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Vladimir Karkarov

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Todo lo publicado por Vladimir Karkarov

  1. Más y más invitados concurrían a la invitación que les había enviado por medio de lechuzas. Era sencillo llegar y rápido, solamente tenían que llegar a la hacienda Tonks y de allí, una carroza los llevaría hasta Grecia, en medios de media hora, a el templo de Efesto donde se llevaría a cabo mi boda. El primero en arribar fue mi querido amigo @ siempre con su elegancia y no humildad características de él. Lo quiero demasiado, no podía pasar la oportunidad de que viera a su alumno de ByP convertirse en un hombre hecho y derecho, o eso digo yo. ¡A saber lo que pensaba el viejo Elvis! En cuanto pasó el umbral de la puerta, las estatuas esculpidas a lo largo del salón cobraron vida, a su vez comenzaron a tocar sus distintivos instrumentos para armonizar la celebración. Arpas, tambores, flautas y ukelele sintonizaron aún más el ambiente a un aspecto griego antiguo, cuando los temidos dioses del Olimpo eran temidos de verdad. Respondí a su saludo con una reverencia y lo invité a que tomara asiento sobre la cómoda banca tapizada de blanco. -Me alegro de verte, mi viejo.- le dije mientras pasaba a su lado. También observé que entraba y se acomodaba a la par de Elvis, le saludé igualmente con una reverencia y me aproximé a la puerta, donde vislumbré a Sean y Perenela. Les sonreí y continué mi recorrido. El templo lucía perfecto, restaurado y lleno de vida, con adornos verdes y plantas que armonizaban el ambiente. Pero por fin, tras una larga espera, la hora había llegado. ¡Estaba aquí! @ Sentí un enorme vacío en mi estomago, a pesar que fui el organizador de la boda, verle me hizo sentir las mugglemente llamadas "mariposas", tomé una gran bocanada de aire y me aproximé al altar en donde nuestros votos nupciales se forjarían en las llamas de efesto, ya que el mismo había forjado los anillos que llevaríamos el resto de nuestras vidas. Caminé con rapidez a su encuentro a la entrada del templo, mientras que mis nervios aumentaban un poco más, no sabía que podía estar pensando de todo esto. Al fin llegué tras recorrer la pequeña nave y sin esperar, la abracé en un intento de romper mis nervios y la tristeza que me daba haber estado tan lejos de ella. -Hice nuestro sueño realidad amor.- le dije en un pequeño suspiro al oído mientras nos abrazábamos y le daba un pequeño beso en la mejilla. Casi no podía ver su cara por el velo, pero parecía que estaba llorando. Esperaba que fuera de la emoción. Las notas musicales cambiaron a algo más suave, melodioso y abrazador. Le tendí una pequeña ostra adornada en dorado que contenía los anillos, instintivamente, tomamos los anillos contrarios, y los dejamos en nuestra mano. Ambos nos volvimos hacia el altar y caminamos agarrados de la mano, ambos inconteniendo la alegría de nuestros corazones, sentíamos que nuestros cuerpos iban a estallar de la emoción, sus manos temblorosas lo decían todo, era perfecto, un momento como sin igual. Ahora íbamos a ser uno solo.
