Bridget Wenlock

Saldo anterior 6800 G

• Ingresos
• N° de posteos del 1 al 31/3/2013 --> 20
• Ganancia por posteos --> 1000 G (20 * 50 G)
• Ingreso por Afiliados Marzo 2013 --> 600 G (3 * 200 G)
• Ingreso por rating: 1500 G (calificación 3 * 500 G)

Total Ingresos ---> 3100 G

• Egresos
• Impuesto Marzo 2013 --> -300 G
• Impuesto por Inactividad, menos de 10 posteos Marzo 2013: 0 G

Total Egresos ---> -300 G

• Ingresos Totales Marzo 2013: 2800 G

Saldo anterior 28850 G

• Ingresos
• N° de posteos del 1 al 31/3/2013 --> 17
• Ganancia por posteos --> 850 G (17 * 50 G)
• Ingreso por Afiliados Marzo 2013 --> 1400 G (7 * 200 G)
• Ingreso por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G)

Total Ingresos ---> 4250 G

• Egresos
• Impuesto Marzo 2013 --> -300 G
• Impuesto por Inactividad, menos de 10 posteos Marzo 2013: 0 G

Total Egresos ---> -300 G

• Ingresos Totales Marzo 2013: 3950 G

Saldo anterior 300 G

• Ingresos
• N° de posteos del 1 al 31/3/2013 --> 10
• Ganancia por posteos --> 500 G (10 * 50 G)
• Ingreso por Afiliados Marzo 2013 --> 200 G (1 * 200 G)
• Ingreso por rating: 1000 G (calificación 2 * 500 G)

Total Ingresos ---> 1700 G

• Egresos
• Impuesto Marzo 2013 --> -300 G
• Impuesto por Inactividad, menos de 10 posteos Marzo 2013: 0 G

Total Egresos ---> -300 G

• Ingresos Totales Marzo 2013: 1400 G

Saldo anterior 24000 G

• Ingresos
• N° de posteos del 1 al 31/3/2013 --> 16
• Ganancia por posteos --> 800 G (16 * 50 G)
• Ingreso por Afiliados Marzo 2013 --> 200 G (1 * 200 G)
• Ingreso por rating: 1500 G (calificación 3 * 500 G)

Total Ingresos ---> 2500 G

• Egresos
• Impuesto Marzo 2013 --> -300 G
• Impuesto por Inactividad, menos de 10 posteos Marzo 2013: 0 G

Total Egresos ---> -300 G

• Ingresos Totales Marzo 2013: 2200 G

Bueno, eso me tranquiliza un poco mas (?

Y bueno, vengo a dejar un peque reporte de un peque rol (?

Iba a hacer algo mucho mas elaborado y a iniciar una tortura con alguien, pero me agarro una tarea pesada, larga y que no puedo retrasar en medio de lo que hacia el rol, asi que al final deje lo que tenia ese momento porque es urgente que me ponga a lo otro x.x

Mas tarde, libre, roleo bien (?

Nombre de la Sombra (Mortífago): Bridget Wenlock

Actividad: #216

Prisionero: ---

Resultado: Rol

Fecha: 29/07/2013

Saludooooos

Ruido, nuevas respiraciones, grilletes chocando contra el suelo y sonido de pasos alejándose entre la oscuridad que no tenía en frente. Bridget supo en cosa de 5 segundos escuchando con atención, que nuevos prisioneros habían sido llevados hasta las desoladas celdas de la prisión mortífaga. Tomó aire y una sonrisa se dibujó en su rostro, que de todas formas no se dejó ver a causa de la máscara que cubría totalmente su rostro. Aceleró el paso para encontrar pronto alguno de los rincones que recién había sido ocupado.

Tuvo que recorrer varios pasillos y girar solo un par de veces, hasta que llegó frente a unas rejas que escondían en la penumbra a un cuerpo magullado y completamente quieto. La pelirroja se acercó sigilosa a las rejas y observó con cuidado a la bruja que se encontraba en el suelo. La poca luz y la posición en que se hallaba el rostro de la chica le imposibilitaron reconocer a Jesse, una amiga de la Academia. Sus ojos percibieron la ausencia de lo conocidos movimientos de respiración. Bufó y se alejó a buscar otra celda, muertos no servían de nada mas que trapos sucios.

*entra saltando*

Holaaa *0*

Bueno, busque la lista de integrantes para comprobar si todavía era parte (??

Pero no encontré la actual (?? (porque no se si la de la primera pagina lo es e.e)

-y tampoco es que me haya ido mucho tiempo, aunque no tengo idea de cuando fue que vine (???)-

La cuestion es que vengo a dejar reporte xDDDDDD

Nombre de la Sombra (Mortífago): Bridget Wenlock

Actividad: #202

Prisionero: ---

Resultado: Rol

Fecha: 28/07/2013

Saludos *0*

Estaba envuelta en una capa de color verde olivo, el rostro oculto detrás de la máscara de bronce envejecido. Cuando su figura se hizo completamente corpórea en medio del bosquecillo que circundaba la prisión mortífaga, ella inició la caminata hacia la imponente construcción, que recortaba su imagen sobre el oscuro cielo, apenas iluminado por la luna en lo alto. Era imposible saber cuanto tiempo hacía que no se paseaba por aquellos grises y fríos pasillos, y aunque conscientemente estaba segura de que no era demasiado, le había parecido una eternidad.

Se paró frente al umbral que la separaba del interior de Nurmengard, y elevó su mirada al cielo, ocasionando con un destello blanquecino se reflejara en sus ojos azules. Se aclaró la garganta y entonces se adentró al resguardo de aquellos muros de piedra, que ya de memoria se conocía. Caminaba despacio, de manera que el único sonido que se oía mientras caminaba, era el incesante arrastrar de su capa, que acariciaba el suelo justo detrás de ella.

