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Andy Greyback

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Mensajes publicados por Andy Greyback

  1. La actitud del licantropo empeoraba, todo apuntaba a que no llegarían a un acuerdo en concreto, la desconfianza que Selim había sembrado en su cabeza le había hecho dudar de sus capacidades y en esos momentos le hacía dudar de quien una vez fue su mayor soporte en este mundo. La sudoración se hizo notar, a pesar de lo fría de la noche, el calor interno de Andrés le hacía sudar cuando su temperamento comenzaba a verse afectado por sentimientos de ira, lo que había llevado experimentando aquella noche.

     

    - Por eso he salido de la habitación - dijo con una respuesta contundente y llena de seriedad, mirándola fijamente - estoy dispuesto a recuperar lo que perdí y a conseguir mas - agregó mientras alejaba su mirada de ella, aspiró una gran cantidad de humo, haciendo que la colilla del cigarrillo casi se apagara al llegar a su limite, debía calmarse, aunque selim era el padrino de la vampiro, no era ella quien habría planeado hacerle daño, o al menos el lo pensaba así en esos momentos. Fue en ese momento, que Mónica estalló.

     

    - Si, porque esas mil veces estaba el i****** de selim cubriendo todos los flancos - el tono del Greyback subía su temperatura a la vez que el humo invadía su espacio - dices que viniste por claudia, pero antes me habías dicho que te colaste en el castillo, creo que merezco el beneficio de la duda - las lagrimas de la Haughton no se hicieron esperar, el Crowley sintió como estas aun ejercían una presión en su pecho, sin embargo trató de no hacerlo notar, era mejor mantenerse a raya aun en aquel momento en que sabía que Mónica no estaba bien.

     

    - Si, un idi*** - respondió a las ultimas palabras, sin embargo estas parecían mas ser llevadas por la fuerza del viento, nuevamente el silencio se adueñó de la distancia, mientras el moreno seguía pensando en que debía, hacer, ambos se estaban haciendo daño y como llevaban la conversación no iban a arreglar nada. Respiró profundo y tomó un sorbo de agua de su botella, un poco corrió por su labio y entonces posó la mirada en la bruja, que estaba completamente destrozada.

     

    - A lo mejor esta era una lección que necesitábamos aprender, algo que debía suceder - las palabras del ojinegro fluían por si solas, como si algo en él cambiara esa noche, su semblante había cambiado, su espalda se volvió a erguir y su pecho se llenó de orgullo, era obvio que estaba dolido con Mónica, ella debía ser quien controlara a Selim, sin embargo prefería no seguir juzgándola, eso llevaría peor la noche. La dependencia del licantropo por la vampiro había sido afectado por aquel dañino momento, al parecer.

  2. Era claro para él, Mónica no iba a estar contenta con aquel relato, pero esperaba que al menos entendiera su posición, el hecho de apenas hace algunos años hubiese descubierto su parte mágica y que de repente todo fuese tan bien, el patriarcado, su familia, la marca. Le asustaba que todo fuera una ilusión y Selim supo usarlo en su contra. La sensación de la sangre hirviendo en las venas del licantropo se hacía evidente cada vez que recordaba aquel episodio y como este aun lo mantenía en su habitación, lo sorprendente es que el día que por fin pudo vencer el control del vampiro, Mónica estuviese ahí.

     

    - ¿Camino fácil dices? - La voz del moreno denotaba su tono fuerte y camuflando lo hirientes que fueron para él aquellas palabras. - En primer lugar es tu padrino - dijo inmediatamente en modo de reclamo, ya que la molestia era quien dirigía sus labios en esos momentos. Hizo una leve pausa y miro fijamente los ojos de la vampiro. - Si, pero desgraciadamente el no fue contigo, vino a mi con un objetivo que cumplió sin problema - con la ultima frase volteó a otro lado y caminó un poco alejándose de ella.

     

    - Quizá si era lo que querías, pero no me sentí así en aquel momento, me ganó el temor de defraudarte a ti y a los Crowley y fue lo que terminé haciendo - empuñó entonces su mano, relajó sus hombros y de su sudadera sacó una caja de cigarrillos y un encendedor - No se trata del tiempo que pasó, sino de lo que se perdió - dijo en respuesta, pues era evidente que los sentimientos de ambos no se encontraban conectados en aquel momento, sin embargo no sabía a que final llegarían en esa noche, pues la conversación cada vez se ponía mas difícil y las palabras cruzaban el viendo como cuchillos hirientes.

     

    - ¿Crees que fue fácil para mi escapar? - Preguntó sin verle aun mientras encendía su cigarrillo, dando una calada muy larga y cerrando los ojos. - Lo último que se me pasó por la cabeza era que un infeliz como selim pudiese hacerme caer en sus juegos - expulsó una gran cantidad de humo que formó una nube sobre él por unos segundos antes de disiparse. - No solo estaba el fallarte a ti, sino a todos los demás - volvió a darle una calada el cigarro mientras volteaba a ella - y ahora estamos aquí, sigo sin saber que hacer - confesó mientras expulsaba el humo con cada palabra.

     

    La idea de porque la bruja justo estaba en el lugar seguía rondando en su cabeza, era todo un plan de selim ¿O de ambos? La confianza había desaparecido en gran parte del Greyback que ahora estaba mucho mas a la defensiva, era evidente que la noche no acabaría bien si todo seguía en aquella tónica, por lo que inmediatamente procedió a preguntar. - ¿Porque has venido justo esta noche? - Su voz juzgaba con rudeza a la pálida mujer frente a él, pues se había acercado a tan solo un metro de distancia. - ¿Él te dijo que vinieras? ¿Estabas con él acaso? - Mas ideas rodearon su cabeza, parecía que perdía la cordura, lo mejor era calmarse o todo acabaría muy mal.

  3. Había pasado el tiempo, la parte física de la bruja notoriamente había cambiado, pero seguía siendo la misma actitudinalmente al menos. Ya se había presentado antes esa vana costumbre de colarse en el castillo de una u otra forma, al menos eso recordaba el Licantropo de la ultima vez que se vieron en el castillo el y Mónica. Sin embargo esta vez, todo era diferente, ella estaba ahí porque se preocupaba por él, pero le molestaba el pensar que su temor era porque Selim le hubiese dañado, ¿Pensaba acaso que era un débil que no podría con el viejo vampiro?

     

    - Parece que no se pierden las viejas costumbres - dijo el hombre son una mueca parecida a una sonrisa, la molestia seguía rondando por su cabeza pero tampoco era el momento para demostrarlo. Su brazo quedó en el aire acompañado de aquella soledad, la misma que lo acompañó por tanto tiempo, lo que significaba que la bruja no cedería y haría su explicación mas difícil, porque no era fácil para él hablar de aquello. Sin embargo tomó la botella que el elfo justo traía y le indicó el camino a su acompañante.

     

    - Vamos afuera - dijo haciendo el ademán de que saliera primero. Su cuerpo le hacía notar el nerviosismo que la bruja creaba en él desde la primer vez que la vio, era increíble lo que ella lograba en él, pero en estos momentos no debía demostrarlo, la sustanciación no estaba nada bien entre ellos y no pintaba arreglarse. La brisa aullaba al pasar entre los arboles y golpeaba con fuerza el cuerpo del moreno, por fortuna no sentiría frío a causa de su condición. Puso la toalla y la botella de agua en un tronco cortado que servía como asiento para él en los momentos que decidía fumar.

