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Alba Ryddleturn

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Todo lo publicado por Alba Ryddleturn

  1. http://i.imgur.com/GF5snaK.png Y estaba en lo correcto, los lobos no se encontraban a simple vista. Seguí a Cindy como me lo indicaba. Vaya que tenían unos preciosos lobos, mientras la empleada me explicaba las especies que era cada uno, no me pude contener de acercar a las jaulas para jugar con ellos a través de la rejas. Esos animales eran lo más maravilloso que podía encontrar. – ¿La verdad? – preguntaba a la mujer – me gustan todos – decía sin dejar de jugar con mis dedos con ellos – por mí me los llevaría todos, pero no creo que fuese buena idea, dejarían muy desordenada la mansión Ryddleturn – reía. No podía negar que me había centrado en uno en específico, el ártico. Me había encantado su pelaje blanco como la nieve. En el magic mall no había de esos cuando había adquirido a Colmillo, por lo que ahora podía tener la posibilidad de tenerlo además de darle un amiguito a mi lobo. – Me llevaría en instante a este – le decía a Cyndi, mientras acariciaba el cuello del lobezno blanco – pero no puedo, porque estoy en horario de trabajo, y debo pasar por mas negocios – hablaba un tanto triste – pero volveré uno de estos días por él. Te lo prometo – la última frase la dirigía al animal. -Bueno, tengo que terminar lo que vine hacer – me alejaba de las jaulas – ¿me lo guardas? – le decía a la chica mientras salía hacía la entrada del lugar. – Me retiro, un gusto. Haré el hechizo al salir. Le dices a Katara que vine, y que ya está todo listo ¿si? – me despedía con un gesto de la mano, cerrando la puerta por fuera. Sacaba nuevamente la varita, alzándola a la altura de mi cabeza, para comenzar a salir de ella un hilo semi transparente que envolvió todo el local, dejando así las restricciones del hechizo anti aparición: - Los dueños del negocio podrán aparecer y desaparecerse en cualquier parte del local, con una persona si lo desean. - Cindy** y su hijo Billy** tienen el mismo privilegio, pero no pueden aparecerse con nadie. - Los afiliados o V.I.P. pueden aparecer y desaparecerse delante del mostrador que se encuentra en la pared enfrente de la entrada. - Los miembros de la familia Selwyn a diferencia de los afiliados a menos que lo sean no podrán aparecerse en el negocio, sin embargo podrán llegar por medio de la red flú que está en el castillo o en el negocio Ranas Lunares. También podrán usarla para salir. Eso sí, tienen derecho para desaparecerse del local. - Los demás visitantes solo podrán entrar por la puerta principal del negocio y no podrán desaparecer del mismo. Terminando por fin el trabajo ahí, guarde la varita, para caminar en rumbo de otro local que debía visitar.
  2. http://i.imgur.com/GF5snaK.png -Pero que torpe, disculpa, Alba Ryddleturn – le estrechaba la mano – como te dije, me perdí con tantos animales por mirar – una pequeña risita salía. Usualmente iba a mansiones, y lo primero que hacía era presentarme, pero esta vez, como sabía que iba donde Katara, me confíe de que me encontraría con ella, perdiendo por completo el protocolo que seguía habitualmente. Menos mal que no tenía a Roxanne detrás de mí sino de seguro me llegaba un regaño. Asentí con la cabeza a la chica, para seguir sus pasos hacia la chimenea. Quedaba un tanto más adentro del local, el despacho personal de Lyra. Un lugar muy tranquilo, sencillo pero bien decorado. – Si, llevas razón en tus palabras – afirmaba a la joven mientras entraba – apropósito, tampoco me has dicho tu nombre – reía – o por lo menos no lo recuerdo. Yo soy nieta de Katara – decía mientras sacaba la varita disponiéndome frente a la chimenea. -Comenzaré con la instalación – miraba por última vez a la chica, alzando levemente mis manos en dirección a la chimenea. Un pequeño soplido botaba, para hacer los movimientos correctos que harían que aquel local, quedara conectado con el castillo Selwyn y el negocio Ranas Lunares por medio de la red flu. Guarde a varita, saque un pequeño saco con polvos flu, para dejarlos encima de la chimenea. – Esto es regalo del departamento, para que lo usen un par de veces – le decía a la chica. No siempre dejaba en las instalaciones, pero como era mi abuela, tenía que dejar ese regalito. -Solo falta el otro hechizo – salía de la habitación. Mientras caminábamos, comencé a pensar en los animales que tenían, y me surgió una duda. Como estaba en el local, antes de irme, preguntaría. – Antes de hacer mi retirada – me apoyaba en el mostrador - ¿se pueden hacer pedidos de animales? Es que no veo lobos o es que están muy bien escondidos – miraba a mi alrededor – y quisiera saber si puedo pedir uno a encargo.
