Jump to content

Arya Macnair

Magos Expertos
  • Mensajes

    4.999
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    83

Mensajes publicados por Arya Macnair

  1. Abrió sus ojos como platos, jamás le había mentido a Oniria, y en el mero intento por hacerlo, ella la descubría, ¿Sería capaz de hacerlo ahora?, después de todo no estaba juzgando su persona, o todo lo que para ella misma representaba, solo sus nefastos ideales, ¿Pero quién era ella para hacerlo?, después de todo, malos o buenos, los Bandos solo se dedicaban a destruir vidas. Le dedicó una sonrisa algo torcida a la nada, pensando claramente lo que iba a decir, > Las pensó, pero se abstuvo de soltar aquellas palabras.

     

     

    — Mi niña .. El día que tu admitas que esto esta destrozándote, yo lo haré — suspiró.

     

     

    La situación la superaba, pero el cariño que le profesaba a la Haughton era mucho mayor a los problemas venideros, la paz y la tranquilidad que encontraba en su compañía, apaciguaban con creces todo el sufrimiento que luego provocaba el saber que ambas estaban en veredas opuestas. Sintió un extraño dolor en sus entrañas, como si algo estuviera punzando su interior, se contrajo levemente, quizás sería la noción de sospechar, que cuando el día llegara, y ambas se vieran acorraladas, ninguna de las dos huiría, pero tampoco podría hacer nada.

     

     

    Intentó serenar su expresión, aquello no tenía nada que ver con Oniria, llevaba semanas sintiendo aquello, más cuando se encontraba en presencia de su padre, o de algún miembro de la Orden, — Un buen amigo me dijo una vez, que hay ciertos riesgos por los que vale la pena morir .. — Susurró, de manera que solo la peliblanco pudiera oírle, pero esta vez, su tono estaba marcado de dulzura y condescendencia, — Yo soy tu problema Oniria, y tu eres el mío .. No podemos negar eso — prosiguió, levantando poco a poco la voz, — Pero eres MI problema, mío, yo lo afronto. No estoy dispuesta a morir aun, y solo lo haré si me dejas — dicho aquello, se sintió sumamente liviana.

     

     

    El comentario puso alerta sus sentidos, ¿Sería eso lo que había sentido?, aquello que la atravesó por completo momento atrás, no era posible, la Haughton estaba dentro de sus cabales, por lo que Allen debería estarlo también, ¿O se estaba equivocando?, negó con la cabeza, — Estrés — balbuceó casi sin voz, > dijo para si con firmeza, >, pero aun así, nunca había sentido tanta necesidad de encontrarse en compañía de un igual, >, comenzaba a ponerse nerviosa, ¿Sería la presencia de Demonios lo que le provocaba aquella extraña sensación en el interior?.

     

     

    — Le debemos mucho, como para ignorar su presencia ..— contestó a Oniria.

     

     

    En contadas oportunidades, dentro de las infinitas veces que los tres hubieron estado reunidos, Arya se había mostrado claramente afectiva con el Walker, por todo el aprecio que le tenía, por esa cantidad de cosas que despertaba en ella que nadie conocía, pero en esta ocasión, intentaría no arrojarse a sus brazos. No lo haría. Desvió la mirada hacia un lateral del lugar, donde la oscuridad lo era todo, — Ve por él antes de que escape de nosotras — intentó bromear, pero no sonó a eso, realmente no quería ahí.

    • Me gusta 2
  2. Sonrió, sonaría pretencioso, pero la preocupación de Oniria denotaba por el repentino suceso le dejaba en claro que realmente le importaba, tanto como a ella, -- A tal magnitud, imagínate .. Pero este no es un bueno lugar para ello -- comentó en el momento justo en que la situación se tornaba algo incómoda, ¿Era posible?, la joven Bruja abrió los ojos súbitamente, ¿Había oído bien?, aquello sería suicidio consciente, recordaba perfectamente lo que había sucedido cuando ella personalmente visitó la residencia Haughton, y ahora que todo cuadraba, comprendía porqué la habían atacado, aunque muchas cosas de ese día no le cerraban, y lo atribuía al tortuoso pasar que le aconteció luego.

     

     

    Aun se aferraba a sus hombros, a pesar de que el mareo quedaba en el olvido, clavó con más fuerzas sus dedos hasta el punto de sentir los huesos de la joven frente a si, le dio una ligera sacudida con sus ojos fijamente prendados a los de ella, -- !Jamás! .. Te repito, Jamás pises ese lugar, ¿Entendido? -- no lo decía solo por ella, lo decía también por su familia, no quería que volvieran a sufrir otro importuno por culpa de sus amistades, -- Podemos ir a otro sitio si gustas, incluso a tu casa -- proclamó, decidida, la Lockhart estaba aun más metida en el tema que Oniria, -- Recuerda que ya no eres solo tu ahora, Oniria .. No quiero que mi familia sufra -- explicó casi en un susurro, su amiga sabía en el rollo amoroso en que se había visto envuelta hasta hacia poco, así que esperaba que lo comprendiera.

     

     

    -- Hay muchas cosas de las que realmente me gustaría hablarte ..-- levantó la voz, y suavizo su agarre.

     

     

    Se acabó el jugo, y rápidamente pidió un segundo, -- ¿Soy solo yo, o este jugo es sabrosísimo? -- preguntó, cuando la respuesta tardía a su confesión le llegó, pero no a los oídos, aquello le llegó al alma, le costó asimilar que la Haughton le hubiera dicho que la quería, y le dolía mucho más que compartieran aquel amor tan fuera de seria, como hermanas, como un solo ente de paso en aquel mundo inescrupuloso. La sombra de una sonrisa afloró a su rostro, se dejo abrazar por la calidez de la muchacha, de su niña, de quien lo era todo para ella, se sintió tan bien, tan segura, pero aquella duda que la carcomía por dentro, la tenía distraída, más cuando el inminente acercamiento, le provocó un ligero rechazo en su interior, > Pensó mientras escondía su expresión de preocupación en Oniria.

     

     

    -- No estaba del todo segura -- Susurró en su oído, y se separó lentamente, -- Creo que debemos dejar de frecuentar este lugar de mala muerte -- inquirió riendo, tomando otro poco de su segunda copa de jugo, -- Déjame cuidarte si lo que dices es cierto, no seas reacia Haughton -- agregó, en un ligero tono de regaño, -- Esto será difícil, no podemos negar tal cosa ..-- su voz se tiñó de seriedad, -- Por eso, sea cual sea el momento .. Si yo te digo que te vayas, debes prometer que no me contradirás -- no quería que sonara a súplica, solo quería asegurarse de que el día de mañana, cuando una reunión amistosa, se viera interrumpida, ella no se pondría en riesgos por la misma, Arya no podía ir en contra de sus compañeros, pero tampoco podría alzar su varita en contra de su alma.

     

     

    --¿Crees conveniente que nos vayamos ahora? -- Preguntó, acabando por completo aquel jugo.

    • Me gusta 2
  3. Las palabras de Oniria una vez más le llenaron el alma, el Barman se acercó con jugo de frutas para ambas féminas, pero de repente su estómago se había cerrado por completo, -- Vivimos en un mundo distinto al de los demás, Oniria -- comenzó con voz calma, no hacía falta gritar, ni acercarse hasta donde la joven, sabía perfectamente que ésta, captaría sus palabras una por una sin olvidarse de una simple sílaba, después de todo, aquel era el Don que ostentaban los Vampiros. Recorrió la pista de baile, y observó cada uno de aquellos desconocidos rostros para hacer énfasis en sus palabras, -- Puede ser posible .. Que por lo que se espera de ambas, debamos ser enemigas -- Su rostro se hallaba apacible, había olvidado la paz que le traía estar cerca de aquella joven Bruja, aquella misma paz que descubrió al hundirse en su mirada hacía casi medio año atrás.

     

     

    -- Pero dime una cosa .. ¿Cómo puedes amar a tu enemigo? -- Era una pregunta simple, que no necesitaba respuesta.

