Bakari

@@Axel Rexdemort No creo que el limitate realmente pueda afectar las invocaciones de los señores del caos y tampoco alguna del resto. Principalmente porque las invocaciones del señor del caos no necesitan varita y el limitate actúa sobre ella. El resto de los hechizos no consumen acción, así que no cuentan como una de las dos acciones permitidas en un turno. Puedes hacer una rueda y dos hechizos más, por ejemplo.

La pequeña fogata frente a él no generaba el suficiente calor para protegerlo del frío que atacaba sus huesos como si estuviera en su interior solamente, los copos de nieves también estaban volviendo su cabello más blanco haciendo que sus verdaderos años fuesen un poco más visible y no solamente por las cicatrices en su pecho descubierto. Estuvo allí, sentado frente al fuego, mirando como los dos jóvenes trataban de enfrentarse entre ellos, la chica dio el primer movimiento. Sin embargo, el joven ya parecía tener la experiencia necesaria como para invocar uno de los señores del caos, no tuvo que explicarle absolutamente nada sobre cómo concentrarse en los malos pensamientos, cómo juntar las manos; nada de eso fue necesario para él, era un viejo conocido que se había perdido la última vez en su oportunidad de adquirir los poderes del libro. En el fondo, Bakari esperaba que pudiera lograrlo esta vez para así no volver a verlo más. Fue extraño, pero el chico no hizo intención alguna de responder con un ataque o estaba esperando que la ninfa realizara el trabajo por él. - ¿Cuál es tu mayor deseo? - Se dirigió al chico que en ese momento parecía distraído - ¿Cuál es tu mayor temor?. Era las clásicas preguntas que le realizaba a todo alumno y él ya las había respondido, pero no dudo en ningún momento en volver a repetirlas. Tal vez el chico, en su tiempo perdido tuvo un cambio de mentalidad y en ese momento sus respuestas eran otras diferentes a la última vez. Quedó a la espera de una respuesta mientras el chico trataba de atacar o cualquier movimiento que fuese a realizar. Bakari frotó sus manos con fuerza y rapidez frente a la fogata, como si eso fuera capaz de calentar todo su cuerpo en un instante.

Un pequeño toque en su hombro, casi un roce, luego otro desde el otro lado y así, hasta que se percató de lo que estaba sucediendo: paulatinamente comenzaba a nevar, cayendo apenas unos copos de nieve que se derretían ante el mínimo toque con algo. Su molestia fue mayor y no lo disimulaba en absoluto. A pesar de su humor y de que parecía distraído, no perdió oportunidad de ver lo que la chica hacía. Peeves había aparecido y trataba de molestarla, a lo cual ella respondió, aunque de forma dubitativa. Fue entonces cuando el Señor del Caos que Bakari mismo había invocado y el poltergeist cruzaron mirada, a lo cual, inmediatamente el último se lanzó sobre el primero con claras intenciones de molestarlo, y antes de que pudieran darse cuenta, ambos desaparecieron. No fue sorpresa para él, era algo ya natural. Giró levemente la cabeza, observando al recién llegado. Lo recordaba vagamente, pero ciertamente no tenía idea dónde habían quedado en medio del entrenamiento. Lo bueno es que no necesitaban presentaciones innecesarias. - Justo a tiempo, ella ya necesitaba alguien con quién comenzar a experimentar - lo había pensado, aunque su boca lo reprodujo tal cual, sin filtro -. Tú, ¿recuerdas cómo invocar un Señor del Caos? ― le preguntó a Axel, y sin esperar respuesta de su parte, se dirigió a Bodrik ahora - Atácalo, con cualquier hechizo que se te ocurra o sepas, pero utiliza alguna de las ruedas para alterar las posibilidades de tu oponente. Y tú, defiéndete y atácala, dependiendo de lo que el caos te otorgue invocando a uno de ellos. Sin más y esperando no tener que hablar demasiado, se acomodó en el lugar y sacando apenas su varita juntó algunas ramas y hojas, a las cuales inmediatamente prendió para formar una pequeña fogata en un vago intento de deshacerse de aquel frío que ya le resultaba molesto.

