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Ashley Atkins

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Mensajes publicados por Ashley Atkins

  1. Señor Atkins.

    Ya era demasiado extraño que mantuvieran esa relación entre padre e hija y, más extraño aún sería que lo llamara así; como padre. La mujer no se movió del lugar, ni siquiera se inmutó cuando su contrincante desapareció sin ningún problema las doce medialunas que ella había conjurado previamente. Se mostraría despreocupada a toda costa, pero sin quitarle la vista de encima. Aquel, para ella, era sólo un oponente más.

    Silencius —terció accionando su varita de almendro, impidiendo que el morphos saliera.


    Inmediatamente, las pocas letras que el chico había logrado pronunciar, quedaron absortas e interrumpidas en cuestión de segundos. Una sonrisa se dibujó en los labios de Ashley paulatinamente, arruinar los intentos de su padre sí la ponía de buen humor y todavía no detectaba si eso estaba bien o mal. Tal vez antes se hubiera disculpado, o la sonrisa habría sido cómplice, pero ahora quería ganar y demostrarle que por más adulto que fuera, ella se quedaría con la victoria.

    ¡Desmaius!

    Un rayo incoloro surgió de la punta de Fortia, surcando una gran línea en lo que dibujaba su trayecto hasta Derek. Si todo salía bien, el hechizo lo derribaría al instante, dejándolo inmóvil e inconsciente y requiriendo de un poco de ayuda para lograr reincorporarse. La Atkins carraspeó y bajó el arma mágica, poniéndose en posición defensiva, aún poseyendo la sonrisa que se esbozaba en sus labios. Aquello era el último duelo de la primera fase y, si tenía suerte, pasaría a la próxima fase. A pesar de ello, se sentía que el enojo y el rencor que llevaba guardado un buen tiempo, se despegaban totalmente con el solo hecho de ver a su padre derribado en el suelo.

     

    ¿Cómo terminaría aquello? La relación se estaba deteriorando, no solo por su falta durante tanto tiempo, sino por el poco tacto que estaban teniendo cada vez que se veían. ¿Por qué su padre tomaba esa postura arrogante con ella? Él había sido el primero en querer reponer el vínculo y ahora era él, también, a quien no le importaba el resultado. La rubia solo esperaba la respuesta de su padre para volver a atacarlo y acabar ganando.

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  2. La figura de la Atkins se apareció entre una voluta de humo a las afueras del Ministerio de la Magia. Llevaba un vestido morado y largo que ondeaba con la leve brisa que la envolvía, por encima una capa de viaje que se anudaba a la altura del cuello en un lazo de moño negro. Los tacones altos resonaban al golpear contra el frío y sólido pavimento, mientras se dirigía directo a las imponentes puertas del Ministerio.

    Al adentrarse fue hacia los ascensores y anunció su destino: Cuarta Planta, Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Hacía demasiado tiempo que no pasaba por un departamento de la institución, lo suficiente como para no reconocer muchas de las caras que la rodeaban. Algunos memorandum revoloteaban sobre su cabeza mientras el aparatejo la impulsaba de un lado al otro pasando por las distintas plantas.

    Cuarta Planta ―anunció por el altavoz la voz de una mujer.

    Salió de allí y se dirigió hacia la puerta principal. Al ingresar notó un rostro conocido. Su hijo, Liam, trabajaba en el departamento, lo que le sugería una ventaja al momento de hacer el trámite, más que nada por el hecho de que podría hacerlo más rápido de lo que ella imaginaba. Se encaminó hacia él y lo saludó cordialmente como si se tratara de cualquier otra persona.

    Buenos días ―una sonrisa de soslayo ―. Dime si ésto es correcto, por favor ―deslizó el pergamino hasta las manos de su hijo.



    Ficha para el Registro de elfos.

    • Nombre del elfo:
    • Tieita (Elfina)
    • Iky (Elfo)
    • Aiola (Elfina)
    • Aiela (Elfina)
    • Edek (Elfo)
    • Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Negocio
    • En caso de servir a una familia o negocio.
      • Apellido de la familia/nombre del negocio: Cabeza de Puerco
      • Tiempo que lleva sirviendo a la misma: 1 año y 5 meses los cinco elfos domésticos, quienes han servido al negocio actualimente cerrado Le Moulin Diagon
      • Nombre de quien lo registra: Ashley Atkins
    • Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: Registro Cabeza de Puerco
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  3. Todo volvió a hacerse oscuro.

    Sus ojos estaban acostumbrados a la oscuridad gracias a las características de su raza, pero aun así no dejaba de molestarle que jugaran de ese modo cuando se estaba en medio de un duelo. En el primero había tenido la oportunidad de ganarlo, y lo hizo, y en el segundo se había quedado en el medio de lo que podía llegar a ser un excelente duelo. Pero no. No llegó mucho más lejos porque volvían a apagar todas las luces del lugar y guiarnos al centro de la Fortaleza, donde todo había comenzado.

    En solo un instante, la rubia pasó de estar en el viejo tribunal de la Fortaleza a estar en el centro de la misma en conjunto con sus compañeros de bando y organizadores. Aunque su rostro manifestaba una expresión de antipatía absoluta, estaba prestando toda la atención que requerían los organizadores del Morgana. Sotenía una postura erguida y elegante a pesar de su desnudez. La brisa que corría a través de las ventanas de la Fortaleza, al lado del mar, acariciaba su cuerpo y se envolvía en su cabello.

