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Aailyah Sauda

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Todo lo publicado por Aailyah Sauda

  1. Los oscuros ojos de la arcana observaban fijamente frente a ella, había permanecido fuera de la pirámide, en su ingreso, pero podía sentir cada una de las acciones de los magos que se acercaban al momento de poder atravesar la prueba para convertirse en oclumante. De los dos magos no puede elegir a uno favorito, pero es la mente del Crouch la que la atrae en ese momento. A alcanzando a vislumbrar como él ha ido descubriendo los sutiles indicios que ella pudiera haber dejado en su mente para estar en un aquí y ahora. Quizás sus ideas no resultaban como deseaba, los tiempos, los sutiles hilos del tiempo. Aquellos hilos se habían movido de una manera que ella podría haber previsto, pero no siendo su especialidad, había dejado librado al “azar”. Pero no importaba del todo, podía sentir que ambos necesitaban esa maduración, ese enfrentarse a lo inesperado y reacomodarse a su realidad. Pero allí están y la niebla que cubre el lago parece confundir desde el principio la mente de sus aún estudiantes, confía en ellos, en que pronto serán sus colegas oclumantes, pero necesita que se atrevan a dejar que la magia juegue de las suyas y les enseñe los últimos trucos de resistencia a la verdad: siempre habrá quien les quiera poner trampas ocultas engalanadas de sencillas situaciones de la vida pero tendrán que estar atentos para saber dilucidar qué es lo que hay en verdad frente a ellos. Abre sus labios y está a punto de susurrar el nombre que el mago oculta en el fondo de su corazón y de su mente, pero calla, observándolo navegar. El mago en realidad parece Gulliver en el país de los enanos, pero la forma en que se desenvuelve, ágil y despierto, no le oculta la preocupación que por un leve momento parece envolver su mente. Esas dudas que le hacen pensar que no entrará en la embarcación, que la niebla no le dejará llegar al otro lado. Sauda vuelve a abrir sus labios y simplemente sopla, no necesita hacer nada más, su aliento cálido con el aroma de las plantas de su tierra llena el espacio frente a ella y quizás algo más que escapa a la visión de los espíritus que aún rondan en el lugar. Va siendo hora de que sus pupilos demuestren de lo que son capaces. @ Hessenordwood Crouch @ Matthew Black Triviani
  2. De alguna forma u otra, lo cierto es que Cillian tenía razón. Entrar a la mente de otras personas no era algo sencillo así que antes de intentarlo, se debía intentar debilitar mentalmente al objetivo. Aailyah Sauda observaba el momento intimo que se desarrollaba en la mente de su aprendiz junto a su futuro esposo, el chico había decidido andar por ese camino en su intento de vincularse con la Oclumancia. —¿Seguro que no tienes nada que ocultar? —la arcana chasqueó sus dedos y en un segundo el Ludwig falso desapareció—. Desde aquí puedo notar que mientes, Haughton… No has hecho la mejor elección al elegir este tipo de recuerdos para iniciar tu vinculación con esta habilidad. Los recuerdos relacionados con los sentimientos estaban siempre listos para mostrarse a la vista de los demás así que su aprendiz tendría que poner el doble de esfuerzo para lograr ocultarlos. Se dirigió hacia la banca en que este se encontraba sentado y dejó escapar un suspiro, tenía tiempo de centrarse en él debido a que Mica Burke parecía encontrarse bastante sumergida en sus propios pensamientos. —Has logrado ocultarle tus memorias al falso Ludwig, pero… ¿Podrías hacerlo si el estuviera realmente frente a ti? Sabías que él no era real, al final y al cabo estamos dentro de tu mente. Así que quizá así sea más sencillo, lo difícil esta apenas por venir. Aaliyah salió de la mente de Cillian y lo llamó para que este también volviera a la realidad. —Dime, Haughton, ¿crees ser lo demasiado fuerte para vincularte con esta habilidad? Porque hasta que no me demuestres en realidad que es lo que quieres ocultar no lo harás —sí, Cillian había cometido un pequeño error, pero no era nada que la oclumante no pudiera enseñarle a solucionar extendió una vez más su mente hacia el Haughton pero esta vez ya no estaban en la sala de su casa, ya no estaba ella y ya no estaba Ludwig, si él quería jugar con su esposa, eso le daría ella, porque estaban en medio de una reserva mágica donde Cillian estaba frente a su esposa y alguien más, aunque sus figuras no eran aún distinguibles claramente. —¿Por qué estás aquí amor? —preguntó Julienne y en sus ojos se reflejaba que sabía bien por qué él había ido tras ella y con quién. —¿Ella es tu esposa? —preguntó la mujer a espaldas de Cillian y la voz de Sauda se coló en la mente de Cillian «Dime Haughton ¿de verdad tu mayor secreto es tu esposa? » Todo volvió a cambiar y esta vez estaban en medio de una locación desconocida para muchos, fachadas se levantaban sobre restos antiguos, una placa marcaba el inicio de una propiedad marcándola como memorial. «Muéstrame dónde estoy Haughton», insistió Sauda observando a su alrededor, un pueblo como cualquier otro o quizás no, caminó hacia la placa ¿sería él capaz de impedirle que viera el memorial de quién era? Y aquel lugar, levantó la vista mientras caminaba, ruinas y una fachada se superponían ¿cuál era la realidad? ¿O cuál era la realidad que podía mostrarle el Haughton? «Lo primero que debes aprender es a valorar tus recuerdos, qué es importante y qué no lo es, qué es trascendente para los demás y que no lo es, qué puedes mostrar como al pasar, cambiando un leve detalle y qué debes ocultar y cambiar por completo» Cuando el Haughton volvió en sí Sauda llenaba su taza de té. —¿Cuándo te divorciaste de Julienne? —preguntó como si continuaran una conversación banal —¿quiere azúcar para su té Señora Burke? —agregó la arcana mientras servía en la taza de Mica. @ Cillian Haughton @ Mica Burke
