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Fydha Guilty

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Todo lo publicado por Fydha Guilty

  1. Camino por aquellas calles como todos los días, esta vez me había puesto un vestido un poco más ligero que solo tenía una manga pero que me era bastante cómodo y práctico en aquel día tan caluroso. Mis tacones resonaban en la piedra del suelo y mi cabello como siempre estaba atado en un moño dejando algunos mechones sueltos, comienzo a pensar que tal vez sea hora de cambiar de peinado, pero ese era el que más me gustaba. Miro de nuevo aquel local que tenía de nombre Ladurée, ya había pasado varias veces por ahí pero todavía no me había decidido entrar, no se muy bien porque dudaba pero esta vez lo haría. S veía un sitio elegante y que podrían servir un buen té, si mis pensamientos eran acertados este podría ser un lugar que visitaría más a menudo. Entro al lugar teniendo a primera vista un agradable recibimiento. Mis ojos grises recorren el lujoso local y por un momento me pregunto cuanto costarán ahí las cosas, casi parecía un sitio donde se podría celebrar una fiesta. Se notaba que era un sitio francés, estos siempre eran uno de los más elegantes, al menos a mi parecer. Me siento en una de las mesas al lado de la ventana, me gustaba estar frente al espejo para tener un poco más de panorámica, era mejor antes de estar mirando una pared. Entonces cuando viene el dependiente a preguntar que quería le respondo sin dudar -Un té de jengibre por favor -sin duda ese era uno de mis favoritos, y hoy era un bien día para tomar un té frente a una ventana donde el sol reflejaba mi brillante y blanca piel.
  2. Escucho a la chica quien parecce querer saber más cosas sosbre mí, sin duda mi personalidad debía de ser bastante misteriosa para cualquiera que me viera y no me conociera, ya de por sí no era muy sociable pero si quería empezar de nuevo en aquella ciudad debía intentar abrirme aunque fuera un poco a los demás. -La verdad es que yo también siento que ya nos conocíamos de antes- admito también- Quien sabe, tal vez... en otra vida -mi madre me había hablado mucho de aquello, las personas podíamos reencarnar luego de varios años y si el destino lo permitía encontrarnos con otras personas que habíamos conocido en aquel otro tiempo. Me pregunto entonces como eramos ambas en ese entonces, por mi parte solo siento que debo protegerla. Mi compañera me pregunta sobre aquel momento en el que no siendo consciente la ataqué, sin duda aquellos momentos en los que me pasa eso siempre me arrepiento a pesar de no ser exactaemnte yo quien lo haga. La dependienta del lugar vino entonces interrumpiendo un momento pero sin decir nada para no cambiar nuestra conversa nos pone nuestros pedidos y se aleja cosa que agradecía. Tomo con una mano mi baso para darle un sorbo. - Un alter-ego... -le respondo- algo si -no me importaba que la gente lo supiera, más bien lo prefería ya que de esa forma sabian que algunos de mis actos no era exactamente yo, el problema era que es difícil de explicar ya que no es algo muy común- Mi hermana y yo compartimos el mismo cuerpo, normalmente yo tengo el control pero cuando su ira se incrementa me cuesta retenerla y sale con aquella forma que viste -le digo sin saber muy bien si podría creerse aquello- Normalmente ella no quiere salir y cuando lo hace prefiere que nadie lo sepa -por más que ella lo negara, se notaba que aun tenía pánico a la vida, pero era eso u odio y no se que prefería.
  3. Puedo notar que Lillian estaba bastante nerviosa, no necesitaba con sentir su alma para saber eso, se veía a leguas al no parar de mover aquel relicario que por un momento me llama la atención. Esa mania que tienen muchas personas de necesitar mover algo por más mínimo que sea para poder controlar los nervios, sea o no consciente. - Bien -no había mucho que contar de mi vida, o al menos eso lo veía yo. Tambien dudaba que se lo fuera a contar a primeras ya que no soy tan abierta. Si eso con suerte si no había muchas cosas que contar si le diría algo interesante, pero tampoco creo poder tener nada que ofrecerle en ese aspecto. - Deberías relajarte un poco -cruzo una pierna por encima de la otra mientras mis ojos grises miraban a la chica, parecía que a la pobre le iba a dar un infarto. -Siéntate -le digo cn una voz tranquila. Era la primera vez que quedaba a hablar con alguien que fuera de mi edad ya que siempre me pasaba que los que si me querían hablar eran todos mayores. Asi que agradezco poder tener al menos un día de una chica normal, claro que tampoco sabía que decir, aunque con los mayores me pasaba lo mismo. - No tienes porque estar nerviosa -mi voz sonaba suave esperando poder tranquilizarla- no te voy a comer -aunque claro, pensandolo bien, soy un demonio que podría comerse un alma, pero mi hermana estaba tranquila en esos momentos así que no había ningún problema de que volviera a perder el control. Aquello me recuerda aquella vez en la que la ataqué sin ser consciente, esperaba que no me guardara rencor por ello, aquella prueba había sido bastante dura.
