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Ellie Moody

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Todo lo publicado por Ellie Moody

  1. Hola, queriditos *-* Pues vine a pedir unos cambios que se necesitan urgentes xD Hay que poner en la Rambaldi que ahora soy Matriarca (*0*) y cambiar la familia sanguínea, que era la Haughton, por la Gryffindor. Y esta parte, la de las bóvedas, quedaría así: Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Gryffindor Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Rambaldi Había olvidado cambiar la bóveda de la Rambaldi, porque ahora hay otra xD y el nombre, claro e.e
  2. Hola, queriditos *0* Bueno, luego de un millón de años en espera(?) decidí venir para acá v.v En realidad me iba a tardar más, pero esta loca me convenció de venir antes xD Pedí baja de mi familia de sangre e.e Y si me aceptan, o no sé, hago los cambios en mi ficha y mi bóveda y todo eso xD A lo mejor para junio, porque todavía no tengo un mes de unos cambios de la ficha :mmm: Nos vemos, Grys o.ó
  3. Hola, queriditos *-* Pues, solo me vengo a pasar para avisar que me doy baja de la familia. ¿Por qué? Bueno, porque, de verdad, ya no me paso por la mansión ni nada, y no quiero tener una "familia de adorno" en mi ficha xD Y también me gustaría cambiar un poco de ambiente. De todas maneras, ya saben que los amoroseo y los loveleo(?) y siempre los recordaré como la primerita familia que tuve acá en el foro *-* Ya, cuando pueda, haré los cambios correspondientes en mi ficha y mi bóveda. Nos vemos por allí P. D.: Pero, eso sí, me pasaré por el club de las tres escobas u.ú
  4. Madeleine Haughton. Aquel lugar hubiese sido ideal como para que ellos se tomaran la noche libre, y así ignorar un rato el ajetreo del bando, del trabajo en el Ministerio y de las propias vidas personales de cada uno de ellos. Sin embargo, por lo menos en esa ocasión, no se dedicaban a pasear por el Callejón para buscar diversión ni para vigilar que todo estuviese en orden. Esta vez, estaban buscando la manera de encontrar a un mago muy particular. Y The Arabic Place, ue lucía algo vacío, resultaba lo suficientemente personal como para que ese sujeto aceptase la invitación y nadie ―o, bien, casi nadie― se enterase sobre lo que los había impulsado a ir con ese fulano señor. Según los informantes con los que la joven Haughton había logrado contactarse, luego de haberlos conocido en un lugar no muy bonito del Callejón Diagón, pudo concluir que casi ninguno sabía nada sobre una mezcla entre un unicornio y un Pegaso; y, los que sabían vagamente sobre las exóticas criaturas, simplemente no querían colaborar con ellos. Finalmente, alguien le dijo a Madeleine a donde podía mandar una lechuza. Y, luego de unas cartas, el sujeto aceptó la reunión. Se llamaba Anastacio, y se negaba a dar cualquier otra información, porque lo demás sobre él simplemente no sería necesario. Lo único que necesitaban ellos era saber en dónde encontrar un unicornio volador, luego de que uno de ellos se hubiese asustado y huido para luego ser seguido por los demás de su especie. Pero algo de información sobre lo que gustaban comer no estaba de más(?). La castaña llegó al local, por alguna extraña razón forrada en ropa negra, ya que temía que alguien la reconociera buscando información de personas como Anastacio. El grueso abrigo de lana negra, que le llegaba hasta un poco antes de las rodillas, pretendía, según ella, <<camuflarla>>. Pero ahora que lo pensaba mejor, no había sido un buen plan, porque las noches de primavera no eran muy frías. ―Uf, ojalá que vengan pronto ―musitó, parada en la parte exterior del local porque no quería entrar sola. Inconscientemente miró su muñeca, buscando la hora, para darse cuenta de que no se había llevado el reloj. Pero sí el medallón que detecta el peligro, y la cadena con el dije de Fénix, que ahora estaba oculto bajo la ropa.
