Jump to content

Fengari M.

Magos Expertos
  • Mensajes

    537
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    2

Mensajes publicados por Fengari M.

  1. Lo observé durante unos segundos, su porte y sus gestos, «un vampiro» estaba a punto de replicarle por qué se quedaba mirándo, pero conocía esa expresión, aquella que me escudriñaba con atención tratando de descifrar cual era mi naturaleza «dos depredadores en uno» arranqué de sus pensamientos. Cuando éste rompió su observación golpeando accidentalmente a Nicole con la silla. Rodeé los ojos ante la situación, aquellos minutos se tragaban el tiempo que teníamos para salir de esa sala, que se ponía peligrosa con cada segundo que dejábamos pasar y no estaba dispuesta a poner nuestras vidas en peligro, ni pausar por accidentes tan absurdos como ese. Así que le lancé una mirada asesina al rubio mientras éste hacia una suerte de gesto codificable.

     

    — ¿estás bien? —pregunté a Nicole sosteniéndola del brazo.

     

    — deberías tener más cuidado vampiro.

     

    Entonces vi como el vampiro de nombre Vincet se alejaba de nosotros, a la par la gente empezaba a alborotarse y a gritar buscando las salidas más rápidas, era el preludio del caos. Sin poder evitarlo, seguimos al mago entre el gentío, «necesitamos salir de aquí lo antes posible» acordé mientras revisaba con la mirada los lugares más rápidos para salir de ese salón, pero el vampiro era más rápido y tomaba las direcciones mas inteligentes. Hice un mohín y lo seguí, sin soltar a Nicole del brazo.

     

    Cuando nos vimos en un lugar seguro, sentí como la fuerza del mago exudaba poder, sin mirarlo a los ojos e intentado ignorarlo, me vi obligada a escuchar cómo mi hermana entablaba conversación con el mismo, dándole nuestros nombres «siempre tan amigable» pensé irónica, aunque sabía que no había nada malo en ser amable, y aunque no quisiera confiar en Vincent, sin querer nos había ayudado a salir del salón de durmstrang, El vampiro había tomado distancia entre nosotros, con una rapidez que me sorprendió, y aun mas con la información que trajo.

     

    Observe el mapa que tenía el mago en manos, «está encantado» señalé mirando el mapa de las montañas, donde se distinguía un punto en el que mostraba la posible guarida de los gigantes de hielo. Entonces estiré la mano señalando el punto, y sin limitaciones le dije al muchacho— ¿por qué quieres ir a la guarida de los gigantes de hielo?

    • Me gusta 1
  2. Escuché la voz de la fémina y me sentí aliviada de que pudiera captar mis pensamientos. Pero antes de seguir hablando, atendí lo que leía del misterioso libro, encontrando interés en aquel manuscrito «sería perfecto para organizar una exhibición en mi galería de arte» pensé perdiéndome por unos segundos. Sin coherencia, mis reflexiones saltaban de un punto a otro, tenía muchas ideas y recuerdos, como si después de la última opción, todos mis pensamientos se apresuraran en exhibirse en mi mente.

     

    —Sybilla… —repetí reconociendo a la bruja, de alguna reunión, de alguna situación pasada y sonreí sintiéndome más aliviada, estaba rodeada de brujos con los que compartía el bando. Entonces me sobresalté por lo que bruja dijo sobre los gigantes, y casi obligándome a poner en pie, gemí un poco por el dolor muscular y la sorpresa de su anterior afirmación— ¿qué? No. ¿Estás bromeando? Los gigantes no pueden ser amistosos, no imaginas todo el caos que hay afuera, no puede ser posible…

     

    En aquel momento me bajé de la mesa y tomé el frasco que me ofreció— me veo fatal, y asquerosa —agregué soltándome el cabello plateado manchado de sangre reseca, lo engullí deprisa ignorando el sabor, pues mi cuerpo exigía revitalizarse y juntar energías para reponerme. Poco a poco la poción calmaba mi pulso y mis músculos salían del adormecimiento, mi corazón empezaba a palpitar con vida, en la medida de lo posible para un híbrido, y sentí como el dolor desaparecía abriendo paso a la sed y las ganas de vivir.

     

    —¿Entonces a dónde iremos?

     

     

    @@@Hades Ragnarok

    • Me gusta 14
  3. Lo miré y antes de protestar por lo que suponía que haría, ya estaba en sus brazos «no estoy tan grave…» pensé con esfuerzo, el dolor de la cabeza era tal que sentía ahora los oídos martillarme, ¿acaso tendría una fractura o peor? Sentí la firmeza de la mesa donde me apoyaron, las suaves luces en las paredes no fastidiaban del todo a mi visión, pero me distraían bastante del dolor, observaba el techo de la biblioteca, madera, oscuridad, no era consciente del todo de mi alrededor, pero sentía el olor metálico «sangre».

     

    Mi sangre olía diferente, no como de humanos, ni siquiera como de vampiros. Entonces encontré la mirada del mago moviendo los labios, estaba hablándome, pero no lograba escuchar bien lo que decía, «¿por qué no escuchaba? Hace un momento yo… podía hacerlo» me esforcé en leer sus labios y cuando entendí sus dudas, me apresuré en responder como pude. «Hola... yo, creo que me golpeé la cabeza» respondí mentalmente sin pensarlo demasiado, volviendo nuevamente a reconsiderarlo cuando el dolor empezaba a menguar, «están curándome» entendí.