En su diestra sostenía su varita, sujeta con fuerza por si acaso tendría que hacer uso de ella de un momento a otro. Posó la palma de su mano izquierda sobre uno de los muros, deteniéndose a percibir la presencia de los prisioneros repartidos al azar en una y otra celda. Esta vez no tenían demasiados, pero era cuestión de tiempo para que los pasillos estuvieran rebosando con los ecos de los quejidos de todos los prisioneros.

Continuó caminando, aparentemente sin rumbo, como esperando encontrarse con un compañero de bando o simplemente con la visión de uno de los prisioneros. Enederezó la postura y colocó ambas manos detrás de la espalda, puesta su mirada en un punto cualquiera, y con la mente mas lejos de lo que ahora mismo se encontraba su mansión de allí.

Por suerte sus alumnos no estaban completamente desbaratados, se dijo Bridget, cuando uno de ellos tomó la iniciativa, muy temerosamente para el gusto y desagrado de la Black. Como fue el primero en hablar y el que mas interesado se mostró, la pelirroja centró su atención en Viktor mientras oía una especie de plan improvisado. Reparó en sus vestimentas solo cuando el muchacho las mencionó, pues lo cierto era que tenía la cabeza tan atolondrada que no se había fijado que su desastroso vestido negro había sido sustituido por unas telas blancas, finas y sueltas, que le daban la sensación de estar completamente desnuda. Su cintura había sido afinada por una tira de cuero recubierta de dorado, y su cabello, permanecía despeinado, con la única diferencia que ahora estaban cubiertos parcialmente y solo por atrás por una especie de tira blanca de las mismas telas que el traje que cubría su cuerpo.

Después de perderse en su nueva y ridícula apariencia, retomó su atención al grupo, que se encontraba perplejo y dubitativo ante lo que sucedía a su alrededor, y no le quedó de otra que analizar la situación al igual que los demás. Sus ojos azules fueron a parar a la edificación que minutos antes había nombrado el chico, del que ya había olvidado el nombre. Frunció la nariz y achinó los ojos para mirar hacia donde se batían en batalla. No estaba muy segura de como podría ayudarles fingir ser sacerdotisas, pero era la única idea que había surgido y el tiempo estaba corriendo. Le sorprendió oír una protesta por parte de otro de los muchachos, en contrariedad a la muchacha que habló y se mostró de acuerdo.

—¿Creías que íbamos a hacer una visita constructiva? ¿A tomar algunas muestras y a investigarlas después de una serie de lavados con pociones de las que seguramente desconoces los nombres? —soltó de pronto, dejando claro que se dirigía al chico que parecía oponerse a la mismísima idea de ir por el cofre—. No hemos venido de recreo —añadió de forma dura, y después de dedicarle una mirada severa al muchacho, se aclaró la garganta y miró al resto como si nada hubiera pasado—. Si nadie mas tiene otra idea, en marcha —dijo, y se giró sobre sus talones, esperando que el resto comenzara a descender del peñasco en el que habían ido a parar—. ¿Alguna forma en la que debamos aparecer?

Su ultima pregunta la soltó al aire, esperando que su compañera o el chico astuto supieran responder, porque ella era capaz de salir corriendo mientras gritaba "Esparta" a voz en cuello. Al fin y al cabo, nada le costaba desanudar su varita del muslo y tirar un par de avadas, que de seguro le entretendrían el día de muy buen modo. Aunque tenia que admitir que también le gustaba jugar con armas blancas, y observar todos los objetos con los que se herían unos a otros a varios metros de ella, le enganchó las ganas de torturar un par de muggles. Ya se ocuparía de sus ansias al llegar a casa, a su elfina le encantaba recogerle algunos seres desafortunados de las calles de Londres.

Se mordió el labio al recordar que se les había escapado un detalle al encargarles la nueva tarea a sus prospectos. No importaba si se hacían con el tesoro un par de minutos o si cada uno deseaba saciar su ambición robando un par de joyas para luego devolver el cofre. Los medios que podrían usar para llegar hasta Helena, o la forma de convencerla para que les deje tener en sus manos lo ajeno, podrían cambiar dramáticamente el curso de la historia, y eso era algo que ni ella, con toda la maldad hirviendo en su interior, quería.

Hola pequeeees (?

No lo digo completo porque no tengo enie e.e y se leería feo u.u

Bueno, hablando de eso, aclararles que mi computadora a fallecido el día viernes, un oración por eso (? Y que reviva pronto, que el técnico me la trate bien, si viene pronto, amen u.u

xDD

Nah, en serio, ando en una lap ajena, que tiene el teclado todo feo y en ingles, y como no soy master en estas cosas, pues no se como cambiar y escribo todo sin tildes y así horriblote e.e

Asi que si encuentran errores en el rol, perdon, es por eso (?

Ya saben, todos erramos alguna vez u.u y no hay tabla por eso (?

Primero felicitarlos, porque aunque no son cantidad, si que son calidad

Y la verdad da gusto tener alumnos como ustedes, que en una sola tarea ya han obtenido extraordinarios y con todo el merecimiento :')

Ademas es interesante leerlos, asi que no dejen de pasar y acabemos con esta trama que se torna interesante (?

Se que podemos mas, mas, mas, mas *0*

En fin, despues de tanto jolgorio, les dejo las correcciones:

RoryKimi

20 puntos - Extraordinario

Kutsy

20 puntos - Extraordinario

Y en seguida pasa mi compañera hermosa a dejarles su tarea para estos cortos días que nos distan de la ultima tarea y las penúltimas correcciones D:

Pueden hacer mas de un rol, recuerden, congeniar entres ustedes y tirarse las 100 hojas del topic roleando la trama a su gusto (?

