Aziid Black T.

Un día caluroso nuevamente, lo que ya era considerado normal en aquél pequeño poblado aislado de las demás ciudades. Los residentes de aquél lugar ya estaban acostumbrados a la monotonía del condado en el que habitaban y los días pasaban lentos para la mayoría mientras desperdiciaban horas de su vida en la cantina que estaba en el lugar. No había ningún alma vagando por las calles del pueblo, pero eso estaba a punto de cambiar y los habitantes de ahí se llevarían una pequeña sorpresa al presenciar lo que estaba a punto de suceder.

En una de las calles del condado, justamente la calle que daba con la cantina, aparecieron dos figuras al parecer una humana y otra no tanto. La primer figura era alta, un adulto joven de cabellos largos y oscuros acompañado por un ser pequeño con extrañas ropas y orejas largas, ojos saltones y extremidades largas. Aquél hombre, o mejor dicho vampiro, era Aziid y estaba acompañado de su elfo, Gask, el que le había hecho el favor de teletransportarlo a aquél lugar donde se llevaría a cabo una prueba de su clase.

La calle en donde se encontraba el vampiro ahora estaba completamente vacía de su lado izquierdo, mientras que del otro lado se encontraban una fila de coches estacionados justo a un lado de la banqueta. Había unas cuantas casas con las cocheras vacías, otras ocupadas, pero no se escuchaba ruido alguno mas que el del viento que corría por el lugar arrastrando pequeñas partículas de arena. Sería interesante ver a ambos grupos conformados por magos y brujas luchar en aquél espacio, sin muchos lugares donde esconderse y estar a salvo.

Al parecer el Tonks era el primero en llegar, algo a lo que estaba acostumbrado. Iba vestido con simple ropa muggle: unos shorts y camiseta de tirantes, por el intenso calor que se vivía aquél día en el pueblo. Con la varita de sicomoro en su diestra ya se encontraba listo para comenzar, sólo quedaba esperar a que todos los demás hicieran acto de presencia.

Tengo una duda en cuando al Asalto/Redada que haremos. Ya roleó Hades el primero, ¿debemos esperar a que también rolee Mei? O, ¿ya podemos nosotros comenzar con el primer post que es de presentación. Y también, ¿tenemos algún objetivo o sólo es tratar de deshabilitar a todo el equipo contrario?

Gracias.

Saludos.

Varias personas fueron llegando al cementerio y acomodándose, todas ellas mujeres. Dejando a Aziid como el único estudiante varón, pero eso no le importaba, a ese lugar no iba a conocer gente ni a charlar con nadie, simplemente iba a poder terminar su clase y poder graduarse de la Academia. El vampiro no prestó mucha atención a los discursos y palabras que decían los demás estudiantes, ya tendría tiempo de conocerlos después, ése no era el momento.

Pasaron los minutos hasta que la Mortífaga tomó la palabra nuevamente. Comenzó su discurso y la atención de Aziid volvió a la clase, más específicamente, a Mónica. Aquella peliroja que le llamaba la atención pero al mismo tiempo tenía algo que no era del agrado del mago, aún no sabía qué era, pero tal vez pronto lo descubriría. El vampiro no siguió a la maestra, en cambio, esperó hasta el final para verificar que debían seguirla, al parecer estaba por mostrarles algo interesante, pues todos se veían asombrados y con ansias.

El pelinegro llegó justo cuando la profesora hizo alguna clase de conjuro que emanó una brillante luz que cegó al vampiro por unos momentos. Se frotó los ojos con las manos y la claridad regresó, ahora podía ver todo. Podía ver los pilares y la cortina negra de cristal que se había formado entre ellos. A los pocos segundos el oscuro cristal comenzó a temblar y se fueron formando unas imágenes en él. Todo era tan curioso, el mago nunca había visto magia de éste tipo antes en su larga vida. Las imágenes que se mostraban eran un tanto curiosas y el vampiro no halló el sentido de ellas o no sabía qué tenían que ver con la clase, fue hasta la segunda que vio a dónde quería llegar la bruja, era de esperarse... Y en la tercera igual.

Al finalizar todo eso escuchó lo que tenía que decir la Malfoy; "...permanecemos ocultos por necesidad y no porque nos guste escondernos como ratas...", a Brandon le parecía algo tonta esa frase, pues él había vivido como muggle por poco más de diez años de su vida y le molestaba que magos y brujas como ella y como cualquier otra dijeran esas cosas de las personas no mágicas; él vivió con sus padres adoptivos muggle durante su niñez y cada vez que alguien los insultaba le enfurecía, ¿por qué se comparaban con ellos? Al fin y al cabo, cualquier mago al que le quitaran su varita sería como un muggle, incluso más inútil... Tampoco se les podía culpar a los muggles así nada más por haber matado a las brujas, tendrían que revisar todo el marco histórico y llegar a la conclusión que muchas de las brujas y magos de las épocas antiguas aprovechaban su poder para tormentar a las personas de su pueblo y tener el control.

El discurso de la peliroja concluyó y el de los orbes esmeralda terminó algo decepcionado, sólo quedaba escuchar el discurso y ver la o las memorias que tenía el líder Fenixiano, aquél discurso y aquélla memoria que harían que el joven Ryddleturn se diera cuenta de todo, que cambiarían su manera de pensar y ver el mundo, ver sus familias, ver ambos bandos, ver todo.

"Seguro que ésto será aburrido..." pensaba el hijo de la noche sin darse cuenta lo que estaba por venir.

Atentamente Brandon escuchó las palabras de Boss mientras estaba un poco distraído, vio que nuevamente se alzó una cortina de cristal, pero ésta vez era transparente y no oscura como la de la bruja. Las palabras del hombre se escuchaban con una seguridad y firmeza que pocas veces se puede encontrar en alguna persona, cosa que hizo que la atención de Aziid fuera directo al Líder de la Orden.

Las imágenes que se formaron llamaron aún más la atención del aprendiz vampiro. En ese instante comenzó a moverse hacia adelante para poder verlas con más claridad y escuchar bien lo que decían. Le resultaba interesante todo aquello, ¿cuál sería la historia del mago? ¿Quién sería su esposa y el abuelo del que habla el pequeño? La curiosidad despertó dentro del Slytherin y se fue metiendo más y más en aquella memoria hasta que desapareció y el de los ojos verdes seguía con sus orbes posados sobre el cristal que ya no reflejaba ningún recuerdo.

Las palabras de Boss hicieron que el joven saliera de su estado de trance con el cristal y prestó atención nuevamente a las palabras que tenía para decir el profesor. Sin duda le gustaba más la manera de pensar del hombre que la de la Malfoy, pero, ¿por qué? Desde hacía ya vario tiempo lo había estado pensando y no sabía en verdad lo que quería. Ya no sabía si en verdad pertenecería a las filas tenebrosas de los magos, eso era una simple mentira que repetía y repetía y de tanto mencionarla hasta él pensó que era verdad, eso pensó hasta ese instante, cuando se dio cuenta de que no era más que una tontería y que él no estaba destinado ni hecho para eso. Ya no se engañaría él mismo, no desde ahora.

-Yo pasaré.- respondió en tono serio mientras daba un paso al frente, su mirada fija en aquélla cortina de cristal mágica que reflejaba hasta los pensamientos más íntimos y olvidados de la persona.

-¡Tonto!- fue lo primero que se escuchó cuando la imagen aún no se formaba en el cristal, era la voz de un niño pequeño seguida por las risas y carcajadas de más infantes.

-Ve cómo está con su libro... por eso no tiene amigos.-

-Como no tiene amigos tiene que buscar en ésas hojas y sus estupideces.-

La imagen iba cobrando vida poco a poco hasta que se vio completamente bien. Era una especie de cafetería por la década de 1910, había varios niños rodeando una mesa en la que se encontraba sentado un pequeño con un libro y su comida. El niño que se encontraba sentado ignoraba todos los comentarios que hacían los demás, su cabello oscuro y corto iba bien peinado y su blanca piel hacía contraste con sus orbes color esmeralda.

-¡Vamos a ver si su libro logra defenderlo!-

Un golpe y el niño de los cabellos negros cayó de su asiento con un poco de sangre saliendo de su boca. Todos comenzaron a reír mientras él se levantaba para luchar, pero ellos lo superaban en número y en tamaño y acabarían con él cuando quisieran...

La visión terminó y el vampiro se encontraba inmóvil con sus puños cerrados con fuerza, estaba listo para hablar al igual que los profesores.

-¿Saben? Hasta un poco después de mis diez años de edad fui muggle- comenzó a decir ya más calmado el joven -. Sí, crecí y viví en mi infancia con padres muggle en un mundo muggle donde la magia sólo existía en las presentaciones de magos farsantes y películas. Iba a una escuela muggle, no puedo decir que tenía amigos muggle porque, como verán, sería una mentira.-

-Ahora tengo poco más de ochenta años de edad,- continuó -y si de algo estoy seguro es que los muggles son exactamente como nosotros, sólo que ellos no tienen ésto.- al decir su última palabra sacó la varita de sicomoro.