  4. Mi intimidad fue irrumpida por la mesera que vino a apuntar el pedido que quisiera tomar. Aun no lo tenía del todo decidico por lo que no tenía muy claro que podría tomar en un día como este. Tal vez un capuchino era lo que más me tentaba en esos momentos mas no estaba del todo combencida asi que era mejor que siguiera esperando a mi compañera. Entonces justo la chica irrumpió en el lugar, parecía decidida, llena de energías... en resumen, todo lo contrario a mí. Pero eso no significaba que nos tuvieramos que llevar mal sino todo lo contrario, además de que en algunas cosas aun podemos coincidir. Me alegra saber que había escogido un buen lugar, no sabía que lugares podría gustarle pero este fue el más agradable que encontré. Sin duda no me equivoqué. Aun faltaba la revelación de como sabía las bebidas que allí serbían pero tenía pinta de que no habría porque preocuparse por ello. Miro lo que pone sobre la mesa y no comento nada pensando en principio que ella pagaría, tampoco importaba mucho eso ya que una bebida sea cual sea no es nada cara del otro mundo, aunque luego me quede pensando hasta que escucho su pedido a la mesera que seguía esperando, aquello me hizo decidir. - Yo un Smoothie de chocolate -respondo, nunca lo había probado realmente pero tenía buena pinta y dudo que sea cual sea el pedido que mandes cualquier cosa en ese lugar va a estar muy rico, o al menos transmitía ese pensamiento.
  5. Con @Lillian Potter Evans Aquel día mis tacones resonaban por las calles del Diagón, era un día donde pocas nubes poblaban el sol y este iluminaba con sus rayos el callejón. El viento frío que soplaba y venía conmigo hacía que el calor se extinguiera. Había recibido una carta de una de mis compañeras de universidad que quería quedar para hablar conmigo. No se muy bien de que podríamos hablar ya que no soy de muchas palabras pero me parecía bien poder conocerla mejor, además de que esa chica tenía algo que me atraía. Este día me apetecía llegar uno de mis vestidos góticos, mi cabello negro apagado con tono caoba y mephas plateadas estaba atado como siempre en un moño con algunos mechones sueltos que caían sobre mis hombros. Sin duda mi cabello era uno de los más largos ya que llegaban hasta mis gemelos, si no fuera por los tacones casi tocaría el suelo. El viento se detiene conmigo y mis tacones dejan de sonar sobre la piedra del suelo al divisar un letrero "Cacao Café" Que había sido donde nos habíamos citado. Sin duda era un lugar agradable donde poder quedar con amigos para hablar, al menos parecía el más decente que vi hasta ahora. El otro lugar que también era agradable es donde me llevó mi ex-profesora, el problema que siempre solía haber mucha gente ahí, sumado a que ese día llovía y el viento no podía correr saqué una mala primera impresión del ambiente. Entro a aquel lugar, no había muchas personas y se respiraba mucha calma, había un olor a chocolate flotando en el aire que invitaba a entrar. Aquello me hizo dudar si pedir un café o un chocolate pero prefiero pedir luego de que mi compañera viniera. Me siento en una de las mesas que estaba al lado de la ventana, de esta forma podría ver si venía. Siempre suelo llegar muy temprano a las citas pero no me importaba esperar. Por un moment me tiendo a coger uno de mis libros pero prefiero controlarme y esperar mientras me debato que podría pedir para tomar.
  6. Sigo caminando por aquel callejón en aquella noche tan preciosa. Luego de haberme comido aquellas dos presas me sentía llena de energías capaz de hacer cualquier cosa, pero eso ya era algo que podía hacer siempre. Iba cubierta por aquella capa de forma que nadie podía ver mi rostro a excepción de mis labios y unos mechones plateados que salían de esta. Mi hermana se había quedado dormida muy pronto, se notaba que estaba cansada. Me encanta las noches donde mi hermanita está durmiendo, así pueod irme a cenar con más tranquilidad. El viento soplaba suavemente trayendo una brilla helada, ¿debería volver? Pero quería ver si hoy pudiera tener tanta suerte como la atenrior noche de luna llena. El viento soplaba suavemente trayendo una brilla helada y el silencio reinaba en aquella zona donde me encontraba. La oscuridad del lugar me envolvía como atrayéndome al peligro, sin duda mis instintos demoniacos eran muy peculiares, no como mi hermana que parecía una humana normal que nisiquiera sabía como era su transformación de demonio. Mis ojos tras la capucha de la capa que me cubrían dibisaron entonces a una persona que se encontraba hablando con alguien. Me oculto en un callejón que había entre dos locales y pego mi espalda a la pared para que no me descubran, entonces me asomo para ver de que se trataba aquella conversa tan misteriosa. Lo único que logré escuchar fue a la chica cuando se enfadó con aquel chico, fue difícil pero logré oirlo "Solo a ti, se te ocurre aliarte con esos…" esto se ponía interesante... Aunque será peligroso si elijo a uno de ellos mi presa, tendré que tener cuidado o seré yo la que muera aquella noche. ¿Quién será aquel chico? Su aura me resulta familiar, si tan solo se diera la vuelta podría ver su rostro ya que me encontraba justo detrás de él.
