarse.

¿Tendrían el valor? ¿Tendrían la inteligencia?

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Buenas, chicos. Lamentablemente Mía no va a poder seguir con la clase, por lo tanto sigo yo con la trama mientras buscan un nuevo/a compañero fenixiano para terminar con ésto. Aun así ya falta nada para que se termine ésta clase y pasen a Rol Avanzado.

Ahora, lo importante es la próxima y última tarea de la clase. Lo que deben hacer es:

• Seguir con la trama leyendo atentamente el rol de cada uno, incluyendo el mío;
• Hacer las correcciones de sus fichas de personaje según lo que les corrigió Mía.

Para ésta tarea tienen hasta el 07/12 para terminar, no solo la ficha, sino también lograr salir del laberinto y acabar con los quintapeds.

Correcciones:

Sherrinford Hound

Pumpkin

Dylan Ramsey

Correcciones: Hechas por Mía Black Lestrange

Revisé sus roles en Transportes y vi que nadie les ha respondido, así que por eso les tomé la tarea off rol como completa, solamente con el rol de llegada.

Jess Lovegood:

Deax Black Lestrange:

Laurinda:

Ashley Atkins

Profesora

 

 

 

 

—Otra vez... —suspiró.

 

Sus manos sostenían débilmente el papel que contenía el sello y las marcas de agua de la Academia de Magia y Hechicería. Una sonrisa irónica se dibujaba en su sombrío rostro mientras bajaba con lentitud la carta y observaba el horizonte tras el vidrio de la ventana de su habitación en el castillo Atkins. Con sus ojos esmeralda aún fijos en el exterior, depositó el pergamino en la mesa de luz que tenía a su lado y tomó a Fortia, su varita, con firmeza.

 

Le era muy grato que el director de la Academia confiara en ella para continuar con la clase que su compañero de bando no pudo finalizar. Ya tenía el título de profesora de Generales en la institución, pero su meta siempre había sido poder impartir una clase como la que en ese momento le tocaba tomar. Sin hacerse muchas ilusiones, se encaminó hacia el vestíbulo lista para llegar al punto de encuentro que le habían informado. En segundos una voluta de humo oscuro la envolvió haciendo girar su eje principal, su visión general pasando a ser un borrón que pronto se convirtió en un sombrío laberinto con miles de posibilidades.

 

—Excelente elección —su voz era áspera —. Ahora veamos, dónde podrán estar...

 

La vestido color vinotinto llegaba hasta el suelo, sin dejar a la vista sus zapatos. Una túnica colgaba desde sus hombros y se anudaba en un pequeño lazo cerca de su garganta descubierta. Su piel pálida como la de cualquier otro vampiro y sus colmillos pulcros, los cuales se relamía de vez en cuando como una especie de toc. Lentamente comenzó a caminar sobre el húmedo suelo en busca de la profesora Black Lestrage. Su caminata era pausada, con todos sus sentidos precisos y atentos a cualquier amenaza, aunque esas pruebas definitivamente ya las habían sorteado.

 

—Bonito laberinto —acotó al divisar a pocos metros de ella una figura familiar —. He venido en reemplazo de Cillian.

 

Se acercó lo suficiente para que la mujer pudiera reconocer su rostro, aunque su voz era inconfundible. La Atkins hizo una leve reverencia y ladeó la cabeza al notar que algunos de los alumnos todavía seguían allí, mientras que otros se alejaban para continuar con la prueba que les había puesto la profesora. Sonrió con ironía, como siempre hacía, pero esa vez a nadie en particular. Giró su cuerpo para quedar enfrentada a los alumnos y consideró el presentarse.

 

—Bueno, antes de que sigan con lo que hacían, mi nombre es Ashley Atkins, vengo aquí para reemplazar al profesor Ryddleturn —hizo una pausa —. Ahora sigan con la prueba si quieren avanzar en la clase.

