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Aailyah Sauda

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Todo lo publicado por Aailyah Sauda

  1. Sauda escuchó con atención a ambos caballeros, compartían la pérdida de algo valioso que les fue arrancado sin previo aviso. Ella misma siempre retrocedía sobre sus pasos, recordando sus años mozos, aunque jamás tuvo que pasar por el mismo calvario que sus alumnos. Cada cabeza era un mundo, cada núcleo encerraba una fuerza diferente, podía ser constructiva o destructiva y eso dependía de la persona que la tenía entre sus manos. — La mente humana es un universo plagado de diversos cambios, muchos de ellos suelen ser desconcertantes para el que los experimenta—la mujer dejo sentir su voz con dureza. El cuestionar su aspecto físico, no les daría la llave para abrir la puerta correcta y dar con el secreto o secretos que ahora estaban lejos de su alcance. La propuesta de Orión, no le hizo la más mínima gracia a la Arcana, porque no estaba acostumbrada a las comodidades que el joven mencionó con soltura. Vivía dentro de un espacio plagado de todo tipo de vegetación y fauna diversa, animales corrían libres por los alrededores siendo la compañía idónea para la Tanzana. — Antes de crear barreras mentales, sería sensato analizar que propició que un intruso se colará en sus mentes—se cruzaba de brazos mirando a ambos. La red de un pescador estaba creada para atrapar a los peces, pero si está presentaba alguna clase de daño, no sería posible pillar con éxito la caza de ese día laborable. Era insensato imaginar que con solo cerrar los ojos las respuestas que buscábamos, alargarían una mano amiga y les liberarían de la tortura mental a la que solían estar sometidos los que no sabían como proteger de forma efectiva sus recuerdos y memorias. Crear barreras mentales, no era una tarea sencilla, todo ese proceso requería de una dedicación entregada por completo por parte del aprendiz de la Oclumancia. Años y años de aprender a como sortear los obstáculos que los magos legeremánticos, colocaban como señuelo para tumbar de bruces a los oclumantes. Una sola palabra activaba la barrera elegida por el Oclumante, pared, muro o como decidieran llamarlo. Quedaba en ellos la sabia elección, contrarrestar con éxito el daño causado, aunque muchas veces no se pudiera recuperar la información hurtada. — Piensa que lo que te han robado, ya no te pertenecía del todo—expresaba mirando los cristalinos ojos de Hess—Velo de este modo, imagina un inmenso rompecabezas, plagado de piezas que le dan una forma definida y detallada, pero que con el tiempo algunas de ellas, ya no encajan como deberían y pierden el sitio que se les asignó en un comienzo—avanzaba por el camino, invitándoles a seguirla. Sanaba muchas veces el soltar los recuerdos que nos anclaban al pasado, aunque la estima que se sentía por dichas experiencias, solía complicar ese proceso. — No existe una taza de té disponible de momento, pero si se pone en marcha con lo que he mencionado—carraspeó para aclarar su voz—Puede que la buena suerte le sonría, Señor Yaxley—desviaba sus ojos hacia su interlocutor. No le quedaba la menor duda de que aquella experiencia enriquecería a todas las partes inmiscuidas en ella, la posibilidad de aprender de sus pupilos nunca quedaba del todo descartada por Sauda. Esperaba que su perorata despertará aún más el interese de los hombres, ya que estaba ahí no solo para enseñar, sino ante todo para ser una guía y en el momento preciso lanzarlos hacia el portal que los probaría de una manera no tan delicada. @Hessenordwood Crouch @Orión Yaxley
  2. Sauda había tenido tiempo suficiente desde que la última Oclumante saliera vencedora de su prueba, tanto, que se vio sorprendida cuando en medio dela preparación de unos Mandazi, se vi encerrada en el pensamiento de un nuevo aprendiz. Hessenordwood se veía, de cierta manera, ansioso, apurado, presto a conocer y recibir lo que la Arcana pudiera brindarle sin saber realmente qué era eso; por supuesto, aquello hizo que se sobrecogiera en una sonrisa y dejara su momento de repostería de lado, ya volverían los tiempos de calma en los que podía, con esos ligeros detalles, recordar un pedazo de su propia historia. Su siguiente discípulo se encontraba en una llanura, en una búsqueda para ocultar algo. Sonaba contradictorio, pero era lo que su gesto le decía. Apareció a escasos metros de él, sin mover un sola hoja de césped, sin un sólo ruido. Curiosa de ver como alguien tan grande parecía realmente pensativo por algo que no tenía forma: sus memorias. Pequeños hilos de plata que podían ser diluidos con sencillez en un Pensadero, que pasarían desapercibidos si se colocaran al lado de él. Carraspeó suavemente para hacerse notar. — Ya lo ha hecho, señor Crouch —respondió sonriendo aún sin verlo directamente a los ojos—, aunque presiento que no necesitas encontrarme a mí en esta pequeña aventura que se ha autoimpuesto. Sea bienvenido. Hizo una ligera reverencia con la cabeza, dejándole ver a medias el tocado típico que cubría la totalidad del cuero cabelludo. La Oclumancia, el poder cerrar la mente a otros como si de un cajón con llave se tratase no podría obtenerse sin el conocimiento exacto, sin la aceptación de lo que se desea ocultar. Ese paso era el que a veces separaba a los aspirantes de los oclumantes al final del camino. Esperaba con sinceridad el éxito de todos sus discípulos, pero sólo dependía de ellos. @@Hessenordwood Crouch