  2. http://i.imgur.com/Y9LhW4g.png -Bien Gastón, parece que todo está ya en orden.- dijo Vladimir con un aire triunfante, recorriendo con la vista la sala en la que se efectuaría su boda. Caminó hasta la entrada de la instancia de mármol blanco y desde allí echó un ojo a toda la decoración. Estaba colocada la alfombra roja desde la gran entrada tallada sobre la piedra blanca hasta el altar de madera de fresno al fondo de la estancia blanca, adornada por lamparas colgantes en forma de cruz, lo cual repartía muy bien la luz. Las paredes no tenían ventanas, pero a su vez, estas estaban decoradas con emblemas medievales, cortinas de las familias Potter Blue y Lockhart. Las bancas se formaban en filas delante del altar, todas estaban con flores rojas, amarillas, azules y blancas, toda una decoración excelente. El olor a incienso de lavanda impregnaba el lugar, daba un ambiente fresco y limpio, sin duda alguna el mejor olor que puede existir. -Tráelos...- demandó el joven Lockhart a su elfo, en ese preciso momento, un centenar de luciérnagas se incrustaron en las paredes y el techo, acto seguido se apagaron las luces y todo quedó adornado por la luz de los hermosos insectos. El templo de Efesto ahora estaba capacitado para llevar a cabo un matrimonio, con sus respectivos lugares para aparcar a los medios de transporte con los que llegaran los magos y brujas invitados. Además, en la parte exterior, en un gran anfiteatro se encontraba la mesa con las comidas preparadas por los dulces elfos. Bocadillos como panes caseros con chocolate, piernas de cerdo, pavos, res, todo tipo de carnes, ensaladas y cosas dulces para las hormigas. Esa zona era la más importante, ya que el aseo era lo indispensable, así que el suelo se cambió por una alfombra de color verde oscuro, simulando el pasto, las mesas tenían manteles blancos y las fuentes de comida estaban ordenadas con pulcritud. Cada persona sería libre de comer cuanto quisiera. Por ultimo, Vladimir decidió disfrazarse de Hades, el dios de la guerra y Jessie debería vestirse como Atena, diosa de la sabiduría. Ambos se casarían en el templo de Efesto, forjador de los dioses, que con su increíble destreza, forjaría el matrimonio y el compromiso de la pareja, nunca ante nadie, se dejarían vencer ni separar. El joven Vladimir lanzó un patronus con un colibrí, indicándole a Sagitas que era momento de traer a Jessie y que su gran sorpresa tenía que ser desvelada. Solo esperaba que todo haya salido conforme a los planes, que muy bien se los explicó a Sean... Una obra bastante dramática, pero que al final su desenlace amoroso era lo importante. Alistó su pergamino, en donde tenía escrito sus votos para dárselos a Jessie, su sortija encantada que siempre le diría cuan largo se encontraban. Su disfraz de Hades le hizo dar un escalofrío, ya que este consistía solo de una capa larga, un manteado en forma de ropa interior y unas sandalias griegas, ademas del caso de bronce y la lanza de plata. @ @ @ @ @@Bodrik @ @ @ @@Juliene Black Lestrange @ @
  3. Nombre del Negocio: The Winking Skeever Nombre de los propietarios: Vladimir Alexae Rubro al que se dedicará: Taberna Descripción: Bɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴏs Los tiempos modernos se apoderan cada vez más del mundo mágico, no solo en fines de reformas y en temas tecnológicos, sino que también en la progresiva adaptación de las tendencias muggles importadas por distintos magos y brujas simpatizantes de los sangre sucia. Vladimir tenía esto presente desde muy temprano en su juventud, aun siendo mago de sangre pura, le gustaba simpatizar con los muggles y presentaba particular interés en su forma de vida. De ahi el hecho de conocer tantas bebidas conocidas por muchos muggles las cuales importo a su local, con tal de satisfacer a sus clientes con rarezas deliciosas, Se puede decir que su construcción es de las más antiguas en el Callejón Diagón, usadas piedras redondas y pegadas con mortero, le daban una apariencia bastante medieval. Sus tonos grises y opacos dan un aire de tranquilidad a la fachada, además de sus ventanas, que oscurecidas permiten una intimidad única. Fachada Al entrar a la taberna, se puede escuchar de primera entrada la voz del bardo con su flauta, o con otro instrumento de su elección, armonizada a veces por las voces y aplausos de los magos y brujas que llegan concurridamente al local. A la derecha de la entrada se encuentra la barra de pedidos