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Balderik Von Alexandros
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La guerrera le había escuchado las quejas por alguna forma de extraña y ahora miraba al castaño de manera muy agresiva, dejando así una mala impresión del Von Alexandros. Pero que podía decir el mago si estaba cansado de los lugares inospitos y solo deseaba la comodidad que ofrecía las grandes ciudades, más no así el desierto. Su mirada se desvío al punto donde otro mago (Martin) había llegado, no se miraron ni se hablaron pero lo suficiente para reconocerse como poderosos magos. Intuía que sería compañeros en esa clase del libro, donde la magia y el poder era más avanzado de dominar. El sol estaba emergiendo ya, y con ello el inicio de una parte de magia en su vida.
La guerrera se presentó como Asenath, y de inmediato se dispuso a comenzar la clase, no sin antes dedicarle una mirada a cada uno como escudriñando quienes eran cada uno, mirando curioso la guerrera al mago a su lado y dándole una mirada de furia al castaño. Pidió que sacarán los objetos que se les habían entregado con los libros. Aún recordaba Kraven cuando lo había obtenido y de como al abrirlo, el contenido del libro por arte de magia era confuso y sin sentido. "Debe ser una medida de seguridad del propio libro, para evitar ser leído por gente desconocida o inferior" Pensó en ese momento el Alemán. Ahora al sacarlo de entre su maleta, que llevaba en la espalda de su camisa, pudo por fin leerlo, como si el propio libro supiera que estaba a punto de tener su clase con la "profesora" adecuada, entre comillas, ya que parecía una guerrera mercenaria a punto de atacar más que una profesora de magia.
Kraven aún no conocía los objetos que se le habían entregado junto con el libro, para evitar problemas mejor asesorarse de como usarlos con el Uzza como guía y no morir de la nada por ello. Un anillo de curación era el primero, hecho de oro pero ideal para curarse de cualquier heridas sobre todo de veneno, excepto la hermosa criatura que era un Basílico.
El segundo objeto, o más bien segundos objetos eran unas semillas azules de lo más extrañas. No cabía duda de que eran semillas de hielo, había escuchado sobre ellas y en una ocasión verlas en acción. Así Asenath les pidió que las usarán con precaución en el suelo para congelar un área específica o alguna criatura u objeto. Kraven las tocó y analizó mientras las tenía entre sus dedos. Al igual les dio una recomendación de no usarlas demásiado, aunque no se terminaban debían recargarse por un momento. Al terminar de hablar les pregunto si tenían dudas sobre algunas de ellas, el castaño si las tenía.
-- Muv bien "profesora" digamos que algún mago utiliza fuego maldito en algún objeto o en mi persona ¿Podrán las semillas de hielo contener y apagar el fuego maldito? ¿El Cineade puede afectar solo a una persona o puede afectar un área y afectar hasta que distancia? -- Pregunto el castaño con ganas de arrojar una semilla de hielo al suelo por el calor infernal que comenzaba hacer en el desierto, sin quedarse con las ganas Kraven tomó una y la arrojó al suelo, se iluminó de azul un momento y congelando cerca de ellos una parte de un montículo de arena.
-- Interesante-- Dijo el Alemán con malicia ante los poderes nuevos que podría obtener.
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Kraven creció más su sonrisa cuando escuchaba las palabras de la Ministra Neozelandes, observó y escuchó con mucha atención cada una de ellas. Sus manos descansaban en su espalda entrelazadas conforme caminaba por aquel recinto, en pose militar. Tanto el secretario del Ministerio de Magia Británico como la Ministra francesa permanecían en sus lugares tranquilos pensativos. "Un arma que nadie conoce" Pensó por un segundo el castaño, ¿Alguna especie de plaga o maldición mágica quizás? No lo sabía el Von Alexandros, pero cuando estaba a punto de hablar las puertas de la sala de conferencias se abrieron. Revelaron a una chica de nombre Lady Luxure. Kraven le conocía muy bien pero le desagradaba la falta de puntualidad de los líderes mundiales a algo muy importante.
--Señorita Canciller Lady, Bienvenida, llega justo a tiempo a la reunión apenas comienza, adelante tome asíento -- Dijo Kraven señalando una silla vacía del gran comedor. Apesar de la molestia por la tardanza de la joven Kraven no deseaba perder a la Canciller ni mucho menos dirigiendo dos países como lo hacía lady.--Por favor tome asíento señorita Canciller Austriaca -- Era una ironía tener a la Canciller Mágica Austriaca en esa sala, cuando hacía tiempo atrás había meditado el Aleman invadir Austria con su ejército mágico y muggle, si no recibía una respuesta por parte de ellos.
--En resumen de lo hablado, Alemania ofrece una alianza bélica contra el Inquisidor y los muggles que los apoyen, para así preservar nuestra identidad como magos ante una inminente extermininación de nuestra raza por parte de los muggles...-- Dijo Kraven hacía Lady mirando de reojo a todos lo demás.
--Gracias por su apoyo Ministra Juv, con Oceanía de nuestro lado tendremos un frente de guerra en distintos lugares del mundo. Ahora viene el momento de la verdad... Señor secretario Sean, Ministra Ada y Alexia, señorita Lady, ¿Se unirán a La Orden de la Hydra?-- Pregunto a los demás consiente de que Nueva Zelanda había aceptado.
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Al escuchar las palabras de David no pudo disimular el asentir con la cabeza. Si era verdad Kraven desde pequeño jugaba al Quidditch solo por amor al juego nada más, sin pensar en ganar montañas de galeones o la reputación que pudiera obtener de ello, solo jugar. Pero incluso en el deporte de los magos como en algunos muggles existía la corrupción, donde el ganar siempre estaba en tela de juicio. Terminó de escuchar a David pero algo notó en el que le puso más concentrado parecía guardarse algo para el final con sus palabras dichas.
-- Bueno intenté un mundial para atraer a las masas, no funcionó como se esperaba, la publicidad para un partido es un arma de doble filo, cómo les llega a los verdaderos fanáticos como a los enemigos, traer de regreso al Quidditch será una labor muy dificil -- Los demás parecían pensativos en sus lugares cuando terminó de hablar el castaño. Su equipo profesional los Falmout Falcons de Gran Bretaña se había desintegrado a medida que los ataques del inquisidor aumentaban, incluso desconocía si alguno de sus compañeros seguiría con vida.
-- Bueno que propones colega, imaginó que será una super idea para regresar al Quidditch al mundo -- Reia por un segundo el Von Alexandros para acomodarse en su lugar casi retando a David a decir su pensar. Sin la seguridad de que el mundo mágico tenía era imposible llevar esos eventos acabo. Aunque estaba seguro Kraven aquello de regresar el Quidditch al mundo no reactivarla en lo absoluto la economía mundial, y más porque lo sabía Nathan antes que nadie.
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ID: 117029
Puntos: todos los que tenga hasta el momento
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Hacía bastante tiempo que no visitaba la ciudad de Londres, en especial el callejón Diagon. Los deberes de ser Canciller Aleman consumía todo su tiempo, entre entrevistas y visitas a otros países, de estar firmando pergaminos importantes olvidaba su vida personal. Extrañaba las tiendas mágicas del callejón, en Berlín también tenían tiendas mágicas, pero la esencia de haber nacido en Inglaterra le hacía extrañar todo aquello. Ahora estaba en el Reino Unido, por lo que tenía un espacio de tiempo para poder visitar las emblemáticas tiendas mágicas. Usaba algún cambio Mágico en su rostro, para así evitar ser reconocido y atraer problemas a su persona, ya que estaba solo sin su seguridad privada, que en ocasiones resultaba molesta para la vida cotidiana.
