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Apolo Granger

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Todo lo publicado por Apolo Granger

  1. Apolo saco de su mochila tres libros blancos, aunque le costó lo suyo entre tantas cosas que había traído encima. Tal como pidió los demás se pusieron manos a la obra; solo esperaba que fueran lo suficientemente precavidos para no excederse al realizar magia. Como no quería molestarlos mientras trabajaban, aprovecho de contemplar el cielo. El sol ya se encontraba en lo alto del cielo, y la mañana había pasado volando. El problema es que a medida que el sol se levantaba más calor hacía, y aunque a excepción de Antoni todos estaban vestidos para la ocasión pronto el calor sería demasiado para ellos. Era mejor esperar hasta que fueran a realizar su siguiente encargo para no distraerlos demasiado, y es que lo que se le había ocurrido podría tomarle algo de tiempo y concentración. Casi como quien no quiere la cosa, se acercó a Joaquín al ver que era el que más rápido avanzaba: Si estaba en lo correcto su condición infrahumana lo haría menos susceptibles a los cambios en su nivel de magia. Lo cual explicaba también como algunos de los elementos que había conjurado eran tan pesados como rocas: cuando le permitió examinar su trabajo Apolo comprobó que el material con el que había creado era tan pesado, que a duras penas podía manipularlo. La mesa está virtualmente enterrada en la arena, y al darle algunos golpes pudo comprobar lo resistentes que eran. — Algo pesados para mí, pero veo que no tienes problemas para manejarlos. Te doy puntos por lograr crear cosas tan resistentes, y es que muchos magos solo alcanzan a crear copias endebles de algunos materiales— soltó Apolo contento dejándole el libro blanco encima. — Buen trabajo. Fiamma aún estaba trabajando, así que la salto para ir directamente hacia Gabrielle, que contemplaba su trabajo con aire dudoso. Apolo se emocionó al ver tantos materiales distintos sobre la mesa, y sin pedirle permiso levanto al aire la taza medidora que había creado, dejando que la luz la atravesara. Asintió alegremente dándole unos golpes a los platos, que se mantuvieron firmes sobre la mesa sin deshacerse. Y el color era bastante bonito. — Una excelente ejecución. Y supiste guardar tu energía haciéndolos. Muchos magos priorizan color sobre material y al tocarlos se deshacen, pero tu pudiste hacer ambos. — comentó dejando el cubierto sobre la mesa. — Todo excelente, y esto es para ti. — Como pudieron apreciar al trabajar — les dijo a todos, aun con el libro de Fiamma en la mano — mientras más objetos conjuraban más difícil era crearlos. La magia es mental pero no está exenta de agotarnos cuando la realizamos. Algunos lo pueden manifestar con cansancio físico, pero el más común de los casos es simplemente el descontrol de la magia, por que perdemos el enfoque que la impulsa y la canaliza. Los expertos llaman a esta habilidad de enfoque “estamina”, y mientras más magia realizamos más estamina gastamos. Apolo les mostró el libro y paso las paginas para mostrar las distintas ilustraciones de platos. En la cubierta, con letras doradas, aparecía el titulo "Mil y un recetas mágicas para todo tipo de seres". Apolo había sacado tres ejemplares de la biblioteca de la Universidad, y había marcado algunas recetas con ingredientes sencillos que podrían conseguir en las cercanías. Pero no quiso imponerles ninguna, era mejor que ellos escogieran lo que prepararían. — A esta hora el mercado está en pleno apogeo, así que quiero que vayan y compren los ingredientes para cualquier receta que elijan. Nada sencillo tampoco, que les tome esfuerzo prepararlo. Sobre mi toalla deje tres paquetes de dinero nomag, todo por parte de la Universidad. Tómense su tiempo, pero vuelvan aquí en cuanto puedan. Y descansen un poco, llevamos haciendo magia toda la mañana. Pueden hojear los libros en el camino así que vayan yendo. Dejo que Joaquin y Gabrielle se adelantaran en dirección a su toalla, mientras él se acercaba directamente a la mesa de Fiamma. — Las instrucciones son las mismas para ti — Apolo no estaba preocupado; ella podría alcanzarlos en un segundo, aunque él aún debía entregarle el libro. — ¿Pero primero, que tienes para mostrarme? @ @ @@Gabrielle Delacour @Joaquín Granger
  2. Dulce placer, suave tormento (?). El vino se le subió rápidamente a la cabeza, y soltó una ligera sonrisa mientras escuchaba la conversación, más aun cuando Fiamma respondió tan alegremente a su brindis improvisado. Y vivir cerca del mar no le sonaba nada mal, ¿escucharían su sugerencia si se ponía a buscar lugares en su tiempo libre? Siempre podían aparecerse para ir a trabajar, y podrían alejarse un poco de tantos recuerdos antiguos. Quizá las matriarcas, al igual que él, estaban intentando pasar página (?). Apolo finalizo con calma escuchando a medias de lo que hablaban, e intentando llamar la atención. Tenía sentimientos encontrados (?) con la llegada de su tía Valeskya, por un lado el abandono de su familia y las ínfulas con las que solía aparecer y desaparecer así como así sin darle explicaciones a nada; pero al mismo tiempo con la luz de la esperanza (?) en el cambio de la situación familiar. A él en específico no le había hecho nada malo, y si su tía Zahil podía perdonarla y recibirla con tanta facilidad quizá el también podría aprender a hacerlo. O quizá solo era el vino hablando. Apolo bajo su copa vacía mientras veía a su tía Zahil levantarse. Por extraña que fuera su petición no podía rechazarla, y la otra opción era quedarse en la mesa junto al resto de los comensales. Se puso de pie sin mirar a nadie, pero tampoco pidió que lo excusaran. Se podía interpretar de forma ruda, así que dejo que lo vieran irse directamente hacia el sótano sin pasar primero su habitación. Que el recordara jamás había bajado allí. Era el espacio personal de Zahil, y fueran donde fueran a mudarse ella buscaría un sustituto adecuado. Si lo que Joaquín decía se cumplía, ella haría las mazmorras suyas más rápido de lo que él se terminaba una botella de alcohol (?). De manera algo lúgubre empujo la puerta decorada, que chirrió en el momento para dar paso a la oscuridad absoluta. Lo único que parecía iluminar el camino era un grupo de velas al pie de las escaleras. Apolo le tenía miedo a muchas cosas, a las criaturas peligrosas, a los peligros desconocidos que lo podían seguir allí donde fuera, pero no a la oscuridad. Y mucho menos a su tía Zahil, a menos que la hiciera enfadar. Y él tenía mucho cuidado de estar siempre de forma respetuosa frente a ella, de la misma forma en que lo haría con Valeskya si tuviese la decencia de andar por casa. ¿Podía su vida de libertinajes (?) finalmente haber llegado a un punto crítico con su tía? Antes de bajar, le echo un vistazo al salón donde asumía que estaría su ropa ensangrentada, y no precisamente por sangre suya. De nuevo echo en falta su varita mientras se resignaba y bajaba de a poco por las escaleras, aunque la luz de las velas no le permitía ver mucho más allá. — ¿Tia Zahil? — preguntó acostumbrándose a estar ahí abajo. — Ya estoy aquí.