-Tuve una niñez que no muchos hubieran querido tener,- prosiguió guardando su varita mágica, todo parecía tan normal para él, pero la verdad no lo era. Sus palabras eran tranquilas y serenas, mientras que en su mirada se veía un deseo y coraje -yo fui aplastado, golpeado, encerrado en los casilleros de mi escuela. Muchos se aprovechaban de mi porque siempre fui delgado. Sé lo que se siente que haya alguien que se crea superior a ti y te haga la vida imposible y te maltrate sin motivo.-

-Sé lo que se siente y me rehúso a causarle eso a personas inocentes. Los muggles no están preparados para poder convivir con nosotros, de eso no hay duda. Pero ese hecho no nos da el derecho de ir matándolos con el pretexto de "proteger la sangre limpia o mágica".-

-Me he dado cuenta de varias cosas, tal vez algún día ustedes también puedan verlas. Para mí no ha sido tarde, quién sabe para ustedes...- todo el discurso del joven había sido con el mismo tono de voz serio y tranquilo, parecía que no se molestaba, pero la verdad era simplemente que tenía bastante auto-control.

El mago posó sus verdes orbes sobre Elessar y asintió con su cabeza al terminar de decir lo que tenía que decir; en ese momento, al terminar su discurso, se dio cuenta de lo que en verdad quería y de que ni la Marca Tenebrosa ni sus familias podrían brindárselo, así que debería tomar una decisión y a decir verdad, desde el momento en el que se paró al frente y compartió esa memoria, ya la había hecho.

Enseguida el vampiro caminó de nuevo hacia donde estaban los demás alumnos mientras miraba al Líder Odefo y a la Malfoy esperando ver si alguno de ellos hacía algún gesto o comentario con el repentino cambio que había sufrido el alumno.

Cuando el joven hizo el hechizo que amarraría a su contrincante, sabía que ésta no se iba a dejar vencer así de fácil. Era una luchadora y el vampiro sabía que no se daría por vencida hasta el final, desgraciadamente al no darse por vencida sólo empeoró todo. Parecía que la mujer era como un pescado fuera del agua, amarrada boca abajo sin la posibilidad de mover bien sus extremidades y por ende, no poder levantarse.

La rubia intentó hacer un hechizo, pues se vio el torpe movimiento que hacía con su varita, pero al estar su boca amarrada por una de las gruesas cuerdas sólo salió un sonido ahogado que pareció más que nada un gruñido suave. De su varita no salió nada y el fuego color púrpura le dio de lleno en el rostro, haciendo que cayera inconsciente en ése mismo instante, ya no quedaba más por hacer. Los intentos de la joven habían sido fallidos por un par de simples errores que había cometido.

Ahora sólo quedaba desatarla y llevarla directo a San Mungo, había quedado con graves heridas y si no quería que empeorara nada tendrían que partir de inmediato o llamarle a algún profesor que los pudiera llevar. En caso de que no acudieran, Aziid llamaría a Gask para que los apareciera cerca del famoso hospital mágico para que pudieran curar a la Rambaldi lo antes posible.

Éso era un ejemplo, tan sólo un ejemplo de lo que llegan a enfrentar muchos magos día a día. Luchando por sus vidas o por las de alguien más, por sus seres queridos y familiares. Debían estar preparados para cualquier cosa que les pasara, en cualquier lugar, cualquier momento...

Bueno, aquí dejo mi análisis del duelo entre Elizabeth Tonks y Lestat Rambaldi:

Elizabeth: Strellatus (Impacta). Acción 1 - Turno 1.

 

Lestat: Morphos (Convierte la franela en ave). Acción 1 - Turno 2.

 

Elizabeth: Oppugno (Hace que el ave se interponga entre la mujer y el hechizo del mago). Acción 1 - Turno 3.

 

Lestat: Sectusempra (Impacta en el ave). Acción 2 - Turno 2.

 

Elizabeth: Babosas (Impacta). Acción 2 - Turno 3.

 

Lestat: Sectusempra (Impacta). Acción 1 - Turno 4.

 

Elizabeth: Evanesco. Acción 1 - Turno 5.

 

Lestat: Disparo de Flechas (Desaparecidas por Evanesco). Acción 2 - Turno 4.

 

Elizabeth: Episkey. Acción 2 - Turno 5.

 

Lestat: Crece Uñas. Acción 1 - Turno 6.

 

Elizabeth: Protego (Se protege del Crece-Uñas). Acción 1 - Turno 7.

 

Lestat: Morphos (No sale por las Babosas). Acción 2 - Turno 6.

 

Elizabeth: Episkey (Se cura completamente el Sectusempra). Acción 2 - Turno 7.

 

Lestat: Morphos (Convierte el zapato en una oruga venenosa que pica a Elizabeth). la Acción 1 - Turno 8.

 

Elizabeth: Morphos (Convierte su zapato en un Bezoar que come para curar el veneno de la oruga). Acción 1 - Turno 9.

 

Lestat: Morphos (Crea un oso). Acción 2 - Turno 8.

 

Elizabeth: Oppugno (Hace que el oso la defienda del siguiente hechizo). Acción 2 - Turno 9.

 

Lestat: Incárcerus (Impacta en el Oso). Acción 1 - Turno 10.

 

Lestat: Incárcerus (Impacta en la bruja). Acción 2 - Turno 10.

 

La contrincante ya no respondió, por lo que se entiende que el Incárcerus del Rambaldi fue efectivo y logró capturarla. Entonces Elizabeth perdió el duelo al quedar sin oportunidad de moverse y ya no contestar.

Espero que todo esté bien, debo admitir que fue algo tedioso, pero si lo ves y analizas bien termina siendo fácil de hacer. xD

¡Saludos a todos!

Las perversas trampas de la mujer no podrían hacer efecto en el vampiro de los ojos color verde. Como ya lo había dicho, era un truco viejo y la mujer estaba cayendo bajo al intentar conseguir lo que quería de esa forma. Aunque, tal vez ella se encontraba loca por los naturales y sobrenaturales encantos del vampiro, ¿serían sus ojos? ¿su sonrisa? No, no, no, eran sus colmillos, sí de seguro eran los colmillos los que llamaban la atención de la mujer, ¿cómo no lo había pensado? ¡Su cabello! Eso tenía más sentido, la mujer estaba loca por él, sí que lo estaba.

Aziid se abstuvo de hacer comentario alguno antes de que la mujer se acercara a él atrevidamente, simplemente se le lanzó una mirada extraña, un tanto aburrida y otro tanto decepcionada por el truco que intentaba hacer la Rambaldi. Después de eso ya vería lo que le tocaría por andar coqueteando en vez de poner atención de verdad a lo que hacía en el duelo.

El hijo de la noche observó con malicia cómo la chica se protegía en vano de su maldición. El encantamiento que ella había utilizado para protegerse no era eficaz contra elementos, en éste caso el fuego, así que la llamarada impactó directamente en su pecho causando graves quemaduras en ésa área y un poco por el cuello y las partes que se encontraran alrededor. No era ningún juego, la verdad se estaba poniendo peligrosa la situación y cada vez se veía más rápido el final del enfrentamiento.

Justo antes de que la bruja pudiera pronunciar su siguiente hechizo el mago supo que hacer, a pesar de que la rubia se encontraba en una situación crítica por las quemaduras, el aspirante Odefo no se la pondría fácil, tal como su antiguo maestro le había enseñado.

-Incárcerus...- comentó el de los orbes esmeralda serena y tranquilamente mientras apuntaba con su varita a donde se encontraba su oponente. De la punta de su instrumento saldrían tres gruesas cuerdas que viajarían directo hacia la chica; la primer cuerda iría con destino a sus pies para amarrarlos y por ende la chica perdería el equilibrio y caería al suelo, al mismo tiempo la segunda cuerda se encargaría de amarrar sus brazos a sus caderas, a la altura de las muñecas, lo que le quitaría la posibilidad de moverse; la última cuerda iría directamente hacia su boca con el fin de amarrarse alrededor de su cabeza e impedirle que pudiese hablar.

Al mismo tiempo que el trío de cuerdas viajaba para impactar a su oponente en las partes mencionadas, el rayo que había lanzado la chica iba directo hacia el mago y en pocos segundos le dio en el pecho, causando que diera un pequeño paso hacia atrás por el leve impacto. ¿Cuál sería el hechizo? No era verbal así que los efectos comenzarían a surgir en cualquier momento, entonces el joven sabría de qué se trataba y podría curarse.

Mientras tanto, su contrincante yacía en el suelo con las piernas amarradas al igual que sus brazos y la boca tapada. Sería una situación difícil, ya que las quemaduras empeoraban y al no aplicarse el Episkey que se necesita de emergencia, tendría que usar ahora dos en su siguiente turno si no quería ir directo a San Mungo. El mago comenzó a sentirse un poco mal por la chica, pero sabía que no podía tener compasión de nadie en un duelo.