  3. Buenas tardes, tengo el agrado de informar que Zoella Triviani es una nueva Oclumante dentro de la sociedad mágica.
  4. La morena observó desde la zona central de la isla a Zoella, quien parecía divagar cada tanto entre su agotamiento el cual aumentaba con cada paso que daba más cerca a la gran pirámide. Ella ahí, en silencio sostenía el anillo de aprendiz que otorgaría a la bruja en cuestión, cuando esta hubiera arribado al lugar, luego de cruzar el laberinto. No intervino en ningún momento, aun cuando pareció que la mujer le llamaba, esperó, solo espero con paciencia. Ella lo lograría, de eso estaba segura. Con calma se paseó de un lado a otro, a medida que sentía como su pupila se veía más cerca de la pirámide, siendo esta la prueba más dura a la que se enfrenta en aquel lugar, sin distinción alguna. Sauda esperó, percibiendo la angustia que Zoella guardaba pero de la que parecía no percatarse, o quizás ignoraba. La arcana vislumbra como cerraba su mente, como debatía sus pensares con cada prueba y como seguía aun cuando sentía que su cuerpo se derrumbaba. Y finalmente la observó correr hasta donde ella se encontraba parada. Una sonrisa fue todo lo que le otorgó por el momento, mientras esperaba que se calmara. Analizó su expresión, pero se cayó cualquier pensamiento en torno a eso y prosiguió con lo que el protocolo de las pruebas indicaba. Le entregó el fino hilo plateado que sería su anillo de aprendiz, y superada la prueba se convertiría en su anillo de Oclumancia. - ¿Lista para enfrentarse a la gran prueba? Con consciencia de que será impredecible lo que dentro pueda ocurrir, tu deber será superarla con lo aprendido de Oclumancia, y lograr vincularte exitosamente - pronunció lentamente, comenzando a caminar al interior de la pirámide, a donde el Ouroboros estaba. El portal de la Oclumancia se encontraba abierto, a la espera de su nueva víctima. - Si te sientes en peligro, toca el anillo. De yo ver necesario traerte, lo haré y tendrás otro intento una vez crea conveniente - finalmente agregó para dar un paso al costado y dejar libre entrada al portal.
  5. Hacia relativamente poco que había estado en aquel lugar, aunque el tiempo para ella no discurría del mismo modo que para los demás. La única diferencia para ella en aquella ocasión, y en todas, en general, era la identidad del pupilo al que llevaba hasta el Portal de las Siete Puertas. Esa vez, su acompañante era Zoella, una hábil joven que incluso había intentado engañarla durante sus clases mostrándole respuestas faltas a los interrogantes que Sauda buscaba en su mente. Aquel había sido un gran punto a su favor. Ahora se encontraban junto al lago que las separaba de la isla que albergaba la Gran Pirámide. Sauda miraba fijamente al otro lado, sin ni siquiera parpadear. Estaba totalmente concentrada en sus pensamientos. Antes de poder presentar la verdadera prueba, Zoella tendría que llevar al salón circular que albergaba el famoso Portal, para ello, Aailyah había dispuesto cuatro retos por el camino que debía seguir para alcanzar su objetivo que la pondrían a prueba de varias formas, relacionadas o no con la Oclumancia, para que demostrase que estaba preparada para afrontar lo que vendría a continuación. En primer lugar, debería atravesar el lago que los separaba de la isla. Había un bote de madera en la orilla con un par de remos, que podría usar para ello. Lo malo era que, cuando se subiera al bote, Zoella se vería privada de su magia y tendría que avanzar con el bote de forma muggle, remando. Con eso, probaría que su resistencia física hacia justicia a la resistencia mental que habría de demostrar luego. Cuando alcanzara la orilla, se encontraría con un frondoso bosque que albergaba en su interior la Gran Pirámide. Encontraría varios senderos, aunque ella al principio no sabría que todos conducirían a la misma entrada, y le mostrarían las mismas pruebas. Cuando entrase en el, encontraría un sendero con un montón de telarañas que cruzaban el camino de lado a lado. Para atravesarlo, debía usar las manos, su magia seguiría limitada hasta finalizar la prueba, al tocarlas, una toxina entraría en su organismo y le embotaría en el cerebro haciéndole perder el rumbo, debía cerrar su mente con la habilidad que Sauda le había ayudado a desarrollar, la Oclumancia serviría también para aquel tipo de ataques, debía crear una barrera en su mente para que las toxinas desaparecieran de su cuerpo. Cuando superase aquel trecho, podría avanzar hasta toparse con un montón de Doxys, que la pondrían en apuro, debía deshacerse de ellos y encontraría el próximo desafío, consistía en simplem,ente continuar su camino hacia adelante sin dejarse llevar por las ilusiones que Sauda crearía en su mente en ese punto, haciéndole pensar que debía torcer en varias direcciones, fueran cuales fuesen, perdiendo así el rumbo justo cuando estaba a punto de alcanzar el final. Si lograba cerrar su mente ante el ultimo ataque de la Aailyah, Zoella podría entrar en la Gran Pirámide. Estaré esperándote al final de todo esto... Y simplemente desapareció como una ilusión.