El joven mucho pudo recuperar la varita rápidamente y seguir como si nada extraño hubiese ocurrido, incluso tuvo la valentía de atacar inmediatamente después de haberla obtenido, como si hubiese tenido una segunda oportunidad que iba a aprovechar a toda costa para tener la victoria. Bakari esbozó una sonrisa tratando de imaginarse en su cabaña descansando y retomando su nivel espiritual después de una siesta. El frio lo estaba torturando. Los filamentos de fuegos viajaban rápidamente hacia la dirección del Uzza que ni siquiera se inmutaba ante el inminente peligro. Con la varita mágica otra vez en su tamaño original, tuvo la capacidad de realizar una sencilla floritura para pensar en un - Salvaguarda Mágica - justo en el momento en que los hilos de fuegos se acercaban a él. El efecto instantáneo, toda su figura se volvió intangible, por lo que el ataque del joven solo lo atravesó como si no estuviese presente en el escenario, como si hubiese atacado a una especie de fantasma. El Uzza salió ileso. - Desmaius - Mencionó, aburrido sin duda alguna. Pudo observar el haz de luz rojiza que se desprendió de la punta de su varita viajar a gran velocidad con dirección al pecho del joven con la intención de dejarlo inconsciente el tiempo suficiente para irse a descansar, pues era su mayor deseo en ese momento, necesitaba abrigarse, a pesar de todo era un simple anciano que también requería cierta atención. El Señor del Caos a su lado le otorgó la posibilidad de realizar un hechizo más en ese momento, pero Bakari no tenía intención alguna de aprovecharlo, no ahí, no lo creía correcto.

1d3 Señor del Caos:

No pudo evitar que los copos de nieve cayeran con más fuerza tiñendo así de más blanco el paisaje y bajando la temperatura a casi los ceros grados centígrado. Tampoco pudo evitar verse afectado por el mismo hechizo que él había realizado segundos antes, los huesos cristalizados de la Arena de Hechicero bloqueó su visión como si un puño de polvo estuviese en ellos, era molesto, pero estaba acostumbrado desde hacía tiempo a la sensación debido a su experiencia. Concentrando una vez más sus energías pudo convocar uno de los entes demoníacos, un Señor del Caos imponente y temeroso a la vista apareció a su lado con la intención de ayudarlo en lo que necesitará. En ese momento, pudo arrebatarme uno de los hechizos que tenía encima, así que las Arenas del Hechicero lanzadas por su alumno dejaron de surtir efecto en sus ojos, recuperando su visión como si nada hubiese pasado y ofreciéndole algo de ventaja. - Vara de Cristal - Mencionó cansado ya del frío y de la necesidad de seguir dueleando, quería descansar. - Expelliarmus. Primero su varita mágica se transformó de inmediato en una especie de bastón, sobrepasando su estatura por unos centímetros de un color rojo brillante parecido a la sangre derramada. Tenía un aspecto hermoso y parecía tener la capacidad de pensar por su cuenta. Segundo, un rayo azulado no viajo como es costumbre, claro que no. La Vara de Cristal no solamente tenía la habilidad de volver más grande su varita mágica, imbuyó el rayo y lo convirtió en algo imperceptible. Apenas Bakari terminó de pronunciar sus palabras la varita de joven alumno salió disparada a cinco centímetros a su derecha, sin saber todavía nada de lo ocurrido. Debía recuperarla. - Maldición - Pensó para que se viera afectado justo en el momento de que recuperase su arma y no pudiese gesticular un hechizo coherente que pudiese afectarlo.