Aziid comenzó a caminar hacia su indefensa compañera mientras sonreía. Al estar a su lado, el joven iba a decir una frase, pero entonces comenzó a sentir algo en su estómago, algo que ya había sentido y no hacía mucho tiempo, era la misma sensación repulsiva que había sentido en el enfrentamiento contra su maestro de Duelo Básico. El vampiro intentó reaccionar pero ya era demasiado tarde, el asqueroso animal ya se encontraba en su garganta y tendría que escupirlo en ése instante, no podía soportar la idea de tener a una babosa en su boca, ahora la bruja sí pagaría por lo que acababa de hacer. El molusco terrestre comenzó a arrastrarse en dirección a Liza lentamente dejando un rastro de baba por donde pasaba.

Sabiendo que no podría hablar, el joven de inmediato supo qué hacer. Aplicaría el mismo hechizo que había usado al principio del duelo. Estando parado junto a la chica el mago le apuntó con su varita en el rostro y con un elegante y rápido movimiento de su instrumento salió una resplandeciente llamarada de fuego color violeta que impactaría en menos de un segundo justo en el la cara de la rubia, haciendo que perdiera completamente la consciencia por un tiempo, tiempo que era vital para la Myrddin.

Al no poder defenderse del hechizo por estar atada, la chica se desmayaría y no podría aplicar el encantamiento sanador que requería desde el momento en el que el Fuego Maldito le había impactado. Lo que no dejaba más que hacer, el final del duelo ya era seguro. Sólo quedaba esperar un poco y después desatar a la chica y llevarla directo al hospital para que pudieran curar sus heridas y que nada pasara a mayores.

El vampiro se sorprendió al ver llegar a su contrincante, ¿de verdad sería ella? Iba vestida tan... así; parecía que iba a cualquier lugar menos a un duelo. Aziid no caería en su viejo truco, había vivido ya más de ochenta años y sabía lo que planeaba hacer la bruja con eso, sólo era una trampa que le resultaba chistosa al Tonks, de seguro sería mucho más problema para ella que para él lidiar con ése vestido acompañado por los tacones que llevaba puestos, sabía que en algún momento del duelo tendría que quitárselos, pues sería difícil, casi imposible caminar con ellos por tantos escombros, varillas, piedras, etc.

"No te enseñaron modales, ¿eh?", pensó el de los orbes esmeralda al ver que su contrincante no hacía la reverencia que era una tradición hacer antes de cada duelo. El mago no prestó más atención a eso e hizo su ataque que fue fallido, pero aún no acababa todo, el joven sabía que debía actuar rápidamente si planeaba tener éxito y ése era el momento.

Aunque no quisiera, el hijo de la luna debía admitir que de vez en cuando si le echaba una mirada al vestido y la hermosa figura de la mujer, en fin, era hombre y no podría evitarlo. Aún así trataba de ignorarlo lo más que pudiera para no distraerse y seguir su meta y completar su tarea.

-¡Silencius!- exclamó el mago de los largos cabellos alborotados con un rápido movimiento de su varita justo antes de que su compañera pudiera atacarlo. En ese instante la boca de la mujer se movió, pero no emitió ningún sonido y por ende no salió ningún hechizo de la varita de la Myrddin.

-¿Qué pasó?- rió el Tonks al ver que su rival se quedó sin hablar -¿Te comió la lengua... el gato?- hizo énfasis en las dos últimas palabras que había musitado y soltó nuevamente una pequeña risa, en verdad estaba disfrutando el duelo y al parecer la mujer sería un buen contrincante.

-¡Fuego Maldito!- pronunció Brandon mientras apuntaba con su varita hacia la rubia que estaba frente a él. De su instrumento mágico salió una feroz y ardiente llamarada de fuego que tomaría la forma de un minino bastante grande, de aproximadamente un un metro y medio de altura por dos y medio desde la cabeza hasta la cola. La invocación maldita que había hecho el vampiro iría rápidamente hacia la Rambaldi a embestirla justo en el pecho, causándole graves y muy serias quemaduras a la bruja; heridas de las que debería ocuparse rápidamente si no quería que empeoraran.

Una vez el fuego impactara en su blanco desaparecería tras la bruja, extinguiéndose de la faz de la Tierra, dejando como único rastro de su destrucción las heridas en la bella mujer. Por una parte, Aziid no quería hacerle daño a ella, pero debía hacerlo si quería pasar su clase, y en el momento, éso era lo único que le importaba realmente.

Por suerte para el ahora prefecto de su casa, era la época en la Academia de Magia y Hechicería cuando acababa de finalizar la ceremonia de la elección de las Casas. Los alumnos habían sido asignados a alguna de las cuatro casas de la Academia. Algunos alumnos irían a la torre más alta, donde yacían los cuarteles de los Aethonans de Salem; otros deberían ir al volcán, al Sur de la Academia pare encontrarse en los terrenos de los Dragones de Lancashire; algunos otros serían asignados a la casa de los Centauros de Blodwyn que yacía a varios metros bajo tierra en la dirección opuesta del volcán; finalmente, los alumnos que fueran a la casa de los Tritones del Río Wye tendrían la experiencia de sus vidas. En el instante en el que se ve la estatua que vela y protege la entrada del recinto se puede notar la gran belleza y el privilegio que significa poder entrar a esos terrenos.

Dicha casa se encontraba bajo el agua, la experiencia era fantástica. Poder estar bajo el agua mientras observas el fondo del lago con toda su vegetación y fauna marina, ahí se encuentran criaturas desde peces hasta grindylows, los cuales pueden llegar a ser algo perturbadores para los alumnos que intentan descansar en la sala de la casa. Dichos animales son pequeños y para muchos asquerosos, suelen ser agresivos contra magos y brujas, así que muchas veces cuando encuentran a alguien bajo el techo de vidrio irrompible comienzan a golpearlo, todo esto en vano, claro.

Para el joven vampiro era una experiencia completamente nueva, siendo prefecto ahora, tendría que ser el guía de los demás alumnos, algo así como su hermano mayor; en caso de que no se encontraran disponibles los jefes de casa, a los cuales ya conocía, podrían ir con él y si podía ayudarles lo haría sin pensarlo dos veces. Aquél día su tarea era guiarlos a la sala, ya ahí los Jefes se encargarían de lo demás. El camino no era muy largo; cuando llegaron y estaban frente a frente con la estatua del Rey Tritón notó las expresiones de los nuevos, intentó no reír y permanecer serio mientras estaban ahí. La figura era imponente, era normal que muchos de los alumnos se asustaran al verla moverse y amenazarlos con su gran tridente.

Aziid mencionó con tranquilidad las palabras que daban acceso a los cuarteles y el Rey comenzó a soplar su instrumento con el que calmaba los mares, de éste salió una melodía: el himno de la casa. Los estudiantes bajaron las escaleras mientras se deleitaban con las paredes tapizadas con piedras preciosas que contaban la historia del Dios de los mares; narraba con dibujos desde su nacimiento, producto de Poseidón, regidor supremo de todas las aguas, y Anfitrite, la Diosa del mar tranquilo. Después se podía ver una imagen de aguas feroces junto con Tritón que, al sonar su caracola, calmaba todo. Ése instrumento que parecía tan inofensivo y era su mayor atributo, muchos piensan que es el Tridente, pero no es así, con su caracola podía producir sonidos terribles que asustaban hasta a los seres más peligrosos, por eso era el protector y mensajero de todos los mares.

El grupo de estudiantes pasó por todo el tramo que contaba la mitología del majestuoso ser, símbolo de la gran Casa de la Academia. Una vez hubieran llegado a la Sala Común los Jefes se encargarían de los nuevos, el trabajo del prefecto tan sólo era apoyarlos y ayudar a los alumnos a llegar con bien al cuartel y sin que se perdieran o tomaran algún otro camino, intentando meterse al lago tratando de encontrar alguna entrada secreta por ahí o quién sabe qué, cada generación que llegaba tenía sus alumnos locos que nunca tardaban en salir con ideas de ese tipo.

El mago le sonrió a ambos Jefes de la Casa y se hizo a un lado para que pudieran ver a todos los alumnos que habían arribado. Escuchó atentamente las palabras de ambos mientras observaba todo el lugar nuevamente. Se dio cuenta del nuevo tablón de avisos y del listado del salón de la fama, si todo salía bien, algún día el ahora Tonks se encontraría entre esos afamados ex-estudiantes.

Brandon no podía esperar más a que comenzaran las actividades que tenían planeados los profesores, en especial el ir a nadar al lago con todas sus criaturas. Sería peligroso e interesante, deberían tener cuidado todos los alumnos si no querían ser llevados por los grindylows a las profundidades más oscuras del lago, donde quién sabe qué otras extrañas criaturas se encontraban.

El director no demoró absolutamente nada en contestar. ¿En los jardines? Entonces no sería un lugar pequeño, seguro sería algún establecimiento o mansión... No, mansión era muy poco probable, ¿por qué lo llevaría a una mansión? Fuera cual fuera el lugar, el vampiro estaba dispuesto a seguirlo a donde lo llevara. Algo había que lo hacía confiar en él, algo raro en el vampiro, pues apenas lo había conocido hacía pocos minutos y ya tenía confianza en él como si él fuera el que lo hubiera criado desde pequeño.

