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Maida Black Yaxley

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Mensajes publicados por Maida Black Yaxley

  1. Me vengo a inscribir porque soy fan de Mahia y si Mahi está aquí, yo la sigo *-* ...hasta la muerte contigo tía *-* xDDD No, me vengo a inscribir porque me encantan las clases y me falta un nivel todavía para poder cursas conocimientos T_T necesito ocupar mi tiempo en algo (claro, porque no estaba metida en todo xD) . En fin. Lleno ficha de inscripción

     

    Nick: Maida I. Yaxley

    Rango: Base

    Link a tu mejor rol*: Ok, es reciente, pero francamente me encanta :love:

    http://www.harrylatino.org/topic/103939-mistery-pages-mm-b-103938/?p=5066978

    (Te prohíbo burlarte u.ú) Pero ese rol es muy Maida, muy dulce, muy sin saber que hacer, muy metida en su libro favorito, Ainnns me encanta.

     

    ¿Podríamos tener una charlita? Siempre B) Pero no en horas diurnas por favor :sad:

    ¿Qué le podrías aportar a la tutoría? Actividad, y perserverancia (?) Es que si le pones un tema que me agrade o al que me identifique le pongo toda la onda del mundo te lo juro *-*

     

     

    Y nada, listo. Espero tutos *-* :rolleyes:

  2. Roleando cosas que no entiendo wujuuu :sad: tengo que alejarme de ti :sad:

     

    Nombre: Jane

     

    Nacionalidad: Irlandesa

     

    Edad: 21

     

    Características Físicas: Estatura normal, normalmente enana de 1.55. De tez muy clara y con pecas en la parte alta de sus mejillas. El cabello, encendido cobrizo, medio castaño en las puntas, muy largo, le roza la cintura. Delgada, bastante, casi famélica. Es de esas pequeñas que tienen el torso muy enjuto, pero las caderas pronunciaditas, en forma de perita pues.

     

    Características psicológicas: Una chica bastante tranquila, de las que se pueden llamar pueblerinas. Su gran sueño es estudiar hostelería, pero sus padres no tienen la condición económica para enviarla a la universidad, por lo que ayuda en el negocio familiar y en la casa, sin chistar. No suele rebelarse mucho, ni que decir enojarse. Casi siempre mantiene una actitud positiva en la vida. Solitaria, taciturna. Disfruta de la música tranquila y de la vida sin complicaciones.

     

    Historia – Situación actual: Jane, trabaja por las mañanas como dependiente de una cafetería pequeña. Sus amigas de colegio hacía mucho habían dejado las cercanías, todas en universidades en distintas ciudades del Reino Unido. Ella a pesar de ser irlandesa, se la vivía soñando con conocer el "viejo país", pues fue llevada a Bristol con toda su familia cuando apenas tenía tres años. Jamás volvió. Tiene un nacionalismo acérrimo por una tierra que añora y no conoce. Luego de quedarse varada en esa ciudad, convierte a la cocinera y a la otra mesera de la cafetería en sus mejores amigas.

     

    Por las tardes trabaja unas cuantas horas en una vieja librería que sólo se dedica a vender historias de viajes, sus favoritos. El dueño, un viejo aprovechador, le paga únicamente con libros al final del mes. Algunos tan caros, que ella jamás los podría costear y por eso le parece bueno el intercambio de favores. Tiene tres hermanos menores a los que cuida como si fuera una segunda mamá para ellos, y Kitty, la menor de sus hermanitas, jamás va a dormir si ella no llega a acostarla en su cama y "viajar" con ella a un nuevo país con los libros que obtuvo en el día.

     

    Una mañana, un joven llegó con una cara de haberse pasado la noche bebiendo o algo peor. Venía acompañado de una mujer al borde de la inconsciencia que pronto lo dejó abandonado y se fue borracha en un taxi. Pronto, el joven abandonado terminó estrellándose inconsciente sobre la mesa del local, alertando a la joven Jane que presurosa llamó a emergencias y lo salvó de morir por una sobredosis. Se pasó toda la madrugada en la sala de emergencias esperando noticias y que algún familiar viniera por él. Para su sorpresa, aparecieron unos personajes de una clase social que ella jamás esperó conocer. Incluso el padre, luego de agradecerle, le ofreció dinero por lo bien que había resultado todo. Ella, lo rechazó. Era pobre, pero el hambre aún no apretaba la dignidad de Jane.

     

    Meses después, cuando Aiden volvió a aparecer en la cafetería, supo que había estado internado en una clínica de rehabilitación. Terminaron siendo amigos, pero salvo las conversaciones graciosas al inicio de algunas mañanas, no tenían mucho más en común. Aiden era de una élite social que Jane no estaba interesada en conocer. Eso claro, no impidió que finalmente, accediera a asistir a una fiesta con él.

     

    Superpoder: Desaparición total: Jane puede volverse invisible e inaudible. Como contraparte, toda memoria de las personas con las que vivió, cesan de existir momentáneamente. Su pasividad.

    Otros datos:

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  3. Holaaaaaa como te dije Leah *-* hoy me paso por aquí y vengo con un gran posteo de dudas T_T porque nada más iniciar ya tengo varias. Las voy a ordenar así.

     

    1.- Las dudas que tengo yo desde el principio de los tiempos (?) xD

    2.- Las dudas que han surgido de estos posteos en la tutoría.

     

    Dudas 1:

     

     

    1.- ¿Estás normas aplican en duelos y por ende en asaltos, pero que pasa si en un asalto, como ya he leído, me atacan 3 fenixianos? Es decir, yo sólo tengo dos acciones, y ellos en total tendrían 6, que supongo que las 6 acciones no son de ataque todas, pero es general ...entendiendo que si es asalto tendré compañeros que me ayuden y todo, ellos tambiénb tendrán sus propios ataques para defenderse, ¿no? El punto (que divago y no me explico) Indefectiblemente luego de 6 acciones, en las que, digamos, 4 son ataques, no hay forma real de defensa, puesto que yo solo podría intercalar uno, ¿verdad?

     

    2.- ¿Es posible no atacar en un turno? Es decir, ¿puedo entrar a un duelo, en mi primer turno, lanzando dos hechizos protectores o de defensa?

     

    3.- Si dos magos me atacan a mí. Digamos.

    • Mago Malo 1: Sectusempra
    • Mago Malo 1: Silencius
    • Mago Malo 2: Petrificus Totalus
    • Mago Malo 2: Sectusempra

    Yo tengo dos acciones, ¿cierto? Yo escojo cuales intercalar y cuales dejó que me impacten? Es decir. Creo que por ser primer turno, el primer Sectusempra me impacta si o si. Pero puedo aceptar el silencius y el Petrificus, ¿y parar el segundo Sempra y curarme? Lo pongo a segun yo ordenaria los tiempos *-*

     

    • MM1: Sectusempra (Impacta)
    • Yop: Episkey
    • MM1: Silencius
    • MM2: Petrificus
    • Yop: Episkey
    • MM2: Sectusempra

    O sea, rolísticamente hablando, yo puedo ordenarlo así? Porque si el segundo sectu me da al cuerpo, y me curó con Episkey, ya no me curaría del primero, y por lo tanto, moriría, ¿verdad?

     

    Ya sé soy preguntas medio random, pero por eso las pongo en spoiler para evitarme la vergüenza pública (?) xD Además ya que voy a aprender, más vale esta vez si preguntar todo T_T

     

     

     

    Ahora si, las dudas de la tutoría, o sea, intercalaciones. Creo que conforme vaya viendo los ejemplos, voy a ir entendiéndolos mejor. O sea, analizando los duelos y esas cosas.

     

    En la norma nueve. Tambié se rige ese concepto para Invocación, es decir:

     

    A. Acción

    B. Invocación.

    A. Invocación.

     

    Y en el tema de las Invocaciones es que me surge la duda, porque, según me dijeron (ya tú sabes quién :sad: ), los rayos y las invocaciones no pueden rolearle como que YA impactaron, porque no sabes que hará tu oponente. Entonces, si yo roleo que mi Incarcerus lo atrapa de las patas, ¿no es abuso de rol?

     

     

    La regla diez no la entiendo y la leí tres veces :cry: pero como repito, aunque leyéndolas todas las normas parecen entendibles, cuando las pones en práctica es que puedo comprenderlas un poquitot mejor. Creo que me llevo bien con las que llevan los efectos, son más sencillas. Por otro lado. ¿es necesario que en todo asalto hayan intercalaciones? No se puede aceptar los dos hechizos en ese orden, y responderlos en el mismo? :huh:

     

    Lo siento, yo hago preguntas dummies y me enorgullezco de ello. En esto de sabelotodo no tengo un pelo xDDDD

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  4. Segundos más o segundos menos, Maida trataba de adaptarse al lugar. Sin éxito. No era muy buena con sitios como ese. Logró ver una rueda gigante no muy lejos de ella, pero no se movió. De hecho, volvió a gritar llamando a alguno de los dueños. Giró sobre su espacio una vez más y finalmente, si. Vio a Gatiux acercarse.

     

    ¡Ay, Gatiux! Comenzaba a pensar que en mensaje en la lechuza era una trampa —dijo saludándola. Tan atenta como siempre, ¿cómo es que podía, denunciar, encargarse de todo y aún así mantener la calma. Poseía la tranquilidad de alguien entrado muy entrado en años, pero tampoco era posible, era joven. En fin—. Creo que paso del café, con un vaso de agua tengo y me sobra. Eso de ver a Orión y que ambos me expliquen la situación me apetece más. ¿está también mamá?