  6. Excelente, Zoella, has estado muy bien para tus intentos le dijo con sinceridad en un tono neutro y calmado. Se había llevado las manos a la espalda, entrelazando los dedos para hacer más cómoda su postura. Dio un par de pasos a la izquierda y luego volvió a detenerse, mirándola fijamente a los ojos. Espero que entiendas que no será suficiente. No has sido capaz de bloquear mi ataque hasta que no he amenazado con ello... Pero tienes que conseguir mantener esa concentración en todo momento, por doloroso que sea el recuerdo. la observó. ¿Qué necesidad hay de que nadie averigüe lo que piensa a cada momento? No tienen porque ser cosas trascendentales, o recuerdos de su pasado que podrían ocasionarle problemas en el presente. Tiene que estar preparada para que su mente sea una caja fuerte, impenetrable en cualquier momento... Nadie pedirá permiso para entrar en tu cabeza. Guardó entonces silencio, dándole así un poco de tiempo a la joven para que pensara en lo que acababa de decirle, y, además, para que asimilara sus palabras y pudiera preguntar cualquier cosa que no le hubiera quedado clara hasta el momento. ¿Deseas emprender el viaje hacia tu prueba final? preguntó en su mente Es solo el principio de una gran aventura. @@Zoella Triviani
  7. En ocasiones se podría asegurar que Sauda cargaba con una profunda melancolía, porque si había algo que la delatara a a pesar de estar empleando todo el poder de su anillo, eran sus bellos ojos, estos parecían siempre estar tristes, como si nunca hubiese sido feliz en su vida, pero lo cierto es que ella revivía lo que sentía cada alumno. Recorrió cada uno de sus recuerdos, intentando conocer cada detalle de la mujer, pero sentía como ella los rechazaba y reprimía, sin lograr superarlos simplemente. Conforme pasaban los segundos, aquella idea cada vez se fue difuminando más de la mente de la Arcana, del lugar que había creado y no solo no tenia intención de hacerle daño a Zoella, de hecho, ese era otro de los motivos por el cual había aceptado enseñar su habilidad, creía que podía hacer la diferencia en sus alumnos. Ahí, en el medio de su mente, es donde se conocían realmente a las personas, donde dejaban de lado todo aquel caparazón que con los años habían armado y frágilmente volcaban sus sentimientos, la Triviani no era más que otra bruja cargando con el dolor de un amor no correspondido y la perdida de infantes. Intenta respirar profundo, y cuando veas un recuerdo que intenta dañarte, crea una especie de protección a tu alrededor... Enciérralo, demuéstrales que tienes el control en tu mente, serás una poderosa Oclumante si logras dominar esa técnica. habló, su voz sonaba como un eco dentro de su mente. @@Zoella Triviani
  8. Zoella aún no estaba lista para que supiera su verdadera identidad, por lo que no respondió cuando ella creyó adivinar. Se dejo llevar hacia los recuerdos que quiso mostrarle, siendo estos sorprendentemente distintos a los que acababa de presenciar. No era aquello lo que necesitaba para superar la clase, sino de verdad enfrentarse a esos recuerdos que con ansias espantaba de su mente. Debería regresar a sus momentos desagradables y la acompañaría en eso. No alteres tu respiración, cariño. intento calmarla mientras tocaba su pulsera de cuentillas. Nuevamente veía los recuerdos de su alumna, aquellos dolorosos momentos que la habían tirado abajo tiempo atrás, pero que la habían llevado ser quien era en ese momento. La compasión pudo reflejarse en el semblante de la Arcana, no por pena ante lo que veía, sino por el hecho de que Zoella aún no lograba aceptar que ella era capaz de lograr aquello que se estaba proponiendo, las trabas mentales eran muy comunes en nuevos aspirantes a la Oclumancia. Legeremens dijo en modo imponente, llevando a la joven bruja hacia el recuerdo del brujo con cabellos dorados, hacia aquel rechazo, vivir nuevamente aquella situación que tanto le molestaba. Sauda se esfumo como un espejismo, dejándola sola, con la mera posibilidad de escapar de aquella ilusión, que ella creería vívida. <<Si eres capaz de cerrar este capitulo de tu vida, podremos avanzar a la siguiente fase...>> menciono en sus pensamientos. Ella tenia fé en su alumna, en todos a decir verdad, y sabia que lo lograría. @@Zoella Triviani
  9. Recorrió cada uno de sus recuerdos, intentando conocer cada detalle de la mujer. Sentía como ella los rechazaba y reprimía, sin lograr superarlos simplemente. Los duelos no resueltos eran mal aliados. Zoella debería lograr realmente superar cada uno de esos momentos si deseaba lograr su cometido. Toda persona se constituía no solo por el desarrollo de aquello que tiene en su interior, sino en la aceptación de las situaciones y vivencias. El rechazar quienes eran, que vivieron, que les había pasado para que estén exactamente en ése lugar, solo conduce a no ser verdaderos... Ella debería aprender a aceptar antes de poder ocultar su mente a los demás. Solo podría ocultar aquello que acepte, y no intente rechazar de si misma. Esta vez solo entraría en sus pensamientos si ella se lo permitía, no porque no pudiera hacerlo, sino porque prefería solo inmiscuirse con su consentimiento. Parecer ser que usted es una mujer decidida... comento apenas moviendo sus morenos labios Y no hay, ni existirá nada más poderoso que eso, querida. bajó lentamente las manos hasta tomar las de ella, intentaba darle la confianza y quitarle cualquier atisbo de duda. Solo si ella se mostraba tal cual era, Sauda iba a permitirle conocerla también. Ambas se transportaron hacia un lugar blanco, el fondo del inconsciente de Zoella, donde retazos de sus vidas pasadas irían apareciendo como una tropilla enfurecida de caballos. La mejor manera de poder Ocultar tu mente, es encerrando cada uno de esos recuerdos en diferentes puertas, debes respirar profundo cariño, y concentrar toda tu energía en proteger aquello que tanto anhelas. Puedes fracasar en el primer intento, no temas, estaré aquí para tí, cuidando que nada te haga daño. comentó Aailyah en su mente. @@Zoella Triviani
  10. Candela demostró aún más destreza de la que Sauda había visto durante la clase con ella. Aailyah se encontraba sentada sobre una roca, los pájaros piaban y eso era una dulce melodía para los atorados pensamientos de la Arcana, el poder estar conectada con muchas mentes a la vez, podía llegar a ser algo colmante, como era costumbre ella tocaba las cuentas de su pulsera de colores, algo nerviosa podría decirse por nuevamente estar haciendo que la vida de sus alumnos pendiera de un hilo. Excelente... pensó al ver como la gitana se quedaba dormida, como su mente se desvanecía. La bruma del lago estaba cumpliendo su efecto, de quedarse dormida, o perder el conocimiento, aparecería nuevamente en la orilla. Mientras las Doxys revoloteaban y se escondían entre las ramas de los arboles, la almadía se movía por entre medio del lago gracias a su fluviales, al paso del viento y sin apuro de llegar a la orilla. ¿Como lograría detenerlas? era una gran pregunta y Sauda estaba ansiosa por verlo.