El de los orbes esmeralda posó su mirada sobre el Director cuando le hizo la pregunta acerca de las apariciones y en su cara se hacía presente una sonrisa, parecía que el rubio podía leerle la mente, o más probablemente, pensaban de manera parecida. Sin pensarlo dos veces se acercó a él y tomó su mano, dispuesto a aparecer en donde fuese que lo llevara.

-¡Ja! ¿Cómo crees que llego a todas mis clases a tiempo?- agregó el vampiro en tono gracioso justo antes de que ambos desaparecieran del lugar -De no ser por Gask, mi elfo, no llegaría a tiempo a ninguna clase.- concluyó mientras reía, recordándo a su querido amigo elfo.

Cada vez la platica entre los dos hombres se volvía más y más interesante. Se podía decir que el punto de vista del vampiro ya había cambiado casi completamente, ahora veía todo con claridad, pero tenía miedo. Tenía miedo de dejar a sus familias así como así, quedaría sólo, ¿a dónde iría? Podría quedarse en los Tritones por un tiempo hasta que se graduara, pero después de ahí tendría que irse a vivir sólo o conseguir alguien que lo aceptara en su casa. Entonces por ahora la opción de simplemente huir de sus familias no estaba en su lista mental de "Buenas ideas".

-Lugar... compartir... libros... ¿muchos dispuestos a leerlos?- esas palabras rondaban ahora por la mente del Slytherin, se quedó un momento pensando y no pudo descifrar de qué lugar se trataba. Lo único que se le venía a la mente era una biblioteca... ¿Quería llevarlo a una biblioteca? Pero si ya estaban en una... ¡No! ¡Quería que donara su colección a la librería de la Academia! Eso ni soñarlo.

-Estoy algo confundido...- balbuceó el joven sin darse cuenta, mientras su cerebro trataba de procesar todo lo que había pasado en ése par de minutos en el que había convivido con el Knight. No se daba cuenta de lo que en realidad estaba por suceder.

Pasaron unos cuantos segundos después de que el Director le hizo una propuesta bastante interesante a Brandon. No perdería nada en ir a ese lugar que mencionaba el Fenixiano y tal vez hasta sería divertido, o tan siquiera sería algo diferente; después de estar tanto tiempo metido en la Academia le hacía falta salir.

-Supongo que no tengo nada que perder...- comentó el de los largos cabellos al dejar su asiento para ponerse de pie. Estiró sus brazos hacia arriba y después por detrás de su espalda, bebió completamente el café que le quedaba pero no lo tragó al instante, primero lo saboreó un poco con las mejillas hinchadas y ya después lo tragó.

-Dime, ¿ése lugar del que tanto hablas está lejos?- preguntó el mago al comenzar a caminar en dirección a la salida de la Librería, esperando que el hombre fuera con él y le contestara, no tenía muchas ganas de caminar tanto, así que esperaba que el lugar estuviera cerca de la Academia, o inclusive dentro de ella, quizá...

Las palabras del Potter Black daban vueltas por la cabeza del aprendiz, todo eso lo confundía mucho. Ya no sabía que ser, qué no ser; por otra parte, aunque le doliera, sabía que las palabras que decía el rubio tenían mucho sentido y estaba en lo correcto. Por más que le doliera debía aceptar que en su familia no podía ser él mismo, si no no andaría en la biblioteca leyendo, podría hacerlo en cualquier lugar sin tener que andar escondido en un rincón donde no hay nadie más. Su menta comenzaba a aclararse y se daba cuenta de muchas cosas que antes no había visto acerca de sus familias, no las personas, si no sus preferencias y lo que significaba seguirlos.

-Sí, eso creo- contestó Aziid a la primer pregunta de su Director -. Pero sinceramente, no creo que haya un lugar en donde yo pueda pertenecer bien.-

De pronto llegó una nueva pregunta. ¿Ser tú mismo? Podía serlo mientras estuviera solo, pero también había cosas que le agradaban de sus familias. Lo único era que en verdad no podía ser él mismo, tal vez con las familias sí, pero una vez entrara a las filas de la Marca no podría; sería obligado a adaptarse a cierto perfil y seguir todo como ellos lo hacían, sería simplemente uno más formado entre ellos, todos iguales.

-No, no lo creo.- replicó Aziid ante la segunda pregunta que hizo el Tonks -¿Sabes? Tengo una gran colección de libros de todo lo que te puedas imaginar. La llevo en un par de mochilas, usé un encantamiento ampliador y así caben todos. De verdad espero poder algún día encontrar de dónde soy. Al menos tú si sabes que perteneces a cierto lugar y te sientes cómodo ahí, ¿no?-

El vampiro se sorprendió al escuchar que el hombre con el que se encontraba sentado era uno de los Directivos de la Academia. Nunca se había tomado la molestia de ver quiénes eran y muy apenas sabía sus nombres por los anuncios o cartas que mandaban a todos los alumnos; por suerte éste Director se veía como una persona interesante y también le gustaba la literatura muggle, así que desde ese momento le agradaba al mago que ya casi se graduaba.

Se le hizo un poco extraño que el Potter Black hiciera el hechizo ensordecedor, ¿de qué querría hablar que fuera tan importante para que no lo escucharan más personas? Tal vez aún dentro de la Academia no era bien visto que alguien leyera cosas muggles y quería conversar acerca de autores o libros de éste tipo. El Ryddleturn escuchó sus palabras, las cuales le cayeron de golpe, nunca había pensado eso hasta ahora, por lo que tuvo que tomarse unos momentos para analizarlo bien y saber qué responder.

-¿Cómo sabes que es lo correcto o lo incorrecto cuando tu familia siempre te ha planteado sus ideales como lo correcto?- comentó tranquilamente el joven, su cara era inexpresiva mientras posaba su mirada en la del Director -Tal vez lo que para mí es correcto para ti es incorrecto. Pero eso no me importa, nunca me han agradado esa clase de normas que pone la sociedad, pienso que lo correcto es lo que te guste hacer, a mí me gusta leer cosas muggles, así que para mí es correcto. ¿Cómo va a ser incorrecto estar en el lugar donde siempre has pertenecido? Donde ya sabes qué pasará, donde sabes en qué te transformarán cuando salgas de aquí.-

El joven hizo una pausa de unos pocos segundos, esa pregunta... esa pregunta había hecho que el joven se diera cuenta de varias cosas. En eso estaba pensando y aquello lo frustraba, como cuando un niño pequeño tiene que ir a algún lugar aunque él quiera quedárse en casa jugando, pero es obligado a ir y abandonar su diversión.

-Yo creo que ya sabes los ideales de mis familias, no creo que seas tonto- sonaba algo frustrado y no se daba cuenta de que tenía enfrente a una autoridad de la Academia, pero tenía confianza con él, le daba cierta sensación de que estaba bien si hablaba así con él -. Pero yo no soy como ellos, yo nunca he sido así, porque me criaron muggles y viví sólo por más de setenta años. Simplemente soy yo mismo...-

En el centro de Estados Unidos, muchos de los más grandes y reconocidos arquitectos del mundo tenían una misión. Su misión era construir el edificio más grande del planeta, un edificio que superara al Burj Khalifa y no por poco, querían que lo superara por muchos más metros. Era una tarea difícil, pero estaban decididos a completarlo. Cuando lo terminaran, el edificio se alzaría un kilometro hacia los cielos, sólo les faltaban otros cien metros y quedaría acabada la estructura. La edificación se alzaba con majestuosidad cruzando la linea de las nubes; desde arriba la vista era magnífica, parecía el paraíso con suelos de nubes que cubrían todo el alrededor y no se acababan hasta la línea del horizonte. Cualquiera que pudiese estar ahí debía considerarse afortunado.

Ahí sería donde se llevaría a cabo el duelo entre el mago y la bruja que estaban cursando su última clase de Duelo en la Academia de Magia y Hechizería. Tendrían que llegar por medio de un traslador o con ayuda de alguna persona con licencia de aparición o simplemente un elfo que los transportara ahí más fácilmente. Así fue como llegó el vampiro de los ojos verdes, con ayuda de su elfo, Gask, el cual no desperdició su tiempo y rápidamente desapareció de la escena sin decir palabra alguna, al elfo lo ponían nervioso los duelos y prefería irse lo antes posible.

El mago llegó con una sudadera gris acompañada por unos pantalones de mezclilla rotos por una de las rodillas y botas oscuras. Un atuendo simple y cómodo que lo dejaría moverse rápida y fácilmente en caso de cualquier cosa. Gracias a la gran altura a la que se encontraban, la temperatura era muy baja y no había tanto oxígeno como abajo, eso no era problema para el vampiro, pero lo más seguro era que para la humana si lo iba a ser.

En el lugar había escombros por todos lados y tres de cuatro paredes estaban ya construidas, por lo que quedaba un lado de la edificación que no tenía nada para evitar que alguien tropezara y cayera al vacío, asegurando su muerte y por ende, su derrote en el duelo. También había varias mesas y sillas en donde los trabajadores descansaban, había una pequeña grúa cargando grandes barras de metal, estaban regadas varillas de metal por todo el lugar y pequeñas piedras y montones de cemento sin mezclar aún. Sería interesante ver el duelo en un lugar con éstas condiciones.