  7. Sonrío triunfante al tiempo que mis ojos verdes brillan, tengo la situación perfectamente controlada sin duda no había perdido mi encanto, normal ya que aquello lo tenía en mi propia naturaleza. Con paso seguro me acerco al chico haciendo resonar los tacones en el suelo de matera los cuales me estilirizaban las piernas mostrándolas más elegantes. - Se lo que hago -le respondo aun con aquel tono susurrante, claro que me sentia segura,, no había mejor satisfación que esa. - Y a tí se te ve muy cómodo- Me siento en el borde de la cama a su lado de donde él estaba cruzando una pierna por encima de la otra. Me agacho a su lado poniendo el antebrazo apoyado en la cama y con la mano acaricio sus cabellos haciendo que la llena de mis dedos le de una sensación agradable, aquella sensación que relajaba siempre todos los músculos y acerco mis labios a su oido aun teniendo aquella sonrisa en mis labios. - Dime... -mis labios rozaban su oreja y mi respiración penetraba dentro de él provocando que perdiera la noción del tiempo y una de mis manos acaricia su pecho- ¿Sabes que pasa cuando un vampiro muerte a un demonio...? -antes de que el chico pudiera llegar a razonar le muerdo el cuello con mis colmillos y una sensación placentera le imvade en todo su ser, no había cosa más agradable que las mordeduras de un vampiro que provocaban en sí un placer tan grande como cinco orgasmos juntos. Pero a diferencia de una mordedura normal, esta provocaba que poco a poco el chico perdiera la respiración y su vista se iba nublando. Separo mis colmillos y dos hilos de sangre corren por el cuello de él desde aquellos agujeros perfectamente colocados. Acerco mis labios a los suyos teniendo aun sangre en mi labio inferior y le susurro muy despacio -Buenas noches... -al tiempo que al chico se le cerraban los ojos y caía en el sueño eterno, sin duda aquella era la muerte más placentera que alguien pudiera tener. Luego de asegurarme que su pulso ya no latía me levanto y cojo mis cosas, lo siento por aquella alma inocente pero... también yo era afectada por la luna. Me gustó mucho aquella presa. Me pongo la capa y cogiendo mi bolso de moke donde estaban todas mis cosas me marcho- Sayonara -pronuncio con una voz risueña. En aquella noche nadie podía sospechar de mí, jamás podrían tener pruebas. Además, aquel local era dondee venían un montón de vampiros por lo que lo más seguro ahora será que se acusarán entre ellos cuando vean el cadáber. Cuando bajo me encuentro con el chico detrás de la barra, bueno, él si podría ser un problema asi que me acerco a él volviéndome a nacer una sonrisa y este se me queda mirando. - Buenas noches guapo... -susurro acariciando con mis dos manos su pecho pegando mi cuerpo a él, el chico abrió los ojos pero antes de que se diera cuenta su respiración se cortó y le robé el alma comiéndola. Ah... no había nada más gratificante que aquello, luego de beber sangre de mi víctima me como el alma de otra, sin duda aquella es la mejor noche de todas. Empieza a agradarme aquella ciudad. Espero encontrarme con más chicos así. Finalmente procurando no dejar ninguna prueba me marcho de ahí. Me doy vuelta para ver el local y luego miro la luna llena. Con el pulgar me limpio la sangre que quedaba en mis labios y lamo aquel dedo saboreando aquella sangre tan deliciosa. Lo mejor era que al estar dentro de mi hermana, aunque vieran a ella jamás sabrían que estoy dentro de aquel cuerpo a no ser que me vuelva a trasformar, por lo que nunca podría ser encontrada.- Gracias por la cena. Off: ^^ Mi personaje se me fue de las manos XD espero que no te lo tomes mal.