  3. La tetera contenía ahora un porta hierbas con las elegidas por Aailyha mientras ella extendía delicadamente su mente hacia la de los dos nuevos discípulos en el salón. Una sonrisa se dibujó en sus labios al ver las imágenes que mostraba la mente del joven Cillian. Un amor bastante salvaje y exuberante podría decirse enfrentado a una relación tormentosa con una joven bruja. —Vaya, vaya —susurró la arcana mientras ponía el contenido de la pava en la tetera y dejaba que la infusión comenzara a llenar del aroma del té recién preparado la habitación, tomó la bandeja y se acercó hacia donde la pareja estaba, ahora sus palabras ya no fueron en voz alta sino que directas hacia la mente de Cillian. «Muy bien Cillian, haz de cuenta que yo soy Ludwig » La bruja apareció en la mente del Haughton ahora con la forma física de Ludwig y con la voz del mago siguió hablando en la mente de Cillian. «Cillian, amor, cuéntame sobre cómo fue tu relación con Juliene, cuéntame hasta dónde has llegado con ella que conmigo no» Aailyah tomó una nueva forma justo detrás de Cillian mientras frente a él seguía viéndose a Ludwig y la mujer le susurró en el oído. «No espero que le mientas, pero sí para ti ese es un secreto que aún no debes revelar, haz de cuenta que él puede hurgar en tus recuerdos, por lo que necesitas que no vea tu historia real sino una versión más light de tu relación con tu esposa. Por cierto, ¿ya te has divorciado o vas a ser bígamo? » Y sin esperar la respuesta de Cillian fue tras la mente de Mica, dejándolo a él libre para “hablar” con su novio, pero seguramente luego volvería a meterse en la mente del mago para averiguar la respuesta real a su pregunta. —Recordad, no mentimos, lo que hacemos es impedir que los legelementes descubran nuestra verdad, les mostramos un escenario perfecto no solo abrimos barreras y creamos palacios de la memoria donde solo nosotros podemos entrar, creamos un “pueblito” lleno de escenas “bonitas” para que los otros tengan una imagen que los convenzan que están viendo la realidad. Ahora nos costará y tendremos que ejercer nuestra relajación y paz, poner nuestras mentes en blanco, para luego convertir ese lienzo en blanco en nuestra obra maestra. No os preocupéis si no os sale de entrada, llegaréis a dominar la habilidad con entrenamiento y constancia. @ Cillian Haughton @ Mica Burke
  4. Aquello iba a ser una tarea muy particular, porque sentía que mezclaba e agua con el aceite, aunque ambos hombres tenían algo en común y es que ambos eran capaces de adentrarse en sus mentes y dejar fuera a los demás negándose incluso al trato físico para con el resto de los seres humanos que parecían haber sido puestos en el universo solo para que no faltara obreros en la tierra. No, aquel no era el pensamiento que solía tener ella, pero la realidad es que ambos tenían ese toque extraño de hombres cerrados en común. Debía deberse a eso quizás el motivo porque al enviar a aquellos tordos a la casa de los dos hombres había elegido que hicieran juntos parte de la travesía. Cosa difícil, cuando no conoces al que te acompaña, pues bien, era hora de poner a prueba si podían mostrarse astutos y descubrir que había un camino hacia el éxito y no siempre era solitario. La nota era sencilla: No necesitaban saber más, estaba segura que, aunque uno solo había atravesado en algún momento de sus vidas las tierras que llevaban a la gran pirámide ambos sabrían llegar, demostrando que estaban realmente listos para la aventura que iban a iniciar. Cuando al fin ambos estuvieron junto a ella, la bruja se permitió una suave sonrisa en sus labios mientras que acomodaba la túnica amarilla que cubría su cuerpo veinteañero. —Bienvenidos, no os preocupéis, no será mucho lo que debáis hacer juntos, en realidad casi nada, a excepción de que os pongáis de acuerdo para utilizar la barca que necesita dos remeros, sino tenéis dos embarcaciones más que solo necesitan de uno, pero cuidado, la vida no es algo que deba recorrerse necesariamente solos y vosotros ya lo sabéis —la arcana caminó despacio hacia los dos hombres apareciendo en sus manos una canasta forrada con terciopelo y la extendió hacia cada uno de ellos —vuestras varitas y vuestros demás objetos mágicos, y no os preocupéis, no se mezclarán, la magia del recipiente mantendrá a salvo sus juguetes —dijo con tono serio. —Creo que ya sabéis cómo es la historia, atravesaréis el lago en uno de los botes, luego recorreréis el bosque hasta el laberinto y éste os llevará a la pirámide en donde yo les estaré esperando —claro que no era un camino sencillo, no, allí comenzaban las primeras pruebas —debo preguntaros una vez más ¿estáis preparados para afrontar el camino hacia la pirámide donde tendréis vuestra prueba final para ser oclumantes? —tras la respuesta de la pareja Aailyah asintió —muy bien, buena suerte, o mejor dicho, éxito con demostrar de lo que sóis capaz, adelante, os espero allá —agregó señalando la pirámide y desapareciendo con un crack se llevó los objetos mágicos de Hessenordwood y Matthew, ahora todo dependía de ellos. Y vaya que sí dependía de ellos ahora, en cuanto pusieran un pie en el bote, ya fuera juntos o por separados, una neblina comenzaría a levantarse, pero no solo les haría tener que enfocarse en el sentido de la orientación de hacia dónde iban dirigidos sino que también sus mentes se verían embotadas con el convencimiento de que debían regresar, de que no tenía sentido seguir adelante, que las niebla era una muestra clara de que mejor estar en casa. Si lograban superar aquella prueba, cerrando su mente a la niebla, atravesar uno de los caminos del bosque sería otra historia, cada uno debería seguir un camino distinto, ambos llevaban al laberinto. Y ambos tendrían que enfrentar a un boggart, el mayor temor que les detendría y que deberían superar una vez que lograran descubrir qué es lo que realmente los atacaba en aquel lugar, si es que no lograban engañar al boggart haciéndole creer que su mayor temor era uno distinto y más fácil de vencer. Llegar al otro lado y atravesar el bosque les parecería un juego de niños una vez que comenzaran a recorrer las curvas del laberinto, entre los altos muros de setos estaría al final esquivando solo las criaturas que había en él y al final, oh, sorpresa, una pared de cristal les impediría llegar a la pirámide, debían engañarla, convenciéndola que ellos formaban parte del lugar y que eran una criatura más a la que debía ceder el paso para llegar a la puerta de la pirámide justo al otro lado del cristal. ¿Serían capaces de modificar sus recuerdos para que pareciera formaban parte de los habitantes salvajes del lugar? Como fuere, Sauda los estaba observando y cuidando para que nada malo les ocurriera, allí estaba ella, desde el gran salón redondo en el centro de la pirámide, una vez más esperando a dos de sus futuros colegas, con sus anillos en el bolsillo de la túnica amarilla que llevaba.
  5. Es hora de despertar, la mente tiene senderos ocultos y todos nos llevan a decisiones tan nuestras que no se pueden dejar pasar.