  5. Buenas *0* Vengo a pedir los siguientes cambios: Gracias de antemano
  6. - Bueno, atendemos a los pacientes heridos por culpa de accidentes provocados por accidentes mágicos, y curamos diversas heridas, de parte de criaturas o animales mágicos - le dijo a Darla -. Aunque, al parecer, ya no hay muchos de esos - se rió ligeramente. De todas maneras, por lo menos tenía un paciente o dos; de todas maneras, debía disfrutar eso por unos días, pues sola en la planta no podía encargarse de más de cuatro pacientes a la vez. O, por lo menos, no hasta que alguien repara la cafetera de la sala de descanso. Aunque, seguramente uno de esos llegaría su nueva jefa... Lo bueno era que esos días podía pasear más que de costumbre, así que tenía que dejar de quejarse. - No conozco esa canción - musitó Maddie, entre risas, mientras que la pelirroja canturreaba unos divertidos coros; comenzaba a notar que Darla parecía disfrutar un poco demasiado molestar a Kris - Pero se me antoja muy entretenida...
  7. Luego de que unos momentos un mesero llegó acompañado de un elfo para atenderlos, o por lo menos eso pensó la bruja. Por unos segundos, se le ocurrió que quizá el muchacho estaba tratando de aprender sobre el arte elfico de atender magos, o algo así. Sin embargo, decidió sacudir rápidamente la idea, pues seguramente terminaría riéndose, y se vería raro ya que todavía nadie contaba un chiste ni nada por el estilo. Sin embargo, si quiso soltar una, al escuchar el comentario de Darla hacia Kris. - Es mejor no saber sobre ese caño - murmuró la bruja, pues por lo menos a ella no se le antojaba enterarse. Alzó las cejas ligeramente al escuchar sobre el trabajo de la mujer. ¡Vaya, que interesante era! La verdad, no estaba enterada sobre la posición de su compañera de bando en el ministerio. Debía ser entretenido, además de cansar más. - Yo trabajo en la primera planta de San Mungo, o algo así - comentó, recordando que esos días, o por lo menos desde Navidad, ya no habían tantos pacientes -. Menos mal que no tengo problemas con mis compañeros, especialmente porque no han dado señales de vida. -suspiró. Luego de mirar de reojo al camarero, buscando la botella de tequila y los vasos, la joven Haughton recordó algo. - Ay, olvidamos pedir la sal y los limones - dijo, con una pequeña sonrisa divertida.
  8. Luego de unos momentos examinando la decoración del establecimiento, se le ocurrió que la temática podría ser de Arabia; claro que el cartel que rezaba "The Arabic Place", y uno que otro cuadro con el nombre del lugar, le ayudaron a confirmar su teoría. Era divertido encontrar nuevos lugares en el Callejón Diagón, pues cada uno era bien diferente del otro, justo como ese en el que se encontraba. Por unos segundos, la bruja se imaginó a si misma abriendo por primera vez las puertas de algún negocio; esperaba tener pronto la oportunidad de abrir uno, pero también debía asegurarse de que lo visitaran. Apenas estando en la entrada, escuchó la voz de uno de sus compañeros de bando, que los llamaba para que se sentaran en un sofá, y así no estar regados por todo el lugar. Uno tras uno, hicieron una especie de fila, para dirigirse a un sillón que se encontraba en una esquina del local. Mientras caminaba, no puedo observar unos tubos, que parecían haberse instalado hacía poco. ¿Para que serían? - Buenas noches - les dijo a todos, una vez que estuvieron sentados en el mueble; le sonrió a Darla, a manera de saludo -. A lo mejor sí, Darla, pero igual todo está bien.