  8. Sonrío ante aquellos alagos y mirada del chico, sin duda quedó literalmente embobado. Quizzá debería aprovechar o dejar que viva un poco más, al fin y al cabo me gusta jugar con mis presas además de que puede ser una pieza clave para mi verdadero objetivo. - Me alagas, aunque igual te has tomado una copa de más y estás teniendo visiones- suelto una pequeña y suave risa sin separar mis labios. -Al fin y al cabo dicen que algunas personas acusan a la luna de las locuras que cometen a la noche, y tengo entendido que hoy hay luna llena. Dejo colgada la caba sobre la silla y recorro un momento mis ojos verdes por la habitación, informándome de cada pequeño detalle, si en ese momento hubiera habido una pulga en la esquina de la pared la habría visto. Vuelvo la mirada al chico y me acerco unos pasos a él. - Pero en serio, cuando quieras que te compense por tu amabilidad... -bajé levemente la cabeza mirándolo con mis brillantes ojos desde abajo- solo dímelo... -esas última palabras salieron suavemente de mis labios gruesos de forma nuevamente sensual. Al final dejo que el chico decida, irse y seguir con su vida pudiendo llegar a haber algo aunque sea conocidos entre nosotros o... morir esta noche.
  9. Sonrío satisfecha por mi presa, admito que era una fácil, pero estaba bien para comenzar. Cuando cae la noche es cuando la razón de las personas se va a dormir dejando paso a los instintos. Como algunos autores afirman... la culpa es de la luna llena, tal como se menciona en Plenilunio. Camino con él siguiendo sus instruciones para luego hayar la habitación. Al abrirla se notaba que se trataba de la habitación de un chico, en seguida la atravieso y abro la ventana de forma que el aire entra aireándola. Con un movimiento de mano hago que el viento se concentre en varios puntos de la habitación haciendo volar las cosas colocándolas en sus respectivos sitios hasta que la habitación queda ordenada y limpia, pareciendo una habitación nueva y reluciente. - Así está mejor -digo orgullosa para luego complacer al chico con aquel pedido de ver menos ropa y me quito la capa dejando mostrar mi cuerpo, blanco y delicado, era delgada pero no tan exagerado, y portaba uno de mis vestidos góticos, teniendo en los brazos unos guantes sin dedos. -Me gustaría saber si hay alguna forma de agradecer tu hospitalidad.
  10. Espero un momento, por no decir bastante, a que por fin el chico encontrara aquella llave. A saber que era lo que tenía ahí escondido junto con la llave pero casi era mejor no saber, tampoco me interesaba demasiado. No me importaba realmente como sería la abitación ya que solo me pasaría por la noches si necesitaba descansar un poco o para decir que estoy durmiendo en algún lugar. - ¿Gratis? ¿En serio? -una cosa buena, eso significaba que al menos no había perdido el tiempo. -Muchas gracias, eres un encanto... -digo de nuevo con aquel tono sensual al tiempo que con una mano le acaricio el mentón para luego separarme poco a poco al tiempo que me levantaba. No me importaba si había un poco de desorden siempre que no rozara los límites de la realidad y hubiera hasta una familia de murciélagos viviendo allí. Pero ahora que recuerdo, si aquí pasaban tantos vampiros, debería tener en mente que eso no sería tan raro. - Si vuelves a querer compañía... -le contesto a lo último de verse más a menudo- Ya sabes donde estoy -levanto la mano que aun sostiene la llave indicándole que podía subir cuando quisiera. Aunque no era aconsejable si quería seguir con vida, no si era a mi hermana a quien buscaba.
  11. Hola o/ Buenas a todos. Quería saber si podía inscribirme de nuevo en la Universidad. Ya lo hice antes y aunque aun faltan dos días para el tope de fecha me temo que no voy a poder terminarlo D: porque voy a estar muy ocupada este finde por cosas personales. Por eso me gustaría saber si pudiera inscribirme de nuevo para volverlo a intentar. Aquí dejo mis datos por si se necesitan. Nick: Fydha Guilty Nombre: Natalie País: España
  12. ¿Le causo curiosidad? Supogno que no todas las chicas actúan de la misma forma con la que lo estoy haciendo yo. Comienzo a pensar que igual fue innecesario el salir y tomar el control sobre el cuerpo de mi hermana pero ya que estaba al menos terminar la noche bien. Me relajó que el chico fuera sincero, aunque eran obvias sus intenciones primarias. ¿A la hora de pedirme que? No se si quiero saber que era lo que estaba pensando. - Esa era mi intención principal. -le dijo la verdad- Estaba en uno anteriormente pero había mucho ruído. -demasiado- Así que simplemente me fui a buscar otro que me agradara más y este fue el que me llamó la atención. -pienso por un momento si es bueno que el chico beba tanto pero no me importaba mucho aquello- ¿Crees que podrías ayudarme? -dije eso último instintivamente volviendo a mi tono sensual. -Además... así nos veríamos más a menudo.-susurro.