  6. Sauda observaba en silencio desde las sombras en que había elegido ocultar su figura treinteañera, entre las paredes pintadas de un naranja y las plantas de grandes hojas que ocultaban la figura en aquel cuarto lleno de fotografías de rostros curiosos que esuchaban a la pareja charlar. La mañana tras varios días movidos de clases había iniciado tranquila y la arcana se había permitido perderse en los jardines y al regresar había notado primero a la bruja, con gesto ansioso e inquieto, a la cual luego se le unió un rubio que parecía conocerla. Silenciosamente dejó que su mente alcanzara a la de ellos, sin que lo notaran, rozando apenas los límites inquietos de la preocupada mujer por quienes dependían de ella, su marido y sus amigos. La culpa, aquella era una de las más fuertes emociones que podía ayudar o por el contrario bloquear por completo a quien quería poder dominar su mente y lo que ella enseñaba a los demás, interesante, muy interesante para la arcana aquella pequeña revelación. Ohh y el poder, por el rostro oculto de la arcana pasó una sombra oscura que cualquiera hubiera confundido con la sombra de un pájaro atravesando el cielo. Sí, el tono de voz del mago era de clara broma para con su amiga, pero Aailyah había conocido demasiados magos y brujas cuyas mentes se habían perdido cuando aquella pequeña broma comenzaba a crecer en su mente como una mala semilla que crece junto al trigo convirtiéndose en cizaña que lo ahoga. Su respuesta real devolvió un cierto brillo a los ojos de la bantú, el mago conocía el poder de quienes podían buscar en tu mente y era bueno saber ponerles frenos o al menos mostrarle un camino que los llevara por recovecos que no les mostraran la realidad de sus mentes. La mente de la arcana comenzó suavemente a retirarse de la mente de los dos magos, sonriendo imperceptiblemente ante el hecho de que el poder bien utilizado podía un gran bien. Curioso, la pareja debía de conocerse demasiado bien, para que la mujer sin temor dijera en voz alta un motivo de lo que en realidad debería ocultar, había valentía en reconocer qué y quién eras pero ¿no había también un poco de desafío a la fortuna y a la suerte? —Y si sientes eso ¿por qué te empeñas en gritar a los cuatro vientos lo que eres o puedes llegar a ser? —Sauda había aparecido de repente en medio de los dos con un largo vestido de un kanga en donde sobresalían los verdes y amarillos, al igual que el pequeño turbante en su cabeza. Caminó entre ellos, como quien hiciera rato estuviera caminando junto a la pareja y continuara una charla informal. Mientras abría la puerta que daba ingreso a su hogar, a la habitación llena de fotografías se volvió y miró a los dos que la observaban. —Vamos pues, tenemos mucho que trabajar y tengo ganas de tomar una taza de té luego del paseo matinal ¿ustedes no? —preguntó mientras ingresaba y les señalaba una mesa de no más de veinte centímetros de alto, rodeada de almohadones de todos los colores ubicada en el centro de la sala sobre una gran alfombra circular donde los tonos ocres y naranjas sobresalían sobre el resto. —Y bien ¿cuál dirían que es el recuerdo más valioso que tenéis? Y no lo quiero dicho en voz alta, demasiado divulgáis a los demás, mientras preparo el té entraré en vuestras mentes y me contaréis qué es lo que estaré viendo, pero relajaos primero, es importante tener el cuerpo y la mente en paz. Cuando estéis listos me llamaréis a vuestras mentes para contarme vuestro más valioso secreto, o al menos lo que queréis realmente resguardar —terminó la arcana mientras ingresaba a la cocina y con un gesto de su varita hacia que la pava redonda se llenara de agua y comenzara a calentarse sobre la cocina mientras, ella buscó una bandeja y tres juegos de taza y unas hierbas de aromas dulces y atrayentes. @ Mica Burke @ Cillian Haughton
  7. Buenas noches, tengo el agrado de informar que Goderic Slithering y Emily Karkarov son los nuevos Oclumantes dentro de la sociedad mágica, tras superar satisfactoriamente su prueba y vincularse al anillo de la habilidad. Aailyah Sauda, Arcana de Oclumancia.
  8. Goderic había sido el primero en responder y la arcana inclinó la cabeza en señal de respeto y el mago atravesó el portal con el anillo en su diestra. La joven Karkarov asintió al igual que él, informándole que atravesaría la prueba y ella le sonrió y la muchacha atravesó el portal tras su tío. Aailyah apoyo sus manos palma contra palma e inclinando la cabeza cerró sus ojos, podía sentir a cada uno de sus discípulos. La pareja de magos había descubierto el “engaño” al llegar a la pirámide, pero no habían reclamado, conscientes de que lo que habían vivido era parte de la experiencia de demostrar que eran dignos de vincularse al anillo de oclumancia. La sorpresa de ver ese mundo alternativo que el joven mago vivía le causó curiosidad, aunque el tiempo transcurría en ambos lugares de manera distinta, Sauda se tensó y sufrió junto a él, admirando su temple y fortaleza. Por un momento estuvo a punto de introducirse en la prueba y rescatarlo, pero cada vez que creía que él iba a flaquear la sorprendía mostrándole lo astuto y fuerte que se mantenía a pesar de todo. La bantú se sentía orgullosa de lo que él parecía estar logrando. Por otra parte ella se preguntaba si en aquel mundo podría haber sido todo diferente. Si los multiversos fueran reales, ¿habría alguno en el que la magia no destruía a la familia del inquisidor y éste no existía? Curioso, muy curioso, podría haber sido su mundo si los magos no fueran como los muggles, ambiciosos y deseosos de poder a cualquier costo. Sauda rozó el ónix de su anillo, Emily corre, está casi sin aliento y su magia no le sirve en ese momento, solo se deja guiar por sus instintos y sus habilidades, aunque no pone todas a la vista, ni se expone. La arcana respira con ella el frío aire que parece clavarse como semillas de hielo en los pulmones. Cuando todo cambia la arcana sabe que su discípula necesitará poner mucho de sí para descubrir el engaño. ¿Será capaz de salir de aquella nebulosa mental? Está segura que sí, pero si tuviera que elegir un eslabón débil de una cadena, sería precisamente la que intentaría explotar con todas sus fuerzas. Sin embargo la oclumante sonríe, al igual que el Slithering, Emily ordena su mente y comienza a superar lo que parece ser una trampa perfecta y deseada. Cuando la pareja regresa atravesando una vez más la puerta hacia ella Sauda abre los ojos y sonríe, extendiendo ambas manos hacia la pareja. —Lo que más deseamos y lo que mejor sabemos hacer, me habéis demostrado que aunque pensaba que aún podían existir puntos débiles sois fuertes y estáis preparados para formar parte del grupo de magos y brujas que lucen en sus manos el anillo que nos vincula pero ya no como maestro y discípulo sino como colegas oclumantes, mis felicitaciones a los dos, espero que lo que el portal les mostró les haya servido para descubrir la verdadera fortaleza que hay en cada uno de vosotros. Adelante… disfrutad de vuestra victoria. —agregó Sauda, sintiéndose orgullosa de la pareja de tío y sobrina que había logrado superar y con creces su entrenamiento y la prueba. @ Goderic Slithering @ Emily Karkarov
  9. Si esta navidad te vas a reunir con esa tía que siempre habla mal de ti, no olvides que puede leer tu mente, así que recurre a la Oclumancia para que no sepa que tan harpía crees que es.