  9. Madeleine Haughton. El cielo se había coloreado rápidamente de un azul oscuro, adornado por los pequeños faroles flotantes que estaban guindados en la oscura bóveda; la luna también se encargaba de alumbrar el lugar, con su blanca y fría luz. Además de eso, las lámparas del Callejón Diagón también cumplían un deber similar, encargándose de iluminar esos traicioneros baches del suelo, para encargarse de que la castaña los notara y así no tropezara con ellos al arrastrar los pies. La verdad, es que tenía ganas de quedarse acostada en su cuarto, para contar las vigas del techo y tomar chocolate caliente. Pero la habían invitado allí, así que se le ocurrió que al ir a ese lugar, <<a divertirse un rato>>, o por lo menos eso le habían prometido. Estaba casi segura de que eso le animaría, y de paso, pasaría bien aquella noche. Se había vestido de manera sencilla, casual, pues no caminaría por los callejones luciendo como sábado en la noche, cuando era día de semana. Al llegar, se detuvo al frente de la fachada del negocio unos momentos, para contemplarlo bien, y luego entró, por fin.
  10. Buenas, buenas. Bien, acá vengo para modificar mi ficha. Gracias de antemano
  11. Madeleine Haughton. Eso de <<Aún sigo>> no le pareció como tal a la muchacha, debido al ceño fruncido que estuvo presente ante la respuesta del muchacho. Sin embargo, decidió no insistir mucho; y no tuvo que hacer otra pregunta, pues Salazar había formulado una rápidamente, ansioso por esquivar el tema. No era que Maddie fuese una experta en el tema, pues a duras penas podía comprenderse a sí misma casi por completo, pero le pareció que él prefería evitar sus propios asuntos. ¡Que familiar se me hace!, pensó la Bruja, con la cabeza por un momento en el Castillo Haughton. —Más que a nada, me he dedicado trabajo —dijo, cuando en realidad quería decir <<La Orden>>, pero sabía que no podía—, en San Mungo; es que soy sanadora en la primera planta. O algo así, por lo menos. A decir verdad, esos días no había mucha gente yendo a la Planta de Accidentes provocados por artefactos mágicos y heridas provocadas por animales o criaturas mágicas en busca de una cura, pues al parecer ya nadie se caía de escobas y en las clases de Duelos ya no había heridos por hechizos rebotados o cualquier cosa. Sin embargo, no podía simplemente no ir, ya que la paga no era tan mala y a ella no la mantenían desde que que se graduó. —No hay muchas personas —murmuró ella, más para sí misma para que el chico—. Uhm, tengo curiosidad, ¿por ué se te ocurrió aparecerte por acá, si se ve un poco... solo?
  12. Madeleine Haughton. El barman asintió, y se fue a otro lugar de la barra para servir las bebidas. Recordaba la última vez que había tomando vodka; si bien a ella no le pasó mucho, ya que casi no había tomado, dos de sus primas habían tomado algo más de la cuenta. Madeleine todavía recordaba verlas tiradas en el suelo del baño, llorando y gimiendo que se querían mucho. Pero, después de todo había sido divertido, no lo podía negar. Luego de pedirle al encargado que también le llevara zumo de naranjas, recordando que era domingo y no podía ir tan arruinada a San Mungo, le pareció que alguien que alguien cerca de ella la saludó. Entrecerró los ojos un momento, pues las luces de colores de la discoteca la mareaban, especialmente cunado esas franjas y lunares luminosas iluminaban toda el lugar. Al principio, no reconoció al joven que le habló; sin embargo, luego de unos segundos, logró se dio cuenta que lo conocía. Él había estado allí, y otro enorme grupo de gente, en la última salida al lugar. —Hola, Salazar —musitó, recordando su nombre—. Obstinada y difícil, pero bien —dijo Maddie, luego de pensarlo un poco—. ¿Y que tal tú? ¿Sigues en la Academia? —quiso saber. La última vez, todos ellos (salvo Bridget) eran estudiantes, aunque, poco después, la Haughton se graduó...