  3. http://i.imgur.com/GF5snaK.png Pronto la que era empleada del lugar me atendió. No respondí muy rápido, porque me había quedado observando la cantidad y variedad de animales que tenía el local de mi abuela. Realmente era un lindo lugar, tendría que volver definitivamente, pero esa vez sería en visita como cliente y no como visita por trabajo. -Ah sí disculpa, que me perdí en lo maravilloso del lugar – le daba una rápida sonrisa para seguir hablando – la verdad es que no es necesario que este Katara presenté – hablaba mientras buscaba en mi bolso el pergamino – vengo a instalar esto – por fin encontraba el formulario, y se lo pasaba a la mujer – ahí sale detallado, son red flu y hechizo anti aparición. Ya está todo cancelado, solo debo instalarlo. Lo que si necesito que firmes ese pergamino, porque como no está Katara, pues eso deja constancia de que vine e instalé todo – le pasaba una pluma. Mientras esperaba que me devolviera las cosas, dije. – Y solo faltaría que me indicaras donde se encuentra la chimenea, el otro hechizo lo realizo al irme de aquí – terminé de hablar con una leve sonrisa en el rostro.
  4. http://i.imgur.com/GF5snaK.png Después de un buen tiempo sin acción dentro del departamento, por fin había trabajo en terreno. ¿Lo mejor? Es que era un lugar conocido, negocio de Katara. No sabía que había abierto un nuevo negocio, ni siquiera era uno sino dos. Iba en camino al primero que me encontrara, porque la verdad es que no conocía la locación de ninguno. Ahí estaba el primero, la tienda de mascotas. Un lugar donde me sentiría totalmente cómoda admirando cada animal, de seguro me daba por comprar alguno, aunque con Colmillo mi lobo, me bastaba, pero hace un tiempo estaba pensando en comprarle un amiguito. Un lugar distinto. No era la típica tienda sino que estaba hecha como un verdadero jardín para que los animales se sintieran más a gusto, además de los propios clientes. No veía a Katara por ningún lado, pero si a dos personas hablando. Pude percibir que la chica era empleada del local, ya que le explicaba al mago sobre los animales. – Hola, disculpen ¿estará Katara? Soy empleada del departamento de transportes.
  5. Vaya a saber uno si lo que decía era verdad o solo envidia por sus compañeros al no quererlo por ser una persona sin mucho gusto por socializa con los demás. No podía juzgar sin antes conocer, por lo que solo escuchaba lo que el mago decía, terminando mi café y lo que quedaba de galletas, como lo había hecho él un minuto antes. Cuando tragaba lo que quedaba en mi boca, para poder hablarle, sin más se levanto y dijo que se iba. Lo miré boquiabierta sin tener que responder. – Esta bien, me debes la cena. Un día de estos me paso – fue lo único que respondí antes que se fuera. Me quedé pensando en la rara situación que se había producido, y en como uno llegaba a conocer a las personas en Ottery, por un simple choque, incidente o lo que fuese. Eso era lo bueno de mí, que no me cerraba a la posibilidad de entablar conversación si era posible, sobre todo con personas como Andrew, que era poco común de encontrar, que fueran tan sinceros sobre sí mismos, sin estimar lo que puedan pensar los demás. Después de unos minutos transcurridos, de reposar lo poco que había comido, y de ver el hermoso lugar en el que estaba, me di cuenta que el Potter se había ido sin pagar. – ¡Rayos! Maldito insecto – reía poniendo mis manos detrás de mi cabeza – bueno, la cena la pagará él, aunque tenga que obligarlo – decía en voz alta, dejando los galeons de lo consumido encima de la mesa, y algo de propina, para salir del local.