     

     

    Quizás se podía mal entender, Arya mezclaba las palabras cuando se encontraba nerviosa, y lo estaba aunque no lo demostrara, la había echado en falta, tenía tanto que contarle, había intentado dejar a un lado los recientes sucesos que acontecieron el día de la Graduación de la Peliblanco, pero era en vano, regresaban noche tras noche, y ella simplemente no podía resistirlo. Soñaba estar exhausta en medio de una batalla finalizada, todos estaban muertos excepto ella, era terrorífico ver los rostros amigos inertes, sin vida en su mirada, máscaras adheridas a otros Magos Oscuros, igual de muertos; recordaba acercarse a una en particular, porque podía distinguir aquella pulsera de plata en su muñeca, la desesperación la embargaba al descubrir de quien se trataba, y su sueño finalizaba con un despertar exaltado y lágrimas de nueva cuenta en los brazos del Delacour.

     

     

    -- Te quiero más que a mi vida mi niña .. Y eso implica, que ya no puedo quererte -- Explicó, algo en su interior le provocó un escalofríos al sentir sus manos entre las de Oniria, su estomago se retorció como si hubiera algo dentro que exigiera la atención de la Haughton, -- Ya no puedo quererte Oniria .. Porque yo te amo -- agregó sin dejar de sonreír, -- Y es un amor que se cargará ideales, convicciones y creencias .. De alguna forma inexplicable, por tus venas y las mías corre la misma sangre -- aquello que decía era una locura, de seguro aquella joven la tomaría por loca, pero así lo sentía, la sentía suya, propia, como si hubieran llegado juntas a aquel mundo, hermanas, almas gemelas, como quisieran llamarle al asunto, ya no habría pena que valiera, mientras aun respirara y le quedaran fuerzas en su cuerpo, protegería a la Haughton con su vida, con todo lo que tenía a su alcance, y buscaría lo imposible de hacer falta.

     

     

    Le tendió la copa con jugo de frutas que estaba a un costado, -- Discúlpame si ya no quiero desenterrar este tema nunca más -- murmuró aun sonriente, arrugando un poco la nariz, extrañamente optimista, la felicidad le nacía desde dentro, era algo poco usual en ella, estar nuevamente en compañía de Oniria la había vuelto completamente feliz, le había devuelto el alma al cuerpo, y se rehusaba a caer en penumbras y arrastrarla con ella, la amaba demasiado, y sabía de buena fe, que si ella sufría, la peliblanco lo haría también.

     

     

    -- Cada segundo en tu compañía me alegra la vida Oniria .. Ya no quiero arruinarlo, solo quiero verte sonreír -- Confesó, llevando nuevamente su mano hasta la mejilla de la joven, y una electricidad le recorrió el cuerpo, era como una descarga de adrenalina, como si por un instante hubiera había un corto circuito dentro suyo. Su sonrisa de desvaneció, y llevó instintivamente ambas manos a los hombros de la Haughton con fuerza, sosteniéndose por unos instantes, reclinó la cabeza hacia delante, y la dejo así por unos segundos, con todo su rojizo cabello cubriéndole el rostro. Una vez recompuesta, se incorporó lentamente, -- Lo siento mucho ..-- balbuceó, -- Llevo semanas así, creo que es estrés -- dijo dando un leve toque en su cabeza de forma divertida, aunque un bajo de presión no lo era en absoluto.

    • Me gusta 2
  4. — Tonta de ti — Se dijo una vez más, hacia tiempo sus pensamientos no se conformaban con rebotar por toda su cabeza, sino que se deslizaban por su boca a oídos de quien las captara, por suerte, con la música hasta tal volumen en aquel sitio, nadie podía hacerlo. Desde aquel día, la Graduación de Oniria, en que su mundo se había puesto de cabeza, cuando estuvo a punto de rendirse, y él volvía a jalar de ella hacia la superficie, regresaba, cada noche al Baño averiado, esperando encontrarlo.

     

     

    ¿Porqué diablos lo hacía?, sabía perfectamente que no lo encontraría, no era sitio que frecuentara una persona como tal, tampoco lo era para ella, pero le traía tantos recuerdos que su cuerpo se veía azotado por sendos escalofríos; buscaba encontrarlo porque Allen era el único en quien podía confiar sus secretos, y hacía unas semanas, sentía que había algo más, algo malo dentro suyo, pero lo sentía, a la vez, ajeno a ella.

     

     

    Esta vez consiguió retener las palabras, no bromeaba cuando le dijo al Demonio que era una bomba de tiempo, que explotaría y muchas personas saldrían heridas; lo comprobó al oír los desesperados intentos del Walker por traerla de vuelta, Arya tenía ese aborrecible Don, llegaba a las personas de forma silenciosa, tocaba sus almas, las amaba, pero al permitirse esto último, las dañaba. Ella no era una persona capaz de amar, era dañina.

     

     

    Con la mirada perdida entre la multitud, la Lockhart sintió aquella tibieza de ser observada, levantó la vista lentamente, pero de manera repentina se vio envuelta en los brazos de alguien más, cerró los ojos y clavó sus dedos en los brazos de Oniria, aferrándose con fuerza; no la oyó, tampoco la vio llegar, pero conocía cada parte de su anatomía, cada aroma, cada cambio de respiración, reconocía los latidos de su corazón.

     

     

    — Oh Dios mio. Creí que me volvería loca si no te veía — Susurró escondiendo su rostro.

     

     

    Se apartó lentamente, muy a su pesar, había olvidado que nuevamente se había encontrado con Adryanie allí, — Quédate .. Ella ya se iba, ¿Cierto? — Inquirió fulminando a la muchacha con la mirada, para que desapareciera, y así lo hizo; se hizo a un costado, para que la Haughton ocupara el asiento a su derecha, — ¿Cómo haz estado? — preguntó intentando no hacerlo, pero le fue imposible, llevó su mano derecha hasta las níveas mejillas de la joven y le regaló una caricia.

     

     

    Había olvidado lo que era estar en su compañía, todo problema parecía escaparse de entre sus manos, como finos y delicados granos de arena, era el ahora, no había pesar del pasado, ni incertidumbre del futuro, aunque todo lo que le apesadumbraba le revolvía el estómago, llevaba semanas sintiéndose así, extraña. Levantó su mano llamando al Barman, pediría solo un jugo de frutas, no tenía intensión de que el alcohol arruinara aquella bella sorpresa.

     

     

    — Gracias — Susurró, esperando que Oniria no la oyera. Se le había hecho costumbre, agradecerle a él, por cada pequeña cosa que le hacía sonreír, después de todo, sería su forma de pagarle por todas las veces que salvo su vida, Allen se lo había pedido así, >

    • Me gusta 2
  5. Hospital Mágico ~ Oficina de Bodrik, con Kirara.

     

     

    Se hizo a un lado para permitir que Sherlyn se uniera a ellas, mientras comenzaba a caminar en dirección a la puerta de la Oficina de su prima, la seguirían a ella, pues sería quien les mostrara todo el hospital, una vez fuera, volvió a tomar a la joven del brazo, pero esta vez no fue por gusto, o para conducirla mediante el paseo, si no porque de un momento a otro se sintió mareada y estuvo a punto de caer, quizás sería porque había olvidado desayunar aquella mañana, ya luego tomaría un café con ambas féminas para contrarrestar el asunto. Una vez se sintió mejor, sonrió a Sherlyn para expresar que estaba bien, y el paseo comenzó.

     

     

    -- ¿Entonces comenzamos por el Ala de Psiquiatría? -- Preguntó esperando alguna otra sugerencia.

     

     

    Intentaba comprender en su interior, el motivo por el cual se hallaba reticente a visitar las demás Alas concernientes a Pediatría y Maternidad, el solo hecho de pensarlas, en su cabeza, le provocaba ligeros e imperceptibles escalofríos.