  13. Madeleine Haughton. No recordaba muy bien la última vez que había acudido a ese lugar. Sólo le llegaban imágenes de sus amigas bailando como locas por culpa del alcohol y ella marchándose temprano, pero había sucedido hacía unos meses; y, en realidad, no había pensado esa última salida esos días, ya que estaba más ocupada con el trabajo en San Mungo, su familia y las misiones que le iban asignando en su bando. Era tarde, y sin embargo la música se escapaba del local. No le sorprendió mucho a la Haughton, ya que era un club nocturno, y de seguro que de día era aburrido. La Bruja usaba un sencillo vestido vintage gris, unas botas de gamuza negras y un abrigo de lana color verde oliva, para protegerse del frío, que no tenía nunca piedad con ninguna persona ni tampoco esa noche. Su largo cabello castaño caía tras su espalda formando las ondas que tenía desde siempre. A lo mejor cuando era niña lo tenía ligeramente más liso, pero no había manera de que Madeleine pudiese recordar eso. Entró al lugar, simplemente deseando tomar algo y escuchar un poco de música. Se sentó en la barra, y luego de que el barman tomara el pedido del otro chico que se encontraba allí, se acercó a la muchacha. —Vodka— musitó. Ella sabía que no acostumbraba a beber alcohol, pero caer en la rutina de correr desde Ottey hasta el Ministerio de Magia todos los días podía estresar a cualquiera. Y más a Maddie, que era bastante suceptible.
  14. Luego de su visita a la trastienda, se dirigió a la primera planta del Magic Mall, en dónde vendían Objetos Mágicos. Sólo adquiriría unas pequeñeces, pues trataba de ahorrar para cuando se decidieran a vender las escobas, pues a Madeleine le había falta una. Pues si no poseía una, ¿cómo podría volar por encima de Ottery St. Cathpole? Esperaba que pronto consiguieran esas tarjetas. Así que la Bruja se paseó por el lugar, mirando sólo los objetos que podía manejar debido a su rango social. Cuando estuvo segura de lo que quería, se acercó a uno de los mostradores y entregó la planilla que había rellenado al empleado encargado. Y además, aprovechó de preguntar por el precio de uno de los objetos. —Por cierto, ¿cuánto cuenta una bola de cristal mediana? —dijo, pues el precio de éstas variaban de acuerdo a su tamaño. Y ella no podía adivinarlo... Quizá para eso era la Bola de Cristal.
  15. Hacía un buen tiempo que la Bruja no se paseaba por el Magic Mall, para comprar algunas cosas lindas. Su primera parada fue en la Planta Baja (ya que tenía planeado ir de abajo hacia arriba), en dónde estaba decidida a comprar una mascota; no cualquier mascota, claro, sino un gato doméstico. No le agradaban mucho los perros (hacían mucho ruido, y no les gustaba que le lamieran el rostro y las manos); en cambio, un gato era más escurridizo, más suave, más callado... Casi le recordaba a ella misma. Luego de mirar por encima la trastienda, que era una especie de jungla artificial, se dedicó a dirigirse a la sección de animales muggles, más específicamente a esa parte en dónde estaban las jaulas con los tiernos felinos. Unos eran blancos, marrones, otros tenían la piel similar a la de un tigre (a rayas irregulares) y unos pocos tenían unas motas de color por la panza y el rostro. Pero el que más le gusto a ella fue uno negro, arrinconado en su jaula; sus ojos tenían unas pupilas levemente dilatadas, con un grueso iris de un color entre verde y marrón, que le rocordaba a Madeleine sus propios ojos. La castaña miró por última vez a la pequeña criatura, y, convencida de que lo quería a él, llenó los formularios necesarios. Luego se dirigió a un mostrador, en dónde se encontraba un empleado con el uniforme del lugar. —Hola, quisiera comprar éste animal —dijo Madeleine, mientras que le entregaba el pergamino al encargado—. ¿Está todo en orden?