Pero no pueden pasarse menos de una vez u.u

Y si desean hablar con nosotras, que somos digamos un poco mas distraídas con esas cuestiones, les aconsejo que nos comuniquen por MP que nos han hablado ON ROL así vemos la manera de contestar lo mas antes posible y que así ustedes no maten su entusiasmo (?

YEEEEEEH

*salta de una patita*

Bueno, ya me agaarro la locura, así que los dejo, y hasta la siguiente clase o hasta un siguiente MP

Con los ojos adormilados y una expresión que expulsaba todo su mal genio, Bridget se había quedado en silencio y de brazos cruzados mientras escuchaban las patéticas presentaciones de los alumnos. No hubo nadie que llamara especialmente su atención, todos le parecieron una bola de engendros llenos de ilusiones rosadas y mundos de colores. Negó con la cabeza, dándose cuenta de que los alumnos que llegaban a sus manos eran cada vez más tontos.

Frunció los labios cuando el silencio se hizo después de la última presentación, y automáticamente dirigió sus ojos azules a su compañera, que después de añadir un par de palabras de ánimo, se volteó a mirarla también. el momento de irse ya había llegado, y aunque en otras ocasiones se había mostrado entusiasta, ahora no tenía ni un ápice de intención por partir alegremente. Se enderezó de mala gana y apenas si descruzó los brazos para indicar con la zurda que debían rodear a su compañera, que en ese momento sostenía una bota raída.

Entornó los ojos y a paso pesado y con el ceño fruncido, se acercó al semi círculo que rápidamente se había armado en torno al traslador. Tuvo cuidado de no rozarse con nadie, y también de lanzar sendas miradas furibundas a quien osaba mirar de mala forma su desgreñado cabello rojo. Las yemas de sus dedos apenas rozaban el borde de la bota, pero en cuanto aquella incómoda sensación que ocasionaba ese medio de transporte comenzó a nacer en lo más hondo de su estómago, se aferró con fuerza a una de las tiras de cuero, rogando que esta no terminara de rasgarse en medio viaje y que quedara perdida en tiempo y especio.

No era la primera vez que hacía aquello, pero el equilibrio todavía la traicionaba y su llegada fue anunciada con un golpe doloroso en la espalda. Aunque no había terminado de lamentarse, giró sobre si misma y se puso de pie de un salto, puesto que no deseaba la ayuda de la mugrosa mano de alguno de sus alumnos, que claro, se lanzaron preocupados a coger a la rubia que también se encontraba en el suelo. Observó molesta que la parte de atrás de su vestido se había llenado de las piedrecillas que adornaban todo el piso de Troya, maldito escenario de batallas.

Dejó que su compañera se ocupara de presentarles los terrenos que los rodeaban sin salida posible alguna. Sonrió con malicia, el ceño todavía fruncido, pero la locura comenzando a nacer en las pupilas de sus orbes. Se aclaró la garganta y con dos largas zancadas, se acomodó frente al pequeño montón que de pronto parecía haber recordado que no solo tenían una profesora (?).

—No sé cuantos se hayan dado cuenta que se lleva acabo una de las batallas más conocidas de la historia —murmuró con ironía, y entornó los ojos ante lo molesto que le resultaba mencionar algo que no era parte de la historia mágica, al menos no completamente—. En esta ocasión vamos a pedirles... —continuó, e hizo una pausa en la que aprovechó de mirar a todos los rostros curiosos, incluida la expresión de satisfacción de Athena—, que vayan por el tesoro de Priamo que tiene guardado Helena.

Finalizó, y esperó a que todos se pusieran en movimiento sin hacer ninguna pregunta. Una sonrisa se abrió paso en su rostro y se cruzó de brazo, dejando caer el peso de su cuerpo de una de sus piernas. Era imposible saber cuantos estaban seguros de lo que sacaba de decir, pero la Black se negaba a decir más.

Hola chicos, me alegra verlos de nuevo (?) Y después de tantos largos días que han transcurrido leeeeeeeeeeentamente, y todo porque estoy de vacaciones (?)

Pero en fin, me ha agradado leer sus roles, se nota que tenemos muy buenos escritores por acá *.*

Y pues nada, yo voy directamente a dejarles las correcciones y posterior, su tarea

Ya mi compañera les recordó que nos gustaría que hicieran caso de las recomendaciones que les hemos dado, pues siempre sirve ayudarnos unos a otros

CORRECCIONES TAREA # 1

RoryKimi

18 pts - Supera las Expectativas

Ashely_mellorine

13 pts - Aceptable

Kutsy

19 pts - Supera las Expectativas

TAREA # 2

 

ON:

Deben continuar con la trama. Tal vez alguno -al igual que yo- ignore quién es Helena, de manera que les recomendaría darle una rápida y ligera leída a la historia de la guerra de Troya, época y lugar donde hemos situado a nuestros personajes xD

Y nada, no les sugerimos nada en este aspecto, dejen correr su imaginación, y a ver como se las arreglan

Recordarles también que deben parar un poco más en los detalles, que todo tenga su importancia, no precisamente extenso, pero si bien llamativo, aunque eso se lea enredado.

 

OFF:

Por el lado off, deben dejarnos en spoiler sus fichas de personajes, pues supongo que a estas alturas ya todos tienen una bien realizada, y si no es así, al menos una base, que con algunos consejos que vamos a brindarles más adelante pueden mejorar, siempre y cuando le pongan empeño

Respecto a esto también hay que remarcar que en su ficha hay una parte en la que se hace una descripción minuciosa de las características tanto físicas como psicológicas de su personaje, y que no es por nada, pues tienen que hacer uso de estas a lo largo de sus roles, sino bien de todas, si resaltar algunas de éstas características...

Eso sería todo por hoy!

TIENEN HASTA EL 24 DE JULIO PARA LA ENTREGA DE SU TAREA

Mazmorras Mortífagas - Adiós San Mungo (?)