    Con mucho desgano tomó una de las túnicas que habían apiladas en una montaña cerca de Agatha. La examinó con recelo y se la colocó aunque con mucha cautela y procurando que ésta no tocara demasiado su cuerpo porque, a pesar de que parecían estar pulcras, no confiaba en ello. Nunca había vestido algo que no fuera de ella, aparte de que desconfiaba absolutamente de todo el que la rodeara. Se alisó el pelo y la túnica comenzó a ondear al compas de la rubia cabellera.

    Caminó con lentitud hacia uno de los rectángulos dibujados con una brillante tiza blanca. Se posicionó a unos cinco metros de las gárgolas que estaban posicionadas en el centro del rectángulo quedando a diez metros de su contrincante. A unos cuatro metros hacia atrás y en diagonal tenía las estátuas que parecían vigilar el escenario del duelo. Estaba en la posición perfecta, en donde no corría demasiado peligro.

    Seccionatus —sostenía a Fortia con fuerza y apuntaba al pecho de su padre cuando doce media lunas largas y filosas salieron disparadas en esa dirección.

    La relación con Derek no había sido de la mejor. Al comienzo había querido remediar varias cosas, pero luego se volvió a ausentar por largo tiempo y volvió con una actitud fría y distante hacia la Atkins. Lo miraba con enojo en sus orbes esmeralda, observaba cómo las medialunas llegaban a destino y le generaban profundas heridas en el pecho. A diferencia con otros contrincantes, con el demonio no sonreía en lo absoluto, no había malicia, no había orgullo y tampoco satisfacción. No demostraba sentimiento alguno.
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  4. Glenin reaccionó rápido ante su primer hechizo de ataque, impidiendo que éste impactara en su objetivo. Una mueca cruzó el rostro de la Atkins al instante, había estado esperando por ver cómo surgía efecto y que no lo hiciera no acababa de agradarle. Pero no podía limitarse a esperar, no. Seguía los pasos de Glenin, conservando la distancia de los diez metros y manteniéndose frente a él en todo momento; ya las jaulas no estaban sobre ella, se habían movido a un lado. Y entonces lo vio...

    Silencius —se apresuró a decir cuando divisó un pequeño movimiento por parte de la muñeca de su contrincante, intercalando su acción.

    Del ataque que el hombre había intentado lanzar, solo un "Sec" se escuchó. Acto seguido y sin perder nada de tiempo, la rubia se colocó de nuevo a la delantera.

    Seccionatus —pensó.

    Doce medias lunas, veloces y cortantes salieron de su varita tan pronto ésta tuvo una breve vibración. Las vio volar como doce pequeños relámpagos malignos hacia el estómago de Glenin esperando, otra vez, a que su hechizo surgiera efecto en él. Si todo iba bien, se clavarían en su piel y moriría, con suerte, poco después.

    Era difícil pasar desapercibido el hecho de que estuviera desnudo al igual que ella. También Ludwig, en parte, lo había estado en el momento de su duelo y ella se había quedado igual entonces, ¿sería una nueva moda? Ella lo hacía desde siempre y aún no encontraba común la falta de ropa por parte de sus compañeros de bando.

    Solo el sonido de las medias lunas cortando el aire para dirigirse a su objetivo era perceptible en el tribunal. Nada más perturbaba el silencio y solo la presencia de los dos mortífagos resultaba llamativa. Ambos mantenían la pose de batalla y esperaban, de un monento a otro, acabar con su rival. La Atkins se mantenía rígida, a la expectativa mientras el otro debía actuar en su defensa.[/justify]

  5. Segundo día de compras y la Atkins se sentía cansada. Las caminatas no eran algo que disfrutara demasiado, a menos que se tratara de ir a cazar para saciar su sed de sangre, pero ésta no era la ocasión. Como le había indicado a su hermana, Leah, iría pronto allí para terminar de hacer las compras que le habían quedado pendiente para la familia Atkins, a la cual ambas eran matriarcas.

     

    Se encaminó a la primer planta del edificio del Magic Mall esperando encontrarla en su puesto de trabajo. Ashley era muy tosca, por lo que prefería hacer las cosas a su manera y con quien ella tuviese la confianza, dado que no conocía a muchas más personas dentro del edificio exceptuando unas pocas y, entre ellas, la demonio. Conservando su elegancia y porte, finalizó por pisar la primer planta y entrar en la oficina, en donde la pudo localizar.

     

    -Que bueno verte -rodó los ojos, haciendo entender que esperaba que ella fuera quien la atendiera -. Ya sabes a que vine, solo déjame encontrar estos... malditos... papeles -hablaba entrecortadamente debido a que buscaba en su bolsillo, entre la cantidad de pergaminos que tenía, los correctos para entregarle a Leah.

     

    ID: 111473
    Nick: Ashley Atkins
    Bóveda: Familia Atkins - B: 101825
    Fecha: 09/10/2014

    Nombre del producto: Juego de Gobstones
    Objetos, Criatura o Poción: B
    Catalogación: A
    Puntos por unidad:[/b] 10 puntos
    Cantidad de unidades: 1
    Precio por unidad: 500 galeones

    Precio total: 500 galeones
    Total de puntos: 10 puntos

    Rango Social del comprador: -
    En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Familia Atkins

  6. Quinta planta, neutrales, con Tea

    Rol 3 - Salida

     

     

     

    - Vale -masculló la vampiro, apartando la mano de Tea de su hombro sin mucho disimulo.