     

    Con el dolor disminuyendo, a pesar de algunos respingones a causa de huesos sanando, pude concentrarme en los magos, y observé a la otra bruja, cuyo rostro de preocupación «por un familiar» me recordó que mi hermana también estaba en el colegio cuando los gigantes de hielo se anunciaron y el caos invadió «los gigantes de hielo… hay que ayudar a los demás. Yo estaba en una de las salas cuando apareció uno, lanzaron hechizos para tratar de derrotarlo, cuando uno de los rayos impactó sobre la viga principal y el techo no cayó encima» sentí mis latidos aumentar conforme recordaba «cuando desperté nadie respondió…»

     

    Cuando los magos se apartaron de la mesa donde estaba, me reincorporé apoyándome en mis manos, siguiendo con los ojos a los hechiceros que parecían compartir un libro y hablar de algo que no entendía. Poco a poco mi sentido de la audición volvía a fortalecerse y las palabras llegaban con más nitidez a mi mente—. En verdad iba a morirme —dije preocupada mirando mis palmas, viéndome más pálida de costumbre, casi como un muerto. Entonces levante la vista hacia los brujos sonriéndoles apenada— gracias. ¿Cómo puedo compensárselo? Mi nombre es Fengari.

     

     

     

    @@Hades Ragnarok@

    • Me gusta 13
  4. Ice McTavish

     

     

     

     

    El mago notó un atisbo de dudas en la Evans, a pesar de que la mujer aparentaba seguridad con sus palabras. Entonces insistió, por costumbre que por necesidad-- ¿Estás segura de lo que dices? Los gigantes de hielo no son una broma. ¿Si quiera sabes cuánto peligro existe ahora mismo incluso aquí?

     

     

    Ice observó a la bruja durante varios segundos hasta que notó lo que ocurría. Había caminado entre la pila cuerpos y heridos con con naturalidad, por la costumbre en sus años como activo en la Marina de guerra que aquel desastre no le reventaba el pecho como pudiera sucederle a otros, pues su sentido de sensibilidad y compasión se mantenían siempre bajo control, neutral ante toda situación. Sin embargo, no podía negar que la escena era cruel y los lamentos tensaban más el ambiente.

     

     

    El mago recordó aquella vez en la que su unidad tuvo que luchar contra el enemigo que se había escondido en un barrio pobre. Las maniobras eran simples e ignorantes de las posibles pérdidas humanas, y al cabo de varias horas y un par de bombas malintencionadas de parte de las fuerzas agresoras, resultaron un desastre para la comunidad. Aún escuchaba los llantos de los niños y el clamor de la gente para ser auxiliada. Años después , conoció a Fengari por su gusto común en el arte y aquella amiga se había vuelto una hermana, era por eso que sentía la necesidad de encontrarla, no obstante también tenía el deber de ayudar.

     

     

    Entonces el McTavish tomó una desición, esperando que su amiga estuviese en buen recaudo-- Ayudaré. ¿Qué necesitas?

     

     

    @@Nicole Evans Crowley

    • Me gusta 11
  5.  

    Ice Mctavish

     

     

    El brujo buscaba por cada rincón de la habitación sin hallar a la hechicera de cabello plateado, estaba seguro de haberla escuchado antes de que el caos terminara por casi destruir el salón principal, entre las miradas incrédulas de algunos y la osadía sin inteligencia de otros, habían terminado por lanzar hechizos a la nada haciendo que uno de los candelabros más grandes azotara con violencia sobre alguno de los magos, «¿Dónde te metiste Fengari?»

     

    El ex marine se abrió paso hacia una zona donde estaban reunidos los heridos, a un extremo los cuerpos sin vida de un par de exploradores se apilaban marcando las pérdidas humanas que aquel consenso empezaba a sumar sin empezar aun su guerra. Entre la gente que se encontraba, la imagen de una persona en particular llamó su atención. La reconoció de algún retrato familiar minuciosamente ubicado lejos de la vista de las personas, en el escritorio de la vampira. Esperando que su hermana supiera sobre su paradero, Ice se acercó a ella, encerrando su preocupación tras un rostro reservado.

     

     

    —Nicole, soy Ice Mctavish, trabajo con tu hermana en el museo de arte, ¿la has visto?[/i]

     

     

     

    @@Nicole Evans Crowley

    • Me gusta 10
  6. --¡hola! ¡Auxilio! --pedir ayuda en otra situación podría merecer morder mi orgullo, pero en ese momento tenía pocas sensaciones, salvo la cabeza a punto de estallarme, mi cuerpo haciéndose más pesado y mi respiración limitándose.

     

    El frio que sentía hacia que mis exhalaciones se marcaran en suaves vahos de vapor. Por momentos perdía la noción del lugar o del tiempo, entrando y saliendo de la consciencia, así que pellizqué mi piel obligándome a sentir para mantenerme despierta, de lo contrario podría quedarme dormida o peor aún. Entonces escuché unos murmullos cerca, y la esperanza volvió a mi pecho en forma de palpitaciones rápidas de adrenalina y alivio. Caminé siguiendo el pasillo, primero vi las luces a través de un escueto espacio en el marco de la puerta, después las siluetas dibujadas en las paredes.

     

    -- ¿hola?

     

    Estaba en lo que parecía una biblioteca, un espacio que no había sufrido daños y donde no parecía haber rastro de los gigantes de hielo o de alguna otra amenaza. Entonces cerré mi visión en dos magos, uno más próximo que el otro, reconocí vagamente a uno de ellos, de alguna reunión, de algo con el bando tal vez aunque los recuerdos se hacían intangibles y empezaba a dudar de todo, las punzadas en mi cabeza volvían a martillear e instintivamente me llevé una mano a la herida-- necesito yo, estoy herida.