A regañadientes, tomó de un tirón la sábana que el ayudante de la bruja que la atendía le pasó. Con ella se cubría toda la espalda y luego enredó sus brazos para taparse el resto de su cuerpo desnudo también. Cuando levantó la mirada, la sanadora extendía delante de ella el primer frasco que contenía la poción que siempre acostumbraba a tomar después de salir herida (o muerta) de un asalto. Tomó el envase con cuidado y se llevó la sustancia a la boca tan rápido, que esta resbaló hasta el interior de su garganta con tanta rapidez que ni siquiera pudo percibir el sabor de esta sobre la lengua.

—Urgh —soltó de mala gana, mientras dejaba sobre la camilla el frasco vacío y rápidamente cogía el otro, para repetir exactamente el mismo proceso.

La cabeza ya no se sentía tan pesada, y aunque todavía tenía un aspecto demacrado y sucio, el color regresó a su pálidas mejillas con la misma velocidad con que el viento de agitar las aguas de una laguna en otoño. Segura de que ya casi finalizaba la sesión de atención a su desdichado cuerpo, deslizó ambas piernas por un lado de la camilla y descendió con cuidado hasta que las plantas de sus pies le rebelaron la fría superficie del suelo. Todavía se cubría con la sábana, de manera que tuvo dificultades para sostener el pergamino que le tendían sin arrugarlo.

—Adiós —gruñó, sin mirar a la apurada sanadora, tal vez eran compañeras de bando, pero ningún tipo de regla interna la obligaba a ser amable con los suyos y mucho menos lo sería cuando su naturaleza era evitar todo tipo de contacto social con la gente.

Arrastró los pies hasta ubicarse en un rincón parcialmente oscuro detrás de un biombo, justo el que la chica había indicado antes de despacharla. Allí encontró sus ropa y su varita, y tuvo cuidado de vestirse apresuradamente para salir de ahí lo más rápido que fuera posible.

Mazmorras Mortífagas

Había bastante revuelo a su alrededor, y aunque creía que no le quedaban esperanzas de revivir (?), una sanadora llegó acudió junto a su camilla, tan estresada como el resto de los sujetos que caminaban de aquí para llá a lo largo de las mazmorras. Desapareció sus prendas de ropa con una movimiento de su varita, que fue seguido de otros más para curar las múltiples heridas que cubrían su pálido y helado cuerpo. Bridget estaba horrorizada por su desnudez, y especialmente porque la muchacha, que mas tarde reconoció como su compañera de bando, no parecía interesada en cubrirla con algo. Podía ser que fuera verano, pero no había que exagerar.

Un movimiento final de la varita de la muchacha ocasionó que el espíritu de la Black saliera disparado a lo más hondo de su cuerpo, para después recuperar la consciencia dentro de él. Abrió los ojos de par en par, y reconociendo la brisa que recorrió su piel, se incorporó con rapidez y se cubría con las manos cada pedazo de su piel que alcanzó. Frunció el ceño y miró a la sanadora de forma acusadora. ¿Qué esperaba para pasarle algo con que cubrirse? De seguro era nueva, porqu el malestar general que todavía la invadía a causa de la batalla le indicaba que no había sido bien curada (?).

Se quedó en silencio a la espera de las atenciones finales. No tenía mucho tiempo entre los muros de ls mazmorras, y mucho menos tiempo viva, pero ya estaba deseando volver a desaparecer de la vida y encerrase en su habitación de nuevo.

Mazmorras Mortífagas

Lo cierto era que ya no recordaba absolutamente nada de los días que restaron después del intento de rescate de sus compañeros, el cual había salido mal planeado y había dejado a los prisioneros (incluyéndola) en peor estado que antes. Solo tenía claro que el frío suelo de piedra había recargado su cuerpo inconsciente, muerto y sin energía para resucitar, los últimos días de su estancia en Abbadon. Como en otras ocasiones, había desaparecido sin más, sin un halo de aliento ni un rastro de sonido dejado tras de ella.

Una vez entre los muros de las mazmorras mortífagos, muy por debajo de las plantas en las que se atendía otro tipo de pacientes en el Hospital San Mungo, su espíritu daba vueltas alrededor de la camilla en la que se encontraba postrado su cuerpo, a la espera de ser devuelto a la vida. Habían otras camillas, y otros pacientes también. Reconoció no muy lejos de allí a la figura de Zack alejándose hacia los pasillos que le llevarían hasta la salida, pues de seguro acababan de darle de alta.

De estar viva probablemente lo hubiera llamado de inmediato, pero como no tenía ni un ápice de presencia en ese lugar, se limitó a mirarlo por unos segundos mientras detenía sus insistentes vueltas alrededor suyo. De esa forma incorpórea solo podía ocasionar penetrantes brisas de frío, pero ni siquiera era suficiente para llamar la atención de los ocupados sanadores. Miró a su alrededor y entornó los ojos, rogando porque alguien vaya a ocuparse de devolverla a su desdichada vida.

Se había recogido todo el cabello para deshacer por completo con aquél aspecto descuidado que tenía antes de darse una ducha. El estar encerrada en su habitación por semanas, sin que nadie en el castillo pareciera notarlo, le había hecho sentir desdichada e inservible. Se miró en el espejo y sus enrojecidos ojos le devolvieron la mirada. Tenía una profundas manchas azules debajo de los ojos, las maracas físicas de las malas noches que pasaba a causa de las pesadillas que constantemente estaban dando vueltas en su cabeza.

Sin embargo, había cosas sobre las que no podía dejar de poner parte de su responsabilidad, y una de esas era la Academia. No importaba lo enferma que podía haber fingido encontrarse, o la desaparición perfecta que podía montar, el dar clases era aún una de las cosas que más le hacía sentirse humana, y no iba a dejar de hacerlo. Se puso uno de sus mejores vestidos negros, rasgado de toda la parte de abajo, de manera que los flecos deshilachados colgaban desde sus rodillas hasta los tobillos, dejando ver su desnuda piel.

