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Joa Macnair Crowley

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Todo lo publicado por Joa Macnair Crowley

  1. Hola Abu Cissy *-* Se me pasó revisar si había algún formulario, pero ya lo encontré y vengo con todo en orden(?) Solo espero que no haya ningún problema con que la compra sea de hace poco más de un año, apenas ahora me di cuenta. ID del foro: 115031 Número de Comprador Frecuente: 200 LINK al perfil en la Web del Magic Mall: Acá LINK a la venta en la planta correspondiente o LINK al descuento de la bóveda de Gringotts: Descuento Cambio de Nick(?): Joa Macnair Crowley Y ya, espero no darles más trabajo aparte de lo de Adviento. Saluditos.
  2. Hola chicos. Sé que andan con las actividades de Adviento, pero ahora que estaba haciendo mi bóveda trastero me di cuenta que hay un par de errores en mi perfil de la web del Mall y supongo que por acá es donde pido que lo acomoden. Lo primero es que en el perfil no figura por ninguna parte un anillo que compre hace tiempo. Si, sé que no suena importante, pero 10 puntos ayudan algo(?) Acá les dejo el post de la ficha como muestra(?) Lo otro, que no sé si es importante o no, es el nick. Allá sigue siendo Joa Jordison, y ahora es Joa Macnair Crowley. No sé si es necesario cambiarlo pero, por si acaso, aviso. Saluditos.
  3. http://i.imgur.com/OU5kcJq.png Todos los magos y brujas poseen objetos preciados, aquellos a los que, sin importar el número de protecciones que le aplicasen, nunca parecía ser suficiente. En estos casos, el pensamiento más lógico era recurrir a Gringotts, tal como la Macnair decidiese hacer. Oculta detrás de una pesada y, aun así, ornamentada puerta de hierro, la bóveda de alta seguridad de la bruja no parecía ser más que una simple habitación de paredes blancas de las que pendían finas lámparas y cuya tenue luz se reflejaba en el pulido suelo de mármol negro, con algunos pedestales y estantes dispuestos en el lugar para exponer sus pertenencias, o títulos de éstas. Sin obstáculos visibles, cualquier ingenuo pensaría que era solo un desperdicio de espacio, además de un blanco fácil de asaltar. Sin embargo, más le valdría pensarlo mejor antes de intentarlo. Sumadas a las habituales protecciones que otorgaba el Banco Mágico, otras tantas habían sido puestas por la chica. Gracias a sus conocimientos en Artes Oscuras, cada objeto en el salón estaba maldito, provocando alucinaciones con sus peores temores a cualquier intruso que se atreviese siquiera a rozarlos. Desde ese momento, cada segundo que pasara se sentiría como una hora de tortura, poco a poco la maldición consumiendo también sus cuerpos, la puerta desaparecería y las luces proyectarían las sombras de criaturas a las que ningún mago sensato osaría enfrentar, cuyos gruñidos se fundirían con los gritos incorpóreos de los incautos que anteriormente llegasen a pensar que salir de aquel lugar sería tan fácil como entrar. Perfil de Comprador del MM: 200 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización:
  4. Sus ansias crecían mientras esperaba que sus compras fuesen procesadas al escuchar cómo las solicitudes de otros compradores eran rechazadas, algunas a medias y otras por completo, por lo que, aun segura de la disponibilidad de los productos que deseaba, se preocupaba de haber cometido errores al llenar la planilla de pedido. Sin embargo, cuando la vendedora, valiente a su parecer, finalmente aprobó su compra, se relajó al saber que de momento todo estaba en orden. —Muchas gracias. No quisiera molestarla, ya me encargaré de hacer los trámites necesarios en Gringotts —hablaba mientras llenaba un nuevo formulario de compra—. Pero antes, me gustaría obtener esos diez puntos que menciona. ID: 115031 Nick: Joa Macnair Crowley Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 96461 Fecha: 2015/11/25 Nombre del producto: Bola de Cristal. Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto. Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 500 Precio total: 500 Total de Puntos: 10