  6. -Bien bien, si aun falta, pero siguen pasando los segundos y sigo aquí – me encogía de hombros – tal vez no tienes amigos porque no entienden tu forma de ser, de momento te encuentro bien. Bueno, quizás que le haces a la gente que no te soportan – tomaba ya casi lo poco que quedaba del café - ¿Y donde trabajas que no te gusta? ¿Tan terrible es? ¿Tus compañeros o el jefe es el que te hace pensar eso? – me quedaba callada pensando en cuanta pregunta le había lanzado de una vez, pero de alguna manera había que sacarle palabras al chico. -¡Ah! Antes que se me olvide – expresaba mientras tomaba una galleta, y la llevaba a mi boca – con el funcionamiento de mi anatomía – terminaba de tragar – pues no creo que nadie te cuente de que trata, porque intento estar con gente que sea discreta, no que ande de bocón por la vida – hablaba sin tomarle mucha importancia a mis palabras, mirando el pedazo de galleta que tenía en la mano – pero por lo que veo, a ti te gusta andar jactándote de tus amoríos si dices algo como aquello – lo miraba directo a sus ojos – habría que preguntarle a alguna de tus presas que tan sin aliento las dejaste – miraba mis dedos.
  7. Era de seguir tal cual eran sus dichos. No habría invitación de nada si no pasaban los 5 minutos. Mi cara de desconcierto con cierta gracia al ver como la elfina se iba solo con el pedido que había hecho Andrew, hacía que la conversación se tornara interesante después de todo. – Esta bien, esperaremos que pasen los 3 minutos faltantes, pero me sigues pareciendo un tipo raro e interesante, no sé si te lo había dicho, creo que no – lo miraba sonriente. -En cuanto al tema anterior – colocaba cara pensativa – es verdad, si, no hay nada que no hayas visto en mí – mostraba con mi mano mi cuerpo – pero esto, hace una y mil maravillas que otras anatomías femeninas no hacen – hablaba de forma segura – pero eso es cuento de otro libro – terminaba sin mucha importancia tomando café. La elfina apareció al minuto con el pedido, es como si los tuvieran listos, solo llegar y llevar. – Ya van 3 minutos, señor modales – le bromeaba – si eres tan antipático, antisocial, supongo que no has de tener muchos amigos, porque además viniste solo a este lugar – lo miraba atenta – o es que esperas a tu princesa o algo por el estilo y ¿te estoy interrumpiendo la caza de algún corazón? – esperaba con cierta expectación la reacción del mago.
  8. Pequeñas sonrisas salía mientras escuchaba al chico. Lo primero que llamó mi atención fue su nombre. Otro Andrew; uno que conocía completamente, y el nuevo un total desconocido. – Me será bastante fácil aprenderme tu nombre – me encogía de hombros, sabía que el chico no entendería pero que mas daba explicar cosas innecesarias de momento – pues por lo que veo, más que antipático, eres medio chistoso para decir eso – mientras seguía tomando un poco del café – si fueses lo que dices, me hubieses mandado a volar desde el momento en que puse mis bocadillos en la mesa ¿no crees? – lo miraba tranquila – además que, si me conoces más de lo que crees, me viste en paños menores en aquel hospital o en realidad casi nada de ropa ¿Qué me vas a reclamar si quiero entablar solo una plática contigo? Tengo “cierto” – imitaba las comillas con mis dedos – derecho ¿no crees? – una media sonrisa salía de mi boca. El chico era medio raro, pero tenía algo que no todos tenían, honestidad por sí mismo. No negaba su mala conducta hacía los demás, pero de momento todo iba bien. – Bueno lo de las galletas – le mostraba una que acababa de sacar – solo era para compartir, tampoco es para que te las comas todas. Además hay suficientes para los dos – le acercaba un poco el plato – podemos pedir más si quieres u otra cosa – miraba hacía donde estaba la elfina que me acaba de atender - ¡Hey! – levantaba la mano – Si tú, ven – le hacía una seña para que se acercara – ¿puedes tomar el pedido del chico? Podrías pedir algo de inmediato para mí, si dijiste que me invitarías a comer – miraba un reloj invisible en mi muñeca – pues ya han pasado 2 minutos, y aun sigo aquí – abría grandes mis ojos mirando a Andrew – dime que hay para comer – me dirigía a la elfina en un tono amable.