     

    Ya no había vuelta atrás y debía hacerlo, no podía empezar a comportarse como una niña. Negó con la cabeza como si apoyara su propio pensamiento y estiró el brazo, un poco dolorido, para tomar la primera poción. Por el color, el aspecto desagradable y el olor vomitivo, sí, era la Herbovitalizante. Se cubrió la nariz y se la bebió de un tirón.

     

    Horrible. Tratando de apartar el sabor de su garganta y sus labios, limpió estos últimos con el dorso de su mano y luego tomó la segunda poción. Rrabastecedora de sangre... Se estremeció ligeramente al colocar el cristal en sus labios y lo pensó antes de echar la cabeza hacia atrás, tragando el contenido al instante por la posición que había adquirido.

     

    Y la última, peor que las anteriores porque ya había recobrado la función total de su organismo, la pasó peor. Casi se ahoga, pero logró que pasara como un simple gesto de asco. Se sentía notoriamente mejor y estaba claro que era momento de irse. No conocía a su Sanadora y ciertamente no tenía ganas de hacerlo ahí y en esas circunstancias.

     

    - Gracias -dijo esta vez por el alta que recibía y, sin decir nada más, abandonó el hospital.

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  7. Quinta planta, con Tea

    Rol 2

     

     

     

    Abrió los ojos y miró las luces de la parte de arriba del box. No necesitaba respirar para sobrevivir debido a su condición vampírica, pero no le importó dar un largo respiro mientras volví en sí. De a poco la habitación iba tomando forma, distinguía pequeñas cosas y al final logró mover la cabeza para ubicar a su Sanadora.

     

    - Gracias -dijo con voz áspera y sin inmutar su expresión.

     

    Estaba evidentemente agotada y bastante golpeada aún. Nada le dolía, claro, pero faltaba la peor parte de ir a San Mungo. Las pociones. Tan solo imaginarlo le revolvía el estómago, realmente no había nada que superara el amargo y agrio sabor que tenían las pociones.

     

    Según ella, la peor de todas era la que daba la energía. Leah le había tenido aue hacer una cuando la trajo de su muerte definitiva y el sabor no era nada como había esperado... era peor. Con ese pensamiento en la cabeza, miró con recelo a la chica que la atendía y lentamente se fue poniendo en pie, empezando por tomar asiento en la camilla.

     

    - ¿Puedo irme ya? -preguntó como quien no quiere la cosa, tratando de librarse de la última parte de la bendita curación.

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  8. Quinta planta, Neutrales

     

    Rol 1

     

     

     

    El cuerpo de la Atkins, mallugado hasta la muerte, apareció en un box de la quinta planta. Había muerto como neutral, así que había tenido que aparcer allí. Tenía quemaduras, cortadas y, si mal no recordaba su fantasma, una picada. ¿Por qué había muerto en realidad? La verdad, no lo sabía. La habían atacado sin razón en medio de un local mientras no hacía nada, Hank.

     

     

    El fantasma bufó, maldito. La vampiro flotaba junto a su cadáver escuchando la alarma que avisaba a los Sanadores de la presencia de un paciente y miraba su pálido rostro con una mueca. De por sí era pálida, pero estando muerta se veía incluso con menos color. Como nadie llegaba aún, se limitó a recordar lo que había sucedido y como sus familiares y amigos habían salido a su ayuda.

     

     

    - La van a pagar.

     

     

    Murmuró con una expresión de advertencia en su semi transparente rostro. Leah también había muerto y también los demás excepto, tal vez, un par de ellos. Eso no se podía aceptar y mucho menos por parte de los fenixianos. ¿Cuánto debía esperar? Según ella, no mucho. Si sus oídos no la engañaban, escuchaba pasos.

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  9. Había dado su duelo por ganado su duelo con su ex profesor cuando, de pronto, las luces se apagaron. Como si una capa de oscuridad hubiera caído sobre la Fortaleza, la Atkins no pudo evitar buscar la razón del repentino cambio de ambiente, girando la cabeza para ver qué pasaba con las antorchas. Le sorprendió ver que éstas no estaban iluminando nada a pesar de seguir encendidas, de hecho, le costó bastante ver la llamita que tenían, como si alguien la hubiera atenuado. Por un minuto que se hizo bastante largo, solo el sonido de las olas rompiendo en las rocas la acompañó.

    Pero entonces el suelo volvió a temblar y sintió como que se hundía, así como rápidamente sintió una sacudida en el estómago. El sonido de las cosas cayendo, el griterío de los mortífagos dentro del recinto: unos buscaban conocer qué pasaba, otros se ubicaban más en el terror que podía llegar a sentirse por la penumbra y la falta de visión. Sin embargo, la rubia permaneció en completo silencio, aferrándose a su varita mientras era transportada por esa fuerza indescriptible que era inútil evadir.

    Y por fin paró. El viento dejó de moverse a su alrededor, toda la oscuridad empezaba a hacerse menos densa, las luces regresaban. A pesar de su raza, el manto oscuro había podido con sus sentidos, por lo que tuvo que pestañear para acostumbrarse a la nueva cantidad de luz que inundaba el espacio donde se encontraba. Ya no estaba en un pasillo, donde el largo trecho que tenían para duelear estaba siendo vagamente iluminado por las antorchas, junto al mar y uno frente al otro.