  5. Entre los murmullos del Callejón Diagón había logrado escuchar que nuevas compras masivas se estaban desatando en el Magic Mall. La última vez que se diese semejante evento ni siquiera estuvo cerca de llegar al mencionado centro de comercio, pero en esta ocasión, no se lo perdería. La Primera Planta, lugar donde se dedicaría a realizar sus compras, parecía estar más agitado que de costumbre, siendo, por lo que había escuchado, que renovasen el stock de motos voladoras, enloqueciendo a todos aquellos que esperaban poder conseguir tan codiciada posesión. Muchos de los que se decepcionarían al leer el cartel que anunciaba que estas estaban agotadas. Por suerte para la Macnair, no andaba detrás de aquellos aparatos, sino de medios de transporte más convencionales, junto a un par de cosas más. Decidida, no tardó demasiado en llenar la planilla y, con un cordial saludo, dejarla sobre el mostrador. ID: 115031 Nick: Joa Macnair Crowley Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 96461 Fecha: 2015/11/24 Nombre del producto: Nimbus 3000. Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto. Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 Nombre del producto: Cámara de Fotos Mágica. Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto. Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 Precio total: 2000 Total de Puntos: 40
  6. Una vez decidida su participación, solo quedaba hacer su camino hasta el llamativo local de ambientación asiática. La Macnair podría no conocer a la perfección tal cultura, pero sin importar el escenario, consideraba de mala educación llegar a una fiesta con las manos vacías. Sin embargo, antes de poder si decidir si llevar alimento para pollos o veneno para ahorrarse las molestias, fue interceptada por Lisa, quién amablemente le brindaba un ramo de flores y numerosas heridas sangrantes. Su primera reacción fue sonreír, expresión oculta bajo la máscara, pero seguramente su cuerpo mostraba la falta de tensión, además de la manchas de sangre en su ropa. <<Episkey>>. Pensó con calma, apuntando a sus heridas, las cuales, aunque no completamente curadas, se hacían más soportables. Al menos antes de que el próximo ataque le impactase, reabriendo sus heridas y confundiéndola al punto de perder su futura acción.
  7. Estaba lista para pasar otro terrible y aburrido día de otoño paseando por el Callejón Diagón sin rumbo alguno cuando varias personas pasaron corriendo desesperadamente en dirección contraria, chocando contra ella. Por un momento se preguntó si habría descuentos en el Magic Mall, pero dudaba que las expresiones de horror de aquellos que huían se debiesen a la idea de dejar de comprar espejos comunicadores, por lo que sacó su varita del bolsillo de su pantalón e hizo aparecer su máscara mortífaga, ajustándola a su rostro inmediatamente. Sus botas apenas hacían ruido con cada uno de sus pasos, en las calles ahora desoladas, sin embargo no resultó demasiado difícil encontrar el lugar donde se había generado el caos. A unos cincuenta metros, en la entrada del The Ramen Kingdom, los indicios de la batalla eran evidentes. No podía recordar la última vez que se uniese a una lucha, pero aquella vez tendría que hacerlo.
  8. El Magic Mal había reabierto sus puertas durante su ausencia, por lo que la Macnair no llegó a formar parte de las compras masivas, sin embargo, ahora, dejando de lado sus problemas personales y aprovechando las inesperadas ganancias del Silver Moon, no veía razón que le impidiese dejarse llevar en la adquisición impulsiva de objetos que probablemente poco utilizaría. Aun sabiendo eso, al adentrarse en la amplia galería que conformaba la primera planta, cálidamente iluminada por velas, era imposible no desear salir del lugar en poder de cada uno de los objetos expuestos en la infinidad de mostradores. Era esto, en realidad, lo que la llevaba a visitar la tienda; vagar por horas a través de los pasillos