     

    - Verás.. Mónica - dijo en voz pausada, dando a notar su temor al expresar de una vez y por todas el motivo de su desaparicion. - La verdad no fue mi intención herirte si es que lo hice - la miró fijamente a los ojos para luego posar sus orbes en la majestuosidad de la luna. - Fue todo muy confuso, pero.. - Hizo una pausa y tragó las ultimas palabras que pensaba decir. No era fácil para él admitirlo, pero si había sido débil, Selim le había ganado una vez hace mucho tiempo.

     

    Flash Back

     

    - "¿Así que crees que estás mejorando en este mundo eh?" - La voz del vampiro sonaba imponente al tiempo que se acercaba al licantropo. Las manos del Greyback se hallaban empuñadas, como era costumbre al ver al padrino de su novia. - ¿Que quieres selim? - su voz denotaba el desprecio que sentía por quien enfrentaba y su cuerpo se tensionaba cada segundo que pasaba, a punto de despertar en él la furia que su poción apaciguaba muy bien. Pero entonces notó en Selim una tranquilidad, la que nunca le había mostrado, se postró en un sillón ubicado cerca de la ventana de su habitación y cruzó su pierna izquierda sobre la derecha.

     

    - "No eres nadie, ¿Crees que ascender en la marca te ayudará con Mónica?" - Una macabra sonrisa invadió los labios del vampiro mientras sus palabras taladraban la cabeza del Greyback. - "Sabes que tengo razón Greyback, sabes que no podrás darle lo que ella merece, es mayor su rango en la marca, tu solo eres un peón, ella es una reina "- su expresión denotaba mas regocijo con cada palabra, al ver que su misión se estaba viendo cumplida al hacer sentir inseguro a Andrés. - "Ya es hora de que despiertes, no la mereces, ella merece alguien que sea fuerte física y mentalmente.. Tu no aplicas "- terminó con su frase a la vez que se levantaba del sillón.

     

    - Cállate de una vez! - el grito del patriarca invadió con estrepitosa fuerza la habitación, retumbando por los pasillos, los ojos del Greyback se tornaron negros, acercándose al vampiro a punto de golpearlo. - "Inténtalo" - dijo su contrincante mirándolo con una sonrisa adornando sus labios. - "Mónica te odiará mas aun, al notar que no te puedes controlar" - esto ultimo encadenó los pies del Crowley al suelo y volvió sus pupilas al estado normal. Sabía que lo había logrado, había engañado a Andrés, haciéndolo sentir que no merecía a Mónica.

    Fin del Flash back

     

    - Eso ocurrió - dijo sin quitar entonces la mirada del astro que iluminaba el verde pasto con su tenue y delicada luz. - Lo siento - dijo en un susurro mientras bajaba la mirada a Mónica, esperando una respuesta no tan negativa por su parte.

  4. La extraña actitud de Belsebú creaba cierta incertidumbre en él, pero decidió no hacer caso, quizás aun estaba nervioso a raíz de la presencia de Selim y temía que el Greyback saliera, ya que el vampiro podía estar rondando en el castillo. Sin embargo Andrés hizo un ademán de negación y puso su varita bajo su pantalón. Hacía tanto no usaba su arma mágica que sentía que no merecía portarla. Cerró los ojos e hizo que belsebú se apartara con un movimiento de su brazo, debía ir a ejercitarse o el entusiasmo desaparecería, volviendo a caer en la cama como esperaba Selim.

     

    - Será mejor que me traigas una botell.. - Justo en ese momento la puerta de su habitación se abrió, su cuerpo entró en estado de alerta, sabía que una pelea había quedado pendiente con el vampiro y no sería nada extraño que este volviera a culminarla. Sus ojos no se apaciguaron, sino todo lo contrario, una corriente pasó por su cuerpo haciéndole paralizarse y enmudeciendo sus labios al ver quien se había encargado de abrir la puerta. La voz de la vampiro no hizo mas que exteriorizar la impresión del licantropo que aun se hallaba un poco desconcertado.

     

    Hacía mucho tiempo que había desaparecido de la vida de Mónica, la razones, eran muy complejas, fueron las mismas razones por las que había perdido el derecho a pertenecer a la marca, como a ser el patriarca de aquel castillo, las mismas razones que lo había hecho perder la cabeza a tal modo que Selim lo había controlado. No podía moverse, era como si su pasado le hubiese dado un golpe directo a la memoria, reviviendo en su mente cada uno de los encuentros que se habían llevado a cabo entre la pareja. La bruja no parecía estar muy bien tampoco, al parecer, no esperaba encontrarse con su presencia, algo raro pues estaba en su habitación.

     

    - Estoy bien - respondió por fin Andrés, con voz firme a la vez que observaba la silueta de Mónica. ¿Que la había llevado a su habitación? ¿Era acaso un plan de Selim? Muchas preguntas rondaron su cabeza, sin embargo ninguna era capaz de salir de sus labios. La pausa se hacía cada vez mayor y los labios del Greyback no pronunciaban palabra alguna, liberó su mano, pues a raíz de la expectativa de Selim, ya la había empuñado para dar el primer golpe.

     

    - ¿Que haces aquí? - Un poco agresiva se escuchó aquella pregunta, sin embargo no era esa su intención - No esperaba verte - un susurro mas leve salió de sus labios y se reincorporó - ¿Quien te ha hecho pasar hasta mi habitación? - hizo un ademán de asomar su mirada hacia afuera, para cerciorarse de que no estuviese acompañada del vampiro, sin embargo notó rápidamente que no estaba Selim ni alguno de los elfos de la familia. Era extraño que esto ocurriera, no quería pensar que estaban solos en el castillo, en especial con aquel molesto individuo rondando los terrenos Crowley.

     

    - Estoy a punto de.. Ejercitarme.. creo que necesitamos hablar, pero esto no puede esperar - extendió entonces su brazo derecho para asegurarse de que la bruja lo tomara, con la finalidad de acompañarlo, pero ¿Que le aseguraba a él que ella querría? Aquella inseguridad infundida por Selim empezaba a aflorar, el brazo del Greyback se encojia lentamente, algo que no hubiese ocurrido, nunca había sido inseguro y esperaba que la reacción de Mónica fuese mas rápida que la de su brazo.

  5. Las horas pasaban incontenibles, los momentos se hacían mas cortos que de costumbre y la actitud del Greyback seguía siendo la misma. Tirado en su cama observaba con detenimiento las columnas de su habitación, con la mente puesta en aquellos acontecimientos que habían alimentado su actual situación. Si bien sabía que no mejoraría ahí acostado, también era cierto que hasta el momento no había nada que lo motivara despertar de una vez. Su elfo no hacía mas que incentivarlo, pero desgraciadamente no era suficiente, no para él.

     

    - "Creo que debería darse una ducha amo, quizás eso le haga mejorar su humor" - la voz chillona expresaba los deseos de la criatura, mientras los oídos del Crowley hacían lo posible por ignorar la sugerencia, aunque certera, no deseaba seguirla. Sin embargo se sentó a un costado de la cama y miró fijamente a el espejo que estaba a un costado de la misma. Su barba había perdido tu toque estetico, era mas larga y desordenada que de costumbre, sus ojos no tenían aquella determinación que solían tener. Sin embargo en el reflejo se veía al fondo una sombra, que al parecer empezaba a materializarse con mas fuerza.