    No, ahora estaban en uno de los tribunales de la fortaleza. Cientos de sillas se acomodaban de forma ascendente desde la mitad de la sala hacia atrás, dejando un enorme espacio circular en la planta baja. La parte superior estaba a tantos metros de distancia que era imposible saber que estaba ahí realmente, la altura y la forma cónica no dejaban ver el color verdadero que tenía, solo se veía oscuridad. Todo era de madera enegrecida, incluyendo el suelo y el par de celdas individuales que colgaban de dos gruesas cadenas desde el techo, oscilando levemente gracias a la corriente de aire que pasaba por las altas y pequeñas ventanas con barrotes de hierro.

    Iba a hacer un comentario cuando notó la presencia de otro compañero de bando. Tanto él como ella estaban ubicados en la parte baja del tribunal, en la zona circular. Tenía un radio de unos veinte metros y ellos dos estaban separados por diez exactos, como si hubieran sido medidos con una cinta métrica; así mismo, todo lo morpheable que estaba a su alrededor estaba a cinco metros o más. ¿Ahora tenía que volver a atacar? Su gesto se contorsionó con lentitud, pasando del ceño fruncido y las cejas juntas, hasta conseguir una pequeña sonrisa. Según ella, no lo había visto antes, pero no tenían tiempo para presentaciones, así que se limitó a alzar la varita a modo de saludo y con ello... comenzó el duelo.

    Sectusempra —exclamó con rapidez, moviendo la varita en una floritura que lanzó el hechizo hacia el pecho de su contrincante.

    La idea era que impactara y le causara múltiples heridas a Glenin, sangrantes y dolorosas, que terminarían por matarlo si no se curaba rápidamente. El rayo verdoso prácticamente volaba hacia él, iluminando todo el lugar con su fuerte color plata y brillando como el ataque mortal que era. Incluso se podía escuchar cómo cortaba el viento con violencia, esperando acabar con su objetivo en la brevedad posible. Fortia vibraba en su mano, como si supiera que eso podría suceder pronto. Una ventisca pasó por su cuerpo desnudo y movió los pies descalzos contra la madera, era momento de esperar.
  10. A Ashley, a veces, le sorprendía de la manera en que actuaba su hermana. Eran tan diferentes la una de la otra que, otras veces más, se planteaba una simple pregunta: ¿por qué se atraían? Observó cómo trataba a su hija tan cariñosa, con una sonrisa en su rostro y aceptando su beso en la mejilla abiertamente. Al notar aquello sintió una leve puntada en el pecho por la culpabilidad.

     

    Despejó su menten rápidamente y se fijó en Athena, esperando ver alguna respuesta de la misma, pero parecía ser que no tenía nada más para comprar. La saludó asintiendo la cabeza una vez, en forma de reverencia, como siempre solía tratar a las personas; distante. Se enfrentó nuevamente a su hermana y extendió un último pergamino por parte de las criaturas, el cual había buscado mientras ésta hablaba con su sobrina.

     

    Tengo algunas cosas más, pero no sé si comprarlas hoy sea prudente —dijo esperando escuchar la opinión de la mujer.

     

    ID: 111473
    Nick: Ashley Atkins
    Bóveda: Familia Atkins - B: 101825
    Fecha: 06/10/2014

    Nombre del producto: Jobberknoll
    Objetos, Criatura o Poción: C
    Catalogación: XX
    Puntos por unidad: 20 puntos
    Cantidad de unidades: 1
    Precio por unidad: 1000 galeones

    Precio total: 1000 galeones
    Total de puntos: 20 puntos

    Rango Social del comprador: -
    En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Familia Atkins

  11. Sonrió ante el breve "chiste" de Leah y alejó su mano para podes hurgar en el bolsillo de su túnica de viaje. Unos segundos después tenía una cantidad innumerable de pergaminos en la mano, los cuales iba examinando rápidamente hasta que dio con el indicado, guardó el resto y volvió a mirar a la castaña al escuchar lo que le iba diciendo.

     

    Regular —se limitó a decir al observar al muchacho —, no parece tan malo.

     

    Antes de entregar el pergamino que tanto había buscado en sus bolsillos, una voz de una muchacha la descolocó. Se dio la vuelta y observó a su sobrina, quien se acercaba para saludar a las hermanas Atkins. La miró con un tanto de recelo y aceptó su saludo cariñoso, aunque su respuesta fue fría como siempre solía ser. Le sorprendía que alguien se atreviera a acercarse a ella de ese modo.

     

    Cualquiera de ustedes puede tener una mascota, no me parece mal —dijo con sinceridad a Kissa dejándole lugar para que ésta entregara su pergamino antes —. Aquí tienes éste, también —finalizó por entregarle el segundo pergamino.

     

    ID: 111473
    Nick: Ashley Atkins
    Bóveda: Familia Atkins - B: 101825
    Fecha: 06/10/2014

    Nombre del producto: Aethonan
    Objetos, Criatura o Poción: C
    Catalogación: XX
    Puntos por unidad:[/b] 20 puntos
    Cantidad de unidades: 1
    Precio por unidad: 1000 galeones

    Precio total: 1000 galeones
    Total de puntos: 20 puntos

    Rango Social del comprador: -
    En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Familia Atkins

  12. La imponente figura de la Atkins caminaba enfrentada al edificio del Magic Mall. Su primer destino sería en la planta baja del mismo para hacer las compras de criaturas para su familia. Hacía un poco más de un año que había levantado el castillo y le parecía prudente que éste tuviera las criaturas apropiadas para que se mantuviera protegida por los mismos, aparte de tener la idea que le darían un hermoso aspecto al hogar.