  6. 04:42 de la madrugada > :love: , posiblemente mañana muera porque mi señora madre esta por asesinarme u-ú . En fin. Esta vez hice dos :rolleyes: Solo para probar los efectos, Adri si quieres Blinkies para demostrar los errores, Pidemelos a mi xD jajaja .. Y ya como buena niña me iré a la cama, entregando esto, y sin deudas (?) Okno.

     

     

    Blinkie con Transición --> http://i.imgur.com/x2w7Z6S.gif

     

     

    Blinkie con Efecto --> http://i.imgur.com/Ypk7vtz.gif

     

     

    Edito: Dios anoche soñé con esto TT_TT Adri se que conspiraste en mi cabeza porque el segundo Blinkie estaba raro (?) xD

     

    Mejor este --> http://i.imgur.com/zNU1sEQ.gif

    • Me gusta 2
  7. Aquel sujeto le traía tanta paz, no podía hacerlo sola, lo sabía, pero luego de lo que pasó momentos antes de su ridículo desvanecimiento, ¿Realmente había sucedido?, ¿O había sido otra alucinación como la del Brandon?, no ahondaría en el asunto, no podía corresponderle por muy encantador, perfecto, atento y demás características que conformaran a Allen, ella se había negado al amor rotundamente, y al haberlo hecho, éste le había entregado su felicidad a medias; pensó en todas las personas que la rodeaban, aquel era el único amor que necesitaba, estaba consciente de que no mentía al decir que era una bomba de tiempo y que podría explotar en cualquier momento, ¿Qué hubiera sucedido si realmente sucumbía ante la oscuridad?, habría arruinado muchas vidas por su mero egoísmo, habría estallado.

     

     

    -- ¿Desde cuándo eres Doctor, Walker? -- Soltó recostando su cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, aun sonriendo.

     

     

    Abrió solo un ojo, escrutó la expresión en el rostro de Adryanie, el cual le causó algo de gracia, ¿Desde cuándo le preocupaba?, era socias, sí, pero siempre que tenían oportunidad chocaban y destrozaban todo a su paso, ambas féminas tenían personalidades muy fuertes, más al momento de discutir, aunque la clara diferencia entre ambas, era que la Lockhart era extremadamente sensible, por lo que acababa atacando a la joven en cuestión. Tragó saliva, su garganta seguía seca, efectivamente Allen tenía razón, necesitaba descansar, pero no quería preocupar a nadie, por lo que al llegar a sus oídos la palabra "San Mungo", se incorporó de golpe, volviendo a caer, de un instante a otro sobre la silla.

     

     

    -- Estoy bien Allen .. No exageres -- Sus mejillas se encendieron, la preocupación del Demonio aumentaba su aprecio hacia él, pero era todo lo que podía ofrecer.

     

     

    Tomó aire, los colores ya volvían a su rostro, aunque siempre pálido, sus labios rozados, sus ojos azules centelleantes, sus pequeñas pecas, no estaría completamente recuperada hasta que realmente descansara, pero no quería volver a casa, > pensó fríamente, -- Creo que con tomar un poco de aire me bastará .. ¿Adryanie me acompañas fuera? -- Preguntó con tono cansado, -- Quizás ... Quizás no sea buena idea que vengas .. Allen .. Ya no quiero causarte problemas .. -- Las palabras se rehusaban a salir de su boca, pero con un poco de fuerza, logró articular la frase, las misma fuerza que ejerció en su propio rostro para no volver a llorar.

    • Me gusta 1
  8. Hospital Mágico ~ Oficina de Bodrik, Con Kirara.

     

     

    Sonrió, — !Oh si!, Este es un lugar super agradable ..— Respondió ingresando a la oficina y jalando de Shirley hacia el interior, depositó un beso en la mejilla de su prima y a continuación esta cerró la puerta tras de si, — Toma asiento lindura — comentó a su acompañante de aquel día indicándole una silla, y luego, sin intensión de faltar le el respeto, le dio la espalda para mirar frente a frente a su prima, y guiñarle un ojo a Bodrik en tono cómplice.

     

     

    — ¿Qué te parece si le cuentas tu? — Preguntó a la pequeña Lockhart, con respecto a la última pregunta de Sherlyn.

     

     

    Luego se puso entre ambas dos, primero miro a una, luego a la otra, — Sherlyn .. Ella es mi prima Bodrik, quizás ya la conozcas .. Ella nos mostrará mejor la planta — Comentó haciendo fuerza para contener la risa, si bien al principio se había preocupado por el estado de su amiga, ya luego llegó a la conclusión de que Sherlyn era una joven feliz, alegre, y con un corazón enorme, por eso la quería, pero su trabajo se había tornado algo monótono y quería jugarle una broma.

     

     

    — Prima, quería mostrarle nuestro trabajo a Sherlyn — Explicó, aunque ya le había comentado algo por arriba en el castillo hacia unos días, — Y creí que sería lo mejor comenzar por aquí ... Pero ¿Qué te parece si vamos al Ala de Pisquiatría? — preguntó, con el rostro inmutable, si bien quería comenzar por las otras dos Alas, de momento no le apeteció pasar por la zona de Maternidad.

    • Me gusta 1
  9. La brisa acariciaba sus mejillas, el olor a salitre le llegaba desde no muy lejos, podía oír el ruido de las olas rompiendo contra las rocas, Arya no conocía la playa, pero siempre soñaba con ella, era su lugar feliz, a donde llegaba en momentos de mucho estrés; — ! Mami, Mami, vamos apresúrate, ya quiero verlo! — la voz de un pequeño niño se mezclo con el del mar, ¿Pero dónde estaba?, ¿Quién era?. Muy a su pesar conocía las respuestas, pero era imposible, — ¿Brandon? — llamó algo confundida, y como una ráfaga de viento ante ella se materializó una hermosa proyección de un niño, debería tener unos cinco años.

     

     

    La había llamado Mamá, la Lockhart sabía que eso jamás pasaría, ella no era tal cosa, pero lo amaba como si lo fuera, entonces, fue como si sus energías se hubieran recargado por completo, se sentía viva, fuerte, feliz, > la voz apacible de la Sacerdotisa resonaba en su cabeza, y de la mano de aquel pequeño niño corrió hasta el mar. En innumerables ocasiones, los desmayos producían aquel tipo de alucinación, realmente había vuelto en si, por la magia, por Allen.

     

     

    — ¿Allen que .. Qué sucedió? — Clavó sus ojos azules en el, reconociendo su alrededor.

     

     

    Asintió levemente, tenía la garganta seca, aun se sentía ligeramente débil, como una hoja de papel; se aferraba a la misma silla, a los bordes de la barra, y finalmente al Walker, el ardor en su frente, entre medio de los ojos volvía, expandiéndose por toda su cabeza, era cierto, mejor hacer movimientos lentos y precisos, gracias a dios no había bebido, o hubiera sido mucho peor. Finalmente apoyó su frente en el hombro del Demonio y analizó su pregunta antes de responder.

     

     

    — Como si hubiese sido apaleada por un Sauce Boxeador — musitó, sonriendo.

     

     

    Volteó sin despegar la cabeza de su hombro, ahora recostada sobre su sien derecha, entre cerro los ojos para descubrir la femenina silueta de quien se acercaba ciertamente alarmaba por lo que acababa de suceder, la pelirroja pensó que quizás pasaría desapercibido, pero nunca se tenía tanta suerte en la vida. Miró a Adryanie y volvió a sonreír, haciendo un flojo ademán para que no se preocupada, — Estoy bien, estoy bien — re afirmó, para que su socia le creyera.

    • Me gusta 1
  10. La expresión en el rostro de la Dumbledore era tranquila, se podía percatar de ello a pesar de los 8 metros que ahora las distanciaban, dio unos cuantos pasos hacia atrás, y con un ávido y sagaz movimiento, se impulsó con su mano izquierda y ya se encontraba sobre el escenario, al tiempo que su oponente desaparecía sus cuerdas, ésta se había dirigido al escenario, y no quería atacar desde abajo, así que ahora estaría iguales. Sonrió en modo de saludo, ¿Qué pasaría por su cabeza en ese momento?, hacía semanas atrás, Arya le había dejado en claro que la considerara su amiga, pero aquella forma de mirarla le daba cierta desconfianza.