Caminaba por los suelos del callejón hasta que llegó a una de las tiendas entre Ollivander's y otra de ellas. Kraven supo que era un lugar donde se hacían una cata de vinos, antes de seguir en su recorrido decidió comer y beber algo para disfrutar su estadía, por lo cual entró en la tienda. Kraven notó que el lugar era de lo más lujoso al punto de un palacio. En la entrada fue recibido por un maestre de mesas que le dio la bienvenida, cuando estaba a punto de responderle, el castaño notó a una joven acomodando mesas y que conocía a la perfección, era Ada. Sonriéndo pidió una mesa alejada de ella con una colección de pruebas de vino, sin dejar de mirarla y tratando de pasar desapercibido para ella.
--No me decido, sirvame de su mejor vino y algunos bocadillos por favor-- Dijo Kraven tratando de esconder su sonrisa para pasar por cualquier cliente más.
El camarero se alejo para traer su pedido pero lo que más le llamaba la atención era encontrar a la chica francesa que más deseaba ver, sin perder de vista todo lo que hacía ella con sus mesas y arreglos al lugar. El camarero llegó con su pedido y para hacer más gracioso su visita el castaño finjia estar molesto.
-- ¿Este es su mejor vino? Sabe fatal, por favor llamé a la dueña de este lugar quiero que me explique esto, como es posible que sea su mejor vino. -- Decía molesto Kraven, claramente mintiendo por ello, el vino sabía exquisito. El camarero muy apenado y disculpándose con el Von Alexandros se alejo rápidamente para llamar a su dueña. Ahora esperaría el castaño la reacción de ella mientras con su varita Kraven se quitaba todo rastro de magia revelando su identidad para Ada.
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Edificio del Reichstag Mágico
Berlín, Alemania
En cuanto terminó su copa bebiendo un poco con la Ministra de Nueva Zelanda Juv Macnair, fue informado de que la Ministra de Francia había llegado a Berlín, más específico al edificio del Reichstag. Se levantó enseguida con una enorme sonrisa, la hora cercana a la reunión estába más pronta y algunos de los mandatarios más importantes del mundo estaban llegando al territorio Germánico. --Señorita Ministra ha llegado la hora de la reunión, iremos al lugar adecuado para ello si me acompaña por favor.--Kraven le mostró la mano solo para ayudar a la rubia levantarse de su silla mientras salían de su oficina privada y se encaminaban al recibidor amplio de su oficina. Allí se encontraba la Ministra de Francia, Ada Camille Dumbledore.
--Señorita Ministra es un honor recibirla en nuestra Cancillería-- Dijo Kraven tomando el dorso de su mano con delicadeza y beso en su piel tardando un segundo de más dejándole una sonrisa de par en par para la bruja -- por favor acompáñenos a la sala de conferencias, está muy cerca de aquí.-- Decía el Aleman mientras acompañaba a ambas brujas como si de un baile muy elegante se tratara.
El salón de conferencias parecía un comedor largo y ancho de lo más antiguo y elegante, con una mesa de madera fina y pulida, con cuadros de pinturas de batallas en las paredes y esos cuadros mostraban a magos en peleas contra los muggles en las eras Napoleónicas. Las figuras de las pinturas se movían a su ritmo sin preocuparse por la presencia de los dignatarios. El Von Alexandros guío a ambas mujeres en lugares de frente cada una, en una silla estába un espejo comunicativo a petición del Ministerio de Magia Británico. La Ministra Sagitas lo había solicitado, Kraven no tuvo más remedio que aceptar. De la nada la imagen del espejo titubeó para volverse en un instante la imagen de una oficina y un mago detrás de ella. El castaño se sorprendió, esperaba a la Ministra pero por alguna razón otra persona estaría en la reunión. El mago que era Secretario de la Ministra afirmaba hablar por ella a lo que Kraven alzó una ceja de sorpresa, desición tan grande se hablaría a continuación y lo dejarían en manos de él.
-- Muy bien antes que nada mil gracias por asistir y escuchar las propuestas para está reunión. Soy Kraven Von Alexandros, Canciller de Magia de Alemania, asisten Juv Macnair, Ministra de Magia de Nueva Zelanda, Ada Camille Dumbledore, Ministra de Magia de Francia y Sean Limer, Secretario de Estado del Ministerio de Magia Británico. -- Dijo Kraven caminando entre las sillas mirando a las figuras frente a él.
--Así que Damas y caballero, empezaremos por... -- Fue interrumpido por el abrir de las puertas de la sala, entrando por ellas una bruja de cabellos negros. Era la Ministra de Búlgaria.
--Asi que haces una reunión de Ministros y no estaba invitada hermanito... Dijo la Ministra Búlgara, se acercó hasta ellos y tomó asiento ante la mirada de todos.
--Damas y caballero, les presentó a la Ministra de Magia de Búlgaria, Alexia Garnet Til Von Alexandros, que además es mi... Hermana Dijo Kraven mirando con furia a su hermana mientras ella les sonreía finjiendo.
-- Lamento la llegada así pero fui avisada de está reunión hasta hace unas horas por lo cual tuvo que deja demasiados pendientes en casa para asistir, puedes continúar . Dijo Alexia relajándose en su lugar. Estaba furioso el castaño con su actitud arrogante, que le mataría en privado al terminar la reunión.
--Muy bien gracias Ministra Búlgara, bueno les he citado aquí con el único propósito de invitarles a un grupo de naciones, que tienen el objetivo de acabar con el Inquisidor y su séquito, de limpiar toda esa escoria que ha atacado a nuestro mundo mágico, no solo a Inglaterra si no a todo el mundo. Por ellos les invito a unirse a mi nación, a Alemania con un frente Bélico contra el pseudo terrorista llamado Inquisidor y sus aliados, ya sean muggles o magos, Damas y caballero, fundaremos una unión, un solo frente, una alianza única, un grupo donde Nueva Zelanda, Francia, Inglaterra, Alemania y Búlgaria... Se unirán en guerra contra esos enemigos y por ello a esta alianza ha de llamarse como en la mitología a un ser mágico que fue derrotado por dioses, está alianza de llamará "La Orden de la Hydra", así es si cortan una cabeza, en este caso una nación, dos más se alzarán para tomar su lugar... ¿Así que díganme desean unirse a esta historica y emblemática orden?-- Preguntó Kraven mirando a cada uno a los ojos esperando su reacción.
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Vengo a solicitar unos cambios debido a que agregaré a un personaje secundario
Link a la Bóveda: Bóveda Kraven
Rol de Personaje:
Canciller (Führer) De la Cancillería De Magia Alemán || Jugador Profesional Quidditch
Información Adicional: La Cancillería de Magia Alemana es el organismo que regula toda actividad mágica de los magos y brujas Alemanes. Llevando un trabajo igual a su similiar Británica, el ministerio de magia Británico. Jugador Profesiónal de Quidditch como Capitán del equipo inglés de Quidditch; los Falmout Falcons y jugador de la selección nacional de Alemania.
Personaje secundario:
Alexia Garnet Til Von Alexandros, Ministra de magia Búlgaria.
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Personajes Secundarios
Nombre: Alexia Garnet Til Von Alexandros
Edad: 26 años
Nacionalidad o procedencia: Procedencia Alemana, Nacionalidad Búlgara.