    Se adentró al magestuoso lugar y ya sabía dónde debía ingresar. Se enfiló hacia donde podia divisar a su hermana, una vez que había ingresado a la trastienda, para poder efectuar de manera más confiable las compras que debía hacer. La miró desde lejos, manteniendo esa mirada esmeralda y penetrante que siempre solía tener, mientras se iba acercando poco a poco.

    Buenas tardes —anunció en cuanto la tuvo a pocos centímetros —. Que placer verte por aquí, hermanita —dijo en tono burlón.

    Se quedó observándola detenidamente a la mujer detrás del mostrador, como si esperara algo de ella, aunque era obvio quien debía accionar era la rubia. En una de sus manos llevaba uno de los tantos pergaminos que iba a entregar ese día. Lo alzó hasta el mostrador y lo deslizó por el mismo hasta llegar a las manos de la castaña y rozarlas con sus fríos y finos dedos.

    ID: 111473
    Nick: Ashley Atkins
    Bóveda: Familia Atkins - B: 101825
    Fecha: 06/10/2014

    Nombre del producto: Hipogrifo
    Objetos, Criatura o Poción: C
    Catalogación: XXX
    Puntos por unidad: 40 puntos
    Cantidad de unidades: 1
    Precio por unidad: 2000 galeones

    Precio total: 2000 galeones
    Total de puntos: 40 puntos

    Rango Social del comprador: -
    En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Familia Atkins
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  13. Las orbes verde esmeralda de la Atkins siguieron los pasos que daba el Malfoy para llegar hasta la araña que ella misma había creado. Su ceja estaba levantada, su expresión denotaba perplejidad. No entendía porqué su oponente prefería matar una araña que curarse a él mismo del veneno que lo aquejaba desde el inicio del duelo. Ladeó la cabeza mientras observaba cómo la viuda negra moría bajo el pie de Ludwig.

    Quizás el hombre quería que su ex alumna pudiese ganar un duelo frente a él, o el torneo que se estaba llevando a cabo. Fuese eso u otra cosa, Ashley estaba sumamente sorprendida ante el desperdicio de acción que había hecho el demonio. ¿Y si era una trampa? La rubia frunció tanto el entrecejo que sus cejas parecían formar una delgada línea. Volvió a su posición de ataque, espectante, pensando que el muchacho haría algo más, pero fue entonces en donde se dio cuenta que debía curarse si quería vivir y seguir el duelo.

    Silencius —sentenció.

    El Malfoy quedó silenciado automáticamente, lo que imposibilitó que el morphos se reprodujera mediante sus cuerdas vocales. Una sonrisa torcida apareció en el rostro sombrío de la Atkins, reflejando su suficiencia y su victoria, apoderándose de ella y disfrutando cada segundo mientras veía caer y debilitarse tan rápido a su oponente. Sí, eran compañeros de bando y le tenía gran admiración, pero en ella siempre se apoderaba la malicia y la indiferencia.

    Episkey —pensó, concentrada, para quedar completamente curada del sectusempra que anteriormente la había herido en el pecho.

    Sentía cómo se le inflaba el pecho lentamente mientras inhalaba. El aire fluía por sus pulmones, su pecho, y ya estaba sanado. Pestañeó unas pocas veces y se fijó en Ludwig. El muchacho estaba agonizando por el veneno que ya había invadido todo su cuerpo, haciendo su efecto y matándolo definitivamente para, por fin, darle fin al duelo que llevaban.

     

    Mientras saboreaba el triunfo del duelo, sus oídos percataban los estruendosos ruidos que hacían las olas al chocar contra el fuerte de piedra que se alzaba imponente y, en donde ellos, estaban ubicados. Las nubes comenzaban a moverse rápidamente, formándose cada vez más negras delante del sol; se avecinaba una fuerte tormenta. Lo que parecía ser un hermoso día de otoño, ahora pasaba a ser un oscuro día frío y sombrío.

  14. Eran sentimientos encontrados.

    Ashley escuchaba lo que le decía Ludwig a lo lejos, gracias a sus características vampíricas, y podría entender lo que decía, el significado de sus palabras, pero se le hacía muy difícil poder adaptarlas a un duelo en el que se jugaban muchas cosas. De cierta manera sentía culpabilidad por atacar a su ex profesor, la persona que había admirado hacía casi cuatro años atrás en el transcurso en el que cursaba la Academia y la misma que le había enseñado el arte del duelo, los ataques y las defensas.

    De igual modo, no dejaba su postura rígida. La rubia no podía dejar de ser quien era en ningún sentido y por ningún motivo. Su mirada esmeralda era penetrante, amenazadora y constante hacia el demonio, siempre manteniéndose distante ante cualquier situación. Efectivamente era una Ashley que su oponente desconocía, dado que en el momento en que fue alumna parecía un ser inocente y alegre, pero esa parte de ella había muerto en cuanto finalizó sus estudios y piso los terrenos de la guerra de bandos.

    En un segundo de distracción por sus pensamientos había recibido el impacto de un sectusempra de parte de su ex profesor. Su pecho tenía algunas heridas sangrantes que la estaban debilitando bastante, pero aun así no se rendía fácil. El impacto del hechizo de ataque no le impediría el poder seguir intercalando a su oponente. Pudo observar atentamente la intención de éste al dejar de mirarla fijamente como ella lo hacía con él. Se adelantó a su segundo hechizo, nuevamente.

    Morphos —aunque estaba debilitada, apuntaba con Fortia directo al botón de oro que Ludwig había arrancado de su camina impidiendo así que éste pudiera hacer su hechizo.