  9. Escuchaba atenta cada palabra del chico, sin interrumpir. Lo miraba totalmente sorprendida con cada palabra que iba pronunciando. No podía creer que había hecho eso por una tontera como aquella. Eche a reír abiertamente cuando terminó. – Antoni Tonks – repetí, quedando en silencio unos segundos mirando el techo – mmm si, o sea lo recuerdo de la academia que lo vi un par de veces. Pero más allá de eso, pues nada mas – negaba con la cabeza observando al chico, intentando entender todo – no entiendo porque hizo eso él, porque la verdad es que no tenemos una relación muy cercana. Como te digo, ni siquiera he tenido oportunidad de cruzar palabra, solo lo conozco de nombre, ya que salí de la academia hace bastante tiempo, y las veces que lo vi, fue porque andaba vagando cuando curse un curso extra – le explicaba al chico, que tal vez ni importancia le daba aquello. -Debías tener bastante estima al chico para decir ese tipo de mentiras – movía la cabeza de arriba abajo – pero por tu tono de voz, creo que ahora no te llevas muy bien con él, pero bueno no es asunto mío – colocaba las manos detrás de mi cabeza. Me quedé unos instantes callada, mirando nada, para después mirarle. – Bueno, creo que cierto modo nos conocemos, aunque no de la mejor manera, podríamos empezar de cero ¿no te parece? – sacaba mi varita, para hacer levitar mi café y las galletas hasta la mesa – si quieres sacas, mientras te atienden – apuntaba las galletas mientras sacaba una, y tomaba un poco del café. -¿Empezamos? Alba Ryddleturn, ¿y tú?
  10. -No, de momento no quiero nada mas – respondí a la elfina que me atendía. Realmente ni sabía que mas ofrecía el local, solo iba en busca de mi abuela, pero que no le veía de momento. Me quedaría unos minutos disfrutando del bonito lugar, si no tenía éxito, volvería en otro momento. La elfina no demoró casi nada en volver con lo que le había pedido. – Gracias – le dije a la criatura, que además del café, venían unas galletas – tal vez, después pida algo mas, te llamaré – alcé mi pulgar. Tomaba la taza de café, y al alzar el brazo, un hombre choca conmigo, haciendo que derrame un poco del líquido. Dejé rápidamente la taza en su lugar, para ver quien había sido. Rápidamente recibí las disculpas pertinentes, por lo que simplemente alcé mi cabeza en signo de aprobación a sus palabras. Tomé una servilleta para limpiar lo que había derramado, pero me empezó a dar vueltas la voz del chico, y lo seguí con la mirada hasta donde se sentó. ¡Claro! Pude recordar de donde lo recordaba, él se había hecho pasar por mi padre cuando estaba en San Mungo con Anna. No lo había visto, pero recordaba perfectamente su voz. Terminé de limpiar el café, y me paré para dirigirme hasta su mesa, sentándome frente a él. -Yo te conozco, te hiciste pasar por mi padre cuando yo estaba hospitalizada en San Mungo – entrelazaba mis dedos apoyando los antebrazos en la mesa – no me digas que no es así, porque recuerdo perfectamente tu voz – lo miraba fijamente – ¿por qué lo hiciste?
  11. Me había comprometido a ir al local de Katara ya hacía bastante tiempo. Por diversos motivos no lo había hecho o es que simplemente de perezosa. Tal vez era más la última razón que por otra. Caminaba con un paso tranquilo por las calles de Ottery en busca del local, porque no recordaba con exactitud la dirección. Ropa casual era la que llevaba, gustaba de andar cómoda en mi diario vivir. Me bastaba andar vestida para trabajar o para ciertos acontecimientos especiales, pero para el día a día, vestía como me pegaba en gana, no había a quien impresionar. Por fin llegando al lugar indicado, entré calmada. Bastantes mesas ocupadas, por lo que fue un tanto difícil ver si se encontraba Katara en el lugar. Rasqué mi cien viendo que podía hacer, por lo que decidí simplemente sentarme en una mesa que estaba cercana a la puerta. Esperé a que un elfo o quien fuese me atendiera, hasta que por fin se acercó uno. -Un café helado – pedí sin más.
  12. Rol Guardianes Antes de decir algo, el mago saco de una oreja al elfo. Miré aquel acto sin mucho entusiasmo, solo esperaba sus respuestas. Era obvio que no diría nada si es que escondía algo, pero de igual forma no perdía nada con preguntar directamente, y ver cuál era su reacción. Rápidamente Darla le respondía a Nicolae, yo solo analizaba cada palabra del hombre. En un instante apareció otro personaje. En un reflejo, me levante de la silla con la varita apuntando pero sin intenciones de hacer nada, por escuchar cada palabra que decía el hombre. Por lo menos era conocido por Darla, y al escuchar su nombre, ya me era un tanto más familiar, un patriarca de la instancia. – Alba Ryddleturn – salada mientras bajaba la varita. Escuchar las palabras del nuevo Crowley llegado, tranquilizaban más que el primero, no tenía necesidad de mentir o si era así ya era problemas de ellos si querían protección de la marca o no. – Ciertamente Fokker, no me interesa lo que ustedes hagan en lo más mínimo – encogía los hombros – solo cumplo con lo que nos ordenan, tú sabes perfectamente de lo que habló – lo miraba desinteresadamente – y es como oyes a Darla, él por lo menos – me refería a Nicolae – no estaba en el registro que tenemos, por lo que nos hizo sospechar de él. Ya tenemos constancia al menos que están vivos – guardaba mi varita en la manga – muchos los creíamos muertos – colocaba mis manos tras mi cabeza.