Raza: Humana
Personajes principales al que está asociado:Kraven Von Alexandros
Relación con los personajes principales:
- Hermana Sanguínea de Kraven Von Alexandros
Aspecto Físico: Mide 1.70 m
Cualidades Psicológicas:
Persona racional pero con tendencias a explotar de furia si algo le molesta. Amabilidad casi nula, en las cuestiones sentimentales le cuesta abrirse y por ello prefiere estar sola. Tiende a ser una persona con deseos destructivos, y lo que persigue o propone lo consiguie hasta obtenerlo
Historia: Nacida de sus padres Ulric Von Alexandros y Mery Anne Granger, fue llevada a una familia de magos Búlgara recien nacida para que le cuidara debido al peligro que tenía su familia con un clan Licantropo que deseaba acabar con a familia Von Alexandros. La familia adoptiva la educó lo mejor que pudo y siempre le dio todo lo que podía siendo una familia de economía mediana, con dos hermanos menores adoptivos. Alexia desde pequeña ambicióno todo lo que le diera una mejor vida desconociendo que tenia dos hermanos sanguíneos y que era adoptada. Estudió en su niñez en el Instituto de Magia Durmstrang siendo la mejor de su clase en todas las materias sobre todo en Artes Oscuras. Su varita es de madera de Ocre, 26 centrimetros, con centro de escama de Basílico, sorprendemente rígida. Si patronus es un Halcón.
A la edad de dieciséis años se le reveló su procedencia Sanguínea Von Alexandros y que era adoptada, debido al reciente rechazó a u familia adoptiva. A la la cual aceptó con agrado ya que su familia adoptiva no era lo suficiente para ella, por lo cual tuvo los medios necesarios para llegar al puesto de Ministra de magia de Bulgaria, con la reputación de sus compañeros Búlgaros de una bruja cruel, astuta y calculadora.
Otros datos: Ministra de Magia de Bulgaria
Condiciones de utilización: Usado solo por Kraven.
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Su brazalete en la mano izquierda comenzó a vibrar, indicando que su seguridad quería comunicarse con él. Habían salido del laberinto con éxito pero Kraven no podía dejar de pensar en lo urgente que debía ser para que alguien insistiendo, debído a qué su brazalete no paraba de vibrar. El Alemán se giró a la joven (Idylla) con la que había intentado ayudar para salir de aquellos setos, pero ella parecía encantada con la decoración del pequeño salón, pero debía marcharse para averiguar que era lo sumamente importante que le quieran comunicar. --Señorita veo que hemos salido con éxito del laberinto, lamentablemente tengo que retirarme, que disfrute la fiesta, con su permiso -- Dijo el castaño con una sonrisa amable y dándole un saludo militar con los pies juntos y una ligera reverencia.
La salida del Chateu Dumbledore una vez salido del laberinto era sencillo, emprendío camino a la salida, mientras era guiado por un elfo doméstico para evitar perderse en el camino por si era necesario. Después de unos minutos llegó de nuevo edificación donde con el sonido de sus zapatos camino hasta la puerta principal, le hubiera encantado despedirse de la Ministra pero ella debía atender a sus invitados, por ello no deseaba molestarla.
--Herss, Ludic, ¿Que sucede? -- Preguntó Kraven a su brazalete que por arte de magia se podía Transmitir la comunicación con de los demás. Al cabo de unos momentos llegó con ellos hasta los terrenos del castillo.
Han Atacado Alemánia señor, es grave...Dijo uno de sus guardaespaldas mientras los Alemanes llegaban a los terrenos del Chateu.
--Muy bien no perdamos tiempo andando-- Dijo el Von Alexandros para así desaparecer los tres del lugar para averiguar lo ocurrido con rumbo a Berlín, Alemania.
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Sus bebés estaban sanos y salvos, Arya he Idylla se los habían llevado para cuidarlos, los gemelos se habían despedido de su madre y ella de ellos. Ambos brujas que los habían ayudado también se habían despedido de Alessandra que yacia en un sillón con rostro tranquilo, y ahora en aquella sala solo estaban los dos magos. El sudor en el rostro de la rubia era limpiado por el castaño observando que en sus ojos, la fatiga a dar a luz había sido demasiada. Cómo lo había dicho Arya, solo le quedaban algunos minutos de vida, tan solo había hecho por ella quitarle el dolor que sufría y volverle un poco la conciencia para que tuviera momentos de lucidez y poder despedirse de los gemelos. No había más, la magia oscura había sido tan poderosa que le había arrebatado la vida a su rubia de poco a poco.
Cómo lidiaba Kraven con la sensación de perderla, tanto tiempo conviviendo juntos al punto de que tenía hijos juntos, haberse comprometido y cada momento vividos juntos. -- Alessandra... -- Dijo Kraven con el tono de su voz a punto de llorar. Su vida siempre había sido difícil, donde no tenía tiempo para sentimentalismos o emociones que expresar pero ahora la vida misma le era arrebatada. La rubia le miraba plácidamente y tranquila como si aceptara su destino cosa que aún no aceptaba el castaño, no quería perderla, no quería que se fuera, no quería verla morir. Acariciaba su cabello color soleado, tomaba sus manos con delicadeza y besaba su frente con amor y cariño.
--No puedes dejarme Alessandra, no ahora -- Dijo Kraven sintiendo él sus ojos la humedad de unas gotas por sus atenciones ojos, el llanto emanaba deseando que hubiera hecho algo más por ella y no solo verla partir. -- Te amo...--
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Su cuerpo se materializó al instante tras llegar al objetivo y destino de su traslador, una simple roca similar a una flecha. Sus botas tocaron suelo irregular y su cuerpo sintió el cambio de temperatura a un clima cálido. Para cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, identificó que había sido llevado a un desierto. "Genial a ensuciarme y llenarme de arena en todos lados" Pensó irritado el castaño a medida que observaba en el horizonte el inospito y desolado lugar en donde estaba. Arrojó al suelo el traslador hecho roca ya que su labor había terminado. Algunas dunas de arena estaban a su alrededor bloqueando su paronama de momento. Llevaba Kraven un traje de combate estándar de su nación, un sacó con una camisa debajo y pantalones donde el final de estos estaba metidos en sus botas, toda la vestimenta de un color gris oscuro.
Caminó unos metros hasta subir a un montículo alto y tratar de orientarse y observar a los alrededores. Nada había en kilómetros a la redonda hasta que algo le llamo la atención, una silueta de un humano esperando no muy lejos de él. Aún no estaba el sol en su punto más alto así que caminar por el desierto no sería una pesadez. Emprendío el viaje hasta acercarse cada vez más y darse cuenta que la figura que parecía inerte en el desolado desierto era una mujer, pero no simplemente una mujer si no una guerrera. En sus viajes por el mediterráneo había odiado los desiertos, su sol quemando la piel, el poco aire sin llevar arena, y sobre todo eso, arena en todas partes de su cuerpo incomodando a no más poder. Y la nada en killometros, racionado la poca agua que tenían que beber siempre.
--¿En verdad no pudieron llevar la clase a la civilización? ¿Tenemos que ensuciarnos aquí? -- Se quejó el Aleman hasta llegar a una prudente distancia de la guerrera.
-- Kraven Von Alexandros, vengo a obtener la sabiduría del libro de equilibrio -- Se presentó el castaño a sabiendas que el comentario anterior no le agradaría mucho a la guerrera, ya que observaba que su arma en la espalda estaría afilada a no más poder y de que su rostro reflejaba una cara de pocos amigos, de no ser una persona muy sociable.