     

     

     

    @@Hades Ragnarok

    • Me gusta 6
  7. Me tumbé en uno de los muros, donde sea que me encontraba, estaba sola, en un lugar aislado o quizás un pasaje profundo del instituto «¿aún estoy en el instituto?» empecé a dudar mirando mi alrededor; a penas se vislumbraba los muros de piedra y algunas antorchas marcando los límites del pasillo, no tenía dirección ni orientación, ni quisiera una ráfaga de viento que me indicara por donde seguir, estaba completamente perdida e ignorante de mis capacidades, solo sentía el palpitar de mi cabeza, mis fuerzas rindiéndose y la sangre secándose en mi cabello.

     

    —Y encima he perdido la varita —renegué sintiéndome patética— doy asco y moriré aquí.

     

    Pero antes de dejarme vencer por el melodrama, una ligera brisa encendió todos mis sentidos, obligándome a girar de mi rústico asiento, apoyándome en la pared estabilicé mi andar caminando hacia donde la corriente de aire provenía «tiene que llevarme al exterior, a una puerta, una ventana… con barrotes» la idea me provocó una ansiedad que hacía tiempo no recordaba, la claustrofobia empezaba a apoderarse de mí y mi pulso aumentaba… «¡Escaleras!»

     

    Subí los escalones lo más rápido que pude, con el pasar de las horas me sentía más débil, adormilada, sedienta y en necesidad de reposar «últimos escalones», alcancé a ver el final de la escalera y me encontré con una habitación amplia, llena de repisas, era un amplio salón, donde al parecer no había ocurrido nada, sin embargo estaba desolado, o eso aparentaba. Mientras recorría la sala, empezaba a recordar que aquella mañana me había alistado para un viaje, me vi en el traslador, caminando en Durmstrang, «el consenso» y entonces la voz del explorador llegó a mi mente «¡gigantes de hielo!»

    • Me gusta 11
  8. —Por supuesto que no es personal —le respondí mientras me ubicaba en mi lugar, habíamos acordado el duelo tiempo atrás, por mera práctica.

     

    Me sujeté el cabello en una trenza francesa para no distraerme con el pelo, aquella mañana de invierno el sol se había asomado, pero no era suficiente para aplacar el insensibilidad clima. Estaba usando unos pantalones ceñidos oscuros, botas altas y una cazadora de cuero color vino que ocultaba una blusa simple con algún mensaje en doble sentido. Sin adornos, solo la varita plateada en mi diestra, estudiando mi alrededor, que parecía haber sido limpiado de bultos, a excepción de una cerca blanca de madera, a unos seis metros de ambas, cuya función era limitar el área del huerto del patio.

     

    Observé a la bruja e intuí que estaba alistando el primer ataque, por lo que rápidamente me concentré «zancadilla», el embrujo hizo que la hechicera cayera de bruces al suelo, a causa de un lazo mágico que anudó sus tobillos. El rápido movimiento la desequilibró y su rayo se desvió a varios metros por encima de mí por lo que me mantuve ilesa— ¡que agresiva!

     

    Lista con el siguiente ataque, pensé «disparo de flechas» disparando una docena de flechas que viajaron hacia Nicole impactando en sus ojos, torax y brazos.

     

     

     

    @@Nicole Evans Crowley

  9. De repente todas las personas empezaban a correr en diferentes direcciones. No pude observar mi alrededor, estaba oscuro, había caído una de las lámparas reventando todo bajo su peso. No estaba segura de nada, pero si del momento cuando una tabla que golpeó mi cabeza… y ese era mi último recuerdo. El dolor punzaba en la parte posterior de mi cráneo, me sentía mareada y empezaba a sentir que volvía a mí el dolor. «¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? ¿Dónde estoy…?» me sujeté la cabeza como pude, si había recuerdos aun en mi cabeza, estaban muy escondidos y lentamente flotaban hacia mi mente, pensarlos era doloroso, incluso mi nombre tomó gran esfuerzo. Intenté ponerme en pie, tambaleando y me sujeté a una viga mientras me estabilizaba.

     

    En toda mi vida vampira, que admitamos había sido corta, pocas habían sido las ocasiones en las que me había sentido débil, entonces unas quisquillosas gotas de líquido se deslizaron por mis guantes rojos, el olor metálico llego a mi nariz antes de que me diera cuenta de lo que eran. Me llevé la mano hacia la parte trasera de mi cabeza, mi cabello era un desastre, y algo viscoso, seco se arremolinaba alrededor de una pequeña herida.

     

    Mi pulso aumentó cuando supe que estaba herida, y con pánico busqué mi varita para tratar de auxiliarme, me aferré al suelo con brusquedad buscando el arma debajo de la madera rota, debajo de los escombros, exhausta observé mi alrededor, no estaba segura de donde me encontraba exactamente, pero estaba sola, a penas algunas luces de antorchas iluminaban el espacio, pero era tan tenue que podía confundir todo lo que estaba ahí.

     

    —¡Hola! —grité lo más fuerte que pude, sin tener respuesta. Estaba sola ahí, me aferré a mi abrigo vino, y sentí por primera vez una clase de frialdad que me hacía tiritar. Mi mente calculaba lo que estaba sucediéndome, y me asustaba considerar que moriría desangrada, una patética vampira —¡hay alguien aquí! —grité nuevamente sin respuesta alguna.