  13. Una gran decepción me abarga cuando escucho que no es realmente un vampiro. Agudizo mis sentidos para fijarme mejor en su alma, la esencia de aquella vampireza de la que hablaba me había confundido, cosa que por un momento incrementó mi odio a esa raza. "Que pena, tenía ganas de comer a uno" Suena la voz en mi cabeza. Por un momento siento que voy a recuperar el control pero algo lo impide volviendo a hacer que mi hermana siguiera con su plan "Pero podría llevarme a alguno..." Dice queriendo intentarlo, ya que estaba aquí, prefería no perder el tiempo, y sino al menos ganaría una habitación donde quedarme. - Que alagador -sonrío nuevamente ante su alago. Se que no soy fea, y que a algunas chicas podría superarlas, pero tampoco me lo creo tanto ya que no soy una "femme fatale". Mi hermana por el contrario si se cree la más bella de todas, tiene bastante más ego que yo. Confieso que me hace gracia como hace mi hermana que reaccioinen los chicos, noto como el pobre luchaba contra la tentación del impulso. - Entonces somos amigos -me extraño de aquella palabra ya que no sueño precipitarme a decirla. Sin embargo debe de ser parte de su plan para utilizarlo de comodín y que me conduzca a una buena presa- Puedes llamarme Silver -realmente mi hermana tiene muchos nombres que se puso ella misma, pero ese era sin duda su favorito y el que más usaba.
  14. - Un placer, Sean -tomo su mano con delicadeza y a la vez seguridad. Tenía que hacercarme más a él si quería ejecutar pronto mi plan. Este es el mejor momento y no puedo desperdiciarlo. No puedo saber lo que piensa el chico pero parece que conseguí su confianza. - Dime... ¿Puedo saber que hace un vampiro bebiendo aquí a tantas horas de la noche? -ciertamente no parecía muy divertido, no era que me interesara mucho su vida pero era una forma de acercarme más a él. No me agradan muchos los vampiros lo reconozco, pero acmito que sus mordidas son las mejores que puede haber... - Aunque... tal vez sea una desgracia con suerte -me siento a su lado cruzando una pierna encima de la otra de forma que la abertura de la capa se abre mostrando así la piel blanca de una de mis piernas.- Ya que así pudimos conocernos.
  15. Sin duda el vampiro se estaba entreteniendo conmigo, no era ninguna novedad aquella. Me hubiera gustado saber uandos vampiros había en aquella ciudad para poder darles mi bienvenida... Pero por el momento me arreglaría con este de aquí, por lo menos de momento todo marchaba bastante bien... y aun faltaban horas para que la lucha pusiera fin a la noche. - Me interesan los vampiros porque... -susurró con aquel mismo tono misterioso que usaba el chico- Hace mucho tiempo conocí a uno que me dejó marcada de por vida... -digo sinceramente, no había nada que esconder en aquello, desde entonces le tenía siemrpe una cierta manía a los vampiros... - Por cierto... -poniendo el codo sobre la mesa y la cabeza apoyada en mi mano de forma que mi dedo índice se apoye en mi megilla señalando hacia arriba, mi dedo corazón se apoye sobre la comisura de mis labios y el pulgar roce mi mentón mientras los otros dos dedos los dejo caer hacia la palma de mi mano- ¿Podría saber tu nombre? -apoyo ahora el otro antebrazo sobre la mesa por debajo de mi pecho.
  16. Escucho su explicacion y por un momento pienso... ¿él habrá hecho que había caído en mi juego? Sin duda conozco muy bien a los vampiros y se de aquel gran ego que tienen y sobre todo sus emociones fuertes. Eso solo hace que mi sangre hierva más pero me mantengo tranquila... de momento. Tomo la copa al escuchar aquello y tomo un sorvo de esta, de forma delicada y suave para volver a poner con tranquilidad el baso en la mesa con perfectos movimientos. Abro los ojos que había cerrado un momento para degustar aquel líquido en mi paladar y vuelvo a sonreír, la estrategia cmenzaba a formarse en mi mente. - ¿Y cuantos vampirtos son? Me gustaría conocerles... -mi hermana... al rededor de muchos vampiros. Esto no iba a acabar bien pero parecía decidida a continuar con su plan. Intuyo más o menos lo que pretende, pero el como... es posible que ni ella lo tenga claro aún, mas cnociendola lo sabrá pronto.