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El mundo en ciertas maneras era muy pequeño, a tal punto de encontrarte con personas que no esperabas hacerlo y para el castaño ocurrieron todas a la vez. La noche con su manto negro les impedía de cierta manera salir de aquel laberinto, si no fuera por la memoria de la Ministra en conocer el camino. Sus dedos estaban entrelazados con los de la bruja para cuándo avanzaba entre los setos de los arbustos, el Alemán solo se dejaba guiar mientras sentía su calida piel en su mano derecha, pero al infórmale Ada que la salida esta cerca se detuvieron al escuchar la voz de una chica detrás de ellos y que les dio alcance. Kraven se giro para reconocer a la joven de nombre Lady, le conocía perfecto además era importante de la comunidad magica internacional. Ella fingió su sonrisa con el Von Alexandros saludándolo con cierta malicia, ademas de alejar a la Ministra de él tomándola de la mano, Kraven por cortesía le soltó de la otra para no verse jaloneando a la pobre Ada por los dos.
Se alejaron un poco con Kraven siguiéndole detrás hasta que apareció un joven que reconoció por ser seguridad de Ada en la Confederación Internacional de Magos. -- Muy bien joven espero que usted también -- Dijo Kraven y notó que aquel joven también se dirigía mas a las dos chicas. Ahora el Von Alexandros estaba un poco incómodo ya que sentía que todos procuraban a la Ministra como si el castaño fuera atacarla. Un segundo joven llegó hasta ellas y eso hizo que el Aleman saliera por su cuenta del laberinto, sin que lo notaran Kraven avanzó entre vueltas y setos alejándose del grupo que se acababa de reunir quedando en solitario en su camino hasta que se topo de lleno con otra chica que lucía perdida (Idylla).
-- Hola ¿Estás perdida? Podemos salir juntos de aquí está muy cerca la salida si quieres puedes seguirme-- Decía el castaño sonriéndole amablemente a la chica. Camino unos pasos más y el sonido de la música así como las luces revelaron que habían llegado a la salida del laberinto. Así que Alemán cruzó los últimos setos y dió de lleno con el salón principal en un castillo más pequeño donde era la fiesta.
--¿Vamos? -- Preguntó a la chica (Idylla) mostrándole su mano para que le siguiera.
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Consulado Alemán
871 United Nations Plaza,
New York, NY , Estados Unidos
El mago vestía de lo más común para los muggles, como si fuera un simple turista. Una chaqueta gris, playera blanca y jeans azules sumado a una gorra era su atuendo sin que nadie le pusiera atención. Miraba sentado en una banca usando un artefacto muggle llamado celular, pero era una simple fachada para espiar el lugar en busca de algún indicio de espías mágicos y muggles. Las personas se movían con rapidez como si estuvieran a punto de violar algún toque de queda, casi no circulaban coches y ya había la tercera vez de un atentado contra el embajador de Alemania que también secretamente era un mago. Su orden prioritaria era escoltar al embajador que se reuniría con el presidente del MACUSA, cosa nada fácil con la tensión mundial que había en el ambiente.
La noche había caído, las luces de los edificios alrededor estaban encendidas, así como los faroles de las calles, pero sin muchos transeúntes en las aceras. Una pequeñita lluvia había caído en la tarde, por lo que las calles lucían mojadas, el sonido de los autos al pasar sobre los charcos de agua, era el único sonido en los alrededores. El mago alemán notó el abrirse una puerta y el salir de tres personas, una de ellas detrás de dos hombres de trajes negros, era el embajador. El mago esperó a que el coche donde subieron los tres magos se moviera, indagó por los alrededores con la varita oculta pero lista para usarse. Aún era una incógnita la reunión entre el embajador y el presidente del MACUSA, para hablar de las posturas diplomáticas en una guerra por venir. Cuando el auto se perdió de vista el mago ya no estaba en su lugar disfrazado, como si hubiera desaparecido, pero un charco de agua hizo el sonido de una pisada que se perdió en el ruido de la ciudad y de una noche calmada en Nueva York.
Oficina del Canciller Mágico Alemán
Edificio del Reichstag Mágico
Berlín, Alemania
Kraven estaba sentado en su silla escribiendo mandatos, fue informado de inmediato por su asistente que la primer Ministra de Nueva Zelanda había llegado. Kraven se pusó de pie y arreglando su sacó militar se encaminó a su encuentro. Aunque le había invitado para llegar a un tratado de alianza entre ambos países, no pudo dejar de sorprenderse con la rapidez que lo habían hecho y del casi sigilo como habían entrado al país. Apesar de darse cuenta los magos Alemanes de su llegada, la vulnerabilidad de su seguridad había sido puesta a prueba por los magos Neozelandes, dejando un poco preocupado al Von Alexandros sobre ello. Su seguridad no debía flaquear y más en los tiempos de casi una guerra, pondría más atención en ello para el futuro. No era tiempo de pensar más en ello, estaba a punto de comenzar la reunión, aunque los líderes de los demás países aún no se presentaban, pero con la llegada de Juv claramente podrían empezar a conversar en los intereses de cada país en lo que sería el conflicto bélico mundial. Las puertas de su oficina se abrieron de par en par, dejando en medio de aquella gigante oficina al Canciller Mágico Alemán.
-- Bienvenida Primer Ministra Juv, adelante tome asiento aún no comienza la reunión pero podremos conversar un poco en privado. -- Decía Kraven claramente señalando que la seguridad de la Ministra debía esperar afuera, para así poder hablar en privado. Se acercó hasta la rubia y tomó su mano para entregarle un beso en la palma de su piel, con una ligera reverencia de respeto. Para así acompañar a la Ministra hasta su lugar y con cortesía le dejó en su asiento frente al escritorio, con la silla del Canciller enfrente que tomaría lugar el castaño.
--Antes que nada, mis más sinceros agradecimientos por aceptar visitarnos en nuestra ciudad y más en nuestro país, se que los tiempos son hostiles pero dentro de nuestro territorio goza de la máxima protección mágica, bueno antes de ir directo al centro de nuestra reunión quisiera saber si ¿desea beber o comer algo? Pronto llegaran los demás invitados pero no quisiera que nuestra cortesía como anfitriónes fuera menospreciada, tenemos un excelente vino recién exportado de nuestra reciente "unión" con Polonia. -- Sacó una botella de cristal de un líquido color azul diamante y un par de copas de cristal. Sirvió una para la dama y una para él, mirándola a los ojos desafiante casi intimidandola. Dejando ver su indirecta de que el Canciller no sería piadoso con los muggles y los traidores a la sangre. Dejando ver el poderío de su nación y más si en el futuro la alianza entre Alemania y Nueva Zelanda se rompía.
Tan solo habían pasado un día sin que el mundo muggle o mágico supiera, Polonia había sido atacada con fuerza y crueldad, como lo habían hecho los gobiernos muggles Alemanes anteriores, Polonia había sido invadida por los magos Alemanes hasta su capital, en un ataque brutal que el Von Alexandros había ordenado, cerrando sus comunicaciones con el mundo. Esto solo dejaba ver la postura de Alemania con los enemigos de Alemania y Nueva Zelanda.
-- Nuestra "unión" con Polonia tuvo que ser forzada, verás tenían ellos otros ideales que imagino Juv, no concuerdan con los nuestros. Así que si deseas hay que beber un poco antes de la llegada de los demás invitados, las misivas de la reunión fueron ya enviadas para que asistan aquí en Berlín así que ... Salud...-- y bebió de la copa con un exquisito sabor a dulce y amargo a la vez, el sabor de la victoria.