     

    - "Vaya, parece que estás intentando despertar "- la voz esta vez mucho mas imponente, hizo abrir por completos los ojos del Greyback, su expresión cambió y en un ademán se colocó en pie para observar fijamente la figura que estaba tras de él. - "Si Greyback, soy yo "- decía el vampiro mientras salía de las penumbras con una sonrisa macabra en sus labios, era Selim. Aún no comprendía como estaba ahí, aunque si sabía que las capacidades de aquel despreciable ser, le permitirían entrar sin se detectado por los elfos.

     

    -" Largo de aquí "- exclamó Belsebú mientras Andrés continuaba aun sin decir palabra alguna. -" Silencio asquerosa criatura, no mereces dirigirme la palabra" - respondió el vampiro clavando sus ojos en los del elfo, intimidandole de manera inmediata, haciendo que el mismo bajase la cabeza. - "Bueno bueno, ¿A que se debe este cambio? "- dijo esta vez dirigiéndose al Crowley -" ¿Crees acaso que esta vez será diferente?" - Selim, sabía perfectamente todo lo que había pasado y se encargaba desde hace mucho tiempo de mantener al Greyback ahí, recordando todo lo malo que le había pasado.

     

    Era casi imposible que Selim pudiera poner a Andrés en aquel estado en que se encontraba, pero tenía razón, la ultima vez todo terminó mal, era inútil tratar de recuperar lo perdido, al menos esa fue la idea que el Vampiro incubó en la mente del Licantropo, aprovechando su debilidad. - "Tu padre estaría muy decepcionado" - lanzaba comentarios entre muecas de burla, mientras el Greyback no hacía nada mas que recibirlas.

     

    - Tienes razón - respondió el Greyback por primer vez en mucho tiempo, los orbes de Selim detonaron lo preocupante que para el era aquella reacción.- Si viera como estoy ahora, se sentiría avergonzado de mi, siendo condicionado por un est****o vampiro - esta vez el Greyback lo miró fijamente y con una pequeña mueca de sonrisa que se apoderaba lentamente de sus labios. En ese momento se escuchó el toqueteo de la puerta, por lo que Belsebú partió a la puerta. - ¿Creíste que podrías hacerlo por siempre? - dijo negando a la vez que hacía su cuello tronar.

     

    - Es momento de que te marches, Selim - dijo empuñando sus manos. Era obvio que no podría vencerlo en una batalla física, se había pasado los últimos años tirado en la cama, lamentándose por lo que pudo haber cambiado, era el momento de cambiarlo, El Vampiro estaba incrédulo, sin embargo volvió a su estado normal, y lanzó una sonrisa - "Volverás a caer Greyback, lo sé" - diciendo esto salió de la habitación por la puerta principal. El Greyback había planeado darse una ducha y ver como estaba su familia, hacía mucho no tenía una conversación con quienes vivía, por muy sarcástico que esto fuese.

     

    El vapor inundó su habitación al abrir la puerta del baño, se acercó al armario y rápidamente tomó una camisa sin mangas y un pantalón paraejercitarse, lo primero que debía hacer era mejorar su estado físico, luego las cosas vendrían por si solas. Antes de salir, fue interrumpido por su elfo, quien parecía estar preocupado, se sorprendió al ver que Selim ya no estaba y que el moreno estaba a punto de salir, e intentó detenerle -" ¿A donde va amo? "- dijo su voz un poco mas débil que de costumbre - "¿Desea que le traiga algo? "- su intención era clara, evitar a toda costa que dejara la habitación, Mónica estaba en el castillo.

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  6. Un fuerte dolor se apoderaba de su cabeza, nublando su vista a tal grado que no lograba distinguir mucho el lugar, el mareo se encargaba de hacerle tambalearse, quizá lo que había hecho la noche anterior, era la razón de aquella situación desagradable, pero lamentablemente no recordaba nada de lo que había ocurrido. Tomó su cabeza entre sus manos y cerró los ojos con fuerza, tratando de soportar el dolor que cada vez se hacía mas agudo, sin soportar mas se colocó de píe y su vista comenzó a aclararse, hasta notar que estaba de regreso en el castillo Crowley.

     

    - Pero, ¿Que hago aquí? - Dijo desconcertado, pues hacía mucho tiempo ya había partido hacia lugares muy lejanos, quizá porque sus decisiones no habían sido las mejores y deseaba darse un respiro, alejar a su familia de las consecuencias de sus actos. Sin mas simplemente chasqueó los dedos y como era de esperarse Belsebú apareció frente a él, sorprendido pues hacía mucho no escuchaba los dedos de su amo, nisiquiera el pequeño y viejo elfo sabía donde había ido el licantropo.

     

    - "¿Que desea amo?" - La aguda voz de la criatura rompió el silencio un poco asustada, quizá había algo en él que aun no notaba pero poco le preocupaba, solo quería que el dolor se pasara y pensó que bebiendo un poco sería suficiente para que su cuerpo se acostumbrara nuevamente al lugar, pensaba que el Vodka tenía poderes curativos, al menos eso se hacía creer para no dejar de beber aquel delicioso néctar. No hubo necesidad de articular muchas palabras, la garganta del Greyback estaba seca, necesitaba sentir el Vodka humedecerla o comenzaría a ser agresivo.

     

    - Vodka - dijo firme mientras miraba al elfo, quien desapareció de inmediato en busca del pedido de su amo. Mientras esto ocurría el ojinegro se despojaba de sus ropas, las cuales parecían no estar del todo completas, aunque esto ya no le extrañaba, de seguro había tenido una transformación y así acabaron sus prendas. Solo las tomó y sin ejercer mucha fuerza las vio caer en el suelo, quedando solo en ropa interior mientras buscaba una toalla, pues pensaba darse una ducha; sintió de repente un tirón en su espalda que le causaba un dolor insoportable, al parecer lo de anoche fue mas que una transformación.

     

    - ¿Que demonios pasó? - Decía en voz baja mientras tomaba la toalla y se dirigía hacia el cuarto de baño antes de ser interrumpido por Belsebú con su pedido, una botella de vodka acompañada de una copa con hielo. Dejó la copa de lado y bebió directamente de la botella, bebiendo un cuarto de esta en el primer trago para luego expulsar un largo suspiro. Los ojos del pequeño elfo aun estaban un poco aterrados por la presencia del Greyback, lo cual molestó un poco a Andrés.

     

    - ¿Que es lo que tanto miras? - Dijo levantando un poco la voz, quizá sacando su tono de la habitación, pero eso poco le importaba, la cabeza de Belsebú se agachó y simplemente señaló el espejo, así que el moreno fue hasta el espejo que cubría por completo su cuerpo y pudo ver lo que tanto aterraba al pequeño; su cuerpo tenía muchas cortadas, unas mas profundas que otras, algunas ya sanas y otras aun sangrantes, la sorpresa acompañaba el rostro del mortifago quien aun no entendía que había pasado. Unos minutos quedó en shock, pero luego recobró la consciencia, sacudió su cabeza y sin decir nada entró a la ducha, a limpiarse la sangre y sanar sus heridas.