     

     

    --!Silencius! -- Bramó, levantando su varita contra ella, justo cuando apuntaba a la Bola de cristal.

     

     

    Su varita lanzó el hechizo justo a tiempo, los labios de la Dumbledore se separaron para articular palabra más ni un sonido pintó el silencio, había acertado con su ataque, y le había impedido hacer, lo que fuere que intentaba hacer con su próximo movimiento, -- !Dumbledore!..-- dijo con voz firme, -- !Rompe paga! -- y le lanzó un simpático beso, de esos sarcásticos, era claramente un duelo, pero ellas no eran enemigas, podrían llegar a ser muy buenas amigas, incluso hermanas, la Lockhart quería a Groter como uno, por lo que ahora, ella sería su cuñada.

     

     

    -- !Morphos! -- Volvió a exclamar, esta vez, bajando un poco su mano y apuntando al torso de la joven Bruja.

     

     

    Su camisa color azul se transformó rápidamente en una avispa marina, adhiriéndose a la piel de su tocaya, e impregnando su veneno al simple contacto, éste, comenzaba a viajar por el torrente sanguíneo de su víctima, que de no curarse con antelación, podría sucumbir como consecuencia. Tarareaba la música a penas audible, con sus ojos clavados en su oponente, como si de una presa se tratara, pero solo era el momento, no tenía nada en contra de ella, la apreciaba de una manera que nadie comprendería, por salvar la vida de quien había salvado la suya propia desde el primer momento.

    • Me gusta 1
  11. El agotamiento que azotaba su frágil cuerpo provocaba que el tiempo a su alrededor pasara lento, las voces se tornaron graves, como monstruos asechando, las luces fueron cegadoras para su clara mirada, aferrada a las manos del Walker, ahora, ejerciendo cierta fuerza pues sentía que abandonaría su cuerpo en cualquier momento; la cabeza le comenzó a doler y sus ojos ardieron, aquel ardor se expandió hasta su frente y su nariz, una inminente migraña. Cerró los ojos con fuerza, por un instante, más cuando los abrió, no esperaba encontrarse con el rostro del Demonio rompiendo toda barrera de espacio personal entre ambos, > oyó la voz del Delacour en su cabeza, ¿Qué estaba haciendo?, !Dios Santo, se estaba dejando besar!.

     

     

    Solo oyó unas cuantas palabras de Allen, nuevamente volvía a sumirse en aquella oscuridad, solo que esta vez, sus demonios estaban dormidos, había sido la gota que rebalsó el vaso, sus problemas, sus pesares, los sentimientos guardados, los secretos que ocultaba, sucumbió ante la única acción en todo el universo con la cual se puede canalizar todo aquello y sintió como su cuerpo cedía por completo. Con ávido movimiento, llevó sus manos a las solapas de la gabardina del Walker en un intento por mantenerse en pie, -- Creo que no me siento muy bien -- susurró, y ya luego, el bullicio sonó apagado, las luces se extinguían, no había nada más, por un instante, se sintió en paz, se desvaneció lentamente, sumiéndose en un profundo sueño.

    • Me gusta 1
  12. Quinta Planta ~ Llevándose a Bodrik, ohShi B)

     

     

    Se preparó para salir, sostuvo a la pequeña Lockhart con todas sus fuerzas, no le quedaban demasiadas, había batallado, aunque quizás ella no lo supiera, había corrido hasta San Mungo para sanar a una de sus más grandes compañeras, y estaba cansada, pero lo que se había llevado claramente todas sus fuerzas, fue el estresante momento de verla sin vida; sintió como Bodrik se entregaba a su paso, y no pudo más que decirse a si misma que resistiera hasta llegar a casa, aunque sabía que después de todo lo que había sucedido no podría pegar un ojo, siquiera sentarse, no se separaría de ella ni por un instante.

     

     

    -- Vamos a casa -- susurró en modo de respuesta, aferrándose al cuerpo de la joven, para no dejarla caer.

     

     

    Atravesaron la Quinta planta, dando cortos y pausados pasos, llegaron a la recepción, y sin más, desaparecieron por la puerta de salida, irían a casa, ambas Lockhart, la pelirroja aun se sentía en deuda con su prima, sentía que debía decirle la verdad, pero Bodrik era tan frágil, tan sensible, no soportaría darle un nuevo motivo para que se dejara caer. Estaba dicho, lo callaría, todo lo que le fuera posible, y si notaba una nueva amenazada, se alejaría de sus seres queridos por un buen tiempo. Minutos después, ambas féminas habían abandonado el lugar, para aparecer, minutos después, en los terrenos Lockhart.

    • Me gusta 1
  13. ¿Estaba ciega?, aunque no le viera el rostro, sabía que aquella Mortífago se estaba mofando de ella, claramente en sus piernas no había nada que morphear, furiosa consigo misma, se aventuró a levantar su varita en el momento en que Mía lanzaba un ramo de rosas, -- !Sectusempra! -- bramó en el instante preciso en que Mía volvía a apuntar hacia ella, su varita dirigió aquel rayo verdoso, al pecho de la bruja, y abriendo profundas y sangrantes heridas, que de no ser prontamente sanadas, la llevarían a la muerte. Pudo ver, en el instante en que su hechizo impactaba de lleno en el pecho de Mía, el ataque de la misma le llegaba a ella, provocando unas violentas arcadas.

     

     

    > Pensó, sintiendo rápidamente el alivio en su estómago, había estado al borde de vomitar.

     

     

    Buscó con la mirada a su Lobo, aquel se mantenía distante a ella, expectante, esperando ordenes de la pelirroja, Arya ya estaba cansada, exhausta, aquella noche no podría hacer si paseo nocturno, por primera vez, caería rendida en su propia cama, los enfrentamientos la agotaban; --! Atácala! -- Bramó apuntando a Mía con su varita, pero mirando a su enorme Lobo Albino en las penumbras, este, corrió a toda velocidad, buscando a su objetivo, abrió sus fauces al llegar a ella, y las volvió a cerrar en derredor a la muñeca donde sostenía la varita, desgarrando cada centímetro de piel con sus colmillos, provocando un intenso dolor. Quizás, hasta la perdida de su varita.

  14. Observó como Mía transformaba un frasco en un Bezoar, y luego de ingerirlo se preparó para volver a atacar, movió su varita con rapidez, antes de que a la Mortífago se le ocurriera otra cosa, al tiempo que esta apuntaba a una mesa, y exclamaba un vitae, Arya contrarrestó al mismo tiempo -- !Morphos!- con su varita señalando la prenda que cubría las piernas de Mía, la cual pronto desapareció para dar paso a una Avispa Marina, que al mero contacto con su piel, impregnó su veneno, el cual entraría en su torrente sanguíneo y podría acabar con su vida en cuestión de segundos, si es que la afectada no hacía algo al respecto.

     

     

     

    --!Silencius! -- volvió a apuntar hacia Mía, esta, perdería el habla en su próximo movimiento, por lo que poco podría hacer,

  15. Notó como estuvieron al borde de atacarla, pero nada pasó, miro por le rabillo del ojo a una de sus compañeras, y le obsequió un guiño en forma de agradecimiento, era evidente que algo así podía suceder, estaba a la deriva, desprotegida, si su mentora la viera, lo más probable sería que le lanzara por la cabeza algo claramente contundente, que la hiriera por no ser precavida. Riendo por aquello cual niña, murmuró --!Avis! -- frente a ella, y en forma de escudo, una docena de bellas aves se materializaron para velar por la protección de la Lockhart. de esa manera, al menos uno de los flancos estaría cubierto. Aclaró su garganta, más por el momento no dijo nada más, canturreaba en su cabeza, para mantener la calma, ya lo había dicho hacia un instante, aquel momento era casi perfecto.