sin un destino marcado, dejando que su mente se perdiera detallando los productos, alejándose de las tormentas de pensamientos que los problemas provocaban. Así, sin saber exactamente cuánto tiempo había transcurrido desde que comenzase su exploración, siendo tristemente consciente de no poder pasar toda la vida allí, finalmente se decidió por un par de artículos, se acercó al mostrador y llenó la ficha de compra, rogando internamente que todo estuviese en orden mientras esperaba ser atendida. ID: 115031 Nick: Joa Macnair Crowley Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 96461 Fecha: 2015/10/15 Nombre del producto: Espejos Comunicadores. Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto. Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 Precio: 2000 Nombre del producto: Águila de la Sabiduría. Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto. Catalogación: AAAA Puntos por unidad: 80 Precio: 4000 Precio total: 6000 Total de Puntos: 120
  9. Ehh, ¿qué es esto, me voy una semana y dejo de ser hija-nieta única? Nahh no importa, venía a darle la bienvenida a mis nuevos hermanos-tía, que igual seré la favorita(?) Y para que esto no cuente como spam, también vengo a tratar temas muy serios(?) e.e estaba viendo, en la mansión no está mi elfo en el primer post u.u pensé que se me había olvidado venir a informar de él, pero no, acá en el registro está, y... ¿tengo que venir a avisar de mis mascotas negocios también? Tengo que irme (literal, tengo que almorzar para ir a la uni), pero volveré(?) Saluditos
  10. Perdón como dije, no sabía si tenía que esperar más o se les había pasado el post. Me disculpo también por la tardanza en volver a pasar, se me complico un poco pasar por el foro en estos días. St (stnazi), es uno de los socios actuales y quiere seguir siéndolo pero acordamos modificar un poco los porcentajes. Acá Ficha y Bóveda. Gracias por todo Mynerva, saluditos :3
  11. Buenas, buenas, ¿cómo andan por acá? Yo vengo a pedir un poco de magia de duendes que Mynerva dijo que podían hacer de todo(?) Ok, no. Pero si vengo a pedir un gran cambio en la bóveda de mi negocio, espero no causar muchas molestias y hacer todo bien como la Sra. Mynerva me dijo(?). Saluditos. Nombre del Negocio: Silver Moon Link a la Bóveda del Negocio: Bóveda 101475 Trámite a Realizar: Quitar a Irina Selene y a Tais Sara Black E. como socias, repartir las ganancias que les corresponden y, ya que Irina era la iniciadora de la bóveda, ponerme a mí como iniciadora. Otra cosa, quedaremos solo St y yo como dueños, ¿se puede modificar el porcentaje de ganancias/pérdidas a estas alturas? Si se puede, quedaría como 55% yo y 45% él. Supongo que no debería estar preguntando esto aquí, pero me surgió la duda a último momento, perdón por tanto pedido.
  12. ¡Buenos días, duendes! O al menos aquí es de día. En fin, no vine a discutir qué momento de día es, vengo con una duda, quizá pude haber sabido la respuesta antes, pero ahora estoy realmente perdida. La cuestión es que tengo un negocio donde dos de las socias están desaparecidas y al final tenerlas así a la larga solo me causará pérdidas, así que quiero darles el porcentaje que les corresponde de las ganancias actuales y sacarlas de la sociedad. Entonces, la primera pregunta sería, ¿paso primero por el registro para pedir que sean removidas de allí, o vengo a pedir los cambios en la bóveda y sus donaciones primero? Puede ser tonto preguntar eso, pero como dije, estoy perdida. Lo segundo es que la bóveda actual fue abierta por una de las socias que saldría, en ese caso, ¿tendría que vaciar la bóveda y abrir una nueva desde cero ó, después de hacer los pagos necesarios, abrir una bóveda nueva y los galeones restantes se pasarían a ésta? Otra cosa, ¿al abrir una bóveda nueva se harían los mismos cobros que al abrir un negocio? Y bueno, disculpen si hago muchas preguntas, o muy tontas, pero quiero estar segura antes de equivocarme y causarles más trabajo(?) Espero su respuesta, saludos.