Los cabellos de Aziid se movían a causa del viento que recorría el lugar mientras él esperaba a que llegara su contrincante. Apenas llegó el mago le sonrió con cierta malicia en su rostro, estaba dispuesto a comenzar el duelo, pero no sin antes decir unas palabras:

-Qué bueno que sí llegaste, estaba comenzando a pensar que no te ibas a presentar- comentó el de los alborotados cabellos mientras se acercaba a la rubia hasta quedar a exactamente seis metros de ella. Enseguida hizo la reverencia que se debe hacer siempre antes de un duelo y continúo sus palabras -. No te tomes todo esto como si fuera personal, ambos sabemos que sólo es para la clase.-

Enseguida, el mago alzó su varita que llevaba en su diestra y con un elegante movimiento de la varita salió una llamarada color púrpura directamente hacia la bruja que se encontraba frente a él. La flama era feroz y poderosa, en menos de un par de segundos impactaría a su oponente directamente en el pecho; ésto no haría que se quemara, causaría que la chica quedara completamente inconsciente, lo que la dejaría a merced de Brandon. Si no actuaba correctamente, el duelo podría acabar en ese mismo instante.

El silencio que reinaba en la librería fue interrumpido en el momento en el que un hombre alto y rubio llegó a buscar un libro en los libreros, se notaba que iba con algo asó como desesperación o angustia por encontrar algún libro en específico. El joven de los cabellos alborotados pausó su lectura y lo miró con curiosidad, pero después de eso lo ignoró y continuó leyendo su libro, esperando a que el rubio se fuera y la tranquilidad y el silencio volvieran a reinar sobre aquél lugar lleno de conocimiento, de misterio, de felicidad, de secretos, de todo...

Desafortunadamente, o más bien, afortunadamente el hombre no se fue. En cambio, se acercó al vampiro preguntando si podía tomar asiento, a lo que Aziid simplemente asintió. No le molestaba que alguien lo acompañara mientras leía, era bueno pasar tiempo con más personas de vez en cuando después de haber cursado algunas clases casi sólo. El hombre se veía ahora más tranquilo, pero aún no sabía bien quién era. También había otra cosa que no sabía, pero el conocer a ese hombre cambiaría todo de ahora en adelante para el mago.

-Bueno, cuando era niño me crié con muggles- comentó Brandon al escuchar las palabras del otro mago -. Y siempre me ha gustado la Literatura de éste tipo.-

-Sé que no es muy común ver a un mago con éste tipo de libros. Algunos lo considerarían hasta asqueroso y repulsivo,- entonces recordó a sus familias y en su gran colección personal de libros, la cual tenía que llevar en un par de mochilas con encantamientos para que pudieran caber todos los libros, pergaminos, y almanaques que adueñaba el vampiro, de lo contrario, quién sabe qué le harían sus familias con los ideales que seguían -pero a mi me agradan... No sé que me harían en mis familias si me ven leyendo este tipo de cosas muggles...-

El joven cerró su libro, pero no sin antes grabar en su cerebro la página en la que se había quedado y dirigió su mirada hacia el hombre que ahora se encontraba acompañándolo.

-Soy Brandon, Brandon Ryddleturn Slytherin. Estoy cursando Bando y Perfil, al mismo tiempo que Duelo Avanzado,- comentó el de los ojos verdes y le tendió la mano a su acompañante con la intención de saludarlo -¿y tú?-

Los días en la Academia para el joven vampiro estaban casi por concluir, sólo le restaban dos clases que acababa de comenzar, pero no tardaría mucho en acabar y estaba seguro de que las aprobaría. No había llegado hasta este punto para simplemente rendirse, darse la vuelta y quedarse con los brazos cruzados. Iba a terminar sus clases y salir de la institución, tal vez al llegar el día en el que tuviera que marcharse se pondría nostálgico, sin duda alguna extrañaría a ciertos profesores, por ahora prefería no pensar en eso.

Por lo tanto, Aziid tenía un día libre y decidió pasarlo en la librería. Llegó desde temprano en la mañana y primero pasó a comprarse un buen café con azúcar y leche para mantenerse despierto mientras leía. La biblioteca era asombrosa para él, libros por todas partes derramando conocimientos por todo el lugar. Ése olor característico de las hojas era dueño del lugar, acompañado por el fuerte olor del café, al vampiro no le molestaría estar ahí todos los días, al contrario, sería... simplemente perfecto. Su biblioteca personal no se podía ni siquiera comparar con la cantidad de estantes llenos de libros de todo tipo acomodados por secciones.

Ése día no había casi ninguna persona en la biblioteca, pero no estaba sola, estaba acompañada por los mejores compañeros que podía tener el hombre: los libros. Brandon se dirigió a la sección de autores muggles y tomó un libro que le pareció interesante. El autor, Jorge Luis Borges. El título, El Aleph. El mago de los orbes esmeralda disfrutaba mucho leer cualquier tipo de cosa, y ésa clase de cuentos cortos muggle siempre le había llamado la atención. Abrió el libro con cuidado y comenzó a leer; pasaron los minutos y el chico se fue metiendo cada vez más en su lectura, podrían pasar las horas y si nadie le decía nada podría quedarse ahí hasta que tuviera que cerrar la librería.

Vengo con mi nueva ficha, contiene los cambios de mis familias y otras cosas más.

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Nombre del Personaje: Brandon "Aziid" Tonks Delacour.

 

Sexo: Masculino.

 

Edad: Alrededor de 80, pero aparenta 24 por su condición de vampiro.

 

Nacionalidad: Irlandesa.

 

Familia(s):

* Tonks

* Delacour

 

Padre(s) Sanguíneo:

-Ethiane Slytherin B.L.

 

Padre(s) Adoptivos:

*Niko Uzumaki (Tonks).

*Mei Black Delacour y Hector Weasley Delacour.

 

Trabajo:

--

 

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Rango Social: Aprendiz.

 

Bando: Neutral.

 

Rango dentro del Bando: --

 

Nivel de Poder Mágico:

 

Puntos de poder en objetos: Los asignarán los moderadores

Hechizos adicionales: Los pondrán los moderadores

 

Puntos de poder en criaturas: 10

Criaturas controlables en asaltos y duelos: Los pondrán los moderadores

(caso de que sí especificar cuáles)

 

Habilidades Mágicas:

* Habilidad 1 --

* Habilidad 2 --

* Habilidad 3 --

 

 

Conocimientos Especiales:

* Conocimiento 1 --

* Conocimiento 2 --

* Conocimiento 3 --

 

 

 

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Raza: Vampiro.

 

Aspecto Físico:

Joven alto, de complexión delgada con poca musculatura. Mide 1.85 metros de altura y pesa 70 kg. Lleva su cabello largo, es color negro y ondulado hasta los hombros, por lo general se despeina por el aire, así que casi siempre está desarreglado y alborotado. Sus ojos son de un tono verde esmeralda claro, pero dependiendo de su alrededor y la ropa que lleve puesta, a veces se llegan a ver de una tonalidad "aqua". De tez blanca y poco, o casi nada, de bello en los brazos y todo el cuerpo. Lleva algunos tatuajes en su pecho y brazos.

 

La mayor parte del tiempo viste pantalones o shorts de mezclilla entubados en sus largas y delgadas piernas junto con zapatos de tela casi siempre o botas. Acompañando esto con sudaderas, chaquetas, abrigos, camisas de cuadros, de tirantes, o simplemente camisetas (por lo general de cuello "V").

 

Cualidades Psicológicas:

Siempre fue un niño hiperactivo y extrovertido. Tiene cierto desprecio hacia la sociedad, y no le importa lo que las personas digan o piensen de él. Tiene una mentalidad muy abierta y algo alocada. Siempre fue un estudiante de notas altas en la escuela, sus padres adoptivos le inculcaron muchos valores y el hábito del estudio. Le gusta leer mucho, desde muy pequeño comenzó a hacerlo y tiene una muy buena memoria. Por lo general es bastante noble con sus amigos. Tiene mucha facilidad para conocer gente, pues no es penoso y es muy espontáneo.

 

Es muy calmado, aunque dependiendo de la situación puede llegar a ser muy agresivo a pesar de cómo se ve. No le importa mucho su apariencia, pues casi siempre está despeinado o con la camisa con los botones abiertos, etc. Y come demasiado a pesar de ser tan delgado.

 

Historia:

Aziid vivió con una familia muggle hasta sus 10 años de vida en Irlanda en 1930 mas o menos. Nunca fue un niño que tuviera muchos amigos, o más bien ninguno, pero siempre fue alegre y extrovertido y sacaba buenas notas en su escuela muggle. Sus padres eran unos doctores muy adinerados, por lo que el niño desde pequeño estaba a costumbrado a tenerlo todo, aún así nunca fue creído o arrogante.