    Síganme para más consejos (?)

  10. Sauda observaba en silencio el progreso de sus aprendices. Podría haber sentido culpa por la doble prueba que les estaba aplicando, pero la verdad es que estaba convencida que la pareja era capaz de afrontar las mismas. Era importante que pudieran aprender a desconectarse y no depender de alguien más, por más importante que éste fuera en sus vidas, precisamente porque esa importancia que tenía su compañero para ellos, a futuro, podría llegar a ser el obstáculo que los detuviera y les provocara la caída al actuar. Les ve remar y llegar a la otra orilla, con sus ropas ligeramente mojadas, las actitudes que uno y otra tienen ante el agua, notando que seguramente hubieran aplicado un tergeo para secarse. No duda además que de poder utilizar la magia la mayoría de los que atraviesan esas pruebas simplemente se aparecerían en la otra orilla, o mejor aún, junto a la pirámide. Pero no, les toca demostrar que pueden sobrevivir sin magia, una premisa importante, canalizar su magia es algo valioso, poder sobrevivir sin ella, lo es aún más. La prueba del bosque la sorprende, los recuerdos de Emily son cándidos y a la vez reflejo de una aventura adolescente. Los de Goderic le arranca a ella misma una carcajada en el silencio de la pirámide. Interesante estrategia que sonroja hasta a un poltergeist y hasta a la falsa Emilly. No puede negar que ambos han actuado astutos, aunque uno más picarezco que el otro. Aailyah acomoda el turbante sobre su cabeza y observa la prueba final, el laberinto. Es extraño como ambos magos pueden iniciar y sentirse desilusionados por perder a su acompañante. Sí, aquello confirma para ella que ambos tienen una conexión muy fuerte. Ha sido una gran labor y un mínimo esfuerzo al conocer sus mentes el intentar recrear las réplicas de ambos para que estuvieran seguros que eran los reales. Sonríe, estando llegando al final de la travesía y estando logrando sus metas con creces. Ahora solo resta esperar lo que sigue. La puerta de la pirámide les ha flanqueado el paso y cuando ambos ingresen a la sala redonda es que descubrirán que han llegado solos y por sus propios medios hasta allí. —Bienvenidos —les dice una vez que ambos están de pie sobre la estrella de cinco puntas, la oclumante extiende sus manos y entrega a cada uno de ellos el anillo de aprendiz. —Estos anillos ahora son solo el reflejo de lo que pueden ser —explica mientras sus pasos recorren la forma del ouroboro —habéis llegado hasta aquí por vuestro propio mérito, cuando al final del día os contéis vuestra aventura lo entenderéis, pero ahora, solo les resta entrar por la puerta de la oclumancia y tendréis vuestra última prueba, la que los vinculará a la magia de la oclumancia y a mí por medio de esos anillos —Sauda los señala con su diestra —la forma definitiva la daréis en cierta forma solo vosotros, así como solo vosotros podréis atravesar la prueba, no importa que entréis juntos, para cada uno es siempre diferente —la bruja hizo una pausa —pero ahora debo preguntarles ¿estáis preparados para atravesar esta prueba? —su oscura mirada pasó de uno a otro —hasta ahora me habéis demostrado que sí, pero necesito oírlo de vuestras bocas, podéis decir que no y no será una deshonra, luego tendréis una chance más para volver, o podéis decirme que sí y ya atravesar la puerta, yo estaré aquí, y en cuanto me lo pidáis iré por ustedes, incluso si no lo hacéis y os viera en peligro lo haría, pero repito ¿estáis listos para la prueba final? —la arcana los observó esperando @ Emily Karkarov @ Goderic Slithering
  11. Hata kama sipendi imalizike, sitasahau tuliyokuwa nayo

    ¡Al fin!