  13. —No, Claudia, nada de lo que dices tiene sentido —respondió resentida observando cómo terminaba con su trago—. No para mí, al menos, quizás haya alguien en el Profeta capaz de traducirme todas esas boberías que balbuceas. La mujer a su lado era, en definitiva, una persona totalmente distinta a la que había conocido en el castillo Crowley, no queriendo decir con ello que fuese más tolerable. De hecho, casi extrañaba el comportamiento odioso y reservado de la matriarca, por lo menos con tal actitud no robaba sus tragos de licor. Y no podría haber elegido un peor momento para comenzar a hacerlo. Si bien el humor de la Macnair había estado un poco más inestable que de costumbre desde el incidente con Fokker en el negocio de ambos, la copa arrebatada por la vampiresa estaba lejos de ser la primera de la chica, dejándola, si es que fuese posible, más irritable aun. Así que intentaba ignorarle, poniendo cada escaso gramo de control que le quedaba en fijar su atención en la pared del fondo, llegando a observar a su mencionado hermano mayor por ahí, lejos de la molesta presencia de Claudia. Pero era imposible seguir obviando la cercanía de la pelinegra cuando ésta le rodeaba los hombros de tal forma. —¿Buena tía? ¿Así como con León? —Preguntó soltándose de su agarre para ir a sentarse en sus piernas, sus ojos volviendo al rojo al que cualquiera que le conociese estaría acostumbrado, hablando cada vez más cerca del rostro de la que suponía ser hermana de su padre hasta quedar a escasos centímetros de sus labios—. Mejor preguntemos qué tan buena eres… ¡FOKKER! —Gritó a todo pulmón levantándose del regazo de la mortífago sin importarle mucho la gente al rededor—. ¿Por qué no traes más vodka y te unes a esta pequeña reunión familiar? Un Crowley a la vez. Sabía que eso era todo lo que podía tolerar, solo de esa forma había comenzado a llevarse bien con sus hermanos. Agregar a un miembro más de la familia a aquel encuentro alterado por el alcohol sería un desastre seguro, ¿pero qué más podía hacer? Además, alguien debía reponer lo que se había bebido la matriarca.
  14. ¿Acaso pretendía matarla de hipotermia? Usar shorts en el castillo era una cosa, pues gracias al trabajo relativamente aceptable de los elfos el lugar se mantenía a una temperatura agradable, pero con solo poner un pie fuera de la inmensa construcción de piedra, el frío invierno no tendría ni la más mínima pizca de piedad con el par de Crowleys. Ni siquiera ella, habiéndose criado muy al norte de Europa se sentía capaz de salir vestida de aquella forma al exterior por más de cinco minutos. Aun así, debía recordar que era León quien estaba frente a ella, no Fokker. Él era más relajado, jovial, sus intenciones era más transparentes, si quisiera matarla probablemente lo haría allí mismo sin tener que hacer viaje alguno. O eso creía. —Está bien, pero deberás asegurarte de mantenerme caliente. Y dejar los cigarrillos tan a raya como sea posible, por favor, ya tengo suficiente de eso con Santus. Ahora que lo pensaba, León compartía ciertos rasgos con aquellos hombres en los que aún no terminaba de confiar, o incluso odiaba, y sin embargo no existía un gran número de personas que le hiciesen sentir tan en calma como él. A esas alturas ni siquiera recordaba los oscuros pensamientos que rondaban su mente antes de recibir su invitación, solo se sentaba en la cama del Crowley esperando que éste terminase de acomodar sus cosas. Pero la condición puesta por el pelinegro hizo que dejara de alzar relajadamente sus piernas en el aire. ¿Obedecer? Ella no obedecía, y no es que se tratase de alguien rebelde, simplemente no se le daba de forma natural aquello de seguir instrucciones de alguien más, sobre todo si solo prometían “volver medianamente intactos”. Todo se reducía a una simple pregunta: ¿de verdad quería ir por ahí, sin saber exactamente a dónde, de aventura con su hermano? —Lo haré— aceptó con un suspiro de rendición—. Mientras no te aproveches de mi promesa. Justo entonces se dejó escuchar el ruidoso sonido característico de la aparición de Yö, con el elfo trayendo un pequeño bolso, en apariencia apenas lo suficientemente grande para guardar un par de cosas. —Listo ama —aseguró ofreciéndolo a la Macnair—. Yö empacó todo lo que la señorita Joa pidió y un poco más. —Gracias, pequeñito —sonrió colgándose el bolso en los hombros y volviéndose al hombre—. Lista.