  13. Rol Guardianes No alcanzamos a dar ni dos pasos a la escalera, cuando una vocecilla chillona hablo de repente. Sin bajar la varita, salía de mi cara una sonrisa burlona por las palabras del elfo ¿desde cuándo se comportaban así esos bichos? No tuve necesidad de abrir la boca, porque Darla rápidamente increpo al elfo ante sus dichos. Yo solo la miré tranquila, asintiendo con la cabeza ante sus palabras mirando al Hades, apuntando directo a su diminuto cuerpo para desmembrarlo si era necesario. -Es que yo lo mato – decía entre dientes a las siguientes palabras del elfo, cuando disponía a mandar un rayo hacía él, rápidamente realizaba una seña de que lo siguiéramos. Miro a Darla arqueando una ceja, pero no nos quedaba de otra que seguirlo. – No nos fiemos de este. No lo perdamos de vista ni un instante – bajaba mi varita, pero seguía fuertemente aferrada a ella ante cualquier movimiento extraño que hiciera. Nos dejó esperando. – Esto es verdaderamente extraño ¿no crees? – tomaba mi barbilla – habiendo gente, por lo que dice el elfo que traerá alguien, y también servidumbre ¿no nos abren la puerta? Extraño – miraba todo alrededor. Esperamos unos cuantos minutos, hasta que apareció un hombre. Se veía agradable, aunque nunca lo había visto. – Alba Ryddleturn – me presentaba al tiempo que tomaba la mano del mago. Me sentaba en uno de los sillones individuales, después de ver que las cosas iban un poco mejor, pero aun seguía un poco desconfiada de todo aquello. – Digamos que venimos a ver qué pasa con la familia – hacía una pausa mirando al Crowley – hace semanas que no se sabe nada de los patriarcas o de alguno de los familiares. Lo extraño es que, habiendo gente en el interior del castillo, no se sepa nada de ustedes – miraba dudosa al hombre – ¿no será que esconden algo? – no estaba segura si mi compañera de guardia conocía al mago, pero debía darme razón en que todo aquello era verdaderamente extraño. Gente en el castillo, y ¿sin saber nada de los patriarcas? Podría ser hasta un subversivo de querer poder.
  14. Rol Guardianes Darla me encontraba razón, por lo menos no todo lo que había dicho habían sido tontera. – Si, es muy raro que desaparezcan así como así, sin decir nada. Por lo menos avisarles a los líderes o a sus amigos cercanos – colocaba mis manos en la nuca. Iba a seguir hablando, cuando vi lo alarmada de la Potter Black. También había escuchado un ruido dentro, con mi condición de licántropo, tenía un oído muy agudo. – Si si ¿crees que de…? – no alcancé a terminar la frase, cuando la chica ya había abierto la puerta. -Bien, como quieras – respondía empuñando mi varita. La seguía tras sus pasos. No se veía nada ni nadie extraño, todo parecía desierto. – ¿Qué crees que haya sido eso? – preguntaba susurrando, pero se escuchaba realmente alto por el gran silencio que había en el interior – tal vez fue un elfo o algún animalejo – seguía caminando y mirando a todos lados sin bajar la varita. – Creo que deberíamos separarnos. Tú por la derecha y yo por la izquierda, si vemos algo extraño, pegas un gritó. Yo haré lo mismo ¿vale? Me disponía a seguir lo que había dicho, cuando casi sin dar muchos pasos lejos de Darla, se sienten unos pasos en el segundo piso. Me volteó para mirar a la bruja. – Es arriba, vamos – apuntaba con la varita el piso superior, haciendo una seña con la cabeza de subir las escaleras.