con capacidad de unas diez personas. Bardo. La bebida es algo importante para mantener el aire medieval, aguamiel, vinos, fermentos y una que otra cosa que no se dice muy a la ligera, además, hay una sección especial para los brujos y brujas que quieran tomarse algo más moderno, tragos, cocktails entre otras cosas. El ambiente acogedor es amenizado por una fogata en medio del local, donde se puede ver algunas comidas siendo asadas, la fogata rodeada por algunas sillas y bancos individuales eran lo mejor para entrar en calor; sin embargo, si se contaba con una pareja para calentarse, bien se podía ir a las sillas acolchadas para dos o tres personas a los laterales del interior del negocio, a esta zona se le llama popularmente lo oscurito. La encargada de servir y llevar los pedidos. El encargado de vigilar el fuego y las peleas. Afiliados: Criaturas: Objetos: Personajes: Alma: Barda del local. Amenice: Encargada de la barra. Guardián: Seguridad del local. Elfos: Pinta: La encargada de servir y llevar los pedidos. Gruñón: El encargado de vigilar el fuego y las peleas. Nick con link a tu ficha de personaje: Vladimir Alexae Link a la ficha de tu familia: Bóveda 78568 Familia Lockhart Link a la bóveda de tu negocio: Bóveda 106201 Negocio The Winking Skeever Link al local del negocio: Local
  4. Agudicé mi vista al ver que mi querido padre tenía buenos reflejos, algo totalmente grato al darse cuenta de su edad. Unos cuatrocientos años mas o menos. Las cinco lunas que se habían clavado ahora estaban en el césped con su sangre. Me provocó querer ir un poco más despacio, para disfrutar de una buena estrategia y un rol más amigable. -Silencius- el efecto saldría excelentemente unos micro segundos antes de su curación, pero este efecto solo afectaría a su siguiente acción. No podría hablar después de que mi efecto hiciera estragos en su garganta. Volví de nuevo la vista a su mano donde llevaba la varita. -Expelliarmus- una luz verde salió en forma de rayo desde mi varita hasta la mano o cualquier parte del cuerpo de mi padre, esto realmente no importaba mucho, ya que el efecto seguiría siendo el mismo; el desarme de su varita a cinco metros a su derecha, dejándolo expuesto por un pequeño periodo de tiempo. Volví a agudizar mi vista en la silueta de mi padre, una acción inesperada es mejor recibirla con algo de anticipación que no totalmente inesperada. Suspiré agitado, la adrenalina era tan alta y no me había dado cuenta, una desconexción de mi cerebro me protegía de pensar cosas sin importancia. @Ishaya
  5. Buenas, vengo formalmente a la inscripción de un conocimiento. Espero que todo esté en orden. Nick: Vladimir Alexae ID:116055 Conocimiento: Transformaciones Nivel de Magia:1 Link a la Bóveda: Link Link a la Ficha: Link Saludos.
  6. Nada mejor que un duelo como parte de una experiencia padre-hijo, sin importar el resultado. Al fin tendría esas clases de duelo que él me había prometido pero que nunca, ya sea por su trabajo, realizó. Me encorvé un poco el efecto de lanzar hechizos, hace ya bastante tiempo que no lo hacía y estaba desacostumbrado, además de que mi postura era importante para la puntería. Luego de lanzar mi rayo, vi como mi padre se defendía totalmente de este, algo bastante predecible, pero que me llenó un poco de insatisfacción. Predije su siguiente movimiento, por lo que adelantándome a él, dije rápidamente: -Morphos- y la túnica de mi padre se convirtió en una taipán de Australia (oxyuranus) lo bastante grande y adulta para inyectar un mortífero veneno. Inyectó su veneno ocasionando atrofio en su cuello, parálisis cardiovascular y un fuerte dolor. De no curarse, moriría inevitablemente a causa del veneno que desgarraba su tejido muscular. Traté de lanzar un segundo hechizo, pero mi voz se había ido, tan concentrado estaba de adelantar a su movimiento que específicamente no presté atención totalmente a su hechizo. Solo noté una pequeña <<Si...>> , ahora sabía exactamente de que se trataba. Sin embargo, esto no fue problema para mi, seguía con mi varita alzada y apuntando a mi padre. <<Seccionatus>> de mi varita salieron invocadas doce medias lunas, con su medida normal de doce centímetros y afiladas para desgarrar fácilmente la carne del pecho de mi padre, de impactar, claro está. Poco a poco veía como el brillo de sus ojos se intensificaba, nunca lo había visto molesto, pero sabía perfectamente que esa serpiente lo iba a poner de muy mal modo.