1d7 Señor del Caos:

El chico pareció sorprenderse al enterarse del enfrentamiento que estaba por ocurrir, pensaba que el mundo o alguna deidad superior le estaba colocando pruebas imposibles de superar en su día a día haciendo que la complejidad de su vida aumentara y la felicidad disminuyera. Sin embargo, no se acobardó ni huyó, sin decir ni una palabra más simplemente atacó. Un gas venenoso invisible penetró en sus vías respiratorias haciendo que su respiración empezará a tornarse difícil, pero entre cada intento de aire que intentaba conseguir estaba seguro que podía decir alguna última palabra, como se esta cerca de la muerte y quiere despedirse de alguien que se tiene al lado. Jadeando, luchando por conseguir esa bocanada de aire, aspiró varias veces con la boca abierta. - Expavescerent - Dijo en un susurro casi imperceptible, pero lo suficiente para que su arma mágica lo pudiese escuchar. Los efectos que estaban en funcionamiento en ese instante, el veneno del Cinaede desapareció y la posibilidad de que ambos lo usarán nuevamente en el duelo también, un hechizo menos del cual preocuparse, así obligaba al chico a utilizar un poco más los importantes y eran los que estaban en el libro del Caos. La Rueda de Poder que logró invocar después de pensar rápidamente en los malos pensamientos necesarios para que se reconocieran sus habilidades mágicas no lo favoreció en lo absoluto y sus hechizos a partir de ese momento no tendrían la fuerza de daño que realmente esperaba ni siquiera de una forma normal. Era mucho menor que eso, básicamente estaba al nivel que su alumno. Por eso cuando lanzó la Arena del Hechicero, supo que tendría la capacidad de cegarlo, pero no duraría la misma cantidad de tiempo el cual estaba acostumbrado así que esta vez su ventaja no era mucha, tal vez le funcionaría un par de segundos lo suficiente para bloquearle sus próximos dos hechizos. Era una ciencia algo incierta cuando la rueda de poder te afectaba de esa manera. Todo a su alrededor en ese momento estaba cubierto por una capa blanca de nieve, era como si de un momento a otro se hubiesen trasladado a uno de los polos del planeta tierra, pero simplemente estaba allí siendo castigados por el inclemente frío y por la nieve que poco a poco aumentaba la velocidad de su caída.

1d10 Rueda de Poder:

Nevaba, empezaba a formarse el ambiente navideño que celebran los habitantes de aquella localidad, esperando una cantidad de regalos y despedían el presente año y recibian el nuevo entre algarabia y abrazos familiares. El techo de su cabaña empezaba a teñirse lentamente de blanco, como seguramente pasaría con el resto de viviendas y con toda la superficie que estuviese descubierta. La temperatura bajó varios puntos. Estaba alejado un poco de su cabaña, era el mismo lugar de siempre donde colocaba a sus estudiantes a enfrentarse en la última prueba para analizar sus conocimientos adquiridos sobre el libro de hechizos y como se manejaban con los complicados encantamientos. - Debes enfrentarme - Dijo esperando que el chico rubio realizara su primer movimiento. Viejo y algo hastiado, no se movió mucho, solo suspiró esperando que el pobre hombre pudiera realizar dos movimientos correctos para tarminar con todo eso y mandarlo a casa, seguro que esperaba con ansias recibir el nuevo año con sus familiares. Tonterías que realizaban las personas en esas ocasiones, Bakari por su parte solo quería dormir y meditar, tratar de recuperar su juventud con ambas cosas. Por un momento admiro como los copos de nieve caian desde el cielo y pintaban el cesped donde se encontraba de un color blanquecino y cada segundo que pasaba aumetaba la cantidad. ------------------ @@Niko Uzumaki El duelo tendrá una duración de una semana Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará). Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Tempestad, Legionario y los libros de hechizos hasta el libro del Caos. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro del Caos.