Solo tomó su varita y un par de pergaminos que colocó bajo su brazo, antes de desaparecer. Cuando su silueta se materializó en el inicio de los terrenos de la Academia de Magia y Hechicería, pudo comprobar que el lugar seguía intacto y completamente reconocible de la última vez que había puesto los pies ahí, por una situación igual. avanzó con seguridad para por fin adentrarse en los desiertos pasillos. Era muy temprano para que algún alumno estuviera de pie, y de todas formas, en esos momentos existían tantas otras actividades estudiantiles abiertas, que de seguro, merodear por los pasillos después de clases era algo que nadie haría.

Ingresó en la fría aula, que demoró varios minutos en igualar su temperatura con la del exterior, que mas bien era cálida y húmeda. Bridget avanzó hasta el escritorio que se encontraba en una esquina, junto al pizarrón que cubría uno de los muros. Encima se hallaban otros pergaminos, pero con contenido. La pelirroja tuvo cuidado de ordenarlos y dejarlos a un lado, para acomodar a su vez las cosas que ella llevaba. Amarró su varita a su muñeca con un listón que ya tenía atado ahí mismo, al tiempo que oía los pasos de su compañera mientras esta traspasaba el umbral.

—¿Está ya todo listo? —dijo a manera de saludo, después de dirigir una breve mirada ala rubia y hacerle un gesto con la cabeza—. Me refiero, los calderos por si acaso y los pergaminos que quedaron a tu cargo —aclaró, y después de dejar una pluma sobre el escritorio, se enderezó y colocó ambas manos detrás de su espalda.

Como era costumbre, un par de días antes las lechuzas a todos los alumnos habían sido enviadas. Athena y Bridget se habían repartido, al igual que la última ocasión, el cupo de cartas, y la pelirroja no había tenido ningún problema en enviar los sobres que quedaron a su cargo, tomando en cuenta que si no se encontraba haciendo eso, probablemente hubiera estado retorciéndose entre sus sábanas otra vez.

Mientras la matriarca D'Aubigne esperaba una respuesta de su compañera, miró con disimulo a su reloj de bolsillo, extrayéndolo de su lugar con un ágil movimiento. Tan solo faltabn 15 minutos para que fuera la hora fijada con los alumnos, de quienes no esperaba mucha puntualidad a decir verdad. Con que uno o dos se aparecieran para las 8, estaría de maravilla. Bridget confiaba en que todos estarían presentes una media hora después de que hubiera comenzado la clase, y con suerte, podría hacer uso de las pociones de las que tanto habían hablado el día que debían acordar el procedimiento de la clase.

Los minutos pasaron rápidamente, en tanto daban los últimos detalles a la decoración de la clase. Colocando calderos a ambos lados del aula por si fuera necesario su uso finalmente y dejando varios ejemplares de un mismo libro sobre uno de los bancos de adelante. Uno a uno los prospectos fueron llegando, y como Bridget había supuesto, de aquello de lo que más carecían era puntualidad, de manera que después de decidir que ya se estaban retrasando demasiado, se adelantó para quedar en frente de los que por el momento estaban presentes y dio inicio a su presentación rutinaria.

—Buenos días —soltó de forma cortante, y frunciendo el ceño después de aclararse la garganta, continuó—. Mi nombre es Bridget Wenlock y voy a ser una de sus profesoras en este curso.

No dijo más nada, como en otras ocasiones había acostumbrado. en cambio le dirigió una mirada a su compañera y retrocedió hasta casi cocar con el muro para cederle el lugar.

¡Hola, gente linda!

Bueno, darles la bienvenida a su clase de rol básico

Tal cual dicho en el rol por medio de mi personaje, yo voy a ser una de sus profesoras en esta jornada

Voy a presentarme de forma breve *.*

Mi nombre es Adriana y soy de Bolivia

Tengo 19 años, estudio Turismo y Hotelería pero la verdad arranco a muchos lados.. Me gusta en sí todo lo que abarca el arte, la fotografía, la pintura, la música, escribir, leer y demás :3

Y nada, estaré gustosa de responder a cualquier de sus dudas, ya sea por este medio directo en clases, por MP si lo desean y tienen urgencia, por msn si así lo desean (adri_rs@live.com, uso el msn skype, así que ya ven (?)) Si alguien tiene yahoo, me avisa, porque en este momento ni me acuerdo como era el mail e.e

Y también uso el resto de los medios como face, whatsapp, youtube, twitter (???????)

Pero eso ya es más personal u.u

Bueno, después de desvariar un poco, les dejo la modalidad de calificación que vamos a emplear:

http://i.imgur.com/kAaFLFm.png

Por semana:

0: No apto / No presentado.

0-5: No apto.

10: Aceptable

15: Supera las Expectativas.

20: Extraordinario.

Finales:

0: No apto / No presentado.

20: No Apto / No supera la clase

40: Apto / Pasa al siguiente nivel con Aceptable.

60: Apto / Pasa al siguiente nivel con Supera las Expectativas.

80: Apto / Pasa al siguiente nivel con Extraordinario.

Y ya por último y no menos importante, viene la lista de alumnos.

Avisarles antes, que mi compañera pasará a dejar la tarea de esta primera semana *.*

Un gustazo conocer a los que se presenten y espero podamos cultivar una bonita amistad además de compartir nuestros conocimientos rolísticos (?)

Les dejo la lista, y adioós.

Algo insegura sobre el equilibrio que le faltaba desde mucho antes de la batalla que la había llevado hasta allí, extendió su brazo izquierdo hasta sentir su palma contra la superficie irregular del muro, y caminó de esa manera tratando de seguir el apresurado paso de su compañero, que se deslizaba por el pasillo contiguo igual que una serpiente buscando su presa. Bridget siguió avanzando, teniendo cuidado de no bajar guardia y extendiendo el brazo derecho ligeramente por delante de ella.