  16. Buenas. Vengo para cambiar la imagen del inicio por ésta: http://i1165.photobucket.com/albums/q598/MaddieM_/Sinttulo-2.png Y para cambiar ésta sección, pues ahora tengo una nueva madre, pero de la misma familia: Gracias de antemano
  17. Le sonrió un poco al reconocerla, luego de entregarle el trozo de pergamino; hacía un tiempo que no la veía, pues tenía tiempo que iba al Castillo Haughton. - Bien, ya sabes - murmuró por lo bajo, mientras que Mónica revisaba el pergamino; al escuchar la respuesta, puso la boca en forma de o, al darse cuenta del error -. Oh, bueno... No, entonces creo que no compraré nada por ahora; pero volveré luego. Hizo un ademán de despedida con la mano, y comenzó a caminar hacia la puerta de la planta, para irse; a medio camino, la castaña se paró en seco, giró sobre sus talones y añadió algo más, como para tratar de preservar las buenas costumbres y los modales: - Oh... ¡Buen día, nos vemos luego!
  18. Madeleine sonrió, alegre por la idea de tener galeones; comprar era divertido, aunque debía cuidar no gastarse todo, pues faltaba un mes para que le dieran el pago de su trabajo en San Mungo. Contó mentalmente su dinero, y asintió a sí misma, pues le quedaría suficiente como para no caer en la bancarrota o en la necesidad de pedirle moneditas de bronce a su compañera de planta, para pagar el café. Así que, algo familiarizada con el proceso, se puso a rellenar campos en la planilla; luego se la extendió a la encargada, esperando que todo estuviese correcto.
  19. Una silueta delgada y delicada apareció en el Callejón Diagón, dirigiéndose exactamente al Magic Mall. Hacía poco tiempo había ido, pero en esta ocasión se dirigía a la trastienda, en busca de una criatura; no una mágica, sino más bien una muggle. Necesitaba esta lechuza, pues ya había aprendido, luego de un largo día de trabajo sin que su compañera apareciese, que sí era necesaria tener una de esas criaturas; de otra manera, ¿de qué manera le diría a Charlotte que diera señales de vida, o le preguntaría a Hermione si no le dolía la herida que Madeleine le había curado? Y todos necesitaban de una mascota; ya ella no vivía con esos muggles que no le dejaban tener un bendito animal. Madeleine tomó un formulario, y sacó una pluma. Lo llenó rápidamente, pues le faltaba comprar un par de objetos mágicos; en unos momentos se lo entregó a la encargada de la tienda. - ¿Está todo en orden?
  20. El golpe de sus zapatos contra el suelo provocaban un sonido mudo, que nadie escuchaba; en cambio, se sentía una especie de vibración sorda, que se sentía en la columna vertebral en la planta de los pies. Casi nunca compraba nada, pero, ahora que tenía un poco de dinero en su bóveda, decidió salir a gastar un poco; y nunca le venían mal un par de objetos mágicos, que se le antojaban más que un vestido o zapatos nuevos. A decir verdad, necesitaba de verdad uno de los objetos que iba a adquirir, y el otro solo lo quiso comprar, porque le parecía algo útil. - Buenas tardes- dijo a la empleada en la caja, para luego entregarle la planilla correspondiente a la venta -. Y feliz Navidad, por cierto.