  12. Buenas tardes, tengo el agrado de informar que Sean -Ojo Loco- Linmer es un nuevo Oclumante dentro de la sociedad mágica, tras superar satisfactoriamente su prueba y vincularse al anillo de la habilidad. Aailyah Sauda, Arcana de Oclumancia.
  13. Se detuvo de pronto, buscando ahora en los detalles de los dos hombres una respuesta a aquel posible apocalipsis. No le gustaba la forma en que el mago parecía tener tanto poder para penetrar la mente de Sean, hasta el propio Linmer parecía haber sido sorprendido en un traspié. Pero Sauda notó el sutil cambio en su expresión, una resolución que ella misma había visto y vivido. Se permitió una nueva media sonrisa que desapareció de inmediato, conocía esa estrategia, había que ver si daba el mismo resultado. Pero el Linmer tenía más sorpresas de las que esperaba, reconoció esa mezcla de tácticas, imágenes ligeramente falaces, tapiales casi invisibles que conformaban un corredor por el cual lleva al intruso hasta que finalmente lo desborda como su las compuertas de un dique de pensamientos se hubiera derrumbado. Aailyah observa, había reconocido las señales de aquella tormenta, entiende por completo la sensación del intruso, sensación que ella misma ha vivido casi como un atropello mental. Para cuando todo acaba puede decir que se siente orgullosa de su alumno, pero también que la sonrisa del desaparecido fantasma de un futuro posible no la tranquiliza. Por primera vez se pregunta si los arcanos deberían intervenir a favor del equilibrio de la magia, pero no es el momento, ni el lugar. Sean ha emergido por la puerta, con las sienes una vez más humedecidas por el esfuerzo. Sonríe con complacencia de madre cuando lo escucha hablar y le tiende la mano. —Felicitaciones Sean, lo has logrado —y al tomar su mano la gira suavemente para ver el anillo que ha tomado una nueva forma que él le ha dado con su habilidad de oclumante —este anillo me conecta a todos los oclumantes —dice esta vez girando la mano y mostrando el propio —recuerda Sean, lo que has visto hoy, solo tú puedes descifrarlo y espero que evitarlo también —agrega Sauda para susurrar antes de desaparecer —puedes contar conmigo.
  14. Respiraba profundamente, esperando lo que le mostraría el anillo. Su rostro no mostró ninguna expresión al reconocer un Londres post apocalíptico, si se permitió una media sonrisa ante un fantasma pelivioleta que, sartén en mano, busco deshacerse de su pupilo. Lo bueno es que en la mente de Sean los fantasmas seguían siendo etéreos. Lo que no fue tan etéreo fue el hombre que apareció a continuación. Sauda reconoció que había percibido ese rostro entre todos recuerdos con que la había bombardeado el Linmer al momento de tener su duelo mental. Su calma se mantuvo hasta el momento en que el hombre puso sus manos sobre la frente del Linmer. Aaikyah podía sentir el poder que emanaba de él, por un momento dudo, tocó su anillo y estuvo a punto de jalar fuera de la prueba al mago al verle tambalear. Ella le tenía por mejor preparado. Pero le dió el beneficio de la duda, esperando a ver qué es lo que sucedía a continuación. Nadie que la viera de afuera, sentada en el suelo de la sala circular, podría haber adivinado que había hecho algo más que acomodar su anillo, sus manos pasaron a la pulsera en su zurda, acariciando cada una de las piedras trenzadas en la misma. Abrió suavemente los ojos y observó a su alrededor, cómo si buscara algo, se puso en pie y comenzó a caminar alrededor del ouroboro. Sentía curiosidad, algo estaba fuera de lugar en aquel recuerdo y no sabía si era obra del portal, de Sean o del recuerdo del futuro pasado. ¿Aquello sería realmente el futuro o una fantasía que el portal había descubierto en la mente del mago? Debía confiar en que fuera algo que el Linmer pudiera resolver. @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  15. Kufafanua kitu ni kuweka kikomo

    *Preparo mis maletas para disfrutar las vacaciones*

     