 

Para cuando dijo aquello, todos los presentes se reunieron en grupo y prosiguieron con la actividad como se les había pedido. Miró a su compañera, pero no dijo nada al respecto, esperaba ver la primera impresión dado que no se habían visto por un largo rato y esperaba que su presencia fuera una buena sorpresa para ella. No eran grandes amigas, pero sí las unía un lazo de amistad y de familia.

 

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¡Hola chicos! Como ya les dije on rol, vengo a reemplazar a mi queridísimo Cillian hasta que la clase finalice dado que él no pudo seguir. Es un placer poder estar acá con ustedes. A algunos los conozco porque los tuve en la clase de Generales *-* y a otros ya los conoceré on rol a medida que vaya avanzando ésto.

 

Mi nombre es Mora, soy de Argentina, soy una vaga al extremo(?) okno, solo estoy con una crisis existencial de elegir carrera. Tengo 20 años y les aseguro que no soy ni parecida a lo perra que es Ashley v_v ella es malota y sin sentimientos, perdonenla(?) xD En fin... Ashley es fundadora de la familia Atkins y Rambaldi, trabaja en Gringotts, tiene varios negocios en el Callejón y tiene una mafia familiar que lleva adelante. Si no fuera porque vive y respira podría decir que es igualita a una piedra, dado que no tiene sentimientos (en realidad no los demuestra) y si quiere molestar a las personas, lo hará sin ninguna duda.

 

Cualquier duda que tengan pueden acudir a mí tanto como lo hacen con Mía, para eso estoy.

La tensión, el frío, la tristeza, todo aunmentaba a cada segundo y a cada paso que el sospechoso daba, acercándose. Ashley miró hacia atrás para verificar que las alumnas estuvieran bien, pero le sorprendió al notar que parecían tomárselo con naturaleza. Frunció el entrecejo, empezando a notar cierto enojo invadiendo su cuerpo, y volvió su mirada hacia el frente. El hombre había desaparecido.

 

Buscó la mirada de Arya entre tanta oscuridad y cuando la encontró, sintió un fuerte jalón desde la zona baja de su estómago. Algo la estaba empujando, la estaba llevando. Los ojos esmeralda de la rubia se abrieron de par en par, no por la sorpresa ni desesperación, sino porque no sabía qué le podría llegar a suceder al resto. Tenía aferrada a su mano a Fortia, su varita mágica, pero no podía liberarse ella sola, por lo que debía esperar a que su compañera hiciera algo por ella.

 

— Dios —exclamó al comenzar a sentir un dolor fuerte en la zona en la que la empujaban.

 

No eran unas manos, no era humano lo que la tenía presa de esa presión y fuerza; era magia. ¿De dónde provenía? ¿Dónde estaba el prisionero? La Atkins ya estaba realmente molesta, enojada. Lo que había suponido que sería una buena experiencia para la primer clase de Generales, había terminado de la peor manera y, teniendo conocimiento de los pensamientos de la rubia, era obvio que cuando aquello terminara, mataría al prisionero por hacer que todo resultara mal.

 

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¡Buenas!

 

Chicas, no estoy viendo que sigan mucho la trama que estamos haciendo. Quiero ver cómo se enfrentan al asesino, las sensaciones que tienen sus personajes, cómo van a lidiar con su primera aventura en la clase de Generales, porque a lo largo de la Academia van a tener varias aventuras más.

 

Ahora les paso a dejar información que les va a servir para hacer la tarea que les va a dejar Arya.

 

Información

 

 

Meght Evans

 

Las presentaciones eran la parte que menos le importaba. Su mirada fría se plantaba en los ojos del hablante, así cada vez que tomaban la palabra. Su respiración estaba calmada y mantenía su toque misterioso en el rostro que la identificaba en seguida. Pocos eran los alumnos, pero lo que más le llamó la atención fue que sólo dominaba un género allí: el femenino. Soltó un resoplido más parecido a una risa irónica y prosiguió con la caminata.