  3. Apolo soltó un pequeño “Ohh” de sorpresa al ver los pájaros que Fiamma había conjurado. Más aun, había logrado darles un color y una forma, hasta les había dado una direccionalidad. Con eso le bastaba para darse cuenta del dominio de la magia que poseía, aunque fuera su primera clase. Los vio revolotear contentos hasta que se disolvieron en el aire para dar paso al siguiente. Luego tuvo que retroceder un poco, algo asustado ante la aparición que había creado Gabrielle; y es como profesor debió haber mostrado más temple, pero las serpientes no eran de sus animales favoritos. No le costó mucho percibir que la Black mantenía vigilada a la serpiente, y al mismo tiempo la estaba inhibiendo de realizar alguna acción. Lo tranquilizo un poco, y hasta lo alegro. El ultimo, Joaquín, de quien esperaba algo similar se decidió finalmente por realizar aparecer unas flores. Tenía su mérito el hecho de que las hubiese alineado tan bien, y que les hubiese dado la forma que él quiso. El olor de las flores inundo el aire y el también cogió una, al principio para examinarla antes de que se disolvieran los pétalos uno a uno al contacto. Era interesante como los tres aplicaban los principios de la magia tan bien, lo cual era muy extraño pero muy satisfactorio. — Los tres lo hicieron genial — Apolo aplaudió poniéndose de pie. — Creo que entienden muy bien de que va realizar magia y las limitaciones que conlleva, permítanme continuar antes de ir a nuestro evento central. Se aclaró la garganta un poco. No le molestaba demasiado hablar, pero esperaba que de tantas cosas que iba a decir algo le lograran entender. Esperaba que Antoni también estuviera tomando nota de lo que decía y que pudiera poner todo en practica en su momento. — Materializar cosas, más conocido comúnmente como conjurar, se rige por leyes bastante específicas, y al mismo tiempo por limitaciones bastante cerradas. Muchos seres vivos no son posibles de crear de la nada, y ustedes mostraron unas de las pocas excepciones a la regla: los pájaros y las serpientes, que son de las pocas criaturas más afines a la magia según expertos. Sin embargo, muchas de esas son meras copias de las criaturas reales, y se desvanecen con la misma facilidad con la que logran aparecer. Muchas de las criaturas que creamos con magia son en realidad transformaciónes, pero son mucho mas complejas de realizar y no es el objetivo de la clase. No les menciono que Apolo, siendo excelente en encantamientos, tenía muchos problemas para la Transformación. Todos tenían su talón de Aquiles, supuso. Y es que — Por otro lado, cosas como dinero y comida tampoco son posibles de materializar de la nada. Crear oro es virtualmente imposible para un mago, y los duendes no generan oro de la nada, lo acuñan. La comida tampoco se puede materializar de la nada, pero si se pueden usar encantamientos sobre ella para mejorarla substancialmente. Sin embargo, si hay cosas que podemos materializar. Aunque requiere una habilidad mágica superior, podemos conjurar elementos de la naturaleza como fuego, agua, o plantas, ya que nuestra varita canaliza su aparición. Y sin embargo, como asumo que muchos ya lo han intentado en su vida, los magos no tenemos problemas para crear objetos cotidianos. ¡Aparitio! Apolo dio unos pasos hacia atrás, y agito su varita pensando en una mesa, que se materializo frente a él. Literalmente había creado el inicio de lo que sería su sala de clases. El brazo se le agarroto tanto por su desplante mágico, que le costó disimular el esfuerzo que había tenido que realizar. — Estas palabras mágicas, que a menudo usamos de forma no-verbal, nos permite crear cualquier objeto que podamos visualizar mentalmente. Es mucho más sencillo claro si duplicamos un elemento que ya tengamos, porque canalizamos la magia en repetir todas sus propiedades. Pero de la misma forma podemos materializar objetos cuando todo lo que tengamos sea… bueno, arena. Crear objetos de la nada incurre en el mismo principio, pero en vez de repetir las propiedades de un objeto lo visualizamos mentalmente antes de hacerlo aparecer. Se tocó la frente mientras que con la mano libre, les pedía que se pusieran de pie y se acercaran. Apolo repitió el hechizo dos veces más, creando un tazón enorme y una cuchara. — Por eso como magos podemos crear sillas, mesas, tazas o tenedores, que son objetos que vemos a diario y que tenemos muy presente en nuestra mente. Si intentáramos realizar objetos de mayor complejidad habría que tener en cuenta tres cosas: Que si fuera un objeto nomag, que usan electricidad, solo seriamos capaces de visualizar su carcasa y no sus componentes internos, que al final no tendría utilidad. Que si intentamos confeccionar algo como ropa debemos entender como se realiza, que cortes y que uniones de los hilos, o si no simplemente materializaríamos un montón de telas. Y que si los materiales son demasiados y muy distintos entre si nuestra mente buscara remplazarlos. Acá donde me ven, yo jamás he podido materializar nada que no fuera de madera. Y era cierto, Apolo le echo un vistazo a su reciente creación: la madera estaba lijada y bien cuidada, pero no dejaba de ser madera simple la que componía la mesa y el tazón. Ni siquiera tenía encima barniz. La cuchara era de metal claro, pero el mango también usaba el mismo tipo de madera para sostenerlo. Lo único digno de mención era que la madera era de un azul muy oscuro, tirando a negro. — Mientras más poder mental tiene un mago, más sencillo es para él o ella modificar la apariencia de las cosas que hará aparecer: Que color tienen, que forma, de que material están compuestos. Los magos que realizan objetos mágicos son los mas asiduos a lograr este dominio de la mente, pero requiere años de trabajo. En muchos casos como el mío, los magos tienen en su interior una forma intrínseca la materialidad y el color de lo que conjuran que facilita enormemente su realización. Y eso es lo que me gustaría que me mostraran. Mientras Apolo rebuscaba en su mochila a escasa distancia, sobre su toalla de tortugas, les dio su segunda orden. — Al igual que yo, deberán crear un puesto de trabajo. Tomen en cuenta lo que les mencione sobre forma y material para formar una mesa, y platos, cubiertos, recipientes para mezclar, tablas de corte y cualquier otra cosa que se les ocurra que puedan necesitar para cocinar algo. Aunque objetos pequeños no suelen traer dificultades, mientras más grande sea el objeto a materializar más cansador es. Así que tengan cuidado. Yo pasare puesto por puesto y deberán contarme que objetos realizaron. Pero tienen tiempo, no se preocupen, concentrence, y hagan lo que puedan. @ @ @@Gabrielle Delacour @Joaquín Granger
  4. Hola! Vengo a hacer una consulta pequeñita con respecto a las facultades de familiares que no son patriarcas. Puede un familiar, previa autorizacion de los patriarcas y matriarcas abrir una version de la familia en Ottery? Me refiero a que cuando se concretan los 1000 posteos y se debe abrir una siguiente version de la familia, solo un patriarca/matriarca puede realizar esa accion o puede realizarla un familiar si los patriarcas/matriarcas lo autorizan previamente /o/ Muy agradecido de la respuesta de antemano
  5. Apolo sonrió alegremente y asintió a cada una de las presentaciones, contento de que su clase tuviera tanta audiencia siendo su primera oportunidad. Incluso levanto ambos pulgares ante la aparición de Antoni, el último de sus estudiantes al parecer. El sol se había levantado un poco y la luz de la mañana ya inundaba la playa. Una ligera brisa y el sonido del mar era todo lo que los acompañaba, mientras Apolo se alejó un poco de los cuatro para tener espacio. — Espero que tengan presente que aprobar esta clase significa demostrar su conocimiento en el tema ante la Universidad, y por consiguiente el Ministerio de Magia. Por lo tanto tengo una regla para ustedes, que significaría reprobar la clase: No pueden llamar a un elfo para que los ayude. Le sonaba tan extraño prohibir elfos como lo fue para ellos recibir la noticia. Esperaba que no fuera un impedimento para nadie. Tampoco le gustaba prohibir algo, pero si hacían trampa para pasar la clase no podría demostrar que es había enseñando mucho. Se bajó las gafas de sol y se paseó por la arena marcando una línea con el pie antes de continuar. — Los encantamientos son, por definición, cualquier tipo de magia que le agregue propiedades a un objeto o una criatura. Cuando movemos objetos, o les damos autonomía, usamos magia bastante sencilla que a menudo se domina con bastante facilidad. Si cambiamos los colores de un objeto con magia no estamos modificándolo, estamos cambiando como es percibida