  21. ¡Buenas! Pues me paso para cambiar mi ficha... Dejo los códigos, para que sea más fácil: [center][img=http://i1084.photobucket.com/albums/j411/LoonyMarijo/asia_by_lestouis-d4gtyi7-copia-copia-2.jpg][/center] [indent][color="#2E8B57"][b][u]Datos Personales:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Nombre del Personaje:[/b][/color] Madeleine “Maddy” Haughton Rambaldi [color="#008000"][b]Sexo:[/b][/color] Femenino [color="#008000"][b]Edad:[/b][/color] Dieciséis años de edad. [color="#008000"][b]Nacionalidad:[/b][/color] Escocesa. [color="#008000"][b]Familia(s):[/b][/color] [indent]˜ [b]Familia 1:[/b] Familia Haughton[/indent] [indent]˜ [b]Familia 2:[/b] Familia Rambaldi[/indent] [color="#008000"][b]Padre(s) Sanguíneo:[/b][/color] [indent]˜ Karlitha Malfoy[/indent] [color="#008000"][b]Padre(s) Adoptivos:[/b][/color] [indent]˜ Ginny Rambaldi Weasley[/indent] [color="#008000"][b]Trabajo:[/b][/color] Hospital San Mungo. Primera Planta, accidentes rovocados por artefactos mágicos y heridas provocadas por animales o criaturas mágicas. Aprendiz. [indent][color="#2E8B57"][u][b]Poderes Mágicos:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Rango Social:[/b][/color] Aprendiz [color="#008000"][b]Bando:[/b][/color] Neutral [color="#008000"][b]Rango dentro del Bando:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Nivel de Poder Mágico:[/b][/color] [color="#008000"][b]Puntos de poder en objetos:[/b][/color] [quote][color="#008000"][b]Hechizos adicionales:[/b][/color] Los pondrán los moderadores[/quote] [color="#008000"][b]Puntos de poder en criaturas:[/b][/color] -- [quote][color="#008000"][b]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/b][/color] --[/quote] [color="#008000"][b]Habilidades Mágicas:[/b][/color] ˜ Habilidad 1 -- ˜ Habilidad 2 -- ˜ Habilidad 3 -- Valido solo para Unicornios de Oro (1), Dragones de Oro (2) y Orden de Merlín (3) [color="#008000"] [b]Conocimientos Especiales:[/b][/color] ˜ Conocimiento 1 -- ˜ Conocimiento 2 -- ˜ Conocimiento 3 -- Valido para Unicornios de Bronce (2), Unicornios de Plata (4), Unicornios de Oro (6), Dragones de Oro (8) y Orden de Merlín (10) [indent][color="#2E8B57"][u][b]Perfil del Personaje:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Raza:[/b][/color] Humana. [color="#008000"][b]Aspecto Físico:[/b][/color] [indent]Madeleine es delgada y menuda y mide un metro sesenta. Su cabello es color castaño oscuro, largo y ondulado; generalmente lo lleva suelto. Tiene los ojos de color avellana y su piel es clara. Suele vestirse de manera sencilla; vaqueros o faldas y camisetas, casi siempre optando por la comodidad.[/indent] [color="#008000"][b]Cualidades Psicológicas:[/b][/color] [indent]Generalmente suele comportarse de manera tímida, especialmente cuando los demás la ponen nerviosa. Muestra un gran aprecio a la moral, el estudio, el trabajo y la honestidad. Tiene una vena de la empatía pequeñísima, pues le cuesta saber si ha herido a alguien o si habló de más. También les cuesta saber cuando alguien usa, o no, el sarcasmo; y no soporta las preguntas retóricas, pues a veces cae en ellas. Y es pésima para interpretar las expresiones o el comportamiento de los demás. Incluso, a veces confunde sus propias emociones. Le cuesta saber por qué le duele el corazón, o cómo se le ocurrió hacer tal cosa. No es muy sensible, pues es capaz de ignorar olímpicamente el dolor, olvidando sentirlo. Es algo miedosa, por lo que no toma muchos riesgos. Eso se debe a su inseguridad, provocada principalmente por algunos incidentes mágicos durante su infancia, que hacía que se encerrara en su propio caparazón de los demás, temiendo que alguien dijera que era una rara o algo parecido. Aunque, logra ser un poco más abierta al toparse con personas que conocen bien esa sensación.