  15. —¿Ibas en serio, hermanito? —Preguntó alzando una ceja, interrumpiendo sus órdenes al elfo, a tiempo que observaba al Crowley andando por la habitación en ropa interior—. Quizás debas preparar algunos cambios de ropa para ambos también, Yö. Cómoda, supongo, nunca se sabe en qué momento pueden desaparecer. El sirviente personal de la Macnair asintió una vez más y con un sonoro plop, ya no estaba más en el lugar, habiéndose ido en busca de todo lo solicitado. Así, la chica puso toda su atención en su hermano, más que con perversas intenciones, intentando adivinar a través de la vestimenta que escogía, qué clase de lugar sería aquel que visitarían. De hecho, viéndolo mejor, podría tener tiempo suficiente para correr a su propia habitación y cambiar por completo su atuendo, curiosa de saber a dónde sería que irían si el hombre iba a usar pantalones rotos con el invierno aun sobre ellos. Si su destino estaba del otro lado del mundo, no sería extraño que su vestimenta fuese un poco inadecuada, lo que no esperaba era esa clase de respuesta “perfecta pero muy pulcra”. ¿A dónde iban? —¿Pulcra? —Cuestionó de nuevo, entrecerrando los ojos mientras León aparentemente “mejoraba” su aspecto. Seguro era un lugar donde ocurrían muchos terremotos, por eso le sacudía tanto, para acostumbrarla—. ¿Podrías decirme…? —comenzó mientras daba media vuelta una vez él pasó detrás de ella—. Oh, no. Esto no —se interrumpió arrancándole la caja de cigarros de la mano, dejándole solo el que había sacado y volviendo a guardar el resto en el bolsillo trasero de su pantalón, dando unas palmaditas mientras continuaba—. ¿A dónde vamos? Adivinar a dónde le llevaría su hermano ya no era una opción, solo le quedaba intentar combinar con él, por lo que de nuevo usó su varita para cambiar un poco su ropa: pantalón por shorts y la blusa por una camiseta más cómoda. —Sí, sí. Pie. ¡Yö, pie de manzana! —Gritó sabiendo que le escucharía, como siempre, distraída sin escuchar bien lo que decía el Crowley hasta que una palabra llamó por completo su atención—.¿Cicatriz? —Acababa de verlo casi desnudo y no había logrado distinguir marca alguna— ¿En qué clase de lugares te metes, tigre?
  16. ¿Pensar en su madre? Ante las palabras de León ni siquiera podría recordar quién era. Su hermano siempre andaba por ahí con su cabello despeinado en una melena y con un caminar que siempre le daban una apariencia felina, que no hacía menos que honor a su nombre. Además con él las sonrisas siempre venían naturalmente, pero no podía solo sonreír ante una broma como aquella. —¿Juegos previos, hermanito? —Repitió en voz suave y seductora una vez se acostó a su lado, besando el cuello del Crowley antes de echarse a reír —. ¿A dónde me llevarás esta vez? No tenía muy claro qué esperar de una salida con León. La última vez había sido algo tranquilo, pero no entendía exactamente a qué se refería con “¿Te sientes cómoda con esas ropas?” No se trataba de eso de “mostrar un poco más”, ¿cierto? De cualquier forma, con su mente habiendo estado analizando sus similitudes con la mujer que le había dado la vida, ni siquiera recordaba qué cubría su cuerpo desde el momento que saliese de la ducha un par de horas atrás. Un pantalón negro apenas ajustado a sus piernas, una blusa fresca de color blanco y unas botas, un poco altas y también negras, cubriendo sus pies al final de lo que podía observar desde su posición, aun acostada. Aquello era cómodo, ¿no? Bueno, quizás el calzado podía mejorar un poco. Y así lo hizo. Sin levantarse, sacó su varita de uno de los bolsillos de su pantalón y apuntando sus botas, cambiaron a un par de zapatos bajos. —¿Algo más que debería cambiar? —Chasqueó los dedos y estuvo en pie de un salto, justo cuando Yö aparecía en el lugar—. ¿Cómo podría decirte que no? Galletas, té, botellas con agua y cualquier cosa que creas necesario para una “aventura” —Ordenó al elfo, pronunciando la última palabra con cierta malicia.