Por tanto tiempo había estado bebiendo la sangre de animales que tenía controlada sus ansias y, a decir verdad, ninguna rata o cualquier tipo de roedor que hubiese allí estaría sano, más bien lleno de enfermedades y dios sabe qué más cosas. Sus expresiones pasaban de estar seria a asqueada, frunciendo la nariz por el repugnante aroma que inundaba el lugar y levantando levemente la comisura derecha de sus labios. Nada de lo que estuviera vivo allí serviría, ni siquiera los mismos prisioneros quienes se volvían locos pasados los días allí, encerrados y rodeados de dementores que le quitaban los únicos recuerdos felices que podían llegar a tener.

—No sé si exactamente era con las fuerzas de seguridad —y dicho eso todo se oscureció —. Mantengan la calma y no se separen en lo absoluto... creo que tenemos un día de cacería de tenebrosos —aunque nadie podía verla, una sonrisa maliciosa y oscura dibujaba su rostro.

Podía escuchar a la perfección cómo las gotas que bañaban las paredes y el techo caían sobre el suelo de piedra, las olas rompiendo contra la fortaleza que mantenía a todos en sus celdas, los quejidos de muchos, las respiraciones agitadas de otros. Y pasos. Alguien se acercaba a ellas con lentitud, pero con mucha seguridad. La pregunta del millón era quién podía ser, ¿acaso el sospechoso? No iban a poder averiguarlo hasta tenerlo frente a ellas.

Entre tanta oscuridad, solo un rayo de luz tenue estaba a unos poco metros de Ashley y el resto de la clase. La rubia no podía quitar la vista de ese punto, sabía que allí aparecería. Y así fue. Un rostro oculto en la sombra, pero un cuerpo vestido con el uniforme de la prisión: blanco y negro a rayas horizontales. La Atkins avanzó dos pasos hacia éste, pero no se movió de su lugar. Parecía estar clavado allí y observando a las alumnas asustadas.

—¿No crees que es hora del interrogatorio? —su voz era arrogante, irónica.

Ladeó su cabeza, como si tratara de ver el rostro del culpable. Giró la cabeza para ver a Arya y al resto del alumnado y una mirada le llamó la atención. Hasta el momento no se había dado cuenta que ya la conocía, puesto que no estaba prestando demasiada atención, debido a su poco interés por las presentaciones. Sonrió de soslayo, despreocupada, y volvió la vista hacia el prisionero. No importaba a quién conociera, esa era una clase y debía llevarla a cabo sin correr el riesgo de nadie.

Chicas, es un placer conocerlas. La primer tarea ya pasó y me alegra que la hayan podido hacer, pero esto sigue. Deberán leer lo que Arya les dejó de información para poder hacer la tarea que yo les traigo, así que lo que recomiendo es que pongan mucha atención, no solo para hacer la tarea sino porque estamos acá para hacerles entender el funcionamiento del foro y cómo pueden moverse por cada cosa que necesiten.

Espero que la estén pasando bien y que les guste el rol. Verán, me gustaría que ahora aporten ideas ustedes, porque esto es una clase, pero todos somos contadores de historias -por eso estamos acá- y para eso necesito que entre todas hagamos de ésta historia la mejor. Por eso les pido que se lean entre ustedes como vienen haciendo y no solo seguir nuestro rol, sino también darle más potencia o sacarle más el jugo, como quieran decirlo.

Ahora la tarea:

 

1. ¿ Cuál es la diferencia entre un moderador zonal y uno global?
2. ¿Cuáles son los moderadores zonales que hay?
3. Mencione al menos 3 moderadores globales.
4. ¿Cualquiera puede abrir un duelo en la sala de duelos?
5. ¿Qué más se puede encontrar en la Sala de Duelos?
6. A los usuarios que aún no se graduan de la academia ¿qué puestos pueden elejir en el Ministerio de Magia?