En lo alto del cielo las nubes parecían un poco más pesadas que de costumbres, con la experiencia de los años pudo notar ese tipo de cosas, predijo casi sin pensarlo demasiado en que iba a nevar. La suave gélida brisa penetraba en sus huesos como si quisiera congelarlo hasta matarlo, iba in crescendo y la temperatura era cada vez más baja. En ese momento estaba un poco arrepentido de ir sin una prenda que le cubriese su torso, su piel no era tan gruesa como en sus días de gloria. La joven pudo realizar lo solicitado por el Uzza, le costó como a todos los demás, pero ese solamente era el primer paso a todo lo que necesitaba. La nube que rodeaba sus manos no era tan grande debido a la fuerza de su poder mágico el cual iría creciendo conforme adquiriese más poderes o aprobara más libros de hechizos, sin embargo era suficiente para lo que necesitaba. Bakari realizó lo mismo, estando sentado en el suelo, colocó las manos en el suelo para que un señor del Caos apareciera dramáticamente a su lado. Y era justamente el Señor del Caos, en teoría el más tenebroso de todos, solo estaba allí como demostración para la chica y sin embargo, el ente trató de arrebatarle sin éxito algo mágico que Bakari tuviese. - Debes invocar uno de los señores del caos ahora - Comentó esperando que la joven encontrase la manera de invocarlos. Conocía ya lo necesario para concentrar la magia en sus manos, era momento ahora de tratar de proyectarla para que Anubis pudiese percibirla y otorgarle alguno de los seis entes del mal.

1d7 Señor del Caos:

La chica le respondió a las preguntas sin que causara mucha sorpresa para él, la mayoría de sus estudiantes respondian ese tipo de cosas donde siempre les aterreba perder a un ser querido, familia entera, les atemorizaba encerrarse en un sentimiento como la soledad, el odio e incluso el amor. También convertirse en grandes guerrero para proteger eso que no querían perder, defenderían con uñas y dientes de cualquier mal o imprevisto que el destino les pusiese en su camino. Sin embargo, en algún punto de sus vidas se darían cuenta de que no todo puede defenderse o vencerse, simplemente no. Bakari no le dio mucha importancia a la última respuesta de la chica, la brisa gélida empezaba a molestarlo al estar sin algo que cubriese su torso, necesitaba un poco de descanso, su siesta del dia, un poco de cafe o chocolate caliente. Quería volver a casa pronto. El guerrero juntó las palmas de sus manos frente a su pecho, una vez más, concentrando su poder mágico para que fluyera hacía las mismas y pudiese convertirse en lo que él esperaba. Después de unos segundos, una nube oscura y pesada se formó alrededor de ellas dando vueltas esperando que pudiese invocar alguno de los hechizos del libro, pero en ese instante no quería realizar nada parecido, simplemente esperaba mostrarle la siguiente tarea a la joven y era esa. - Piensa en los peores recuerdos que te han pasado - Dijo sacudiendo la cabeza un poco para alejar los pensados por él y separar sus manos - Trata de hacer lo mismo, debes controlar tu energía hasta las tuyas - Movió sus manos. El joven rubio seguía esforzándose, esta vez realizó un par de movimientos que lo llevaron a destruir un objeto gracias a la fuerza otorgada por la rueda del caos y un sectusempra bien hecho, sus hechizos estaban bien. Tal vez un hechizo más que demostrará que había aprendido todo lo necesario fuese suficiente para enfrentarse con su maestro que sin duda quería deshacerse de él y de su otra estudiante para irse a descansar, estaba harto de alumnos. - Una vez más - Le dijo al chico.

- O puedes intentar probar alguno de los demás hechizos - Hablo nuevamente Bakari después de ver como el chico convocaba unas manos fantasmales para protegerse - Todo depende de ti en este punto. No pensó en nada más que decirle, y tal vez no tenia más que enseñarle solo guiarlo por el camino del correcto en el uso de los encantamientos y pudiera sacarle el mayor de los provechos. El señor del caos estaba ahi, tranquilo esperando todo que algo pasase para actuar en la defensa de su invocador, pero en su interior no parecía sentir ninguna especie de peligro en el entorno que pudiese dañarlo y muchos menos ahora que su muchacho estaba rodeado por unas manos fantasmales. La voz de una chica llego su oidos afirmando que fue enviada allí para ser entrenada como todos los demás y aprender las habilidades necesarias para usar el Libro del Caos. Era una joven delgada de cabellos negros ondulados y unos ojos azules muy parecidos al color del cielo que estaba sobre nosotros en ese momento. Muchas cosas pasaron por su lento y viejo cerebro, sobre como la joven podia fracasar como uno de sus anteriores estudiantes. - ¿Cuál es tu mayor miedo? - Empezó pregutando las mismas de siempre - ¿Cuál es tu mayor deseo?.