     

     

    -- !Morphos! -- Dijo de manera melodiosa, apuntando al mostrador que se disponía a unos cuatro metros de la entrada, donde ella se encontraba.

     

     

    Rápidamente, el mueble dejo de existir de manera celular, para dar paso a un enorme Lobo Albino, adulto. El mismo, con enormes y amenazantes colmillos, poderosas patas, una fuerza descomunal, sus pequeño y amarillentos ojos estaban dispuestos en los sujetos que serían su objetivo, los Mortífagos, pero por el momento solo sería mera protección, también. Medía casi metro y medio, y de seguro pesaba unos 90 kilogramos, era una bestia con sed de sangre, y su gruñido llenaba el aire, -- !Defiendeme! -- exclamó la Lockhart en dirección al animal, que levantando sus orejas, acató la orden.

  16. Observó como el negocio comenzaba a llenarse de personas, si es que a ese tipo de bípedos se los podía llamar así, sus auras oscuras le perturbaban, miró de soslayo a sus compañeras, temblaba de manera imperceptible, aquellos encuentros le ponían realmente nerviosa y se preguntaba si algún día lo tomaría de manera natural; aun así la adrenalina comenzaba a correr por su sistema circulatorio, generando ese habitual escalofrió que se paseaba por su nívea espalda. No esperó ordenes, o algún otro movimiento, levantó su varita de forma inmediata, apuntó a una Mortífago (Mía) y bramó - ¡Floreus! - , rápidamente su hechizo haría efecto, y lo notaría cuando Mía intentara utilizar su propia varita, de ella simplemente saldría un bello y aromático ramo de jazmines.

     

     

    -¡Silencius! – volvió a arremeter contra Mía, para silenciar su segundo hechizo, la mantendría indefensa, y atacaría cuando fuera el mejor momento. Sonrió una vez más, aquel momento era casi perfecto.

  17. La oscuridad de su habitación, carente por completo de luz, era lo único que la Lockhart veía, con ambas manos entrelazadas sobre su vientre, y los ojos clavados en el techo, ¿Dónde estaría?, ¿Qué estaría haciendo?, ¿Se acordaría de ella?, las preguntas se agolpaban en su cabeza y generan una ligera molestia, una futura migraña, estaba segura. Llevaba tiempo haciéndose aquellas preguntas, pero en las noches, cuando acudía a él, simplemente no se las expresaba, prefería que siguieran siendo su mártir, o quizás, lo único que la unía a aquel joven mago. Cerró los ojos para volver a imaginar su sonrisa, aquella que lejos de denotar dulzura, solo era completamente cínica, pero le encantaba.

     

    De repente, la habitación completa se iluminó, un Jobberknoll entró la por ventana entre abierta de la habitación, Arya abrió los ojos para verlo mejor, lejos de querer salir, se incorporó, tomó su varita y se acercó al Patronus de su querida Demon Hunter, -- Bien, comprendo – murmuró, suspiró una última vez y con una ligera floritura delante de su rostro, apareció aquella blanquecina luz que protegería su identidad. Cerró los ojos y pensó en aquel hermoso Negocio perteneciente a su abuela, Cye. En momentos nada más, se encontraba en las calles del Diagón, la brisa rozaba sus mejillas, podía notar movimiento dentro del lugar en cuestión. Caminó hacia la entrada, sus vaqueros gastados resonaban en el silencio que reinaba aquel sitio, cubriendo su torso una holgada camiseta, y sobre esta, una ligera capa de viaje.

     

     

    - Buenas noches señoritas - murmuró sonriendo a ambas féminas, pero quizás ellas no lo verían, llevaba su condenada luz.

  18. Las gotas de cerveza resbalaban por la lejana pared, Arya las observaba con detenimiento, pero más pareciera que su mirada intentaba ir más allá de aquellos muros de cemento, más allá de los terrenos de la Academia, siquiera más allá de lo conocido por el hombre. De repente, todo se tornó oscuridad, la música resonaba en sus oídos, pero era como si tuviera la cabeza por completo sumergida en agua, su corazón se había detenido y con él, el flujo de sangre, comenzó a tener frío, podía ver el vaho salir por su boca, pero nada más, >, rogó e imploró, pero no lo veía por ninguna parte, el ya no estaba, ella ya no estaba tampoco.

     

     

    Preguntó aquella voz en su cabeza.

     

     

    Podía sentir las manos del Walker con fuerza tomar su rostro, sus ojos inexpresivos no denotaban emoción alguna, oía las palabras de él resonar en su mente, contrarrestar a sus propias acotaciones, se sintió casi como aquella vez en los Jardines, salvo por un detalle, la pelirroja no tenía ánimos de luchar contra sus demonios en esta ocasión, cabía la posibilidad de que los dejara ganar, no tenía fuerzas, estaba derrotada por ella misma, por sus problemas, por sus penas. Se encontraba en un limbo, él no la dejaría caer, ¿Pero por cuanto tiempo la podría sostener, a contra de su propia voluntad?.

     

     

    >, ya no luchaba, por una fracción de segundo, las palabras de Allen le sonaron a promesa, por un instante creyó que le estaba prometiendo que estaría bien, y logró levantar la vista y ahogarse en sus ojos claros, un enorme peso aplastó su cuerpo de manera imperceptible en la silla donde se encontraba sentada, una oleada de sus propios sentimientos la embargó en ese momento, se estremeció, sentirlo poco a poco y aprender a convivir con el era algo, pero sentirlo todo de golpe, la devastó.

     

     

    > Murmuró a aquella voz en su cabeza, tenía razón, ¿Para qué vivir así?.

     

     

    La calidez en su espalda comenzó a aumentar de temperatura, comenzó a quemar su nívea piel, recordó las suaves manos de Brandon, sus pequeños ojos color miel, su cuerpo contra su pecho, los latidos de su fuerte corazón,su niño hermoso; recordó las palabras de Oniria, pero sobre todas las cosas, recordó que Allen no la había abandonado jamás, desde que lo conoció, y era el único que se había enfrentado a sus demonios. > tragó saliva y el bullicio de la música aturdió sus sentidos, estaba mareada, pero poco a poco recobraba la visión, su cuerpo se destensó y tuvo que aferrarse a la Barra para no caer de la silla.

     

     

    -- Entendido ..-- Susurró levantando la vista, sus ojos, aun algo perturbados, las lágrimas, aun empapando sus mejillas.

     

     

    ¿Qué había sucedido dentro de ella?, solo ella lo sabría, una vez más había dejado su cuerpo caer al abismo, y cuando la brisa acariciaba su triste rostro y sus ojos se clavaban en la lejanía, había sido jalada, una vez más, al borde de ese deprimente abismo, el Walker le había dado una lección de vida, un motivo por el cual no dejar de respirar. Cada día que pasaba se sentía más inútil, incapaz de hacer nada, pero él ... -- Te deberé la vida eternamente -- volvió a susurrar, cayendo en cuenta de que su interlocutor le daba la espalda, y quizás no la oía. Cuando se acercó a ella, hablando de Oniria, quiso huir, aun el tema le dolía, pero aun así lo escuchó.

     

     

    Respiró lentamente, varias veces, se tomo su tiempo y asimiló las palabras, sabía que él tenía razón, pero aun así le dolía, sabía que cada vez que se viera en un asalto, el pulso le temblaría al levantar la varita, pues tras esas máscaras estaría la razón por la que respiraba cada mañana y no bajaba los brazos, -- Ella es mi mundo -- expresó apesadumbrada, cuando Allen tocó el tema de los bandos, -- No quiero hablar de ello .. Menos aquí -- se aventuró a decir antes de la última frase del Demonio. Llevó sus manos hasta las de él, como solía ser al revés, cuando Arya estaba completamente fuera de si, y lo observó como se observa a quien salva tu vida en reiteradas oportunidades.

     

     

    -- Pues déjame decirte, que tu eres muy importante para mi Allen -- Exclamó con total determinación, notando que estaba completamente exhausta, y al borde de caer, pero aun así, con una sonrisa en el rostro, una vez más, el no la había dejado caer.