  15. Rol Guardianes Tomaba atención por si venía alguien tras la puerta, pero lo que vino era mi compañera. Una risa socarrona salía. – Vamos te demoraste un poco, no me quedaría esperando todo la tarde. Y no, nada de ella. Al parecer anda con estos – apuntaba a la mansión al no recibir respuesta de recibimiento. – ¿Cuánto tiempo crees que tengamos que esperar? – preguntaba a Darla, mientras me apoyaba a la muralla. Por lo menos ya no estaría sola para tener que inspeccionar el lugar si era necesario. Para mí, pasados 5 minutos, era suficiente espera para proceder a entrar sin más al lugar para saber que había sucedido con los Crowley. – Esperemos no tener que forzar la cerradura, sería mal augurio. No ando con ganas de malas noticias – miraba a mi alrededor – estas preparada, si es que encontramos algo… espeluznaaaante – acercaba las manos a mi cara, haciendo movimiento rápido con mis dedos. Volvía a mi posición en la muralla, para terminar agregando. – Si no viene Mery, deberíamos hablar también de que anda ¿desaparecida? Puede suceder algo en Ottery que no estamos enterados…
  16. Rol Guardianes Rumores, eso era lo que había en la boca de todos los mortifagos. Todos comentaban que era lo que pasaba con la familia Crowley, nadie sabía nada de ninguno de ellos hace semanas. Ni un pelo se había visto de ellos por ningún lugar oscuro, ni por las calles de Ottery. En una de las reuniones mortifagas, se hablo del tema, y se decidió ir en busca de respuestas. Se designo un grupo pequeño de magos dispuestos a inspeccionar el castillo, entre ellos estaba yo. Una misión un tanto difícil, si era de esperar encontrarlos en su hogar, de seguro estarían sin vida, de seguro a manos de los de la orden. Sería fácil reconocerlo, por alguna marca que dejaran en las paredes o en las afueras. Era lo que nadie quería encontrar, esperaba que simplemente no estuvieran, y que se hayan marchado de vacaciones. Llegando al lugar, espere unos minutos para ver si llegaban mis demás compañeros, pero como no se presentaron, no esperaría por ellos. Abrí la reja. No se veía nada raro en los jardines, todo se veía normal, bien cuidado. Caminé con paso firme pero lento, para observar si se veía algún vestigio de pelea, pero nada. Al llegar a la puerta principal, me dispuse a golpear con fuerza la puerta que me separaba de interior del lugar. Esperaba no tener que forzar con magia la chapa, para tener que inspeccionar el lugar.
  17. -Francia, el país de el amor y la pasión – hacía ademan con mi mano de tirar cosas al cielo, dejando salir de mi boca una gran sonrisa. Había estado de paso por ahí, cuando estuve de viaje, algo de noción tenía de aquel lugar. – De seguro aprendiste muchas cosas por allá – lo miraba divertida. -Tienes que pedir que te acepten primero, tal vez no tienes los requisitos suficientes, pero de seguro que sí – hablaba sobre el trabajo. Se veía que el chico haría una buena labor si llegaba al departamento. Tomaba otro poco del vaso, para centrarme en el chico que no dejaba de mirarme y de acercarse cada vez más. – Tú y tu forma particular de diversión… ¿no crees que es un poco atrevida y apresurada? Ni siquiera sabes si soy soltera o no, y lo peor de todo es que yo tampoco sé si tú lo eres – lo miraba con determinación – no estoy dispuesta a tener que lidiar con problemas de novias celosas que vengan a golpear mi puerta, porque además de salir mal paradas no tengo intenciones de batirme a duelo con nadie, no ando con aquellas intenciones de momento – llevaba nuevamente el vaso a mis labios – ya he pasado por eso, pero ahora no tengo ánimos de volverlo repetir – reía mientras recordaba aquellas pasajes de mi vida, pero ahora había llegada a Ottery para estar tranquila, dentro de lo que se podía.
  18. Pude percatar que el Ramsey emanaba un poco de nerviosismo ante mi acercamiento. Reía levemente al notarlo. Pero eso no duró por mucho, ya que este comenzó lentamente a acercarse a mí, para darme un beso. No me esperaba aquella reacción del chico tan pronto, siendo que estábamos recién comenzando una conversación más que nada para conocernos un poco más. No me negué a responder aquel atrevimiento que tuvo. Lo que siempre pensaba, es que esta vida era una, y había que vivirla plenamente, disfrutando cada momento, y era exactamente lo que hacía. Separándome levemente del chico, saboreaba mis labios descaradamente. – Mmmm, realmente no me esperaba esto. Besas muy bien – le decía, dando un pequeño toque nuevamente en la punta de su nariz – ¿Pero no crees que es demasiado pronto? ¿No deberíamos conocernos un poco más antes de hacer este tipo de demostraciones de cariño? – sonreía ante la escena que se acababa de dar. Me alejaba un poco de Dylan, para tomar el vaso del trago que acababan de llenar nuevamente. Tomaba unos sorbos para mojar mi garganta. – Retomando lo que hablábamos, me parece excelente que te postularas al departamento donde trabajo, porque de esa manera sí que nos conoceríamos mejor, y así tal vez darnos más demostraciones de… cariño – la última palabra la resaltaba con mi voz, para darle un mensaje al Ramsey de que todo se podía dar conforme transcurría el tiempo. -Debo agregar, que tienes un particular forma de divertirte, no pensé que fueses así. Pensé que eras un poco mas, recatado – dije sin darle mucha importancia, tomando un poco más del trago, y mirando hacía el techo.