[/indent] [color="#008000"] [b]Historia:[/b][/color] [indent]Desde que tiene memoria, ha estado un internado muggle, en su mismo lugar de nacimiento; Edimburgo, en Escocia. Se mantiene allí hasta los once años, cuando le dicen que es una bruja. En Londres, poco después de empezar la Academia, es adoptada por la familia Rambaldi. Allí, forma una amistad especial con Wanda**, una aurora que fue la que le informó sobre su condición mágica; ella le hace olvidar a la bruja que todavía no encuentra algún pariente sanguíneo. Según Madeleine, tiene un lazo especial con ella; esa amistad/hermandad dura dos años, pues la aurora es asesinada por una mortífaga durante una pelea. Es por eso que, desde tan temprana edad, decide que algún día se unirá a la Orden del Fénix; no precisamente por la venganza, sino más bien para demostrarse que puede lograr algo… Y con la esperanza de que, en cualquier lugar, Wanda pueda ver que ella no es buena para nada. Durante los años siguientes, se dedica a la Academia. A mitad de esta, se encuentra con su madre y su hermana, pertenecientes a la familia Haughton. Feliz con su descubrimiento, se permite abrirse a los demás, y es capaz de hacer varios buenos amigos, que, espera, le duren mucho.[/indent] [indent][color="#2E8B57"][u][b]Pertenencias:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Objeto Magico Legendario:[/b][/color] Válido sólo para Orden de Merlín. [color="#008000"][b]Objetos Magicos:[/b][/color] [b]Objeto 1:[/b] Varita mágica (Veinticinco centímetros, avellano, núcleo de pluma de fénix. Dura) [b]Clasificación:[/b] AA [b]Puntos de poder:[/b] 20 [b]Objeto 2:[/b] -- [b]Clasificación:[/b] -- [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"] [b]Mascotas y Criaturas:[/b][/color] [b]Criatura 1:[/b] -- [b]Clasificación:[/b] -- [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"] [b]Criaturas en la Reserva:[/b][/color] [b]Criatura 1:[/b] -- [b]Clasificación:[/b] – [b]Puntos de poder:[/b] -- [color="#008000"] [b]Elfos:[/b][/color] ˜[b]Lucy.[/b] Una elfina a la que le fascina las tareas, aunque Madeleine le permita vagabundear un poco; sin embargo, no le gusta eso, pero como lo toma como una orden, debe hacerlo a regañadientes. Su ama le permite usar ropas, para que entienda que puede “escapar” cuando quiera; pero Lucy se queda con su ama por cariño, y no planea dejarla pronto. [indent][color="#2E8B57"][b][u]Licencias, Tasas, Registros:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Licencia de Aparición:[/b][/color] Obtenida. [color="#008000"][b]Licencia de Vuelo de Escoba:[/b][/color] Obtenida. [color="#008000"][b]Registro de XXX:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=91215&st=840&p=4090539entry4090539"] ˜[b]Elfina Lucy[/b][/url][url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=79389&st=710"]˜[b]Pasaporte Escocés[/b][/url] [indent][color="#2E8B57"][u][b]Otros Datos:[/b][/u][/color][/indent] [color="#008000"][b]Otros datos:[/b][/color] ˜ Pertenece a la casa de los Tritones del Río Wye. ˜ Su color favorito es el verde. ˜ Su cantante favorita es una muggle, llamada Barbra Streisand. ˜ Le pierden las cervezas de mantequilla. ˜ Le cuesta usar bien la varita, especialmente en algún duelo. ˜ Su varita se llama Elphie. ˜ Su patronus es un águila. [color="#008000"][b]Cronología de cargos:[/b][/color] -- [color="#008000"][b]Premios y reconocimientos:[/b][/color] -- [indent][color="#2E8B57"][b][u]Links de Interés Referentes al Personaje:[/u][/b][/color][/indent] [color="#008000"][b]Link a Bóveda Personal:[/b][/color][url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=94381"]Bóveda n° 94381[/url] [color="#008000"][b]Link a Bóveda Trastera:[/b][/color]-- [color="#008000"][b]Link a Bóveda de Negocio:[/b][/color]-- [color="#008000"][b]Link a Bóveda Familiar 1:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=84511"]Bóveda Familia Haughton[/url] [color="#008000"][b]Link a Bóveda Familiar 2:[/b][/color] http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92259[/font] Gracias de antemano