    • Me gusta 1
  19. Quinta Planta ~ Llevándose a Bodrik.

     

     

    Sus ojos se abrieron de par en par, y un escalofrío recorrió su espalda acabando en su nuca y provocando un temblor imperceptible en todo su cuerpo, aquel comentario dicho por la débil voz de su prima, ¿Y si realmente ella les hubiera dado acceso a la casa?, si realmente era eso, no se lo perdonaría jamás, se había liado con alguien que garantizaba su seguridad, pero como había comprobado recientemente y con el cuerpo de Bodrik consecuente, no garantizaba la seguridad de los suyos. No podía descartar la opción, por lo que, quizás, lo más sensato sería abandonar el castillo Lockhart para que no fuera punto recurrente de ataque.

     

     

    -- Si pasa Bodrik ..-- Pero lo pensó mejor antes de contar a su prima lo que le acontecía.

     

     

    -- Pasa que casi te pierdo -- se aventuró a decir, poniéndose en pie, sacudiendo el polvo inexistente de las rodillas de sus vaqueros, y acariciando el rostro de la pequeña Lockhart, -- Se que no tienes fuerzas aun, pero quiero llevarte a casa -- murmuró, sonriendo con dulzura, quería cuidarla, y ya, en la seguridad de su hogar quizás le dijera la verdad, lo pensaría en el camino de regreso, pues la posibilidad de herir a Bodrik con sus extrañas relaciones existía, y no quería hacerlo. Extendió sus manos para ayudarla a reincorporarse, manteniendo las fuerzas en sus piernas para poder, si era necesario, cargar con ella, -- Allí podrás descansar mejor, yo te cuidaré .. Y me dejarás hacerlo -- exclamó, con expresión severa.

     

     

    > Pensó, mientras buscaba la mirada de su prima. Pronto irían a casa.

    • Me gusta 1
  20. Sexta Planta ~ Área Tres ~ Alta de Mei (? Jamás.

     

     

    Un escalofrío le recorrió la espalda cuando Mei despertó, aquel sentimiento ajeno azotó su cuerpo y la desequilibró, llevaba tiempo alejada de los sentimientos y de las personas, solo se permitía estando a solas, recordar como era todo aquello, y algunas noches, cuando en vilo por culpa de una pesadilla, desaparecía de su castillo y acababa en brazos de aquel joven; > se regañó, apresurándose a acercarse donde la Delacour para volver a tapar su torso con la gruesa manta, -- Fuiste atacada Mei .. Lo siento. Protegiste a mi familia, todos están bien .. Todos salvo ..-- La voz de la Lockhart se cortó en seco y un nudo se formó en su garganta.

     

     

    -- Yo estoy bien .. Cometer acto de suicidio mientras estas tu, no es problema -- Comentó con una media sonrisa.

     

     

    No quería mencionar a Bodrik, apartó las manos de la manta, una vez la muchacha hubo reaccionado y la sostenía por cuenta propia, -- Lamento lo de tu ropa -- acotó dando media vuelta y acercándose a enorme mueble que se disponía en una de las esquinas de la habitación, meditabunda con la cabeza lejos de allí, y el alma en otro sitio completamente diferente, abrió varios cajones y tomó algo de ropa, era completamente normal, sudadera, vaqueros, cualquier cosa con la cual ella pudiera cambiarse en el trabajo. Volvió donde Mei y dejo las prendas a un costado, -- Ten, creo que tenemos la misma talla .. No puedes andar por ahí desnuda -- acto seguido frunció el ceño.

     

     

    -- !Jamás vuelvas a llamar así a la mejor Demon Hunter que tiene la Orden del Fénix, o te arrepentirás! -- Con cada palabra desafió a su interlocutora a reaccionar, quizás de esa manera entendería la admiración y el aprecio que Arya sentía hacia ella, todo lo que sabía, todo lo que era, se lo debía, en parte, a ella y a su esfuerzo.

     

     

    Con un movimiento de varita la puerta de la botica se abrió a su derecha, y suspendida en el aire, viajo un pequeño frasco con un líquido ámbar, -- Este tiene mejor sabor..-- dijo clavando, aun desafiante, sus ojos azules en Mei, -- Tómala en caso de que sientas algún dolor .. Pero si aun luego de ella, el dolor persiste, debes venir a verme -- aclaró tendiendo, ahora, la poción, posando sobre la ropa. Suspiró, deseosa por correr donde Bodrik, aquel día y el anterior habían sido horribles, la pelirroja suponía que esa noche tampoco dormiría en casa, observó de soslayo a la muchacha, apoyando sus caderas en el borde de la camilla, a su izquierda.

     

     

    ¿Sospecharía que llevaba casi dos meses durmiendo, noches enteras, bajo su mismo techo?, esperaba que no. Clavó la vista al frente, esperando que se cambiara, o dejara salir lo que en este momento se asentaba en el estómago de la Lockhart, > la estaba matando, -- Nunca se es lo suficientemente precavidos .. -- murmuró, no quería realmente que Mei se devaluara por una cosa tan absurda, como lo eran los Mortífagos, -- No pierdas en tiempo buscando la vuelta al asunto .. Ya vete de aquí.. Y deja eso, es un mal hábito -- regañó con un movimiento ávido de su mano dando un ligero toque en el mentón de la joven para que dejara de lastimarse.

     

     

    Extendió el alta, firmado ya por ella, y sonrió a la vez, jamás olvidaría a quien había traído nuevamente a la vida, estaba orgullosa de si misma, quien quisiese que la llamara egocéntrica, pero a ella no le importaría. Una vez la Delacour tomó el papel, en donde constaba que podía marcharse, en casi perfectas condiciones, -- Ya puedes volver a casa, este no es lugar para tan gran mujer como tu -- acotó, -- O puedes descansar un rato más -- hizo un gesto despreocupado con los hombros, y se incorporó dirigiéndose a la puerta. Sin más la abrió, pero antes de desaparecer tras ella, miró una última vez a Mei.

     

     

    -- ¿Sabes algo? .. Algún día espero ser como ella -- Dijo finalmente, a sabiendas de que entendería, y se marchó.

     

     

     

    Quinta Planta ~ Buscando desesperada mente a Bodrik.

     

     

    Cabello atado, bata ensangrentada, el rostro congestionado, había salvado la vida de una gran persona, se había soportado no romper en llantos, los nervios de punta, la cabeza estaba a punto de explotarle, el dolor en su pecho le cortaba la respiración; en el traspaso de plantas debió detenerse unas pocas veces para tomar aire y retomar la carrera, pues desde que había dejado a su paciente completamente sana, había corrido en busca de su prima, !Bárbaros, se habían cargado la vida de la persona que más amaba en el mundo!, no se los perdonaría jamás, pero no era momento de estar furiosa, o siquiera de reclamos, le preocupaba la vida de Bodrik, pues el último tiempo, en que se habían distanciado, solo había notado como el bienestar de la muchacha se deterioraba.

     

     

    -- !Bodrik, Bodrik! -- irrumpió olvidando el silencio que había que guardar en un hospital, en cada habitación.

     

     

    En el momento que abrió una puerta y la halló allí, tendida en una camilla, con poco color en el rostro, pero aun así respirando y con sus hermosos ojos verdes muy abiertos, el aire escapó de sus pulmones, todo por cuanto había callado, soportado u ocultado le paso, le cayó sobre su cuerpo y las piernas le cedieron. Caminó a tientas el último tramo que la separaba de su prima, básicamente se lanzo a un costado de su camilla, sin importarle la sanadora que tenía a un lado, luego pediría disculpas por la intromisión; -- !Dios mio, mi niña, que te han hecho! -- balbuceó completamente quebrada, aquellos seres habían jugado con lo más preciado para Arya, ya no habría clemencia.