@@Bodrik Debo ignorarte, porque obviamente no leíste el primer post de mi topic. Estas muy equivocada respecto al punto de reunión, así que si puedes trata de rolear nuevamente con todo lo medianamente correcto para que puedas tomar la clase. Saludos.

El chico rubio al parecer seguía vivo en los alrededores de la clase porque de un momento a otro decidio firmar el pergamino que tenía justo frente a él, si, no quería irse ese pedazo de papel y los estudiantes no paraban de llegar abrumandolo con tonterías que debía enseñarles. Estaba seguro que todo sería recompensado en alguna oportunidad venidera. Celebró su minivictoria al ver uno de los señores del caos en el terreno gracias a su magia. Sin embargo, Bakari estuvo cerca de responder cuando el Troll estaba cerca de darle un par de buenos golpes con su mazo. Lo vio todo en cámara lenta, distraido por su efusividad no pudo percatarse de lo que estaba por pasar, un impacto con la parte costal de su torso lo sacudió ligeramente, tambaleandolo, además de eso fue con un mobilicorpus que pudo levantar al rubio un par de metros del suelo. - Trata de deshacerte de él - Mencionó Bakari mientras veía el chico en serios problemas. Era probable el chico pudiese caer incosciente por otro periodo de tiempo, el troll definitvamente no era un rival fácil de vencer y era algo molesto tener que evitar sus encantamientos a cada instante. Tuvo curiosidad de ver de que era capaz su estudiante frente al ente demoniaco y tonto que le había tocado.

Observó a los chicos enfocarse con ganas usando los hechizos del libro para liberarse del señor del Caos invocado por ellos mismo, no era algo fácil pero el intentarlo sin duda los llevaría a aprender los fundamentos básico para controlar todo los hechizos de los libros. Uno de ellos trató de aprisionarlo con algunas insignificantes cuerdas y probar su suerte con la rueda de la fortuna. La otra, más ingenua y sutil, simplemente atacó una piedra probando los hechizos de la Rueda del Caos, cantando de felicidad como si hubiese matado a una persona con el encantamiento realizado pero estaba seguro que le costaría mucho más con una rival frente a ella. Eso era lo que tenía en mente para ellos ya que parecían dominar lo necesario. - No necesitan pronunciar los hechizos - Comentó como pequeña aclaratoria al ver que lo hacían como si los mismo necesitaba esa típica ridiculez como el resto de libros. Una de las ventajas de su libro sin duda era esa, tenían la oportunidad de realizar el encantamiento sin el riesgo de ser interrumpido por algún rival, casi siempre el hechizo terminaría siendo exitoso. - Esta vez tendrán que duelear contra ustedes mismo - Dijo esperando que se prepararan y tomaran la distancia pertinente entre ellos - Espero nadie muera. ---- @@Axel Rexdemort @ El duelo tendrá una duración de una semana Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará). Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Tempestad, Legionario y los libros de hechizos hasta el libro del Caos. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro del Caos.

@@Mia Black Lestrange Si solo a rayos. La senilidad me esta afectando poco a poco, los años dañan cuando son muchos, en algún punto de tu existencia lo entenderás.