  19. @@La Marca Tenebrosa tío Voldy! viste que te traje carne fresca? aquí arribita esta jo jo! Asi que algo de crédito para mi pliss! xD ademas de darle a bienvenida a Valeska, me paso para decirte que me cambies de la parte de aspirantes, o sea hello!!! ya estoy grande crecí crecí! jajajja. Ya saluditos marquita, y acepta a la nueva integrante @ValeskAndre
  20. Intentaba escuchar con atención al chico, ya que la música hacía perder la concentración rápidamente. – Si, en el departamento que estoy yo, que es el de transporte, necesitamos mucho personal. Podrías postular de aprendiz, de seguro quedas – respondía ante aquella duda del Croft. Ciertamente estábamos cortos de personal, y era necesario que se acercaran nuevos magos a ayudarnos, por sobre todo a Roxanne, que era la que se llevaba todo el peso de los exámenes con los novatos. Observaba cada movimiento que hacía el chico, sobre todo cuando llevaba su mano a mi hombro. Miré aquel recorrido. Algo sutil para mi gusto, pero viniendo de una familia tan conservadora, pues tenía que saberlo. Sonreía naturalmente a sus palabras. – No sé si quieres sorprenderme o algo con respecto a lo de diversión – reí sutilmente – pero está bien, entiendo a lo que te refieres con… – bajé un poco la voz con lo siguiente – lo de tranquilo y la seguridad – le guiñaba un ojo. Era preocupante estar en un local disfrutando de una buena bebida, compañía, y que aparecieran de la nada aquellos indeseables atacando a diestra y siniestra. Como el joven aun no llegaba a las filas mortifagas, era de obviarse que debía preocuparse por su protección, hasta a mí me daba cierto receló salir por ahí sola o con alguien de menor rango. Pero que más daba ¿si la muerte esperaba a la vuelta de la esquina? De igual manera moriríamos alguna vez. -Con que más encima te haces el misterioso. Habrá que descubrir algo de ti esta noche digo yo – una sonrisa de lado aparecía tras mirarlo. – A mí me divierten muchas cosas – bebía el resto del trago que quedaba, dejando el vaso en la barra, haciendo una seña al barman para que volviese a llenarlo – como por ejemplo – me bajaba del taburete para acercarlo un poco más al lado del chico. Sentándome, dejando mi rostro frente al del chico a solo unos 25 centímetros de distancia – saber qué es lo que lo que hay dentro de cabecitas que quieren hacerse las interesantes – tocaba suavemente con mi índice su cien, mostrando una leve sonrisa traviesa.
  21. -Antes venía seguido, pero desde hace tiempo que no me aparecía. Ando con bastante trabajo en el ministerio, por lo que no me da mucho el tiempo para divertirme, pero hago todo lo que puedo – respondía al chico. Era agradable hablar con él. Esperaba que siguiera así todo, y que pudiésemos divertirnos juntos. Bebía un poco más del trago, y sacaba mi chaleco que cubría mi torso guardándola en mi bolso, dejando ver una blusa sin mangas blanca, estaba un poco caluroso. – ¿Te gusta salir a este tipo de lugares o es que solo viniste porque nos quedamos de juntar? – terminé la pregunta dándole un pequeño toque en su nariz con el dedo. – Es que se te ve que seas un chico de salir mucho por este tipo de locales o es que solo este errada… - le propinaba una pequeña sonrisa de lado – Los Croft se ven una familia muy seria, por eso te lo preguntó. Es lo que recuerdo cuando fui al castillo aquella vez que nos vimos – levantaba las cejas, bebiendo un poco más del vaso. -Si estoy mal, pues dímelo, será interesante saber qué es lo que te divierte – no quitaba mi mirada y la sonrisa del chico.