     

    Caminó a su lado hasta llegar al sitio indicado, aún sin poder creer que Gatiux no hubiera cometido ya algún asesinato en venganza de lo sucedido. Después de todo, estaba segura que ella era la temperamental de la pareja. ¿O era Luisitha la encargada de los trabajos sucios? Esa es otra madre a la que no veía en mucho tiempo. Antes de entrar a la caravana, guardó dos mechones rebeldes detrás de la oreja.

     

    La verdad, espero que Mery se nos pueda unir pronto, más que recolectar datos no creo que pueda hacer —apuntó un tanto preocupada ahora que dimensionaba la magnitud de la estafa, o eso creía ella—, incluso podría enviar algunas lechuzas a los lugares adecuados, pero no mucho más. Soy una sencilla empleada Ministerial.

  5. Si. Todos parecían tener algo que decir, y aunque Maida también tuviera una opinión respecto al tema, este, involucraba precisamente a una de las personas más importantes en su vida. Si Orión tenía la culpa o no, de lo sucedido, de hecho, Maida se sentía agradecida y honrada de ser considerada entre las personas que, por su afinidad, podían verse afectadas por la situación. Estar en la Manor con ellos significaba que el cariño era mutuo, y eso bastaba para no unirse al sinfín de críticas por los desvaríos de investigación que ahora los tenían encerrados en aquella casona. Conocía a Kya, y a Bridget. Por supuesto el resto eran personas desconocidas para ella, pero estaba segura que eran familia. Y por otro lado estaba Nathaniel.

     

    Es decir, le encantaba que estuviera ahí, pero, ¿Por qué? ¿Qué relación guardaba con Orión? Era ahora que se daba cuenta lo poco que conocía del Malfoy. Maida sin darse cuenta, presionó los dedos con los que hasta hacía dos segundos, jugueteaba. ¡No le había dicho nada a su tío! ¡Ni a nadie! Y ahí estaba, como una quinceañera boba sentada en el regazo de él. Decir que el rubor coloreó sus mejillas era quedarse cortos. Lo peor, si salía de su asiento, capaz llamaba aún más la atención. ¿Por qué él siempre lograba distraerla hasta el punto de no darse cuenta de lo que hacía? Hasta le había bromeado con el tema de la cena en familia, pero ahora recién caía en verdaderas cuentas. No, no era el momento, a lo hecho, pecho, y a ponerse con las indicaciones de Gatiux y Orión.

     

    ¿Ropa? Yo podría pedirle a mi elfo que me traiga las maletas aquí, no estamos incomunicados, ¿o si? —no era que no apreciera el gesto, era que no se iba a sentir cómoda estando con ropa como la que Gatiux parecía vestir. No solía usar ropa muggle.— Otra cosita, chicas, tampoco es una caja de zapatos esto. No se ve tan pequeña. El tema es que está un poco...descuidado.

     

    Enlazó sus dedos con los del Malfoy y comenzó a oler el ambiente. Fuere lo que fuera que iba a servir Orión, tenía que servirlo de una buena vez. Con el estómago vacío le era imposible cavilar algún tipo de plan. Mucho menos hacerle ajustes a prendas que ...a simple vista le iban a quedar mal en algunas partes.

     

    Pregunta boba, ¿alguno se trajo una bolsa de dormir o algo similar? Sé que quizá en las habitaciones hay colchones y eso, pero si lo que vemos está sucio, no me quiero ni imaginar lo que hay arriba. Y no quiero sonar débil, que es posible, pero si veo una araña tendremos el primer entierro mañana muy temprano —se estremeció de solo pensarlo—. Montar guardias suena genial, pero realmente necesito echar un sueñecito antes de ser útil. ¿Podríamos tomar el turno del amanecer?

     

    Si, en plural. No estaba en sus intenciones compartir habitación tan rápidamente con el Malfoy, pero al parecer no quedaba de otra. Era obvio que su tío, dormiría con Gatiux, y el resto de los presentes eran mujeres. No, la inseguridad y desconfianza de Maida no iban a dejar que Nath tuviera en mente otras opciones. Además, ella era muy buena con la aguja y el hilo. Dormir juntos era una cosa, dejar que se sucedieran otras, distaba mucho de lo que planeaba.

     

    Última pregunta boba —dijo aclarando la garganta antes— ¿ya está lista la cena? No logro concentrarme. En nada. Literal.

  6. En los documentos que habían llegado con los pergaminos de la denuncia. ¿era realmente una denuncia? ¿No había algún formato que llenar o algo? Como fuere, en los pergaminos decía que los propietarios de aquel lugar eran su madre Luisitha y sus tíos Orión y Gatiux. Ajam. Y ver el lugar que tenía al frente le hacía ver el tamaño de la estafa que referían los documentos. Aquello no sólo estaba distante de ser un Parque de Atracciones —sea lo que sea que significara realmente eso—, estaba a años luz de ser cualquier cosa habitable. No obstante volvió a centrarse en el letrero cayéndose de viejo. ¿Maic Lanp? ¿Eso también estaba en chino?

     

    De otro lado, realmente tenía que cursar "Estudios Muggles", no era posible que incluso sus familiares más cercanos optaran por vestimentas muggles, y negocios con ideas salidas de personas no mágicas y que ella siempre tuviera cara de tonta. Basta con el elitismo mágico. Después de todo si ellos confiaban en algunas cosas muggles, ella debía hacer lo mismo. Si, Maida se dejaba influenciar mucho por su círculo más cercano. Poco a poco se convertían en su oasis particular de calma. Extrañaba muchísimo a su madre biológica, pero, a diferencia de los primeros días de ausencia, ahora no estaba sola. De hecho, sentía a los Yaxley más cercanos que su propia familia sanguínea.

     

    Estudios Muggles, Runas, Artimancia ... no vas a salir de la Universidad Mágica nunca —se dijo a sí misma mientras caminaba entre los pastizales o lo que debían ser los pastizales, sin poder dar con nadie.

     

    Aquello era un desperdicio total. El espacio, es decir. Ahí seguramente no iba a crecer césped nunca. Ahora, ella iba por el tema de los traficantes chinos, pero, ¿qué sabía ella de eso? Nada, era lógico, era la primera vez que se animaba a tratar un problema que relacionaba el Departamento, sin embargo, venía casi casi de mera observadora. Quería un puesto más alto, era cierto, pero en este instante, quería ver el manejo de su Jefa sobre el asunto.

     

    Todo radicaba en encontrar a alguno de los dueños y esperar a que ella llegara.

     

    ¡Mamá! ¡Gatiux! ¡Alguien! —gritó Maida, alguien tenía que aparecer. ¿Verdad?

  7. Maida agradecía en sus fueros internos que no le hubiera tocado salir pitada y montada en Trasto. La escoba no era su transporte favorito pero al menos no corría el riesgo de convertirse en la cena de las hebras. Creía entender a qué se referían sus tíos aunque eso sólo logrará llenarle el cuerpo de pánico. Las cosas que había visto en el Pensadero eran de temblar. No sabía mucho -nada- de duelos, pero si había que defender a Orión Black, lo haría sin chistar. Agradecía también que aunque la huida fue veloz, alcanzó el tiempo de enviar a su elfo doméstico a los terrenos de la Ivashkov. No quería que resultará dañado.

     

    La casa a la que habían llegado estaba sucia y abandonada. No, la pregunta de Gatiux no la tentó para nada. Ella no iba a pisar esa sala de estar primero. Maida tenía la escoba en su mano izquierda y en la diestra imitaba a sus tíos, iluminando el lugar. Ubicaron el comedor y mientras esperaban que el resto de los interesados hubiera recibido la noticia, Orión se puso a investigar en la que se suponía era la cocina.

     

     

    Fueron llegando de a poco, y ante las incesantes preguntas, la que ingresó portando una Katana informó que esperaría un poco más para dar la historia una sola vez. ¿Cómo lograba mantener ese temple? A Maida se le hacía un gesto admirable.

     

    Entre los recién llegados vio al Malfoy que le robaba los sueños. Impecable como siempre. Le sonrío y ella, asustada como estaba no dudó en refugiarse en su contacto. Su mano derecha la ciñó contra él y ella acarició sus dedos buscando la paz que Nathaniel solía brindarle.

     

    - Parece ser que la primera cena será familiar -le dijo casi en un susurro- Me alegra que estés aquí

     

    Iba a decirle más, pero Gatiux decidió hablar y contar la historia que Maida había contemplado en sus inicios. Las reacciones eran diversas de unos y otros. Se dió cuenta que apenas y conocía a algunos. De todas maneras, ahí en el Manor estaban todos seguros, aunque quizá no tan cómodos.

     

    Luego habló Orión y aunque entendió sus indicaciones, lo que más llenó los oídos de la mortífaga base era saber que pronto, por fin le dejaría caer comida a su estómago. Suspiró.

     

    Había que darle tiempo a todo mundo a reacción mientras, ella jugueteaba acariciando los nudillos de la mano libre de Nathaniel. Su varita descansaba sobre la mesa.

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  8. Estuvo a un segundo de acompañar al grandulón de un salto cuando Aaron Black decidió besar el dorso de su mano. A pesar de la afinidad que sentía por el Black, su ausencia reafirmaba la barrera que ella solía ponerle a todos los de su género. Pero no lo hizo, y tomó como un acto de probada valentía no haber rechazado su galantería, y su broma venidera.

     

    Por favor, que los agradecimientos lleguen en un hermoso ramo de astromelias naranjas, son mis favoritas —contestó con audacia invitándolo a sentarse frente a ella, y liberando por fin su vista del contacto con el Black—. Si, es cierto, parece ser que los encuentros tranquilos entre nosotros no se darán con mucha frecuencia. Tendré que mejorar con la varita entonces, no llevo mucha práctica en duelos, pero capaz que si me pongo las pilas puedo servirte de ayuda de cuando en cuando.