—Vitae —murmuró, cuando de una celda abierta pudo echar un vistazo a un camastro viejo. Había apuntado al objeto, y actuandod e inmediato el hechizo, a este le salieron musculosas patas de león, un par de ojillos, orejas de conejo y un hocico con dientes afilados y peligrosos.

La criatura avanzó hasta la muchacha, caminando a su lado y dispuesta a saltar por delante de la bruja cuando fuera necesario. La Black había tenido el cuidado de enviarle la orden mental de protegerla de cualquier rayo que fuera lanzado en su contra, así como cualquier otra criatura que los fenixianos adoraban crear.

Sin embargo, había hechizos que no se podían detener con una bestia como la que custodiaba a la muchacha, y eso fue evidente cuando bridget cayó de bruces sobre el suelo, atada por un lazo invisible.

—Finite Incantatem —soltó después de gruñir y refunfuñar. Volvió a sentir relajados los tobillos y se puso de pie nuevamente, para seguir andando.

Y aunque no lo creía próximo, la hora había llegado. Una vez más y como en tantas otras ocasiones, sus compañeros estaban ahí para sacar a los suyos. Bridget sonrió de forma complaciente y envenenada, pero este gesto no pudo dejarse ver por nadie debido a la máscara que todavía cubría su identidad y por lo tanto, sus facciones en su totalidad. Se movió bruscamente de nuevo, esta vez balanceando la silla de forma peligrosa, sin embargo, volviendo a su lugar después de un par de golpes de la madera contra el suelo.

Tenía los cabellos enredados y completamente alborotados. Sus ropas estaban sucias, y como siempre, cubiertas de aquél líquido viscoso que representaba su propia sangre. No recordaba que la había derribado, pero de seguro se habían ocupado de dejarla bastante inconsciente. Estaba pensado que no permitiría que vuelva a pasar igual, cuando escuchó pasos viniendo de uno de los lados del pasillo. Alargó el cuello de nuevo, y al observar que ningún resplandor de luz emitía sus danzantes destellos en los muros, supo que se trataba de uno de los suyos.

La silueta de Patrick apareció para, en un abrir y cerrar de ojos, derribar la puerta de la celda. Se abrió paso con dos largas zancadas y de forma tan repentina como su llegada, deshizo a Bridget de sus ataduras. Por último el mago le tendió su varita a la pelirroja, y la chica se limitó a mirarle fijamente por un par de segundos apenas notorios, a manera de agradecimiento. La debilidad dobló a la Black de rodillas sobre la fría piedra, pero no demoró en ponerse de pie nuevamente, impulsada por el deseo de salir corriendo de ahí.

Comenzó a enlistar en la cabeza todas las cosas que tenía pendiente a causa de la ausencia que había decidido darse del mundo real. No estaba segura de si podría organizarse con el tiempo, pero estaba claro que tendría que ponerse al día si no quería meterse en problemas y aumentar los motivos para quitarse la vida. Comenzó a sentir un dolor punzante en las muñecas, debido a que las cadenas estaban muy ajustadas y sus extremidades ya se le adormecían.

Entrecerró los ojos y trató de moverse de nuevo. Esta vez lo había hecho con tanta brusquedad que logró elevar una de las patas de la silla, ocasionando un chirrido ensordecer cuando esta volvió a tronar con el desnudo suelo de piedra. Se arrepintió de haber hecho aquello, pues resultaba una certera forma de llamar la atención de los guardias de la prisión. Rogó que no se aproximaran al pasillo, pues realmente no estaba de humor para ver los ridículos destellos de un par de sujetos que hipócritamente solo querían hacerle daño.

Adelantó con dificultad el cuello para poder fijarse a ambos lados de la celda y comprobar que nadie venía, pero su vista estaba realmente limitada por todas sus ataduras y a sus ojos no les fue devuelto nada más que densa oscuridad. Al menos era algo, pensó, en la oscuridad se sentía bastante segura.

Escuchó a lo lejos una voz conocida, y podía jurar que se trataba de su madre. Entornó los ojos azules y negó con la cabeza. Era ya bastante malo estar ahí como para enterarse que no era la única de su bando pasando un mal rato, o un mal día en algunos casos. Se mordió el labio y trató de mover los brazos de nuevo, olvidando por completo que estaba completamente atada. Volvió a gruñir, y esperó a que nadie se le ocurriera entrar a su celda, porque en ese momento se empezaba a sentir tan descontrolada que le saltaría a cualquiera hasta acabarlo a mordiscos, por el momento, su única arma.

—Tic, tac, tic, toc —canturreó, tratando de calmarse un poco mientras movía su cabeza al ritmo de una melodía que se le acaba de venir a la mente.

Estaba completamente segura de que cada vez que visitaba Abbadon, los guardias la tomaban por loca, pero ciertamente, así estaba mejor, y mientras creyeran que era lo suficiente peligroso para no acercarse, todo estaba bien.

No recordaba nada, más bien, muy poco de las últimas semanas enteras. Cuando regresó a la vida y a la consciencia, tenía la cabeza colgando hacia atrás sobre el respaldo de una silla de madera. En un posición completamente incómoda, la habían atada con todas las intenciones de sacarle información, estaba segura. Supo que su notorio desequilibrio emocional y mental en aquellos momentos ayudaría bastante a amarrarle la lengua ante cualquier intento de interrogatorio.

Trató de mover un poco los brazos, o las piernas, pero era definitivo. Estaba inmovilizada. Gruñó, agotando la poca energía que quedaba en su cuerpo. Necesitaba con urgencia la delicada atención de su elfina, que de verla así ya hubiera lanzado un chillido y hubiera corrido a buscar un banquete. Cerró los ojos con fuerza y sintió como tenía la boca completamente seca. Sabía que los guardias rondaban muy cerca de su celda, pero realmente no era algo que le interesara desde que se enteró que no tendría más cuidados de primera en esa prisión.