Una vez más el viejo logró impactar la mayor parte de sus hechizos, salvo por la devolución de los hilos de fuego, todo fue éxito. Sin embargo, la chica reía ante su situación como si estuviese burlándose del Uzza el cual comenzaba a pensar que su cerebro sufría una especie de trastorno mental que le afectaba enormemente y no diferenciaba entre el bien y el mal o sus nervios confundían dolor con alegría. No pudo deducirlo, pero sus años de experiencia y vejez le decían que tenía algo de razón. En ese momento, el Señor del Caos le otorgó la posibilidad de utilizar cualquier hechizo de los bandos que necesitase. Le agradeció con un ademán de su cabeza y no tuvo que pensarlo mucho, ya tenía lo tenia decido desde antes, ahora solo cambiaba el hechizo para un toque más caótico y complacer así al ente que le daba la oportunidad. - Vara de Cristal - Mencionó recordando viejos tiempos. Su varita comenzó a crecer poco a poco, hasta convertirse en una especie de vara larga que sobrepasaba su estatura, poseía una apariencia de cristal atractiva, brillante, rojiza como la sangre derramada tantas veces por su culpa en los campos de batallas. La guerra volvió a su cabeza en forma de recuerdo y casi lo domina para tratar de asesinar a la chica frente a él. Continuó, escasos segundos después diciendo Fuego Maldito, invocando una hechizo de la Marca Tenebrosa. Una llamarada de fuego apareció en el escenario, imponente y hambrienta de consumir con el calor algún objeto o persona, incluso causó la sonrisa del Señor del Caos. El fuego no tuvo necesidad de recorrer cierta cantidad de distancia arriesgando ser intervenido por un tipo de defensa absurda, no. De inmediato y tomando por sorpresa a la joven, el hechizo impacto en ella causando graves heridas quemaduras que se vieron reflejadas en su cuerpo. Necesitaba curarse. - Expelliarmus - Profirió siguiendo con el ataque inclemente. La sonrisa desapareció del rostro del Señor del Caos quien esperaba un ataque más sanguinario, pero no, no esa vez. Un rayo de luz azulada viajó a toda velocidad hacía la chica tratando de hacer que su varita saliera lejos de su mano por lo menos cinco metros a la derecha de su dueña. Trato de que la joven se diera por vencido en ese momento o empezará a reírse trastornada como se la imaginaba en ese momento. El piar de los pájaros en la lejanía lo sacaron de sus pensamientos más macabros, llevando a la zona de espiritualidad donde siempre le agradaba estar. Necesitaba un descanso, meditar y quizás un buen café.

1d3 Para el Señor del Caos:

@@Mia Black Lestrange Todos los Uzzas podemos usar todos los hechizos de los libros porque los tenemos todos. Por eso, en este momento, estas muerta al no protegerte de las flechas de fuego enviadas por el kansho. Te doy la oportunidad de editar para continuar.