@@Juv Macnair Hasani
@@Sagitas Potter Blue
@@Ada Camille Dumbledore
@@David James Dumbledore
@@Syrius McGonagall
@@Lady Luxure Grindelwald-
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En el lugar de la reunión ya había muchos presentes, solo uno conocía de vista pero los demás le eran completamente desconocidos. Claramente era una desventaja ya que al hacer negocios o simplemente llegar a un acuerdo por no conocerse, cosa que veía en una chica (Mica) con la persona encargada de está oficina (Martín). Le dio la bienvenida al castaño este a su vez le saludo haciendo una ligerisima reverencia y se acomodo en un asiento libre de la mesa en la reunión. Aunque no pudo notar que detrás de él una joven (Dennis) había estado de pie para entrar en la oficina.
-- Gracias Director Martin para mí un placer-- Emitió una sonrisa Kraven al mago para escuchar el inicio de su plática. Casi no quedaba indicios de su lenguaje Alemán al hablar inglés, aunque en ciertas palabras su acento era notorio. La charla comenzó con Nathan Weasley, al que conocía de vista por ser uno de los causantes de la quiebra en Gringotts, de unas reformas muy duras contra el sistema monetario mágico.
En sus palabras estaba de acuerdo con Martín y Nathan, deseaba el castaño reabrir la economía mundial, su país que representaba estaba al borde del colapso, cualquier inversión aunque fuera por diversión era un salvavidas que Kraven no podía dejar pasar. Durante su mandato como Canciller solo se había enfocado a la guerra, pero la economía era la más grave de todas. Dejo que cada uno de ellos terminara de hablar para cuándo era su turno tenía muchas ganas de expresar su opinión.
-- Estoy de acuerdo con usted señor Martin, debemos promover el deporte más popular de nuestro mundoz y si con ello se ayuda a la economía mundial mucho mejor, pero yo no veo forma de librarnos de la tensión mundial a un ataque ya sea Mágico o muggle. No vine a decir ni alzar el crédito por haber realizado un mundial de quidditch, solo a dejar mi experiencia ya vívida -- Recordó el Von Alexandros por un segundo el inicio del mundial y como la gente estaba feliz, hasta que ocurrieron los ataques.
-- Al principio transcurría con normalidad, la gente se divertía, más y más gente se presentó para disfrutar de los partidos pero con ello solo creció u gran problema, la seguridad. --Se acomodó mejor en su asiento mirando a los presentes.
-- El mundial un evento tan inmenso tuvo tantas fugas y con ello ocurrieron ataques terroristas que el gobierno Mágico Inglés no se dio abasto y ni que decir del MACUSA, quien no presto más seguridad mágica siendo su país sede, por la incompetencia del presidente estadounidense se tuvo que cancelar a mitad de este. Así que como dice Nathan, Martin, señorita (Mica) si quieren realizar cualquier evento de quidditch lo fundamental será la seguridad. Y claro no duden que la gente asistirá a los partidos eso es un hecho--
Dijo Kraven colocado sus manos entrecerradas en la mesa.
-- Realizen un partido de exhibición, si funciona y todo es seguro reactivar una liga será un éxito tienen mi apoyo.--
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El viento soplaba con alguna brisa fría de invierno, en una aparente escasa por la cercanía de la primavera. El laberinto con el atardecer cayendo hacia apreciar aquel aparente concurso por arribar al centro de la fiesta. Kraven estaba esperando ver la reacción de la Ministra y en efecto, le había gustado el regalo que segundos antes había entregado en sus manos, ya sin estar en la adrenalina de la carrera pudo apreciar la máscara de Ada y su vestido. Se sintió un poco apenado por no llevar máscara para el evento, pero su mente se encontraba estancada en la tensión mundial entre los muggles y magos que lo había olvidado por completo. Ahora también había estado buscando el regalo correcto para ella, aquella pulsera además de lucir diamantes tenía un toque mágico muy especial.
--No es ninguna molestía Madame Dumbledore, el presente que le acabó de obsequiar contiene una magia singular, provoca cierta estimulación emocional si le agrada la persona con la que conversa, es decir hablaran de muchas cosas sin estar aburridos, una magia pequeña pero singular.-- Con una sonrisa le había explicado mientras notaba en la lejanía el sonido de voces y que por lo que parecía se estaban alejando. Le provocó una sonrisa el comentario de Ada sobre el golpe accidental con el codo, a lo que Kraven respondió.
-- Bueno Ministra por lo que yo veo eso fue un acto de agresión contra Alemania, por lo que no dudo que se declare una guerra. -- Río con ella ante la broma de sus naciones pero pensándolo mejor era la oportunidad perfecta para sus enemigos. --Sabe Ministra si ahora nuestros enemigos atacarán se llevarían el premio gordo, tienen a la alcance a la Ministra francesa de Magia y al Canciller Mágico Alemán, derrotando a dos naciones de u solo golpe. Así que como dices a nuestro asunto, si conoces el camino largo o más bien la salida yo te sigo, a mí jamás se me han dado los laberintos. Confío en usted Madame -- Dijo el castaño tomando su mano para que le guiará, cuando notó algo en el ambiente, una presencia familiar y desconocida a la vez. De momento no le dio importancia, debían ganar y salir del laberinto primero antes que nada.
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Esa expresión ligera se sorpresa cruzo por el rostro del castaño, como bien había escuchado del elfo doméstico la fiesta al parecer se llevaría acabo en medio de un laberinto imaginaba Kraven de la familia. Siguió al elfo adentrándose en el interior del castillo, lucía con artes elegantes y antiguos, medida que llegaba al patio trasero enseguida se dio por notorio que frente a él estaba el laberinto. Dejo los demás paquetes en las manos del elfo pero quedándose Kraven con el obsequio destinado para la Ministra. Esperaba que le gustará ya que le había tomado bastante tiempo en encontrarlo, los ruidos de risas de personas le indicaron que la fiesta había iniciado así que debía encontrar a las chicas a medida que avanzará.
Entró en el laberinto rodeado de setos de gran altura, no sabía si estaría permitido usar magia para encontrarlos, pero para evitar problemas guardó su varita dentro de sus ropas y se dispuso a caminar. Cada vez que caminaba un pasillo giraba en una dirección pero se topaba con alguna pared o simplemente otro pasillo de césped rodeado de los setos. La única manera era dejarse guiar por sus sentidos, cerrando los ojos y escuchando entre risas, musica y el sonido del viento notó una ligera voz y risa a su costado izquierdo. Enseguida aumentó la velocidad de sus pasos hasta llegar a una pasillo donde distinguió a una joven de vestido correr alegremente entre los setos. Ahora corría con intensidad para dar con ella pero cada vez que lo intentaba ella se escurría casi sabiendo que el Alemán estaba detrás de ella sacó su varita listo. Fue entonces en un último suspiro se abalanzó contra ella derribandola al suelo pero con un movimiento de varita no se había hecho daño cayendo ligeramente, no ella pero si el castaño que se quejaba por lo bajo del dolor momentáneo. Ambos ahora estaban en el suelo, ella encima del alemán. Su perfume inundó el olfato del castaño y entre risas empezó a tomar aire.