Estas preguntas deben ser contestadas en off rol, mientras que en el on tendrán que hacer lo que ya les dije. Como tienen hasta el Domingo 02/10 para hacer la tarea, pueden hacer varios roles siempre y cuando lleven la temática.

Dicho ésto, cualquier duda o sugerencia pueden escribirnos mediante los PM.

Correcciones:

Jess Lovegood

Meight Evans

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Entre la calma de la habitación de la Atkins, una lechuza se apoyó en el umbral de la ventana haciendo un extraño ululeo mientras que en su pico llevaba una carta para la mujer. Ésta la miró con recelo y la tomó con rapidez, desconfiando del animal. Tenía un sello dorado con las iniciales AMyH. Una sonrisa de soslayo se dibujó en su pálido rostro y con sus huesudos dedos abrió el sobre para descubrir el mensaje que llevaba. Sentía unas fuertes punzadas de emoción en la boca del estómago mientras extendía el pergamino entre sus manos.

Sus ojos seguían las líneas de un lado y, cada vez más, su sonrisa se amplia. Una vez más, la Academia de Magia y Hechicería la consideraba apta para realizar la clase de Generales. Inhaló profundamente y pasaron unos cuántos segundos antes de exhalar nuevamente. Aún con las orbes esmeralda clavadas en el amarillento pergamino, firmado por los directores, sentía que volvían a darle la oportunidad y, esta vez, de hacerlo mejor de lo que lo había hecho antes. Levantó la cabeza y se decidió para comunicarse con su nueva compañera, a quien conocía de alguna vez haberse cruzado, Arya.

Con letra pulcra y decidida comentó una novedad. Hacía pocos minutos, antes de recibir la carta, había revisado El Profeta donde anunciaban una serie de asesinatos desafortunados. Los principales sospechos eran dos y, ambos, se encontraban en la prisión de Azkaban. Quizás era difícil de explicar para un simple muggle, pero con una serie de seguidores y magia todo se podía lograr. Metió el pergamino en un sobre y ordenó a la lechuza que la hiciera llegar a su destinataria.

Vio alejarse del castillo Atkins a la preciosa criatura de magestuosas alas, que se desplegaban y cortaban el aire a cada aleteo que daban para llegar a destino. Cuanto estuvo fuera de su alcance de visión, se giró y comenzó a prepararse para la nueva clase que comenzaría pronto. Aunque no era una de las personas más alegres que alguien pudiera conocer, estaba contenta de haber recuperado lo que tanto había anelado y se lo habían arrebatado. Reprimió que viejos y amargos recuerdos volvieran a invadirla para poner comienzo a lo que sería una nueva etapa.

En minutos vestía un largo vestido color morado hasta los pies, el cabello rubio suelto y lacio como siempre y unos zapatos que, gracias al largo del vestino, no se les lograban ver, pero a cada paso que daba se escuchaba el claro y monótono ruido que hacían al impactar en el suelo con cada paso que daba. Relamió sus labios color carmesí y una sonrisa falsa mostrando sus pulcros y relucientes colmillos de vampiro. Aunque ansiosa por conocer a la nueva camada de la Academia, volvía a tomar su expresión fría y distante.

Para finalizar, tomó a Fortia -su varita- la cual le mostró el dilema que llevaba en el mango, tres palabras que sólo las podía ver ella al momento en que aparecían. Su varita sentía igual que ella y se lo demostraba a cada situación buena o mala que pasaran unidas. Resopló y observó su habitación por última vez. Una voluta de humo oscura apareció de repente, envolviéndola y girando su centro, su eje. Un empujón desde el ombligo y todo comenzó a desvanecerse, todo lo que conocía del lugar en donde dormía todas las noches y días. Pocos segundos después se encontraba cerca de la entrada de Azkaban alisando su vestido y apartando un mechón de cabello de su anguloso y huesudo rostro.