  17. Piensa en un Crowley y éste aparecerá frente a ti. O quizás más que invocarlos en pensamientos solo se debía dejar una copa de vodka mal puesta y estos vendrían en su búsqueda insaciable de licor, lástima que nunca funcionase con el señor León Crowley. Lo que nunca hubiese llegado a imaginar sería a Claudia cayendo en semejante trampa. La matriarca aun parecía ser capaz de caminar manteniendo el equilibrio pero, lo que sea que hubiese estado tomando con anterioridad, definitivamente había comenzado a hacer efecto restando un poco de la amargura habitual de la vampiresa. De lo contrario más que sentarse al lado de la Macnair, le habría mandado a echar del local. Al menos ese era el concepto que tenía la chica sobre su amada tía. —¿Y mi padre aprobaría tu estado actual? —Cuestionó alzando una ceja y estudiando de arriba abajo a la mujer, los ojos de la demonio mostrándose verdes en lugar de su habitual rojo—. Tampoco andas dando un buen ejemplo, Claudia. Delicadamente recuperó su copa del agarre de la Crowley, casi haciéndole un favor, antes de volver a hablar. —¿Por qué mejor no me invitas tú? Es tu negocio también, ¿no? Si mi padre dice algo, solo diré que estaba bajo la supervisión de mi muy responsable tía. ¿Qué demonios acababa de decir? ¿Acaso estaba aceptando tomar una copa con Claudia, su tía más odiada? Aunque ciertamente, ahí sentadas una junto a la otra, más que tía y sobrina, con rasgos tan similares, parecían ser hermanas.
  18. En su mente lo acontecido en el Night Knight’s seguía sin ser más que una serie de escenas borrosas en su memoria. Todo lo que sabía ahora era que al mirarse en el espejo, el reflejo mostraba a otra persona; alguien a quién jamás había conocido y aun así había llegado a odiar. <<Te pareces tanto a tu madre. Excepto por esos ojitos color rojos tan peculiares>>. A pesar de los años transcurridos desde que escuchase esas palabras, ahora volvían a ella, atormentándola. Durante toda su infancia, su abuelo repitió la misma frase, y justo cuando pensaba que se había librado de las comparaciones, éstas regresaban a cuenta de su propia mente. ¿Así se habría visto ella? Pálida, con oscuro cabello enmarcando su rostro y unos vivaces ojos verdes que resaltaban más allá de sus otros rasgos. Odiaba verse así, odiable el simple hecho de estar pensando en ella, odiaba que aquello le estuviese enloqueciendo. Más que desear hacer otra cosa, era una necesidad urgente. Así que cuando Yö apareció con una carta para ella, salió de su ensimismamiento con solo leer las palabras “habitación” y “León”. No tenía muy claro a dónde se había escapado su hermano, pero en aquel momento era lo de menos, lo importante era tener otra cosa que pensar. En realidad no tenía ni la más mínima idea de cuál era la habitación del hombre, y lastimosamente Claudia no estaba por ahí para preguntarle, pero luego de algunos minutos de abrir y cerrar puertas, finalmente lo consiguió. —Tigrito —saludó pasando de largo y acomodándose en su cama—. Hasta que por fin regresas. ¿Trajiste el té y las galletas que me debías?
  19. Hola, hola(?) ¿Cómo están chicas? Yo solo pasaba a ver qué había de nuevo por aquí y miren lo que me he encontrado(?) @@Beryl Serenity Hawthorne Ari/Lib/Beryl, que bueno que has pasado avisando el cambio de nick, que reconozco que le primera vez que lo leí no tenía ni la más mínima idea de quién eras y seguramente no fui la única (o eso espero e.e a veces odio ser despistada). @ ¡Yo también soy de Venezuela! *-* y casi, casi sigo con 21(?) xDD Bahh todavía me quedan nueve meses con mi edad En fin, bienvenida :3 ya había leído sobre ti por ahí(?) así que nada más me queda decir que cualquier cosa qe necesites, ando disponible(?) Y pues, esperemos que la señora @@La Marca Tenebrosa venga y actualice el primer post. Saluditos *deja chocos y huye*
  20. Holas por acá :3 Desde antes de las reformas tenía pensado hacer una clase de conocimientos porque en el que quería hacer por fin había profesor, pero quería hacerlo en marzo cuando tuviese más tiempo. Ahora con esto de no poder ser solo un alumno supongo que tendré que esperar, y como es mentira que estaré pendiente de que se llene el mínimo, prefiero venir a inscribirme y esperar una señal de humo(?) xDD
