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Apolo Granger

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Todo lo publicado por Apolo Granger

  1. Apolo Granger

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    No puedo creer que porfin llegue a este punto! Me siento orgulloso de mi mismo /o/ Nick: Apolo Granger ID: 120710 Libro de Hechizos: Libro de la Fortaleza Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/?p=5236198 Rango Social: Unicornios de Oro Nivel de Magia: V Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Marzo 2017 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/109200-ficha-de-apolo-granger/
  2. Gracias por la aclaracion /o/ Recien le estoy empezando a prestar atención a los libros ahora que llegue al nivel 5, no pensé que hubiese otro antes xD Porfa, si me equivoco otra vez con algo avisame y hago un tercer intento hahah ID: 120710 Nick: Apolo Granger / http://www.harrylatino.org/topic/109200-ficha-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: V Fecha: 2019-01-16 Nombre del producto: Libro del aprendiz de brujo Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): I Precio: 1.000 G Nombre del producto: Libro de la fortaleza Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): V Precio: 5.000 G Precio total: 6.000 G
  3. Como Apolo no quería poner nervioso a nadie, Apolo se alejó luego de dar sus instrucciones. Tener encima a alguien que te iba a juzgar por tu desempeño, jamás había ayudado a nadie. Además había todo un tema de seguridad, de ahí que hubiera suficiente arena alrededor. Si había algún problema no escalaria a mayores, aunque los tres magos parecían ser lo suficientemente competentes para no preocuparse demasiado. Después de todo, era una clase avanzada de encantamientos; no les iba a pedir que se pusieran a levitar objetos, ¿verdad? Cavilando sobre su desempeño hasta el momento, distraídamente le echó un vistazo a Sol: Si estaba aprendiendo a dominarlo, no lo notaba demasiado a primera vista. Cuando parecía que estaba a punto de lograr una proyección decente se refrenaba, y cuando no la magia le salía a torrentes. No recordaba si mientras él fue estudiante había tenido dificultades, pero todos aprendían a un ritmo distinto. Era algo clave a saber cuándo enseñabas. Fue Ethan quien hace logro hacer que casi saltara. Con un estruendoso sonido su muñeco se volvió una estructura de piedra negra. Era bastante tosca, pero lo que sorprendió a Apolo fue la magnitud con la que estaba proyectando su magia. Claro, el muñeco ayudaba, pero solo hasta cierto punto. Era la primera vez que veía a alguien dominar su proyección mágica con tanta presteza. Pensó en felicitarlo, pero quizá era muy pronto… Después de todo, aún tenían que pasar su pequeña prueba. Con Sol y Ethan ocupados con sus propios triptiodomedos, Apolo busco con la mirada a su ultimo alumno, Koseh. Aún no había logrado ningún progreso, y aunque le hubiese gustado darle algo más de tiempo, ver que el sol ya estaba en lo alto le recordó el poco tiempo que tenían de clase. No lo presionaría demasiado, con algo de suerte lograría algún avance sin que lo molestara; no serviría de mucho ayudarlo demasiado, solo entorpecería su proceso de autoaprendizaje. — Muy bien, parece que ambos ya están logrando manejarlos. Apolo se volvió a Ethan y a Sol, que parecían compartir impresiones sobre su propio trabajo. ¿Era idea suya o algo estaba pasando entre ellos dos? Aparto ese pensamiento de su cabeza negando con la cabeza, tendría que dejar su curiosidad inquisitiva para otra oportunidad. Con su mano libre le pidió que los acompañara por la playa hasta un punto más o menos alejado de la línea azul que había dibujado al final de la playa, donde su mochila y la pizarra descansaban. Claro, pedirles fue más fácil que lograr que ellos lo ejecutaran ya que además tenían que llevar sus muñecos con ellos. De alguna forma lograron colocarse en dos enormes círculos, los suficientemente grandes para que tanto sus estudiantes como sus muñecos pudieran maniobrar. Solo por