  11. Candela había partido mediante el portal que la Arcana había conjurado, contenta por otra futura Oclumante en la sociedad, sonrió. Se encontraba dentro de su cabaña, sentada sobre el suelo mientras inhalaba una de sus infusiones, los sahumerios inundaban con sus débiles estelas de humo toda la habitación dando una sensación de paz y tranquilidad a quienes la visitaran... Sauda era una de las ancianas más pacificas, que preferia que todos sus alumnos se regodearan de tranquilidad y confianza. Aailyah se concentró en la presencia de Zoella, en la mente de la joven bruja mientras ella intentaba apaciguar sus pensamientos y mantener una actitud serena... La Arcana la saludó y la invito a que pasara dentro de su hacienda. La recibió con los ojos cerrados y una gran mueca en sus labios demostrando una sonrisa amable, Sauda no emitía palabras, todas sus conversaciones eran mediante su mente, para así agilizar el aprendizaje, darles una introducción a sus pupilos y estar atenta a sus intenciones. Bienvenida sea usted, Zoella... mientras la bruja sin cabello caminaba hacia el interior Siéntate frente a mí, bebamos algo de té y platiquemos un rato antes de comenzar con tu aprendizaje tomó un pocillo de té y vertió contenido rosado dentro de el , han sido días muy arduos, y aún no logro despertar al joven que se encuentra fuera durmiendo, espero que eso no te haya causado impresión, me disculpo. Era maravilloso. La bruja era realmente fuerte y había demostrado la capacidad que tenía para defenderse de incursiones mentales y físicas al mismo tiempo, así que Sauda estaba impresionada y feliz al tiempo, aunque su expresión no delataba nada de eso. ¿Que la trae por aquí, señorita? @@Zoella Triviani
  12. Habían llegado a través del portal que Sauda había creado, allí junto al río del bosque donde le gustaba recibir y adiestrar a sus pupilos en el noble arte del dominio de la Oclumancia... Candela la había acompañado, tal y como le había explicado, no era posible aparecerse en aquella parte de Mahoutokoro así que debían llegar con la magia de los arcanos o caminando. En frente se veía la isla en cuyo interior se encontraba la gran pirámide que contenía el Portal de las Siete Puertas, que era el objetivo de ambas mujeres. Pero, para poder llegar hasta él, debería pasar cuatro obstáculos meticulosamente preparados por Sauda, que la esperaría en la Pirámide mientras la observaba desde su mente, atenta por si necesitaba algún tipo de guía o ayuda. Sera sencillo, querida, porque el verdadero reto te espera allá le indico, señalando con la punta de su vara de cristal en un majestuoso movimiento de su brazo. Seguía mostrándose aparentemente joven, aunque sus movimientos daban que pensar sobre la edad de la mujer . Tendrás que cruzar el lago, y después el bosque. Yo te esperare en la entrada al salón circular donde está el portal, ¿de acuerdo? No lo olvides, la concentración sera tu mayor aliada en esta penúltima prueba. No dudes en ningún momento, se que puedes lograrlo. Te espero allí, Querida Zingara. Suerte. Solamente se despidió de ella con una sonrisa sin mostrar su dientes, tocando las cuentas de su pulsera. Y haciendo gala de sus grandísimos poderes, se esfumó del lugar dejando a la Triviani completamente sola. Cruzar el lago no seria un problema, solo debía tomar uno de los botes que paraban allí orillados y desplazarse hasta el otro extremo, con magia o sin ella, eso quedaría a su elección. Lo verdaderamente difícil seria recordar que era lo que quería hacer, pues Aailyah había dejado un encantamiento gaseoso en la superficie del lago para embotar la mente de su aprendiz y hacerle olvidar constantemente su interés por dominar la Oclumancia. Con un buen control de su mente, podría zafar de sus efectos sin problemas. Cuando alcanzara la otra orilla, debería internarse en el bosque y atravesar un sendero plagado de doxys. La Arcana estaba segura de que no supondrían ningún reto especial para Candela. A continuación, un poco más adelante, debería hacer frente a un boggar, que no haría sino intentar retenerla y desconcentrarla. Igualmente sabía que podría superar aquello sin ninguna dificultad. Por último, cuando llegase la entrada de la Pirámide, no podría avanzar hasta ella a causa de una especie de muro transparente que la mantendría allí durante unos segundos. A continuación, se le presentaría alguien muy importante para ella para intentar atacarla mentalmente, por lo que debería usar lo aprendido en su introducción a la Olcumancia para demostrar una vez más que estaba lista para afrontar la prueba, el portal era una especie de magia caprichosa, pese a los esfuerzos de ellas, dicho portal, no se abriría si consideraba que la Zingara aún no estaba preparada. Quien fuera esa persona y qué le dijera para intentar disuadirla de su empeño por adquirir el anillo final que la vincularía permanentemente al poder de la Oclumancia... Dependería enteramente de ella, de su estado de animo, sus recuerdos, y su voluntad. Justo cuando llegara hasta allí, Sauda se introduciría en su cabeza para poder crear aquella aparición, que obviamente no era real pero debería vencer demostrando su dominio oclumántico. Una vez lo consiguiera, la arcana la esperaba en el interior de la Pirámide para darle las últimas indicaciones.