  21. Buenas, buenas(?) yo sinceramente sigo un poco perdida en algunas cosas, esta por ejemplo. No tengo muy claro si es necesario que pase pues, según lo que entendí, no tengo conocimientos que sacrificar(?), pero prefiero venir y decir que quiero quedarme con los poquitos que tengo que no hacerlo después sorprenderme y no encontrar nada(?). En realidad sería divertido cursarlos e.e pero mí bóveda no pensará lo mismo u.u soy pobre. Ficha: Joa Jordison ( ) Conocimientos: Astronomía. Runas Antiguas. Artes Oscuras (Conocimiento Adquirido). Saluditos :3 e.e Si, se me olvidó el link a la ficha
  22. ¿Era seguro volver a Doyle’s? Sí, aparentemente lo era. A pesar del reciente estado de Fokker, su relación con él no era ya tan tormentosa como lo había sido en los primeros días de su regreso a Inglaterra. De hecho, sin observar siquiera demasiado lejos en el pasado, debía reconocer que su convivencia con los Crowleys se había tornado más amena. Claro, si podía referirse como “convivencia” a las escasas ocasiones en las que algún miembro de la familia se dejaba ver en el castillo. Solo existía una excepción, Claudia. Entre ellas dos, por alguna extraña razón, las cosas eran un poco más complicadas. Por supuesto, Joana preferiría morir antes de admitir pensar que la tensión entre ambas se debía, de hecho, a la similitud de sus caracteres. Lo único que esperaba de aquella noche era no encontrarla en el local, porque sí, era una de las dueñas del lugar. Así que, aunque se suponía que debía estar trabajando, se encontraba sentada en una de las mesas más alejadas de los espectáculos habituales de Doyle’s, sumida en sus pensamientos mientras su mirada perdida se fijaba en la copa de vodka frente a ella.
  23. No sabría decir en qué momento se había terminado su porción de pastel, pero definitivamente ya hacía efecto. Lo sabía, las cerezas eran un fruto mágico, el dolor que molestaba a su cabeza desde hace un buen rato, cedía, permitiendo que su humor mejorara ligeramente. —A veces importa más mantener el legado de la familia que llevar una buena relación con los miembros de ésta —explicó a Nicole, recordando aquello que lograse observar en los ojos de Claudia cuando la idea de la muerte de León sacudió al clan desde sus cimientos—. Deberás conocerlos a todos para entenderlo. No somos una mala familia, solo piensa en nosotros como un rompecabezas, cada pieza proveniente de un lugar distinto, no es tan fácil hacer que encajen. Guardó silencio por un momento, tomando un sorbo de su taza de té en el momento que observó a la elfina de Fokker encaminada desde el salón. ¿Estaba su hermano en el lugar? Debía presentarlos a él y a Nicole, ¿no era así? No podía dejar a la chica sin conocer al menos a uno de los patriarcas. Era él quien siempre andaba por allí, aunque fuese acabando con las reservas de licor. —Parece que no estamos solas —habló mientras se levantaba de su asiento, apresurando a la muchacha también, con paso dirigido al salón, su sangre helándose más con cada centímetro que se acercaba. Algo no iba bien. Tuvo que contener el deseo de correr hasta el lugar y dejar a Nicole atrás, necesitaba entender qué ocurría, mas no la abandonaría así en el castillo, mucho menos sin tener claro lo que pasaba. —Hermanito —dijo nada más de entrar, observando a la desconocida y luego al demonio. He allí su respuesta. Aquello a lo que el hombre tanto había temido, de lo que hablaba unos pocos días antes en el negocio y sobre lo que solo Dominiv tenía conocimientos, debía haber ocurrido, fuese lo que fuese. Podía sentir esa extraña energía proveniente de él en la habitación, provocando que sus venas cosquillearan en alguna especie de reconocimiento. No podía perder el control ella también, no en presencia del par de jóvenes. —¿Estuviste bebiendo de nuevo? —Preguntó en el intento de decir algo que aligerara el ambiente, antes de dirigirse a la chica desconocida—. No nos han presentado, soy Joa —educación, algo a lo que aferrarse en los peores momentos—. Nicole, te presento a Fokker, uno de los patriarcas, y ella es… —esperó respuesta de la fémina que acompañaba al hombre antes de su interrupción. Gran momento para reuniones. Le era imposible evitar el cambio en sus ojos, de un rojizo opaco a una vibrante y fuego, cerca de la fuerte presencia del Crowley, solo esperaba que no estuviese demasiado desquiciado.