ser, dibujo un tercer circulo a la espera de que el estudiante que faltaba pudiera sumárseles. — Me alegra que los muñecos les sirvieran. — comentó Apolo fijando su mirada en la pareja frente a él. — Les recomiendo que se relajen y respiren hondo cada tanto, si sienten que empiezan a ahogarse. Es normal cuando uno recién empieza a proyectar, más aun mantenerlos funcionando. Extendió su brazo en dirección a la playa para mostrárselas, como si no la hubiesen visto aun. En especial quería que se fijaran en la línea que había dibujado. — Es momento de que realicen una pequeña prueba. Sus muñecos no son tan difíciles de proyectar en un ambiente agradable y tranquilo como en otros escenarios, así que vamos a desafiar su capacidad de reacción. Saco su varita mágica y levanto una enorme cortina de agua del mar, que empezó a arremolinarse como una cascada autosustentable. — ¡Voy a lanzarles tres olas! — gritó Apolo para hacerse oir entre el murmullo de agua. — La primera es esta, solo deben asegurarse de permanecer completamente secos. Hizo un amago de lanzárselas, y luego se detuvo al último segundo al ver sus expresiones. — Jajaja, les daré un momento para prepararse. Esta es la primera ola. La segunda será de arena de playa. La lanzare como si fuera una ola real, y no puede quedar ningún residuo de arena entre sus ropas. Vio que Sol parecía preocupada por su propio muñeco, que al estar hecho de fuego parecía muy propenso a apagarse. Casi quiso decirle que el fuego mágico que estaba proyectando no se iba a apagar por agua corriente, pero con algo de suerte la ayudaría a enfocarse aún más en la tarea y no se refrenaría. — ¡La última ola será un torrente de agua mucho más fuerte! — alcanzo a avisarles viendo como ya se estaban preparando. En esa última no importa que se mojen, pero no deben dejar que los arrastre ni a ustedes ni a sus muñecos. — Si salen del círculo, sus triptiodromedos perderán su conexión mágica porque encante las orillas con una línea anti magia. Ni siquiera se percató si sus alumnos asentían o no, el murmullo del agua se intensifico inconscientemente. No se las iba a poner nada fácil, y nadie jamás había aguantado uno de sus encantamientos rompeolas que lanzaría al final. Por eso había hecho la línea al final, era su cortafuego de seguridad frente a que salieran despedidos. Pero ambos tenían su propia magia y a sus muñecos con ellos haciendo fluir el centro mismo de sus poderes. Quizá se podrían creativos. — En cinco segundos lanzare la primera, y las siguientes saldrán consecutivamente si logran salvar la anterior. ¿Preparados? Cinco, cuatro… tresdosuno ¡YA! @@Ethan Lenteric @ @Héctor Weasley D.
  4. ID: 120710 Nick: Apolo Granger / http://www.harrylatino.org/topic/109200-ficha-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: V Fecha: 2019-01-14 Nombre del producto: Libro de la fortaleza Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo. Nivel (del libro): V Precio: 5.000 G Precio total: 5.000 G
  5. ID: 120710 Nick: Apolo Granger Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-01-14 Poción: Amortentia Puntos: 160 P Precio: 8550 G Poción: Poción Mulitjugos Puntos: 160 P Precio: 8000 G Total de puntos: 240 Puntos Total de Galeones: 16550 Galeones
  6. A LOS QUE SE POSTULEN, NI SE LES OCURRA PONER HECHIZOS DISTINTOS PARA CADA BANDO! TODOS USAN TODO! TODOS USAN TODO! Perdon por gritar, pero entre en pánico xD Me imaginaba esta hermosa y maravillosa oportunidad de hacer resurgir el foro quedaba desperdiciada por mas de lo mismo y volverlo otra lucha de egos inflados. Agradesco la decision tomada por Administración, y tengo una sonrisa en la cara que no saben como me alegra. Es como si hubiéramos estado todos dormidos y de pronto nos echaron agua a la cara. Si hacen un bando que use el color azul cuentenme ahi, se que los oficiales son el verde y el rojito/naranja, pero se vale soñar :c