  13. Solo basto un movimiento de la mano de Sauda para que la puerta se abriera, dándole el paso a Dick hacia su morada. Se encontraban en la parte trasera, pasando la cortina de pequeñas mostacillas en colores oscuros, el humo del sahumerio inundaba toda la habitación y lograba escaparse hacia la parte delantera donde se encontraría uno de los magos que había conseguido ingresar; mientras que el otro muchacho seguía aun en un profundo sueño recostado en el descanso de su escalinata. La mente de Dick era una especie de torbellino de actividad en la que el único pensamiento que se vislumbraba con claridad era el hecho de que seguía sin saber que debía hacer para defenderse correctamente. Sauda era consiente de ello, pero no por eso iba a cesar en aquel momento, si es que se le podía llamar intento. Su alrededor se había desfigurado, convirtiendo la habitación -en su mente- en un claro repleto de cuervos y enmascarados con intención de atacarlo severamente. ¿Lograría romper aquella ilusión? seguramente, pero le costaría diferenciar la realidad, ya que todo lo que le suceda, seria como si realmente hubiera existido. La única diferencia entre aquella actividad y lo que podría pasarle al Myrddin en la realidad era que la arcana no quería hacerle daño, sino enseñarle a protegerse eficazmente contra cualquier ataque dirigido a su mente. Volvió a concentrarse en Candela, observando sus pensamientos; estaba lograndolo. Excelente, Candela, has estado muy bien para ser tu primer intento le comento con sinceridad en un tono apacible. Se había llevado las manos a la espalda, entrelazando los dedos para hacer más cómoda su postura. Jugo con su pulsera de cuentillas, aquella que solía tocar cuando estaba un poco nerviosa y finalmente le preguntó, aunque no estaba del todo segura de que aceptaría. . ¿Te sientes preparada para afrontar tu prueba? llevo ambas manos hacia delante y sonrió con esperanza.
  14. Sauda sonrió, lo cual provoco que unos dientes blancos asomaran entre sus labios y crearan un claro contraste con el tono oscuro de su piel. Aguardó unos instantes para crear un poco más de tensión, aunque en realidad lo que hacia era extender su poder hasta el entorno en el que se movían los tres para poder manejarlo a su antojo. De repente, junto a Sauda apareció la niña perdida del bosque con una pregunta inocente, como si se tratara de un juego... Aailyah movió su muñeca y la apoyo sobre su pálido rostro, ladeando su cabeza. Tomo su mano, sin responder ante sus preguntas y solamente tomo su mano para poder dirigirse hacia su cabaña. Dick, te esperaré en mi humilde morada. Procura no tardar demasiado... Y, sobre todo, ten cuidado con tus pensamientos. imaginó las palabras en su mente, que se encontraba conectada con la del joven mago, para que pudiera entenderla sin emitir una palabra, esperaba que no le fuera difícil el seguir el camino hacia su morada. Giró su cabeza para mirar a Candela, la bruja había demostrado destreza en su aprendizaje, estaba muy próxima a su meta final, por lo que ahora Sauda le propondría un par de últimos obstáculos, para sentir que realmente estaba preparada... Lo ultimo que quería causar daños irreparables en su mente. Tienes que concentrarte, tus allegados, olores y sensaciones, que te resultaran agradables como para que formasen una barrera mental que protejera tus pensamientos. Puedes imaginar una gran burbuja blanca, que impide que cualquier legeremante intente ingresar a tu cabeza y proyectar imágenes que realmente no existen. se detuvieron a unos cuantos metros de su cabaña. Un hombre estaba parado en su descanso, gritando su nombre como si tuviera problemas, a la Arcana aquella situación no le había gustado demasiado, y lo cegó. Penetro su mente con suma facilidad, encontrando recuerdos de su infancia, donde su condición de vampiro inicio, reviviendo el duro y doloroso proceso que tuvo que atravesar, la hambruna que vivió y las muertes que provoco, ahora le pasarían factura. ¿Será capaz de redimirse y salir de la ilusión? cayó al suelo, como un saco de tierra... Sauda movió su vara de cristal y coloco un cojín bajo su cabeza, para que estuviera cómodo mientras luchaba contra lo que ella dejo en su cabeza. Necesitaba saber hasta donde llegaba el auto control del hombre. Invitó a Candela a pasar y tomar haciendo sobre unas mantas coloridas en el suelo, encendió unos sahumerios y sirvió té para cuatro, esperando que Dick llegara pronto. Por lo pronto, procedió con ella, quien ya estaba casi preparada; ¿Necesitas alguna demostración más? preguntó y se adentro en su mente, los sahumerios permitían la completa concentración y la sumisión ante su mente. Aailyah revivió su infancia, el rapto por aquel grupo de Aurores, y el hecho de que creyera que su madre, Aland, había muerto.