  24. No pudo evitar observar la expresión de Nicole ante la mención de León. No parecía ser la primera vez que escuchase hablar sobre él, pero por lo que sabía tampoco lo conocía, así que la Macnair decidió que si la chica se quedaría con la familia, era mejor que conociera un poco sobre los miembros de ésta. —León Crowley, amo y señor de este castillo. Claro, tiene un hijo con el mismo nombre —<<por ahora, quién sabe si aparecerá otro después>>. Agregó para sí misma en pensamientos—. Y por supuesto, Claudia y Fokker lo acompañan en el patriarcado, pero es él, en su mayoría, el padre de los integrantes de esta familia, incluyéndome. No sabría decir qué clase de emociones empañaban su voz. Algunas veces aceptar ser la hija del demonio era más fácil que otras, en aquella ocasión estaba en un punto intermedio, teñido, quizás, con más melancolía que enojo al recordar el engaño en que le habían envuelto. Por suerte, tal como anunciaba momentos antes, Yö aparecía llevando una bandeja con dos porciones de pastel y té, interrumpiendo oportunamente los pensamientos de la joven mortífaga. —Por supuesto que hay cenas, ¿de qué piensas que nos mantenemos? ¿Aire? Aunque a veces los elfos parecen creer eso —agregó lo último en un susurro antes de responder realmente la pregunta de Nicole—. Los Crowleys son… Somos independientes, supongo es una buena expresión. El castillo es lo suficientemente grande como para mantenernos a todos dentro sin tener que cruzarnos por los pasillos, y creo que todos apreciamos eso —esperó que Yó le sirviera a ambas y se retirase antes de continuar, buscando las palabras apropiadas para describir a la familia—. Territoriales. Sí, creo que eso somos. Nos gusta tener nuestro espacio y al sentir que lo invaden tendemos a ponernos a la defensiva. Con personalidades similares ciertos roces son inevitables —comentó pensando en Claudia. Por más que odiara admitirlo, podía asegurar que eran sus semejanzas las causantes de la tensa relación entre ambas. De cierta forma era algo que quería arreglar, mas no podía negar cuan bien se sentía al causar molestia a su tía. Ya luego pensaría en ello. —Lo que quiero decir es que probablemente en otros tiempos habían cenas. Pero la familia ha sufrido y el resultado es lo que hay ahora —se encogió de hombros y comenzó a jugar con el pastel—. Sin embargo, no se te ocurra siquiera pensar que un Crowley dejaría morir a otro. Más allá de rencores somos una familia, es algo que debes aprender si realmente deseas vivir en este castillo.
  25. Dentro, en el extenso castillo la luz se repartía de forma adecuada, iluminado tenuemente, sin resultar cegadora a su sensible sentido de la vista. Cualquier sensación, color, olor, parecía ser una sobrecarga para su cerebro, el cual, con semejante dolor que le atormentaba, dejaba bastante claro que tenía ciertas opiniones sobre la vida de la Macnair. Ya sabía desde antes que Fokker no era buena influencia. —¿No te alimentaban en ese lugar donde estabas? —Cuestionó en lo que para ella era tono de broma. Su oído amplificaba los sonidos en un odioso intento de aumentar la agonía de la chica; eso o realmente estaba en extremo irritable. Fuese como fuese, el rugiente estómago de su invitada se hacía notar, e incluso, el ligero eco de los pasos de ambas le estaba enloqueciendo, por lo que decidió cortar abruptamente el camino a la cocina e instalarse en el enorme y desolado comedor. Esos cuantos metros entre ambas estancias parecieron la gloria al no tener que recorrerlos. —¿Sabes? Creo que si reunieran a todos los hijos de León la mesa más grande no tendría puestos suficientes para todos… —comentó más a sí misma que a Nicole, repentinamente melancólica. No podía hacer eso en tal momento, solo sacudió la cabeza, aumentando un poco el sufrimiento, y continuó—. Aun así, los Crowleys no usan mucho este salón, no nos interrumpirán. Desde su llegada a al castillo nunca había participado en alguna clase de cena familiar. De hecho, solo podía contar dos ocasiones en las que la mayoría de los habitantes del lugar se reunieran. Si era sincera, todavía no podría decidir cuál había salido peor. —Vamos, siéntate —dijo mientras ella misma tomaba asiento a la cabeza de la enorme mesa—. Yö no tardará en llegar con el pastel, ese elfo parece leerme la mente.

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