  7. Apolo sufrió durante toda su explicación, intentando buscar palabras simples para lo complejo que era el biorritmo astral y los flujos de corriente mágica en proyecciones. Él no tenía problemas en entender las descripciones de los libros, ya que todo tenía relación en entender los principios que se involucraban en los procesos, pero no todas las personas eran así. Podía apostar a que sus estudiantes al menos habían captado lo esencia, y estaban ansiosos por descubrir más de ellos mismos. Sus tres alumnos se separaron e hicieron sus propios intentos, sin dejar por supuesto de espiar lo que hacían los demás. No le agradaba mucho eso, compararse asi mismos con los demás a la hora de realizar magia era precisamente lo que esperaba que no hicieran una vez que descubrieran que todo en ellos, incluyendo su magia, era distinto entre sí. El tipo del cuaderno nomag… Koseh, logro un intento decente a la primera. Apolo desvió su atención del resto justo a tiempo para ver en acción su proyección mágica, pero no logro mantenerla de la sorpresa. Envalentonados por la rápida respuesta de su compañero, Sol llamo la atención de todos al liberar su magia en una especie de torrente; era muy potente, pero se notaba que no había un ápice de control. Solo Ethan espero antes de realizar su intento, y tuvo que acercarse para ver a que se referia. — Muchas posibilidades equivalen a muchas respuestas. — musitó Apolo recordando para sí mismo ante la pregunta de Ethan, antes de darse cuenta de que lo miraba. — Quiero decir, el estudio de la proyección mágica es bastante complejo. Los llamo a todos, aunque ya se habían acercado al igual que él para ver lo que había generado Ethan, o lo que quedaba de ella antes de desaparecer completamente. — Quien sabe que es lo que nos condiciona a nosotros y a nuestros propios elementos, o de qué forma los proyectamos. — comentó ante su pregunta — Es el equivalente a preguntarnos por qué existe la magia en algunas personas y en otras no, pero eso no significa que no podamos buscar nosotros mismos las respuestas de por qué somos como somos. Le echó un vistazo a la playa, viendo que algunas nubes se habían despejado y la luz de la mañana ahora soltaba reflejos en el agua marina. — Para ser sus primeros intentos fueron bastante buenos; pero requiere de mucha práctica tan solo mantener sus proyecciones. Esto es magia realmente avanzada, que requiere un nivel de entendimiento personal del que muchas personas carecen totalmente. Sin embargo, tomaría mucho tiempo instruirlos en este tipo de magia, y yo no soy la mejor persona para eso. Espero que este pequeño ejercicio les ayude a entenderse mejor, a ustedes mismos y sus habilidades mágicas, pero es un largo camino. Miro alrededor para asegurarse que la playa seguía vacía. Estaba claro que sí, con la Universidad a lo lejos actuando como un faro antinomag y los propios encantamientos escudo que había activado. Pero era importante seguir el protocolo, y Apolo siempre había sido un adepto a las reglas. — Ahora que ya calentaron, vamos a poner a prueba como solucionan problemas. Vamos a ir de fácil a difícil, así que tómense el tiempo que necesitan mientras voy a preparar las olas. Era un comentario extraño, pero no quería limitarlos a no disfrutar de una agradable mañana en la playa si podía evitarlo. Se alejó de ellos en dirección a su mochila y saco un desgastado muñeco de madera. Era del tamaño de un niño pequeño (o lo fue después de que lo regreso a su tamaño original con un toque de la varita) y parecía esos maniquís que usaba la gente para poder dibujar poses. Podía ver las caras de sus estudiantes extrañados observándolo, pero antes de acercarse nuevamente a ellos saco su varita nuevamente. — ¡Flagrate! — dijo apuntando a la arena. Una línea recta de un azul brillante se formó desde donde se encontraba, y desapareció justo donde las olas rompían en la arena. Parecía una línea de salida de una carrera, pero tendría un uso bastante distinto. — Saluden a mi amigo Triptiodromedo, pero pueden decirle Triptio — comentó alegremente cuando volvió junto a ellos, agitando el brazo de Triptio como si los estuviera saludando. — Nos ayudara en esta parte de la clase. Apolo tiro ambos abrazos de