  16. Había llegado la hora de una nueva prueba y eran dos los magos que se enfrentarían al portal para demostrar que eran merecedores de conectarse a la habilidad y merecedores de portar el anillo que los mostraba como oclumantes. Aailyah estaba segura que ambos tenían una buena formación y sabrían hacerlo bien, pero también sabía que aunque llegaran juntos a la prueba, ésta no estaba hecha para que la hicieran juntos de forma idéntica. Y la realidad era que, aún más en este caso en particular, sabía que las tres pruebas previas para llegar a la pirámide debían ser atravesadas de forma única y personal. La mujer abrió sus oscuros ojos y tomó en sus manos dos pequeñas pulseras de cuero trenzadas con cuentas de colores, y tras imprimirles la magia de ser trasladores las envolvió cada uno en un pergamino dirigido a sus alumnos. Cuando Emily y Goderic llegaran a los muelles que había para lograr llegar a la isla la magia ya estaría haciendo efecto, una bruma recubría la orilla del lago y el mismo lago, pero se iría diluyendo a medida que ellos avanzaran en el bote que debían utilizar para llegar al otro lado. Sin embargo Sauda había cambiado la naturaleza de la magia de la bruma que los envolvió cuando llegaron. —Bienvenidos —dijo la oclumante a la persona frente a ella, Goderic no lo sabía pero la figura de Emily a su lado no era real, sino efecto de la magia que la oclumante podía realizar dejándole ver lo que ella quería y reforzada por la magia de la bruma del lugar. Lo mismo ocurría con Emily, la figura de Goderic que veía a su lado, aunque exactamente reaccionaría como él, no era él —¿estáis preparados? —tras recibir la respuesta Sauda continuó hablando. —Tomaréis uno de los botes que hay en el muelle y lo utilizaréis para atravesar el lago hasta la isla, una vez allí tendréis que atravesar el bosque que da acceso al laberinto en cuyo centro se encuentra la pirámide donde rendiréis la prueba final —sonrió —creo que ya habéis vivido esto antes ¿no es así? No necesito explicaros que nada es lo que parece y que tengáis vuestras mentes y concentración preparadas para lo que se viene —extendió un canasto hacia ellos y agregó —dejad aquí todos vuestros objetos mágicos incluyendo vuestras varitas, os los devolveré al final. Sauda esperó pacientemente y vio a cada uno de ellos subir con el doble de su compañero a uno de los botes, ahora la prueba comenzaba. Ya que la niebla volvería a cubrirlos y haría un efecto extraño en ellos, sentirían una necesidad de regresar a casa, a la orilla segura y su “falso” compañero le daría la razón, diciéndole que debían regresar. Deberían resistirse y convencer a su contraparte falsa que debían seguir adelante. Una vez que llegaran al bosque y comenzaran a atravesarlo parecería que todo iba normal hasta llegar a un claro donde un poltergeist que tomaría a su falso compañero de rehén indicándoles que si no les permitían ver en sus mentes cuál era su objetivo al estar allí, no podrían seguir adelante. Una vez más deberían utilizar sus barreras mentales para poder seguir adelante engañando al poltergeist con un falso recuerdo de por qué estaban allí y llegar por fin al laberinto. Una vez que comenzaran a atravesar los setos que llevan a la pirámide comenzarían a atravesarlo juntos pero “perderían” a su compañero a mitad de camino, su voz les llegaría del otro lado indicándoles que había caído en una trampa pero que siguiera adelante que podían salir, a partir de allí las voces del lugar les intentarían convencer de que no eran dignos de estar allí, que habían abandonado a su compañero que debían volver por él. Cuando lograran vencer todas esas barreras finales verían por fin frente a ellos la entrada de la pirámide donde Sauda les esperaba para entregarles sus anillos @ Goderic Slithering @ Emily Karkarov
  17. Sauda negó suavemente con la cabeza, no era necesario le agradeciera, era su deber como arcana estar allí y siempre estaría para los que se convertían en sus colegas y se conectaban por el anillo a ella. Además para aquellos a los que iba enseñando para que descubrieran sus habilidades ocultas en su interior, o no tan ocultas quizás. —No tienes que agradecerme, solo demostrarme que no necesitas de mí, vamos ve adelante, lo que ocurra de ahora en más cuando atravieses la puerta de Oclumancia dependerá de ti —esa era la forma que tenía la bantú de aclararle a Sean que ella desconocía qué prueba le esperaba al otro lado de la puerta, una vez que él la atravesara sería como con cada uno de los anteriores oclumantes, distinto según el mago o bruja que se enfrentaba a la prueba final para vincularse al anillo de la habilidad. Aailyah tenía curiosidad, no lo iba a negar, pero se limitaría a observar y sentir, ¿iría al pasado, al presente o al futuro? ¿A un universo paralelo, a una fantasía o a una recreación de la mente del mago? Solo él podía descubrir qué le esperaba al otro lado del portal, con calma tendió su mano e indicó al mago para que avanzara mientras ella caminaba alrededor del ouroboros, para luego, acomodando sus ropas sentarse en posición de loto sobre una de las puntas de la estrella. La arcana esperaba que la próxima vez que se encontraran el mago ya hubiera finalizado su prueba con éxito y estrechara su mano como colegas oclumantes, con sus anillos vinculados y con el de él ya habiendo tomado su forma definitiva. Aunque el tiempo parecía eterno, tenía sus límites y ella lo sabía bien. Era tiempo para meditar, la imagen de joven africana sentada