     

    Lo observó con detenimiento mientras le pedía un servicio de Don Pascual. Se sorprendió mucho cuando le oyó mencionar su apareción en los terrenos de la familia. Era cierto, su desaparición, por llamarlo de algún modo, había sucedido mucho antes del proceso de adopción de Lu. Eran familia, de alguna manera, de hecho, no estaba segura de sus conexiones pero ahí estaban, siendo del mismo árbol genealógico.

     

    Estás bastante informado para haber estado ausente, ¿tenemos elfos espías en casa? ¿debo cuidar mis espaldas ahora? —mientras le contestaba una botella y un par de copas "limpias" levitaban hacia la mesa, casi como el grandulón que seguía inmóvil lejos de ambos mortífagos— Creo que has olvidado que Maida no bebe —dijo con una sonrisa refiriéndose a sí misma como un tercero—, pero quizá puedas convencerme de lo especial que es esta ocasión. ¿Brindamos por algo?

     

    @

  9. Realmente tío, ¿Cómo has logrado que una mujer como Gatiux se mantenga a tu lado si pareciera que has vivido debajo de pergaminos toda tu vida? —Oh si, lo había dicho.

     

    Así, sin darse cuenta. Hasta a la propia Maida le parecía increíble como había cambiado su personalidad con las gentes que poco a poco comenzaban a llenar su día a día. A Orión lo tenía en la Marca Tenebrosa, en la familia, en el Ministerio. Era imposible no abrirse a él de la misma forma que lo hacía con Lyra, aunque fuera un hombre. Definitivamente, él le hacía extrañar menos a su padre. Eso claro, no impidió que se sintiera como una metiche en lo que acababa de mencionar. ¿Qué tenía que saber ella en todo caso de la relación que manejaban los mortífagos? Después de todo, y según tenía entendido, ella tampoco era una mortífaga cualquiera, tenía los mismo laureles oscuros que poseía Orión. Menos los aires de ratoncito de biblioteca, no, esos eran exclusivos de su tío.

     

    Perdona, no quise ser entrometida —se disculpó encogiendo los hombros justo cuando él terminó de decirle lo del Arcano—. ¿Arcanos? Creo que ni siquiera puedo dirigirme a ninguno de ellos, no hasta que haya terminado ciertas maestrías en la Universidad. Seguir los pasos que quiero me plantean un camino largo e indeterminado. Necesito cursar His...si, volvamos al Nigromante.

     

    Tenía que dejar la manía de tratarlo siempre como el mentor que iba a sugerirle los mejores pasos dentro de su vida mágica. O sea, lo había sido, y ella lo tendría así siempre, pero ahora estaban en casi la misma condición. Ambos eran mortífagos encargados de una misión dentro de la Universidad, y debía comportarse como tal, no como si aún fuera una Dama del Walpurgis. Utilizó el tiempo en retirarse de los hombros la capa y doblarla con cuidado entre sus manos. Escuchaba a la vez las palabras del Black, sus planes para el día, para lo que buscaban. Ella, tenía cierta información, pero no tenía forma de saber si era cierta o no.

     

    — ¿Dejar rastro dices? No lo sé, eso podría atraer también a las personas equivocadas y no se supone que lo sepa medio Ottery —apuntó antes de encoger su capa mediante un hechizo sencillo y colocarla entre los pliegues de la túnica, bien amarrada. Necesitaba con urgencia un bolso de piel de moke—. ¿Un mapa de la biblioteca? ¿Existe algo así?

     

    Claro que eso sería útil, quizá demasiado, pero para armarlo no tenían tiempo. Y la verdad, ella menos sabía de formas de realizar semejante cosa.

     

    — ¿No hay algo como un hechizo rastreador? Es en el período del faraón Keops que apareció este personaje, pero no estoy segura del nombre, creo que era te**, pero vamos, ¿qué se yo de historia egipcia? Sólo te comento un poco de mi investigación previa. Ahora bien, ¿están seguro de que las personas que intentan hacer volver, están muertas?

  10. @@Alegna Black

     

    Su pedido llegó minutos más tardez, y fiel a su costumbre, le quitó todo el líquido a la beida dejando en el vaso sólo el hielo escarchado que poco a poco iría volviéndose limonada. Se dedicó a observar a algunos de los estudiantes que iban, estaban sólo un rato, y finalmente se retiraban del lugar. Ella podía verse en esas sillas, pero en un lugar más lejano y con otras personas. Su vida había cambiado tanto desde su ingreso a la sociedad londinense que era imposible no notarlo. Aquí había florecido. Como si todos esos años en la Europa Oriental la hubieran mantenido en una burbuja mágica —o quizá era mejor decir, demoníaca—, una que sólo le había permitido conocer un lado de la moneda.

     

    Antes de entrar a Ottery, ella sólo conocía algunos viejos cuentos muggles. Nada más le era permitido, nada más podía enseñársele sobre las personas que no poseían magia alguna corriendo por sus venas. Y aún a tiempos de hoy, esa falta de conocimiento se le podía leer en el rostro cuando mencionaban cosas que ella no comprendía. Eso era algo que la hacía sentir coja. E incómoda, en ocasiones. Como esta.

     

    Pronto vio a Alegna acercarse y pedir una cerveza. Antes de saludarla. Si.

     

    Buenas tardes Alegna —saludó sonriente—, si, quería verte, para nada en particular, Habría entendido perfectamente si no hubieras podido reunirte. Es sólo que necesitaba escapar de la rutina, y tu nombre me cruzó por la cabeza. Espero no haber interrumpido nada importante.

     

    ¿Por qué siempre tenía que sentirse como si hubiera escogido mal la ropa cuando se veía en frente de otras brujas? Esa sensación parecía no querer abandonar su cuerpo nunca. Alegna, podía delatarse, no había dormido del todo bien, pero aún así, estaba robando miradas que jamás habría podido ella. ¿Era que esa parte de la femeneidad jamás se la habían enseñado? Sin darse cuenta, Maida se evaluó de reojo la recatadas prendas que cubrían su figura. Sonrió de lado.

     

    — Me he llenado sin trabajo sin quererlo, no volvía aquí desde mi maestría en Pociones —explicó con tranquilidad—, y de eso ya pasaron algunos meses.

     

    @@Alegna Black

  11. La actitud de Gatiux la hizo recordar a una de las pocas amigas que había conseguido en sus años del Instituto de Hechicería. ¿Charla de chicas? Ufff, hacía aproximadamente mil años que no tenía una de esas. Y mucho menos sobre intereses románticos que básicamente, ella no había tenido. La miró, así sonriente como estaba se le hacía familiar, y no por la vez que pudo verla en la Marca Tenebrosa, sino de otro lado, pero, ¿de donde? Quizá eran locuras suyas.

     

    Es un Malfoy —comenzó con una sonrisa evocando la última vez que le había visto—, de hecho, cosa extraña me dijo que le gusto.

     

    Si, aquellas frases eran muy de la muchacha de ojos azules, y es que quizá por el antiguo guardián que tenía, ningún chico se le había acercado antes. Ni decir coqueteado. No tenía muchas razones para sentirse como una chica linda que recibe invitaciones a salir todos los fines de semana. Como fuere, el apellido, se lo decía por un tema de reconocimiento, siempre le había gustado mantenerse en el círculo de familias que se sabíanb la inclinación sobre los linajes de sangre y eso.

     

    ¿Guiar espiritualmente? Si, lección uno como evitar ponerme roja cada vez que Nathaniel Malfoy me mira —dijo antes de reírse.

     

    Le gustaba esta nueva etapa de su relación con la novia de su tío. Era genial, llevaba mucho tratando de ampliar su círculo de amistades con las chicas. Y si el Black la había escogido a ella, seguramente Gatiux era una mujer excepcional y especial. Iba a decirle algo cuando se vio tomada de la mano, escaleras abajo hacia la cocina del Castillo Black. Ahí, claro, había un elfo doméstico. Uno que no era Mushu, ¿dónde se había metido? No importaba, vio sobre la mesada algunas frutas y verduras esparcidas en cestos, lucían tan frescos que inmediatamente a Maida se le abrió el apetito. La otra mortífaga en cambio, le impartía órdenes e indicaciones al empleado del hogar.

     

    Mientras esperamos, con tu permiso —caminó hacia una de las canastas y tomó una manzana entre los dedos— ¿Quieres una?

     

    Una vez las indicaciones y disposiciones de la cena estuvieron claras, ambas salieron camino al lugar dónde debía llevarse a cabo la cena. La siguió con la mirada mientras mordisqueaba su fruta con tranquilidad. Una calma que graciosamente no sentía porque se moría de hambre y apenas se había dado cuenta, esperó que el elfo no demorara mucho. Escucho el tema de su madre y el Ministerio y le dio silentemente, toda la razón. Ella misma tenía pilas de papeleos puestos uno sobre otro en el escritorio.

     

    Quién como tú, desde que yo entré al Ministerio y dejé de huirle a mis responsabilidades, me pasé al lado contrario, casi casi soy una adicta al trabajo —comentó antes de resoplar un tanto angustiada por si misma—, soy muy competitiva, vi que había una posición de Jefa de Oficina disponible y me puse a hacer méritos. Ojalá sirva de algo. Perdón, ¿puedo tratarte de tú? Apenas ahora me di cuenta y la verdad, no sé si te anduve tratando de tú o de usted. Estoy segura que en cuanto pueda, mamá vendrá a verme, siempre ha sido muy cariñosa conmigo, o bueno, al menos las veces que la vi y pude conversar con ella con tranquilidad. La verdad es qu...