  17. Siento que en aquel momento perdía el control de mi cuerpo y aquella persona que estaba dentro de mí despertaba. No se que estaba pensando pero parece que tenía un plan entre manos, y para que aquello hubiera hecho que saliera no debía de ser muy bueno.- ¿En que estás pensando, hermana? -dije en mi mente, pero no hubo respuesta. Bajo me capucha para atrás al tiempo que ahora todo mi cabello se había vuelto plateado y ya no lo tenía tan largo como antes, se había acortado hasta la altura de mi cintura, pero al estar por dentro de aquella capa aquel dato no era perceptible. Mis ojos, antes grises, brillaban como esmeraldas. Una sonrisa surgió en mis labios mostrando uno de mis colmillos. - Cuenteme... ¿qué tengo que hacer? -le respondo con aquella misma voz al tiempo que uno de mis dedos juega con uno de mis mechones. Noto como paraba bastante al hablar, como pensando en que responderme. Pero eso solo incetivó aún más en mi hermana. Ella ya comenzó su juego.
  18. El hombre tras la barra se queda por un momento sin saber que decir cuando entonces un vampiro que se encontra bebiendo es quien me llama la atención. No tengo una buen primera impresión gracias a aquella copa medio vacía que tenía, pero supongo que el hecho de que fuese un vampiro significaba que necesitaría beber mucho más que un humano para emborracharse, mas la idea de estar con un chico que estaba bebiendo no era una idea que sonara agradable a primeras. Me acerco a él escuchando que, en resumen, necesitaba ganarme su confianza para poder hospedarme. Casi me era mejor buscar en otro lugar, pero igual me precipitaba, tenía que comenza a abrir mi mente aunque quien me hablase fuese un hombre. Por ello me acerco a él poniendome en aquella misma postura de antes. Mi cabello en esos momentos tenía cada vez más mechas plateadas e intuía de que color podía estar mi ojos en aquel momento... ¿habría sido buena decisión salir? - Entonces explíqueme señor... -dije con aquel mismo tono sensual- ¿cuales son esas reglas? -dudo un momento si sentarme o no pero finalmente lo hago. Esperaba que esto no fuera a más pues aquel demonio que estaba dentro de mí había despertado fuerte y dependiendo de como fueran las cosas esto podía acabar en un asesinato. Cuando mi hermana toma el control, como está comenzando a hacer ahora, es que tiene hambre. Debió de ser el hecho de sentir el alma de un vampiro... seguramente eso fue lo que la hizo reaccionar. Sin duda esto no iba a terminar bien pues ella comenzaba a tejer su propia telaraña, debí haber ido a otro lugar...
  19. Me encuentro en aquella habitación de aquel hotel donde abajo hay la típica taberna. Estoy leyendo un libro teniendo la ventana abierta y me alumbra solo la tenue luz de la lámpara de escritorio. Paro un momento, desconcertada por el nuevo varullo que se había formado abajo, todas las noches estaba igual. Miro la hora -1:30 a.m.- y no iban a parar hasta dentro de unas horas más. Decidida, cierro el libro de golpe y me levanto para comenzar a preparar las cosas. Cuando el aire se siente axfisiado en un lugar siempre busca una salida por donde escapar, eso también hacía yo, necesitaba un lugar más cómodo, silencioso y solitario donde estar para poder centrarme en mis cosas. A penas dormía por las noches, pero deseaba un poco de silencio para poder sumergirme en mis lecturas. En unos minutos termino de prepararlo todo y, luego de asegurarme de que no me quedaba nada, salgo de aquella habitación. Al bajar por las escaleras los gritos amortiguaban el sonar de mis tacones. Ni me molesto en despedirme del dependiente de aquel local que estaba ya bastante ocupado luchando porque no hubiera alguna otra pelea. Abro la puerta y salgo sin que nadie se diera cuenta, invisible como el aire en movimiento. Camino un buen rato por aquel callejón sin inmutarme ni preocuparme. No hay nadie a esas horas de la noche, normal. Por un mmento me inundo en aquel silencio. No sentía el viento gracias a que iba completamente cubierta por una capa. Mi rostro estaba oculto gracias a la capucha de modo que nadie podría saber quien era. Mis tacones paran en seco cuando mis ojos ocultos tras aquella prenda descubren aquel lugar con un nombre que me llama la atención "La Rosa Negra". Sin duda era bastante atrayente por lo que me decidí a entrar y sí, a primera vista el lugar era agradable, sobre todo por aquel silencio sepulcral y que a esas horas no hubiera casi nadie. Me acerco a la barra donde detrás se encuentra la persona que debía de ser el propietario de aquel lugar. Me inclino un poco hacia delante para apoyar los brazos en la barra de forma que se ve un poco el escote y unos cabellos negros con mechas plateadas saliento por la capa. - Buenas noches -mi voz sonó suave con un tono algo sensual pero a la vez neutro- Buscaba un lugar donde poder hospedarme, creo que usted podría ayudarme. -es cuando sonrío que me doy cuenta que el otro ser que avita dentro de mí había decidido caminar tentado por aquella soledad que reinaba bajo aquel oscuro cielo.