esperando que su alumno rindiera su prueba daba la sensación de relajación, aunque cada músculo y su mente estaban activas y concentradas, listas para intervenir si fuera necesario, cosa que esperaba que no ocurriera, porque si debía hacerlo él habría fallado la prueba. @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  18. Sí, al fin el mago había atravesado el lago logrando que sus aguas calmas no intentaran abrazarlo y arrastrarlo a su interior. Había podido cerrar su mente a los intentos de los recuerdos del pasado de invadirlo y arrastrarlo al fondo del lago. Momentos después lo vio comenzar a atravesar decidido el bosque, notaba como el aroma de las plantas que había dejado su fantasma allí por momentos parecía estar a punto de hacerlo olvidar su objetivo. En sus gestos se notaba que era como si rectificara, no sabía con exactitud qué es lo que estaba utilizando para resistirse, no iba a invadir su mente en ese momento arriegándose a que él la descubriera o que por su causa perdiera la concentración. Lo que fuere que estuviera haciendo lo había hecho muy bien, porque unos momentos después salía del bosque para iniciar el camino del laberinto. Allí dentro parecía un experto en ese tipo de divertimentos, cerraba su mente a los susurros que su otro fantasma le había puesto en el camino pero casi cuando llegaba a la salida una voz infantil la sorprendió. Así que era su hijo el que lo hacía conmover, curioso que fuera un hombre tan parternal, dos veces había sido por él y por su madre que había estado a punto de caer. Cuanto amor familiar, asintió en silencio mientras notaba como él se recomponía, se detenía, meditaba y volvía a caminar saliendo victorioso y apareciendo justo frente a la entrada de la pirámide. Cuando al fin estuvo en la habitación circular Sauda se permitió por fin una sonrisa y tendió hacia él, el anillo de aspirante de oclumancia, que terminaría de vincularlo con la habilidad cuando pasara la prueba final. —Muy bien hecho Sean, póntelo, éste anillo tiene un alto grado de poder mágico —observó el aro de cristal, sin adornos, que se activaría al entrar en contacto con la puerta y solo tomaría la forma final al vincularse él a la habilidad, con el símbolo pero con su sello personal —ahora sí estarás más solo que nunca, la prueba tras la puerta de la habilidad es solo tuya, yo estaré aquí esperándote, gracias a tu anillo estaremos conectados si tu vida corre peligro te apartaré de la prueba, usa el anillo para llamarme y te traeré de regreso —lo observó en silencios unos segundos —¿estás listo para tu prueba final? —esperó la respuesta del mago y si esta era positiva él ya sabía que contaba con su aprobación para dirigirse a la puerta de la habilidad y traspasarla, ahora, todo, absolutamente todo, dependía de él. @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  19. Su mirada atenta sobre Goderic notó sus expresiones, el mago parecía estar procesando una a una las preguntas que le ha realizado. No solo nota la misma expresión de seguridad que cuando abrió sus ojos antes, sino que también había un claro proceso de evaluación de las mismas. Eso le gustaba, no iba a responder a la ligera. Solo tenía un cuestionamiento a sus métodos. —Gracias a ti por dejarte guiar por mí —sonrió e hizo una inclinación de cabeza —recuerda en el futuro, la concentración que has ido aprendiendo en el futuro debes aprender a disimularla ante los demás, tus ojos cerrados en un entrenamiento no están m al, pero ante una intrusión, no deben sospechar si los vas a engañar y si solo quieres cerrarte ante alguien, pues verle a la cara y saber lo que se viene puede ser más útil. Se giró para observar a Emily, se podía notar en ella como si su cuerpo reflejara el esfuerzo de su mente, ella también debería aprender a controlar eso a futuro. Sin embargo parecía que la satisfacción del trabajo bien realizado levantaba no solo sus ánimos sino también sus fuerzas. Sí, estaba segura que a futuro ella no terminaría tan agotada ante los intentos de obtener información de su mente y los logros de ella al bloquearlos. —Muchas gracias a ti por dejarte enseñar —miró a ambos y les señaló el camino de salida —ahora id, descansad, alimentaos y refrescaos, no necesariamente en ese orden y estad preparados, un mensaje mío les llegara con un traslador al lugar de la prueba, nos veremos pronto allá, pero necesitáis recuperaros, sé que en el futuro encontraréis situaciones donde no les darán descanso, pero hoy creo que podemos darnos ese lujo que a futuro no tendremos. Los estaré esperando. Sauda los despidió, quería estar con ellos pronto en la prueba pero en su mente bullían varias ideas y era hora de ponerlas en práctica y los necesitaba frescos como lechugas para ello. Su mente se relajó brevemente y observó al Crouch, una vez más parecía ensimismado, comenzaba a sospechar que él era quien podría llegarse a perder en el futuro y no los dos magos que acababa de despedir. Su mano se extendió y se posó en el hombro del mago. —Si no te sientes preparado podemos seguir practicando un poco más —sus facciones se desdibujaron lentamente frente a él mientras tomaba una vez más la figura de la joven del callejón. @ Goderic Slithering @ Emily Karkarov @ Hessenordwood Crouch
  20. Se acerca el tiempo de la cosecha y me agradan los frutos que están dando mis retoños. Vamos a seguir cavando un lagar alrededor de tu higuera, lo abonaremos, lo cuidaremos de las plagas y dejaremos que madure y de frutos a su debido tiempo. 