Poco rato pasó en cuanto su compañera se apareció a su lado. La cabellera rojiza de la mujer siempre había llamado su atención. Recorrió el rostro de la mujer, como si estuviera tratando de analizarla con la mirada. Sus pequeñas manchas canela acupando espacios pálidos de su rostro, sus ojos azules y todo rasgo facial, todo parecía delicado, casi frágil, aunque estaba segura que no era tal cual.

—Que placer volvernos a encontrar —su voz denotaba cierto dejo de ironía —. ¿Avisaste a los alumnos el punto de encuentro? Sin faltar el translador, obvio —no, Ashley no era simpática ni con su familia.

Su mirada fría y distante, su postura imponente y dominante decían mucho más de lo que podían decir las palabras. Y, aunque la rubia fuera de muy poco hablar, no hacía falta agregar mucho más de lo que demostraba ser. ¿Tendría compasión con sus alumnos? Era de dudar. Lo más probable fuera que no. Su sonrisa y mirada petulante no se quitaba con nada. Pronto lo sabrían, porque al momento los alumnos comenzaron a aparecer.


—¡Bienvenidos! —su voz se hizo potente y sonora entre los presentes, tratando de sobrepasar el volumen del mar chocando contra las piedras —. Mi nombre es Ashley Atkins y soy una de sus profesoras. No se pongan cómodos, porque tendremos una exquisita visita a Azkaban —dejó que Arya les comentara un poco acerca de lo que podían llegar a hacer allí —No se asusten y síganos.

La vista era increíble desde allí. Aunque todo estuviese nublado y frío gracias a la presencia de los dementores que protegían la prisión, el mar y el horizonte daban una excelente vista a lo infinito y, mucho más lejos de ellos casi llegando al final, podían observarse algunos rayos de sol que atravesaban las nubes e iluminaban el agua azul claro.

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¡Bienvenidos a Generales 123!

 

Generales 123

Milys
anastacia sm
hydra
Andrew J
sabrii ibarrola
SamyNahi115
LunaGreengass15
Jess Lovegood
Keyce

Lisa W Delacour

PERLA_LUNA

Meight vans

 

Estoy muy contenta por estar de vuelta actuando de profesora en la Academia. Hace dos años que no venía por acá y me emociona que me hayan dado la oportunidad de volver y hacer algo muy lindo como lo es esto. Así que espero que ustedes también disfruten mucho de ésta primera etapa del foro en donde se lo mostraremos tal cual es y cómo funciona para que no estén tan perdidos y disfruten de lo que es jugar con nuestros personajes y moverlos como uno quiera.

Primero me presento: me llamo Mora, soy de Argentina y tengo 20 años. Ahora estoy en una crisis estudiantil(?) pero se supone que el año que viene vuelvo a los estudios en una carrera que se llama Sistemas de Información de las Organizaciones, que es una mezcla de economía con computación. Cambié muchas veces de carrera, pero espero que ésta sea la última vez que pase e_e jajaja. Aparte de eso mi hobbie es la fotografía (era una de las carreras que había elegido).

Ahora mi personaje: Ashley es matriarca y fundadora de la familia Atkins y Rambaldi. Ambas familias son neutrales, aunque la Atkins tiene una orientación mortífaga. No es buena, tiene un hermoso caracter (sí, es irónico), es muy distante con todos, hasta con su propia familia. Esto es así por la horrible historia que tuvo y que vivió. Es vampiro y tiene muchos siglos acumulados xD y, por último, es mortífaga. (No, para ser mortio no hace falta ser malote xD)

Como ven, deberán hacer lo mismo que nosotras: realizar un rol siguiendo nuestra línea y presentarse tanto on rol como off rol. Aun así les dejaré parte de la primer tarea. Ésta información que les daré es importante para que se puedan manejar dentro del Ministerio de la Magia y conozcan el funcionamiento.

Información