  20. Asentí con la cabeza cuando me preguntó si iba a llevarme aquel libro, sin duda me vendría bien. La sigo y escucho aquel relato que me cuenta, sin duda lo hace con el corazón como transmitiendo algo que pasó hace mucho tiempo que llevaba guardado dentro. Cada persona tiene su propia historia y cada una debía ser escuchada. No comprendo como puede haber personas que desprecia tanto los libros que hasta los usa para quemar, eso sí es un sacrilegio. Los libros son cultura, experiencia, sentimientos... cada uno deben ser leído y escuchados al igual que las historias de las personas. - Me lo llevaré -le contesto a su pregunta- Me gustó mucho escuchar su historia, se nota que es una mujer muy sabia y que tuvo una vida llena de esperiencia. -mi madre siempre me decía que una de mis grandes virtudes era la de saber escuchar, aquello era algo verdaderamente valioso y util para todo ya que así conocía más facilmente a las personas y podría comprenderlas. - A mi también me calló mal Darcy -le seguí la conversa cuando cambió de tema- Lizzie es una persona con la que es fácil identificarse -me gustaba llamarla de ese modo para abreviar el nombre de Elizabeth, no me acordaba de mucho y varias cosas puntuales me las olvidé por eso quería volver a leerlo. Pero recordaba haberme quedado con esa profunda sensación de que comprendía a aquel personaje como si yo viviera aquella historia. - Muchas gracias, seguramente me pase a menudo por aquí -cuando hubiera demasiado ruido cerca de donde me hospedaba ya que siempre había un bar cerca y quisiera leer con tranquilidad- Además, me gustaría seguir escuchando más aquellas historias -refiriéndome a las historias que ella podría contarme como la que narró hace tan solo unos minutos de como conoció aquel libro, aunque no lo parecía me gusta escuchar historias, al igual que leerlas. - Nos veremos pronto -digo manteniendo aquella aura mística que siempre me acompaña como el viento mientras le pago el libro y me dirijo a la salida teniendo aquel ejemplar en la mano. Lo más seguro era que mañana volviera deo volente.
  21. A la mujer que me atiende le salió la sonrisa más grande que había visto en mi vida cuando escucha mi pedido. Por un lado me relajaba ver que había más personas que conocían aquel maravilloso ejemplar, había muchos libros muggles que eran realmente muy buenos y que la gente los despreciaba solo por su orígen sin darles ninguna opotunidad. Yo prefería leerlos de principio a fin para así poder comprenderlos en su totalidad, solo entonces es cuando se puede juzgar un libro. - Muchas gracias -le contesto cogiendo aquel ejemplar, me vendrá bien para leer aquellas noches en las que la luna no me deja conciliar el sueño. No era que su luz me molestaba pero había ocasiones que la noche era tan hermosa y brillante que valía más la pena aprovecharla que malgastar horas soñando por algo que posiblemente no me iba a acordar cuando despertara. Miro cuando cuesta cuando la dependienta del local me propone aquel descuento, al menos era algo positivo el que no fuera un libro muy solicitado, pero por el otro lado me da bastante rabia ya que es algo que mucha gente debería conocer. Sin embargo eso pasaba también en el mundo muggle, y hasta ellos mismos desprecian sus propios libros solo porque la portada o el título no los atraen o parecen aburridos, o la escusa más tonta: nunca tienen tiempo. Si tienen tiempo para ver aquella cafa que llaman televisión tienen tiempo para leer. Miro un momento la portada, es el mismo libro que tenía en mi casa lo que provocó que me volviera un tinte de nostalgia, pero aquello se dispersó cuando la nueva presencia que entró en la librería llamó la atención de todos los que allí estaban presentes. No me gustaba mucho meterme en problemas familiares y personales de los demás, pero al mismo tiempo también una parte de mí tenía el ansia de querer ayudar. Más antes siquiera de que mi boca se abriera me controlé, no conocía muy bien la razón de porque había tanta tensión entre ellas y sin saber nada lo único que conseguiría era o empeorar la situación o quedar solo como una extraña. "Cómo no, los problemas siempre los causa un chico" sonó aquella voz en mi cabeza de la cual yo ya estaba acostumbrada. Era cierto que tenía un gran complejo, esa podía ser una razón por la que era mejor no meterme, ya que me costaría no dar mi opinión subjtiva basándome en mi propia esperiencia cuando no conozco a nadie y realmente podría estar juzgando mal.