    Una viuda negra se había formado en la palma de su mano y, tan pronto se transformó, escapó dando un salto para esconderse en algún lugar recóndito del lugar; esa era la orden del mismo y, por suerte, era tan pequeña que era difícil verla con facilidad. Al lanzar el hechizo antes que Ludwig, había impedido que su Bezoar se formara, puesto que había creado un ser vivo y el Morphos no había logrado salir. Hasta que la Atkins dijera lo contrario, el arácnido se escondería del mago.

    Gracias a ello, había impedido que su oponente se lograra curar de su envenenamiento, así como mantener la ventaja en el duelo que se estaba llevando a cabo. Comenzó a sentir un mareo que la molestaba y sabía que debía hacer algo con urgencia si no quería terminar igual o peor que el Malfoy. Su oponente estaba en peor estado que ella, pero no dudaba que si no hacía nada al respecto terminaría igual. Miró las perforaciones que había formado el hechizo sin preocupación, sabía exactamente lo que necesitaba para poder curarse por el momento. Mantuvo su mente clara y pensó:

    Episkey —las heridas dejaron de sangrar, curándose, aunque necesitaba un episkey más si quería curarse por completo.

    Rápidamente levantó la vista para atender a cuál sería el próximo hechizo de su oponente. Las palabras de él aún resonaban en su cabeza, pero pasaba de ellas por completo. Quería ganar el torneo sin importar qué pasara. Si querían matarla como él decía, entonces lucharía, pero no dejaría de competir por unas simples palabras que un hombre le decía.
  15.  

    La voz de un hombre llegó a los oídos de la vampiro, atravezando el ruidoso choque de las olas contra la pared de piedra del edificio de la Fortaleza. Se manifestó una risa interior al escuchar las absurdas palabras antes de su primer ataque, pero lo que vino luego la sorprendió. En un pequeño lapso de tiempo se sintió como una alumna más de la Academia, aprendiendo de duelos.

     

    Su mirada fría se encontraba clavada en la de su oponente. Por un instante el labio inferior le tembló al darse cuenta de quién se trataba. Hacía unos varios años atrás había visto ese rostro que se asomaba atrás de la capa protectora que se había formado al rededor de su cuerpo para cubrirlo del primer ataque de la Atkins. Ludwig Malfoy, pensó. Su ex profesor de duelos y a quien había admirado tanto tiempo estaba frente a sus ojos semi desnudo. Sus orbes verdes se abrieron como dos platos, pero sin dejar de adoptar su posición de batalla.

    Silencius —se apresuró a decir antes de que el hombre se avanlanzara sobre ella con el primer hechizo de ataque.

    Su morphos quedó silenciado a la mitad de la palabra. Sintió cierta adrenalina que recorría su cuerpo desnudo al darse cuenta a quién se enfrentaba. Nunca se hubiese imaginado que alguna vez se enfrentaría a su profesor, su ex profesor. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro, pero ésta vez no era de manera maliciosa como solía hacer, manteniendo su rostro sombrío y misterioso, sino que lo hacía de forma placentera y queriendo saber cómo terminaría algo así.

    Morphos —Fortia, su varita, estaba sujeta con fuerza al rededor de su mano derecha, apuntando directamente a la camisa.

    Una avispa marina se había formado a raíz de la tela de su camisa, la cual se unió al pecho desnudo de Ludwig y le inyectó su veneno antes de morir. Ahora el mago tendría que realizar un bezoar si quería seguir viviendo, porque el veneno del animal que había creado tardaría poco en matarlo. Era una ventaja para ella, un claro punto a favor y si no se curaba a tiempo, tendría la victoria. No obstante, aún tenían duelo por delante y era momento de esperar el siguiente movimiento.

  16. En el pasillo que había elegido como lugar de duelo, había más luz que en otros. Tal vez por eso lo había elegido, no quería que la falta de luz interrumpiera sus acciones. Sus fríos ojos verdes miraban al frente inexpresivos mientras sus dedos se encargaban de juguetear con la varita, manteniéndola lista para realizar el primer ataque cuando fuera necesario. Ya era hora de que hubieran empezado, entre tanta actividad no sabía cuándo iban a comenzar con lo bueno.

    La vampiro tenía demasiados pensamientos en la cabeza, demasiadas ideas entrelazadas que la hacían parecer distante y distraída. Como en ese momento, que miraba a ningún sitio en especial con los brazos cruzados sobre su pecho desnudo, así como el resto de su cuerpo, y sus cejas enmarcando sus ojos con severidad, aunque torcidas en una extraña mueca de concentración. Toda la semana había sido un agite total y de no pertenecer a aquella raza, su cansancio posiblemente hubiera quedado al descubierto. Pero aún así, estaba centrada en lo que debía hacer.

    Pestañeó y lanzó una nueva mirada a su entorno, esperando haber elegido correctamente su zona de batalla. No era demasiado elegante y mucho menos especial. De hecho, se había esforzado tan poco en encontrar el lugar para la contienda que parecía casi una broma de su parte. Estaba en medio de un angosto pasillo de la fortaleza, lleno de antorchas en la pared y lleno de ventanas al otro lado. El sonido del mar y la lluvia golpeando contra la estructura se escuchaba claramente por ellas y, de forma inevitable, se adentraba agua cada tanto gracias a las grandes olas que chocaban contra las piedras.