  7. Una sorpresiva voz puso en alerta los sentidos del licantropo, quien desenfundó su varita con rapidez y tomó posición de batalla rápidamente, fue solo hasta cuando intentó reconocer el rostro que había llegado hasta él, que decidió bajar un poco la guardia al ver que era una mujer. Observó de pies a cabeza la vestimenta de la bruja, intentando reconocerle de alguna manera u otra, pues a pesar de sus intentos, la imagen de un recuerdo no se hacía presente con el rostro de la bruja.

     

    - ¿Quien eres? ¿Quien te dejó pasar? - Dijo el Greyback en tono un poco alterado, pues la bruja sabía su nombre. Debía saber quien era esta extraña mujer, pues no podía recordarla del todo, menos con el alcohol que había ingerido en aquel preciso momento. Intentó tranquilizarse, por lo que serenó su cuerpo y bajó la guardia un poco, hizo un ademán y prosiguió a tomar la palabra nuevamente.

     

    - Pido disculpas, es que es bastante tarde y no esperaba a alguien que no recordara - dijo avergonzado un poco, pues no era su estilo olvidar rostros, sin embargo comenzó a afiliar rasgos faciales con los que recordaba de algunos lugares que poco frecuentaba, un poco en el pasado tuvo que viajar para recordar algunos rasgos de la mujer, en la academia, Niqui, esa era ella, por lo que pudo notarse el cambio en el Greyback rápidamente, acercandose para propinar un suave beso en la mejilla de la bruja.

     

    - Disculpa, no te había reconocido Niqui - sonrió el ojinegro y procedió - pero será mejor que nos vayamos adentro, aquí comenzará a hacer frío - extendió su brazo en un arco, para que la mujer lo tomase. - Ven, te invito a conocer el castillo Crowley - esperó la reacción de la bruja para actualizarse de su vida, pues desde aquel entonces en la academia, no habían llevado una conversación duradera, esperaba que esta vez hubiese tiempo por parte de ambos.

  8. El tiempo parecía alargarse con aquel acompañante, no por el buen momento, sino por la falta de conversación, la idea de estar acompañado de Selim no cumplía su objetivo, pues aun para aquel momento la Haughton no había hecho acto de presencia. Negó lentamente al notar que no pasaría mucho tiempo antes de que el ambiente se tornara aun mas tenso, por lo que prefirió cambiar el lugar, para evitar una posible pelea dentro del castillo, pues los daños serían muy notables.

     

    - Creo que debemos ir afuera, a esperar a que llegue - dijo el licantropo sereno mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a un gran ventanal que daba a los jardines del castillo. No estaba seguro si Selim lo seguiría, pero el siguió el rumbo, tan afuera que al notarlo, estaba a mas de 10 metros de distancia del ventanal, al voltear a ver a Selim, solo vio las cortinas salir de la casa a causa de la fuerte brisa. Se preguntaba si acaso el vampiro había decidido irse, pero pronto supo la respuesta a esa duda.

     

    - "creo que intentas huir de algo Greyback, ¿O de alguien?" - dijo burlón para luego beber un largo sorbo de vodka, en su caminar se notaba que el licor comenzaba a cumplir con su función, ahora solo sería cuestión de algunas palabras para comenzar una batalla en la cual ambos saldrían dañados. Prefería evitar, por lo que en un movimiento de su varita, tuvo el envase de cristal en sus manos y bebió todo el liquido de golpe, grave error.

     

    - Creo que debes controlarte Selim - dijo un poco serio, pues sentía el liquido caliente recorrer su garganta, al ser una gran cantidad, pudo sentir a su vez como subía con la misma velocidad a su cabeza, el mareo se apoderó de sus sentidos y cerró los ojos por unos segundos. Al sentirse con mas control sobre su cuerpo levantó la mirada y la fijó en el vampiro.

     

    - "Jajaja, quien iba a pensar que eras tan débil ante el licor Greyback" - se burlaba el hombre del ojinegro, quien empuñaba sus manos tratando de no ceder ante la burla, se sacudió y se puso en una posición erguida. No era nada que no pudiera controlar, de eso estaba seguro. Se encaminó hasta unos metros mas lejos, viendo entoces en su plenitud a la luna, la cual brindaba un brillo pleno en aquel prado limpio, sin ningún arbusto o árbol que obstaculizara su tenue luz.

     

    - Mejor vete de aquí Selim, no creo que sea prudente que estemos juntos, estando ebrios. - Dijo en tono serio el pelinegro, quien movía en ese momento un mechón que interponía la vista de su ojo derecho. Se fijó con una mirada penetrante en la figura del vampiro, dandole a entender que en serio debía irse, que el momento de conocerse sería otro, porque esa noche el licantropo no estaría disponible para esa charla.

     

    - "Bah, será mejor irme, no quiero otra discusión con Mónica por tu est****a falta de control" - respondió y no dejó que Andrés respondiera, desapareciendo del lugar en un segundo. El enojo del Greyback se quedó sin ser expulsado, pues ahora se encontraba solo, caminó hasta una roca grande que estaba situada a unos metros de distancia y se sentó sobre lo mas alto de la roca, disfrutando del paisaje que desde ahí se contemplaba. Como si algo mas pudiera pasar, ahí estaba esperandolo.

  9. En los jardines del castillo, una gruesa y alta figura se lograba divisar, acostado entre la oscuridad que era interrumpida en algunos lugares por la casi imperceptible luz de la luna. Las nubes creaban mas oscuridad de lo normal aquellas noches. El Greyback se dedicaba a pensar, como la mayoría de su tiempo libre. Habían tantas cosas en su cabeza, desde su empleo en la academia y dentro de la marca. Su cabeza estaba mas ocupada de los asuntos laborales que los personales, a tal grado que se estaba quedando solo. No entablaba conversación con un amigo fuera del trabajo desde hace ya un buen tiempo y una buena noche con buena compañía, le haría bien al licantropo.

     

    - Solo espero que llegue alguien - siseó sonriente mientras sacudía su traje al levantarse de la grama, se encaminó a la puerta del castillo e ingresó hasta la amplia sala, donde los cuadros abundaban y un gran comedor de 18 puestos se hacía presente. Se dirigió rápidamente hacia el estante de licores y tomó la botella de vodka mas grande que había en el lugar, la descorchó y de un gran sorbo, bebió gran cantidad del caliente licor.

     

    El fogaje bajaba por su garganta mientras su cuerpo se encaminaba a la cabecera del comedor, donde acostumbraba comer, justo en la silla que daba hacia la entrada. Cruzó sus piernas de manera elegante mientras encendía un cigarrillo, como si esperara a algún invitado especial, solo sería cuestión de segundos al parecer, pues el licantropo parecía estar listo para recibir a quien sea que llegase.

     

    - ¿Parece que no te gusta usar las puertas no? - Dijo el ojinegro sonriente para luego dejar salir una larga nube de humo blanco de su garganta. Sirvió otra copa de vodka esperando que su acompañante lo bebiera con agrado, esa noche prometía ser interesante, o al menos eso esperaba el croft. Se acomodó la corbata como ultimo detalle y solo esperó que la sombra tomase asiento junto a él, para así iniciar una muy posible y amena conversación.