  15. Sauda respiraba tranquilidad, sus últimos alumnos habían sobrepasado con creces las pruebas que aquel mítico portal les presento. Aailyah esperaba pacientemente, no tenia prisa y poco le interesaba si llegaban sus nuevos alumnos en la noche o en plena madrugada... Cualquier hora del día era idónea para el aprendizaje, pero esperaba que al menos, si llegaban a ser más de uno, se pusieran de acuerdo para llegar a una hora puntual. Para alivio de la Arcana, su primera alumna se había perdido en el bosque, el segundo no se hizo esperar y se presentó más temprano de lo que hubiese esperado, pero todavía no se revelaría ante él, primero observaría allí, oculta tras la vegetación, pendiente de sus movimientos, de sus gestos, de cualquier comentario que pudiera lanzar y cuando lo creyera necesario, se presentaría ante él. Respiraba tranquilidad, sus tres últimos estudiantes habían sobrepasado con creces las pruebas del mítico portal, ¿el castaño seria una excepción? A su mente llegaban todo el tiempo recuerdos que no eran propios, no sabia por qué la cabeza del caballero iba a un y otro sitio casi sin darle un sentido a la marea de pensamientos. Supuso que el nuevo aprendizaje que estaba por emprender generaba más cosas de las que Sauda esperaba. Eso era bueno, pero no todo era bueno todavía. Oculta, contempló como Dick encontraba el lago. Supo que Dick se cuestionaba sobre su repentina aparición, era algo normal pero no seria la única cosa extraña que experimentaría mientras estuviese bajo su tutela, así que debía aprender a confiar y dejarse llevar. Notó un intento rudimentario por cerrar su mente, aunque realmente fue intentar poner la mente en blanco. Tenia mucho que aprender y bloquearse a su maestra antes de que ella se lo pidiese no era la mejor alternativa. La Arcana creo una ilusión de una figura femenina, de avanzada edad, con un hiyab de colores llamativos, piel morena, y un tapado antiguo. Se acerco al muchacho que esperaba pacientemente en el suelo y lo miró, esperando que aquel dijera algo... Sauda ya sabia sus palabras, aún seguía en su mente, pero no se presentaría hasta estar segura sobre él.
  16. Informo que Hades Ragnarok, Melrose Moody, Rory Despard han completado satisfactoriamente sus pruebas y se han vinculado con el anillo de Oclumancia.
  17. Sauda apareció directamente en la Gran Pirámide, donde solía esperar a sus alumnos antes de que estos se enfrentaran a su Prueba ante el Portal. Le gustaba seguirlos desde allí viendo como superaban las pruebas impuestas, y debía reconocer que el entendimiento y compenetración existente entre los dos seres no dejaba de sorprenderla. Habia tanto en común... y sin embargo, la forma en que habían elegido los caminos le había disgustado bastante. La Arcana preferia que siempre tomasen caminos opuestos, por más que todo fuera solo un juego mental y los peligros no sean reales. Pero eso los jóvenes no lo sabían, por lo que dejo que un gesto serio y casi iracundo se reflejara en su piel oscura cuando los vio llegar. - ¿Están preparados?- mascullo en un tono suave. Les señalo la puerta que estaba a su espalda, la que conducía hasta el salón circular. -Han demostrado que son lo suficientemente fuertes en su mente para lo que sigue.- empujó la puerta y luego accedió a la sala donde se encontraba el Portal de las Siete Puertas, aunque ellos solo les interesaba en aquella ocasión la que tenia el símbolo de la Oclumancia. Extendió las manos, hacia cada uno de ellos, y las abrió a la vez para ofrecerles un objeto que reconocerían enseguida, estaba segura de que les seria de ayuda. -Estos son los anillos de aspirantes a oclumante, serán su conexión conmigo durante la Prueba.. y para siempre, si consiguen alcanzar su objetivo con éxito.- carraspeo con la garganta y les entregó los anillos. -Ahora quiero que se concentren, están a un paso de demostrar su valor. Yo he sido testigo de ello, pero es el Portal quien debe decidir si saben lo suficiente sobre esta habilidad o no. Despejen sus mentes, no pierdan su concentración ni su designio.- les recordó. Guardo silencio luego de aquella motivacional conversación que les dio, esperaba que se mantuvieran calmados y pudieran sobrepasarla sin problemas. Los dos jóvenes no tardaron en internarse en los misterios que encerraba en si aquel místico portal, donde cada aspirante debía probarse a si mismo para obtener aquella habilidad.
  18. @@Hades Ragnarok Buenas noches, Hades. Respondo a tu duda, mi escrito hace referencia a que ustedes deberán sortear exitosamente los retos impuestos, una vez que lo logren, llegaran o no, hasta los principios de la Gran Pirámide. Ahí los estaré esperando y juntos ingresaremos en ella. Saludos.