    Estaban lo bastante alto como para no sufrir daños por estas olas pero aún así saltaba ligeramente cada vez que las escuchaba romper. A lo largo del pasillo, no había nada más que su presencia a la espera de un compañero de equipo. Dos metros hacia un lado y dos metros hacia el otro, ella era el punto central de su lado del improvisado salón de duelos que había seleccionado. Detuvo el movimiento de Fortia entre sus dedos cuando visualizó a alguien acercarse y llenó sus pulmones con aire mientras su postura se volvía rígida.

    Alzó la varita y, legalmente, el duelo había empezado. Estaba a nueve metros de su compañero de equipo y podía verlo con claridad por las antorchas a su izquierda, contra la pared. Su posición pasó de forma rápida, y evidentemente experimentada, de la defensiva a la ofensiva y su mano realizó un veloz movimiento de muñeca a la vez que su varita vibraba. Era momento de empezar y no podía hacerlo mejor que con un ataque fuerte. Al menos dentro de lo que se podía.

    Sectusempra —murmuró arrastrando las palabras por debajo del sonido de una ola que rompía, dejando entrar el agua y que mojó el suelo empedrado.

    De su varita, un rayo rojizo metálico salió disparado hacia el pecho de su reciente enemigo. Era su compañero de bando, sí, pero tenía que matarlo o desarmarlo para poder avanzar. Y, lamentablemente, a ningún mortífago se le enseñaba a desarmar. El rayo se dirigía a una velocidad de vértigo a su contrincante y en caso de impactar, le causaría graves heridas en la zona y tendría que curarse para poder vivir o si no, ganaría más rápido de lo que tenía pensado.
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  17. Un rato que me despisto y puff... tres posteos más jajaja. Vamos de a una.

     

    Dorothy, bienvenida. Si ya lo hablaste con Roxie entonces no tengo nada más que objetar jajaja espero que te pases pronto y te unas a los roles dramáticos y épicos de la familia Rambaldi.

     

    Luna, sí, que yo sepa es la misma Sol de siempre, aunque como no tenga relación con ella no tengo ni el skype, pero supongo que va a estar gustosa de adoptarte, esperemos que se pase por acá a aceptarte y en seguida serás agregada como su hija *-* gracias por responder rápido!

     

    Kissa, claro que podes formar parte de la familia como amiga jajaja así que genial *-* podes molestar a quien quieras y hacerlo con cualquier personaje que poseas jajajaja.

     

    Besos! Espero que venga Heliké v_v así actualiza todo.

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  18. ¡Luna!

     

    Yo te recuerdo, espero que vos a mi también ^^. Deiwan está super desaparecido y me encantaría ponerte como hija de él, pero sin su aprobación no puedo. Si queres podes elegir a otra persona (la que quieras), que es un placer tenerte de vuelta por acá *-* Vos entraste a inicios de la familia o así jajaja. Si podes pasar a elegir a otra persona, genial, cualquier cosa vamos viendo cómo hacemos.

     

    Me alegra que estés de vuelta. Espero tu respuesta! :3

  19. Uy, cómo se nota que no está Deiwan en el foro...

     

    Lo siento, Kissa, por no haber pasado antes a ver esto. Lamento que tu personaje no encajara con la familia, pero que sepas que siempre que quieras vas a tener las puertas abiertas de la mansión para visitarnos cuando desees. Espero verte por lo menos en las Tres Escobas (aunque escasamente me pase por allí, pero siempre viene bien subir un poco el contador y divertirse off rol).

     

    En fin, saludos familia ^^.

     

    Aquí, una matriarca perdida.

  20. Ashley

    Quinta Planta, con Jessie - Tercer Rol (salida)

     

     

    Por desgracia, la Atkins conocía el procedimiento de curación. Aqueó la ceja, escuchando atentamente a la mujer, quien parecía ser muy amable, pero considerando la actitud de la rubia frente a las personas no importaba qué tan simpática fuera, su rostro seguiría manteniendo su característica arrogancia. Prefirió no contestar, simplemente virtió los líquidos amargos y espesos por su garganta, lo cuales le producían una expresión en el rostro arrugada denotando el asqueroso sabor de las pociones. Sacudió la cabeza en un intento de olvidar el sabor, pero el pastel le ayudó mucho más de lo que pensaba.

     

    Agradeció con un leve gesto y, al terminar su porción de pastel, se vistió con la ropa que le había dejado. Con el alta en mano, el cual ya estaba lleno de sus datos y por la firma de la sanadora, salió de allí. A pesar de haber vuelto a la vida, gracias a su raza vampírica, su piel era tan fría como el hielo y tan pálida como la nieve. Esperaba no tener que volver a pisar el hospital, o por lo menos no de civil y en la quinta planta.

  21. Ashley
    Quinta Planta, con Jessie - Segundo rol


    Un fuerte dolor de cabeza y mareos. El volver de la muerte podía ser mucho más dolorosa que pasar por ella. La Atkins aún mantenia los ojos cerrados, esperando que por arte de magia desapareciera aquel dolor que, más que reviviendo, la estaba matando. Lentamente movilizaba sus extremidades para volver a sentirlas, el tacto, estirar cada músculo, hasta el más ínfimo. Luego de eso abrió los ojos procurando no quedar ciega con la luz de la sala.

    Ya quisiera irme —dijo con la voz carrasposa al desacostumbrarse de hablar.