  22. Preferí no meterme en la conversa de ambas personas, ya de por sí los chicos no me caían bien. Un poco me pareció escuchar que era un cazademonios, pero si de verdad lo fuera ya me hubiera atacado antes. Mi madre ya me había advertido de ellos, así que prefiero no llamarle la atención, tampoco quiero que todos estos libros paguen por una pelea absurda que no tenía sentido. Mis ojos se vuelven a centrar en la otra mujer dueña del local quien me presentaba el lugar. La verdad es que solo quería relajar un poco mi mente, no había podido coger muchos libros para mi desgracia y aun no tenía un lugar fijo así que solo podía leer en la biblioteca los nuevos que encontrara. - Gracias -le digo por molestarla ya que parecía algo incómoda por la conversación de ambas personas que estaban a unos metros de nosotros- ¿Tiene por un casual Orgullo y Prejuicio de Jane Austen? -le pregunto, no quería molestarla pero iba a tardar bastante tiempo en encontrar un libro entre tantos. Me gustaría volver a leer ese libro, hacía mucho tiempo que lo había hecho y ya me había olvidado de algunas cosas. No estaría mal indagar en aquella lectura para olvidarme por un momento que aún no sabía a donde ir en aquella ciudad. Estaba sola y prefería seguir así por un tiempo.
  23. Por un momento aquellas dos personas que me habían hablado callaron y un nuevo sonido les paró si iban a volver a hablar. Si en verdad serían las dueñas de este local tendrían que ir a atender a aquella persona que vino nueva a la tienda que parecía buscar algo más específico. Sin embargo noto algo que me llama la atención, mis ojos grises se giran para mirar a aquella persona desconocida. Había algo en ella que me llamaba la atención pero no sabía decir que exactamente. Por un momento quería ir a hablar con ella pero me detuve al notar su aura un poco apresurada, seguramente tendría cosas mejores que hacer y yo no soy muy buena dando conversas. Mi mente un poco se divagó al ver por el rabillo del ojo un libro que había leído varias veces y que me había encantado: La Fundación. Sin duda no me importaría volver a leerlo, a pesar de que el escritor era un muggle de España, lo que es decir mucho, sus libros eran unos de mis favoritos.
  24. Miro los libros que había más cerca de mí, no tengo muy seguro de que me apetecía leer en aquel momento y los recuerdos de mi madre me distraían un poco, pero entonces escucho una voz que me hace girarme para ver de quien se trataba. Es una mujer que va acompañada, la primera parece que es la encargada del local al atenderme de aquella forma. - Solo miraba - me di cuenta de que su alma se encontraba un poco mal, una habilidad que tenía gracias a mi raza de demonio, o al menos me habían dicho que era por eso, posiblemente no hubiera venido en el mejor momento, tal vez fuera una maldición aquello de venir en el peor momento. Mis ojos, fríos como siempre, miran ahora a la mujer que me habla preguntándome si me encontraba bien. Me doy cuenta ahora de que posiblemente las analizaba demasiado y tampoco quería incomodarlas así que sería mejor que me centrara, tal vez el pensar en el pasado hacía parecer que me encontraba un poco nostálgica, tal vez así fuera. - Descuide -le respondí a la segunda mujer que me habló cortesmente- Ver tantos libros me llevó al pasado por unos momentos -no se como se iba a tomar eso ya que en cualquier biblioeta iba a encontrar libros al igual que esos, sería tal vez el olor o por ser la primera librería en la que entro desde mi partida, o solo por la colocación de los libros.
  25. La noche está cerrada, algunas nubes inundan el cielo pero aún así se puede ver el brillo de la luna resaltando, tan imponente y bella como siempre. Un ligero viento hacía bailar mi larga cabellera. Esta hermosa noche se merecía algo especial, por ello decidí ponerme uno de mis vestidos , conjuntándolo con unos guantes, y unas botas. Mi piel a la suabe luz de la luna parecía mucho más blanca que de costumbre, mis labios pintados de negro y la sombra en los ojos provocaban que mi aspecto pareciera más bello y peligroso. Sin duda, quien se topara conmigo esta noche, sus ojos solo vería la sombra de la luna. Caminé sin rumbo por aquellas calles, sin ir a ningún lugar concreto, solo yo, mi soledad y el viento. Como un fantasma que se inunda en sus pensamientos. Cual será la razón de mi existencia, me pregunto, cual será la razón de porque aquí me hayo. Tal vez vine demasiado pronto, tal vez ya es demasiado tarde, tal vez mi existencia es finita, como todos. Quien sabe. - Todos somos solo sombras en el viento, que bagan en procura de algo que ni ellos saben. Pero no importa lo que pase o lo que se evite, el destino siempre nos acaba encontrando... Decidme, pobres almas en pena que en este lugar se hayan... -susurro al tiempo que camino y la niebla se vuelve cada vez más espesa.-¿Cómo hago yo mi destino para así poder evitarle?

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