  7. -Me siento algo extraño Donatello...- ajustaba las botas de cuero que me llegaban hasta la rodilla cuando le dije ese comentario a mi amigo, en lo alto de la torre Lockhart. Me preparaba para un duelo, uno que tal vez y era bastante largo y difícil, mi fama duelista aún después de tanto tiempo me perseguía, aunque con tanto tiempo derrotado, solo podía salir derrotado y en ridículo. -Sabes que eres buen combatiente, Vladimir, tienes el corazón de un guerrero, toda tu familia ha sido realmente guerrera.- lo interrumpí -Menos Gilderoy- esbocé una pequeña sonrisa y me alisé la túnica verde esmeralda que solía llevar en mis combates en toda ocasión. -¡Dona, creo que engordé!- dije exclamando y sintiendo sorpresa de mi mismo, y era evidente, había ganado unos kilos de mas en mi retiro. Tomé la carta del desconocido y la releí una vez más, tomé el traslador que me llevaría directo al lugar, suspiré antes de aceptar el feo hecho de volver a ver todo girar para llegar a un destino. No quedaba de otra. Al llegar al lugar, me percaté que caía una llovizna, helada y se sentía como agujas en la piel, por lo que subí mi capa hasta la cabeza y sentía como me calentaba perfectamente al abrigo de ella. Visualicé a mi rival a diez metros, tuve que esforzar la vista ya que la neblina en el lugar era bastante densa y los escombros no dejaban ver con facilidad, pero esta misma inconveniente la tenía él, por lo que no me preocupaba de esas incomodidades. Noté que el joven estaba sobre un par de piedras bastante flojas, la lluvia y el constante erosionamiento habían dejado de aquél lugar una zona de batalla. Saqué mi varita aún resistiendo los efectos del vomito por el traslador, cuando de repente vi un rayo que cruzaba la neblina, cortando el aire a su paso y dejando ver más claro a mi objetivo. La molesta lluvia seguía cayendo sobre mi espalda, casi no tenía tiempo de pensar en una estrategia. Por lo que actué según mis instintos. -Avis- una parvada de doce lindas palomas salieron de mi varita y se interpusieron del rayo que quería azotar mi cuerpo, por lo que estas desaparecieron al instante junto con el rayo. No había alcanzado a escuchar lo que era, pero sin duda era uno bastante peligroso. -¡UHHH!, ¡Pero que bienvenidas!- dije en modo de sarcasmo y haciendo una leve reverencia a mi rival: -Vladimir Alexae, a vuestro duelo. - Me hice un poco mas a la derecha, quedando sobre un tronco grueso el cual estaba estático y caído sobre la mugre como un gigante dormido. Un lugar bastate seguro en ese terraplén de escombro, agua y piedras.
  8. Me encaminé tranquilamente sintiendo el suave prado verde bajo mis pies, era una colina a unos 2500 metros sobre el nivel del mar, por lo que hacía bastante frío, pero aún así el sol calentaba la llanura que se bañaba son sus inmortales rayos de energía. La llanura consistía en un valle de al menos una hectárea cuadrada, por lo que no se veían arboles cerca de donde estaríamos. Me sentía tranquilo ademas porque no había rocas más grandes que un balón pequeño de unos doce centímetros de diámetro. Caminé desnudo solo tapado por una luz en mis partes nobles, fuera de eso, no llevaba nada encima mío que mi propio cuero. Llevaba en mi mano derecha mi varita y la hora era aproximadamente la una de la tarde, ya que no llevaba conmigo reloj alguno. Me posicioné en una improvisada linea recta y esperé a que mi padre, el cual hacía mucho tiempo no veía, llegara. Era importante para mi, ya que significaba muchas cosas y aunque no tuviéramos el mismo sentido por nuestra vida, lo apreciaba como el padre que es. -Bien... veo que has llegado...- dije sonriendo y tratando de evitar un poco la pena que sentía por no estar vestido, aunque claro, de seguro el ya me había visto así. -¿Qué tal estás?- le pregunté cortesmente. Me alejé a unos siete metros de él y le hice una gran reverencia. Coloqué mi espalda recta y le apunté con mi varita. Sin dudarlo, no dejé que se adelantara a mis movimientos. -Sectusempra- un rayo de color verde azulado salió de mi varita sin demora, de impactarle en el pecho le provocaría una serie de cortadoras profundas que desgarran su piel, la sangre saldría a borbollones y caería muerto desangrado y con un dolor increíble.