     

     

     

    Hundió el rostro en el abdomen de la pequeña Lockhart, con sus manos afianzadas a las de ella, -- Perdóname, te ruego que me perdones .. Todo esto fue por mi culpa, yo lo se .. Dios santo, te podría haber perdido ..-- ahogaba sus sollozos en Bodrik, -- .. Por una tontería -- acabó por decir, levantando la cabeza, buscando la dulzura en la mirada de aquella joven, la luz de sus ojos, se suponía que debía cuidarla, Arya era la mayor, y solo acababa metiendo a todo quien amaba en líos, su vida era un desastre. Ese fue el momento en que notó, que aquello que tenia frente a ella, era su tesoro, lo que más amaba, una ser sumamente fuerte, pero aun así frágil, indefenso algunas veces..

     

     

    Secó sus lágrimas, y aunque aquel sentimiento desgarrador no se iba de su pecho, se obligó a estar entera para llevar a Bodrik a casa, cuidar de ella, mimarla, obligarla si hacia falta a que se recuperara, no le quitaría la vista de encima, el temor que había embargado su cuerpo al verla sin vida, aun le helaba la sangre, jamás sentiría algo semejante, porque no volvería a dejar que eso pasara, > pensó, era lo que se merecía, era un prototipo de ser humano, un experimento fallido que solo dañaba, era un desastre. Pero nadie se llevaría el honor de su familia desde arriba con tanta facilidad, y tampoco volverían a jugar con ellos.

     

     

    Estaba decidido, Arya Lockhart sería capaz de dar la vida por ella, después de todo, era su sangre, era su hermana.

    • Me gusta 4
  21. -- !Uno, dos, tres, cuatro..! -- La pequeña Lockhart contaba con la frente pegada al gran árbol y su gruesa corteza, --! Cinco, seis, uhm .. diez, dieciquince ..!-- Mucho no se podía pedir de una niña de cinco años, sus amigo se habían escondido ya, estaba segura, porque como todo niño tramposo había espiado, Bínfeyd y Groter habían corrido en la misma dirección, --!Oigan esta Prohibido entrar ahí! .. !Es el Bosque Prohibido! -- gritó con redundancia, pero ellos ya no estaban allí, aun podía oír las palabrotas de Binny y las risotadas de Groter.

     

     

    > Pensó mientras reía con gracia por las palabras de la pequeña Evans.

     

     

    --! Listos o no, allá voy! -- dijo al tiempo que se echaba a correr en dirección a los otros dos niños, la noche comenzaba a caer, y eso ciertamente la asustaba, a pesar de tener ciertas facultades, seguía siendo una niña, --! Lumos ! -- murmuró, y Sombra actuó de inmediato, era bueno que su varita la reconociera aun siendo una niña. Corría y tropezaba con las gruesas raíces que sobre salían de la húmeda tierra, de pronto, la poca oscuridad se vio abrupta mente consumida por unas hermosas luces danzarinas, -- ¿Dónde están?, !Bínfeyd si sales te regalo una mariposa! -- susurró, apuntando con aquella diminuta esfera de luz por doquier, mientras las demás luces danzantes llamaban su atención.

     

     

    Oyó una ligera vocesita sobre su cabeza, conocía era inocente risa, apuntó con su varita hacia la copa de un árbol, sonrió con algo de malicia y exclamó, --! Descendo! -- el hechizo surtió efecto, Bínfeyd caía lentamente de aquella corta distancia directo al suelo; no se haría daño, Arya no habría hecho eso de saberlo. Una vez su amiga estuvo en el suelo comenzó a gritar histericamente y a dar saltitos a su alrededor, -- !Te encontré, te encontré! -- canturreaba, pero aun faltaba Groter, --! Vamos Evans, aun falta el niño! -- dijo y los ojos le chispeaban de emoción y adrenalina infantil.

     

     

    Con Bínfeyd tomada de la mano, siguió corriendo, unos cuantos metros más, la llevaba flameando cual bandera tras de si, y al frenar en seco frente a un enorme árbol hueco en su tronco, ambas niñas se chocaron, --! Oye, cuidadito! -- murmuró la Lockhart sobándose la cabeza, con su pelirroja cabellera, -- Y ahora haz silencio .. Creo que Groter esta ahí -- susurró, caminando en puntas de pie, solo se podía oír el crujir de ramas y hojas secas bajo sus pies, la brisa nocturna acariciaba sus mejillas, y sin pensarlo dos veces dio un brinco hacia delante gritando a toda voz, --! Te encontré!, Yo gané, Yo gané -- Pero nadie respondió, aquel pequeño Groter, estaba dormido.

     

     

    Se dejo caer a un lado de su amigo, estaba exhausta por el juego, había ganado y eso la llenaba de dicha, los niños a la edad de cinco años suelen tener mucho espíritu competitivo, y la Lockhart, siempre lo había tenido, sonrió gustosa, y se olvido de todo por completo cuan la rodeaba, incluso de Evans, acomodó su pequeño cuerpo junto al de Groter y cerró sus enormes ojos azules. Poco a poco comenzó a sumirse en un profundo sueño, feliz, como todo niño lo era.

    • Me gusta 2
  22. En un instante pareció como que el sitio quedó completamente vacío, en ese Baño no había nadie, la música ya no sonaba ni aturdía, nadie empujaba ni gritaba, las luces estaban tenue mente encendidas, y entre cuatro paredes solo estaban ellos dos; lo sintió porque a pesar de todo el bullicio, el silencio entre ambos lo sintió como una punzada al corazón. A veces las palabras que escogemos para expresarnos son las adecuadas para nosotros, pero acarrean otras consecuencias, Arya oyó las palabras del Demonio, una por una, sin conexión una con la otra, o con su propia persona, al menos a su entender, ella solo necesitada sentir, o mejor y si era posible, morir.

     

     

    -- Yo solo necesito ..-- Pero no acabó la frase, ¿Sería el sitio y sus malos recuerdos?, comenzaba a arrepentirse.

     

     

    > Pensó, claramente el asunto estaba endemoniado, cayo en cuenta de que no estaban solos en realidad, estaban rodeados por cientos de personas, seres en su mayoría inocentes, la Lockhart estaba segura de que Allen podría controlarse, ¿Pero ella podría?, era la primera vez que sentía una calidez en su espalda, como una llovizna tibia bajando por su espina dorsal. Clavó sus azulados ojos en el Walker, aunque ya no sentía nada, siquiera tristeza, las lágrimas se rehusaban a dejar de salir, -- No puedo ..-- balbuceó, sentía como su cuerpo entero temblaba, seguramente de miedo, miedo a si misma.

     

     

    -- No puedo hacerlo .. Detente por favor -- suplicó aferrándose a los brazos del peliblanco, -- No podré controlarlo, no aquí .. Yo no quiero hacerlo en este lugar -- Parecía una niña aterrada, con esa expresión en su rostro.

     

     

    Desesperada, buscando la calma en los ojos de su interlocutor, apretando sus manos con más fuerza, -- Allen .. Allen no, yo ..-- ¿Que diría?, era lo que había pedido, pero sabía que las cosas se le escaparían de las manos, -- Por favor .. !Diablos, es que no ves que soy una maldita bomba de tiempo! -- farfullo hecha una furia, con la vista nublada. Por acto reflejo tomó su vaso completamente lleno, pues no lo había tocado, y con fuerza lo arrojó contra la pared, atravesando la improvisada barra, -- Explotaré y mis esquirlas herirán a muchas personas .. Personas que no lo merecen -- agregó perdiéndose en las translúcidas gotas de cerveza que resbalaban, a lo lejos, por la pared.

    • Me gusta 1
  23. Sexta Planta ~ Área Tres ~ Recibiendo a Mei :perv:

     

     

    --!No es cierto!, !Diablos no es posible! -- Maldecía entre dientes al tiempo que surcaba los pasillos de la Sexta Planta, se colocaba su bata blanca de Sanadora a tientas, casi corría en dirección al área de sanación, -- ¿Pero en qué momento? -- se preguntaba, era imposible, ella había estado ahí, pero le había sido más importante fijar su completa atención en su prima que en el resto de sus compañeros, se sentía egoista, pero casi llegando al sitio se frenó en seco, , lejos de sentir desesperación, pena, tristeza o siquiera culpa, se sintió dichosa. Pocas veces había visto a Mei en acción, o cruzado palabras con ella, pero la adoraba, más bien, la admiraba, ella formaba parte de los tres pilares fundamentales en la base de sus convicciones e ideologías.