 

Un día llegó una carta a la familia, una carta de una tal escuela llamada Hogwarts. ¿Magia y Hechicería? No era posible, pero sus padres no parecían tan sorprendidos. Le contaron que en realidad no eran sus padres, que nadie nunca supo que pasó con los verdaderos pero que ambos eran magos. Ellos lo habían adoptado para cuidarlo hasta que llegara este momento en el que tendría que asistir a la mejor escuela de Magia que existía en el mundo: Hogwatrs. Así que después de eso el pequeño hizo sus maletas y preparó todo para ir a Hogwarts, un sujeto fue a ayudarle con todo y darle indicaciones y acompañarlo a comprar lo que necesitaría.

 

Al llegar a Hogwatrs Brandon quedó completamente sorprendido, todo este mundo lleno de magia no era nada común para él, pero estaba listo para lo que fuera, pero no se esperaba lo que iba a pasar. Inmediatamente fue seleccionado en la casa de Slytherin, a la que siempre fue y será fiel. Durante los años que estuvo en el colegio pudo conocer a Tom Marvolo Riddle, el que se convertiría en leyenda años después, Tom era menor que él. El joven que pronto se convertiría en vampiro siempre fue un excelente alumno en Hogwarts, hasta que salió graduado con honores de la magnífica casa de Slytherin.

 

Varios años después de salir del instituto fue mordido por un Vampiro, pero no murió. Se transformó. Desde ese día el joven ha tenido la misma apariencia, por lo que parece que tiene 24 años pero en realidad tiene alrededor de 80. Estuvo muchos años sin quehacer, demasiados. Simplemente vagando y viajando por el mundo conociendo muchos países y visitando lugares, leyendo infinidad de libros que ahora eran parte de su biblioteca personal.

 

En todo ese tiempo todos sus familiares muggles habían muerto y nunca había tenido muchos amigos, y los que hizo en Hogwatrs ya eran viejos o estaban muertos también. Encontró un día a Ethiane Slytherin, que lo adoptó como su hijo en una de las mejores familias: Los Slytherin. El joven vampiro juró que siempre sería fiel a esa majestuosa familia que le había dado una oportunidad, cosa que nadie había hecho antes. Conoció a Eliah Ryddleturn, su hermana. Ella siempre lo apoyó y mucho de lo que hizo se lo debía a ella.

 

Al joven siempre le habían interesado las artes oscuras y el asunto de los Mortífagos y seguidores de Lord Voldemort. Y aunque éste ya estaba muerta el joven quería pertenecer a el temido grupo de hombres y mujeres que una vez habían aterrorizado a todo el mundo mágico. Y con tantos Mortífagos en ambas familias a las que pertenecía su objetivo estaba cada vez más cerca de poder lograrse.

 

Todo esto era hasta antes de cursar la Academia de Magia y Hechizería. Ahí todo cambió cuando conoció al Líder de la Orden del Fénix. El joven de ojos verdes se dio cuenta de lo que pasaría si se quedaba dentro de las filas Mortífagas y eso no era lo que quería para su futuro. Él quería ser diferente, quería ser único, rebelde, desinteresado. Éso no se lo podían brindar las filas Tenebrosas, pues eran muy exigentes con cierto perfil, perfil que Aziid no tenía.

 

El mago decidió abandonar sus familias, no esparciría ningún secreto de ellas en cuanto a los nombres de los magos y brujas que conoce del bando Tenebroso. Al poco tiempo lo recibieron con los brazos abiertos las familias Tonks y Delacour, fue adoptado por grandes magos y una bruja: Niko Uzumaki en la Tonks, Hector Weasley -su ex-profesor- en la Delacour junto a su esposa Mei -también profesora de Brandon-. Ahí por fin podría encontrar lo que realmente quiso desde el principio pero no se había dado cuenta, estaba cegado, pero por fin pudo ver la verdad en todo.

 

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Objeto Mágico Legendario:

Válido sólo para Orden de Merlín.

 

Objetos Mágicos:

 

Objeto 1: Varita Mágica. 30 cm hecha de Madera de Sicomoro con centro de Fibra de Corazón de Dragón.

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

 

Mascotas y Criaturas:

Criatura 1: Gato - Angus

Clasificación: X -no mágicas-

Puntos de poder: 10

 

Criaturas en la Reserva:

Criatura 1: Descripción

Clasificación: Categoría que le corresponde

Puntos de poder: Puntos que le corresponden

 

En este apartado se especificarán las criaturas propiedad del personaje que no sean controlables por el mismo, por no tener el rango social correspondiente.

Inicialmente, no puedes tener criaturas en este apartado. Todas las criaturas se adquieren en la tienda.

 

Elfos:

* Elfo 1: Gask

* Elfo 2: Quinn

 

 

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Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

 

Licencia de Vuelo de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio

 

Registro de Raza: Vampiro

Registro de Elfos: Gask y Quinn

Registro de XXX:

 

 

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Otros datos:

-Le gusta mucho la música.

-Tiene el brazo izquierdo tatuado.

-Tiene un tatuaje en el pecho que dice "Before you, I serve nothing"

-Visitó y estuvo un tiempo en Durmstrang, ahí comenzó su interés por las artes oscuras.

-Sus pasatiempos favoritos son la Fotografía y la Lectura.

-Tiene una enorme biblioteca personal con toda clase de libros mágicos y muggles.

 

 

Cronología de cargos:

-Junio, 2013. Prefecto de la Casa de los Tritones del Río Wye.

 

Premios y reconocimientos:

Caso de que quieran detallarse premios y reconocimientos al personaje.

 

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Link al Perfil de Comprador MM: --

Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 98861

Link a Bóveda Trastera: Bóveda Nº XXXXX

Link a Bóveda de Negocio: Bóveda Nº XXXXX

Link a Bóveda Familiar 1: Fam. Tonks N° 78221

Link a Bóveda Familiar 2: Fam. Delacour N° 94786

Así quedaría la ficha. Aquí les dejo los links del registro en las familias y por si acaso, también donde me di de baja en las antiguas.

Baja-Ryddleturn

Baja-Slytherin

 

Registro Tonks

Registro Delacour

Gracias de antemano, un saludo.

El sentimiento de agujero en el estómago al usar cualquier traslador aún no se iba, y lo más seguro era que nunca se fuera a marchar. Lo bueno era que el Ryddleturn ya podía controlar su aterrizaje, así que no había mucho problema y ya no le molestaba tener que usar esa clase de artefactos para llegar a otro lugar. Esta vez el traslador lo transportaría al lugar donde se llevaría a cabo su última clase en la Academia de Magia y Hechizería: Bando y Perfil. La clase más esperada para el joven, para algunos la más aburrida según había escuchado, pero para él era igual o más importante que las anteriores. Era donde por fin podría estar más cerca de cumplir su meta actual, de aprender más acerca de su inclinación y del otro bando. Había llegado el momento y el vampiro estaba listo. Lo que él no sabía era que para el final de esta clase, lo más seguro era que su inclinación por los bandos cambiara gracias al profesor que impartiría la clase.

El lugar donde se llevaría a cabo el curso era sin duda alguna especial. Cuando el joven llegó por el traslador no lograba ver nada a varios metros a la redonda, todo estaba repleto de árboles, plantas, arbustos, e infinidad de vegetación. Estaba a punto de anochecer, era el momento justo cuando el cielo se empieza a tornar en una mezcla de naranja con azul oscuro, comenzaba a llover y se sentía una leve corriente de aire que hacía que las hojas de los árboles se movieran como una sola. A pesar de este clima, el lugar daba un aroma tropical, debían estar en algún lugar cerca del Ecuador, seguramente en algún lugar de Latinoamérica, pues si fuese en Europa estarían en el desierto.

El vampiro encendió un cigarrillo con cuidado por la lluvia e inhaló el humo por primera vez en mucho tiempo, lo dejó un momento dentro de su cuerpo y exhaló calmadamente. Al principio Aziid iba tomándose el tiempo para observar todo a su alrededor -en pocas ocasiones se podía apreciar un paisaje así de relajante-, pero al ver que la lluvia seguía y que cada vez anochecía más se fue apresurando hasta ir caminando apresuradamente hacia donde se suponía que debía asistir.

Su vestimenta era simple esta vez. Llevaba puesta una camiseta color negro con cuello "V" acompañada por una chaqueta delgada negra del mismo color y sobre ella un chaleco de mezclilla, al ser vampiro no tenía calor ni frío, por lo que podía vestir como se le diera la gana cuando quisiera. Vestía también unos pantalones de mezclilla negros entubados con unos cómodos zapatos de tela del mismo color que su camiseta y pantalón.

Al ir avanzando se dio cuenta que la selva se acababa, dando lugar a un cementerio. Esos lugares en donde entierran a los mortales cuando acaban sus vidas, donde se dice que podrán descansar, pero no son más que mentiras. ¿Descansar? ¿Cómo se supone que un cuerpo logre descansar cuando está enterrado a varios metros bajo tierra, con metros y metros cuadrados de tierra sobre él? Cuando la gente pasa por su lugar de "descanso" y los pisotea día a día... y ahora noche.