  22. Miraba a mí alrededor, las pocas mesas con gente que compartían cada uno en sus propios asuntos. Cómodamente en el taburete de la barra, disfrutaba del trago, mientras movía la cabeza al ritmo de la buena música de fondo. Una pequeña sonrisa salía de mi rostro. Me encantaba salir a buscar un poco de diversión por mí misma, aunque fuese solo tomando algo para luego marcharme. Un toque en el hombro me sacó de mis pensamientos. Se me había olvidado por completo que había llegado ahí para juntarme con el Croft. – Oh vaya, para nada – besaba su mejilla en signo de saludo – que bueno que llegaste – decía fluidamente, demostrando que solo lo esperaba a él. – Qué bien que llegaste animado, pidiendo de inmediato algo para tomar. Yo ya estoy ello – sonreía, mientras mi boca se acercaba al vaso – ¿Te costó mucho llegar aquí? Que está un poco oculto el lugar, pero es bien tranquilo por si te das cuenta. No tanta gente, buena música. Esperaba que el chico pasara un buen momento, y que todo se fuera dando con el pasar de los minutos, conocernos un poco más. No lo conocía más que la vez de la cena en el castillo de su familia, pero me resultaba interesante poder saber más de él. Nunca estaba demás saber un poco más de los que serían futuros colegas de bando, y tal vez, quizás algo más, si las cosas se daban. Un poco de diversión no le venía nunca mal a nadie, menos a mí.
  23. http://i.imgur.com/GF5snaK.png Tomaba grandes bocanadas de aire mientras seguía apoyada en la muralla. Pasaban los segundos, y aun no aparecía nadie en la puerta. – Esto es lo que odio, esperar – me hablaba dando un poco de entretención a mi espera. Movía mi cuerpo de la estructura, para disponerme a golpear nuevamente, y por última vez. Estaba a punto de tocar la madera, cuando esta se abrió, y un pequeño orejón estaba tras ella. Me quedé mirando por unos segundos con cierta sorpresa. Parecía bien amable la criatura. – Ah sí – saliendo de mi ensimismamiento – Necesito hablar unos asuntos con alguna de tus amos, más bien uno de los patriarcas – miraba hacía dentro a ver si encontraba a alguien caminando por ahí. – Mmmm, ¿me dejarás pasar? – y sin más, di un paso hacia dentro, quedando junto al elfo. – Me quedaré aquí esperando, mientras vas por alguien – acomodé la escoba a la muralla, y mi cuerpo también.
  24. Hacía tiempo que no salía a divertirme o a tomar algo por algún lugar de Ottery. Tenía ganas de distraerme, pero no sabía con exactitud a donde ir. Di varias vueltas buscando el lugar indicado, hasta que recordé el local de Anne. Si era el lugar perfecto para estar tranquila tomando un buen trago. Colocando mi mano en la gran puerta del local, apareció el logo para darme la entrada. – Perfecto – así era la música ambiente, y el lugar en sí. Unos segundos me quedé en la entrada, mirando todo, para luego dirigirme directo a la barra. – Tanto tiempo Zeta, supongo que no me has olvidado – le decía al hombre detrás de la barra. – Un mojito cubano. Ya sabes – guiñándole un ojo. No esperé mas de 5 minutos para que el trago ya estuviese en el mesón esperando ser bebido. – A tu salud – alcé el vaso bebiendo un poco del líquido – Ideal como sabes hacerlo – sonreía al barman. Aquella tranquilidad que tenía ahí, disfrutando de un buen bebestible, era lo que necesitaba. – Esto es vida – decía al aire, acomodándome en el taburete.
  25. http://i.imgur.com/GF5snaK.png - ♪ Vagando por las calles, mirando la gente pasar (la gente pasar)...♪ – cantaba mientras iba volando en mi escoba - ♪ … el extraño de pelo largo, sin preocupaciones va ♪-. Ya iba casi a la mitad de la lista de las mansiones de Ottery. Aunque había varias en las cuales no hubo respuesta, sería que todos estaban de vacaciones o trabajando, vaya a saber uno. Tarareaba mientras iba descendiendo a la entrada del jardín del castillo. Ya con los pies en tierra, la escoba bajo mi brazo, saqué de mi bolso el pergamino con la lista de las familias. – Bien, es lo que falta. Empecemos – guardando de nuevo el papel, y tomando la escoba, caminé decidida a la puerta. Golpeé con fuerza las grandes puertas, para poder ser escuchada por quien fuese, pero sin duda esperaba a algún patriarca. Mientras esperaba, me apoyaba en la muralla continúa al marco.

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