la luz sobre él. Entender eso les permite ver las diferencias entre encantar y transformar algo, mucho más difícil y complejo. ¡Chromus! Apolo hizo levitar una rama que había encontrado en la playa, y luego la modifico para que fuera de un azul brillante, igual que su cabello. — Sin embargo, hay una rama de los encantamientos mucho más difícil, y que espero que ustedes cuatro como magos adultos puedan dominar: La materialización. Crear algo de la nada es mucho más difícil que simplemente agregarle propiedades. Los primeros ejemplos de materialización que solemos realizar es encender las varitas. Crear luz es mucho más sencillo que por ejemplo, crear agua. ¡Aqua Eructo! De la punta de su varita salió un cañonazo de agua, con tanta potencia que pudo haber botado a alguien al contacto. La lanzo con fuerza en dirección al mar llevándose contigo la rama que había encantado. Pasaron varios segundos antes de que su disparo cayera al agua. — Ahora viene la acción. Me gustaría que intentaran realizar algunos encantamientos que suelan usar, al menos para ver el nivel mágico que tienen. Piensen en esto como en un show off, el que quiera comenzar que dé un paso aquí junto a la línea. Y el resto sentémonos en la arena cerca para ver el espectáculo. Lo que quieran mostrar de magia estára bien, pero mientras más conectados estén sus hechizos mejor. Su último comentario fue algo raro, pero una cosa era lanzar encantamientos al aire y otra crear todo un espectáculo con magia. A la gente le gustaba lucirse, y estaba dispuesto a aplaudir si lo sorprendían un poco. @ @ @@Gabrielle Delacour @Joaquín Granger
  6. ― ¡Tranquila, no es lo que piensas! Apolo se alarmo un poco ante la reacción de Eileen, pero tampoco es que no se la esperara. Tenía claro las complicaciones de siquiera sugerir la idea, pero al menos ya había dado un paso en la dirección correcta. Con que fuera simpatizante de los muggles y no se cerrara, le basta de momento. Con Booster ladrando contento a la distancia, Apolo saco un viejo libro de su mochila. ― Te aseguro que no rodaran nuestras cabezas. Veras, estuve investigando. En el pasado… ― se puso a hojear el libro frente a ella, intentando despertar su curiosidad. ― Estamos hablando de la antigua Grecia, los magos también tenían una versión rudimentaria del Estatuto. Pero ellos hablaban de algo llamado “La niebla” Giro el libro en el espacio donde había una enorme ilustración a dos páginas. En ella aparecía arremolinada un gas, mientras varios magos en toga levantaban sus varitas y al mismo tiempo otras personas paseaban tranquilas. No era muy explícita, pero esperaba que haberse leído el libro entero ayudara a resumírselo mejor a Eileen. ― Esta “niebla” es una poción mágica que se debe poner a la entrada de una ciudad o un recinto. Hicieron falta al menos 100 magos trabajando para crear algo tan potente que cubriera Athenas, pero… ― Apolo pasó a las páginas. ― Hay una versión más simple que cubre extensiones de terreno más pequeñas. Y el parque cuenta como extensión pequeña. Trato de que entendiera para donde iba con su comentario, y se dio cuenta de que se había olvidado de lo más importante. Cerró el libro y se lo entrego para que lo ojeara. ― La niebla inhibe los ojos de los mortales a la magia. No sé por qué ahí dice mortales, ¿pero quizá ese era el término que se les daba antes a los nomagos? ― Se encogió los hombros. ― Si creamos esa poción y la colocamos en las rejas de la entrada, los nomagos que entren interpretaran cualquier suceso mágico como algo normal. Funciona en criaturas, también lo dice. Los cancerberos y los unicornios se verían como perros y caballos ordinarios. Le echo un vistazo al parque, y luego se preguntó qué pasaría si alguien trajera un dragón a pasear. ¿Sería la niebla tan fuerte para hacerles creer que veían otra cosa? Bueno, siempre estaban ellos ahí para vigilar el lugar. Y es que necesitaban más gente visitando el parque, y tenía la impresión de que lo que se le ocurrió era una buena idea. @
  7. Apolo Granger

    Encantamientos

    Apolo amaba la playa. Le encantaba descansar en la arena, sentir el sol en la cara, o atravesar olas cuando nadaba. Por eso no fue sorpresivo para nadie que decidiera realizar su clase del día a orillas del mar. Su clase de Encantamientos, la primera que impartía de hecho, lo había tenido desde temprano trabajando en lo que diría, y lo que les haría realizar para demostrar su dominio en el tema. Y es que mucha gente subestimaba el poder de los encantamientos cuando tenía un arsenal de hechizos que se podían utilizar. Pero no él, y esperaba que no sus alumnos. — ¡Holaaaa! — gritó alegremente haciendo eco entre los riscos de la playa. El sol empezaba a salir por las montañas que tenía detrás, y los rayos del sol iluminaban el mar azul y la arena blanca en la que se encontraba descalzo. Llevaba una polera blanca con un dibujo de un sol, unos lentes de sol negros sobre su cabello azul, y en su muñeca izquierda llevaba el reloj que usaba casi siempre. Su bañador era del mismo azul que su pelo, y amarrado en su pierna llevaba el porta-varita con su varita a la mano en cualquier momento. Algo alejada sobre una toalla de tortugas, descansaba su mochila negra. Era todo lo que necesitaba, y ya podría crear con magia lo que fueran a utilizar, aunque tendría que ponerse creativo para ayudarlos tanto como ellos para completar su clase. Se encontraba en la Costa este, lo suficiente cerca para que sus alumnos pudieran aparecerse sin problema, y con suficientes indicaciones en el aviso que les había hecho llegar gracias a la Universidad. El más importante y el más obvio era traer su varita mágica, pero había dado detalles explícitos de usar ropa veraniega junto a sus instrucciones. Había sido un abuso exigirles esa parte, pero si alguno usara su ropa normal intentaría usar métodos normales para hacer las cosas. Al menos así lo había justificado, y esperaba que le hicieran caso. Cerca de la playa donde se encontraba, había un pequeño pueblito que tenía abierto su mercado con todo tipo de cosas para vender. Algo alejado en la otra dirección solo había riscos y uno que otro árbol frutal, y frente a ellos en el mar se extendía un arrecife bastante colorido bajo el agua. Su plan era bastante divertido, pero le dio algo de miedo pensar que alguno de sus estudiantes no supiera nadar. ¿Alguno se lo habría mencionado en alguna ocasión? Y es que a sus tres estudiantes los conocía. O casi. Fiamma era su recién descubierta pariente lejana que había regresado a la Familia Granger después de años de viajes. Joaquín vivía con él, eso era cierto, pero jamás es que se hubieran topado. Y Gabrielle había sido profesora suya en la Fortaleza Oscura. Apolo, al principio animado por reconocerlos, se dio cuenta que jamás había cruzado más de dos palabras con alguno de los tres, y que el supiera ellos tampoco se conocían entre sí. Tal ve debió pensar en eso antes de mandarlos a vestirse como para un balneario. Akward. — ¡Bienvenidos a su clase de Encantamientos! — comentó el joven de pelo azul alegremente, una vez que fue hora de comenzar. — Me llamo Apolo, pero eso ustedes ya lo saben. ¿Creen que puedan presentarse para los demás? Los había reunido de forma circular en medio de la playa. Y no lo dijo como una solicitud; lo había pedido como una sugerencia. @ @@Gabrielle Delacour @Joaquín Granger
  8. Sentado donde estaba podía observar en primer plano a toda la familia, y obviando el hecho de que ahora entraba algo de aire de la puerta rota se estaba bastante bien. Eso sin contar la clara hostilidad que sentía hacia todos en la mesa, y que le estaba costando disimular. Apolo bufo un poco frente a las presentaciones de Valeskya, usando la copa vacía entre los labios para taparlos. Si tenía hambre, pero la sed parecía no querer terminarse (?) y aunque estiro su mano para acercar la botella de vino su tía Zahil fue más rápida. Frunció el ceño de forma perceptible por un milisegundo, pero asintió cortésmente y en vez de eso tomo una jarra de agua. No sabía que cambio le había ocurrido a ella; normalmente lo dejaba hacer lo que quisiera. Otro más de los efectos colaterales de que Valeskya estuviera en casa, a Zahil se le ocurría volverse una matriarca consiente de la noche a la mañana. No, era mejor dejarlo pasar; no era con ella con quien estaba molesto, y no era su idea tampoco arruinar tan linda velada llena de familiares perdidos. Apolo sacudió la cabeza, él no era así, ni tampoco pensaba de esa manera. Era la presión que sentía en las sienes lo que lo tenía tan malhumorado y alerta, los presentes no estaban ayudando a mejorarlo. — Es un placer — soltó tranquilamente cuando