El vampiro se sentía mal por ellos, pero al mismo tiempo no le importaba. Él ya había muerto una vez, y revivió como un nuevo ser incapaz de morir nuevamente, para muchos un tormento, para él un honor.

Brandon logró ver dos figuras a lo lejos, en uno de los extremos del cementerio. Lo más seguro era que ellos fueran los profesores de su clase, así que se dirigió hacia ellos rápidamente, raspando el viento como una cuchilla cuando es lanzada para impactar sobre algún objeto... o persona. No tardó en llegar y vio que el alto hombre compartía su gusto por el tabaco.

-¿Sabes?, dicen que ésto mata,- comentó Aziid al acercarse, haciendo un ademán para referirse a su cigarrillo que ya se había terminado, entonces lo tiró al suelo y lo pisó para apagarlo completamente -pero eso no importa cuando ya estás muerto, ¿o sí?-

-Al parecer soy el primero... sólo espero no ser el único nuevamente.-

El joven de los orbes esmeralda posó su mirada sobre el hombre y le brindó una sonrisa, después su mirada pasó a la mujer que se encontraba ahí parada, tan seria... tan lejana. Procedió a sentarse en las bancas que estaban frente a las autoridades de la clase y esperó a que llegara al menos una o dos personas más a la clase, aunque ya estaba acostumbrado a andar por las clases casi sólo.

Cuando los maestros comenzaron a hablar el Ryddleturn Slytherin les prestó atención a cada uno, al principio creía que las palabras del Fenixiano eran tontas y para él no tenían sentido. ¿Psicópatas Mortífagos? Y, ¿qué se supone que era él? En ese momento no era más que otro Fenixiano al que no debía importarle al mago, pero al final de la clase todo eso cambiaría. Hasta entonces prefería prestarle atención a la mujer, la cual se le hacía más interesante, pero... había algo en ella, algo que no le agradaba al joven. Se veía tan... desalmada. Aunque fuera hija de la luna, al igual que él, había algo que la hacía así, y muchos más miembros de la Marca se veían igual que ella.

-Yo soy Brandon Ryddleturn Slytherin, pero todos me llaman Aziid- comenzó el mago a la indicación de la profesora -. Mi inclincación es hacia el Bando Tenebroso, deseo algún día poder estar entre las filas de los más temibles Magos Tenebrosos. Pero no quiero ser como ellos, yo soy diferente. Yo no soy desalmado, cruel y arrogante. Del mismo modo, no me importaría matar a alguien, si eso es lo que tengo que hacer. Pero, ¿qué importa eso? Sí, tengo una visión demasiado liberal... espero eso no sea problema para ustedes. Y si lo es... no me importa.-

El vampiro de los largos cabellos alborotados volvió a tomar asiento y esperó a alguna respuesta de sus profesores o de algún alumno que fuera a cursar con él éste último curso en la Academia de Magia y Hechicería. Su destino estaba a punto de cambiar gracias a ésta última clase, la clase que sería decisiva en la vida de ahora en adelante del mago.

Bueno, veo que no hay ningún tipo de ficha o algo así, entonces simplemente me presentaré...

Buenas noches/días familia Tonks. ^^ Vengo para pedirles el honor de pertenecer a esta familia, estuve hablando con Niko y accedió a ser mi padre. Espero que no haya problema, no sé si lo ocupen pero les dejo mi ficha AQUÍ.

Espero y me acepten. ^^ Espero que todos estén bien.

Saludos.

Buenas noches/días, familia Delacour. Vengo aquí humildemente a pedir que me acepten en su familia. Acabo de darme de baja en mis otras dos familias, así que en la ficha aún aparece que pertenezco a ellas. Aquí está mi ficha de registro:

Nick: Aziid

Ficha: Aquí

Bóveda: Bóveda N°98861

Sanguínea o Adoptiva: Adoptiva.

Msn: No tengo. Si quieren mi Skype, pregúntenmelo personalmente y con gusto se los doy.

Mascotas u elfos domésticos:

Angus - Gato

Gask - Elfo

Quinn - Elfina

¿Por qué quieres pertenecer a esta familia? Me agradan sus ideales y los miembros de ella. Me puede ayudar más a desarrollar a mi personaje y creo que la pasaré bien por aquí. ^^

¿Qué parentesco quieres tener? Hablé con Hector y me aceptó como su hijo.

Hola, ehm... bueno, Niko me dijo que pasara por acá para ser tomado en cuenta. ^^

- ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante.

- Nick: Aziid.

- Nombre Muggle: Brandon.

- Edad: 16.

- Pais: México.

- Fecha de Cumpleaños: Abril, 9.

Saludos a todos.

El Ryddleturn ignoró completamente a su ebrio compañero hasta que sintió que se levantó del sofá y dijo unas palabras que resultaron confusas e incoherentes para Aziid, pues no le había puesto atención y no sabía a qué se estaba refiriendo. Entonces fue cuando sintió que algo o alguien lo jaló del brazo, ahora entendía las locas palabras que decía el otro vampiro. Sin duda alguna, el albino no sabía en el lío en el que se estaba metiendo; primero, con el joven de los ojos verdes, y segundo, con la Jefa de Casa y la Academia. No estaba permitido ninguna clase de comportamiento así dentro de los terrenos de la institución, el Slytherin trataría de ser prudente y de que la incómoda situación no pasara a mayores.

- ¡Estás loco! ¡Déjame! - exclamó el vampiro de ojos verdes mientras trataba de quitarse a su compañero.

El otro vampiro logró que el de los cabellos negros cayera al suelo mientras lo agarraba. Pero por su incrementada fuerza y agilidad, Bradon logró escaparse propiciándole una patada que impactaría directo en su estómago e inmediatamente giró hacia su derecha por si llegaba a vomitar su compañero. Pero en lo que él daba la vuelta, Stnazi fue amarrado por el conjuro de su Jefa, Etoile. El vampiro cayó al suelo con gran fuerza y no podría hacer nada.

Una nueva voz resonó por toda la sala común de la casa, era una voz masculina. Un hombre que se hacía llamar su nuevo jefe de casa, todo fue tan rápido... El vampiro ebrio que escupió sobre toda la sala, cuando lo tomó y lo quería llevar arrastrando a quién sabe dónde, su jefa amarrándolo, y ahora había un nuevo Jefe de Casa. Era algo confuso, pero no importaba. El Ryddleturn Slytherin simplemente se levantó del suelo y agradeció a la Black por haber detenido a su compañero, el cual aún no se encontraba del todo bien. Se dirigió hacia el hombre que se encontraba en la entrada y le tendió la mano para saludarlo.

- Mi nombre es Brandon Ryddleturn Slytherin, pero puedes llamarme Aziid, - comentó el vampiro con una sonrisa, - Estábamos en medio de una... situación, pero creo que ya se resolvió gracias a Etoile. -

El mago posó sus verdes orbes sobre la bruja y después se dirigió nuevamente hacia el sofá donde estaba originalmente y terminó de beber su taza de té mientras escuchaba lo que sucedía en torno a él.

Primero que nada, hola a todos, espero que cada uno de ustedes esté bien. En cuanto a la clase, sólo espero no estar tan solito como en DB46... *se va llorando a un rincón* (?)

Bueno, yo soy Brandon, pero me pueden decir Aziid. Soy de México y tengo dieciséis años, voy terminando mi segundo semestre de preparatoria y quiero estudiar medicina. Mis pasatiempos son leer, escribir, la fotografía, escuchar música, jugar, platicar, estar con mi novia, bla, bla, bla... Me uní al foro hace aproximadamente medio año o un poco más, pero me ausenté por motivos de estudios justo cuando cursaba DB (con Hades, por cierto, como mi maestro), en fin... Aquí estoy de nuevo y espero ya poder graduarme de la Academia y ser libre por fin. xD

Mi personaje On-rol también se llama Brandon... y también le dicen Aziid... Así que pueden decirle de ambas maneras. Pertenece a las familias Ryddleturn y Slytherin. Tiene inclinación hacia el bando Mortífago, pero es bueno y todo, no muerde. xD Tal vez al principio es muy seco e inexpresivo, pero cuando está con gente con la que tiene confianza saca su lado extrovertido y... raro. No le gustan las grandes multitudes, y odia tener que conversar con gente que no le agrada. Le gusta pasar las tardes metido en su habitación leyendo o vagando por sus castillos.

No sé que más decir... Espero y esté buena la clase, si tengo alguna duda se las haré saber de inmediato, gracias por el apoyo que nos brindan.

Saludos a todos.

El vampiro sentía algo venir desde adentro, algo que desde su estomago trepaba por su esófago hasta llegar a su garganta, una sensación repulsiva y sentía una necesidad por escupir. De su boca salió una babosa que al caer y entrar en contacto con el frío ambiente y la nieve se congeló completamente, en la boca del ojiverde quedó una sensación asquerosa y un poco de la baba del animal. Quería decir algo más pero sabía que si lo hacía sería en vano y solo haría que otra babosa saliera de su boca, por lo que prefirió no decir nada hasta quitarse el encantamiento, no podría hacer nada, no podría defenderse.