  9. -Bien, bien, bien...- dije enarcando una ceja al acércame al portón de mi antigua familia de adopción. Comprobé que llevaba mi varita, era importantísima en mi misión ademas de un par de huevos. -Cof, cof... ¿Se encuentra Juliene?- pregunté al elfo que se encargó de darme la bienvenida al tenebroso castillo, cálido lugar para nuestra especie. No quería ser aguafiestas (¿O sí?) pero le pedí al elfo que le dijera a Juliene que bajara a la entrada, tenía asuntos importantes que tratar con ella, a solas. Me acerqué a una de las estatuas mientras esperaba que este llegara la Black, repasaba en mi mente el plan trazado. Me excitaba la idea de veng... de verle nuevamente, era una gran amiga y siempre me apoyó dentro del bando, aunque últimamente no se hablaba de eso, es mas, no se hablaba de nada. Ya tenía planteado que le diría a la joven escurridiza. Tomé asiento en uno de los cómodos sofá y aguarde paciente. @@Juliene Black Lestrange
  10. Era tiempo de que visitara el castillo donde vivía su madre, hacía mucho tiempo de que no llamaba a alguien madre... y menos de que supiera que había una de verdad, que le daba el cariño y el amor que ella le daba. Se encaminó conmovido sobre estos pensamientos por en medio de la calle secuestrada por las altas sombras de los arboles. Si bien, habían métodos para trasladarse rápidamente por todo Ottery, el nuevo Haughton deseaba palpar cada sensación que le provocaba ese vecindario, que bien era bastante solitario. Fue agitando rápidamente sus botas altas de un blanco cuero, que encerraban en su interior los finales de un pantalón jeans del mismo color. En su parte superior, solo llevaba una jacket blanca. Era un atuendo blanco por la simple razón de que venía del Ártico, donde se encontraba explorando unas minas antiguas, olvidadas por toda la humanidad, incluidos los sangre pura. Luego de que terminara su viaje, y recibiera la carta proveniente de su madre es que regresó a Ottery. El pelo lo llevaba a la altura de su mentón, algo desordenado por el viento y liso como la crin de un potro fino. Sus orbes se movían de aquí para allá en toda la calle, exploraba cada árbol por el que pasaba y cada murito de piedra que veía a su alrededor. Fue entonces cuando al alzar la vista, vislumbró un enorme castillo, desbordaba gloria, grandeza y poder. El castillo de la familia Haughton, si bien, no era el más respetado y famoso del pueblo, se podía decir que era de los mejores y más finos de todo el condado mágico. La sensación que embargó al demonio fue de extrema felicidad, una lugar al que podría llamar hogar se presentaba ante sus ojos, uno que sabría que estaba lleno de personas que lo aceptarían y que defenderían de los fenixianos... que con sus ideas inmundas acabarían el linaje perfecto de la magia. Se aproximó hasta el portón del jardín y caminó despacio llevando sobre sus espaldas un petate blanco donde llevaba las pocas cosas que tenía en el mundo. Al llegar a la entrada principal, sintió el enorme poder que emanaba el castillo, magia se sentía en el aire, la tierra, el agua de una pequeña fuente, todo era mágico, exquisito y hermoso. El joven con una cara un poco más seria se acercó hasta la puerta y la tocó varias veces para que saber si se encontraba su madre perdida... pero encontrada de nuevo. @@Sira Loveless Haughton
  11. Hola chicos quiero pedir mi conocimiento. -Aritmancia. solo ese porque el otro lo curso en la academia n.n Saludos *deja chocos*
  12. Bueno eso es todo *o* espero ser super feliz en la familia y pues solo cabe decir que soy super activo siempre que me recuerden y me apunten a las tramas/roles. :3 Aqui dejo mi skype: mija.cortes para que se comuniquen conmigo *o* :3 saludos!!