Fiamma se dirigió a él. Fue todo lo que podía aportar, y un silencio algo incómodo se empezó a formar a medida que todos comían. Apolo ni siquiera saboreaba la comida, solo seguía comiendo mecánicamente y tocando su vaso de agua cada cinco segundos, como si de esa forma inhibiera las ganas de un buen trago que sentía. Aun en el silencio el peli azul pensó un poco la idea de mudarse. La mansión estaba ahí desde que recordaba, aunque mudarse a otro lado sonaba interesante. No quiso expresarlo en voz alta, pero lo de vivir junto al mar sonaba a una idea estupenda. No por algo él tenía una enorme pecera de cristal en su habitación (aun vacía, en su regreso a la Granger no había tenido oportunidad de llenarla o comprar peceses) y que le había regalado Vales… Apolo volvió a fruncir el ceño y clavo el tenedor en la carne con más fuerza de la que hubiera querido, empujándola hasta la orilla del plato. — Perdon, se me resbalo el cuchillo — se disculpó por el ruido, dejando de cortar la carne. ¿Sería bueno que dijera algo más? Intento seguir comiendo y sin darse cuenta volvió a llenarse la copa de vino. Lo había hecho inconscientemente, y aunque estaba seguro de que su tía Zahil lo había visto, se moría por seguir bebiendo otro poco. O la cabeza le iba a estallar. Tenía que pensar en algo. Y rápido, antes de que le dijera otra cosa. — Me gustaría hacer un brindis — fingió mirando directamente a Zahil — Por… que… Fiamma está con nosotros — se giró rápidamente hacia ella. — Y sobre mudarnos. Suena genial. Listo, simple y corto. Le intento dar ligero sorbo a la copa y sin quererlo le dio un largo trago que dejo el vaso a la mitad. Dioses, que le estaba pasando…
  9. Apolo se perdió gran parte de la bienvenida de las dos recién llegadas, subiendo las escaleras de dos en dos para desaparecer de ahí. No alcanzo a llegar al final cuando Polo, uno de los elfos de la Mansión. Iba a abrir la boca y simplemente paso de largo, asintiendo vagamente ante la solicitud de su tía de que bajara. Ahí se iba el plan de irse a dormir; tendría que jugar a la comida antes. Con la excusa de cambiarse a ropa más presentable, Apolo logro quedarse en su habitación. Gracias a la poción que había tomado, ya no le dolía la cabeza ni tenia encima esas horribles ganas de vomitar que lo habían tenido junto al grifo de la cocina. Sin embargo, eso no impidió que toda la noche fuera un espacio borroso en blanco. La molestia que sentía actualmente contra Valeskya competía con el miedo interno que le oprimía el pecho sobre no saber que ocurrido. Si no lo hubiesen encontrado no estaría tan preocupado, ahora solo le quedaba bajar y fingir inocencia. Cinco minutos después (y mucho más seco), y con una polera azul del mismo tono que su pelo, Apolo volvió a bajar. Lo único bueno de todo el asunto era que se moría de hambre, y la agitación de no tener clara su noche lo mantenía mucho más despierto de lo que hubiese querido a esa hora. Después de todo, Valeskya y la otra joven habían llegado a altas horas de la noche al igual que él. Solo Joaquín –con quien no solía toparse nunca- Zahil y sus hijos, y él vivían en la Mansión. Si no se contaba a todos los elfos. Como los elfos habían estado sin servir a tanta gente al mismo tiempo (Apolo solo pedía que lavaran ropa, pero Zahil requería mucha más ayuda con dos hijos que cuidar) se sintieron tan animados que cuando Apolo entro en el comedor se encontró con que la mesa ya estaba puesta en todo su esplendor. La cubierta había sido pulida y de la cocina se oían sonidos de movimiento multiplicados. Se preguntó qué tan rápido estaban intentando cocinar todo, como si los familiares que juraban servir fueran a desaparecer en un pestañeo. — Disculpa — intentó decir amablemente a la segunda joven que había aparecido en la mansión, mientras rodeaba a la mesa (y a la joven) y se sentaba donde salía hacerlo. — Gracias. Un elfo, de la nada, le tendió una servilleta antes de desaparecer, y repitió el proceso mientras el resto también se sentaba. Estaba claro que esta era una ocasión especial y ninguna de las reglas que se aplicaban normalmente funcionaría en la noche. El plan era comer en paz sin hacer contacto visual con nadie. Responder cualquier pregunta incomoda de forma cortes y luego irse a dormir. No le podían pedir más, si era necesario fingiría quedarse dormido. Justo en ese momento, otro elfo llego con algo de beber y sirvió en todas las copas tragos distintos. A él le toco vino, y la suya era la única copa grande. Apolo, pese a todos los instintos, se la bebió de un trago. ¿Estaba demasiado nervioso? — ¿Comeremos algo especial? — preguntó al aire, enfocando la mirada hacia la pared más cercana. Ya estaba ahí, no sabía que más esperarían de él. ¿Preguntar qué tal fue el viaje? Primero muerto. @@Valeskya Granger @ @Joaquín Granger @
  10. ID: 120710 Nick (con link a la ficha) Apolo Granger Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Fecha: 2018-03-19 Objeto: Armario Evanescente Puntos: 160 Precio: 8000 galeones Total de puntos: 160 Total de Galeones: 8000
  11. Nick: Apolo Granger Conocimiento que quiere dar: Encantamientos Motivo: Amo los encantamientos! Son el poder mágico que mas utilizo en mis roles, y creo que podría aportar mucho participando como profesor en este tema. Siempre utilizo información de Pottermore y los videojuegos en relación a magia para que mis roles tengan ese algo extra. Ahora, en general me encanta enseñar aspectos del foro, y encuentro muy divertida la modalidad que existe de poder interactuar con distintos tipos de personajes de todo tipo gracias a las clases. Creo que lo principal es que las clases puedan ser divertidas para que los usuarios no lo sientan como un tramite, si no mas como un aporte para sus propios personajes. Por ese lado es que me encanta la idea de poder enseñar dentro de la Universidad, y seria todo un honor si me eligen. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: Anterioridad: Empleado del Magic Mall. / Profesor de Generales AMH. Actualmente: Diseñador. Estado del plan de estudio: Enviado.
  12. Apolo sonrió ante el cambio poco pronunciado que tuvo, pasando de una joven defensiva a un saludo cortes. Estrechó su mano con simpatía, contento de que su compañera fuera alguien de edad similar a la suya. Por como la señora Detal la había descrito, sonaba algo mayor. ― Eileen entonces ― comenta en voz alta soltando su mano, aunque su sonrisa vaciló un poco ante sus siguientes comentarios, incluyendo el sutil comentario sobre ser espía y su negativa ante el ofrecimiento de ayuda. ―Ah, si… perdona. Silencio incómodo. ― Así que… No estaba seguro que estaba tomando Eileen, pero se veía que era una poción de algún tipo. Se preguntó si sería más ofensivo aun preguntarle que era, y se tomó un brazo algo cohibido. Capaz y solo era algo de té, a los británicos les gustaba, pero extraño envasé para un té. ¿Quizá fuera medicina de algún tipo? Si, definitivamente era mejor no preguntar. ― Ehh experto experto… ― soltó Apolo siguiéndola.― Me gustan las criaturas acuáticas, pero supongo que nos las apañaremos si llega algo muy raro o muy peligroso. No quería presuponer que lo decía porque ella no sabía manejar criaturas mágicas. Después de todo este ERA un parque para animales mágicos. El gato ronroneo suavemente cargado por Eileen, y Apolo pensó con algo de inquietud que al menos se llevaba bien con uno de los dos. El gato apenas lo había visto entrar en la mañana le había dado un bufido horrible. Definitivamente no le gustaban, y el sentimiento era mutuo valía decir. ― Eileen espera. La había acompañado hasta cerca de la entrada, donde el Londres nomag podía escucharse detrás de las enormes verjas de entrada. Autos pasando, gente conversando… Sostuvo uno de sus brazos y lo froto inconscientemente; la mirada que le dio Eileen lo puso algo nervioso. La habia detenido de realizar los encantamientos de ocultación en ese espacio en especifico. Quería traer un tema importante a colación, y hubiera sido más fácil si se le hubiese ganado primero. Ahora estaba seguro de que eso no ocurriría por lo pronto. ― Pues, estuve pensando y... Desde donde estaban se podía ver el agujero que había cavado Booster para entrar junto a sus cachorros. Se imaginó que había que taparlo. Las rejas de la entrada se encontraban fuertemente cerradas, y estaba seguro de que para abrirlas se iba a necesitar algo de magia. Le preocupaba que su idea pudiera entrar en conflicto con lo que pensaba Eileen sobre los nomag, pero era importante al menos intentarlo. Y tenia una idea que podría servir, pero primero tenia que lograr que lo escuchara. ― Creo que deberíamos abrir el parque a los muggles.