Aziid escuchó el conjuro de su profesor y vio que su bufanda en un instante se transformó en lo que parecía ser una medusa o algún extraño animal, en ese instante sintió un pequeño pero doloroso piquete y comezón en todo el cuello a causa del animal, pero no podía hacer nada para quitárselo o defenderse de ella, pero tal vez no pasaría nada, tal vez no sería tan venenosa... Eso era lo que quería pensar el Slytherin, pero sabía que era todo lo contrario.

Entonces el joven hizo un movimiento con su varita apuntándose a sí mismo el hechizo que acababa de aplicarse a él mismo haría que el encantamiento de babosas de su oponente se detuviera y pudiera nuevamente hablar sin que tuviera que salir un animal repulsivo de sus entrañas.

Bien, ahora podría hablar, pero entonces un hechizo impactó en su pecho causando que su varita saliera volando cinco metros hacia atrás. El vampiro maldijo y se volteó rápidamente corriendo hacia donde había caído su varita, sería un poco difícil encontrarla por la espesa neblina, ahora que lo pensaba era algo extraño que hubiera tanta niebla, tal vez era a causa de los... No, no podría ser posible, ¿o si? ¿Qué harían dementores ahí? En fin, no podría preocuparse por eso si había otra cosa más importante en su mente.

Por suerte el estudiante no tardó mucho tiempo en encontrar su instrumento mágico, pero ahora sería demasiado tarde. Su bufanda había vuelto, pero ahora tenía el cuello lleno de piquetes y unas marcas roas en donde estaban los delgados tentáculos del animal marino. El joven de los largos cabellos se sentía débil y no podía moverse con la misma agilidad de antes, sus músculos estaban entorpecidos y muchos de ellos estaban completamente dormidos. Todo había terminado, se había defraudado a sí mismo y a su familia... había perdido el duelo, quedando indefenso por un par de errores tontos que cometió y así iba a pagarlo. El profesor ni siquiera alcanzaría a verlo por lo espesa de la neblina y la distancia a la que ahora se encontraban el uno de el otro.

¿Todo acabaría así? Desde el principio el vampiro supo que no tendría oportunidades contra su profesor, pero no creyó acabar así... tirado en el suelo a punto de morir a causa de un veneno mortal de un animal sin que nadie pudiera hacer nada... ¡No! No podía ser... No podía defraudar a los demás, pero en especial defraudarse a sí mismo. A partir de ese día todo cambiaría, el vampiro ya no sería el mismo de antes, ya no sería débil, ya no sería presa fácil de cualquiera. Ya no más...

Off:

Bueno, lo lamento, no se me ocurrió nada. Busqué los hechizos, todo... Lo estuve pensando y nada... Las pistas no me sirvieron. Lo siento...

Toda pizca de esperanza y buen presentimiento desapareció de los pensamientos del Ryddleturn al ver que su ataque había sido fallido, el hombre lobo era astuto, y obviamente tenía mucha más experiencia que el vampiro, por lo que era de esperarse que no caería fácilmente con cualquier hechizo. El duelo se tornaba más interesante cada segundo que transcurría, cada vez caía más nieve sobre ambas personas que se encontraban en el puente. A favor de ellos estaba su condición de ser mitad demonio, los hombres lobo siempre tenían una temperatura corporal muy elevada, por lo que no le afectaría el frío; los vampiros, por el otro lado, al no estar realmente vivos no sienten frío ni calor, por lo que la temperatura no sería ningún factor que afectara en el resultado.

El joven observó tranquilamente cómo la serpiente que había invocado era obligada a actuar en contra de su amo... Pobres de los animales, obligados a actuar en contra de su voluntad con tan sólo una palabra acompañada de un movimiento de la varita. Aziid no dejaría que pasara eso, no dejaría que su serpiente fuera controlada, no dejaría que fuera engañada y obligada a hacer algo que ella no quería, era por eso que debía terminar con ella, no sentiría dolor y sería libre por siempre, abandonaría este mundo en menos de cinco segundos y todo seguiría como si ella nunca hubiese existido.

-Lo lamento... Vipera Evanesca.- acompañó sus serias palabras con un ligero movimiento de su varita mágica, de la cual salió un rato color verdoso que al impactar con el animal hizo que se comenzara a quemar desde la cola hasta la cabeza, desapareciendo por completo de la faz de este mundo sin dolor alguno.

El vampiro sabía que debía actuar rápido y no pudo pensar bien, pues para cuando alzó la mirada pudo ver que su contrincante hacía un movimiento con su instrumento mágico. Para su conveniencia, gracias a sus agudizados sentidos pudo reaccionar a tiempo, quedándose a salvo de todo peligro.

-Protego.- soltó el chico de ojos verdes al alzar su varita justo antes de que el rayo lanzado por su profesor le impactara, un escudo casi transparente absorbió el hechizo que iba en su contra. Fue un movimiento desesperado, pero oportuno y de mucha suerte, pues no cualquiera hubiera podido reaccionar con tal velocidad, pero él era un vampiro y eso era algo más común que en los humanos.

Así el Ryddleturn Slytherin se quedó con su varita en mano, sonriéndole al Weasley mientras esperaba su siguiente acción. En la sonrisa del mago se hacían presentes sus afilados y grandes dientes caninos, característicos de su raza; mientras que su mirada reflejaba cierta... diversión y malicia. El duelo se estaba poniendo interesante, y ésta era la hora para demostrárle al profesor Odefo sus habilidades dentro de una batalla, y esperaba no defraudar a nadie.

El sueño del vampiro se vio interrumpido por las palabras de una mujer que sonaba muy distante del joven, pero aún así logró hacer que se despertara. Poco a poco fue recobrando sus sentidos pero las palabras de la mujer se habían borrado completamente de su cabeza. Cuando el Ryddleturn había llegado no se había percatado de la presencia de otras personas, ahora estaban dos mujeres, un extraño chico albino y otro hombre que se veía un poco más... normal. Tan solo llevaba pocos segundos despierto y ya lo empezaba a hartar el constante balbuceo sin sentido de su compañero que, al verlo ya bien, lo más seguro era que se encontraba bajo los efectos del alcohol. Se pudo dar cuenta de que era un vampiro al igual que él y ambas mujeres presentes, por el olor peculiar que tienen y no cualquiera puede captar.

El Slytherin decidió mejor ignorar las palabras que decía el embriagado individuo ahí presente y se abstuvo de hacer comentario alguno, prefirió escuchar a la bella mujer rubia que se presentaba ante los demás como Jefa de la Casa y a sus palabras simplemente respondió asintiendo con la cabeza mientras se tallaba los ojos para despertarse bien al mismo tiempo que se acomodaba para quedar sentado correctamente en el sillón a un lado de su compañero que seguía entorpecido a causa del alcohol. Aziid posó sus orbes color esmeralda sobre los de la Jefa al escuchar las familias de las que provenía y darse cuenta de que eran familias... honorables, al igual que las suyas.

Era inevitable no escuchar al otro joven interrumpir las palabras de las Jefas de casa, mientras una se presentaba y la otra intentaba lidiar con él. Así que Brandon ni siquiera se dio cuenta de cuándo llegaron las mesas con las tazas llenas de lo que parecía jugo de calabaza. Aún así dirigió nuevamente su atención a la Malfoy y estaba decidido a contestar a su pregunta cuando sucedió un pequeño incidente con su ebrio compañero.

-¡Por favor, compórtate! Ni siquiera deberían haberte dejar entrado en este estado a la Academia...- exclamó algo enojado el hijo de la noche cuando Stnazi escupió todo el jugo que había bebido, por suerte él se encontraba a su lado, por lo que nada le salpicó, pero pobres de los que estaban sentados enfrente, quedarían empapados del jugo y saliva del joven de cabellos blancos.

-Bien, me llamo Brandon, pero todos me llaman Aziid. Pueden decirme como sea...- comenzó a decir el ojiverde una vez se hubo calmado, -Pertenezco y soy orgullosamente un Ryddleturn Slytherin. Creo que no necesito hablar de mis familias, todos ya las conocen. Ya no sé cuántos años tengo... perdí la cuenta hace ya bastante tiempo, lo que les puedo decir es que en algún momento de mi vida como mortal asistí a "Hogwarts" y tuve el placer de conocer a alguien muy famoso, aunque perdimos contacto con los años y él... bueno, pasaron muchas cosas. En fin, me alegra estar aquí y puedo apoyarlas con lo que necesiten en cuanto a nuestra Casa, sería un placer para mí. Me gusta leer, escribir y lo único que quiero es poder terminar por fin con mis clases, tal vez algún día pueda ser maestro y me toque a mi atormentar a los novatos...-

Al terminar de hablar sacó su varita y la hundió en su taza comenzando a menear el jugo de calabaza que poco a poco se fue transformando en té "Darjeeling", pues el sabor del jugo no le apetecía mucho y no quería terminar como su compañero. Así sería menos molestia y nadie se daría cuenta. Cuando estuvo listo tomó la taza con cuidado y bebió un poco mientras esperaba si alguien quería agregar algo o cambiaban de tema.