  22. Sacudió la cabeza, al notar que el chico no respondía a la pregunta, que era bien sencilla. Se disculpó, y se fue con Bridget y algunas chicas más, que parecían disfrutar de algo. Giró la cabeza, y al ver la imagen, casi que se cae hacia atrás de la risa. No conocía lo bastante a Stefan como para que le cayera mal, pero verle los calzones a alguien era divertido, siempre. Madeleine se encogió de hombros, tratando de reprimir las carcajadas. La pelirroja, su amiga, estaba bien alegre, bebiendo de algo que le quitó a un camarero; igual que Ethiane y Tita. Se quedó con ellas, bailando, y tomó un poco de una copa que trajo un camarero. - Vaya que te diviertes, Brid - logró decir Madeleine, por encima de la música. No sabía si su amiga lo sabía, pero tenía el rostro rojo, quizá por la subida del alcohol. O, bien, también podía ser el calor o el tiempo que llevaba bailando. No quería divagar mucho, así que simplemente lo ignoró. OFF: *Se mete a codazos en el rol* Allí está, con colorcito y todo
  23. Le sonrió al chico al ver que accedió. Claro que no le sorprendió; según lo poco que le conocía, podía decir que era muy poco tímido. Dejó que la llevara a la pista, y cuando comenzaron a bailar, pudo ver que tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que Madeleine le iba a preguntar. Pensó un poco en lo que diría, pues sabía que alguien le sacaría la cabeza si hablaba demasiado. - Oye, hace unos días que no se te ve por la Sala Común, ¿eh? - dijo, con una carcajada. Entonces se acercó un poco, pues tampoco alguien más debía oír, sino Andy. No entendía por qué el lucía tan ansioso, pues la Haughton no era que lo conocía a fondo, y no le podía preguntar iba a preguntar algo muy profundo. Bien, quizá la pregunta era algo profunda, pero no era a ella a quién le afectaría lo que su compañero diría. - Entonces, uhm, acabo de recordar algo que te iba a preguntar estos días, pero no he podido - comenzó -. Dime, con sinceridad, ¿qué opinas de Hermione...? Ya sabes, Hermioneluna.
  24. Saludó a los chicos que habían llegado, como recordando que ella estaba allí. Bridget la miró curiosa, como lo hacía cuando quería saber algo. Pero como Madeleine no podía saber qué tanto le miraba, rehuyó de su mirada. - Ajá - luego le dijo, tomando su bebida; le dio un sorbo. Pero luego hizo una mueca, pues era algo amarga. Luego se bajó de la silla, y estiró las piernas, entumecidas por estar todo ese rato sentada. Saludó a Andy, su compañero tritón, que llegaba algo tarde. La bruja, luego de su última cahrla con Hermioneluna, había decidido que tenía que hablar con él, aunque su compañera no quisiera. Justo después de saludarlo con un beso en la mejilla. - Vamos a bailar, Andy - musitó -; además, te debo preguntar una cosa.
  25. Madeleine Haughton Madeleine iba envuelta en el vestido vintage color verde oscuro que había comprado hacía pocos días, con las chicas. Además, lo había combinado con unos botines oscuros; si iba a bailar esa noche, por lo menos lo haría de manera cómoda. La Haughton no era una chica de tacones, precisamente. Su cabello oscuro, que había ondulado previamente, se agitaba suavemente con la cada paso, y se iba de un lado a otro. Se acomodó el largo flequillo a un costado que tenía, mientras que veía por encima los anuncios de cada uno de los negocios del Callejón Diagón. Al fin, encontró el que buscaba: Wishes Banned & Strange Passions. Le había hablado bien del lugar, así que optó por entrar allí. Era un lugar algo siniestro, que no se parecía mucho a la escocesa; pero de todas maneras, se veía bien. Casi nunca salía a bailar, por lo que esperaba que ese "sacrificio" valiera la pena. Al entrar, estudió la fachada del lugar. Pero, su vista rápidamente se fue a los conocidos que se encontraban algo agrupados. Estaban Stefan, Kamy, Salazar y Bridget. Definitivamente, se divertirían mucho esa noche. Aunque, en secreto, esperaba no cometer ninguna locura. había agarrado algo de escarmiento cuando Grace les contó sobre su "incidente", debido al alcohol. - Hola - los saludó, arqueando sus labios, pintados de rojo -, ¿cómo andan? Revisó el menú por encima, y luego levantó la vista. - Tomaré algo luego... pero, ¿quién quiere bailar un poco?

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