  13. Sintió un ardor en la garganta, que fue acompañado por un flash de luz que hizo que le dolieran los ojos. Alguien había aparecido en la cocina y había encendido la luz. Casi por segundo pensó que quien había entrado era su tía Zahil, pero la voz sonaba mucho más clara. Apenas si se sostenía, pero se quedó mudo del susto cuando se encontró con su tía Valeskya. Luego volvió la vista nuevamente al lavamanos. No ella, no estaba de humor para otra de sus visitas. Volvió a vomitar y se perdió la entrada de su tía Zahil, que atraía por el ruido había aparecido para recibir la visión de su sobrino enfermo y su prima perdida. Se habia relajado lo suficiente para respirar cortadamente, y se intentaba enjuagar los brazos en el grifo medio ignorando lo que decía su tía. Luego sintió un tirón gentil de su pantalón, y se tele transporto de la cocina a su habitación. O más bien al baño de su habitación, donde quedo tirado dentro de la enorme tina. — El ama Zahil quiere… — Si, ya sé que (burp) quiere… meter las narices. Agito una mano para despachar el elfo, y agradeció el silencio del baño a oscuras. Si no hubiese estado tan mareado y con tanto frio hubiese pensado mejor, pero solo se le ocurrió mecánicamente sacarse la ropa y darse una ducha rápida, tomando de la gaveta una poción de resaca instantánea que había comprado hace mucho pero que casi nunca usaba. El estómago le dolía, pero ya no tenía nada más que eliminar, y poco a poco la poción comenzó a hacer efecto. Cinco minutos después, Apolo salía de su habitación con un pijama puesto. Su ropa sucia no se veía por ningún lado, y podía apostar que el elfo se la había llevado. ¿Con que derecho se metía Zahil en su vida? El elfo había aparecido para llevarlo justamente ante ella, pero el bajo las escaleras por su cuenta y se presentó en el salón aun con gotas cayendo del cabello. Solo unos segundos después apareció Polo con su ropa envuelta en una bolsa de supermercado. Una tercera persona se encontraba con ellos, y si su memoria no se equivocaba era el hermano de Valeskya, Joaquin. Bien por ambos y que se reencontraran, pero él no pintaba hay nada en el salón. Aprovechó la aparición de una cuarta persona para intentar recuperar su ropa, pero el elfo solo se tele transporto más lejos de él llamando la atención de todos con su chasquido. — Lamento haber llegado tan tarde y despertarlos. — dijo Apolo solo mirando a su tía Zahil. — Ya me siento mejor, y me voy a dormir. Asintió con la cabeza a los dos recién llegados por educación y se giró. Su ropa estaba seguro de que los elfos la lavarían, así que asunto cerrado. Necesitaba estar solo, y rápido. No estaba seguro si su espalda aparecía mojada por la ducha o el sudor frió que había sentido. Recordó que su varita seguía en el suelo de la cocina, pero ya la podría recuperar mañana y estuvo tentando a buscarla, pero era mejor si se alejaba de ahí. Ni siquiera cruzo una mirada con su tía Valeskya, a ella no tenía nada que decirle. Nada. @@Valeskya Granger @ @Joaquín Granger @ (????????)
  14. 3:55 am Apolo intento aparecerse en los jardines. En vez de eso, chocó de llenó con la verja de entrada que resonó con fuerza. El impacto casi le disloca un brazo, y el dolor solo se sumo al que sintió al aterrizar sobre el duro suelo de las calles de Ottery Saint Catchpole. No soltó su varita solo porque la tenía pegada a su mano, atrapada en un puño de su mano izquierda. De hecho, fue lo único que intento proteger mientras salía despedido. Su otra mano estaba inservible, y aunque la luz de la luna se encontraba algo oculta por las nubes cualquiera que se acercara podría ver que tenía los nudillos de la derecha destruidos, como si le hubiera dado un puñetazo a una pared. Había tomado demasiado alcohol, y su cuerpo no estaba respondiendo correctamente. Mucho menos su mente, que no entendía por que le estaba costando tanto trabajo entrar a la Mansión. Él era familiar, y los est****os hechizos ministeriales no corrían para él. Se quedó ahí, tendido en el suelo durante unos momentos, pero el dolor palpitante de su espalda se había sumado al que tenía en la mano, y la cabeza le dolía como si le hubiesen pegado con platillos encima tanto por el impacto como por lo mareado que estaba. Necesitaba respirar hondo y calmar un poco el dolor que sentía, pero no se le venía a la mente el hechizo que necesitaba. Así que se quedó ahí tirado un momento más, y luego se incorporó lo más despacio que pudo poniéndose de pie. No podía usar su varita en ese estado, así que la guardo en un bolsillo y se sujetó el brazo como pudo acercándose a la reja. Tal vez hubiese chocado contra ella cuando intento entrar a la fuerza, pero apenas se acercó lo suficiente se abrió de par en par para dejarlo pasar. No entendía nada, y su visión se movía en todas direcciones. Si no vomitaba, era porque se apretaba el pecho con toda la fuerza que su brazo sano le permitía, y por qué respiraba acompasadamente intento relajarse. No le gustaba marearse y sin embargo ahí estaba tras una noche de juerga. No tenía cabeza para pensar sobre autocontrol, o para pensar en nada realmente. Solo dio unos pasos hacia el interior del jardín, y se tuvo que agarrar de la reja para no caerse nuevamente. La verja se tambaleo, pero no se cerró sobre ella. Apolo no recordaba que fuera tan alta, pero agradecía poder mantener su apoyo. Se recostó en el suelo sin tener mucha opción, apoyando sus piernas en la gravilla de la entrada, y se mantuvo sostenido de la reja sin saber muy bien que hacer.
  15. Apolo se apareció en el Jardín de la Mansión. No, más bien lo había intentado y había terminado en la cocina. Estaba todo tan oscuro que le costó un poco darse cuenta que no había caído sobre el césped. Al principio no entendió nada, y Apolo se quedó apoyado con las manos en la fría cerámica. Luego lo recordó, ninguno de los hechizos ministeriales seguían activados. Supuso que de no ser así, habría chocado contra la pared. Se rio un poco, y luego negó con la cabeza. Le costaba respirar, pero lo intento de todos modos. Olía a limpiador, y la luz de la luna atravesaba la ventana principal. Otro indicio de que estaba en la cocina. Se le hacía difícil aclararse si mantenía los ojos cerrados tanto rato. Se preguntó si podría llamar a uno de los elfos de la mansión; necesitaba ayuda. ¿Sería muy tarde para hablarle a alguno? Él no era muy de elfos, pero al menos sabía que también dormían como los demás. Seria descortés despertarlos. Se agarró del mesón de la cocina e intento levantarse. Nop, devuelta al suelo. Era demasiado para él el esfuerzo, y levantarse hizo que la cabeza le diera vueltas. Se quedó escuchando el silencio del ambiente. Sentía mucho frio. La cocina estaba helada, o seria por estar apoyado en el suelo. Tanteo al suelo por su varita y la empujo lejos de su camino. Cuando despertara podría recuperarla. Necesitaba… agua… y su cama. Tenía mucho frio. Por segunda vez se intentó levantar. Sentía pegajosas las manos. Él se sentía pegajoso. Logró levantarse muy despacio y apoyar la cara en el mesón. Era lo único que tenía ardiendo, como si hubiese estado todo el día al sol. Sus oídos pitaban. Dejó apoyada la frente ahí unos momentos, y termino de incorporarse. Apoyándose con el mesón rodeó la cocina hasta el lavaplatos, y tanteo buscando el grifo. Algunas nubes desaparecieron, y la luna volvió a iluminar la cocina y al mismo Apolo, justo a tiempo para encontrar el grifo. Su mano, cubierta de algo rojo, gotea dentro del lavaplatos. Quería agacharse para beber directamente del grifo, pero vuelve a mirar su mano. El sudor frio que había estado recorriendo su espalda regresa, y siente como el alcohol vuelve a subir por su garganta. Abre el grifo a lo máximo que puede, y comienza a lavarse las manos pasando a mojar su chaqueta. Se intenta quitar la chaqueta arrojándola al piso, y se da cuenta que estaba cubierta de sangre al igual que sus brazos. El grifo sigue corriendo con fuerza y voltea en todas direcciones desde el grifo a la cocina, donde había aterrizado hace solo unos minutos. Luego, como un autoreflejo, vomita una gran cantidad de alcohol de su cuerpo directo al lavaplatos. Algo malo había ocurrido, algo muy malo.