Se retorció en su lugar, pero fue en vano, a medida que pasaban los segundos se encontraba más incómoda. Frunció el ceño bajo la máscara que le había cubierto las facciones desde que desapareció del castillo D'Aubigne, y deseó que aquél tormento terminara pronto. El estómago se le revolvió y maldijo mientras miraba el techo y se concentraba para no eliminar lo poco que debía quedar en su interior.

Miró para todos lados igual que si estuviera llevando una misión imposible. Casi sentía la música de aquella vieja película muggle en su cabeza (?). Se movió pegada a uno de los muros de los pasillos, sintiéndose tan cerca de la salida. sintiendo la brisa del exterior ya golpeando en su cuerpo casi descubierto a causa de sus ropas rotas y deshilachadas. Por fin dio un par de pasos más con agilidad y pisó algo más que el aburrido suelo de piedra del que estaba hecha toda la prisión fenixiana.

Perdió un par de segundos mirando a la luna, todavía cubierta por aquella masa gaseosa. Aspiró con fuerza el aire nocturno, y después de mirar hacia atrás, echó a correr como si su vida dependiera de ello, aunque de alguna forma, de ello dependía su libertad. Llegó hasta los límites con cierta dificultad, peus tropezó dos veces y tuvo que aferrarse al tronco e un árbol, metiéndose un par de astillas en las palmas de la mano. Todavía sostenía con fuerza su varita, teniendo cuidado de no enredarla en ningún espeso arbusto.

—Hasta pronto, Abaddon —gritó con anhelo y jadeando, dándose la vuelta para darle un último vistazo a la prisión—. Han mejorado notoriamente su servicio —añadió, sobándose el abdomen. Soltó una carcajada y desapareció, dejando nada más que una brisa apenas perceptible en su lugar. En cosa de segundos estaría dentro el abrigo de su hogar, bajo los cuidado de su preocupada elfina.

Se sentía bien volver a tener su varita en la mano. Todavía no tenía la certeza del tiempo que había pasado inconsciente en ese asqueroso lugar, pero lo cierto era que había recuperado bastante de todas las heridas que ya habían cerrado, de las cuales de seguro se desprendió sangre a chorros al momentos de su captura. Se estaba mirando la zurda, que todavía estaba manchada de cremoso café, cuando después de doblar por una esquina, la visión del resto de sus compañeros, encapuchados y ocultando su identidad con la variedad de máscaras que tenían, la hizo regresar a la situación.

Lo primero era defenderse, aunque ya estaba deseando desaparecer para tomar una ducha. Zack se había apartado de ella para tomar distancia con el resto, de manera que quedó desprotegida de cualquier ataque. Frunció el ceño y volvió a elevar ligeramente la varita delante de ella.

—Detritus —dijo con voz clara, y aquella conocida masa gaseosa se desprendió de la punta de su varita para rodearla por completo, opacando su imagen a través de su espesura. De esa forma se sentía siempre más firme en sus siguientes movimientos. Comenzó a avanzar hacia los pasillos que dirigían hacia el exterior. No iba a bajar la guardia, pero lo mejor era salir pronto de allí.

Estaba terminando de masticar el último bocado cuando de pronto algo ocasionó que levantara la vista de golpe. Algo se aproximaba, no por el pasillo precisamente, pero algo estaba bastante cerca. Un destello luminoso bailó en sus ojos azules, que se habían ido apagando con cada minuto que pasaba encerrada en ese mugriento rincón. Por fin habían ido por ella, pensó, parpadeando varias veces y tratando de sentarse mejor, buscando fuerza en los alimentos que acababa de ingerir.

—Por fin —dijo muy suave, y se puso de rodillas, como si de esa forma podría sentir con más claridad su presencia, asomándose, paso a paso, una a una las barreras cayendo. Gateó un poco, manchándose con el café derramado en el suelo. Llegó hasta las rejas y se agarró de los barrotes, percatándose de que su hermana estaba sentado contra uno de los muros. Aparentemente también se había dado cuenta que algo no andaba bien.

Luego de unos minutos si oyó pasos acercarse, a bastante velocidad. Miró al pasillo y luego volvió a mirar a Sammuel. No importaba quién fuera el compañero o la compañera que estuviera yendo a por ella, si el Longbottom continuaba ahí, solo, corría peligro. Se mordió el labio y en cosa de segundos la voz de Zack, encubierto con la máscara, se dejó oír mientras abría su celda. La bruja miró por última vez a Sammuel, de quién el Black no aparecía haberse dado cuenta de su presencia, y cogió de inmediato la varita que le ofrecía. Se puso de pie con dificultad y lo siguió a trompicones, mientras se tapaba los ojos para recuperar el equilibrio.

—Lo tendré —le susurró al vampiro, tratando de evitar crear distancia entre ellos—. Gracias por venir —dijo muy bajo, y después de mover varias veces los brazos, por fin pudo enderezar con firmeza su diestra, con la que sostenía su varita.

Pasos, pasos y sonidos lejanos que se hacían haciendo más sonoros a medida que los presuntos magos que hacían de guardias se acercaban. A Bridget todavía le costaba ver a través de la espesa oscuridad en la que se había metido en aquél rincón de la celda, de manera que tardó varios segundos en reconocer la figura masculina que ingresó en su celda. Traía una luz en el rostro, pero jamás aquello, ni otras vestimenta, ni otro peinado, ni ningún tipo de orfebre mágico impedirían que reconociera la forma de andar de su hermana y aquella voz que la heló cuando se dirigió a ella.

—Gr...acias —murmuró, algo confundida y sin saber como recibir el plato de comida que se le estaba ofreciendo. Miró a su alrededor al tiempo que tomaba un pedazo de bocadito y se percató de que otros platos estaban regados a su alrededor.