     

    - " bien sabes que no soy de los que sigue las reglas, menos las que son dictadas por un perro como tu " - Dijo el Vampiro sonriente mientras tomaba de la mesa el trago de vodka - "debo admitir que al menos tienes buen gusto para las bebidas Greyback "- agregó de manera breve, pues no eran los mejores amigos y adularlo no entraba entre la normalidad del asunto. No esperaba que la noche fuese tranquila, por el contrario si todo se llevaba a cabo como normalmente, el castillo sufriría graves daños.

     

    - Claro, tengo gusto para el licor, como lo tengo para las mujeres Selim - agregó con una sonrisa hipócrita, haciendo énfasis en la situación que molestó tanto alguna vez al vampiro. No tenía intenciones de pelear, pero si le gustaba fastidiar al hombre, sobretodo con el tema de su ahijada, el cual le hacía perder la cordura muy rápidamente. Tal y como lo espraba, el hombre reaccionó de manera inmediata.

     

    - "será mejor que cuides tus palabras sucio perro" - amenazó el vampiro apretando la copa en su mano.

     

    - Sabía que comenzarías con las amenazas, cuidado, no sea que te cortes y tenga que venir tu ahijada a cuidarte - dijo en un tono amenazante y sonriente, esperando a que selim respondiera, solo que si llegaban a los golpes, tenía todo planeado para arrancarle de una vez por todas, la vida al vampiro.

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  10. http://i.imgur.com/ZDeIAy5.png

     

    Las calles de Ottery, la noche anterior.

     

     

    Los oscuros orbes del licantropo se mantenían fijos en el la copa que en su interior llevaba aquel liquido transparente que se había encargado de alterar los sentidos del licantropo con el pasar de las horas. A pesar de ya tener mas de tres horas bebiendo vodka, el licantropo aun se mantenía en de manera optima, solo que su agresividad comenzaba a notarse cada vez que pedía un trago al mesero. Su parte déspota y denigrante se hacía presente a tal punto que cada uno de los presentes en aquel pequeño bar, se sentía intimidado ante la forma de hablar del moreno.

     

    La razón de su estadía ahí, era pagar un pequeño favor que le habían hecho, pues el dueño de aquel pequeño local, le debía unos galeones a uno de sus amigos, y el se encargaría de cobrárselos con Vodka, el trato no podía ser mejor, Andrés ganaba desde todos los puntos de vista, pues podría beber todo el vodka que deseara y no le debería aquel favor al otro mago. Sin embargo algo había demás y podía presentirlo, el ambiente se sentía pesado desde su ingreso y aunque eso no le preocupaba siempre se mantenía alerta con la varita en su antebrazo izquierdo.

     

    La vestimenta del licantropo era sencilla. Como muchas otras veces se vestía de negro, la elegancia fluía en su vestir, en especial al terminar en aquellos zapatos negros que brillaban con cualquier reflejo que los iluminara. Pronto el vicio constante del Greyback se hizo sentir y de su pantalón sacó una caja de cigarrillos, sacó uno y lo encendió rápidamente. Ahora estaba mas relajado que antes pero pronto la tranquilidad se vería interrumpida.

     

    - "Disculpe señor, pero aquí no se puede fumar" - dijo el camarero con decisión -grave error- el ojinegro dejó que se dibujara una suave sonrisa en su rostro y volvió a inhalar el cigarrillo, para luego expulsar el humo en el rostro del mesero.

     

    - ¿Quien te crees tu, para decirme que hacer? - Hablaba aun sentado de una manera cómoda, mientras continuaba con su cigarrillo en los labios. El mesero ofendido dio vuelta, dándole la espalda al mortifago y partió rumbo a la cocina. Andrés se sintió victorioso, aunque no era así. En un par de segundos el mesero volvió con dos hombres fornidos, del alto del Greyback.

     

    - "Saquenlo muchachos" - dijo el mesero con la misma decisión con la cual le había prohibido al Croft fumar en una ocasión anterior. Los ojos del Greyback se abrieron un poco y sus cejas hicieron una mueca de incredulidad, solo fue hasta cuando uno de los hombres tocó su brazo derecho que lo miró con firmeza.

     

    - Será mejor que me sueltes, por tu bien - dijo en un tono amable sin moverse.

     

    - "Será mejor que te calles y te vayas" - replicó el hombre que mantenía su mano firme en el brazo del licantropo y apretaba con fuerza. Los ojos del tempestad se cerraron y solo bastó con dar un respiro largo para acabar por completo el cigarrillo, el cual con el impulso de sus labios lanzó hacia el rostro del hombre.

     

    - Cállate, sangre sucia - alzó la voz el mortifago quien de inmediato soltó su brazo, aunque en vano porque el otro hombre le había agarrado ambos brazos desde su espalda. Sintió fastidio, pues sabía que con sus habilidades de hombre lobo no tardaría nada en librarse de ellos. - Mala idea amigo - le dijo Andrés y dio un cabezazo en la nariz de quien intentaba apresarlo.

     

    - Esto es por insolente - dijo acercándose al mesero y lanzó la botella de vodka contra las que se encontraban tras la barra, haciendo que todas se quebraran y el piso se hallase lleno de licor inflamable. - Y esto, por diversión - dijo con una macabra sonrisa en los labios. Hizo que su encendedor liberase fuego y lo dejó caer, desapareciendo de inmediato del lugar que en cuestión de segundos, se incendiaba a causa del licor que cubría el piso.

     

     

    Lago negro, lugar de la clase.

     

    La brisa movía un poco el cabello del ojinegro quien cubría sus orbes con unos lentes oscuros, aunque no lo quisiera en sus ojos se notaba que la noche anterior había bebido y no creía pertinente dejarse ver en ese estado de sus alumnos. Sin embargo ya antes había dejado en su escritorio una nota.

     

    Flash back

     

    En aquel salón de clases se hallaba la presencia del Greyback, quien se encontraba dejando una nota en lo que podía haber sido su escritorio en compañía de la maestra del bando fenixiano. Debía aceptar que no era de su elección trabajar con aquel tipo de personas pero era la forma de trabajar en la academia.

     

    Si a la clase quieren llegar, esta caracola deben tomar, pero si le temen a lo desconocido y a lo profundo, es mejor que vuelvan a sus casas.

     

    Cordiales saludos

     

    Andy Greyback y Cye Lockhart

     

    Fin del flash back

     

    Esa nota podía ser un poco agresiva para quienes apenas iniciaban la academia, sin embargo así se prepararían para lo que pronto estaban a punto de vivir, en especial siendo el tempestad su maestro. Se encontraba con un traje negro en sus totalidad y sus manos escondidas en los bolsillos del pantalón. Siempre tenía ese aire de elegancia, pero ahora traía un toque de misterio, ya que los alumnos no sabrían que hacían ahí.

     

    A su derecha se encontraba una mesa, en la cual habían quince recipientes con unas plantas, parecidas a unas algas. Ahí estaba el inicio de su clase.

     

    - Buenos días alumnos, mi nombre es Andy Greyback y soy su maestro de Generales - hizo un hincapíe en aquello mientras retiraba los lentes para que los chicos viesen sus ojos en plenitud. - Se preguntarán porque esa nota tan misteriosa y porque no daremos la clase en un salón - decía pausadamente aunque no esperaba respuesta - sencillo, el lago negro será su salón de clase - soltó una leve sonrisa que dejaba ver que algo ocultaba.