    • Me gusta 11
  10. Planilla de compras para PERSONAJES

    ID: 117776
    Nick (con link a la ficha) Fengari Naberrie Black
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) http://www.harrylati...naberrie-black/
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...naberrie-black/

    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Nivel Mágico: 12
    Fecha: 2019-12-30

    Criatura: Ashwinder
    Puntos: 40 P.
    Precio: 2000 G.

    Criatura: Fwooper
    Puntos: 40 P.
    Precio: 2000 G.

    Total de puntos: 80
    Total de Galeones: 4000

  11. Planilla de compra:

     

    ID: 117776
    Nick: Fengari Naberrie Black
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) http://www.harrylatino.org/topic/108354-boveda-trastero-de-fengari-naberrie-black/
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/101944-boveda-de-fengari-naberrie-black/
    Link a Tópic de la clase o a la prueba:
    Nivel Mágico: 12
    Fecha: 2019-12-30


    Nombre del producto: Libro de la sangre
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo.
    Nivel (del libro): 7
    Precio: 7.000 G.

     

    Precio total: 7.000 G.

     

    :love:

  12. Durmstrang era un lugar muy frio, ya sea por su ubicación o por la situación, se podía sentir con claridad la impasible naturaleza golpeándonos a través del indomable clima, su frialdad reptando por nuestros huesos. A pesar del gentío que había acudido al consenso, el instituto era imponente, aun con altas autoridades políticas en su interior, aun con el preludio de una guerra, aun con el preludio del caos. Parpadeé varias veces escuchando desordenadamente lo que vociferaban a diferentes entonaciones los magos ahí reunidos, hacía poco un grupo de brujos habían llegado al salón principal, envueltos de terror y tan golpeados por la ventisca que alrededor de sus cuerpos la temperatura descendía de forma inexplicable.

     

    Me acomodé en mi asiento, con las piernas cruzadas y uno de mis codos apoyado sobre el otro brazo, con la mirada atenta a cualquier movimiento que sucediera en esa sala, estaba esforzando al límite mis sentidos pero el bullicio que se desataba ahí, impedía que pudiera escuchar con claridad los testimonios de los exploradores—. Que se esfuerzan a sobremanera para decir algo pero es casi intangible —le dije a Nicole, que estaba sentado a mi lado derecho.

     

    Hice una floritura rápida con mi varita y aparté a dos hombres de mediana edad que estaban discutiendo por unas tierras en común que se encontraban en el punto medio de ambas naciones, su bullicio se sumaba al que ya se habia incrementado en el salón, discusiones sobre páramos, mobiliarios, criaturas protegidas, hambruna y posibles muertes… todos se sumaban en un ruido que opacaba la conversación más relevante en ese instante, lo que intentaban decir con gran esfuerzo el escueto grupo de explorados. Por unos instantes me perdí en la punta mutilada de la nariz del que hablaba, sorprendida ante la fuerza del hielo, cuando capté su mensaje.

     

    increíble, solo entendí algo de… espera uno de ellos está diciendo que… no, imposible.

     

    Toda mi columna se puso rígida y por primera vez sentí mi sangre congelarse bruscamente, esperaba haber oído mal, aunque raras veces sucedía eso. Cerré los ojos unos segundos acomodando mis ideas, asegurándome de lo que había salido de la boca de los exploradores, pues si era cierto, no estaba emocionada por luchar con esos seres, que hasta creí extintos— el muchacho dijo que fueron atacados por gigantes de hielo.

  13. Estaba discutiendo con uno de los elfos, que evidentemente estaba ocultándome el paradero de la traviesa de Chelsea, cuando una voz familiar me sorprendió, mi memoria tardo unos segundos en rescatarla de mis recuerdos que cuando caí en cuenta de quién era, ya estaba abrazándome— ¡Ania! —la sorpresa fue tal que no podía caber en mí, no pude decir nada después de gritar su nombre, estaba atontada entre reír y reclamarle.

     

    Después de un rato me compuse y la jalé del brazo llevándola a un sillón, unos magos estaban descansando ahí, por lo que con un movimiento de mi varita los empujé rápidamente del mueble. Me sentí y obligué a la bruja a imitarme— ¿dónde estabas? ¿Qué has hecho?

     

     

    El presente

     

    Después de semanas negándome, finalmente había accedido a quedarme en el castillo Evans, a pesar de la ausencia de Bel, que era una pena interminable, le tenía mucho cariño a la mansión, y más por su hermosa arquitectura antigua. No estaba segura de que estaban preparando en el piso principal, si es que me llegó el aviso probablemente lo ignoré perdida en mis problemas. Había sido un año con muchos giros inesperados «demasiados» acordé recordando el drama que tenía con mi otra familiar, y que aún no había compartido con los Evans.

     

    Me levanté de la tina envolviéndome con la bata mientras caminaba hacia mi cama, fijando mis ojos con fastidio en lo que descubrí en la cama— ¿Chelsea qué es esto? —Pregunté tomando en manos un suéter que llevaba las siglas de la familia— si esto es una broma tuya estas en serios problemas, o peor aún, si es idea de alguien de la familia llevar estas cosas… no puedo ni siquiera digerirlo. Me dejé caer en la cama sintiéndome nuevamente estresada. Al poco rato, la elfina apareció y con ella una bandeja de un familiar aroma. El aroma me traía nuevamente a la infancia, a mi padre, a mis inicios… —¿por qué has traído eso?