  19. No estaba del todo segura de si era su impresión, o cada vez visitaba aquel lugar con frecuencia. En los últimos meses, había tenido que desplazarse hasta aquella parte de Mahoutokoro hasta dos ocasiones, si contaban con la ultima. Observaba a lo lejos el bosque que rodeaba la Gran Pirámide en la que se encontraba el portal de las Siete Puertas, el lugar al que deberían llegar si verdaderamente aquellos tres jóvenes que la acompañaban querían probar ante el Portal que eran auténticos merecedores del Anillo de Habilidad. -Bienvenidos a su prueba definitiva. - Pronuncio aquellas palabras con suavidad, casi como si no quisiera que la escuchen. Sauda los había transportado hacia el lugar, arrancándolos de donde estaban, la Arcana había descubierto con los años que los magos y brujas perdían la noción del tiempo cuando se movían con rapidez, cuando dormían o incluso cuando estaban bajo ilusiones. Esperaba que aquella maniobra no les molestara, debía trabajar en ello, quizás dormirlos antes. Aunque el camino no seria tan fácil como parecía, claro estaba. Tendrían que sortear cuatro obstáculos para alcanzar la Pirámide, lugar en el que Sauda los esperaría observándolos. En primer lugar, deberían curzr el lago que separaba el lugar donde ellos aguardaban juntos y el bosque que rodeaba la Pirámide. Para eso, había varios balsas disponibles en la orilla. El problema real es el que deberían afrontar para cruzar por ese medio seria precisamente que Aailyah los atacaria mentalmente para intentar que olvidaran que debían cruzar el lago para llegar al lugar que necesitaban, por lo que debían mostrar mucha fortaleza psicológica para llegar hacia el otro lado. Una vez lo lograran, el bosque se extendería entre los tres y su objetivo. Deberán internarse en él y caminar hasta una división en el que deberán escoger caminos distintos. Lo que ellos no sabían era que encontrarían exactamente los mismos retos, pero a ella le parecía divertida la idea de ver como decidían que camino recorrer. Uno estaba colorido y el otro totalmente sombrío, perfecto para el brujo. Al final de cada recorrido, se presentará su peor miedo. Debían vencerlo, y la Arcana contaba con ello, con que pudieran vencerlo sin problema alguno. Luego, volverían a reencontrarse, un poco más adelante, y deberán seguir su camino por el sendero en el cual abundaban una especie de flor cuyo aroma embotaba la mente y los haría olvidar que hacían allí si no lo detenían convenientemente. Por ultimo, cuando superaran aquel tramo de caminos, debían repartir bien sus fuerzas para no llegar agotados hasta la meta, que realmente no era mas que la antesala del aiutentico desafió. -Como saben, deben llegar a la sala de las Siete puntas donde se encuentra el portal. En el interior de la Gran Pirámide. ¿Como lo lograran? demostrando sus capacidades, aquellas que me han demostrado en su clase, tendrán que superar varios obstáculos por el camino, y cuando lleguen a la división, encontraran el bosque... - Hizo una pequeña pausa, como si se agotara de hablar -Pero les advierto, tendrán que elegir un camino, podrán ir juntos, o separados, eso dependerá de ustedes y su confianza. - Explico con su calmada voz. -Pero nuevamente, quiero saber si se sienten preparados para ésto, de ser así, adelante... - Sauda sonrió y se sentó en un tronco de madera.
  20. Sauda se mantuvo paciente observando la mente de sus tres alumnos, una sonrisa se figuro en la comisura de la morena... Acaricio su pulsera de piedritas y materializo su vara de cristal para introducirse en todos ellos a la misma vez, con su propia voz. Como de costumbre, la Arcana no era un ser que acostumbrase a intercambiar demasiadas palabras, podrían decir que era tímida, pero en realidad era reservada. Todos habían demostrado un gran potencial pasando por las diferentes dificultades de ficción que Aailyah le había generado en la mente a cada uno, podría decirse que los había colocado en unos contra otros por un momento, elevo su mano y tapo su boca con la palma soltando una pequeña risa divertida; no era una persona que poseyera maldad, pero por momentos hacerlos pelear era divertido, claro, jamas dejaría que les pasara algo, o que se lastimaran entre ellos, ahí, sin dudarlo Sauda los increparía. Aclaro su garganta, como si fuera que daría un comunicado y se abrió paso entre sus mentes; - Todos han demostrado tener la suficiente concentración para la creación de barreras mágicas ante situaciones de peligro, dolor, y extrema exposición. - Dirigió sus brillantes ojos negros hacia Ragnarok, quien parecía haber logrado, nuevamente, expulsar los peores recuerdos de su mente. ¿Estaría preparado para el peligro real?, se preguntó dentro de si misma. Si bien, las ilusiones eran distorsiones de la realidad en su subconsciente, podían dañar, no físicamente, pero si hacerlas sentir como si lo fueran. - ¿Se encuentran preparados para comenzar sus respectivas pruebas? - Preguntó la Arcana, conectada a la mente de los tres, esperando que su respuesta sea positiva.
  21. Informo que Alessa Ashryver Delacour ha completado satisfactoriamente su prueba y se ha vinculado con el anillo de Oclumancia.