  16. Apolo asintió alegremente al escuchar su nombre. Se veía algo cansada, pero Eileen había hecho un excelente trabajo. Costaba decirlo claro, muchos de los encantamientos que había usado eran imperceptibles a simple vista, pero debían ser suficientes ahora que la señora Detal no estaría presente en el parque como antes. Volvió a echarle un vistazo a la barcaza, que ahora se alejaba a la distancia. Supuso que no había que preocuparse, al menos de momento. ― ¿Que? ― musitó Apolo solo un momento después, volviendo a mirar a Eileen. ― No, solo me pareció correcto venir a presentarme. No sonaba muy fastidiada, pero igual Apolo tuvo ese extraño sentimiento de que su saludo no era bien recibido, o que no estaba ahí para hacer amigos. Tal vez tenía que pensar en algo más, y mientras recibía la mirada de Eileen se le ocurrió que podrían almorzar juntos. Aunque era algo temprano para comer. ¿Y si pensaba que solo quería hacer hora y no trabajar? No, eso seria peor. ― Ehh… ― pausa incomoda. ― En realidad me preguntaba si tú necesitarías algo. Arregle la zona de juegos y pensaba vigilar la entrada, pero no se si requerías ayuda o... algo. Si se le puede llamar arreglar a agregarle más arena. Ahora sería un muy buen momento para que llegara un visitante al cual ir a atender. No estaba sintiéndose muy agradado frente a la joven. Lo cual era extraño, por que normalmente las chicas amaban su compañía. Una de las ventajas de ser... bueno, como era el.
  17. http://www.harrylatino.org/topic/111180-boveda-negocio-tamesis-park/ hola! Vengo a avisar que abrimos la boveda del negocio que hicimos... creo que eso es todo? e.e Paso a decir que gracias de antemano y saludos a Cande (?) Me acorde recien que la boveda habia que avisar cuando se creaba, yo dije uhm (?) algo me falta (?????) y ya vi que era eso e.e pero ya quedo, creo, y espero (?) Saludos (?) (?)
  18. Apolo sólo vio una vez en persona a la señora Fulanita Detal. Fue el día que, tras haber leído su aviso en El Profeta, visitó el parque ubicado en la orilla del río Támesis con nada más que unas falsas expectativas. Si fue contratado para trabajar allí, fue por pura suerte asumió. Lo que sea que veía la señora Detal en él no logró quedarle muy claro… él no se sentía empático, o capaz o lo que sea que estuviese buscando en empleados, pero le gustaba el parque. Lo suficiente para aceptar un empleo de medio tiempo ayudando a administrarlo. Lo que más le gustaban eran las criaturas acuáticas. Solía almorzar cerca de la cascada cuando trabajaba en el Magic Mall, y darle sus sobras a los patitos venenosos que paseaban por la orilla. Cuando se presentó como uno de los candidatos, recibió la mirada más dura y analítica que Apolo había recibido, y apenas recibió un asentimiento luego de un rato. Apolo notó que se encontraba algo triste, pero más allá de darle algunas directrices no quiso preguntar más. Tras aquel primero y único encuentro, la señora Detal se retiró oficialmente del trabajo, aunque Apolo sospechaba que debía tener el parque monitoreado de alguna forma, para asegurarse de que ella y al que hasta los momentos sólo llama "la otra" estaban cumpliendo con sus exigencias. Esa mañana, Apolo se dedicó a reforzar los alrededores de la zona de juegos. La arena solía desaparecer hacia el Támesis, y aunque era extraño tener un lugar mágico tan a plena vista eso no impedía que de todas formas tuvieran problemas, aun con algo de magia de por medio. Lanzando un chorro de arena limpia de su varita, Apolo recorrió el lugar limpiamente observando distraídos unas barcazas cruzando el rio lentamente. Se preguntó que verían ellos una vez que los encantamientos de protección volvieran a activarse sin la señora Detal para mantenerlos. Apolo se dio cuenta que era importante poder hablar con la otra empleada. Más que mal, tendrían que trabajar juntos por bastante tiempo. Solo esperaba que fuera simpática, o al menos eso pensaba Apolo viendo como el aire se distorsionaba en una de las zonas. Eso solo podía ser un encantamiento repelente. Abriéndose camino por entre la arena –que ahora le cubría los tobillos- echó a andar esquivando a Booster y a sus cachorros que ahora examinaban la arena con curiosidad. ― Nada de meterse en problemas ― soltó distraídamente Apolo esquivando a Dale, y guardando su varita en el portavaritas que siempre lleva en la pierna derecha. ― Me llamo Apolo ― soltó alegremente cinco minutos después, acercándose a la única bruja en el parque. ― ¡Hiciste un muy buen trabajo! Pensó que si era amable podía ganársela. Aunque solo podía ver su espalda, la joven tenía un aire familiar, como si ya se la hubiera topado antes. Pero no lograba ubicar de donde…
  19. Descripción del parque Historia Ubicado en plena orilla del río Tamesis, el parque desde hace muchos años sirve como refugio para criaturas de todo tipo, tanto mágicas como normales. Oculto a plena de vista para los londinenses sin magia, se ubica cerca de la rivera occidente del río; de esa forma, tiene vistas espléndidas de la torre del reloj que se alza a la distancia. Antaño, los magos y brujas que lograban crear conexiones especiales con criaturas mágicas celebraban en el parque la confianza y el cariño mutuo que se tenían; acualmente, si bien el parque sigue abierto al público, son pocos los magos y brujas que crean enlaces reales con sus mascotas. Su dueña actual, ya de avanzada edad, trabajó toda su vida por mantener el parque abierto a cualquier persona, pero siente que es tiempo de encontrar a alguien que continúe su legado. Por lo tanto, decide publicar un aviso en El Profeta, solicitando ayuda; es así como contrata a dos nuevos empleados, que se comprometen a mantener en funcionamiento su querido parque. Criaturas Protegidas Booster Pastor suizo. Llamado así por Apolo por que siempre tiene mucha energía. Encontrado cerca de la entrada, cubierto de heridas y con dos pequeños cachorros a su cuidado. Como padre Booster es muy responsable e intenta mantener a sus dos hijos fuera de problemas, al mismo tiempo que vigila el parque. Le gusta saludar a los visitantes nuevos y adopto el parque como su nuevo hogar para poder proteger a sus cachorros. River&Dale Cachorros de Booster. Son prácticamente idénticos, pero a River le gusta pasear por la zona acuática y correr en la orilla del rió, y Dale prefiere relajarse en la arena y entrenar en los juegos. Les gusta explorar el parque y deben ser constantemente vigilados por Booster para que no molesten a los visitantes. Salem Gato siberiano. Llamado así por Fulanita, la dueña original del Tamesis Park. Ha estado en el parque desde su fundación y, aunque suele desaparecer se vez en cuando, siempre regresa. Es juguetón e inteligente, le gusta jugar con agua. Greylock Gato persa. Llamado así por Eileen. Fue llevado al Tamesis Park esperando que algún visitante lo adoptara, pero finalmente se decidió dejarlo permanentemente el parque. Es tranquilo y presumido, pero se pone de mal humor si sus constantes siestas son perturbadas. [Registro - Boveda]