     

    —Señorita Fengari, hoy es el compartir gastronómico y debe alistarse lo antes posible, su hermana y sus primos ya están reunidos en el salón principal— dijo la elfina observando el suéter con una risita que olía a broma.

     

    Era increíble como mi memoria era excepcional para todos los datos posibles menos para los de asuntos familiares. Me mordí los labios y me paré frente al alto espejo de marco de plata, con una floritura de mis manos atraje un vestido de tela gruesa del ropero, los brocados contrastaban sutilmente sobre la tafeta verde oscuro, que combiné con unas altas botas negras y un corto abrigo negro de piel, satisfecha con la elección me di un último toque de mascara de pestañas y salí de la habitación arrastrando mi desgano «podría decir que me siento enferma… aunque eso ya lo dije en Navidad ¡diablos!» me mordí los labios bajando las escaleras.

     

    Chelsea apareció a mi lado levitando una bandeja de Espaguetis a la Monaguesca, la cual lleva como ingredientes variedad de especias, aceitunas, anchoas, tomates y el toque de queso unido todo a una salsa secreta de excelente sabor, y por supuesto una de mis pasteles favoritos, el Fougasse. Me senté a lado de Nicole esforzando una sonrisa, de segura ella sabría antes que todos, mis extremísimas emociones al estar reunida con toda la familia.

     

    @@Nicole Evans Crowley@@Ania Evans Weasley

    • Me gusta 2
  14. Escuché a Tauro y me convencí por sus palabras y su apoyo, estaba cansada de dar tantas vueltas al asunto, acobardarme solo retrasaba la confrontación, y era bastante indiscutible que el destino me regresaba siempre al mismo lugar. Después de una pausa, de reacomodar mis ideas y empujar todos los miedos al fondo, observé a Tauro y asentí mostrándome de acuerdo. Después de unos shots de tequila en el salón, encendí mi confianza y decisión.

     

    —¿qué? ¿Elfos gratis? —me quedé unos segundos acomodando las ultimas ideas y seguí a Tauro, quien ya se había adelantado. Sin embargo no eran elfos lo que llamaba la atención.

     

    Lo reconocí de la vez que Tauro me había invitado a una búsqueda con su familia. Cuando mencionó el nombre de Anne, todo mi perfil curioso cambió a indolencia. Desde mi lado, observé con neutralidad como el mago se revolvía cruelmente a causa de un sospechoso encantamiento, miré con cuidado a la otra bruja y adiviné que posiblemente ella fuera la causante. «Estoy rodeada de personas muy quisquillosas» pensé regresando la mirada hacia el hombre, había algo en él que me enojaba de forma incomprensible y que ataba cualquier intento de ayudarlo, por alguna razón su presencia me molestaba.

     

    Busqué con la mirada la imagen de Anne, pero parecía estar ausente de ese lugar, ni si quiera podía escuchar su voz a la distancia «parece que no está aquí». Estaba sobrando en esa discusión familiar, así que me giré para marcharme con cautela «tendré que regresar otro día», por lo que caminé en dirección hacia… «¡mier**! ¿Cuál era la puerta?» no podía decidir qué puerta me llevaría a la salida. Exhalé sintiéndome exhausta, apenas había dado un par de pasos lejos del grupo armada con toda la indiferencia que podía, pero ahora me veía obligada a preguntar por la salida.

     

    Cerré los ojos escuchando la conversación de Tauro con su madre, escuché también los sonidos ahogados del mago intoxicándose, así también susurros lejanos de algunos elfos en rincones lejanos de la residencia. Y escuché también el comentario de Tauro sobre su hermana, poniéndome totalmente rígida ante la mención subliminal, ¿Betis lo habría notado? ¿Quiénes más podrían sospecharlo? Me giré y busqué un asiento, esperando que la conversación terminara para despedirme de Tauro e irme. Me sentí tonta esperando ahí, pero no había mucho que pudiera hacer, de momento.

     

    —¿Tauro? —Llamé, sin embargo, en un giro inesperado, una de las brujas encantó todo el espacio alrededor con notas festivas, invitando a todos a celebrar el solsticio de invierno y el nuevo año— ¿todos? —repetí.

    • Me gusta 3
  15. Horas antes.

     

     

    En medio del invierno me sentía cómoda en el abrigo ceñido de piel color vino, pero a la vez existía tanta desconfianza en el ambiente, que parecía que el viento traía los cuchillos en el aire y cortaban todo a su paso. El pasillo principal ya estaba abarrotado de gente, si es que estaban todos ahí para evitar una guerra, me sentiría una traidora a la causa «demasiados humanos» pensé cerrando mis ojos en dos en particular, no obstante, la voz de mi acompañante me escoltó hacia un lado del salón, lejos de la tentación de sangre tibia; aquellos días eran complicados, la sed se multiplicaba y me sentía más lejana de la compasión.

     

    Mis intenciones estaban lejos de lo que se pudiera imaginar ahí, no quería intervenir en la discusión absurda sobre guerras o acuerdos de paz, tampoco estaba de ánimos para la sagacidad, pero tenía que guardar las apariencias y acomodarme lo mejor posible a la situación, y es que estaba ahí únicamente para seguir el rastro de las ubicaciones de los museos que se ubicaban en ambas naciones en disputa. Si la guerra se desataba, debían prever algún tipo de alojamiento o almacén para guardar las obras de arte que se exhibían en sus galerías, algún museo temporal, como el mío.