  22. Pasaron los minutos aunque tal vez fueran horas o días. La Arcana sabia que Alessa estaba allí, luchando por vincularse y que debía salir por su propio merito. Pero perdía las esperanzas, tanto tiempo dentro... Tal vez era la primera vez que una prueba se retrasaba tanto, justo cuando empezaba a preocuparse en serio, noto un cambio. Un resquicio de luz parecía abrirse paso. Sauda era una mujer alta, a pesar de la edad, suele encoger las figuras. La luz alcanzó iluminando aquel semblante de piel arrugada por la tensión. Una paz creció en su interior, ahí estaban de nuevo. La mujer de piel oscura permaneció en pie, repasando con los dedos las piedritas circulares de su pulsera, un gesto automático que le generaba algo de tranquilidad. Sin embargo, su mente estaba atenta a lo que podría estar sucediendo en el interior de aquel lugar, esperando alguna señal. Estuvo tentada a entrar a buscarla, algo que no podía hacer realmente. Tras una serie de interminables respiraciones para calmar su ímpetu, Alessa Delacour, había logrado aprobar la prueba con éxito, ahora debía salir de allí antes que la puerta se cerrara o quedaría atrapada en el limbo. - Ven Alessa. Sal, nueva Oclumante. Mira tu anillo, observa como brilla... Ya se ha vinculado y eres Bienvenida. - Intento no mostrarse muy imperativa ni abusar de su fuerza para no inquietar desde el interior de su mente. Al fin y al cabo, lo había conseguido. Ya era Oclumante. @
  23. Aailyah soltó el aire que no sabia que había estado conteniendo y entonces se dio cuenta de que tenia una futura Oclumante a un costado. Sentía un vinculo especial con ella, así como lo tenia con todos aquellos que habían pasado por la sala del Ouroboros. Por ende, era importante que llegara hasta el portal, en la ante ultima prueba Sauda jugo con su mente y disfrazo una ilusión en un recuerdo vivido. Apenas Alessa fue capaz de quitar aquella ilusión de su camino, la muchacha seguía parada sobre el mismo circulo de siete puntas, con sus ojos cerrados intentando salir de donde la había puesto, Sauda sonrió, genero un bloqueo para aquella ilusión pensando en un recuerdo, generando serenidad en su mente. La Arcana movió su vara de cristal y la hizo volver. Antes de entrar en el Portal de la Oclumancia, Sauda verificaría que la muchacha tuviera el anillo de Aprendiz que estaría vinculado con el de ella. Si bien la Arcana no podría intervenir en nada de lo que sucediera dentro del Portal, si podría ver lo que su pupila viera y guiarla en caso de que lo necesitara. Ahora es donde ella debía valerse por si sola, dependiendo de todos sus saberes para poder superar las dificultades y salir de allí. Por supuesto que Aailyah no permitiría que nada malo le sucediera. - Esta es la etapa final, Alessa. - Respiro profundo y hablo en su mente. - Una vez que ingreses por el portal - movió su mano hacia la Puerta - Tendrás que vencer tus miedos y valerte por tu sabiduría, o nunca seras Oclumante. - No intentaba asustarla, pero si darle un pequeño aviso de lo que podría suceder. En caso de que fallara, se encontraría dormida en su habitación, en su hogar... En caso de que lograra superar la prueba, Aailyah la estaría esperando en donde todo ésto inicio... Donde se vieron por primera vez.
  24. Le había enseñado a recorrer su propia barrera, a formarla de aquellas cosas que le eran conocidas y proporcionaban un refugio seguro. Alessa, había logrado con éxito el traspasar los obstáculos que su propia mente le habían colocado frente. Y si bien Sauda había planeado ese pequeño percance en el camino, desconocía las esencias de aquellos reflejos, porque no eran mas que cosas que Delacour detestaba. -¿Estas lista para la prueba final?- Fue la primera vez que Aailyah dejo escuchar su voz y le ofreció un vaso con agua fresca. Una ligera brisa removió las ramas de los arboles y arbustos que las rodeaban. Algunos pájaros piaban desde las alturas, observando a aquella muchacha que se había adentrado a su territorio entre la hierba aplastandola con sus botas. El aire se fue volviendo más cálido según iba avanzando, hasta la puerta de la Gran Pirámide. Ella, ya había pasado por pruebas así anteriormente, por lo que el desafío no le seria nada desconocido, al contrario, podría pasarlo con mayor facilidad si realmente estaba preparada para lo que ahí dentro encontraría. -Si realmente te encuentras lista, puedes ingresar - Señalo con su mano derecha el camino hacia ella. Dentro de ella encontraría un salón circular, llamado el Portal de las Siete Puertas, cada una de esas puertas, era un portal, que daba acceso a un mundo ajeno al que ellos conocían y resultaba único en cada prueba, interesante también; podría conducirla al pasado, al presente, al futuro... O incluso a un universo totalmente paralelo y desconocido. En éste caso, solo estaría abierta la de la Oclumancia. Movió su vara y creo un Anillo de Aspirante en la palma de su mano, la extendió y se lo entrego. Tomo el antebrazo de Alessa, le dirigió una sonrisa y juntas se dirigieron hacia la puerta para ingresar en ella.
  25. Le regalo una sonrisa con sus labios sellados por haber pasado la primer prueba con facilidad, Sauda había navegado entre sus recuerdos para observar lo que estaba atravesando, una mujer que se demostraba frágil pero con un gran corazón, valiente. -Esa fue la primer fase de esta prueba, Alessa.- Sauda se mostró tranquila con sus brazos entrelazados bajo su ropa, y asintió ante su saludo. La manera en la que se comunicaba la Arcana con sus alumnos era peculiar, intentaba no emitir algún tipo de sonido, simplemente hacerlo por su mente. Lo disfrutaba. La Arcana le había dirigido una única y significativa mirada antes de desaparecer de allí para ir directo a la Gran Pirámide, donde su prueba final la esperaba. Era algo maravilloso, de hecho, poder sorprenderse aun luego de haber vivido tantos años. Pero incluso con todos los conocimientos que poseía, Sauda no era la dueña de todos los saberes, y dudaba que realmente hubiera algún ser, que tuviera aquella capacidad. -Ahora entraras por el laberinto- Le comunicó mientras acariciaba las hojas verdes de los arbustos. -Ah, no es necesario que lo diga... Pero dentro tendrás diferentes obstáculos que te harán tomar un camino equivocado... Debes bloquear tu mente y llegar hasta los escalones de la Pirámide, donde estaré esperándote. -Fue lo ultimo que dijo y desapareció. La Oclumancia era una habilidad difícil de controlar, y hasta el momento Alessa no había recurrido a su ayuda, eso le agradaba. Aailyah se reposo sobre un banco de madera, con la vara de cristal entre sus manos apoyada sobre el suelo, cerro sus ojos y se concentro en ver cada uno de sus movimientos.

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