  20. Si Apolo no hubiera estado tan preocupado, habría soltado una risotada al ver a Elliot sometido. Tal como su hermano le había mostrado hace unos años, sostenía ambas manos juntas sobre su espalda en un agarre firme. Se había lanzado sobre el justo en la entrada de la Manor, así que aprovecho de usar la puerta como soporte usando todo su peso para mantenerlo debajo. Con su mano libre, tanteo los bolsillos de la túnica de Elliot resistiendo las sacudidas que daba. Pero se soltó. Elliot y él comenzaron a forcejear rodando por la entrada mientras se empujaban mutuamente las mandíbulas, con un Apolo extremadamente irritado de no haber encontrado su varita intentando volver a someterlo. Pero no estuvieron mucho tiempo así, por que al momento siguiente Apolo salió lanzado como si lo hubieran empujado dos enormes manos. Rodó por el suelo desde la gravilla que separaba el camino hasta el césped arreglado donde se quedó respirando agitadamente. ¿Qué le pasaba? Él no era así, dando puñetazos y atacando gente. Intento ordenar sus ideas mientras se reponía del golpe que había sufrido al caer. Tal vez había tenido suficientes nervios por un día y ya no le estaba importando mucho. O tal vez se debiera a haber pasado tanto tiempo con Elliot, el tipo tenía algo muy turbado… Tenía que controlarse. Y aun necesitaba encontrar su varita; si él había tomado la suya, entonces la de Apolo seguía en el jardín. Elliot se colocó junto a Apolo. Era mucho pedirle que lo ayudara a levantarse, pero su pequeña pelea al menos lo había hecho reaccionar que algo raro estaba pasando. No se había lastimado nada grave, así que no le costó ponerse de pie. Pero no alcanzo a decirle nada a Elliot, por que al momento siguiente sufrió un golpe en la cara que lo devolvió al piso. Tardo un momento en reaccionar, pero sus palabras las escucho muy claramente. ¡AL DEMONIO CONTROLARSE, LE IBA A PARTIR SU…! Se puso de pie nuevamente, y escupió algo de sangre al suelo. Le había roto el labio, pero se lo limpio con el puño y se preparó para seguir. Elliot solo negó con la cabeza, y Apolo volvió a apreciar el moretón que se estaba formando en la parte derecha de su cara con el golpe que le había dado. Él no se veía mejor, pero tenía razón. Se tocó los nudillos, aun rojos por el impacto, y volvió a fijarse en su reloj. La cuenta regresiva estaba yendo más lentamente, pero seguía avanzando su curso. — Bien, a mano. — fue todo lo que soltó, aunque estaba claro que no lo pensaba realmente. Había algo en ese tipo que le hacía hervir la sangre, y estaba seguro de que eso no iba a quedar ahí. Como le hubiese gustado lanzarle una buena maldición, o mejor aún otro puñetazo. Pero sin varita y en una versión mejorada de la Manor era difícil no tener las prioridades claras. Volvió sobre sus pasos sin ver si Elliot lo seguía, y comenzó a revisar el césped. No fue tan difícil como lo había sospechado, su varita descansaba plácidamente sobre un charco de agua algunos metros a su derecha, más o menos donde se había roto su reloj. Por primera vez esa tarde sonrió un poco, y sin secar su varita la metió al portavarita que llevaba siempre en la pierna derecha. Cuando se giró se sintió tentado a sacarla al ver a Elliot, quien no se había movido y miraba en todas direcciones. Parecía que al igual que Apolo, el también estaba sintiendo el sobrecogimiento que daba ver el lugar tan… nuevo. Se encamino hacia él, no se preocupó de acercarse demasiado, era mejor mantener las distancias. — A lo mejor la fuente estaba encantada, y Gatiux y Maida la repararon y también reparo la mansión y… — y eso no tenía ningún sentido. — Acá paso algo extraño, tampoco puedo escuchar a Gatiux desde hace un rato. Era difícil intentar hablar con normalidad cuando lo único que quería era volver a abalanzarse sobre Elliot y destrozarle la cara: La suya le dolía, lo que no ayudaba en nada tampoco. Intento serenarse, y pensar, sentándose en la orilla de la fuente, y esperando que Elliot lo siguiera. Como por inercia, metió la mano al agua y comenzó a empujarla suavemente. No había duda que la Yaxley actual le gustaba mucho más que la anterior, con ratones saliendo de la habitación de Luisitha cada tanto y con techos que goteaban acido. Volvió a agitar el agua, esta vez mirando la Manor que se alzaba imponente y tranquila. Casi podía apostar que así se había visto cuando la construyeron hacía muchos años. Se quedó mirándola escuchando el agua caer. Si las cosas no habían reparado mágicamente en un segundo… pero ahí estaban, en su estado original… como antes… Antes… No, después… Y si antes… — ¡Hay que buscar a Gatiux! — le soltó Apolo a Elliot agarrando el reloj con su muñeca para taparlo. Lo que estaba pensando era una ridiculez de proporciones bíblicas, pero tenía que asegurarse. Si Luisitha o Maida ya estaban subiendo del sótano con solo verlas se aseguraría de algo. Cualquier cosa le serviría con tal de no pensar en la horrible idea que había surgido en lo recondido de su mente. No le dijo nada a Elliot, pero se apresuró de regreso a la entrada casi corriendo. Iba a abrir de un tirón la puerta, pero se detuvo justo en la entrada y en vez de eso toco. Luego, se le cayó el alma a los pies. Quien abrió la puerta había sido un elfo. @@Gatiux @@Near @Orión Yaxley
  21. Se arrepintió de lo que hizo en el momento en el que lo hizo. La indiferencia con que Elliot había mirado el acontecimiento (claramente su culpa) fue lo último que pudo soportar. Sin embargo no pudo contemplar el resultado de su acción; al momento siguiente había salido despedido hacia atrás por el impacto. Cayó de espaldas sobre el césped recién cortado con el brazo estirado. Tuvo suerte de no dislocarse el hombro, pero el brazo le dolía tanto como si lo hubiera hecho. Reaccionando asustado intento ponerse de pie, mirando su muñeca. Su reloj había estallado, y sin embargo ahí estaba. El flash de luz lo había cegado, pero solo un momento antes había visto las piezas estallar. Pero ahí estaba, como si nada hubiera pasado, atado a su muñeca y con la pantalla curiosamente encendida. Sosteniéndose el brazo como si la vida se le fuera en ello intento leer que decía, descubriéndose el brazo… — Pero que… No supo de donde llego Elliot, pero Apolo solo alcanzo a sacar su varita y ser desarmado de la nada. Al momento siguiente se encontraba con una varita en el cuello. Apolo le echo una mirada de odio mientras lo amenazaba, indefenso a cualquier repercusión, y tardo un momento en entender sus palabras. Luego se agarró el brazo, en el mismo lugar en el que tenía tatuada la marca tenebrosa mientras lo soltaba. ¿Entonces el también…? Con el puñetazo había liberado todo el enojo que había sentido contra Elliot, pero escucharlo hablar aun lo molestaba. Era difícil prestarle mucha atención a lo que decía cuando podía ver su mejilla tan enrojecida como sus nudillos. Para cuando Apolo se percató de que hablaba Elliot ya estaba arrojando su varita al suelo, pero el ya no lo escuchaba. No estaban en la Manor. Sea donde fuera que estaban, parecía una versión mejorada de su antiguo hogar. La manor relucía en todo su esplendor, y no había rastro del enorme fragmento de hielo, del vestíbulo roto, o de los múltiples agujeros en el tejado. Era como si la hubieran reconstruido. Y a poca distancia, opacando todo lo demás se alzaba la enorme fuente del ciervo, con ambos cuernos reparados y construido de un metal reluciente que brillaba al… ¿sol? — ¡Elliot espera! — soltó preocupado Apolo, pero ya se había ido rodeando la fuente hacia la entrada de la Manor. Lo que más le había preocupado a Apolo era el clima. Más extraño aun que las cosas reparadas, era como si toda la nieve se hubiese ido y se encontraran en pleno verano. El sol en lo alto brillaba con fuerza, y una ligera brisa movía las múltiples flores que decoraban el jardín. ¿Quién había hecho todo esto? ¿Habían quedado inconscientes toda una temporada? Solo por el absurdo de su última pregunta, le echó un vistazo a su reloj para ver que día era. Ahora creía con más fuerza que si se había roto antes de reconstruirse. La fecha se había puesto como default, aunque la hora seguía intacta. Sonrió un poco, pero frunció el ceño al ver que el cronometro estaba encendido y estaba corriendo libre en reversa muy rápidamente. No pudo cancelarla manualmente, así que la dejo correr. Había cosas más importantes de que preocuparse, y tarde o temprano llegaría a cero y se cerraría sola la aplicación. Lo primero que echo en falta fue su varita. No se encontraba en su portavaritas, y recordó haberla botado al suelo cuando Elliot. Se apresuró a revisar el césped, y pudo ver algo con forma