     

    - Pero de explicarles se encargará mi compañera Cye - dijo dando un paso a su derecha para darle espacio a Cye para hablar. Mientras el guardaba sus lentes en su saco, analizaba el lugar y a los estudiantes, quienes algunos lucían ansiosos y otros no tanto, eso le daba cierto interés al mortifago, ahí vería quienes tenían potencial para un futuro.

     

    Off:

     

    Hola chicos, bienvenidos a la academia y al foro para quienes no conozco (que son la mayoria xD)

    Me llamo Andrés, tengo 19 añitos (un bebé :$ (?) Bueno, espero que cada uno se presente on y off, que muestren como es su personaje con descripciones que vayan mas allá de lo físico, hablen de lo que sienten con el misterio.

     

    Acá, su primera tarea chicos xD

     

    Plan desarrollado de la primera tarea:

     

    Rol de llegada: En este rol nos deberán decir ¿cómo se enteran de la clase?, ¿cómo llegan al salón de clases?, cómo se sienten sus personajes y sus impresiones.

     

     

    Cuestionario 1

     

    1-. ¿Cuántos Departamentos Ministeriales Integran el Ministerio de Magia?

    2-. ¿Qué oficina es la encargada de realizar los exámenes de aparición y vuelo?.

    3-. ¿Quiénes son los Directores de los Deptos Ministeriales?

    4-. ¿Qué tramites se pueden realizar en el Banco de Gringotts?

    5-. ¿Quiénes son los moderadores del foro?, ¿Cuál es su función?

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  11. La apacible brisa se colaba por las ventanas de su habitación, mientras los ojos del licantropo se mantenían en un punto fijo en el techo, el cual no tenía razón de ser. Hacía ya varios minutos que se encontraba ahí acostado en su cama con las manos detrás de la cabeza, como si estuviese pensando en algo o en alguien. Si bien había tenido mucho tiempo para descansar, el mortifago se había dedicado a ser cauteloso al momento de hablar y actuar pues muy pronto llevaría a cabo un plan que podría dejar a muchos, en especial a los fenixianos con una expresión de sorpresa en sus rostros.

     

    Sabía que tenía un compromiso que cumplir y con este recordaría su larga estadía en la academia de magia y hechicería. Se puso en pie para caminar hasta el espejo, observándose por un momento solo vistiendo unos boxers de color negro. Luego de unos minutos mas en aquel estado pensativo se encaminó hasta el baño, donde tomaría una ducha que le haría despertar un poco, no pretendía ir al lugar con esa actitud o no duraría mucho en la actividad que planeaba cumplir.

     

    Se adentró en la ducha, abrió la regadera rápidamente y sintió como el agua helada caía sobre su piel que siempre mantenía una temperatura mayor a la de los humanos. Disfrutaba de aquella sensación de cambio, en especial porque relajaba sus músculos y podía tener un momento de disfrute por varios minutos.

     

    No fue mucho el tiempo que necesitó para aparecer en el lugar donde debía estar para el simulacro de la clase, donde se llevaría a cabo la interesante contienda entre los estudiantes de Duelo Avanzado. Su compañero de bando, Zack, lo había invitado para formar parte de aquel interesante requerimiento para pasar la clase. Ahí se verían las habilidades de los aprendices de la marca, algo que sin duda les abriría las puertas en la marca tenebrosa. Pronto pudo reconocer a un par de chicas con las cuales ya había interactuado antes.

     

    Luego de las presentaciones y ubicaciones de grupo, se acercó hasta donde sus compañeros de batalla se encontraban y al parecer una en particular era muy activa la cual parecía tener intenciones de nombrarlo como líder. La idea no era mala, el podría guiarlos bien quizá, pero no era su actividad, era de ellos por lo que luego de dejarla hablar intervino.

     

    - No es a mi a quien calificaran mis habilidades, podría aceptar, pero veo que tu tienes una actitud de liderazgo nata Alia- dijo el Greyback con una notable sonrisa en sus labios. No había mas que decir, pronto se llevaría a cabo la contienda, por lo que se posó a diez metros de sus contrincantes, metraje que mantendría sin importar que los enemigos se acercaran. Su varita estaba lista para iniciar la acción, ahora solo era cuestión de asesinar.

     

    - Empecemos de una vez - dijo el Greyback sonriente.

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  12. Todo había terminado, el Greyback caminó lentamente hasta pasar junto a su muralla de metal, luego se puso tras de la misma, esto lo defendería de cualquier ataque directo que le enviaran. Iba observando el paisaje, a decir verdad era bastante cómodo, pero no había mucho que hacer, su objetivo había sido cumplido y ahora era momento de descansar. Se sacudió un poco y bandeó su varita para guardarla bajo su chaqueta, en su manga izquierda.

     

    - Bien, nos veremos en la próxima - dijo burlón mientras negaba. Ya había llegado tan lejos que era casi imposible verle y si alguien intentase atacarle, su muralla lo defendería, deteniendo los ataques. Cerró los ojos y por un momento respiró el puro aire de la naturaleza, se sentía muy a gusto en la isla en general, pero aquel ambiente a muerte, le daba el toque especial a esa área.

     

    En unos segundos dio una carrera la cual terminó en su desaparición del lugar.

  13. Ahí se hallaban las almas, libres e indefensas ante cualquier ataque que el Greyback quisiera hacer. No quería aguantarse y sería directo, tomaría esa alma como suya, dejando al equipo de la dama del lago sin uno de sus tesoros, una de las razones de su estadía en el torneo. Sonrió con malicia y bandeó su varita hasta ponerla firme frente a él, apuntando directamente a el alma.

     

    - Fuego maldito - dijo con firmeza, haciendo que un lobo de fuego saliera de su arma mágica, dispuesto a seguir las ordenes de su creador. Las ordenes eran claras, destruir el alma y darle la victoria al Grupo del Greyback. Sonrió, se sentía deseoso de culminar aquel ataque y llevarse la victoria.

     

    - Fuego maldito - repitió con fuerza, casi enviando un grito. Un nuevo lobo apareció y salió al igual que el anterior en embestida, impactando de lleno contra el alma, acabando con la existencia de la misma. Todo había culminado, el alma desapareció y la victoria era para el equipo Ginebra.

     

    - Se terminó - dijo el licantropo viendo como la capa gaseosa se dispersaba, dejando ver su rostro lleno de satisfacción. Habían ganado.

  14. - Detritus - dijo el Greyback con firmeza, creando una capa gaseosa que cubrió su cuerpo, evitando de aquella forma que rayos e invocaciones le afectaran. Sonrió, le gustaban aquellos hechizos que tenía en ese momento, sabía usarlos y lo demostraría en aquel momento. ¿Era momento de atacar? Preguntaba a si mismo en su mente, no gastaría los ataques, se mantendría a la defensiva pero de manera eficaz por lo que volteó y apuntó tras de si.

     

    - Fortificum - espetó con fuerza, haciendo que a 4 metros de distancia, una muralla de metal se levantara. La única razónde existencia de aquella, era ser usada pronto, si alguien mas lo hacía, del equipo contrario, llevaría consigo unas muy grandes consecuencias.