     

    No había verdad alguna. Tan apabullante como siempre, el Black —el que había sido sin querer, el motivo de la discusión inicial de ambas mujeres—, hacia una entrada medio dramática tomando del brazo a su pareja. ¿Y Maida? Ahí, bien, gracias. Sosteniendo una inocente manzana y tan asustada como seguramente lo estaría Gatiux. O no. Era su novia, seguramente estaba acostumbrada a esas cosas. Ella en cambio entendía poco o nada. De hecho, sólo comenzó a entender algo de lo que Orión intentaba explicar cuando mencionó a la bruja que ambos habían visto en el Pensadero Greengrass, pero no le pareció apropiado mencionarlo. No sabía si ella estaba al tanto de la situación y no quería verse envuelta en otro lío. Tampoco quiso decir nada, después de todo, el tío Orión no parecía haberse dado cuenta de su presencia.

  12. La Yaxley sonreía a la nada misma tratando de adivinar dónde estaba Nathaniel en ese instante. Esperaba que frente suyo pero no podía estar segura. Recordó el albúm de fotos que había mostrado al inicio de la clase, él pertenecía a una época del bando que parecía añorar. En su voz, en su relato podía sentirlo. Ella nunca iba a pertenecer a ellos, aunque los conociera y los quisiera con el alma a algunos. ¿Sería todo tan lindo entre ellos cuando salieran de la Taberna? Si. Poco a poco lo entendería, y disfrutaría a su lado de las viejas historias, formando una nueva. Si, todo aquello encerrado en una sonrisa. ¿Cuánto tiempo le demoraría extrañarlo si teniéndolo al lado ya lo quería volver a tocar?

     

    Nath leyó su mente. La hizo ponerse de pie de manera lenta, pero el zapatazo que le pegó a la pobre e inocente silla que ninguna culpa tenía la hizo estremecer. Él aprovechó para ceñirla a su cuerpo. Cerca. Demasiado cerca. Volvió a sentir el aroma a brandy de sus labios. Inclinó la cabeza hacia arriba buscando la fuenta de su nueva adicción y reconociendo la diferencia de tallas, lo encontró. Volvió a besarla.

     

    Si Maida hubiera sabido cómo, habría levitado. Sintió la venda caer de su vista acariciando su rostro y ella sintió una desnudez que no había experimentado hasta ahora. Si hubiera podido se la colocaba ella de nuevo. Pero no, estaba firmemente aprisionada por los labios de su tutor, por sus manos aferrando su cuerpo y por las propias, que se ceñían en la tela sobre su pecho. ¡Respondía! Maida le respondía. ¿Qué habría dicho la gente de ellos? Reuniéndose a altas horas de la noche en una taberna abandonada para... ¡besarse! Él se separó una vez más y una chica con los labios semiabiertos miraba la boca del Malfoy hechizada. Un cosquilleo interminable en el cuerpo le indicó que quería otro beso.

     

    La tenía sujeta de tal manera que evitar el contacto visual era inevitable, por los que los ojos azules de maida buscaron los de su... tutor. Lo escuchó. Cuando dijo que de paso aprobaba por el beso, se mordió el labio inferior y lo palmeó en el pecho. Le parecía gracioso hacer chistes a costa de ella, ¡Ya iba a aprender! Pero entonces todo juego acabó para ella, cuando la llamó "su diamante". Un gesto de posesividad casi inadvertido, pero que le agradaba, "ahí" en la boca del estómago dónde las hormigas que habitaban ya habían hecho un alboroto nuevo. Sintió entre sus manos la fresa que había pedido y le pareció que lo había hecho cinco horas atrás.

     

    Oh si...la fresa —susurró—. Han sido una clases muy interesantes, "profesor Malfoy" Me alegra haber podido aprobar con usted al frente —sonrió traviesa consciente de haber trasgedido nuevamente su pedido de tutuearlo. Él besó la punta de su nariz con una promesa—. Es la primerz vez que "mañana" me suena tan lejano.

     

    Esa promesa también había sido su despedida. Él se iba.

     

    Durante unos minutos Maida se quedó en su mismo sitio, pensando en todo lo sucedido. No había mucho más por asimilar, y la lluvia no había cesado, aunque ambos se hubieran olvidado de todo a su alrededor. Comió la fresa como un bálsamo fresco que calmara la intranquilidad de sus labios, y finalmente, encontró el viejo libro con las viejas fotos. Buscó la de Nathaniel, con aquella mujer al lado. Sin demasiada parsimonia, la rasgó de tal manera de quedarse ella sólo con el trozo donde se veía al Malfoy. Un recuerdo de aquella noche. Ya las siguientes fotos serían a su lado. Evocó en la mente su habitación, presionó entre sus dedos la foto de Nathaniel y ella también desapareció de la vieja Taberna de la Marca.

     

     

    Off rol: :love: Gracias! ♥ Cierro antes que vuelvas a reprobarme, malo :sad: con lo bien que me he portado :rolleyes: Graaaacias! ♥ Esperaré al siguiente tutor.

  13. La verdad, ella esperaba un largo diálogo y explicación de porqué ella no iba a defraudar a nadie. Las usuales charlas motivacionales que los profesores estaban acostumbrados a dar. Pero no, la dejaba ahí, literalmente a oscuras de todo. Si pudiera verlo lo asesinaría. Figurativamente, claro. La diferencia de sus físicos impedían a Maida pensarse como un contendiente para el Malfoy. A pesar de la vestimenta podía adivinarse bajo las telas el físico de aquel hombre, que ahora decía querer conocerla más. Se sonrojó al darse cuenta de los recovecos que su mente estaba visitando. Encima el tutor decidió hablarle alzando la voz y ella sintió como si le hubiera leído el pensamiento. Sus manos se aferraron al asiento, esperando la sentencia de su atrevimiento.

     

    Sus palabras, mezcladas con su usual habilidad para escuchar sólo lo que la angustiaban, se centraron en la palabra "final". Claro, él se refería al final de las clases, y ella estaba pensando en si era verdad que volvería a verlo una vez finiquitado el asunto. ¿Había algún hechizo capaz de hacer que permanecieran juntos en ese abandonado lugar para siempre? ¿Sería capaz de pedírselo? Maida se estaba perdiendo la mitad de lo que decía Nathaniel, algo de intentar algo con ella que jamás había hecho, algo que no iba a volver a repetir. Su corazón se mantuvo firme, pero sus pulmones eran otra historia. Parecían determinados a robarse todo el oxígeno de la taberna. Ansiosa, escuchó sus indicaciones y lentamente, obedeció.

     

    Claramente una de las cosas que cruzó su mente, era que luciría como una boba toda vendada y con el mohín extraño en los labios. Iba a protestar. Pero él atajó sus palabras sin saberlo. Sus labios cubrieron los suyos, y los dedos que se aferraban a la silla se pusieron blancos de tanta presión. Nathaniel no era exigente con ella, pero sí firme. Casi sin darse cuenta, la hizo responder buscando con su rostro el suyo, ladeándolo. Si antes había experimentado calma momentánea, ahora la Yaxley se sentía tumbada en un oasis de paz. Como lo supuso, en su boca podía sentirse la diferencia de ambos físicos, pero lo sencillamente bien que encajaban. Talvez sólo fueron unos segundos, o minutos, Maida nunca supo bien, pero fue el tiempo suficiente para que una de sus manos abandonara su refugio y subiera a apoyarse en el hombro del Malfoy. Él selló el beso, y la dejó. Ella se acordó nuevamente de respirar. y por vez primera, agradeció el vendaje.

     

    Presionó sus labios en un vano intento de rememorar lo que había sentido, y dirigió el rostro hacia el suelo.

     

    Nos volveremos a ver —susurró al fin.

     

    No era una pregunta. Era una respuesta. Todo lo que había insinuado el Malfoy en sus palabras ahora se materializaban, él la buscaría y ella lo recibiría encantada. Aprenderían juntos, como hasta ahora ...cosas del bando y, cosas de ellos. Le creía. Lo había hecho desde un principio, pero la seguridad de aquel primer beso le hacían capaz de decirlo en voz alta. ¿Cuanto tiempo le haría falta luego de este encuentro por extrañarlo? Algo dentro de ella le había querido reclamar cuando soltó sus manos momentos antes, y ahora que había dejado de besarla quería pedírselo, pero claro, eso iba a ser imposible. No era su estilo. Quizá nunca lo sería o tal vez, Nathaniel encontraría la forma de moldearse a ella e identificar sus deseos.

     

    Maida estaba sonriente. Feliz. Si, quizá esa era una palabra más adecuada.

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  14. Las palabras del Malfoy le causaron mucha gracia, ¿tratarlo de tú? Lo tenía tan cerca que su aroma comenzaba a inundarle el cuerpo, ni siquiera le molestaba el ligero olor a brandy. Cuando alzó la mano para acariciar su mejilla, además de sonrojarse, ladeó su rostro para presionarse un poco y entonces él continuó a otra parte de ella.

     

     

    - ¿Medidas por tratarte con respeto? Voy a intentar tutearte Nathaniel, -prometió mientras él se colocaba detrás de ella aumentando su ansiedad al instante- ... lo prometo

     

     

    Cuando la venda se materializó los dedos de Maida subieron a cerciorarse de que era real. No sabía porque, pero así lo hizo. Podía sentir su pulso acelerarse. Él tomó una de sus manos y a ciegas caminó con él, no sabía dónde. Para cuándo delicadamente le sentó en un lugar, ella podía contar sus latidos. Rezaba por no lucir como una tonta ahí...Sin poder ver nada, con el rostro encendido y los labios entreabiertos.

     

     

    - ¿Nathaniel? -preguntó ansiosa al instante que él la dejara ahí.

     

     

    La voz del tutor volvió a calmarla y cuando escuchaba sus indicaciones, respiró profundamente. Llegó a calmarse tanto que sus manos las dejó sobre su regazo, sin cruzarlas. No estaba sola, él estaba ahí. Cómo siempre estaría de ahora en adelante, eso había dicho Nathaniel. Tenía que intentar creerle.

     

     

    - Calma, es raro pero me siento calmada -dijo al fin-. Me parece que no estoy sola, siento calidez, compañía... Algo infantil quizá.

     

     

    Se rió unos momentos, a sabiendas que pudo haber descrito el pavor que experimentaba segundos antes pero ya no respondía a la realidad. Desde su entrada verdadera al camino oscuro Maida se había sentido acompañada, por su familia, por sus amigos y ahora... Por él, su tutor. Reía porque muchas veces había querido experimentar aquello que llamaban gustar de alguien y ahora le pasaba. ¿Se estaría equivocando? No.

     

    Y había otra respuesta que contestar antes de hacerse ver como una borde que no entendía nada. Menos paseos en las nubes Señorita.

     

     

    - Me apetece mmm ¿quedarme en la taberna? -sonrió ampliamente y avergonzada cubrió su rostro con las manos. Suspiró- Me apetece no defraudar a nadie aquí, tengo un propósito y deseo cumplirlo pero a veces no me siento capaz. Quisiera no decepcionarlo a ust... Decepcionarte a ti

     

     

    - Me apetece una fresa

  15. - No - respondió tajante pero sin atraverse a mirarlo.

     

     

    Lo había oído atentamente. Entendió las razones por las que Nathaniel no podría seguir siendo su tutor, sin embargo, su mente dibujó escenas en el jardín de la casa dónde podría pedirle explicaciones de las nuevas clases. Su mente había figurado mantas sobre el césped y bocadillos mientras hacía preguntas sobre historia mortífaga y esas cosas.

     

    Había deleitado sus ojos con la sonrisa que él le brindó antes de soltar sus manos y ponerse a caminar en la desvencijada taberna. Pero, ¿vendarse los ojos?

     

     

    No era que no quisiera confiar en él. De hecho, alguna vocecilla en su interior le susurraba que lo hiciera, que él no sería capaz de dañarla. Pero, estando a oscuras no iba a poder responder de sus actos. Temblaría mil veces más que con el ataque del boggart y seguramente trataría de escapar. Eso, si no caía desmayada en medio de ese piso de madera. Y por otro lado, no quería quedar como una cobarde delante del Malfoy.

     

     

    Ya le había dicho que no. ¿Tomaría a mal si se retractaba? ¿Quería retractarse? Dejó su estado de quietud y caminó tranquila hasta el mueble de donde había sacado el viejo álbum de fotos. Tamborileó con sus dedos sin saber cómo retomar la conversación. Quizá eso era lo peor, no saber cómo explicarse.

     

     

    - Puedo hacerlo -cambió su respuesta enfocando la mirada en el mueble-, si me ayudas.

     

     

    Cruzó los brazos en la misma posición. Buscaba las palabras, la explicación.

     

     

    - Cuando me pongo muy nerviosa, ¡Ay, no sé! ¿Nunca ha tenido la sensación de no querer lucir como un tonto delante de alguien? Así me siento.

  16. Maida poco a poco había retomado el control de su cuerpo. El coso ese que aún se podía oír revoloteando en el armario, no iba a volver a salir para apabullarla y si, en efecto lo intentaba, algo le decía que Nathaniel la ayudaría a vencerlo una vez más. Dicho esto, sus dedos se desconcertaron al sentir como el Malfoy se alejaba de ella y caminaba de lado a lado de la estancia ¿Había dicho algo malo?

     

     

    Lo oía, más no lograba entenderlo del todo. ¿La estaba aprobando o la estaba dejando? Él le decía que le alegraba muchísimo que la muchacha se hubiera franqueado, sin embargo su mirada agazapada decía lo contrario. Maida estaba contrariada...Al punto de tener una de sus manos aún semi extendida como si de alguna forma reclamara un poco las manos del Malfoy.

     

     

    - ¿Más capacit...

     

     

    No pudo continuar. Lo tenía al frente y diciendo palabras que la tenían pensando que había comenzando a alucinar. ¿Nathaniel Malfoy estaba insinuando algo? La estaba invitando a salir. A ella. ¿O no? Instintivamente giró el cuello para verificar que aún estaban solos. Cuestión de segundos, quizá menos incluso, pero sí la verificación decía que estaban solos todavía. Cómo último filtro de comprobación, su mano volvió a sentir al Malfoy y alzó su mirada a él. Sin poderlo evitar, tragó saliva antes de poder contestarle. Liberó una de sus manos, y acomodó un mechón de pelo detrás de su oreja. Le sonrió tímidamente y se puso de pie, en un intento débil de controlar la distancia entre ambos.

     

     

    - Vernos más -susurró ensanchando el gesto de alegría y poniéndose de puntillas le dió un beso en la mejilla. Las propias se encendieron en ese mismo instante pero no le importó, la calidez que sentía dentro era más reconfortante-...Vernos mucho más. Me gustaría eso...

     

     

    Bajó la mirada a sus manos enlazadas y acarició sus nudillos un tanto nerviosa. Nunca se había comportado así con un chico, era como "coquetear" y no se sentía incómoda. No si el objeto de su atención era el Malfoy y esa cabellera encendida que se tatuaba en su mente como fuego. Volvió a mirarlo como si quisiera preguntarle si todo aquello era una cruel broma para ella. Pero no, no lo era.

     

     

    - Lo de no poder estar a su lado en las clases no me gusta del todo -dijo encogiendo los hombros-, a lo mejor el siguiente profesor no me tiene la misma paciencia. O no me provoca regalarle una manzana -le recordó-. ¿No puedes ser algo así como mi profesor por siempre?

  17. Bueno, ha llegado ese momento, voy a ver si aprendo algo en tutorías de duelo, por si la huelga algún día acaba (?) Pero, advierto, que en serio tengo una muy mala impresión de duelos desde Hogwarts T_T ......así que nada, intento abrir mi mente a esta parte del juego de rol. T___T

     

    Nick: Maida I. Yaxkey
    Rango: Base
    Libros de Hechizos: Ningun, sigo en el ahorro por una Bóveda Trastero *O*
    Experiencia: Estuve en la Clase Avanzada de Hogwarts (porque no hay de principiantes xDDD)
    Nivel: Básico (Si hubiera algo tipo Pre Kinder, me anotan en ese xD)
    Limitantes: Pues como dije, mi limitante es la que pésima experiencia en Hogwarts con respecto al tema, sino sin saber como pasé. O sea, creo que aprobé por pasarme a la clase y hasta ahí pero pues, nada más.
    - Otro de mi limitante es no entender porque hay una lista de 100 hechizos cuando en realidad creo (y es muy probable que esté errada), que sólo se usa el 15%?
    - Y los horarios, normalmente yo sólo puedo postear en las noches cuando profin tengo la lap para mi misma U_U
    Adicional: Nada, en serio. A quien me tome por alumna, si tengo ganas (ahora) de aprender, pero la verdad es por un tema más de conocimiento que por sentirme atraída a esa parte del juego. Y de hecho, he comprobado con satisfacción que sin los duelos se pueden jugar tranquilamente :P ....eso ha sido lo que ha demorado mi solicitud de tutorías. Pero pues, saber un poco de todo tampoco esta mal y ya es hora de al menos saber como no morir apenas ingrese a un duelo (?) xD
    PD.- Prometo ponerme las pilas y ser muy activa *O*
  18. Ser diferentes, he ahí el quid del asunto. A veces Maida se sentía cómo una pieza incómoda en un rompecabezas indescifrable. Casi todos parecían tener una lista predeterminada de cosas que solían disfrutar. Como en una barra de un pub por ejemplo, muchas otras ya estarían por el segundo o tercer trago. Ahí andaba ella, disfrutando de un sencillo preparado de naranja y eso rojo que no sabía el nombre. La sensación de liberación de un yugo que no estaba complaciéndola habían logrado que entablara una conversación "normal" con Darian, algo que no sucedía muy a menudo. A lo mejor era la intuición de que fuera pariente de su madrina Alyssa lo que hacía que sintiera confianza.

     

    ¿Contarle sobre lo que había sucedido? Si, a lo mejor para él solo resultaría gracioso. Le miró sonriente antes de beber un ligero sorbo mientras él rellenaba su vaso de hielo. ¿Qué tomaba?

     

    — ¿Qué tomas? —preguntó derrepente.

     

    Se sintió intrusa y entonces su rostro optó por sonrojarse. Si, algunas cosas jamás abandonaban sus costumbres. Como para volver a relajarse, ató su cabello en una cola alta y acto seguido sacó su varita de los pliegues de su túnica, se apuntó al cuello sin ninguna parsimonia y pronto, en la blanca piel de su nuca, fue apareciendo el dibujo de un osito morado que sonreía. Giró sobre su asiento para que Darian pudiera observar —a pesar de la poca iluminación—, con claridad el tatuaje.

     

    — Esto, Señor Mcnair es lo que sucede cuando Maida Ivashkov se deja llevar por el alcohol —comentó riendo mientras el tatuaje hizo lo mismo, y luego, sin que él lo viera, hizo un puchero. El tatuaje, la imitó poniéndose triste para Darian—, mi amiga lo hechizó para que imitara mis expresiones.

     

    Volvió a desaparecer el dibujo morado, y confrontó una vez más a Darian. Esta vez mucho más relajada que antes, pudo ser capaz de observar y entender lo que decía con respecto a un espacio que ahora señalaba. ¿Karaoke? ¿Qué era eso? La parte del escenario la entendía, pero esa palabra la incomodaba, le daban la necesidad urgente de buscar un diccionario. Seguramente, era algo relacionado con muggles. Si hubiera tenido la costumbre, habría apostado aquello.

     

    ¿Noches de música en vivo? Si traes a alguna banda que les haga tributo a las Vibes Twins, tengo que pedirte desde ahora que me asignes un asiento en primera fila —dijo muy emocionada, esperando que él trambién conociera al dueto de música que había admirado desde pequeña—, es más, te pediría que me asignes el primer y único asiento en la zona V.I.W.

     

    Bebió el último trago de su bebida anes de soltar nuevamente su cabello.

     

    Esta bien, podría compartir esa zona contigo, por ser el dueño del lugar —concedió aún en medio de su algarabía por el recuerdo musical—. Sobre el "carque", que mencionas, temo que no puedo ayudarte, no tengo la menor idea de lo que hablas.

     

    Se bajó de su butaca para estirar un poco las piernas, mucho tiempo en la misma posición la comenzaban a poner nerviosa, una vez más. Continuaba viendo sin embargo, el espacio que él le había señalado. ¿Un escenario para conciertos en Diagon? Sonaba realmente interesante. Una vez quiso ir a ver a las Brujas de McBeth, una legendaria banda que se dignó a hacer un tour por el lado oriental de Europa, pero fue persuadida por su guardián para no asistir. Las multitudes resultaban peligrosas, había informado.

     

    ¿Has pensado en hacer algo así como un evento? —preguntó de pronto— Podrías hacer un concierto a beneficio, no sé, quizá el valor de las entradas podría ir a ayudar a la protección de los Snidgets, ya el consumo de la gente en el bar iría directamente a tus bolsillo. ¡Beneficio para todos! Y hablando de beneficios para todos, yo te he contado algo muy vergonzoso de mi y mi comportamiento inadecuado —apuntó con el dedo índice dando énfasis a sus palabras—, considero justo que me cuentes algo a cambio. Lo que gustes.

     

    @@Darian Mcnair

  19. La actitud de Gatiux mientras la ojiazul intentaba explicarle los desastres de su personalidad no era la adecuada, era cierto, pero estaba completamente justificada. Además, el mencionar que veía a Orión únicamente como un referente paternal terminó por relajarla, y menos mal, su ceño fruncido era más atemorizante que cualquier varita en ristre. De hecho, terminó por aceptar la flor que Maida le extendía como ofrenda de paz.

     

    —¿Transformarse en algo más? —sus cejas no dilataron en alzarse sorprendida— No, para nada. En lo único que se ha transformado mi relación con el tío Orión, es en una especie de parasitismo —rió muy divertida de su nueva descripción y luego de aclararse la garganta intentó ser más elocuente con Gatiux—, la verdad es que pareciera que es una fuente interminable de conocimientos, y la verdad, a veces siento que hasta lo uso de enciclopedia tenebrosa o algo así. Tú entiendes.

     

    Y era cierto, desde el momento en que había conocido a Orión no habían cesado las investigaciones con respecto a temas que involucraban historia y conocimientos ancestrales del lado tenebroso. Algo en lo que Maida no podía aportar, pero que le fascinaba tener al alcance para aprender.

     

    Estaba por añadir otra cosa cuando la mujer que tenía al frente le aclaró las cosas con respecto al entredicho frente a la chimenea. El rubor prontamente acudió a sus mejillas, y su mano cubrió una boca que se abrió entera. Incrédula de los pensamientos que habían brotado de su frase. Tuvo la entera necesidad de volver a pedirle disculpas, pero estaba casi segura que aquella exageración volvería a enojarla. Movió las manos negando.

     

    —Yo no tengo un affaire con… —se detuvo—, de hecho, jamás he tenido un affaire con nadie. Lo más cercano a un romance es este amor platónico que siento por un profesor que me asignaron ahora recientemente. Y en cuanto a Orión, pues tú lo conoces mejor que yo, una vez metido en una investigación…de hecho, jamás hemos podido tomar siquiera un café o un té.

     

    Encogió los hombros. Estaba segura que ella entendería ahora. Como Maida ahora comprendía al cien por cien como se había sentido ella. O bueno, tampoco, porque jamás había sentido celos por nadie. Agares, que era algo similar a un novio en su pasado, jamás la había hecho sentir esos sentimientos. Siempre había girado a su alrededor. En fin, un traspié superado, y eso debía ser motivo suficiente de alegría.

     

    Meditó con mayor tranquilidad las palabras de la Malfoy mientras ella colocaba la rosa blanca en un florero. ¿Agasajarla? Aquello era claramente una broma, sin embargo, Maida se dio cuenta que le había dado una rosa, sin estar segura si ella gustaba o no de las flores. Había que conocer más a las personas para tratar de regalarles algo, porque comenzaba a perder la cuenta de cuantas copas de licor iba rechazando desde su ingreso a la sociedad inglesa. Nadie parecía creerle capaz de asistir a un bar y no beber una gota de alcohol.

     

    Eso sí, la referencia al cancerbero que estaba aún en el patio, la sacó de sus pensamientos dispersos. Iba a contestarle cuando notó que nuevamente Gatiux estaba frente a ella, en una posición mucho más relajada y explicándole lo de las maletas.

     

    Con aquel ligero permiso para husmear, notó que la habitación dónde se encontraba, no había muchos rastros de la presencia masculina. Sonrió.

     

    — Sí, deseas, puedes decirle a mi elfo que las traslade, el pobre creo que está a punto de quejarse con alguien de que lo tengo de vago —era cierto, usaba a Mushu más de compañía que de elfo, y a veces se lo notaba aburrido—. No estoy muy acostumbrada a tener un elfo, pero creyeron que me haría falta. Y entonces, ya tengo el dilema nuevo…he estado a punto de liberarlo muchas veces, pero creo que sólo lo haría peor.

     

    Por fin, Maida se decidió a moverse un poco en el cuarto sin sentirse una intrusa que incomoda. Hizo algunos movimientos de cuello mientras cerraba los ojos, tratando de relajarse.

     

    —No tienes una idea de lo que daría por poderme simplemente sentar a comer algo con la familia. Desde que llegué a Inglaterra no he tenido una sola cena normal —refirió entonces terminando de relajar los músculos—. Es más, creo que hasta intentaría cocinar a lo mejor así gano puntos contigo —rió—. No, mejor eso no. Es probable que regresemos los puntos a cero si intento hacer algo de comida, jamás lo intenté.

     

    <<A todo esto, ¿has visto a mi mamá por aquí? Ahora que me doy cuenta, ya llevo bastante rato en el castillo. >>

     

    @Gatiux

  20. Buenaaaas, vengo a solicitar cambios en mi Bóveda

    -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Maida SC
    -Link a la Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/topic/108870-boveda-de-maida-sc/
    -Trámite a Realizar:

    - Si se puede, cambiar el nombre de la Bóveda a simplemente "Bóveda de Maida"

    - Cambio de Bóveda de Familia: Quitar a la familia Triviani

    - Cambio de Registro de Familia: Quitar a la Familia Triviani y colocar el registro de la Familia Yaxley: http://www.harrylatino.org/topic/109938-familia-yaxley/?p=5064335

    - Agregar Negocio: Antojitos al Paso - Copropietaria : http://www.harrylatino.org/topic/109964-boveda-negocio-antojitos-el-paso/

     

     

     

    Nada más, muchísimas gracias al duende que se pase *O*

  21. Holiiiii, vengo a solicitar cambios en mi ficha, tendría que cambiar los siguientes datos:

     

    Familia Adoptiva: Yaxley

    - Final de Historia de Personaje

    - Bóveda de Negocio

    - Bóveda de Familia Adoptiva (Aún no tienen)

     

    Gracias!, tendría que quedar así, creo (?)

     

     

     

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    Nombre del Personaje: Maida Ivashkov Yaxley

    Sexo: Femenino

    Edad: Joven

    Nacionalidad: Búlgara

    Familia(s):
    · Familia Sanguínea: Ivashkov
    · Familia Adoptiva: Yaxley
    Padre(s) Sanguíneo: Lyra Katara SelwynIván y Pietro Grouch**
    Padre(s) Adoptivos: Luisitha Yaxley

    Trabajo: Departamento de Cooperación Mágica Internacional, Empleada.


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    Rango Social: Unicornios de Bronce
    Bando: Mortífago
    Rango dentro del Bando: Base
    Puntos de poder en objetos: 80
    Hechizos adicionales: --
    Puntos de poder en criaturas: 30
    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --
    Habilidades Mágicas: --
    Conocimientos Especiales:

     

    - Leyes Mágicas.

    - Artes Oscuras.

    - Pociones

     

     

    Medallas:

    Total de Experiencia en Medallas: 10000 puntos


    http://i65.tinypic.com/o0ctfs.jpg

    Raza: Demonio

    Aspecto Físico:
    De estatura relativamente baja, cuenta con 1.60 m. De tez clara sin llegar a ser pálida, mejillas sonrosadas y ligeramente pronunciadas, de labios delgados y ojos azules. Su cabello es castaño oscuro con ligeras ondas, casi siempre lo lleva suelto, le llega a la mitad de la espalda. De contextura delgada, muy curvilínea aunque no le gusta demostrarlo, usa siempre ropa holgada, sacos largos. Lo único característico en su forma de vestir es que usa sólo ropa de un joven diseñador italiano, predomina el negro en sus prendas y sobretodo en sus sombreros.

    Nunca se le ha visto transformada en el demonio que habita dentro de su ser, Alouqua, pero cuando se encuentra demasiado alterada, sus ojos se tornan verdes.

    Cualidades Psicológicas:
    Maida es una joven acostumbrada a pasar desapercibida, no por timidez ni nada por el estilo, es que siempre le inculcaron el guardar las apariencias en el mundo muggle e incluso en el mundo mágico por su condición de demonio. Trata a los demás según tenga el humor y en cuanto a decisiones, no suele pedirle permisos a nadie, hace lo que siente en el momento en el que lo siente. No es muy ambiciosa, aunque tenga planes específicos de ingresar al Bando Oscuro para asumir los ideales que siempre ha tenido. Muy ordenada en los estudios y desordenada en sus sentimientos, no se ha caracterizado nunca por terne muchos amigos, pero los pocos que tiene, los guarda en muy alta estima.

    Maida fue moldeada de cierta manera por su demonio guardián por lo que sus recuerdos y su manera de tratar a las personajes siempre estará ligada a esa estricta instrucción. Rehuye el contacto físico con los varones salvo se trate de Agares o Pietro, con las mujeres no tiene ningún problema para relacionarse, de hecho es incluso cariñosa.

    Historia:
    Maida era hija de Lyra Katara Ivashkov Selwyn y de un habilidoso sombrerero búlgaro, uno de los pocos romances que se había permitido la hija de Lucifer con un muggle. Sin embargo, presa de la genealogía demoníaca que por medio de su madre poseía, en sus venas y en su alma, la esencia de un demonio residía, la llamada en tiempos remotos, Alouqua.

    Desde muy pequeña, estuvo destinada a ser objeto de la venganza de su abuelo materno hacia un duque infernal llamado Agares*. Este, se había rebelado contra él poniendo sus treinta y tres legiones de demonios contra el Príncipe de lo Oscuro, estando a punto de perecer en semejante empresa. Apenas Maida cumplió los tres años de edad y su parte demoníaca estuvo intentando controlarla, conoció al demonio llamado Agares, como su demonio guardián, el que le enseñaría como dominar —y en el caso de ella, específicamente esconder—, puesto que su abuelo prefería tener a un demonio como Alouqua bajo control.

    Con el correr de los años, Agares descubriría de quién se trataba la reencarnación que se ocultaba tras los ojos azules de Maida, un demonio femenino al que él no podría resistirse y que sin embargo, no podía tener. Alouqua jamás pasaba más de una noche con sus amantes, jamás se enamoraba, jamás se quedaba al lado de nadie, y él la quería para la eternidad, dejaba de lado todas sus obligaciones, simplemente para verla dormir de noche en las habitaciones del Instituto Durmstang, dónde fue enviada a estudiar Magia y Hechicería. El demonio por fin entendió la venganza de Lucifer cuando lo puso al cuidado de la pequeña hija de Lyra.

    Llegado a los dieciséis años, Maida se descubrió enamorada de su demonio guardián, esto claro, impulsado porque él casi no le había permitido el contacto con ningún compañero de clase siquiera, y las largas horas que pasaban entrenando para continuar controlando su esencia demoníaca. Este nuevo florecimiento, dio ideas a Agares, de tener para él mismo a Maida y no despertar a Alouqua jamás, después de todo, ambos se querían.

    Lyra conoció de alguna manera los planes de Agares y advirtió muchas veces a su hija que no hiciera caso de las insinuaciones del demonio, que su abuelo no aprobaría la unión y que claro, había mucho que ella no conocía del demonio. Maida, era entonces una típica adolescente, y seducida como estaba, accedió finalmente a escapar con su guardián.

    Ya en Venecia —sitio favorito de Maida—, un demonio de menor categoría, le contó la historia de la rebelión de Agares, sintiéndose burlada y usada como un instrumento para chantajear a su madre y quizá a su abuelo. El demonio que poseía su amor, intentó explicarle, quiso contarle la naturaleza de sus sentimientos, todo, y ella no le dejó hablar. Entendió la disyuntiva en la que se encontraba y cuando estuvo por tomar una decisión final, se dio con la ingrata sorpresa de que él se había marchado.

    Su salida de Italia fueron días que ella jamás olvidaría, despertó en ella una fobia por todo contacto humano, rehuía la mirada de cuantas personas reparaban en ella, y con todo eso encima, decidió ir a la casa de su madre, al Castillo Ivashkov, para que ella la protegiera mientras lamía sus heridas. Se juró a si misma no volverse a enamorar, ni a permitir que Agares volviera a su vida. Ni él ni nadie. Desde aquel momento, si vida giraría en torno a sus padres, y sus hermanos.

    Porque llegada al Castillo Ivashkov, descubrió que no era hija única de Lyra, Eliah y Lionel compartían el mismo vínculo materno, y lo agradeció en silencio, pues en el fondo, y temeroso del demonio escondido en la piel de Maida, su guardián jamás había intentado hacerla más sociable.

    En una conversación privada con su madre, ella le explicó que desconocía las razones por las que Agares había desaparecido así de pronto, lo que mantiene a Maida Ivashkov en una constante alerta, y una ambivalencia que no determina si quiere volver a verlo o matarlo apenas cruce su camino nuevamente.

    Ya involucrada en la vida de su madre, decidió cursar lo que le restaba de estudios básicos en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, dónde conoció a diversas personas que fueron inclinando su balanza de principios e ideales hacia el camino de la Marca Tenebrosa de dónde fue asignada a la mentoría de Orión Yaxley. Pronto este se convirtió en una figura casi paterna para ella, y relacionándose con su familia, fue que conoció a Luisitha.

    La relación de ambas brujas fue casi inmediata, como si hubieran estado predestinados a estar juntos y formar un nuevo eslabón en la inmensa cadena familiar. Se agilizaron los trámites necesarios, y pronto Maida ya ostentaba tanto el honor de incluirse entre las filas tenebrosas, como de ser hija legítima de Luisitha Yaxley.

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    Objeto Mágico Legendario: --

    Objetos Mágicos:

    Objeto: Varita (25 cms, madera de pino, núcleo de nervio de drágon)
    Clasificación: AA
    Puntos de Poder: 20

     

    Objeto: Vuelapluma

    Clasificación: A

    Puntos de Poder: 10

     

    Objeto: Cámara de Fotos Mágica

    Clasificación: AA

    Puntos de Poder: 20

    Pociones Mágicas:
    Objeto: Poción Mágica Reveladora
    Clasificación: A
    Puntos de Poder: 10

     

    Objeto: Poción Herbovitalizante

    Clasificación: AA

    Puntos de Poder: 20

    Criaturas Mágicas:
    Criatura: Micropuff
    Categoría: A
    Puntos de Poder: 10

     

    Criatura: Horklump

    Categoría: A

    Puntos de Poder: 10

     

    Criatura: Gusamoco

    Categoría: A

    Puntos de Poder: 10

    Criaturas en la Reserva:
    Criatura:
    Categoría:
    Puntos de Poder:

    Libros de Hechizos:
    Libro:
    Nivel:

    Poderes de Criaturas:
    Tipo de Poder:

    Consumibles en Batallas:
    Nombre:
    Descripción:
    Categoría:

    Elfos:
    Mushu, elfo de apenas cincuenta y cinco centímetros, piel parda y una extraña poca cantidad de pelo en la cabeza. Siempre de buen humor y dispuesto a complacer los pocos caprichos de su dueña.

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    Licencia de Aparición: Obtenida
    Licencia de Vuelo de Escoba: Obtenida
    Registro de raza: Demonio

    Personajes Secundarios: --

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    Otros Datos:
    - No piensa volver a Italia, bajo ninguna circunstancia.
    - Conoció en su llegada a un mago al que le regaló un amuleto contra el mal humor.
    - Detesta los transportes mágicos de cualquier tipo, disfruta los viajes en barco.
    - Tiene la manía de tocar entre sí la yema de sus dedos cuando está nerviosa.
    - Su elfo personal, fue un regalo de su madre, Lyra Katara apenas llegó al Castillo Ivashkov.

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    -Premios y reconocimientos: --

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    Link al Perfil de Comprador MM: 299
    Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 108870
    Link a Bóveda Trastero: --
    Link a Bóveda de Negocio: http://www.harrylatino.org/topic/109964-boveda-negocio-antojitos-el-paso/
    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familiar Ivashkov
    Link a Bóveda Familiar 2:

     

     

     

  22. ¿Cómo desplante si la que había salido sin despedirse era ella? Maida medio que frunció el ceño, pero su instinto le sugirió que era mejor no decirle eso como reinicio de conversación. Eso sí, mirada viperina de Gatiux no la intimidaba, lo que sí, la hacían ver que realmente le había hecho pasar un mal rato, y siendo la pareja de Orión, eso distaba mucho de lo que quería. Cuando ella le dio el pase, la Ivashkov dudó. Cuando cerró la puerta con demasiada fuerza, la Ivashkov estuvo segura.

     

    Era una pésima idea alterar a Gatiux.

     

    Pero bueno, como se decía en inglés: "here goes nothing". La antipatía de la Malfoy ya se la había ganado, ¿qué tanto más podía arruirnarlo todo? Como fuere, había que intentarlo, por los Black, por su mami, por su mentor. Se aclaró la garganta y soltó sus manos para no parecer tan nerviosa. Si tan sólo hubiera sabido que su voz la iba a delatar segundos después se las habría dejado enlazadas.

     

    Cuando estaba en tercer año, conocí a una compañera nueva de clases. Pasaron unos meses y logré que me tuviera la confianza suficiente para presentarme a su novio —dijo contando una historia que seguramente aburriría a la Malfoy, así que debía terminarla pronto—, Agares, luego prometo contarte quién es él y qué pinta en mí, me dijo que era una pésima idea, eso de conocer el novio de una chica, que yo no estaba acostumbrada. Le dije que estaba exagerando. Durante la cena, el novio fue un tanto atento conmigo, y cuando se fue, en lugar de decirle a Cecile, mi amiga, de forma delicada que me parecía que su novio era un tanto ..."dedicado", le dije que sentía que me estaba coqueteando.

     

    Maida sonrió de lado.

     

    — Y como esa anecdota puedo tener unas tres o cuatro más —encogiéndose de hombros—, el punto es, que a veces pareciera que tengo algún tipo raro de Asperger y que no me doy cuenta. Con casi veinte años debería ser más delicada, pero no. Soy muy boba. Lo admito.

     

    Hizo una floritura rara con la varita apuntando a su mano izquierda y en esta apareció una rosa blanca. Una que le extendió a la mortífaga con una sonrisa.

     

    Lo siento. Orión Black es muy importante para mí, pero jamás en el sentido que pude haberte hecho pensar hace un rato, nunca en ese sentido —tenía que explicarse bien esta vez—. Él es algo así como el papá que no tengo en Inglaterra. Oír que era la pareja, quizá me puso nerviosa por la emoción, pero no quería que pienses mal en lo más mínimo. De hecho, moriría por llevarme bien contigo.

     

    Palmeó sin sonido sus manos, y como para relajarse un poco, trató de husmear la habitación con lo que tenía a la vista. Tampoco quería quedar como chismosa. De hecho, sus ojos no avanzaron mucho más de las maletas que estaban ahí ordenadas en el suelo. Ella tampoco había tenido tiempo ni de escoger alguna habitación y descansar un poco. Ahora todas sus energías estaban enfocadas en el pequeño dilema en el que se había metido.

     

    Tómame como la mascota cachorra que quiere probar su dentadura nueva y quiere mostrarte lo fuertes que son los dientes masticando tus zapatos, sin saber que son tus favoritos —se río de su propia analogía y continuó esperando la respuesta de Gatiux con una sonrisa expectante—. Dime que no arruine todas mis chances de ser tu sobrina favorita.

     

    @Gatiux

  23. La Ivashkov continuaba con la varita en guardia mientras miraba a su tutor. Aún incapaz de pronunciar palabra alguna, sintió la temperatura regresar a su cuerpo cuando la mano del Malfoy acaricio su cabeza, en un instinto protector. Sus ojos parecían preguntarle si lo había hecho bien. Entretanto sus pulmones se llenaban y vaciaban de aire de manera tan rápida que era sencillo perder la cuenta. Si, porque ella estaba contando, como si quisiera autocalmar su ataque de pánico. Se aclaró la garganta al fin.

     

    — ¿Mejor? —le contestó preguntando. Y es que no sabía a ciencia cierta. Le sonrió dándose cuenta al fin, que estaban sentados.

     

    ¿La había llevado en brazos sin que lo notara? ¿Se podía ser tan distraída? Maida miró a su alrededor tratando de responderse esas tres cuestiones, sin éxito. Aún peor, Nathaniel ahora le formulaba más...sobre él. Sobre Agares. A punto estuvo de salir despavorida siguiendo el ejemplo de Otto, sin embargo, el tacto delicado que ahora sentía sobre sus manos la tiró de la boca del estomágo. La obligaba a mantener ese nexo que se había formado entre el interés académico entre el Malfoy y ella. Trató de sonreírle de lado, asegurarle que ya estaba bien. Indicarle que la frente perlada por el sudor, eran un signo de ansiedad muy tardío, y que todo, estaba OK.

     

    Si, mejor —contestó al fin volviendo a sonreírle—. Mejor.

     

    Respiró muy hondo, dejando salir el aire muy lentamente de su cuerpo.

     

    Él es la raíz de todos mis miedos —comenzó—. Debía ser el que me cuidara según mi abuelo, y sin embargo, terminó siendo el que más daño me hizo. No contento con todo, me dejó sola en Venecia —encogió los hombros—. Con eso destruyó todos los hermosos recuerdos que tenía de Italia. De los hombres, de los amigos. De todo.

     

    Luego rió divertida al escuchar su propia historia en su voz. Giró sus manos debajo de las de él y las palmeó bobamente, sin hacer un solo sonido. Sólo por relajarse. Le gustó darse cuenta que no le temía, que no rehuía del todo su cercanía, que de hecho, Nathaniel la calmaba un poco. ¿Qué pensaría ahora él de Agares?

     

    Creo que más que temerle a él, le temo a lo que yo era a su lado —hizo un mohín antes de morderse los labios un segundo y luego liberarlos—, no es que fuéramos precisamente novios. Sin embargo, durante dieciocho años él escogió con quiénes yo debía relacionarse. como debía comportarme, etc. Creo que tengo miedo de pensar que puede volverme a convencer de encerrarme en su mundo. Agares conoce muy bien su juego...eso quedó muy claro en Venecia.

     

     

    ----------------------

     

    No sé si pueda cumplir esa tarea (?) xD :love:

     

    @@Nathaniel Malfoy

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  24. Título de la Canción: Suna
    Nombre del grupo: Mar de Cooooo Mar de Coooo ....Mar de Copas Mar de coooo! xD
    Género Musical: Rock
    A quién la dedicas: A ti.....al tiempo de espera entre conversación y conversación. A las noches que hay que restar, a las que toca esperar *-*

    Suna Mar De Copas

    No voy a estar,
    cuando las sombras salen,
    voy a marchar,
    cuando la noche cae,
    quiero ver más allá
    del mundo donde una mí
    alma sin cesar
    entre sus alas va,
    coge un amor y se va
    a volar.

    El tiempo va acelerando marchas.
    Venías atrás, hoy hacia tus espaldas va,
    flechas vienen y van
    de seres cazadores de almas,
    sobre su presa van
    coge un amor al azar.

    Dos corazones solos y empiezas a volar
    y ves al volar
    dos corazones solos en su alma soledad,
    sobre su boca un beso de su alma posarán.

    Van a volar con Suna.

    Nos va a salvar un rayo de ilusiones,
    llegó el final del ansia que su falta da,
    qué deberá importar,
    que se desarme el mundo sin parar
    si puedo yo posar un beso en ti al final.

    y ves al volar
    dos corazones solos
    en su alma soledad,
    sobre su boca un beso de su alma posarán
    y ves al volar….

    dos corazones solos
    en su alma soledad,
    sobre su boca un beso y empiezas a volar
    y vas a volar…
    (con suna… )

  25. Maida se refugió en su bebida mientras le veía colocar cerca de ella una jarra con la misma preparación que tanto estaba disfrutando. Se sirvió ella misma un poco más en cuando pudo ver el fondo de su vaso, y esperó los segundos que fueron necesarios para que Darian, abandonara su puesto detrás de la barra y se sentara en el banco al lado de ella. No lo miró, de hecho, seguía con los ojos azules clavados en el espacio vacío detrás del mostrador, como si contemplara algún eco de la presenciar del dueño/bartender.

     

    Entonces, la voz del Mcnair la sacó del cuadro, sin voltear a verlo aún, alzó las cejas claramente sorprendida. ¡Así que Nikolay si existía! Y él le había salvado la vida. Ahora sí, lo miró. Dejando que su par de de zafiros le estudiaran el rostro, quizá era la iluminación del bar mezclada con la cercanía que ahora compartían, le pareció ver en su piel algo similar a unas ligeras cicatrices. De hecho, siguiendo con su paseo visual, estas, no eran muy presentes en su rostro pero conforme llegaban al cuello se hacían más notorias, claro que, con la vestimenta era imposible continuar nada. Si, definitivamente era muy creíble que él pudiera salvar a alguien.

     

    Lo que continuó lejos de impresionar a la Ivashkov, francamente la decepcionó. Y la decepción le hizo rodar los ojos soltando un ligero bufido cuando oyó la tan trillada frase de macho alfa: "Habia mucha gente y no podía quedar como un cobarde". Ese tipo de frases la lograban sacar de quicio, eran tan fuera de lo que ella entendía por cobardía. ¿Qué tenía de malo declinar un reto cuyo único propósito era ridiculizarlo? O ver que tanto puede aguantar las terminaciones neurológicas de un individuo cuando ha consumido semejante cantidad de alcohol y sido víctima (aunque voluntaria) de contaminación auditiva. No, aquello era sólo la punta del iceberg de la inconsciencia masculina. Negó con la cabeza frunciendo los labios y volvió a beber la mitad del contenido de su vaso.

     

    No sería ella quien lo juzgue. No verbalmente en todo caso. Ya mentalmente lo había hecho.

     

    Volvió a llenar sus pulmones de aire mientras Darian bebía de su copa.

     

    No logro entender lo divertido del alcohol —dijo de pronto, faltando a su autorpromesa de no llenarse de prejuicios—, la verdad yo sólo bebe alguna que otra copa de champagne ocasional, por Navidad o cosas de ese tipo, pero aún así, es el sorbo del brindes y se acabó. Para mi esas burbujas se me antojan un poco traicioneras.

     

    Y al mencionar la última palabra, sonrió de lado recordando la última vez que una pizca de valentía se había apoderado de ella, y había terminado junto con una amiga del colegio, una botella de champagne.

     

     

    Demasiado tracioneras —explicó— la última vez que caí bajo los efectos del alcohol hice una travesura que seguramente me seguirá hasta el último de mis días.

     

    Se quedó así, riendo bobamente ante un recuerdo infantil.

     

    @@Darian Mcnair

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