     

    Sin embargo la situación no me alegraba en lo absoluto, pues era consciente que en tiempos de guerra las obras de arte eran secundarias pues las vidas humanas tomaban prioridad «y no sería saludable mencionar mi punto de vista al respecto», fruncí los labios mientras me ubicaba en el asiento designado, a mi lado, Ice McTavish se ubicaba con una mirada más peligrosa que la de los funcionarios en cuestión. Sonreí por dentro recordando la poca gracia que le hizo acompañarme, la diplomacia le daba muy mal, él era un tipo de mas acciones que reflexiones.

     

    —Espero que el viaje haya valido la pena —confesé sin quitar la vista de los asientos de los funcionarios, pronto empezaría la asamblea— por cierto, eres el más leal Ice.

     

    —Lo sé—respondió el McTavish cruzando los brazos.

    • Me gusta 13
  16. Planilla de Compra​s Normales para Personajes:


    ID: 117776
    Nick: Fengari Naberrie Black
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) bóveda 108354
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: bóveda 101944
    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Fecha: 2019-11-23

    Objeto: Capa de Invisibilidad

    Puntos: 160
    Precio: 8000 Galeones.

    Objeto: Armario Evanescente

    Puntos: 160
    Precio: 8000 Galeones.


    Total de puntos: 320
    Total de Galeones: 16000

  17. ¿te asustaste? pregunté a la peliazul mientras ponía una mano en mi pecho y sentía como el aire llenaba mis pulmones, aun me sentía ligeramente agitada, pero con menos signos de morirme (? creo que alguien creyó que un poco de veneno en los dulces serian una buena broma.

     

    Aparté el plato donde había colocado mucho antes, unos dulces de la barra del buffet, empujé la bandeja hacia un extremo vacío de la mesa, subí la vista y noté que ya casi quedaban pocas personas alrededor. Entre ellos una madre con su hija y recordé el estrés que le producía a mi cuerpo retomar el tema de mi madre, de mi padre o familia, todo lo relacionado a mi herencia genética. Me prometí ignorarlo y me centré en algo más presente, sangre.

     

    si. Soy vampira de nacimiento creo, no estoy segura de cual de mis padres lo heredé explicar ésta oración, me recordó que había acordado conmigo misma dejar de ligar la conversación hacia mis padres, solo decirlo me provocó ganas de abofetearme. Rodeé los ojos sintiéndome patética por conversar conmigo misma mentalmente «estoy enloqueciendo» suspiré sonriendo y seguí bueno, mi padre adoptivo también era vampiro, y él me conseguía la sangre, humana. La sangre animal no me gusta tanto, prefiero evitarla concluí, pero entonces noté que la Munter tenía alguna duda más profunda sobre el tema ah sí tengo buenos contactos para conseguir la sangre.

     

    Sonreí nuevamente y me chupé los labios sintiéndome sedienta, esperaba que aquella sensación desapareciera pronto, aunque sabía de buena tinta que así de rápido volvería la sed. Entonces reí ante el comentario de Tauro sobre la pinta de sangre. No, y te aseguro que fue de lo primero que me percaté aquí.

     

     

  18. —Estoy bien, no te preocupes…

     

    Repetía mientras sujetaba el vaso de agua y lo bebía lentamente, contaba los sorbos, no quería atragantarme, pero casualmente un extraño dolor en el estómago me producía un ardor raro y la sed acrecentaba conforme pasaban los minutos. Mire a la bruja y comprendí que ella tenía razón, me estaba intoxicando. En ese momento no sabía cómo proceder, solo pensaba que Tauro y mi madre eran familia, y lo terrible que me parecía todo en ese minuto.

     

    La peliazul se levantó mi pulso se aceleró, sentía miedo y no sabía por qué.

     

    —Espera —le tomé la mano con fuerza y busqué velozmente con la vista mi varita, la aferre y encanté el vaso de cristal, convirtiéndolo en un bezoar. Lo tragué rápidamente esperando sentirme mejor. Cerré los ojos y aguardé a que haga su efecto, como siempre el sabor era terrible, pero su poder curativo era grandísimo— creo que me sentiré mejor.

     

    Suspiré sintiéndome como mi pulso se normalizaba, al cabo de varios minutos, podía respirar con tranquilidad, no sabía si era el bezoar había apagado un envenenamiento o si mi sistema nervioso se había alterado por sí mismo. Miré lo que estaba comiendo anteriormente y lo rechacé con la vista, mi estómago estaba harto de comida ordinaria, necesitaba sangre y eso lo sabía bien, por otro lado, esperaba que esa necesidad me mantuviera concentrada en mi misma y no en ella.

     

    —me siento mejor, perdón por asustarte. No sé qué me paso, pero ahora necesito un poco de sangre…

     

     

    @Tauro.

  19. Escuche mi nombre y empecé a desperezarme, aún tenía los ojos cerrados y una punzón agudo en la sien derecha me daba el buenos días. Bostecé y me rendí al sueño nuevamente, perfecto y cómodo. Entonces nuevamente la voz familiar me llamaba, intenté ignorarla, sin embargo la insistencia me sacó de mis casillas y tuve que impulsarme a sentarme de golpe lista para gritarle a quien fuese, que me dejara en paz. Abrí los ojos y separe los labios, cuando tomé consciencia de donde me encontraba.