     

    - A jugar- dijo el Greyback con una sonrisa plena en sus labios.

  15. Los ojos del Greyback se abrieron con firmeza una vez sintió su marca arder, sabía lo que eso significaba. Era hora de atacar a los integrantes del área de la dama del lago, los mismos que no hacía unas horas habían atacado su area pues debía pagar con su vida aquel atrevimiento. Se sacudió, pues se hallaba en el suelo y después de esto se acomodó el traje, listo para la acción decidió desaparecer del lugar.

     

    - Buenas - dijo una vez se materializó donde el llamado a las armas por parte de Juve se había dado. Era momento de atacar con firmeza, no tendría piedad y pronto acabaría con una de las almas de aquel equipo. Se posó a 10 metros de distancia de sus enemigos, los mismos que mantendría sin importar que aquellas personas se acercaran a él. Pronto comenzarían a caer los cadaveres y tendrían un alma menos o el moriría.

  16. Solo se dedicaba a escuchar lo que la mortifaga líder decía. No se encontraba de total humor, pues se había perdido la acción últimamente y solo quería aprovechar la ocasión para mostrar lo bueno que podía ser defendiendo el par de almas que estaban bajo la custodia del grupo ginebra. Estaba cruzado de brazos, observando con atención a Juve, quien hablaba con mucha autoridad, no diría nada, solo deseaba pasar aquel reto, la verdad el trabajo en equipo era bueno, pero se debía mantener el orden o podrían acabar mal.

     

    - Lo mejor sería que alguien atacara, así podría tener un poco de acción - dijo el licantropo mientras caminaba con sus manos en los bolsillos de su pantalón. Sentía ansiedad, por lo que sacó una caja de cigarrillos de su chaqueta y encendió uno sin esperar nada. La calada pudo haber sido la mas larga que alguna vez había dado a un cigarro, sin embargo dejó de lado eso mientras miraba el terreno donde estaba.

     

    - Que lindo - dijo irónico, la molestia se notaba en su voz e incluso en la forma en la que el humo abandonó su cuerpo, por medio de un largo suspiro. La cantidad de humo fue tanta que pudo crear una pequeña nube sobre el licantropo, quien se dedicaba simplemente a terminar su cigarrillo, esperando aunque fuese solo un poco de acción.

  17. Había cumplido, llegó a tiempo para ver a su hermana recibir su diploma, pero aquella pequeña actitud asocial que pocas veces se creaba en él, hizo presencia. No tenía muchas ganas de seguir en el lugar, y no por nadie en especifico, solo deseaba un buen cigarrillo y una copa grande de vodka. Podría beberla en el lugar, pero como era de esperarse, la compañía no era la justa para el momento, no bebería con su hermana pues ella estaría ocupada celebrando con sus ex-compañeros, sin embargo intentaría estar mas tiempo, para no ser muy evidente.

     

    Se acercó a la mesa donde se hallaban las bebidas y agarró la botella de vodka, de donde normalmente las personas se sirven, tomó una copa y se volvió a donde se hallaba Claudia. Fue recibiendo felicitaciones a medida que el Greyback llenaba y bebía de aquel liquido que al pasar por su garganta quemaba de una manera única que le encantaba al licantropo. Puso la botella en la mesa, estando esta ya consumida por la mitad y sacó un cigarrillo para encenderlo, en ese preciso momento, una voz muy conocida fue percibida por su agudo oído, por lo que volteó a mirar encendiendo el cigarro.

     

    - Vaya, que sorpresa - dijo en tono bajo, pues el cigarrillo en sus labios no le permitía hablar del todo bien. Dio una calada larga al pitillo de papel y volvió a servir un trago, manteniendolo en el mismo nivel. Hacía mucho que no veía a Leah, pero la chica no había cambiado ni un poco, en especial en su peculiar sentido del humor. Negó al escuchar la pequeña introducción de saludo entre las brujas y simplemente continuó con lo suyo.

     

    - Si, hace mucho que no te veía, aunque no es que hayas cambiado mucho - dijo el Greyback posando su vista en los ojos de la demonio y sonrió levemente. No pasó mucho tiempo para que su hermana le diera el regalo que Leah le había traído y negó un poco guardándolo en el bolsillo interno de su chaqueta. La Crowley partió, dejando solos al Greyback y a la Black, hacía mucho que no hablaban y en aquella situación, el licantropo no era la mejor compañía, pero haría un esfuerzo, era una de las pocas personas con las que le agradaba estar.

     

    - ¿Que ha sido de ti? Hace mucho que no te veía, ¿Acaso te secuestraron los centauros? - Bromeó el Croft riendo un poco y luego hizo un ademan con el vaso de Vodka - ¿Un poco de vodka? - Preguntó mientras daba una ultima calada del cigarrillo, pues no sabía si a ella le molestaba el humo y prefería evitar molestias futuras.

  18. Hogar de la familia Croft

     

    No se acostumbraba aun a su nuevo hogar, aunque tenía un lugar en la Crowley, desde que había dejado el patriarcado todo había cambiado y prefería asimilar el cambio solo. No tenía mucho tiempo perteneciendo a esta familia, no se sentía el mismo pero sabía que era cuestión de tiempo para que se sintiera como uno mas en la familia que recién comenzaba. Su habitación no era muy diferente a la del castillo Crowley, pues el tenía un solo estilo y lo llevaría donde quiera que fuera. Se sentó sobre su cama por unos instantes, su vida no estaba del todo organizada y temía a fallarle a su padre en su recorrido en la marca.

     

    - ¿Crees que podré? - Preguntaba a su elfo, el cual aparecía desde el baño, luego de prepararlo para Andrés. Su preocupación comenzaba desde el instante que había dejado de ser patriarca en su familia sanguínea, ahí falló a la sangre y temía lo que esto podría traer consigo. Sin embargo procuró dejar eso de lado y se despojó de su vestimenta para dirigirse a darse una ducha y así alistarse para lo que acontecería.

     

    - No lo dudo amo - dijo la criatura justo antes de que el Greyback entrase, pero este no lo escuchó. Dentro se miró por unos segundos al espejo, en su mirada aun permanecía el deseo de venganza desde aquel día que los fenixianos irrumpieron en los terrenos de Mónica a interrumpir lo que hacía mucho tiempo esperaba. Aquella era otra razón por la cual pensar que había fallado, pues la relación había dejado de existir. Cerró los ojos y se metió en la ducha, abriendo la regadera para dejar caer el agua helada sobre su espalda. Esperaba poder relajarse antes de partir.

     

    Academia de magia y hechicería - Gran Salón.

     

    Los pasos del Greyback se escuchaban resonar entre las paredes de piedra que creaban el sendero hacia el gran salón. En unos instantes estuvo en el lugar y dio un vistazo justo luego de pasar del limite de la puerta. La razón por la cual había llegado aquella noche a la academia era solo una, pasar a felicitar a su hermana quien tardó mucho mas que él y eso era mucho tiempo. Pronto pudo ver a su hermano, quien ahora tenía el cargo de director de la academia; hizo un ademán con su cabeza y se dirigió hasta una viga donde dejó descansar su espalda para observar a todos y cada uno de los presentes.