--Au..No sabía... Que así la vería Ministra... Feliz... Cumpleaños...--Decía Kraven sintiendo su cuerpo encima de él, apenado lentamente comenzó a ponerse de pie para luego ayudar a la Dumbledore.
--No sabía... Que sería así su fiesta de cumpleaños, este presente... Es para usted. --Entre las risas y gritos de diversión de algunos Kraven le entró el obsequio color azul cielo.
-- Espero que le guste-- Decía Kraven hablándole de usted ya que no sabía cómo hablarle sin ofenderla.
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Oficina del Canciller Mágico Alemán
Edificio del Reichstag Mágico
Berlín, Alemania
Al menos se había algo con respecto al situación actual, las notas a los diversos gobiernos mágicos habían sido enviadas para formar una alianza con los Alemanes. Kraven sabía que su posición era frágil, no tenía relación alguna con los líderes de esos gobiernos, ni siquiera los conocía en persona en alguno de los peores casos. El hecho de invitarles a unirse contra los muggles y sus defensores solo eran sus ideales similares a los suyos y sus actos contra los muggles, el enemigo de mi enemigo sera mi amigo, frase que tenía peso ante lo que pasaba. Pero no podía crear un edicto similar como el que había hecho la Ministra Inglés para los Alemanes, ya que habían hechizado la moneda local de los muggles, su dinero de mano en mano al tocarlo les hacia creer que el gobierno Mágico era la solución, que no había forma de revelarse contra ellos, creando así miedo y confusión en sus corazones y mentes.
Hilda entró en el lugar con el saludo militar creado para toda la nación, muggle y mágica. --Señor las misivas fueron enviadas pero la Ministra de magia @@Sagitas Potter Blue no ha respondido, ha llegado tres notas después, de parte de los ministros de Nueva Zelanda y Australia, y de la U.P.A
-- Enseguida se acercó al escritorio del castaño y las dejo en el esperando a que las leyera.
Abrió la primera que era de U.P.A. , dejando claro en ella que no asistirían a su alianza debido a que Alemania no tenía postura contra Inglaterra quienes eran sus enemigos. Sabía el Von Alexandros que algo si ocurriría ya que estaban en guerra, bufó de pesadez al terminar de leerla, Kraven conocía la parte dura de la diplomacia. Sin saber que haría al respecto de los Africanos tomó la siguiente nota de los Neozelandes, al principio era formal y dejaba en claro que estaban interesados y que vendrían en camino para negociar, el castaño se sintió más aliviado. La última nota era la de los Australianos, ellos dudaban en su alianza y deseaban algo a cambio, Kraven tomo pluma y tintero, para comenzar a escribir una nota para ellos.
"Estimado Ministro de magia Australiano
Con referente a la nota enviada con anterioridad para formar una alianza bélica, hemos recibido su respuesta, claramente no tenemos relación alguna que deja ver su duda ante ello, lo único que nos une es un enemigo en común que acecha con el exterminio la para las brujas y magos de todo el mundo, por ello se ha ofrecido formar alianza con el Reich Mágico, pero su petición de algo a cambio temo decirle que si acepta unirsenos, Alemania le dará la protección necesaria en esta guerra por venir, así como todo el apoyo necesario estratégico y Mágico, pero si rechaza está alianza Alemania no tomara represalias contra su nación pero si en futuro decide apoyar a los muggles las relaciones entre nuestras naciones serán hostiles.
Atte
Kraven Von Alexandros
Führer (Canciller) de Reich Mágico Alemán "
Con aquella respuesta sería suficiente para hacerle saber la posición de los germanos contra los muggles. No quería hacerlo pero de no recibir respuesta de Inglaterra tendría que tomarlo como negación a su alianza y por consecuente tomar acciones bélicas contra los ingleses. Declararles la guerra. Solo quedaba esperar a la Ministra de Nueva Zelanda para formalizar su pacto de alianza en la guerra, si bien la Ministra la conocía de tiempo atrás las personas cambiaban con el tiempo y casi con ellos era tratar con gente desconocida. Así que solo esperaba recibirla y que llegarán a un acuerdo que beneficiara a sus respectivas naciones.
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Las llamas verdes del fuego de la chimenea se apagaron cuando el mago de cabellos castaños salió de ella, frente a él sus dos guardaespaldas habían salido primero de la chimenea para serciorarse de que todo estaría seguro. El mundo había cambiado mucho tanto muggle como mágico en especial, provocando así que todos desconfiaran de todos y que el cuidarse la espalda no era mero refrán de advertencia. Kraven se limpió de su saco negro algunas partículas de polvos flú, que habían quedado en su ropas tras el viaje desde Alemania a Londres, caminó detrás de su seguridad mientras algunos magos y brujas británicos les miraban sorprendidos y curiosos, claro su seguridad llevaba trajes militares Magicos del Alemania. En la entrada al Atrio y que daba paso al interior del ministerio estaba un guardia de seguridad esperando nervioso y preocupado por los Alemanes.
--Buenas tardes, motivo de su visita-- Dijo el auror con notoria inexperiencia en su juventud, tan jóvenes eran reclutados para aurores en Inglaterra.
--El señor Von Alexandros fue invitado por el director del departamento de deportes Magicos en persona aqui está el permiso.-- Entonces su seguridad entrego al joven el pergamino con el sello del director y con una magia claro estaba que solo los ingleses leían entre ellos.
--Todo en orden señor pero solo puede acceder el señor Von Alexandros ustedes deberán esperar aquí --
Cuando sus guardaespaldas iban a protestar Kraven les detuvo y entro en el ministerio abotonado su saco mientras era revisado por magia por otro joven seguridad del ministerio. A medida que avanzaba y entraba en los ascensores Kraven recordaba cuando trabajaba alli, antes de saber su origen e incluso tener el puesto que ostentaba. Al llegar al piso donde se ubicaba el departamento, escuchó voces alegres y casi con emoción de los trabajadores como si estuvieran trabajando con normalidad sin que las acciones actuales del mundo afectarán su labor. Kraven paso desapercibido cuando llego al lugar de la reunión. Ya dentro estaban personas que no conocía pero que tendrían que ver con el deporte que tanto quería.
-- Disculpen la intromisión, ¿Estará el director del departamento de deportes y juegos mágicos? Me llamo Kraven Von Alexandros y fui el organizador del mundial de uidditch.-- Por alguna razón Kraven omitió su rango de Canciller creyendo que si revelaba sus intereses en el Quidditch sería un poco mejor para la reunión.
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Demasiado tiempo había pasado desde que el castaño acudía a reuniones sociales, la última vez que recordaba había sucedido en una mansión llamada Delacour dónde había terminado como de costumbre entre mortifago y aurores lanzándose hechizos a diestra y siniestra. Kraven traía en sus manos un obsequio de color azul brillante de forma cuadrada, un regalo para la ministra francesa por haberlo invitado. Tambien tenia largos paquetes para las personas que también cumplían años, para no verse mal ante ellos. Acomodó su corbata gris oscura en su cuello, con el traje de color azul casi negro, de una forma elegante. El Canciller Alemán no recordaba haber asistido a una reunión en aquel edificio llamado Chateu Dumbledore, así que al llegar a las inmediaciones de los terrenos de dicho lugar se sentía un poco perdido.
Su seguridad privada esperaba un poco más adelante alejados de la fiesta por si sería necesario recurrir a ellos pero Kraven no se sentía nervioso por eso sí no por lidiar con personas en fiestas desde hacía mucho tiempo atrás. Llegó el castaño a la puerta de la gran edificación y llamó a la puerta, la música sonaba dentro así que pronto estaría con ellos, bufo un segundo mientras la puerta se abría para ser recibido por un elfo doméstico.