  13. Hola! n.n me gustaría unos cambios en mi ficha. Gracias de adelantado!
  14. La luz tenue de la habitación comenzaba a dilatarse rápidamente conforme la mañana avanzaba. La cortina color marrón oscuro ondeaba lentamente por el soplar del viento y los tenues rayos del sol que pasaban por entre las copas de los altos arboles de encino que se encontraban al lado de la pequeña cabaña de madera, un tanto vieja pero acogedora, golpeaban la cara de Vladimir haciendo que se despertara en una cálida mañana de agosto. Al levantarse, frotó sus ojos y colocó sus pies en el suelo de forma simultanea, había dormido mucho y su cuerpo estaba aún dormido. En un impulso rápido, tomó sus botas y las colocó en sus pies, una camisa blanca algo arrugada llevaba puesta y de pantalones unos jeans oscuros algo raídos por el uso, inclusive con manchas de sangre. Tomó su chaqueta favorita de color negro y de ultimo guardó su varita en el bolsillo interior de ésta; su varita, que a miles de batallas había acudido era su mas grande pertenencia. Antes de partir, salió al jardín trasero de su pequeña cabaña y cortó un ramo de hortensias moradas y blancas, junto con unas margaritas, sabía que le gustarían a su sobrina. Ahora mismo el joven quería cambiar su aspecto y su atuendo a algo más árabe, sabía que su sobrina lo podía ayudar, y sobre todo quería saber como estaba. Hacía mucho tiempo que no la visitaba y ni siquiera podía hablar con ella. Ahora era tiempo de cambiar las cosas, trataría de juntarse más con su familia y ser mas unido, aunque el tiempo se lo impidiera. Al llegar al callejón rápidamente supo como encaminarse hasta dar con el local de su sobrina, le encantaba la arquitectura usada y la decoración, su sobrina era una gran persona e inteligente como pocas. Le agradaría estar de nuevo en su compañía. Finalmente entró al local y por medio de un patronus buscó a su sobrina... mientras la esperaba tomó asiento en un banco que estaba cerca de una ventana, estaba ansioso de ver su cara de nuevo.
  15. ¡PRIMEROSO!OK...NO... ¿Mascotas?,no. Vladimir no era alguien de tener criaturas salvajes en la casa, menos de un habitad de dificil cuidado, a él le gustaban los animales, sí, pero tenerlos en la casa sin poder divertirse lo suficiente con ellos no era precisamente lo que le gustaba tener. Por así decirlo, si comprara un animal sería para liberarlo en el bosque y que sea libre. Pero nunca está de más pasarse por un negocio de algún amigo o amiga. Eso es justamente lo que el enchaquetado mago hacía justo en frente del local de su amiga Kirara. Estaba nuevo y reluciente, se preguntó de donde habían sacado los fondos para la elaboración. Pero bueno, con magia todo se puede. Al entrar esperó tranquilo en el mostrador, estaba impaciente por ver los animales y poder tocarlos. La vida natural era muy preciada para él, y solo mataría una animal que represente un peligro. No sabía como hacían los cazadores de marfil para matar inocentes elefantes por sus colmillos... pero bueno, son muggles. Se alistó su café jacket que hacía juego con su pantalón caqui color crema y unos botines negros. Resguardó su varita y colocó una media sonrisa en su rostro, tratado de no hacer notar la molestia por la espera.
  16. Oh! disculpa la molestia Aine. Es que no había leído tu posteo anterior. En ese caso las únicas modificaciones serían son las de quitar las imágenes y en su lugar colocar la palabra correspondiente. Ejemplo sería así nada más. Nuevamente gracias por sus esfuerzos y adelante chicos de ser necesario que postee todaa la ficha de nuevo me avisáis y lo hago con gusto ! gracias !
  17. Hola amigos solo vengo a hacer unos cambios. Nombre: Vladimir Alexae familias: -- Padres sanguíneos: -- Padres adoptivos: -- Trabajo: -- Raza: Humano Y borrar las bóvedas de abajo. gracias y por favor mantener el aspecto de la ficha. Saludos.