     

     

    Abrió la puerta de par en par, casi sin aliento, dentro del box se encontraba el cuerpo inerte de la Delacour sobre una de las etéreas camillas de San Mungo, pensó acercándose lentamente hasta ella, no se lamentó, ni siquiera titubeó, dibujó el contorno de su rostro con la yema de los dedos, observando el semblante tranquilo de la ahora fallecida; giró sobre sus talones y se dirigió rápidamente hasta la botica que estaba en la pared, la abrió, y tomó una única poción, la de peor sabor. La dejo en una mesita a un costado de la camilla, entre buscó su varita, en los bolsillos de su bata, y con un simple movimiento retiró la ropa ensangrentada del cuerpo, así podría ver mejor las heridas.

     

     

    > Pensó reiteradas veces observando como las mismas cerraban lentamente.

     

     

    Limpió lo que restaba se sangre, suciedad, piel muerta y demás con unos paños húmedos, una vez el cuerpo estuvo, en lo que se podría decir un buen estado, lo cubrió con una gruesa manta, pues en los Hospitales acostumbraba a hacer frío y extendió su mano sin quitar la vista de Mei, buscando el frasco cuyo contenido la traería de vuelta. Despegó con cuidado los labios de la mujer para apoyar el borde del frasco, el líquido espeso de un color marrón con vetas verdosas comenzó a verterse lentamente dentro de su boca, con un ávido movimiento lo terminó y cerró su boca, el sabor sería insoportable, a veces pensaba que por eso regresaban a la vida, por lo asqueroso de la poción, y no por sus cualidades, las misma que le recuperarían la sangre perdida en batalla.

     

     

    Se alejó unos cuantos pasos y cerró la puerta tras de si con otro movimiento de varita, respiraba con tranquilidad, mientras los minutos pasaban y Mei no despertaba, comenzaba a ponerse nerviosa, ella no era solamente Mei Black Delacour, su Demon Hunter, era una compañera, y era la madre de una persona que había llegado a querer bastante. Apretó los dientes, pensando en la posibilidad de volver a realizar las sanaciones, quizás había hecho las cosas mal, --Ya perdí a dos .. Tu no serás mi tercera -- Susurró entre cerrando los ojos, --! Mei Delacour, te exijo que despiertes en este condenado momento!, !Abre los ojos y mueve su anatomía de aquí! -- exclamó con una sonrisa, -- !Este no es lugar para mi Demon Hunter! -- agregó. No era descaró, se atrevía a provocarla porque sabía que aun estaba inconsciente, jamás le faltaría el respeto estando en vida.

     

     

    Pequeñas ventajas del oficio. Luego de descargar lo que tenía dentro, por los recientes abandonos, solo esperó.

    • Me gusta 1
  24. Me aparezco en una nube de color (? Deberían ver mi cara de felicidad u-ú Creo sinceramente que debería tomarme una foto y subirla en el álbum >Mi cara. Para adr. Okno. Jaja. Por fin pude hacer uno de estos, ya no me siento inútil. Adry el inicio de la Tutoría fue genial, explicaste todo por lo cual podríamos tener una duda, imposible equivocarse así >Pero si vos te equivocaste Maca Sh! Calla boca. En fin, dejo la tarea, aunque no son tan buenos como los de Binny presumida, no mentira. Nos quedaron hermosos *o*

     

     

    http://i.imgur.com/4FhCSCs.gif

     

     

     

    ¿Se puede enamorar uno de algo así?, Estoy enamorada (?) :love:

     

    Adr. Presume a tus alumnos!

    • Me gusta 1
  25. Estaba sufriendo, como nunca lo había hecho, era imposible explicar con palabras cuando amaba a aquella joven, era un sentimiento puro, de esos que te duelen en el alma de tan inmensos e incontrolables, sentía que el aire le faltaba cuando ella no estaba, o simplemente se negaba a seguir respirando sin su motivo para hacerlo, Oniria. Antes de conocerla se había rendido, por completo, había querido renunciar a la magia, a su familia, a su gran amor, sentía todo tan inalcanzable, !Pero no!, la Haughton llegó para darle una buena sacudida, y volver sus pies a la tierra, no sabía que había pasado entre ellas, pero estaba segura de que el destino había atado sus almas, cruelmente, para siempre.

     

     

    Cerró los ojos ante el compasivo gesto de Allen, odiaba la compasión, pero en ese momento lo olvidó por completo, había intentado ser fuerte para no hacer una escena patética en aquel lugar y frente a una persona como él, pero no lo logró, simplemente las lágrimas rodaron por sus mejillas con más amargura que antes, sus palabras le habían frustrado, como un niño pequeño cuando se le prohíbe algo con lo que se encaprichó fervientemente. Sus labios se fruncieron para ahogar los futuros sollozos, -- Necesito .. Sentir .. Algo -- interrumpió encontrando nuevamente los ojos de su interlocutor.

     

     

    -- Por favor ..-- Suplicó, sintiendo la gota que rebalsó el vaso al tiempo que su cuerpo se estremecía.

     

     

    Esperaba al Barman, con el rostro entre las manos, apoyando sus brazos sobre la barra, aireada, el nudo en la garganta desaparecía lentamente a medida que las lágrimas brotaban de sus ojos claros, rodaban por sus rosadas mejillas y desaparecían en el abismo existente entre su cuerpo y el suelo, -- ¿Cuerdos y calmados? .. Ebrios querrás decir .. -- acotó con sarcasmo, sin mover su cabeza, ahogando sus palabras entre sus manos, el dolor, no le dolía, simplemente no podía detenerse, lloraba, estaba llorando frente a Allen, pero no sentía la angustia y la melancolía de aquella acción, ¿Estaba perdiendo humanidad?.

     

     

    Recordaba haber sido una niña feliz, criada por su abuela, junto a su prima, una niña recluida, hasta que comenzó a comprender sobre la naturaleza de Bodrik no había comprendido el porqué de su estancamiento en el Castillo, alejada de su madre, con la tajante ausencia de su Padre por asuntos concernientes al Bando; a medida que fue creciendo tomó la decisión de alejarse de su familia, desapareció un día así sin más y volvió con la edad de 21 años, hacía un año atrás. Arrepentida por haber creado aquella barrera entre sus sentimientos y el mundo que la rodeaba, cedió ante la tentativa, conoció a, ¿A quién conoció?, esa era la página arrancada de cuajo de su libro, se acercó a su familia, y dejo entrar a unas cuantas personas.

     

     

    Cada una de las personas que habían despertado algún sentimiento en la Lockhart, había sido, a su parecer, una cruel y repentina puñalada al corazón, por distintos motivos, no solo su vida amorosa apestaba, toda su vida en general lo hacía, y aquel fue el motivo por el que ya no había podido controlar aquellos instintos que tanto la atormentaban, hasta que Allen apareció en su vida, y le estaría eternamente agradecida. Necesitaba volver a levantar aquella barrera, y la única forma de hacerlo, era someter al alma a un dolor tan insoportable que acabaría por rendirse.

     

     

    El Barman regreso con dos grandes vasos, el pedido del Walker, y se había retirado con la bebida anterior de la Lockhart en la mano; Arya clavó la mirada en la casi transparente bebida frente a sus ojos, con el mentón apoyado sobre sus manos, en la barra, y sin mirar al Demonio exclamó, -- Necesito ese dolor -- así de simple, como si estuviera hablando de un vestido, o una receta, o la cosa más normal del mundo, le estaba rogando a quien se había tomado la molestia de salvar su psiquis, sin siquiera conocerla, que ahora le proporcionara sufrimiento.

    • Me gusta 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.