--¿Se encuentra la señorita Camile? Me invitó a su fiesta-- Dijo el castaño un poco extrañado por su actitud.
-- Enseguida le aviso señor -- Y se retiró en busca de la Ministra francesa.
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Oficina del Canciller Mágico Alemán
Edificio del Reichstag Mágico
Berlín, Alemania
Tan solo habían transcurrido un par de horas desde que el castaño había leído el edicto del Ministerio de Magia Inglés, por consecuente estaban ocurriendo demasiadas cosas a nivel mundial, como si se hubiera activado un sentido de alerta en todos los gobiernos mágicos. Kraven aún no sabía que decidir en pro o contra Inglaterra, desde el último reporte de sus infiltrados todo indicaba que el gobierno Mágico Inglés era pro a la Orden del Fénix, al menos con sus ideales. Pero con ese edicto antimuggle hacia creer muchas como cosas, una para el Von Alexandros era que alguien oscuro del lado de la marca tenebrosa había conseguido con éxito un Imperio sobre la Ministra, o simplemente confundir a todos con esa estrategia.
De pronto su asistente entro en la oficina con un pergamino dirigido a su persona, con remitente del U.P.A (Unión de Países Africanos). Su séquito teníamos orden de revisar si contenía algún peligro para él, y si su asistente lo llevaba para su persona demostraba que sería seguro abrir aquella nota. Terminó de leerla, claramente en contradicción con lo que tenía pensado, U.P.A deseaba una guerra con el Reino Unido, Alemania quería de aliados a los Ingleses si podía lograrlo. Pero no sería posible si ambos gobiernos se tendría de rivales, no podría tener a uno sin perder al otro, aunque Inglaterra aún no había aceptado su propuesta. Era momento de iniciar los tratados de alianza, si esperaban acabaría todo en una oportunidad para los muggles y en especial el Inquisidor de armar un ataque en contra de ellos.
--¡Hilda! -- Llamó a su asistente, la rubia entró enseguida.
-- Es hora de iniciar los tratados, envía notas similares a cada gobierno Mágico donde se les invita a venir a Alemania para unirse a nosotros en este caos bélico y formar una alianza ...
Envíasela a Francia, Unión de Países Africanos, Australia, Dinamarca, Escocia, Austria, Suiza, Rusia... Algo me dice que en Nueva Zelanda y Japón estarán interesados en unirsenos y con énfasis especial a todos los mortifagos. También necesito hablar ante mis comandantes... --Se levantó Kraven de su silla y con los brazos unidos en la espalda miró por la ventana con vista de la ciudad de Berlín.
-- A comenzado la guerra contra los muggles --
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Oficina del Canciller Mágico Alemán
Edificio del Reichstag Mágico
Berlín, Alemania
Kraven volvió a leer la copia del dictamen escrito por la ministra de magia Inglés Sagitas Potter Blue. En la Confederación Internacional de Magia celebrada en Zurich, Suiza. La ministra nada había emitido, ni palabra alguna, solo mantenerse inerte en su lugar a cada discurso de algunos presentes, cosa que le molestó al Alemán, necesitaba saber la postura de Inglaterra contra el mundo muggle. La propia presidenta de la Confederación, Mackenzie Malfoy parecía sorprendida por la reunión pronta de todos esos magos, claro estaba sin su consentimiento. Pero como podia pedirle su permiso a la presidenta si era su ausencia en aquellos momentos lo que provoco la reunión pronta de todos esos mandatarios.
La copia del edicto del ministerio inglés al leerlo por primera vez provocó en el castaño una ligera sorpresa, y a medida que seguía leyendo alzar una ceja sorprendido aún más. ¿Sería clara la postura de la ministra Inglés contra los muggles por ese edicto? Pensaba Kraven ante ello en su oficina del Edificio del Reichstag Mágico en Berlín. Bebió Ron de su vaso de cristal, fumo de su puro solo meditando al terminar de leer aquella copia. Estaba intrigado, Inglaterra mágico sería un potencial aliado en su guerra por venir contra los muggles, pero los ingleses con su ego y su vanidad habían provocado enemistarse con los Alemanes desde tiempo atrás, incluso en el lado muggle, todo por diferente pensamiento dónde parecía que el destino los colocaba cómo eternos rivales siempre. Alemania estaba controlada en todo aspecto mágico y muggle, habían sido rápidos y contundentes, el gobierno mágico Alemán había atacado por sorpresa como la velocidad de un relámpago, sin darle oportunidad a los muggles alemanes de reaccionar ante ellos, sobre todo el inquisidor.
Pero tras la Confederación en Suiza, parecia que se habían hecho fuego amigo entre ellos en vez de aliarse contra el Inquisidor, dividirse más que unirse contra un enemigo común. Kraven había tenido buenos resultados de esa reunión eso estaba claro, Francia y los países Africanos se le habían unido, pero no podía negar que había sido al final un completo desastre. Su líder de la marca tenebrosa, Aaron Black había provocado pánico e incertidumbre entre los mandatarios al punto de salir todos corriendo del lugar, la posibilidad de sumar más aliados se había acabado tan abruptamente. Sacó un pergamino en blanco de entre sus cosas y mojó una pluma en el tintero, aún con su puro en la boca comenzó a escribir. El mensaje debía llegar rápido si no era respondido habría consecuencias de magnitud bélica entre ambos gobiernos mágicos.
"A la Ministra de Magia Inglés
Se ha enviado está nota debido a su inexistente participación en la Confederación Internacional de Magos, celebrada en Zurich, Suiza. El motivo central de la nota es para conocer la postura oficial del gobierno Mágico Inglés contra el pseudo terrorista llamado Inquisidor y la comunidad muggle de Inglaterra. Así como conocer de que lado está en esta guerra por venir Mágico- Muggle.
Cabe recalcar que el gobierno del Reich Mágico Alemán está a disposición de entablar palabras con Usted en persona si desea hacerlo, para llegar a un acuerdo de paz y union en estos tiempos difíciles.
Esperando su respuesta rápida en calidad de urgente
Atentamente
Kraven Von Alexandros
Führer (Canciller) del Reich Mágico Alemán
--¡Hilda! --Gritó Kraven doblando y sellando el pergamino con magia para ser abierto solo por la Ministra.
-- ¿Si Führer? -- Preguntó su asistente Hilda entrando a su oficina.
-- Envía este pergamino al Ministerio de Magia Inglés, en calidad de urgente, no me sorprendería si lo interceptan la seguridad de Magia Inglés, hazlo por favor. --
-- Enseguida führer -- Tomó Hilda la nota y salió rápidamente de la oficina.
El Von Alexandros se limitó a beber de su vaso y seguir fumando a la espera de lo que ocurriría en el mundo mágico y muggle tras el edicto de la ministra. ¿Sería el inicio de la guerra mágica?
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La mirada de las brujas frente al castaño era de completa sorpresa ante sus palabras, entonces comprendió Kraven que en realidad no era la ayuda esperada, pero que gracias a que estaban allí se movieron deprisa con su amada. El Von Alexandros por primera vez en su vida no sabía que hacer, temblaba de terror por su familia, era el miedo una sensación bloqueante de todo pensamiento si alguien llegaba a tenerlo, reduciendo sus sentimientos, pensamientos, sus movimientos. Arya se movía con velocidad sin notarsele ningún atisbo de duda o preocupación, casi con un profesionalismo de un médico de San Mungo experto. La Macnair daba órdenes a diestra y siniestra con los elfos de la mansión incluso a los dos magos allí mismo. Aunque percibió que no miraba al castaño ni le dirigía palabra alguna, incluso con una indiferencia muy notoria. ¿Sabría acaso de la historia entre los dos magos?