En uno de ellos se podía observar algo rancio y viscoso, nada apetecible. En el otro plato, en cambio, tan solo se veían restos de algo que ya no existía, como si se hubiera tratado de algo delicioso. En su mente la pelirroja (en ese momento aún rubia), fue atando los cabos sueltos, y frunciendo el ceño volvió a echar un vistazo al vaso de café. No podía determinar lo que había pasado, pero quien había estado en su celda con anterioridad no había sido sino otro que Sammuel, quien la había vuelto a dejar sola después de entregarle la comida.

Se dispuso a probar más de lo que tenía el plato, disfrutando cada bocado, pues su estómago parecía pedir a gritos por algo que trabajar con los jugos gástricos. Levantó la vista cuando observó que el mago ingresaba nuevamente en su celda. Se sentó en silencio a su lado, despidiendo un completo bajo ánimo. La Black se preguntó si no tendría ella algo que ver. Mira otra vez a su alrededor. Algo tendría que haber pasado como para que no recordara nada. Con disimulo y sin voltearse a mirarlo, bajó la mano y buscó la de él, hasta tomarla entre sus dedos. Se aferró con fuerza, para transmitirle de esa forma el que agradeciera su compañía. Siguió masticando, enfocada en el plato.

Despertó con el eco de sus propios gritos en la cabeza. ¿Qué le estaba pasando? ¿Dónde estaba? Su confundida mente terminó por vaciarse de ideas coherentes cuando en un intento por enderezarse, perdió el equilibrio y cayó sobre el frío suelo de la celda que ocupaba ya por varias horas sin saberlo. Maldijo y dándose impulso con ambas manos logró sentarse mejor. Al frotarse los ojos y mancharse la cara se percató de que una de sus manos había dado con alguna sustancia viscosa. Se llevó los dedos de la mano sucia a la nariz y aspiró con fuerza para sentir el aroma.

—¿Café? —se preguntó hacia misma, al tiempo que descubría el vaso de donde provenía el líquido derramado. Lo tomó con la mano limpia y lo analizó con cuidado. Después de volver a mirar a su alrededor se dio cuenta de donde se hallaba: la prisión fenixiana.

¿Qué demonios hacía allí?, se preguntó. Casi parecía una pesadilla, algo completamente irreal. Se encontraba en una mugrienta celda, sosteniendo un vaso de café bastante fresco. No había forma de pensar que un prisionero había estado recibiendo servicios de primera. ¿No era de eso de lo que se quejaban constantemente sus compañeros? Los malos tratos, el frío, le pésima comida y el agua enmohecido con que trataban de conquistarlos para soltar información. Alguien más acababa de estar allí, pero, ¿quién?.

Sonrió ante el comentario del Longbottom y se apegó aún más a él, sorbiendo de su café y asintiendo después de la interrogante. Iba a decir algo en ese momento, pero como no todo podía ser perfecto en su vida por más de cinco minutos, una bruja irrumpió en la celda llevando una manta. No podía verle la cara a causa de la luz que la cubría, pero estaba segura de que tenía una expresión de horror que impulsó a Smmuel a ponerse de pie de un salto, tirándola con torpeza a un lado. Bridget se enderezó, no sabiendo si molestarse o atender a su falta de equilibrio primero.

Escuchó la sorprendida voz de la chica, evidentemente confundida por la situación en la que los había encontrado. Se dirigió a la D'Aubigne como si de un demonio se tratara, como si de alguna manera hubiera puesto un hechizo sobre su compañero para que cuidara de esa forma de ella. Bridget se echó a reír a carcajadas, corriéndose de nuevo a la oscuridad, segura de que no podría recibir más del abrigo de su hermano.

Observó a ambos magos salir de la celda, todavía riendo por lo bajo, desecha por la forma en que Sammuel había sido arrancado de su celda y a la vez deleitándose por el temor que había demostrado la otra bruja, queriendo alejarse de ella a toda costa, como si con una mirada pudiera absorberle todo el cerebro. Negando con la cabeza se recostó en la esquina del reducido cubículo, y no se percató de la sombra que se había parado frente a sus rejas. Un rayo le fue mandado, dejándola nuevamente incosciente.

—¿Qué te crees que estás haciendo? —chilló el fantasmilla de Bridget que salió disparada de su cuerpo, observando al tipejo que estaba apuntando a su cuerpo. Refunfuñó y por fin se quedó boquiabierta cuando vio claramente como un obliviate era mandado a su mente, de manera que al regresar a la vida, los últimos minutos de estadía en esa celda habrían sido completamente eliminados.

Histérica y fuera de sí comenzó a gritar a voz en cuello, dando vueltas alrededor del fenixiano, que actuaba como si se dedicara a hacer ese tipo de cosas todo el tiempo. Lo enredó una y otra vez con su flemática composición, para así de alguna forma transmitirle el frío que expulsaba su presencia. Siguió gritando y traspasó un par de muros, desesperada, enojada y sintiéndose impotente.

Bastante tarde regresó su atención a la discusión entre Sammuel y sus dos compañeros, que no podían calificar todavía la situación en la que había sido encontrado. Observó como el chico perdía ligeramente el control, y frunció la nariz y los ojos, pidiendo a Voldy (?) que no se le pasara la mano. Atormentada, lo siguió mientras salía de la prisión, sintiendo como su única fuente de seguridad se alejaba de su indefenso cuerpo, inconsciente y solo en una celda a varios metros de allí. Por fin el muchacho desapareció de su vista, la tensión reflejada en su andar y en los músculos de su espalda. Bridget se mordió su inexistente labio, y recordando que tenía que cobrar venganza se dispuso a gritar otra vez, regresando hacia su celda y creando revuelo por todos los rincones por los que pasaba.