     

    - ¿Donde estás Claudia? - Susurraba mientras intentaba dar con el paradero de la bruja. Pronto la vio, pues se encontraba frente a León recibiendo su diploma. Lo había logrado al fin, eso merecía un gran abrazo y un presente que en aquel momento no le daría pero que de seguro le haría llegar. Luego de verla bajar se acercó y le dio un cálido abrazo, como los que normalmente destilaba al ser un hombre lobo.

     

    - Felicidades, creo que la espera valió la pena - dijo en broma, pues sabía que eso le haría enojar pero al menos sacaría una sonrisa de su rostro. Habían muchos graduados, distinguía algunos pero no los felicitaría, pues su factor social no era el mas agudo. Sin mas se separó lentamente de la Crowley, esperando que algo interesante sucediera.

     

    Off:

     

    Felicitaciones a todos, en especial a Claudia la cual es la ganadora a mas tiempo en la academia de magia y hechicería(? okno xd y a Gaspard. Saludos y la aventura comienza ahora.. xD si son de bando y sino.. También(?

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  19. En las Mazmorras con Zack - Alta.

     

    Poco a poco comenzaba a sentirse mejor, pudo ver como su prensa superior era retirada, dejando ver de manera explicita sus heridas, las cuales pronto fueron tratadas con unas pequeñas gotas que rápidamente cerraron las heridas del licantropo. Comenzaba a sentirse mejor, por lo que intentó ponerse en pie mientras Zack continuaba con su labor. El malestar seguía presente en su cuerpo, sin embargo lo soportaría, no aguantaba estar ahí y quería salir lo mas pronto posible rumbo a su hogar para descansar como era debido.

     

    Pronto recibió de él la noticia de su salida y tras esta un papel. Pudo notar que la actitud del muchacho no era la mejor, sin embargo no estaba en condiciones de iniciar una batalla y menos si se trataba de una física, perdería sin dudarlo, por lo que simplemente recibió el papel e hizo un ademán con la cabeza, dio media vuelta dándole la espalda al hombre y paso a dirigirse a la salida, no sin antes decirle algo al hombre.

     

    - Ya nos veremos - siseó con seriedad sin mirar al hombre, saliendo del lugar.

  20. Mazmorras, con Zack

     

    Aquella sensación de caída que creaba en él el hechizo reanimador, se hizo sentír y el cuerpo del licantropo reaccionó dando un salto que lo dejó sentado y con su mirada fija en el sanador. Zack Black, aquel vampiro serían quien se encargara de ayudar al Greyback a recuperar su estabilidad física y estar listo para en cualquier momento, cobrar su venganza. Sintió como sus heridas sanaron levemente, permitiendole de esta forma poder expresarse mejor.

     

    - Gracias, supongo - dijo un poco molesto mientras en su rostro se reflejaba el gesto de molestia que las heridas le causaban. Sin embargo fue solo mientras las cortadas se curaban. Esperó entonces a que la rutina terminara pronto, pues al observar el lugar veía lo poco cómodo y confortable que era, solo tenía deseos de irse a beber un poco, y relajarse para planear todo lo que de ahora en adelante vendría.

     

    - ¿Ya puedo irme? - Preguntó el ojinegro con prisa, pues no tenía muchas ganas de permanecer ahí, lo mejor era partir pronto, para así liberarse de las molestas heridas.

  21. Mazmorras.

     

    La fuerza del viento azotaba con firmeza las paredes del hospital mágico San Mungo. Lugar donde en unos segundos apareció el cuerpo del licantropo, Andrés Greyback. El frío se apoderaba de su anatomía mientras sus ojos no tenían un objetivo mas que el vacío que dejaba la experiencia de estar muerto. Necesitaba ser atendido por algún sanador, pues aunque no tenía consciencia de su actual paradero, en su subconsciente yacía el deseo de la pronta venganza, debía volver a la vida para cobrar lo que la fenixiana le debía, la vida.

     

    No había mucho que hacer mas que esperar a sentirse volver a la vida. La vestimenta rota del ojinegro dejaba en claro la razón por la cual había muerto, aunque no mostraba lo tonta de su muerte; de seguro nunca dejaría de reprocharse aquello. Ahora solo era cuestión de esperar a ser atendido y salir de aquel lugar que no le agradaba en lo mas minimo, mucho menos en el estado que se encontraba.

  22. Las horas pasaban mas lento de lo normal, pero sentía su salida mas pronta cada vez. Su mente divagaba mientras su mirada se fijaba en el un barrote de la celda. La idea de una pronta venganza seguía latente en él, a pesar de que su estadía en la carcel se había alargado, sabía quienes le había atacado y pronto cobraría la venganza que merecían.

     

    - Ya sabrán de mi.. - Siseó, pues el momento de partir había llegado. Cerró los ojos y sintió como su cuerpo era libre, había cumplido su sentencia, ahora solo desaparecería de ahí directo a San Mungo, donde se encargarían de sanarlo y estaría en optimas condiciones para cobrar la venganza sobre Paú Gryffindor, la fenixiana que había osado a asesinarlo en el asalto, se encargaría de que esa, fuera la única vez que lo hiciera.

     

    Sin mas el cuerpo del Greyback desapareció de la celda, rumbo a San mungo.

  23. ¿Se suponía que debía agradecer el servicio de la sangre sucia? La verdad no quería nada de sus alimentos, podrían tener alguna pócima de la verdad o algo parecido, no era tan tonto como para ingerir algo otorgado por aquellos seres indeseables. Hizo un gesto que se fijaba en su mirada y se quedó en silencio, así sería mucho mas fácil poder acabar con su vida, disfrutaría hablar antes de torturarla hasta la muerte, pero había algo que al parecer la bruja ignoraba y eso si lo usaría para burlarse de ella.

     

    - Claro, voy a ir por el plato atado, ¿crees que soy una oruga o algo parecido? ¿O acaso has olviado para que se usa el cerebro? - dijo déspota mientras negaba y pateaba con un movimiento de ambas piernas, el plato donde estaba la asquerosa comida que le estaba ofreciendo la chica. Pronto se sintió el estruendo de un rescate, sabía que no irían por él, pues pronto ya estaría fuera del lugar.

     

    - Muy bien hecho - dijo el licantropo sonriendo mientras escuchaba como los magos tenebrosos acaban con todo en aquel lugar.

  24. El cuerpo atado del ojinegro permanecía inmóvil en el piso de la celda. Había preferido guardar energías para cuando un posible rescate se llevara a cabo, poder ayudar a sus compañeros a acabar con la plaga de indeseables fenixianos que se estaba desatando. Odiaba estar ahí, pero aun así llevaba tranquilo el momento, solo descansaba y dormía la mayoría del tiempo para así poder sentir que el tiempo pasaba mas rápido, aunque no era así.

     

    - Que est****a cárcel - sentenció el licantropo mientras se movía hacia la pared, buscando apoyo para intentar sentarse al menos, pues acostado era mucho mas incomodo visualizar el frente, para poder ver con quien hablaba si llegase a aparecer alguno de los sangre sucias que frecuentaban el lugar haciendo "guardias". Al lograr sentarse esperó, pues al menos alguien debía aparecer al intentar sacarle información. Ya que la anterior fenixiana incluso había aceptado el miedo que los fenixianos sentían hacia los mortifagos.

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