Kraven tenía ya a la mano por un elfo doméstico agua caliente y mantas, mientras mojaba una manta para limpiar la frente de la rubia y le pasaba el resto a Ariadna, escuchaba decir porque es estaba en el suelo de madera, el castaño no dijo nada, era claro que la tenía allí para usar magia poderosa como un último desesperado y terrorífico recurso por si algo salía mal. En su mente aún podía percibir la voz de Alessandra, como si le dijiera algo que no podía entender. Ella solo se quejaba de dolor, claramente ya no estaba su consiente de si misma, por ello la rubia se comunicaba con sus habilidades, o eso deseaba Kraven.
Levantaron con magia a la Delacour y Kraven entonces al tocar su frente noto fiebre en ella que le puso pálido y las palabras de Arya no fueron mejor ayuda, su pulso estaba mal. Arya comenzó a tomar cosas y colocarselas a Alessandra, entonces inicio el proceso para sacar a los bebés, solo ya en este punto besaba la frente de la mujer que una vez amo, amaba y amara por el resto de sus días porque en su mente con mas fuerza y claridad llegó a entender a la mujer proveniente de una familia llamada Delacour que le pedía salvar a sus hijos.
--Siempre a tesorare los momentos vividos contigo mi amor, el día que nos conocimos en una clase, nuestro primer beso en una pista de hielo, cuando Alexia Jayden llegó a este mundo y cuando una vez más decidiste abrir tu corazón para mí... Apesar de todo lo malo vivido estuvimos nuevamente juntos...-- Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras Kraven la hablaba al oído de la rubia. -- Te amare por siempre mi angel-- Beso la frente de Alessandra y miró en dirección a la Macnair.
--Salvalos... No importa que pase solo ... Salvalos--
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En un parpadeo de ojos, en un batir de alas de mosquito, en el suspiro de un persona todo se vino en descontrol. Kraven dejo que un par de magos alemanes se llevarán al chico para interrogarlo, era muy sospechosa su actitud por ello era trasladado a un área más privada. Cuando en un segundo Alessandra comenzaba un discurso ciertamente enfadada y más con el castaño al parecer. Había notado como la rubia su beso de cortesía hacia la ministra de Francia pero lo que le dejo completamente aturdido y anonadado era las palabras que había dicho en no apoyarlo y separar Escocia de Inglaterra, incluso tomar Hogwarts para su país. Cuando terminó Kraven realmente molesto fue en su dirección a encararla pero una bruja se levantó y comenzó a discutir con ella.
Al término de ello ya era una pelea personal a un dictámen de una nación al foro internacional. Mucho magos parecían indignados con esto al punto de estar abucheando y hablando con molestia entre ellos. Paso alado de la bruja (Lunática) que ahora conversaba con Lady a quien en su rostro parecía estar muy aburrida. Se detuvo en seco al ver a las brujas y de un segundo como la Delacour se marchaba con su séquito de seguridad detrás de ella. Lo que haría solo le tomaría unos segundos.
--¿Aurora verdad? Se nota esa pasión de cierto grupo clandestino del Fénix en tus palabras...-- Dijo Kraven mirandola con curiosidad con una maléfica sonrisa-- ¿Acaso no se supone que los Aurores estan en el frente de batalla? ¿Defendiendo a las brujas y magos ingleses del inquisidor? Pero estas aquí he... ¿Lunática? ¿Es correcto? Y deseas apresar a uno de los tuyos en ves de defenderlos, como la semana pasada que un grupo de antimagos ingleses golpearon severamente a un joven mago que por llevar varita era un enemigo... Vamos chica si quieres tener una nación para ti deberías tomar tu propia casa y con ello me refiero a Inglaterra, derrocar a tu ministra y hacerte con el poder es más fácil creo yo que Francia... --Se giró el Canciller Magico Alemán en dirección a la rubia no sin antes sonreírle a la Ministra de Magia Inglés.--Si me disculpan chicas...--
Alcanzó segundos después de la rubia mientras salía del foro, con furia en sus ojos Kraven le tomo de la mano y la giró ante el para que le mirara con cierta brusquedad.
--¿Que demonios te sucede a ti? ¿Cómo has podido decir eso a la Confederación? ¿Sabes que estamos en guerra y pones a Escocia en otro lado? Si fue por el beso a tu hermana sabes de sobra que solo trataba de conseguir su simpatía para formar una alianza y después te pones a discutir con una Aurora ...--Decia Kraven con enojo -- Aún no puedes irte aún no...-- Sentencio el castaño a la rubia llevándola a otra sala para hablar más en privado.
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Aventura Mortífaga V - Aguas de verdad
en La Marca Tenebrosa
Publicado · Editado por Kraven Von Alexandros
La noche con su manto de color negro cubría su llegada casi con sigilo, ya que era necesario en su misión. Desde hacía tiempo no llevaba entrenamiento que el jefe del clan Nosferatú pedía de él. El gran Cassian no lo decía, pero sus actos contra el castaño incluso la forma de como lo trataba decían mucho de eso, ya que Kraven estaba a punto de conseguir más alto poder del clan. Los rituales de la sangre eran en esencia la rama más interesante que deseaba aprender el Alemán, un paso más cerca de obtener su objetivo, el total poder del clan Nosferatú. Para ello se le había encomendado descifrar un mapa con la ubicación de un poder mayor, pero apesar de estar cerca, el tempestad tenía duda consigo mismo sobre si había hecho lo correcto y había acertado.
Kraven estaba un poco seguro de haber encontrado la ubicación de los viajes de su compatriota muggle, de nombre Ernest Schäfer. La región era un lugar sagrado donde la paz reinaba, donde la meditación para encontrar el significado de la vida era la ley del territorio. Si fallaba, si están erróneo en su búsqueda no solo se retrasaría, si no que irrumpiria en un lugar con mucha crueldad sobre inocentes muggle, poco importaba eso. Su varita estaba lista a medida que caminaba por el sendero que lo llevaría hasta la cima de la montaña, donde de seguro los monjes les esperaban, nada más y nada menos que en el Tibet, cerca de las regiones de la China popular. Deseaba con fuerza obtener el poder de la sangre. Su vestimenta era típica de un militar, con botas, pantalones, playera todo de un color negro con una gabardina cubriéndole en la mayoria del cuerpo, sin olvidar que su máscara Obelisk se aparecía en su rostro, ocultando su identidad mortifago ante todos.
Llegó a los terrenos de los antiguos monasterios, donde la noche como su aliada le protegía de revelar su identidad, no de ser dañado pero si que le descubrieran como mortifago. Alzó su máscara roja sobre el rostro, provocando así un humo rojo que se expandió por su cabeza hasta solidificar su máscara mortifago Obelisk. Un monje chino patrullaba los terrenos casi como adivinando que el castaño irrumpiria en sus recintos. Un rato de luz verde iluminó algunos metros tan de pronto, con el sonido de una figura al caer al suelo, con la luz de la luna revelando al monje muerto a los pies del Von Alexandros. No había nada ahora de problemas para que Kraven entrará en eso lugares, nada ni nadie le detendría para alcanzar su objetivo.