Triptio, casi al punto de romperlo, pero en vez de eso se dividió en tres muñecos exactamente iguales. — Los triptiodromedros están hechos con madera para varita, son prácticamente indestructible y son los perfectos receptáculos de la magia. Lo que quiero que hagan con cada muñeco — se los fue pasando uno por uno — es que proyecten su magia sobre ellos para encantarlos de la misma forma en la que la liberaron. Esta vez Apolo no les daría un ejemplo, tendrían que lograrlo por si mismos siguiendo el instinto. Estaba seguro de que una vez despiertos, ahora sus elementos se mantenían presenten con ellos, si lograban escucharlos claro. Los muñecos, al estar encantados, deberían poder ser una representación mucho más fiel de sus elementos. Prácticamente era un juego de vestir al muñeco. — Quiero que repitan sus proyecciones unas cuantas veces más para practicar, y cuando estén listos visualicen que sale disparadas de sus varitas a los muñecos. Al igual que con otros tipos de magia, visualizar es importante: ¿de qué color es? ¿Qué forma tiene? Veamos que pueden lograr, pero les advierto que los triptiodromedros cobran vida al momento de usar magia. Háganse responsables de sus acciones, paseen con ellos con la playa. Les sorprendería lo que se puede aprender de uno mismo con estos muñecos. @@Ethan Lenteric @ @Héctor Weasley D.
  8. Entonces eran Sol, Ethan y Héctor. Sabia sus nombres claro, pero de sus solicitudes a la clase. Era bueno al menos ponerles rostro; recordaba vívidamente a cada uno de sus antiguos alumnos, que aunque pocos, habían demostrado ser proficientes cuando se trataba de entender su propio poder mágico. Esperaba que este trio no fuera distinto en ese sentido, aunque había que tener en cuenta su propia experiencia cuando se trataba de encantamientos. Azorado aun por el abrazo de Sol, dejo que se acomodaran nuevamente mientras tomaba una tiza de su mochila. De forma muy precaria dibujo seis criaturas abstractas, que brillaron a la luz de la nubosa mañana en la que se encontraban junto a la playa. - Como son todos magos adultos, entiendo que su experiencia en el uso de la magia es superior al promedio. Sin embargo, también entiendo que solicitar participar de esta clase tiene relación a su dominio de la propia habilidad, y como podemos mejorar su desempeño. Se giró con presteza de la pizarra y pudo ver los tres pares de ojos enfocarse en el nuevamente. No quería que se distrajeran de su explicación; ya llegaría a los dibujos. Se acomodo el cabello azul antes de continuar. - Los encantamientos como tal son la capacidad de darle propiedades mágicas a un objeto o ser vivo. Se basan en el uso de la magia para lograr objetivos concretos proyectando nuestra propia magia sobre un elemento externo. Un buen ejemplo es que cuando cambiamos el color de algo con un encantamiento, lo que hacemos realmente es cambiar como percibimos la luz sobre ese algo, no sus propiedades físicas. Mientras hablaba, toco la pizarra con la varita sin voltearse, y paso de un negro azabache a un rojo brillante. Con otro toque casual, regreso a la normalidad. - Sin embargo, tienen similitud con otras ramas de la magia como la transformación. La diferencia radica en que cambiar la esencia de algo - levanto el dedo índice de su mano libre -no es lo mismo a proyectar nuestra magia. -apuntó su varita al suelo, directo a la mesa en la que estaban apoyados. -¡Diminueto! La mesa recibió una ráfaga de aire morado, y se redujo al tamaño de una piedra pequeña. - La misma mesa, solo que más pequeña. O más grande. No se si les queda un poco mas claro... Era difícil saber si le seguían el hilo, pero no importaba mucho. Le interesaba más ver sus habilidades practicas más allá de que entendieran la teoría. Algunas clases de magia, al igual que muchas otras cosas importantes en la vida, venía desde uno mismo y del instinto que se poseia. - Todos los encantamientos, por muy diversos que sean, provienen de una misma base elemental. Pero ya llegaremos a esto. Señalo la pizarra, donde sus dibujos cobraron vida levemente. Eran