     

    Con mucha cautela se acomodó en la camilla hasta quedar sentada y con la espalda erguida apoyada en la cabecera. Pestañeó un par de veces hasta que logró acostumbrarse a la luz del ambiente y trató de visualizar a la sanadora, la cual no estaba. Frunció el ceño, tratando de entender el por qué la habían dejado sola en ese estado. Su mal humor iba en aumento, su dolor de cabeza no cesaba y la sanadora no estaba a su lado para terminar el proceso de curación.

     

    Esto parece una broma —dijo para sí misma esperando que la mujer volviera por ella.

  22. Ashley

    Quinta Planta - Primer rol

     

    El cuerpo inerte de la rubia había caído en el suelo de la biblioteca Rambaldi. Después de haber sido víctima de un ataque por parte de la Orden del Fénix, bando que últimamente había olvidado su perfil de niños buenos, su elfina había tenido el cordial gesto de llevarla a San Mungo mediante la aparición conjunta. Estaba pálida y no se movía, algo que ponía nerviosa a la fiel sirvienta.


    - ¿Hola? ¿Hay alguien?


    Sunny dejó a la Atkins en un box vacío y fue por ayuda, encontrando a la persona que ayudaría a su ama a volver a la vida. Por suerte no era nada permanente, como lo había sido la vez que había decidido matarse junto con su hermana. Podrían curarla y podría volver a casa ese mismo día. Pero aún así, después de todo, estaba nerviosa por la salud de su ama.


    Esperaba verla bien pronto.

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  23. Asintió.

     

    Suena gay, pero me gusta —dijo aguantando la risa.

     

    Al momento en que iba a acariciar la mano de Leah, la cual estaba sobre el pergamino, una presencia incomodó a la rubia. No la veía desde el día que había vuelto a la vida y, ciertamente, tampoco quería verla. La castaña se acercaba como si estuviese modelando, dejando que su cabello se moviera al mismo tiempo que sus pasos. La mirada de la vampiro la fulminó y Perséfone quedó congelada al llegar a donde las otras dos brujas se encontraban.

     

    Lo... Lo siento, solo vine a hacer una compra —dijo asustada, la mujer, por ambas potencias y entregó el formulario.

     

    ID: 111473

    Nick: Ashley Atkins

    Bóveda: Bóveda 89689

    Rango: Unicornio de bronce

    Fecha: 12-08-2014

     

    Nombre del producto: Micropuff

    Objetos, Criatura o Poción: C

    Catalogación: X

    Puntos por unidad: 10

    Cantidad de unidades: 1

    Precio por unidad: 500 g

     

    Precio total: 500 g

    Total de Puntos: 10

     

    La matriarca Atkins espió el pergamino que había sido entregado a su hermana y se rió del mismo. Miró a la mujer de ojos grises que tenía a su lado y no pudo evitar lo que prontó surgió de sus labios.

     

    No crees que estas un poco grande para tener criaturas de niños —la frialdad de su voz era palpable —. Pero cierto... si tú eres una niñita —finalizó de manera burlona con una mirada cómplice a su hermana.

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  24. Sí, quiero algo más y tú me acompañarás.

     

    La rubia tomó la mano de su hermana con delicadeza y la levantó de su asiento, allí en la primer planta donde había realizado las compras de objetos. Durante el camino a la trastienda la miraba por el rabillo del ojo y sonreía de soslayo, así como también acariciaba la mano de la demonio con el pulgar. Por un pequeño momento tuvo el impulso de esconderla y besarla, pero ya era demasiado tarde y estaban frente a la zona de venta de criaturas.

     

    Una vez que ingresaron, soltó su mano y dejó que se acomodara en su puesto de trabajo.

     

    Muy bien, si quieres puedes ponerle tú el nombre —sonrió luego de entregarle el formulario.

     

    ID: 111473

    Nick: Ashley Atkins

    Bóveda: Bóveda 89689

    Rango: Unicornio de bronce

    Fecha: 12-08-2014

     

    Nombre del producto: Gato

    Objetos, Criatura o Poción: C

    Catalogación: X

    Puntos por unidad: 10

    Cantidad de unidades: 1

    Precio por unidad: 500 g

     

    Precio total: 500 g

    Total de Puntos: 10

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  25. Quiero varias cosas —su tono de voz se hacía intenso para el lugar en el que estaba, pero su sonrisa no se desvanecía.

     

    El roce de su mano con la de la demonio le había provocado cierto escalofríos. El juego que estaban haciendo comenzaba a provocarla, no solo a la vampiro sino que estaba obvio que también a su hermana. La mirada de las Atkins decían todo, echaban fuego, la conexión entre ambas era única. Un juego constante y que, evidentemente, no acabaría sino hasta que Ashley se retirara de las instalaciones. De cualquier manera, luego lo seguirían en algún otro lugar.

     

    Tal vez sí, tal vez no. Al fin y al cabo son pensamientos y recuerdos que necesito rememorar.

     

    La rubia comenzaba a desvariar, por lo que prefirió entregar el segundo formulario pertinente a la segunda compra.

     

    ID: 111473

    Nick: Ashley Atkins

    Bóveda: Bóveda 89689

    Rango: Unicornio de bronce

    Fecha: 12-08-2014

     

    Nombre del producto: Espejos Comunicadores

    Objetos, Criatura o Poción: A

    Catalogación: AAA

    Puntos por unidad: 40

    Cantidad de unidades: 1

    Precio por unidad: 2000 g

     

    Precio total: 2000 g

    Total de Puntos: 40

     

    Creo que ambas sabemos para quién irá el hermano del mío —dijo instantáneamente cuando vio que su hermana revisaba su compra.

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