  18. -Vladimir Lockhart - Mesero- Tras haber completado los pedidos de las recién llegadas, me encaminé de nuevo detrás de la barra donde se dispensaban las cosas desde la cocina, me esperé allí hasta que llegara el próximo cliente, me apresuré a tomar el vuela plumas y me encaminé al asiento que había tomado el caballero. -Buenas tardes, caballero, en que le....-no pude terminar de decir la frase, cuando fui interrumpido por el huraño que había llegado, traté de hacer caso omiso a lo que había pasado, por lo que me limité a tomar lo que había pedido solamente. Con paso ligero me apresuré a llevar el memo al barista, éste de inmediato tomó la nota y realizó el pedido con suma eficacia y rapidez, así que tomándolo de nuevo, lo llevé al recién entrado. -Aquí está su orden. En cuanto a mi jefa, no estoy seguro de su paradero. Que tenga bonita estancia.-le dije ando media vuelta con mi tacón y caminando despacio hasta mi puesto.
  19. Vladimir Lockhart - Mesero Nuevamente la brillante campana resonó en el hermoso salón de café. Habían entrado varias personas, por lo que tenía que nuevamente llegar a ofrecer mis servicios como mesero profesional, acatando las necesidades del cliente. Con paso firme y con el blog y la pluma flotantes me acerqué a las nuevas clientas que yacían sentadas en las sillas. -Buenas tardes, lindas señoritas ¿Qué quieren para tomar, comer?- le dije mientras la molesta pluma se preparaba para tomar apunte de las palabras de mi boca hacia ella. Mientras esperaba, me alisé un poco mi camisa para estar mas presentado.
  20. Hola gentecita linda, tras un tiempo de no molestarlos, vengo a dejar unas modificaciones a la ficha. Espero que no haya problema. Saludos!
  21. -¿Máscaras?, Venecia.-pensé al ver la invitación que yo mismo había repartido por todo el callejón Diagón, era una fiesta importante, por lo que debía ser algo especial, por las damas que muy cordialmente me invitaron. Corrí a la ducha, pensando que estaba tarde, tomé el agua fría y restregué todo mi cuerpo, incluyendo mi largo cabello, que en los últimos meses había crecido hasta la cintura, después de eso, lo cepillé y lo amarré en un moño. Envuelto en la toalla, enseñando mis muslos en el castillo, busqué el baúl de recuerdos, donde guardaba las cosas importantes, como espadas, pociones, trajes, ropa... todo lo importante. Justo entonces, algo curtido por el polvo, encontré el traje veneciano con el que iría, después de lavarlo y dejarlo oliendo a rica lavanda. Una vez preparado para la fiesta, me encaminé por la sombría Ottery, en un corcel percherón que tenía en potro, no me imaginaba el espectác*** que hacía, pero llamar la atención era mi especialidad. Un detalle importante era el regalo, ¿Qué le daría? pensé en la ocasión, era perfecto para darle un vestido, y el antifaz para la ceremonia de cumpleaños, que costó 1440 galeones. Pero el precio no era lo importante, si el mágico hechizo que hacía que el vestido no se rompiera con nada. Al entrar por lo jardines, dejé atado mi caballo al portón central, el elfo, Amín, que anteriormente conocí, me invitó a pasar. -Amín, ¿Le darías agua a mi caballo, por favor?, gracias.- le dije con vista reverencial, pero el no lo sabía ya que yo iba con mi antifaz puesto. Al entrar, con el regalo envuelto en un papel lila, pedí a otro elfo que lo llevara con la damisela a su alcoba, ya que noté que no había bajado. <<¡Mujeres!>> pensé. Al mismo instante le envié una nota con un patronus de lechuza, que decía: <<Espero que disfrutes el regalo, y que lo uses en esta ocasión. Me complacería mucho verte así. Lucirías como la princesa que eres. ATT: VLM>> esperaba no ser muy comprometedor, pero creía que era lo sufiente. Entre todo, tomé una copa de champan y esperé al descenso de la damisela.