de rama sobresalir entre lo parejo del césped con facilidad. Ya con magia podría averiguar que estaba pasando. Solo necesitaba realizar un hechizo de reconocimiento para descubrir alguna fuente de magia externa a la suya, que pudiese explicar por qué todo se veía tan distinto al menos. Agito su varita y… Un enorme y potente rayo concentrado de energía salió despedido de su varita. Fue tan poderoso que hizo añicos uno de los árboles de la entrada, y dejo un humeante tronco en llamas. Apolo se asustó y por poco pega un grito, sintiendo su varita vibrar mientras lanzaba el hechizo. Y es que esa no era su varita. Era un poco más corta, y la madera más oscura. El siempre había sentido la suya ligera como un lápiz, esta se sentía como una piedra pequeña. Si no era su varita, ¿quién era tan tonto para ir dejando tirada la suya en medio del jard…? Tardo solo un minuto más en echar a correr con toda la energía que quedaba, con la varita de Elliot en sus manos vibrándole en la mano a cada paso. Sentía extraño que pudiera usarla siquiera, pero la varita se agitaba tan violentamente que pensó que iba a estallar en cualquier momento. Ni siquiera se molestó en seguir preguntándose por la fuente, que ahora arrojaba agua de los pistones tranquilamente. Su varita (antes incluso que su reloj) era el objeto más preciado que tenía, si Elliot se la quitaba… Justo al mismo tiempo que lo encontró, se abalanzo sobre el tacleándolo en el proceso con toda la fuerza que le quedaba. Recordó una de las llaves que su hermano Aarón le hacía; él nunca lo había intentado realmente a menos que su hermano se dejara. Pero había una primera vez para todo, y Elliot aunque demostraba una gran habilidad mágica era bastante burdo en el uso del cuerpo. —Maldito i******, mira que equivocarse de… varita— soltó molestando tirando al suelo lejos la de Elliot y buscando la suya mientras peleaban. — ¿Dónde demonios te metes la varita cuando no la usas? — espetó intentando mantenerlo quieto. @@Near @Orión Yaxley @Gatiux
  22. http://i.imgur.com/0gniL.png Por este tutorial, "Espacio de Trabajo", paso a dejar mi visto bueno a: @@Emmet Haughton Gaunt Te recuerdo que para la aplicación por la Graduación necesitarán linkear este post. Al dejarte mi visto bueno como diseñador, significa que hemos visto que has cumplido con la tarea que corresponde a este tutorial de manera correcta. ¡Continúa practicando y mucha suerte en la Escuela! Comentarios: Hola Emmet! Estas empezando bien, y al entregar los requerimientos del tutorial lo completaste sin problema. No tengo comentarios ni positivos ni negativos hasta que no pueda ver mas, pero solo recordarte las instrucciones de los tutoriales están pensadas para que uno aprenda a usar una herramienta de PS, pero al mismo tiempo que podamos mejorar la imagen (lo que tu primer intento no logro tan bien como el segundo). Siempre ten presente que todas las acciones que realizamos están pensadas para que todo quede mejor que lo original y en un tamaño acorde al foro claro. Espero que te sigan interesando los otros tutoriales
  23. Hola, ahora solo vine a subir el contador hahaha No, vine a rectificar el error moderativo que hubo y volver a a solicitar que en caso de Leah o Sagitas no pudiesen realizar el cambio que solicito, lo haga algún otro moderador. El problema ocurre por que no se hizo la revisión que planteé o que no se tuvo en cuenta hacer la consulta correspondiente al topic de Cooperación Mágica Internacional o a su director @Orión Yaxley (por el post que hizo Sagitas en este topic es prueba de ello) antes de llegar a un consenso moderativo. Pasare al topic de Consultas y Sugerencias a plantear una solución para que esta situación de no vuelva a ocurrirle a otro usuario. Reforma IX Reforma Ministerial sobre Ventanilla Única Ministerial 7/Noviembre/2016: Primera solicitud de Pasaporte 8/Noviembre/2016: Negativa y aclaración de que el Ministerio de Magia solo puede autorizar pasaportes britanicos Como realice una multitud de solicitudes al mismo tiempo, pude suponer que pudo ser un error mio. 10/Septiembre/2017: Segunda solicitud de Pasaporte 10/Septiembre/2017: Aprobación de solicitud por parte de un empleado 28/Octubre/2017: Nueva aclaración de que el Ministerio de Magia solo puede autorizar pasaportes britanicos También, por la información que obtuve en su momento al realizar el tramite, la decisión de no tramitar pasaportes extranjeros viene directamente desde el trabajo en conjunto de Moderación y el Director del Cooperación Mágica Internacional de ese tiempo, por lo que entiendo totalmente donde se encuentran los errores burocráticos al respecto. Como fue una situación extenuante y de factores humanos creo que puedo volver a solicitar que mi pasaporte aparezca como vigente?
  24. @ Gracias por los cambios, pero te equivocaste en algo: Segun la reforma del Ministerio de Magia 3.0 los pasaportes extranjeros no entran dentro de la jurisdicción del Departamento de Cooperación Magica Internacional ya que cada extranjero realiza el tramite en su propia nacionalidad. Yo lo hice en Macusa, así que como tal debe aparecer vigente. Si tienes dudas revisa la Ventanilla Unica de Departamentos Ministeriales cuando un extranjero (en los que me incluyo) a solicitado renovar su pasaporte, o directamente preguntes en el topic de Cooperación Magica Internacional para que te den detalles. Si no puedes tu solicito que otro Moderador coloque mi Pasaporte en vigente, gracias!
  25. Hola! Vengo a pedir unos cambios en mi ficha! Si es que pueden ayudarme, los iré dejando: 1.- Si pueden volver a agregar las imágenes de mi ficha, los link aparecen rotos pero este es el orden 2.- En el primer apartado de la ficha, donde dice edad cambiar de 24 años a 25 años 3.- En el tercer apartado de la ficha, donde dice aspecto físico: - Podrían eliminar los espacios extras entre el titulo "aspecto fisico" y "Caracteristicas" que quedaron y dejar solo uno? - Cambiar donde dice Accesorios para que quede así? Accesorios Mochila negra cruzada Smartwatch (Reloj electrónico nomag) Porta varita en su pierna derecha 4.- En el mismo apartado, en la parte de Cualidades Psicológicas cambiar para que quede así? Cualidades Psicológicas A diferencia de otros magos y brujas que dependen netamente de sus habilidades mágicas en el día a día, Apolo confía plenamente en la lógica y su propio poder de deducción a la hora de resolver problemas. Su enfansis en el sentido común también lo vuelven extremadamente escéptico a aceptar algo sin pruebas, aun en el mundo de la magia. Pese a esto es trabajador, esforzado, y extremadamente devoto a las reglas cuando las considera justas. Su defecto fatídico es el hibris o el orgullo desmedido: piensa que puede hacer las cosas mejor que todos los demás, incluso mejor que los dioses. "¡Pero si todo el mundo sabe que esos son puros cuentos! ¡La fuente no es real! Estas intentando hacer que todo calce y no es así. Ademas, en la historia Sir Desventura si logra bañarse en la fuente, y al final resulto que solo era agua común y corriente." ~ Apolo Granger 5.- En historia, podrian borrar todo lo que hay? y poner "En construcción" 6.- En registros, podrían cambiar donde dice Pasaporte para que quede: Pasaporte: Vigente. 7.- En el apartado otros datos, podrían agregar arriba de todo: Varita Magica Mediana. Madera de hiperbóreo y núcleo de escamas de narval. 8.- Y en Cronología de Cargos que quede así: 7 de Septiembre, 2017 / Entra a trabajar al Concilio de Mercaderes como Empleado del Magic Mall 11 de Octubre, 2017 / Entra a trabajar como Diseñador del Foro son varios cambios, y pensaba traer el código pero las nuevas reglas de la bóveda trastero dicen que es mejor dejar todo como esta :c ojala alguien pueda ayudarme alguno con tiempito para tanta cosa

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