    1. Maida Black Yaxley

      Maida Black Yaxley

      Ay, casi nadie lo escuchó, pero mi corazón se quebró un poquito Aailyah

    2. Aailyah Sauda

      Aailyah Sauda

      Puedes venir a pasear por el jardín cuando gustes, charlaremos de cada una de las higueras y otros árboles frutales, así como de las nuevas hortalizas que he sembrado este año. ¿Tú qué dices? 

      Te aseguro que nada cura más el corazón que una charla a la sombra de la parra y un taza de té amenizando la jornada. O puede ser algo más fuerte, después de todo las vides han sido generosas esta cosecha. 

  21. Los ojos de Sauda mostraron un deje de frustración mientras sentía que el aire a su alrededor se volvía una brisa suave que no surgía de ningún lugar en especial, pero que parecía traer las imágenes a ella en cámara lenta. Observó cómo Sean atravesaba los pilotes, casi completamente concentrado, sin embargo no esperaba que el recuerdo de su infancia, se volviera un recuerdo de la infancia de su hijo, frunció el ceño. Faltaban pocos pilotes para que el mago atravesara por completo el lago, solo tres, y entonces ese recuerdo tan fuera de lugar. ¿Acaso él buscaba confundir al lago? Debía ser eso, las aguas se habían agitado y sin embargo él ya casi llegaba a la orilla donde lo esperaba el nuevo reto, antes de llegar a la pirámide. Cuan fácil le resultaría recorrer todo aquello de una. Ya en el bosque el mago se vería afectado por las plantas exóticas y su atrayente aroma cuyas toxinas le harían olvidar a qué había venido, tendría que cerrar su mente a las ideas que le querían arrastrar de regreso a casa y lograr atravesar sí o sí el bosque hasta el laberinto. Aailyah acomodó el turbante sobre su cabeza, preguntándose si en el laberinto sería la esposa del mago, su hijo o su suegra los que intentaran disuadirlo recordándole que él no estaba preparado para aquello ¿Cuál de ellos sería la persona más importante para él? Sauda se cruzó de brazos, esperando paciente que resolviera rápido sus últimas pruebas antes de entrar en la puerta de oclumancia en el interior de la pirámide. ¿O la desilusionaría? En cierta forma la venía sorprendiendo desde la primera vez, cuando había creído que era una mente simple y sencilla había sido capaz de mantener con ella un duelo mental que no había esperado y al que no se había enfrentado en muchos años. No, estaba segura de que no la desilusionaría, pero sí que él se estaba tomando el tiempo que se toma un buen ladrón para robar una pieza delicada sin ser descubierto. @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  22. con Azrael Lycon La sonrisa de Sauda se comenzó a desdibujar en sus labios, ella había dicho ya una vez a un par de sus alumnos que la oclumancia no era para todos, no les había echado, y eso es lo bueno, ellos debían descubrir su lugar. Cuando sientes que alguien cuestiona tu capacidad, le demuestres con humildad y con la verdad que sí estás preparado para convertirte en un artista protegiendo tu mente y no permitiendo que los susurros en ella penetren más allá de la pantalla que tú les quieres mostrar. Sauda lo había sabido y bien caro había costado su ambición, había perdido a su mentora, producto de la locura que la legilimántica arrastró y había por poco perdido a su familia. No, no iba a permitir que nadie más por ambicioso e inhumano se perdiese a sí mismo y perdiera a los afectos, que tal vez se negaba a tener, pero que los demás no dejaban de tener hacia él, la sonrisa que por un momento se había dibujado en sus labios se fue difuminando en un rictus de tristeza. —Si me vas a expulsar hazlo como se debe y no sobre premisas falsas, tú también sabes leer igual que yo —la voz de Sauda sonó en la mente de Azrael desde todos los ángulos, ella no era una niña, ella era la Arcana de Oclumancia y era por demás de consciente de su poder, hacía poco un alumno había logrado conmoverla, pero ahora solo lograba desilusionarla porque pensaba que con insultos iba a ganar lo que no era capaz de ganar con la habilidad. —Pero aún no es tu tiempo —Sauda suspiró y esta vez se detuvo, —debes irte —agregó con un tono de voz que no podía reflejaba sus mezcladas emociones, dejando la mente del Laicon en libertad. El mago se encontró solo ya no en el lugar original en que habían estado tratando sino en la entrada de Mahoutokoro, cuyas puertas estaban cerradas. No era a ella a la que le correspondería decidir sus próximos pasos, era él mismo el constructor de su destino. con @ Hessenordwood Crouch La esfera en su mano reflejaba las luces del centro comercial y se fue volviendo de un verde tan puro como el de una esmeralda hasta que al cerrar ella la mano desapareció por completo. Sus oscuros ojos se posaron en la clara mirada de Hessenorwood junto a ella y su voz sonó más en su mente que en sus labios. —Es verdad, las praderas serán siempre verdes desde la visión que les demos manteniéndolos lejos de la realidad, así como la nieve se ve bien blanca en la cima de una montaña hasta que te acercas y descubres el hielo mezclado con el barro. Sauda miró a su alrededor y observó el centro comercial, una pena, a ella le gustaban más los lugares naturales. El teatro al que él la había llevado al principio le había parecido un recuerdo más natural, pero ¿acaso era ella quien debía decidir qué o cómo? No, él lo estaba haciendo y muy bien, podía notar cómo había aumentado su confianza desde el primer momento en que había llegado buscándola. Se sentía orgullosa de él. —Y dime Crouch —dijo tomándose de su brazo, como si se tratara de una pareja más de los que pasean por el centro comercial haciendo sus compras —¿dónde están los campos verdes a los que me llevarás ahora? —sonrió mirándolo a los ojos por unos segundos mientras caminaban indiferentes al resto del mundo —¿crees que estés preparado para que los verdes que veamos sean los que te llevan a la pirámide? ¿Qué has aprendido conmigo? con @ Goderic Slithering Aailyah extiende sus brazos y sus piernas, se estira y se pone en pie, esquivando almohadones y observando al mago y a la bruja junto a ella. Una sonrisa de satisfacción se muestra en sus labios, se siente satisfecha. Los recuerdos de Goderic son tan vívidos y luminosos, sí, puede notar las sutiles diferencias, pero solo porque ella ya conoce el real. Su mente se desliza rozando apenas los recuerdos del mago y cuando él abre los ojos ella sonríe y le hace una inclinación de cabeza en señal de felicitación. —Tus recuerdos son seguros, curiosos y estudiados, me parece que sí conoces el camino que has recorrido y que debes recorrer. Ante un ataque directo, o uno más soslayado, ¿crees que te encuentras preparado para esto? ¿Cuánto has aprendido hasta ahora? ¿Estás listo para pasar a la prueba? con @ Emily Karkarov Mientras tanto su mente leía a su vez los pensamientos en la mente de Emily, observa sin embargo sus ojos, sonríe, cada uno tiene una forma particular de concentrarse, algunos cierran sus ojos y su mente, lo cual es bueno. Mientras otros mantienen su vista fija en un punto ya sea real o espacial, sus mentes no se concentran hasta el infinito, pero sí cambian, modifican la historia. Sauda sonríe, ella ha vivido una experiencia similar en su pasado, pero ella ha tenido de forma tan natural su habilidad, no es lo mismo nacer con ella que desarrollarla, cada alumno lo hace a su manera. Cuando Emily deja de mirar el vacío y centra sus ojos en ella, le sonríe, asiente y se proyecta suavemente fuera de sus recuerdos, tal cual ha hecho saliendo de los de Goderic. —Muy bien, lo has hecho perfecto. Recuerda, es necesaria la concentración pero no la obsesión, no temas levantar barreras en blanco cuando el ataque sea de alguien que solo quiere curiosear, pero aplica todas tus habilidades para que una realidad se convierta en otra cuando haga falta ante un ataque más directo. ¿Sientes que has aprendido lo suficiente? ¿Crees que estarías lista para pasar a la prueba final?
  23. Sauda se había transportado a la habitación del uroboro desde con los ojos entrecerrados observaba lo que ocurría en el lago. Sean se había descalzado y con astucia caminaba sobre los pilotos, lentamente y concentrado. Había aprendido bien, pero la arcana era consciente de que no eran los movimientos de la habilidad lo que practicaba al mantener el equilibrio. Sonrió, él podía cerrar su mente, se sentía su concentración y su tensión, pero de seguro ya había adivinado que el lago no era un simple espejo de agua, los recuerdos de la niñez del mago en el orfanato y los maltratos recibidos en él comenzaron a reflejarse a los pies del mago, entre pilote y pilote. Primero eran turbias imágenes, apenas delineadas, pero a medida que él avanzaba iban tomando forma más clara, como si las vieras en una pantalla sobre la que se proyectaban. —Interesante… veamos cómo ocultas tus emociones para que el lago no te arrastre —susurró Aailyah mientras giraba en su mano el anillo que le daría a su aprendiz antes de entrar a una de las puertas dentro de la pirámide para atravesar la prueba final una vez que atravesara el lago, el bosque y el laberinto final. Los ojos de la arcana se abrieron con curiosidad mientras su mente se extendía, no para meter más imágenes falsas en la mente del mago, que bastante tenía con sus recuerdos reales en el lago, sino precisamente para eso, observar esos recuerdos, con los cuales antes había sido bombardeada y que ahora podía apreciar con un poco más de detalle y curiosidad, para conocer al que quizás pronto se convertiría en un par suyo como oclumántico. —Humm, sí, en verdad podría ser más interesante, orígenes muy dispares unen a hombres bajo un mismo poder mágico, me pregunto a qué recuerdo más doloroso te enfrentarás y a qué persona enfrentarás al final —el mago había logrado bloquear algunos de sus recuerdos, quizás su esposa, ex había dicho él, quizás alguno de sus víctimas de robo o tal vez alguien más importante para él o no. Tal vez su suegra con una sartén en la mano. Sí, iba a ser interesante. Siguió observando a ver qué pasaba a continuación. @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  24. Eso que tú crees que es real, no lo es.

    Eso que te muestro, es lo que yo quiero.

    Esto que veo en tu mente, es lo que yo puedo hacer y lo que quiero que tú veas.

  25. -Se estira, se relaja y prepara un té de hierbas aromáticas-

    ¿Crees que me puedes ocultar tu realidad?

    1. Ky.
    2. Aailyah Sauda

      Aailyah Sauda

      Vaya mi querido Aries, me encantaría comprobar que tanto has mejorado.

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