     

    —¿qué pasó? —me tomé la cabeza con una mano, mi cabello se sentía ligeramente húmedo, mis manos tenían un extraño color gris artificial manchándome la piel, y mi ropa había desaparecido, pero aún estaba vestida con un camisón negro «¿por qué no tengo mi ropa?» la pregunta me aterró cuando divisé a lo lejos a otros magos en iguales condiciones. Miré a Nicole con terror por lo que podría decirme. Encontré mi varita al tanteo sobre una cómoda de roble, de hermoso tallado, expuesta al horror de la fiesta. Con la varita mágica, me calcé un vestido blanco que llegaba a las rodillas, y sujeté mi cabello plateado en una alta coleta.

     

    —¿cómo dejaste que pasara esto Nicole? —le reclamé, pero más que un reclamo, era una pataleta por el poco registro que tenia de la noche anterior, y peor aún, por haberme visto descontrolada o enloquecida. Sabía que tenía un lado oscuro con tendencias homicidas… vamos, todos tenemos cosas que ocultar, pero también reconocía que a veces me pasaba de intensa o…— Pudimos quemar la casa… ¿esto es normal? Porque no recuerdo que las fiestas terminaran así.

     

    Me lamenté la falta de cordura y me alcé del suelo atravesando el desastre que había quedado de la fiesta «noche de brujas, wallpurgis… diablos! ¿Qué paso aquí?» me preguntaba mientras observaba algunos muebles rotos y los cuerpos de otros brujos que aún no tomaban consciencia. Caminé a través de uno a quien no reconocía a simple vista, hasta llegar al escenario, donde algunos miembros de la banda estaban embebidos en alcohol y destrozados por el sueño. Sin embargo, entre los mismos, una figura en particular llamó mi atención.

     

    —¿Melrose?

     

     

     

    @@Nicole Evans Crowley@

  20. Dubitativa observaba mis manos, entrega a la distracción, cualquier cosa que mantuviera mi concentración en otros lados. Pero era inútil, sabia en el fondo de mí, que aquel secreto arañaba en mi garganta para poder salir, como algo tosco, algo que no era natural, algo que a veces me asfixiaba y se mezclaba con todo lo demás, con todos los problemas, y estaba harta de vivir así, ocultando algo que escapaba de mis manos, que me enojaba y me entristecía al punto de querer huir.

     

    Y ahí estaba, en el hogar de los Munter, rodeada de ellos y con una amistad que parecía tan sincera con la peliazul, tan real y tan efímero como el lazo que nos unía, tan presente y tan frágil que dolía—. Sí, me gustaría conocer el invernadero.

     

    La seguí y traté de reponerme, pero me sentía tan fría y me veía tan fría, muerta y sin esperanzas. Me esforcé por endurecer mi mirada, y empecé a alzar esa armadura que nos ponemos cuando sabemos que todo ira mal, me vestí de frialdad y me tragué el miedo. Y cuando estaba lista por contárselo, la peliazul me puso en alerta sobre una planta a la que casi rozaba con el brazo, la miré con atención, sus colores y el invisible veneno que contenía, letal. Mire hacia otra planta, fingiendo atención, escuchando a Tauro, mintiéndome a mí misma y considerando que tal vez las cosas podían terminar bien, al menos con ella. Me alenté a confiar.

     

    —Ok —me volví hacia Tauro mientras ella terminaba de redactar una carta —como sabes, nunca conocí a mis padres sanguíneos, me abandonaron apenas nací. No es algo que me agrade, no me gusta el papel de huérfana buscando la aprobación de sus padres. Mírame, incluso me veo… anormal —confesé tomando todo el valor posible.

     

    —Hace años, cuando trabajé en el ministerio de magia, como aurora, hubo un accidente con algunos dementores, muchos departamentos salieron de control y hubieron algunos saqueos, no documentados… y una esfera con una profecía llego a mí, de un desconocido, que hablaba de mis padres. Una est****a profecía que recitaba que yo... En fin. Creo que sé quién es mi madre, y creo que tú la conoces... es Anne.

     

    Entonces, escuché su voz, a la distancia, pero en el mismo piso. Tomé la mano de Tauro con fuerza, sin estar segura de cómo estaba asimilando lo que le decía— ella no lo sabe, o tal vez sí, no lo sé —y eso era lo que me enojaba a más no poder. Entonces sentí que volvía nuevamente a ser frágil y las lágrimas amenazaban con presentarse— te aseguro que no vine a exigir nada, yo solo… pero no sé qué hacer…

     

     

     

    @Tauro.

    @

    • Me gusta 3
  21. —México, genial —Sonreí asintiendo al grupo, y nos dirigimos hacia el siguiente stand. La elección era México, y aunque tenía algunos conocimiento básicos sobre su cultura y gastronomía, ésta vez quería ahondar más y conocer aquellos platos típicos y oriundos del país azteca, mas allá de los tacos, que eran muy preciados, esperaba descubrir nuevos sabores y otros platillos llenos de sabor e historia.

     

    Mientras caminábamos, observé varios pabellones de comida, y muchos grupos de magos que degustaban la comida que ofrecían, pero entre ellos, una silueta en particular llamó mi atención. Entrecerré los ojos esforzando la visión, a pesar de los dones dados por la naturaleza a cambio de ser un monstruo hibrido, la visión debía ser un sentido superior al rango, sin embargo la poca sangre ingerida me limitaba… no estaba segura si era él, el corazón empezó a martillarme y un suave cosquilleo en la yema de los dedos me obligaban a ir por él.

     

    Me mordí los labios y me separé del grupo en tanto conversaban, caminé rápido deslizándome entre las personas, pidiendo permiso o disculpándome por empujarlos, pero a pesar de abrirme camino hacia él, no lo alcancé. Sin aliento, por la emoción, miré hacia todos los lados posibles, sintiendo mis ojos humedecerse. «¿Dónde estás?» pero él ya no estaba ahí. Bajé la vista lentamente presionando mis puños, sintiéndome est****a. Y cuando por fin me convencí de que no encontrar al mago ahí, regresé al grupo.