La arena del hechicero funcionó con éxito, la joven nunca intentó defenderse o predecir los movimientos del pobre anciano. Ciega e imposibilitada a realizar un tipo de movimiento que pudiera afectarle directamente, tuvo la capacidad y la fortuna de invocar uno de los Señores del Caos trayendo a este mundo a un Cíclope que era perfecto para lo que necesitaba, pues podía mirar y atacar por ella. Bakari sonrió levemente complacido ante la situación. Sin embargo, los próximos movimientos no fueron tan certeros como el primero. El seneca realizado por el ente maligno si logró impactar su garganta, afectándola haciendo que se resecara un poco, su sentido del gusto estaba comprometido, pero todavía podía gesticular palabras y eso era todo lo que el viejo necesitaba. - Himno de Eleboro - Habló con un elegante toquecito de su varita. Una vibración musical apenas audible salió de su arma mágica, agudizando sus cinco sentidos como si le estuviesen dando una gota de la juventud que alguna vez tuvo. Sentía que podía ver y escuchar a kilómetros, sentir la más mínima oleada de aire y más importante en ese momento, hablar por horas. Estaba curado. Además de que sus sentidos estaban serían inmunes ante cualquier tipo de ataque similar que la joven acababa de realizar. La chica no se detuvo ahí, siguió atacando, unas flechas de fuego viajaban a la dirección del Uzza a toda velocidad, tuvo algo de tiempo para defenderse de las posibles quemaduras que sufriría a su torso descubierto, arrugado y lleno de cicatrices, no quería una más. En su mano apareció una daga conocida como Kansho invocada mediante el uso de su pensamiento. La levantó frente a él esperando que pasará lo que ya sabía. Todas los filamentos de fuego fueron absorbidos antes de impactar en él por la daga, como si fuese una especie de escudo capaz de imbuir cualquier creación mágica, pero no era tan poderosa. Segundos después, los mismos filamentos salieron despedidas pero esta vez a la dirección de su invocadora original. Era ella quien ahora debía tratar de evitar las quemaduras. El Señor del Caos, quien estaba a un costado a su derecha, comenzaba a sonreír esperando que alguno de los dos resultase herido en algún momento. Siempre disfrutaba los momentos más sanguinarios de las batallas o los ocasionaba. Sintió un poco de poder por parte del ente, quién parecía darle la oportunidad a Bakari de usar una última acción aparte de las dos anteriores. No quiso abusar de sobremanera, en ese momento tenía algo de piedad. - Silencius - Comentó sin importancia. Los efectos se verían reflejados en la chica quien no podría articular ningún tipo de sonido con su boca por un corto periodo de tiempo, pero el suficiente para sacarle algo de ventaja.

1d3 Cada turno por Señor del Caos:

Espero cierto tiempo y la chica realizó movimientos similares a los enseñado por el guerrero Uzza minutos atrás, al parecer se hizo con una Rueda del Caos que no le favoreció en absoluto. Eso lo supo cuando el primer encantamiento le afectó, no era un cinaede tan poderoso como lo esperaba, pero le estaba impidiendo la respiración como cualquier otro. Estando en funcionamiento, Bakari no se asusto demasiado ante la situación en la que estaba. Mientras el hechizo de la joven seguía haciendo efecto. - Expavescerent - Pudo alcanzar a decir entre suspiros de aire que escasamente lograba obtener. El efecto del encantamiento fue inmediato y anuló por completo todo el veneno que corría por el torrente sanguíneo del viejo Bakari, restableciendo nuevamente sus respiración. Pero eso no era todo, porque conjuntamente la varita de su contrincante también se vio afectada logrando que no pudiese realizar más el cinaede en todo lo que quedaba de duelo, ni siquiera él podría hacerlo. Tampoco lo necesitaba. Juntó ambas manos como si estuviese a punto de rezarle a los dioses, pero solamente concentraba su energía en ellas, preparándose para invocar un Señor del Caos. Si Anubis lo favorecía obtendría a alguien útil en ese momento. Esperó el momento adecuado para colocar las manos en el suelo como si quisiese levantar un muro de tierra enorme frente a él, pero no era tan dramático como recordaba. El Señor del Caos apareció frente a él, rodeado de un aura que esparcía el sentimiento de maldad a cualquier que estuviese cerca de él, un presentimiento de las horribles cosas que podían pasar en cuestión de segundos con solamente su presencia. Nada estaba seguro en ese momento, Bakari sintió como si le estuviesen arrancando algún tipo de hechizo, pero para la desgracia del ente caprichoso no tenían ninguno. - Tal vez para la próxima - Comentó Bakari dirigiéndose a la maldad delante de él. No quiso atacar a la chica con algo tan ofensivo, esta vez solamente quería limitarla un poco, por lo que de su bolsillo sacó un poco de Arena del Hechicero y la lanzó al aire con ayuda de su varita haciendo que la misma impactara en los ojos de la joven limitando su visón por completo y dejándola solamente con la capacidad de realizar hechizos de efectos y un par de invocaciones que no requerían de puntería. Se movió un par de metros a la derecha para que la joven estuviese aún más perdida en cuando a su ubicación. Un viejo truco aprendido desde la experiencia en los entrenamientos con sus antepasados.

1d7 Señor del Caos: