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Maida Black Yaxley

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Mensajes publicados por Maida Black Yaxley

  1. Elfo doméstico y bruja miraban hacia el castillo, aunque la segunda, de tanto en tanto jugaba con la nieve bajo sus pies, y es que, como era su costumbre, no llevaba zapatos, sino que los había protegido mediante un encantamiento para que no se le ensuciaran, esto claro, no le impedía sentir la textura de la blanca capa. Seguía pensando en cómo presentarse en el Castiilo Black, cuando unos ladridos la hiceron retroceder, llamando su atención.

     

    Vio una cosa inmensa con tres cabezas, y claro, ahora mismo, el rostro de Maida hacía juego con la nieve. << ¿Qué es eso y porqué no puedo correr en la dirección contraria?>>, pensó. Sin embargo, el elfo doméstico comenzó a tirar de su túnica, exigiéndole un poco de atención. La criatura señaló hacia una mujer que estaba notoriamente más lejos, y el cerebro de la ojiazul intentó evocar su recuerdo. Era mortífaga. De esas a las que jamás se había atrevido a hablarle, como en su momento lo fue Alyssa o Luisitha. ¿Es que tan rápido iba a meter la pata con su familia adoptiva?

     

    Se acomodó como pudo, un poco la melena, interiormente Maida quería safar un poco de los nervios disimulando que le importaba como luciera, aunque esas no fueran sus habituales costumbres. Estaba por encaminarse hacia ella y presentarse cuando escuchó la voz conocida de un compañero mortífago. Uno al que si le había hablado.

     

    ¡Otto! —exclamó curvando sus labios en una sonrisa y dejando que sus pulmones se llenaran de aire, como si el encuentro le infundiera valor para presentarse con la mujer que aún estaba apartada de ellos— Si, claro, todo bien. Vine buscando a mi madre, pero me quedé meditando sobre el grosor de las puertas del castillo y no me había movido —dijo casi tratando de disimular su pánico escénico con una broma, luego, señaló con la mirada a la mujer—, ¿la conoces? ¿Debería presentarme?

     

    Miró de reojo a su elfo doméstico quién se había quedado a la zaga, junto al bolso con sus pertenencias, esperando órdenes específicas de qué hacer.

     

    Tengo la impresión de que si le caigo mal, me enviará como el postre de su mascota —apuntó mientras enrumbaba a darle el encuentro.

     

    @@Gatiux @OttoBkack

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  2. Había que recalcar que la Ivashkov se sentía bastante aliviada con eso de no tener que hacerse la social durante más tiempo con uno de los futuros compañeros de bando, y no era que Nicholas le cayera mal, el problema, como generalmente lo era, se acentuaba en ella. Aunque claro, poco a poco los pensamientos negativos se iban disipando y era algo que lograba calmarla. Relajada como se encontraba ahora, no logró distinguir los gestos que había provocado en el joven bartender con sus frases soltadas, para ella, eran cosas cotidianas, siempre se olvidaba que podían malinterpretarla y bueno, las soltaba sin más.

     

    Agradeció que le llenara la copa una vez más, asintiendo con la cabeza en lateral. Bebió gustosa casi hasta la mitad mientras sus oídos conocían el nombre de su interlocutor. ¿Mcnair? ¿Sería familia del esposo de su madrina? Si fuera así, lo tendría que haber visto en la boda y ese no había sido el caso para nada. ¿Sería muy rudo preguntarle?

     

    — Mucho gusto Darian —dijo mientras le veía servirse un trago para él, eso hizo que ella se sorprendiera aún más—, no quiero sonar mal educada, pero, ¿no te van a regañar por regalarme bebidas y servirte una tu mismo? Lo que menos quiero es meterte en aprietos.

     

    Respondió aquello y él le soltó unas cuantas frases que le hicieron regresar a Nicholas en la mente, no, aquello no era una cita. Ella no tenía citas, ¿sería por eso que actuaba tan raro el aspirante? Genial, ahora tenía una preocupación más en la cabeza, disculparse por desaparecer y aclararle que ella sólo intentaba ser amable. Suspiró un poco fuerte, como tratando de recordar quién había escogido el lugar para el encuentro, y bueno, había sido el Dolohov.

     

    Nicholas fue quien lo escogió —se sinceró encongiendo los hombros—, aunque me encanta la decoración del lugar, no suelo frecuentar bares, me hacen sentir un poco fuera de lugar —le sonrió para que no sintiera que insultaba su lugar de trabajo, pero continuó para explicarse mejor—, sucede que soy de Bulgaria, y bueno, la decoración aunque no es de mi país exactamente, me hace recordar lo similares que son todos los países de Europa Oriental. Solo una vez en tercer año accedí a ir a una taberna cerca de Durmstrang —se rió al recordarlo como si en algún momento sus compañeros de clase fueran a aparecerse por la puerta—, y no fue de mis ideas más brillantes.

     

    Volvió a beber un sorbo para tratar de no evocar más recuerdos y quedar en completo ridículo, se dedicó nuevamente a ordenar la bandana turquesa que sujetaba su melena, como si fuera algún gesto que denotara su nerviosismo.

     

    Trabajas en un lugar muy agradable, lo recomendaré a las personas que sepan apreciarlo —añadió dejando finalmente el cabello en paz.

     

    @@Darian Mcnair

  3. Ningún muggle puede realizar nada que requiera magia, esto claro, incluye las Pociones —respondió.

     

    Si, así de rápida y cortante, aquel exabrupto corporal del Profesor Haughton la había alterando logrando que el rubor de sus mejillas —por su propio atrevimiento—, se expandiera hasta sus orejas. Siempre había espacio para un poco de educación de sobremesa, de hecho, su gesto la abrumó tanto, que dejó a medio comer una de las galletitas y simplemente ignoró la taza de té. Esperó que el rumbo que tomara la clase no tuviera nada que ver con ingestas de comida ni nada, o se vería en serios aprietos.

     

    Podía sentir la mirada del Haughton sobre ella, pero no se atrevió a alzar su mirada hacia él, aunque claro, esto no era personal, le sucedía con casi todos los que iba conociendo en Ottery, ya se había acostumbrado a ignorar un poco a género masculino si la situación lo ameritaba —casi siempre, según su mente, claro—. Respiró pesadamente dejando que el olor del dulce en el te le invadiera las fosas nasales y entretanto esto ocurría para relajarla, un pergamino se extendió frente a ella.

     

    Al principio pensó que quizá se trataba de un inglés rudimentario, y bueno, siendo ella búlgara, aún se le complicaban algunas palabras. Sin embargo, una espontánea dislexia ató las letras en el pergamino con lo que decía el profesor. "Rápido", eso escondía, claramente una advertencia para la ojiazul, así que trató de enfocar mejor la frase que ahora, bailaba a sus ojos tratando de ordenarse lentamente.

     

    "Si la alumna acepta comer, una poción necesitará para curarse"

     

    El rostro de la Ivashkov era habitualmente pálido, pero sin duda alguna, lo escrito ahí le quitó todo rastro de color a sus mejillas. ¡Él profesor había envenenado las galletas! Cuando dijo que escogiera entre alguno de los alimentos, seguramente era porqué cada cosa tenía una poción o mejor dicho, un veneno, dentro. ¿Es qué todos los profesores de Hogwarts llevaban algún curso especial de Pedagogía de la Tortura para poder enseñar? Buscó con la mirada en los estantes del lugar, en algún lado tenía que encontrar algo que la ayudara, una poción, algo, pero claro ...¿Cuánto tiempo le habrá dado el profesor al veneno? No había forma de saberlo.

     

    Tiene un bezoar en alguno de estos estantes, ¿no? —preguntó con cierto dejo de ansiedad en su voz y finalmente enfrentando al Profesor Haughton con la mirada— No va a dejar que muera, ¿o si?

     

    @@Dovakhin Haughton

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  4. Justo cuando sus labios habían probado un tercer trago de la bebida, el barman decidió hablar y explicar un poco de la mezcla que ahora la Ivashkov saboreaba. Si, era claro que todo era sencillo, pero la ojiazul lo prefería así, sin alcohol, suave y delicado al paladar, sonrío al dejar la copa sobre la barra y deslizar su dedo índice por el borde, ella claro, se dedicó a observar con detenimiento como el líquido formaba pequeñas olas graciosas.

     

    - Soy de las que piensa que a veces menos...Es más.

     

    Era raro, sus ganas de huir de una situación de la que no supiera como escapar, la habían derivado a otra, que si bien era más casual... Volvía a ser con un caballero. Por enésima vez, se preguntaba a sí misma cómo era que se metía en semejantes aprietos. Pero no tuvo mucho tiempo para, una vez más tratar de darse una resolución.

     

    El bartender le avisaba que Nicholas, había optado por irse ¿también se había aburrido o ella se había demorado demasiado? De la manera que fuera, no pudo evitar reírse mientras miraba a la distancia, la mesa vacía.

     

    - ¡Gracias, San Voldy, tú jamás me fallas! -exclamó con una emoción contenida y la sensación de tranquilidad le invadía el cuerpo.

     

    Tomó la copa y la vacío de un solo sorbo como si de un whisky de fuego se tratara, y ella tuviera una adicción. Si hubiera tenido el temperamento necesario, hasta habría golpeado la barra al dejar la copa.

     

    Y ahí le cayó la mirada del bartender y se obligó a aclarar su garganta con una tos ligera, para distraerse, aunque claro, sus mejillas de todas maneras ya se habían llenado de color.

     

    -Perdón -se disculpó colocando un mechón de su cabello detrás de la oreja-, no debí decir eso. Me llamo Maida Ivashkov, y si, creo que es mejor quedarme un rato, no vaya a ser que esté aún merodeando por Diagon.

     

    Esbozó una ligera sonrisa ladeada, sin atreverse ahora a enfrentar la mirada del chico que le había ofrecido la bebida.

     

    @@Darian Mcnair

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  5. En el tejado, si, Maida casi va a parar al techo del bar cuando una voz grave la sacó de su ensimismamiento, incluso le pareció sentir el latido de su corazón en la mitad de la garganta. Con los ojos abiertos como platos, miró de donde provenía la voz, aunque él ya estaba con la cabeza gacha perdiéndose en la importancia del orden y la limpieza.

     

    Agradecía el gesto de no haberlo encontrado mirándola fijamente o seguramente el rubor se le habría acrecentado. Tomó la copa entre sus manos e intento olisquearlo un poco antes de beberlo, ...Nada. Si, era bastante mala para ese tipo de adivinanzas, pero seguía siendo divertido intentarlo.

     

    - Gra-gracias -dijo, aunque al darse cuenta de su tartamudeo, se aclaró un poco la garganta y se escondió unos segundos en el sorbo que le dió a la bebida-...Muy rico...Si.

     

    El sabor dulce mezclado con el cítrico de la naranja le suavizaban el ánimo, el temperamento y luego de un momento hasta se encontró a sí misma sonriéndole a las botellas del bar.

     

    - Si, la verdad es que no soy muy buena socializando con chicos...Y con chicas igual -dejo la copa nuevamente en la barra y se rió de lo que decía- creo que lo de conocer gente en general se me da pésimo, pésimo.

  6. Luego de todo el ajetreo que se había suscitado últimamente en el Castillo Triviani, gracias a sus impulsos en la última Navidad, Maida decidió que eran un buen momento para dejarse cobijar y esconderse, porqué no, en la residencia de Lusitiha, su madre adoptiva. Después de todo, luego de su accidentada aparición en el Castillo, en una de sus múltiples aventuras desafortunadas, estaba segura que la dejaría compartir una temporada con la familia.

     

    Se sentía un poco ansiosa, eso sí, de toparse cara a cada con un par de magos, que, estaba segura, moraban en el lugar, a uno de ellos en particular, hasta tenía ganas de verlo puesto que en la Ceremonia de Iniciación de la Marca Tenebrosa había brillado por su ausencia, porque si, sus ojos azules le habían buscado por todo el recinto, había querido mostrarle que si, que había logrado superar algunas pruebas y que hoy por hoy, se erguía orgullosa sobre sus piernas como un Mortífaga hecha y derecha, por decirlo de alguna manera.

     

    Su elfo doméstico llevaba la delantera, y un bolso de piel que cargaba lo justo y necesario, la ojiazul no era partidaria de la ostentación ni del bullicio.

     

    De hecho, ahora mismo se preguntaba silenciosamente si debía tocar la puerta, o continuar paseando en los jardines de la residencia Black.

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  7. Muchos días después de ambos roles con Lyra y con Alexander

     

    Señorita, abajo se encuentra la Señorita Bridget, a la puerta —anunció su elfo doméstico, llamando su atención y logrando que Maida Ivashkov, dejara su lectura a un lado.

     

    Conocía el nombre, era una hermana por parte de Lyra, una a la que le faltaba conocer. ¿Era ella la indicada para recibirla en el castillo? Sin demora alguna, decidió que eso lo iba a descubrir en el camino, y se desmaterializó de su habitación para aparecer en el recibidor y cerrar la distancia entre la puerta y ella con un par de pasos más. Abrió la puerta y ante ella se mostró una hermosa bruja, aunque para ser honestos, no encontró rasgos físicos que las unieran, quizá era la típica habilidad de Maida para compararse con Elphaba, una bruja verde y fea.

     

    — Birdget, ¿cierto? —saludó sin presentarse y haciendose a un lado para darle espacio a pasar—, soy Maida Ivashkov, hija de Lyra, es decir, tu hermana.

     

    Sin darse cuenta, hasta lo había dicho con un tono alegre, y es que la fascinaba por fin poder decir que conocta a brujas en Ottery, su círculo se había ampliado y eso la tenía mucho más que contenta.

     

    Pasa, me parece que el Castillo está solo, pero la verdad, normalmente me encierro en mi habitación y no hago mucho caso a los que sucede a mi alrededor.

     

     

    @@Bridget Wenlock

  8. Aunque los camarones habían estado deliciosos, la verdad es que Maida necesitaba un respiro, su rostro se hallaba al borde de la fiebre de lo azorada que se encontraba por algunos comentarios de su acompañante, que aunque era muy agradable, resultaba un poco incisivo en algunos temas que simplemente no lograba surcar con facilidad. Se disculpó un poco, y se puso de pie, dispuesta a alejarse al menos durante cinco minutos, los suficientes para recuperar la valentía.

     

    Sus pies pronto la llevaron a la barra, dejando la solitaria terraza de lado, la decoración del lugar sin duda alguna la hacía evocar las decoraciones de los pueblos cercanos a Durmstrang, con lo que podía incluso recordar el pesado olor a madera que tanto le gustaba del norte de Europa. Ya sin duda alguna, comenzaba a sentirse un poco mejor, pero no iba a volver a la mesa con Nicholas, aún no.

     

    Miró hacia ambos lados, y decidió tomar asiento ahí un rato, perdiendo los ojos azules en las distintas botellas que se encontraban a la vista, siempre le había fascinado la diversidad de colores que lograban hacer que una persona perdiera el sentido. Entretenida en ello, sus dedos comenzaron a ajustar la bandana turquesa que sujetaba su melena.

     

    Vamos Maida, sólo terminas de comer y le pides que te lleve a casa —susurró más para si misma, en una de sus famosas autoconversaciones para darse ánimos—, o mejor aún desaparecer una vez pones los pies en Diagon.

     

    Cerró los ojos tirando la cabeza hacia atrás y meneando al cuello, como para liberar un poco de la tensión acumulada en los músculos, respiró suavemente mientras dejaba que la tranquilidad decidiera unirse a su mente, en cualquier momento. Una vez de regreso a su posición normal, decidió quedarse en completa oscuridad un par de segundos más.

  9. Tomó entre sus manos el bolso blanco que había usado en la Gala de Navidad y le sonrió. Sonrisa que desapareció en cuanto vio que Marco le extendía la mano y la invitaba a dar un paseo en los jardines. ¿Había dicho su madre? Ella a pesar de no ser parte directa de la familia Triviani, aún ostentaba una habitación en el castillo, y el que el joven estuviera buscando a alguien tan importante, sólo podía significar una cosa: eran familiares.

     

    Se puso de pie sin tomar su mano pero dedicándole una sonrisa, mientras conjuraba un par de guantes que cubrierons sus brazos y pudo tomar el suyo, dejó que terminara su bebida para acompañarlo a caminar un poco mientras pensaba que si resultaban ser familiares, lo mejor sería pasar una temporada con los Ivashkov, como siempre, buscar refugio en la falda materna.

     

    Gracias —le dijo mientras lo guiaba a los bordes del jardín y dejaba que si vista se paseara por los arbustos lejanos—. ¿Así que eres un Triviani? Yo soy ahijada de Alyssa, y te aseguro que si perteneces a su familia, encontrarás en ella todo el apoyo que necesitas en cada paso que des.

     

    Recordó con gracia el truco de usar guantes para evitar el contacto directo con los hombres, un miedo que parecía ir calmando poco a poco, quizá era porque el recuerdo de Agares poco a poco se iba desvaneciendo de su mente. De costado, miró al vampiro al que hace unas semanas había permitido que la besara, y bueno, para que negarlo, ell también había respondido unos segundos sin temor alguno. Antes eso no habría sucecido de ninguna manera, y se preguntó, si aquello tenía significado alguno.

     

    Marco, ¿quisiera que te haga un ligero paseo por el Castillo? Las habitaciones son hermosas —le comentó cuando ya estaban por llegar a los arbustos laterales—, no te voy a mostrar la mía, pero puedo señalartela en caso que necesites buscarme o algo.

     

    @@Marco Alcott

  10. La voz del profesor se le hizo familiar, pero no pudo recordar de dónde o a quién pertenecía. Sacudió un poco la melena que el día de hoy llevaba suelto y que caía con gracia sobre los hombros, e intentó relajarse un poco, claramente el comentario mordaz del profesor tenía más que ver con la primera prueba de fuerza de voluntad que le extendía sobre la mesa. Tenía hambre, y todas las opciones eran apetitosas, sin embargo, sabía en su interior que comer un sandwich sería muy pesado, y la tarta usualmente tambien llevaba demasiada grasa, así que seguramente con la falta de comida, se le revolvería en el estómago. Extendió una de sus manos y cogió una galleta que, acto seguido, fue mordisqueada por una hambrienta Maida. Al menos, eso controlaría los gruñidos de su estómago.

     

    Cuando estaba por la segunda galleta, decidió tomar asiento frente al profesor, y este a su vez, decidió que ya era momento de develar su identidad, pertenecía a la familia Haughton y aunque los había escuchado nombrar alguna que otra vez en las filas tenebrosas, no lograba recordar a nadie con quien le atara alguna simpatía. El único que recordaba, era el impertinente mago que la había casi atacado en medio del Callejón Diagon, sólo por andar malhumorado y con un pésimo sentido de la orientación. De sólo recordar a Dovakhin, los ojos se le pusieron en blanco, casi exasperada, una emoción muy rara en la Ivashkov.

     

    Mucho gusto, Profesor Haughton —saludó con cortesía unos segundos más tarde entretanto su mente evocaba los recuerdos en las clases preliminares en Durmstang—, pues verá, desde los primeros años le cogí un gusto particular a la mezcla de los distintos elementos, para crear sustancias que pudieran ayudarme sin necesidad de blandir una varita entre mis dedos, la investigación de estas mezclas, de sus futuros efectos, la duración y la intensidad de los mismos.

     

    Durante su adolescencia, ella había disfrutado mucho sus paseos en las tiendas de herbolarias y tratando de conseguir artículos un tanto más complicados para la educación escolar, todo para experimentar de la mano de Agares, quién era el que finalmente las conseguía, dada su posición en el mundo mágico, lograba favores que una desconocida Maida de catorce o quince años, jamás habría obtenido por cuenta propia.

     

    Vio al profesor de nariz ganchuda mientras él le formulaba la primera pregunta de lleno y de la clase. Le sonrió. Normalmente Maida Ivashkov no solía ser muy confiada, sin embargo, el tema le encantaba tanto, que la respuesta le picaba sobre la lengua incluso antes que el profesor Haughton completara la lista de ingredientes.

     

    No sirven para nada, y habrían sido semanas perdidas en el aire, si a esa lista de ingredientes en el caldero no se le suma algo de la persona en la que se desea uno convertir, la mayoría usa cabellos o uñas, que es lo más sencillo de conseguir —explicó mientras el ceño se le arrugana un poco en su concentración—, la Poción Multijugos es una de las cosas más complicadas de hacer, por los tiempos que requieren. O bueno, es mi particular y humilde opinión.

     

    Antes de caer en cuenta, su rostro entero se había sonrojado y tuvo que esconderse en una tercera galleta para no tener que confrontar el rostro del profesor.

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  11. Marco mi Marco está aquí? O_O .....*le deja chocolates* :rolleyes: yo te asesoro (?) jajaja xD Y luego te digo "Te lo dije" si te equivocas *-* que gusto que te decidieras por el lado oscuro del foro, es el mejor *-*

     

     

    Bueno, cof cof, ahora sí a lo que vine *-* Ya sé que en teoría, o que creo que ya no ando por aquí o no debería, pero tengo ideotas que solo funcionarán con las Damas y los Caballeros del Walpurgis —debí venir hace días, pero se me fue T_T—

     

    En fin:

    Nombre del Rol: Excursión al Ministerio de Magia
    Zona(s) en la(s) que se llevaría a cabo: Ministerio de Magia
    Trama:Esta es sencillita, trata de que los alumnos de 5to y 7mo año hagan un paseo educativo al Ministerio de Magia, con el fin, en el caso de 5to Curso, de presentar posibilidades de lugar donde hacer sus prácticas, y en el caso de los chicos de 7mo, verificar las posibilidades que tienen para ingresar a algún lado como empleados del Ministerio. Algo así como una Feria Vocacional.

     

    Al estar ubicados en el Ministerio de Magia, les servirá para sus conteos de participación a los que ya sean empleados, y si no, servirá para socializar. Obviamente es una trama que será llevada (o tendría que ser), a cabo por miembros mortífagos dentro del Ministerio, por lo que tendríamos que activar trasladores, chimeneas para la Red Flu y un pequeto etcera.

     

    Nombre del Rol: La zapatilla de cristal
    Zona(s) en la(s) que se llevaría a cabo: Hogwarts
    Trama: Todos conocen el cuento de Cenicienta, ¿verdad? La pobre hermanastra que sufría los maltratos en casa, hasta que un día conoce al príncipe, bailan hasta las doce ella pierde la zapatilla de cristal, y bla, bla bla. ¿Qué tal si convertimos esa zapatilla de cristal en un premio? Es decir, partiendo de la idea de una existente Cenicienta, hablamos de un objeto mágico, una que cualquier bruja desearía tener —no olvidemos que una de las hermanastras hasta se corta los dedos por ingresar en la zapatilla—. Y claro, esta reliquia podría llegar a Hogwarts con ayuda de algún profesor mortífago y así, elaborar una serie de pruebas para el mago o bruja que quiera llevarse la reliquia mágica.

     

    Lo sé es una mezcla de Disney, pero me pareció divertido ver a Rose y Juliette pelear por ser la Cencienta Oscura de la Marca (?) xDDD o algo así u_ú

     

     

     

    Y nada, esa fue mi colaboración para CdHistorietas *-* ya si les gusta un poquito la trama, me buscas en wap Arya bonita y lo desarrollamos *-*

     

    besines n_n :love:

  12. Marco mi Marco está aquí? O_O .....*le deja chocolates* :rolleyes: yo te asesoro (?) jajaja xD Y luego te digo "Te lo dije" si te equivocas *-* que gusto que te decidieras por el lado oscuro del foro, es el mejor *-*

     

     

    Bueno, cof cof, ahora sí a lo que vine *-* Ya sé que en teoría, o que creo que ya no ando por aquí o no debería, pero tengo ideotas que solo funcionarán con las Damas y los Caballeros del Walpurgis —debí venir hace días, pero se me fue T_T—

     

    En fin:

    Nombre del Rol: Excursión al Ministerio de Magia
    Zona(s) en la(s) que se llevaría a cabo: Ministerio de Magia
    Trama:Esta es sencillita, trata de que los alumnos de 5to y 7mo año hagan un paseo educativo al Ministerio de Magia, con el fin, en el caso de 5to Curso, de presentar posibilidades de lugar donde hacer sus prácticas, y en el caso de los chicos de 7mo, verificar las posibilidades que tienen para ingresar a algún lado como empleados del Ministerio. Algo así como una Feria Vocacional.

     

    Al estar ubicados en el Ministerio de Magia, les servirá para sus conteos de participación a los que ya sean empleados, y si no, servirá para socializar. Obviamente es una trama que será llevada (o tendría que ser), a cabo por miembros mortífagos dentro del Ministerio, por lo que tendríamos que activar trasladores, chimeneas para la Red Flu y un pequeto etcera.

     

    Nombre del Rol: La zapatilla de cristal
    Zona(s) en la(s) que se llevaría a cabo: Hogwarts
    Trama: Todos conocen el cuento de Cenicienta, ¿verdad? La pobre hermanastra que sufría los maltratos en casa, hasta que un día conoce al príncipe, bailan hasta las doce ella pierde la zapatilla de cristal, y bla, bla bla. ¿Qué tal si convertimos esa zapatilla de cristal en un premio? Es decir, partiendo de la idea de una existente Cenicienta, hablamos de un objeto mágico, una que cualquier bruja desearía tener —no olvidemos que una de las hermanastras hasta se corta los dedos por ingresar en la zapatilla—. Y claro, esta reliquia podría llegar a Hogwarts con ayuda de algún profesor mortífago y así, elaborar una serie de pruebas para el mago o bruja que quiera llevarse la reliquia mágica.

     

    Lo sé es una mezcla de Disney, pero me pareció divertido ver a Rose y Juliette pelear por ser la Cencienta Oscura de la Marca (?) xDDD o algo así u_ú

     

     

     

    Y nada, esa fue mi colaboración para CdHistorietas *-* ya si les gusta un poquito la trama, me buscas en wap Arya bonita y lo desarrollamos *-*

     

    besines n_n :love:

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  13. O sea, y de mi pedido de seguir siendo la ahijada, nadie me leyó T_T ...o sea, lo que vine a decir es que iba a sacarlos de ficha y esas cosas, pero TU AHIJADA VOY A SER SIEMPRE .... o.ó , o sea, no quiero sonar mafiosa (?), pero eso no lo había puesto en discusión U_U ...solo que el Ministerio este, se pone moños muy raros y no deja que uno enlace viste? ¬¬

     

    Además, tengo un rol pendiente ahí con tu nuevo Hijo :P ...así que a lo0 mejor termino siendo tu nuera (?) xD Nah, es broma, pero yo le puedo enseñar el castillo U_U

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  14. El elfo doméstico le volvió a leer la carta y Maida le respondió con un suspiro cansado.

     

    ¿Ves? No es que tu ama se haya vuelto anoréxica ni nada, el profesor pida que vaya en ayunas —le reprendió, quitándole el pergamino entre los dedos y repasando en la mente las instrucciones para llegar al aula, que en realidad, era una cabaña y que la tenía bastante confundida.

     

    No conocía los terrenos de la Universidad, apenas y había logrado conocer un poco de Hogwarts, algo de Diagon y Ottery, ¿Cómo era que podía seguir sintiéndose como una extranjera recién llegada cuando ya casi había pasado medio año en Inglaterra? Exhaló con fuerza mientras se ajustaba la capa de viaje, el clima era una cosa impredecible, además, nunca está demás ser un poco precavida.

     

    Asintió mirando a su elfo doméstico antes de desaparecer mirando su reflejo en la ventana de su habitación en el castillo Ivashkov.

     

    Segundos más tarde, apareció en la Universidad, volvió, ya casi por inercia a darle un vistazo al pergamino y enrumbó hacia el lado que indicaba, haciéndose cada vez más pesada en la boca de su estomago, la sensación de que algo malo iba a suceder, ¿o era el hambre? Cierto era que Maida Ivashkov no se metía muchos bocados diarios a la boca, pero como siempre lo prohibido resulta más atrayente, ahí estaba, deseando una cena con todas sus ganas. A eso había que sumarle lo ansiosa que estaba, habría querido cursar cinco o seis conocimientos a la vez, pero no le era permitido aquello, así que sus ganas de hacer orgullosa a su madre, quedaban ahí colgadas en el aire.

     

    Pensando en todo eso estaba mientras dejaba tras de sí el edificio principal de la Universidad y veía como los árboles se hacían cada vez más presentes en el paisaje. debía, tenía, era imperativo que no estuviera perdida. Hasta el momento y gracias al cielo, no se había topado con ningún otro estudiante, pero no se podía estar tan seguro. La ojiazul tenía entre sus dedos la varita, atenta a cualquier movimiento raro —cosa extraña en ella, eso de estar tan pendiente, pero bueno, aprendía a los golpes—, a cualquier sonido que no perteneciera al recinto universitario.

     

    Poco a poco, llegó al valle que describía el profesor, y vislumbró la cabaña y las escaleras que tenía que subir para llegar a ella. Si, claro, no, eso sí que no. Se dedicó casi tres minutos enteros en memorizar cada detalle del camino dífcil frente a sus narices y decidió probar su suerte. Cerró los ojos y en cuanto se hubo dado cuenta, ahí estaba, de pie —luego de un feo retorcijón en la boca del estómago—, en el penúltimo escalón, frente a la espesura de los árboles del monte. Sonrió satisfecha de si misma, y avanzó, ahora sí hacia la cabaña. ¡Eso se iba a caer seguro!

     

    Toco la puerta, para darse cuenta que esta estaba abierta, ingresó dejando que sus ojos se llenaran con los colores tan diversos entre los objetos que ocupaban la estancia, y luego con el profesor. Uno que recordaba a los viejos magos de los cromos de las ranas de chocolate, ¿sería pariente de alguno de ellos? ¿Algún descendiente lejano, quizá?

     

    Buenos días, soy Maida Ivashkov Black —se presentó terminando de ingresar a la cabaña y dejando todo el verde de los árboles por fuera—, ¿esta es la clase de Pociones?

     

    Vaya pregunta boba, ¿cuantas más cabañas colgantes podían haber en la Universidad? Si, mejor era no preguntar.

     

    @@Dovakhin Haughton

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  15. Holiiiiii :ninja: vengo a que me odien (?)

     

    No, mentira, venía a decirles que vengo a dar de baja a la familia Triviani como mi familia adoptiva T_T por un tema de coherencia de rol :P ...pero que no quisiera dejar de ser la ahijada *-* de Alyssa, y si puedo, pues, seguir roleando en el castillo T_T porrque me gusta mucho, o sea, no les pido galeones ni nada T_T ...solo dejenme ser T_T

     

    :cry: ¿se puede?

     

    :cry: :cry: :cry: O sea, los quiero igual, menos a Candela, que hace cosas raras y le cae encima a la gente :huh: , pero bueno, un día no asustará a Maida y todo OK! xD

     

    Porfi?

     

    Gracias.

  16. Vengo a estrenar! (?) xD

     

    Sobre lo de Greengrass, hay otro rol que vaya a abrirse ya en Febrero en la Riddle? ....Digo, porque si no, me pido una semana más para forzarte (?) forzar a los que están ahí dentro a que cierren sus roles, y que finalmente yo entre a robar llevarme al Pensadero a lugares más propicios, o sea, el Callejón.

     

    1. Me encanta, si puedo abrirlo yo? T_T

     

    2. En el rol, aunque soy encargada, roleo como aspirante porque aún no me tatuaron como vaca (si escribo esto en medio de la conversación de wap o.ó) ....por lo que la indicada para cerrar el rol de la Riddle y darle coherencia, serías tú, como la única AR que anda por allá me parece (?) ...o sea en plan, "nadie va a usar eso hasta que sepamos bien que no sera usado contra nosotros, que se lo lleve Maidita de los oscuros Cielos (?)" o algo así.

     

     

     

    Otraaaaaaa cosa, viste, que ahora y siempre por lo que vi xD se anda hablando de que si uno participa que si el otro no, y tal. Pues nada, no sé si me ha ido por alto, y no lo he visto (que es muy factible además), pero estaba pensando que sería una gran ayuda que los encargados de un rol, hagan un informe final, poniendo quienes participaron en el rol, desde un post, hasta los que se pusieron de compulsivos.

     

    Eso podría ayudar en gran medida a cuantificar realmente la actividad de todo el bando en la actividad de este escuadrón en particular.

     

    Digo sho, es una idea (?) ....De hecho, hasta podría haber premio al mortio que más participe en los roles de CdH, sin que sea parte del escuadrón. Un blinkie o algo de esas cositas que los talentosos pueden T_T y nosotros no t_t (?)

     

     

    *Voz de Meryl Streep en <The Evil wears Prada>*

     

    That's all.

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  17. Cerró el libro, era la quinta vez en el mes que devoraba ansiosa el último libro publicado por la muggle Austen, y es la cuenta total ya la había perdido hace mucho tiempo. Daban ganas de preguntarle si pretendía encontrar alguna especie de tesoro escondido que todos los lectores del mundo habían ignorado durante todo ese tiempo, poca gente podía leer lo mismo cien veces con tanta vehemencia. Sobretodo si nos poníamos a ver que la historia era bastante sencilla en realidad, un primer amor que se vuelve el único, el último; uno que por todas sus circunstancias, es capaz de esperar ocho años en la reserva.

     

    Sin darse cuenta sacudió un poco el rostro antes de dejar el libro boca abajo sobre el acolchado, llevaba unos días tranquilos, libres dl trabajo, de los estudios y sobretodo de la vida social a la que se había visto casi forzada a participar; claro, lo único malo de tanto relajo es que inevitablemente debía pensar en sí misma, y en su historia. En el motivo de prolongar su estadía en Londres.

     

    Bueno, ahora mismo ya eran los motivos.

     

    Suspiró pesadamente mientras dejaba a la Srta. Elliot en paz por unos días, y salió de la cama atraída el ruidillo que los grillos solían hacer a estas horas en los jardines posteriores del castillo, un lugar que se había permitido visitar unas pocas veces desde que se mudó a Inglaterra. Estaba a dos segundos de apoyarse en el marco de la ventana cuando sintió una quemazón en el antebrazo, apenas había pasado un mes, aún no se acostumbraba a la sensación que le producía la Marca Tenebrosa impresa en su piel, alzó el dobladillo de la túnica para vislumbrar como se hacía más intenso el color, ¿qué sería ahora? Interiormente, Maida llevaba un mes agradeciendo a los cielos el no tener que confrontar a los fenixianos aún, no tener que comprobar lo nula que resultaba con la varita en un combate.

     

    Caminó hacia la mesita de noche para empuñar, justamente, su varita y desaparecer hacia dónde el llamado la necesitara. Justo antes de sentir el vórtice infernal en el que se sumía su cuerpo para vez que usaba ese método de transporte, logró ver la contraportada del libro y se preguntó si Anne habría dejado todo, como ella lo hacía en ese instante, sólo por ver un instante al Capitán Wenworth y romper la brecha de años que los separó tan tontamente. Pero era obvio, la respuesta no llegó a su mente.

     

    La Ivashkov apareció bajo una suave llovizna que pronto le acarició el rostro, a pesar de las incomodidades físicas, cada vez lograba superar ese conjuro con una gracia casi impecable, cada vez menos tropiezos, bochornos y mejillas sonrojadas por caerse en sus posaderas, como en un principio. Alzó la vista para disfrutar de ver la Marca Tenebrosa cruzando la oscuridad de la noche, demasiado oscura, ¿qué hora era? No tuvo la precaución de fijarse en la hora al salir de casa y bueno, no solía usar relojes de pulsera. Ajustó un poco el cuello de la túnica y caminó los pasos que la distanciaban aún del lugar ...¿abandonado?

     

    Si, aquello era una especie de lugar abandonado, aunque claro, algo de luz se veía desde su posición. La varita ya estaba alzada cuando decidió acercarse al lugar dónde debía estar, la puerta, por ejemplo. El cabello oscuro peleaba con las ligeras chispas de lluvia pegándose a su rostro mientras sus pies ingresaban al local, casi sin darse cuenta, sus meñiques se habían alzado como si aquello evitara que sus manos rozaran los escombros, a la vez, se preguntó cuánto tardaría un elfo doméstico en reparar un lugar así.

     

    Logró ver un mago sentado en un taburete, uno que no conocía. No lo saludó, ni siquiera se acercó. Aturdida por el descubimiento, sus ojos azules se posaron en sus propias manos, una de ellas portadora de la varita que en cuestión de segundos se movió contra su mano izquierda vistiéndola con un guante sencillo de tela negra, respiró con fuerza mientras una prenda idéntica envolvía la mano derecha.

     

    Perdona, las anteriores veces que solicitaron mi presencia fueron grupales —dijo a modo de saludo mientras tomaba la valentía de acercarse un poco hacia el mortífago, porque el había sido quien llamó ¿o no? ¿Cómo saberlo? De todas formas, se notaba en la estancia que se había tomado algunos minutos para intentar hacer el lugar, algo cómodo, al menos para él que ya disfrutaba de una copa de alguna bebida que no logró identificar—, ¿esperamos a alguien más?

     

    Al terminar la pregunta, ya estaba frente al mortífago, y eso sólo indicaba algo que habría preferido evitar: saludarlo. Irremediablemente en el caso de la Ivashkov, sus orejas se encendieron en un tono que se ocultó debido a la complicidad de la tenue iluminación, pero que ella sintió. El rostro entero le ardía y su mente buscaba una forma de salir del aprieto sin mostrar la debilidad que día a día la acompañaba, de hecho comenzaba a rezar porque el tercer invitado fuese Cillian u Orión, dos hombres con los que podía establecer una actitud un poco menos aprehensiva. Volvió a enfocarse en la bebida del desconocido lo suficiente hasta que resolvió su dilema.

     

    Una vez más, movió la varita apuntándose la mano izquierda dónde en segundos aparecieron dos lozanas manzanas, una verde y una roja, brillantes sobre la tela negra del guante, y feliz con la hazaña, sonrió alzando el rostro hacia el hombre. Las ofreció.

     

    Es muy malo eso de beber sin tener algo que mordisquear —explicó sin borrar la sonrisa boba en sus facciones—, Maida Ivashkov, pero supongo que si eres tú quién ha llamado, ya lo sabías.

     

    ******.******

     

    ¡Hola! Bueno antes que nada, hay que presentarse así que, bueno, mi nombre es Alejandra, tengo 24, soy de Perú. Limeña de nacimiento. Soy psicóloga, aunque no lo practico. Aficionada a la lectura y a la escritura, aunque de temas específicos, como el romance, lo histórico, lo dramático (a veces incluso lo melodramático), de ese corte normalmente. Y nada, a Maida mi personaje, le puse muchas cosas en similitud a mi misma, porque aún no sé si pueda escribir cosas muy ajenas a mis experiencias personales (si, ya sé que es un patrón que eventualmente tendré que romper), por eso, por ejemplo la niña es fanática de Jane Austen, como yo xD

     

    A diferencia de ustedes, yo soy nueva en el lugar pero pues, lo disfruto de igual manera!

     

    Espero que llevemos un gran tiempo juntos los tres y que como siempre digo, el rol fluya porque "al rol lo que es del rol". Yo estoy más que dispuesta a recibir críticas, comentarios, aportes y seguir mejorando, porque pues siempre hay espacio para más y estoy segura que ambos tienen mucho por aportarme *-* .....

     

    Y nada, creo que ya dije todo (?) xD

     

    Besine n.n

  18. O la Ivashkov había sido la primera en llegar o había aparecido en el lguar equivocado, estaba por ponerse a valorar las posibilidades cuando alguien apareció a su lado poniéndola en alerta, Cillian estaba ahí. Pudo haberle demostrado la alegría que sentía de verlo, pero él, apresurado como siempre, no le dio tiempo de nada, ¡ese niño era una ráfaga! La tomó de la mano y comenzaron a explorar la isla, completamente desconocida para la castaña. El calor era incómodo, sobre todo para ella que era de tierras frías, así que cuando el Black hizo aquel comentario sobre el clima, se lo agradeció y consintió en silencio, tratando de evitar enfocarse en el sofoco que comenzaba a sentir y oyendo el mar golpeando suavemente la arena.

     

    Esa si era una vista digna de regalarle un par de minutos, si no estuvieran tan concentrados en ver´dónde es que estaba Orión.

     

    ¿Pistas? —masculló muy quedito, casi para ella.

     

    Eso, como bien dedució Cillian por sí mismo, resultaba imposible, al pobre Orión se lo habían llevado como cualquier cosa, no había forma que regresara tan rápido al mundo de la normalidad, si es que alguna vez había estado en él. Fue entonces cuando a Maida le golpeó una verdad que se había preocupado mucho en ocultar, dado su normal desapego por el género masculino, el Black que intentaba de forma bastante arcaica de rescatar, le importaba y mucho, lo admiraba y le agradecía, aunque quizá tomara tiempo para juntar la valentía que requería decírselo de frente.

     

    Y el andar caminando de la mano del hijo de Luisitha Black, volvía a revelarle cosas de sí misma, habían caballeros en los que valía la pena confiar, y esos dos, encabezaban la corta lista. ¡Ay si, claro! Distraíida. Nada raro en ella, mira que ponerse a pensar en sí misma y en sus cosas, mientras una construcción inmesa de alzaba frente a ella y Cillian intentaba sortearlo preguntando cosas que Maida no había oído por andar de filósofa.

     

    Estaba por decirle que quizá lo de la dinamita no funcionaría por el tema de no saber desde cuando estaba en la arena esa cosa, pero no hubo tiempo, la estaba nuevamente echando a correr jalada por él, con todo el temor posible, logró ponerse primero ella, un poco, no quería que sufriera algún percance, sobretodo porque muy dentro, sabía que quizá él tuviera mejores chances que ella de ser útil en el rescate.

     

    Circe, Morgana y Maléfica —invocó mientras detrás de ellos, un revuelto de palos, arena, piedras y escombros, saltaban por la explosión, esperó lo suficiente para percibir nuevamente el sentido del oído y se puso de pie, para jalar a Cillian con las manos—, vamos, que solo tengo autorizado perder a un Black en un día.

     

    Si, había intentando bromear con él, pasaron apenas unos segundos para que através del polvo lograran distinguir algo de lo que fuera en su momento una cárcel destinada a personas como ellos exactamente, mortífagos. Seguidores del lado oscuro, preservadores de la pureza de sangre. El granito, que aún se podía apreciar en las paredes no le inspiraba nada de confianza, el dorado de algunas decoraciones, menos.

     

    Se veían residuos de lo que debían ser celdas para ellos, y un escalofrío le recorrió la espalda.

     

    ¿¡Hachas!? —preguntó al aire sin que este se inmutara en responderle mientras frente a ella se veían una serie de armas puestas una detrás de la otra hasta perderle la vista en un arco, para no variar, dorado— Y tú, gastaste toda la dinamita en la puerta ....¿esto me suena a un libro de leyendas muy antiguas? Pero creo que no se me viene a la mente, ¿Penélope?

  19. Bueno, vengo a entregar reportes, porque ...pues porque ya vi que se entregan T_T perdón xD ...all menos este mes creo que si pude cumplir un poco con ustedes, lo siento, para febrero prometo ponerme un poco más las pilas, ha sido un inicio de año complicado

     

    De todas maneras, hay rolecitos.

    Pensadero de Greengrass: En ese, aunque estoy como encargada, aclaro que estoy participando como aspirante por un tema de coherencia de rol, cuando comenzó todo, en Diciembre, yo aún era aspirante =D

     

    http://www.harrylatino.org/topic/107889-mansion-riddle/?p=5035184

    http://www.harrylatino.org/topic/107889-mansion-riddle/?p=5036662

    http://www.harrylatino.org/topic/107889-mansion-riddle/?p=5042364

     

     

     

     

     

     

    Ya si luego posteo más edito T_T ....un besote mi Gal y mi Aly *-*

     

     

     

    CONSULTA: Hay una manera de que lo del Pensadero pase a ser algún tópic, del que si quieren me hago cargo T_T ...pero es que todos los mortios son unos gashinas (?) y no depositan nada xDDDD,...pero no sé, digo yo. Como para remover un poco el asunto (?) xD

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  20. Efectivamente, Mushu, identificó al vampiro como Marcos Alcott y por ende, lo escoltó con rapidez hacia el jardín trasero, justamente en el lugar de las mesitas, dónde se encontraba una ya sonrosada Maida aún aferrada al libro de la muggle como si en el lomo de aquel objeto encontrara la calma que necesitaba para afrontar la conversación tan embarazosa luego del encuentro en la Gala de Navidad. ¡Debió haber tenido más amigas en el colegio! Aquello le habría servido mucho para este momento, pero no, ahí estaba ella, sola con sus nervios y las palabras agolpándose detrás de sus dientes.

     

    Intentó verlo un par de segundos, pero no, fue incapaz de sostenerle la mirada, y lo peor fue cuando su voz golpeó sus oídos disculpándose por el beso, y ya ella dejó de entender nada. Es decir, si había estado mal ponerse en esos planes, pero la culpa no había sido entera de Marco, ella misma se había dejado llevar, y es más, ella se había puesto solita en semejante situación, quizá si no hubiera aceptado su abrazo, o la invitación misma, no, claro que no...esos gestos podían darle a él la imagen equivocada y bueno, adelantar ese tipo de acciones entre ambos.

     

    En un último esfuerzo por calmarse, dejó el libro sobre la mesita y pasó su mano por su boca, como si aquello ordenara las palabras que ahí dentro desordenadas, pugnaban por salir. Respiró hondo, y le señaló la silla frente a ella.

     

    Buenas tardes Marco —saludó con voz mucho más tranquila de la que esperaba, e incluso logró sonreírle sin que sus ojos se chocaran con los de él—, no hay nada que disculpar, realmente creo que ambos fuimos un poco imprudentes y bueno...quizá salir así te dio la impresión de que yo estuviera enojada contigo, cuando en realidad, estaba un poco aturdida aún por el hipogrifo y por el b...—se interrumpió a si misma dándose cuenta de no poder decirlo en voz alta aún sin sentirse avergonzada—, por el suceso. No quiero que pienses mal de mí, normalmente no me comporto así, ni permito esos comportamientos a mi alrededor.

     

    Resopló un poco más aliviada y decidió pasear su mirada azul por detrás del vampiro, allá dónde se veían las lindes del jardín y los arbustos parecían siempre un poco más alborotados de lo normal. Su elfo nuevamente hizo acto de presencia esta vez portando una bandeja con fresca limonada y unos pastelillos de chocolate, colocó todo en la mesa, se aseguró de que el ánimo de su ama no hubiera flaqueado y desapareció.

     

    Sírvete lo que gustes, si deseas otra bebida, estaré encantada de poder brindartela —curiosa, descubrió en las manos de él, el bolso blanco que daba por perdido y una caja de chocolates que estaba segura, tenía algunos espacios vacíos, aquello le hizo mirarlo directo a los ojos, confrontar la mirada en la que se perdió semanas atrás, en Navidad—, creo que esos chocolates son míos. ¿Cómo has estado, Marco?

     

    @@Marco Alcott

  21. Título: ¿Qué quieres de mí?

    Cantante: Luis Fonsi

    Género: Pop

    Dedicatoria completa: En realidad a nadie, pasa que ahora la escuche, y fue tan abrumador que creí necesario ponerla aquí.

     

    Te he bajado la luna
    para q no vivas a oscuras.
    He vaciado de espuma el mar,
    pero no lo ves.
    He cambiado de corazón
    para acompañar tus latidos,
    he traído el río hasta tu puerta,
    mi mundo se dio vuelta y no lo ves.

    Tanto he dado que lastima,
    mi vida he dejado en manos de tu vida,
    ¿Que quieres de mi?
    ¿que esperas de mi?
    Si todo te di.
    ¿Cuanto cuesta tu alegría?
    Si al pie de la letra cumplo lo q pidas,
    yo vivo a tus pies
    y tu no lo ves y sigues vacía
    ¿que quieres de mi?
    ¿Que quieres de mi?

    He perdido la dignidad
    callando cada ruido para darte paz,
    me han herido cuando quise defenderte,
    por ti peleo a muerte y no lo ves.

    Tanto he dado que lastima,
    mi vida he dejado en manos de tu vida,
    ¿Que quieres de mi?
    ¿que esperas de mi?
    Si todo te di.
    ¿Cuanto cuesta tu alegría?
    Si al pie de la letra cumplo lo q pidas,
    yo vivo a tus pies
    y tu no lo ves
    y sigues vacía,
    ¿que quieres de mi?

    Este es mi modo de amar,
    no tengo mas para dar.

    Tanto he dado que lastima,
    mi vida he dejado en manos de tu vida,
    ¿Que quieres de mi?
    ¿que esperas de mi?
    Si todo te di.
    ¿Cuanto cuesta tu alegría?
    Si al pie de la letra cumplo lo que pidas,
    yo vivo a tus pies
    y tu no lo ves
    y sigues vacía,
    ¿que quieres de mi?

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  22. Evanesco —dijo Maida sin estar muy segura cuando aquellas medias lunas viajaban hacia ella, con tranquilidad las vio desaparecer—, perdona si no tomo este recibimiento como una ofrenda de paz.

     

    El relámpago de hacía unos momentos le había dejado ver el rostro del mago que tan libremente la atacaba, simple y gratuitamente por el hecho de querer buscar en la mimsa biblioteca que él. ¡Vaya pecado! Sin embargo, algo le tiraba desde el ombligo, la sensación de que si no paraba un poco con el tema violencia, la que saldría peor librada sería ella. No estaba clara ni en qué hechizos usar, ni qué tan poderoso era el personaje que se cruzaba justamente esta noche con ella, pero definitivamente, no se iba a librar de averiguarlo.

     

    ¿Es que a acaso podía haber tanta coincidencia para que dos magos se cruzaran en una noche de tormenta en la misma biblioteca abandonada? No, no era el momento para las cavilaciones. Volvió a empuñar la varita y trató de herirlo.

     

    Lo que yo busco, no creo que sea de tu incumbencia —dijo en un tono muy seco y hasta maleducado— ¡Sectusempra! —lanzó mientras un rayo verde estaba dirigido hacia él, con la firme intención de generarle múltiples cortes profundos en el cuerpo. Al menos para hacerlo retroceder en sus intentos de acabar con ella— El lugar es bastante amplio y no creo que vayamos detrás de los mismos libros.

     

    @Orión Black

  23. Maida Ivashkov podía considerarse una bruja mucho más que afortunada, no sólo tenía cerca de sí misma personas que la apoyaban, y que estaban dispuestos a colaborar en cada paso que daba, sino que además muchos de ellos, incluso le habían dado algo que se llamaba hogar, una de esas personas, era sin duda alguna Alyssa Triviani, su madrina, y una amiga personal de su madre biológica. Con todo eso encima, claro que podía, y que, como en ese momento justo, usaba una habitación dentro del Castillo.

     

    Había pedido a su elfo doméstico que se asegurara de que estuviera localizada en una zona dónde no interfiriera con los asuntos familiares, silencioso, y de ser posible, incluso con vistas al jardín trasero, aunque, luego de su primera visita, había añadido además, mantenerse un poco alejada de Candela Triviani, no sse imaginaba despertandose todos los días con alguna sorpresa nueva que lograra causar algún paro cardíaco.

     

    Justamente, llevaba días en el Castillo Triviani, siendo una de las criaturas más silenciosas del lugar, ya que luego de los sucesos en la Gala de Navidad, pues, su voz se había escuchado sólo lo minimo para decirle a su elfo doméstico las cosas que realmente le hacían falta. Así que, en medio de semejante quietud, que un sonido la desconcentrara de su lectura, la hizo saltar de su asiento en una de las mesitas del jardín trasero. Un viejo libro muggle que ella disfrutaba muchísimo, Persuasión de Jane Austen, una antigua escritora inglesa, casi salió volando de la impresión.

     

    Se llevó una mano al pecho, justo cuando su elfo volvió a aparecer frente a ella.

     

    Señorita, me temo que un joven con la descripción de su acompañante para la fiesta navideña, está en la entrada del castillo —dijo mirándola con divertida curiosidad mientras las orejas de la Ivashkov se tenían de rojo—, ¿Cómo debo proceder?

     

    ¿Qué se supone que haría ahora? Era precisamente de aquel momento que había estado huyendo desde hacía días, y claro, lo más fácil era decirle que lo mandara lejos, pero y ¿si volvía? ¿Y si otro familiar lo atendía? ¿Qué pasaba si alguien se enteraba de su indiscreción en la Gala? ¡Que bochorno! ¡Que vergüenza!

     

    Maida se dedicó a acariciarse los dedos compulsivamente mientras podía sentir como el rubor se esparcía en sus mejillas, y el elfo esperaba indicaciones. Frunció el ceño y decidió, con una valentía que le aparecía muy de cuando en cuando, tomar el toro por las astas.

     

    Hazlo pasar — y medio más tranquila, añadió— pero primero asegurate que sea el señor Alcott.

     

     

    @@Marco Alcott

  24. Aquello se tornaba cada vez más extraño, y además un poco embarazoso para la joven Ivashkov, tuvo que soportar en silencio el pequeño regaño que se escondían en las palabras de Lyra, era cierto, realmente había sido muy descuidada para salir sin varita, cualquiera cosa pudo haberle pasado, pero claro, ella siempre quería confiar en su suerte, y así no se podía avanzar en nada. Lo que era aún más cómico, ella parecía haber salido del cuadro de aquella conversación, su madre hasta había advertido con un interrogatorio al muchacho, así que con la nueva varita en mano, se aclaró la garganta.

     

    Me gustaría aclarar, que la Gala de Navidad es un evento muy lindo —confesó sin atreverse a mirar a Marco—, pero nadie de mis amigos o de la familia se había anotado mamá, así que ¿por qué no asistir con Marco? Y por otro lado, si, apenas llegue a casa te dejaré la varita en la habitación.

     

    Frunció unh poco el ceño.

     

    ¿Puedo llamar a mi elfo doméstico desde cualquiera lado? Claro que si —sin darse cuenta, se dio un ligero golpe en la frente— Por Circe, he estado tan distraída que hasta olvidé eso. Debo ser la bruja más torpe de mi generación.

     

    @@Marco Alcott @@Lyra Katara Selwyn

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