     

    —¿Qué es esto? —pregunté agarrando una botella que decía mezcal, con una pintoresca etiqueta.

     

     

    @Tauro.@Anthony Ryvak Dracony

    • Me gusta 1
  22. —tu familia.

     

    Aquellas palabras las había repetido en mi mente, varias veces y despacio, como quien absorbe una dosis para perder la consciencia. Y así me sentí, débil y adormecida. En mi cabeza, muchos pensamientos rondaron sin cesar sobre lo que significaba que Anne fuera parte de la familia de Tauro, peor aún, su hermana. Pero en el estómago, sentía como si hubiera recibido un puñete que me quitaba el aliento. Observé a Tauro, esforzándome por escucharla, aunque las demás palabras no me daban ningún consuelo «¿Cómo reaccionará cuando sepa la verdad?».

     

    Aferré una de mis manos al borde de la mesa, sosteniéndome toda y aguardando no llamar la atención, aun sentada pero frágil, me mojé los labios con un vaso de agua y bajé la vista por unos segundos que parecieron horas, entrando y saliendo de un trance que no podía controlar, no quería controlar, estaba cansada de los problemas que se sumaban a mi situación, y cansada que el destino jugara de forma tan cínica con mi vida. Parpadeé varias veces y me obligué a retomar el control.

     

    Suspiré disfrazando el gesto como quien toma aire, e intenté sonreír— ya veo. Tienes una familia bastante “distintiva” —empecé a jugar con una servilleta mientras centraba mis ojos en eso— Y sobre el trabajo, ¿Dónde lo realizaríamos?

     

     

    @Tauro.

  23. Sonreí y miré encantada como la bruja comía el sándwich y disfrutaba del jugo, que había sido también su favorito. Parpadeé escuchándola y con el estómago satisfecho, me acomodé en la mesa colocando mis brazos sobre el borde de la misma, había cosas que realmente me apasionaban, y las pociones eran por distancia una de ellas. Así que aunque inventara mil y un razones para negarme, aquella propuesta sobre practicar pócimas era irrechazable.

     

    —ok. Como lo plantas no puede negarme —sonreí algo avergonzada, bebiendo un poco de jugo para evitar reír— realmente será un placer acompañarte en tu experimento Tauro.

     

    Entonces, un cambio en la conversación me desencajó y me quede unos segundos en silencio asimilándolo. Sonreí, como sonreímos cuando tratamos de mostrar seguridad, de esas sonrisas practicadas, y bajé la mirada hacia la manzana que aún no había tocado, la miré un poco y la mordí volviendo mis ojos a la peliazul, mientras tanto, mi cabeza ya estaba buscando las palabras que usaría para responderle. No quería mentirle, odiaría hacerlo, pero tampoco estaba lista para contarle “eso” que no me dejaba dormir tranquila.

     

    —si. Claro, es decir, me uní muy joven a cierto grupo de magos que tú y yo sabemos. En ese entonces Beltis era una de las líderes, la conozco de ahí y por supuesto jamás habíamos hablado antes. Y lo mismo con… Anne—mordí nuevamente la manzana y observé a Tau—. ¿Son tu familia? —pregunté esperando no confirmar mis sospechas.

     

     

    @

  24. —¿tamarindo? —repetí saboreando solo la palabra, ante la propuesta de Antoni, que me parecía de lo más extraño y curioso. Estaba encantada— definitivamente debemos ir por unos tamarindos enchilados, pues no lo he probado jamás ¿es un postre?

     

    Entonces volteé hacia Nicole, que estaba sentada junto a mí, y miré con curiosidad su plato, las empanadas se veían buenísimas, así que tome la de su plato y la lleve a la boca, mirándola con una sonrisa, forzando los límites de la confianza con mi hermana. —me gusta esto, ¿es una empanada mexicana?

     

    El saborcillo de la empanada era algo picoso pero con mucho sabor, como una suave explosión de sabores en el paladar, aunque la nota del picante era lo que más percibía, y si bien no estaba acostumbrada a él, realmente admitía que le daba un toque especial y diferente. Así que mientras los magos conversaban en la mesa, continúe comiéndolo. Me sentí dichosa en ese mismo instante, tenía en esa mesa todo lo que necesitaba; amigos, comida y una plática amena, realmente muy feliz.

     

    Cuando terminé de comer, observé a todos, conversando entre ellos, aunque quisiera, no podía evitar escuchar un poco de la conversación de Antoni y Tauro. La nostalgia se había hecho presente en el comedor. No imaginaba como se sentían cada uno de ellos, ni los problemas que podrían tener, pero comprendía perfectamente que cada persona era un mundo, y así como el momento feliz, corto pero lleno de amor, así también habían momentos oscuros donde la pesadumbre y la tristeza reinaba. Suspire un poco mordiéndome los bordes de la boda, tratando de pensar en algo para conectar nuevamente a los magos de la mesa.

     

    entonces, ¿ya decidieron a donde iremos a continuación? —Planteé animándome y esperando que los demás se animaran— como dijo Tauro, podríamos continuar con la zona de Latinoamérica o ir al otro continente. Yo personalmente aún no he ido por México ni Colombia, y me encantaría ir a ambos lugares.

     

     

    @@@@Nicole Evans Crowley

    • Me gusta 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.