  22. Vladimir Lockhart - Mesero Comenzaban a dolerme un poco las piernas de andar en todo el salón, eran las tres de la tarde, y eso significa café o té para los ingleses, por lo que varias oleadas abarrotaron de pedidos al negocio. Una de las recién entradas, se sentó sin pedir nada, su indecisión se notaba a media legua de distancia, por lo que decidí, nuevamente entrar en acción. -Buenas tarde, señorita. ¿Desea algo qué tomar?, ¿Comer?, ¿Ambas? le aseguro que no se decepcionará.- le dije con algo de acento ruso, ya que algunas veces no lo podía controlar del todo. Me esperé tranquilo, con blog en mano, para escuchar atentamente el pedido de la recién llegada o si era posible, ayudarla a escoger.
  23. Jhon White - barista Si bien habia entendido, una nueva orden estaba a la espera, entregada por Vladimir, uno de los nuevos que habían entrado esa tarde y que hasta el momento no lo hacia mal. La orden consistia en un cafe moca y unos pasteles de chocolate con fresas. Rapidamente tome los ingredientes. Leche, cocoa en polvo, chocolate duro y cafe. Mezcle los ingredientes y al final con una pequeña cuchara coloque espuma de la leche en una fina capa, ademas, con un poquitin en la mano, probe si estaba bueno de azucar. De inmediato parti un trozo grande de pastel de chocolate con fresas y lo coloque en un plato junto con una cucharita, ambos mas el capo, irian en una bandeja tapada por una tela blanca hasta la consumidora. Vladimir Lockhart - Mesero. Comenzaba a notar que la clienta se impacientaba por el pedido, pero seguramente era mi imaginacion ya que apenas habian pasado tres minutos. Debiamos ser rapidos para atender. En cuanto la orden estuvo lista, una pequeña campana resono detras mio indicandome que el pedido estaba listo. Lo tome junto con varias servilletas y el velo blanco que tapaba el pastel, y me dirigí a la mesa donde se encontraba la clienta. Todo esto en 5 minutos. Me acerque con paso apresurado y portando la bandeja. -Orden lista, señorita.- dije con una sonrisa en mi rostro, depositando con cuidado la bandeja del pedido en la mesa junto con la cucharita de plata, la taza blanca con el moca y el plato con el pastel. Todo muy bien ordenado y adornado. -Provecho- dije nuevamente sonriendo, para luego alejarme e irme de nuevo a la barra donde me encontraba. OFF: si algo sale mal en el post, es porque ando desde el móvil.
  24. [/i]Vladimir Lockhart - mesero.[/i] -Buenos días señorita, ¿En que le podemos servir?- dije de forma agradable y amistosa a la nueva clienta que acababa de haber llegado. -Si gusta puede esperar su pedido en una de las mesas, con gusto se lo llevaré allá.- le dije esbozando una cálida sonrisa y mientras sacaba un pequeño blog que tenía dentro de la chaqueta. Al instante anote su pedido para pasarlo al barista y asi completar el pedido. Me llenaba de alegría el que pasara gente nueva, esperaba que la clientela del local nunca bajara y para eso se necesitaban empleados simpáticos a los clientes y una administración.
  25. Vladimir Lockhart Myrddin - Mesero Me aproximé rápidamente por el callejón Diagon para cumplir con mi nuevo trabajo. LLevaba puesta una camisa blanca de manga larga, reluciente y recién planchada, además de una pequeña placa que decía mi nombre <<Vladimir>>, unos pantalones de vestir negros y un chaleco de color rojo, ese era mi uniforme, aunque claro, de seguro no era oficial, se aproximaba suficiente a las exigencias para un mesero. El aroma de a café se podía notar a tres cuadras de distancia. Una vez hube arribado al local, entré por la puerta trasera, para dejar mi pequeño bolso donde acostumbro llevar mis cosas de limpieza, un abrigo extra y un paraguas. Cuando entré, había bastante movimiento, enormes sacos de café sin moler entraban a la despensa sin cesar, además de los demás meseros. Me aproximé a una barra centrar, para esperar los pedidos de la clientela o incluso, ir donde ellos, para así brindar un mejor servio. También me quedé esperando a la dueña, para informarle que estaba allí a su disposición.

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