representaciones abstractas de la forma física que tomaban los elementos, con algo de creatividad de parte de Apolo impuesta. - Vamos a descubrir un poco más sobre ustedes mismos, ¿de acuerdo? Intentaremos generar una proyección magia de su biorritmo para entender dónde radica su poder mágico. O en palabras más simples, vamos a descubrir con que elemento de la naturaleza se llevan mejor. Se alejó unos pasos para darles espacio, y los insto a hacer lo mismo con señas. Era mejor ir a la segura cuando se trataba de ejecutar magia. Sintiendo la arena alrededor, aspiro profundamente generando un amplio movimiento de brazo, siguiendo las agujas del reloj. No pasó nada en un principio, y al cabo de un momento fue como si un torbellino de agua hubiese salido del suelo a su alrededor, cubriéndolo totalmente. Era correntosa y oscura, como del tipo que vez cerca de ríos en deshielo, y la figura de Apolo desapareció por momentos en el agua de un azul grisáceo. Y tan rápido como comenzó, desapareció en el aire soltando un ligero roció. - ¿Todos vieron lo que hice cierto? Cada mago y bruja -se rectificó parpadeando al ver a Sol, sonriendo para sus adentros- proyecta su poder magico de manera distinta. Recuerdo, cuando estudiaba, que una compañera mía de Ilvermorny también tenía una proyección mágica en base a agua, pero la suya era más como una burbuja de jabón. Y no solíamos llevarnos muy bien... Dejo el ultimo comentario al aire cruzándose de brazos rememorando, antes de volver a centrar su atención a sus estudiantes. -Cada mago y bruja tiene una sintonía mayor con al menos uno de los seis elementos más básicos: Luz, agua, aire, tierra, fuego y oscuridad. Mi proyección tiene un ligero toque de oscuridad, y algunos investigadores concuerdan que nadie posee un elemento puro, pero si muestran sintonía con uno mayoritariamente con tintes ligeros de otro. -atrajo la pizarra y separo cada elemento en un cuadrado usando la tiza. - Hay quienes dicen que también tienen relación con la personalidad, pero no hay pruebas dentro de la teoría de la magia que puedan abalar eso. Los dejo asimilar la información y que observaran nuevamente a las criaturas que había dibujado, antes de pasar a la acción. -¿Conocen los hechizos no verbales? Lo que acabo de realizar es algo distinto, es un encantamiento paraverbal: es decir, que no tiene difona palabras. Que no tiene palabras. Normalmente requeriría mucha teorización y estudio que proyecten su magia a la primera, pero vamos a hacer el intento como un truco que suelo usar. Inspiren hondamente mientras realizan el movimiento -hizo un amago mucho más rápido - y luego soplen con fuerza por la nariz presionando los músculos del cuello. Repitió el proceso para que lo vieran, y los obligo a separarse aún más por si las dudas para que comenzaran. No sentia mucha credibilidad por las formas en las que estaba enseñándoles, ¡pero hey! al menos funcionaron en su momento. - Cerrar los ojos ayuda al principio; es hora de que proyecten su magia. No pasa nada si fallan, pero veamos si logran al menor tener un pequeño vistazo. @@Ethan Lenteric @. @Héctor Weasley D.
  9. Apolo Granger

    Encantamientos

    Era un día excelente para dar clases. Casi siempre, en vísperas de alguna clase nueva, Apolo sopesaba la opción de trabajar en un salón de clases. En muchas oportunidades rechazaba la idea casi de inmediato, especialmente por los daños que se podría producir con hechizos mal ejecutados. Y es que era impresionante la cantidad de gente adulta que tenía problemas al ejecutar magia avanzada; ya hace tiempo había descubierto que la experiencia y la edad no necesariamente iban de la mano cuando se trataba de la magia. Es por eso que había asentado un precario puesto de trabajo en una playa cercana a la Universidad. Si el día era excelente era porque algunas nubes cubrían el cielo, y la playa estaba prácticamente vacía. Sin embargo, había procurado lanzar algunos encantamientos contra los nomags, solo por las dudas. El compendio de la Universidad era prácticamente un faro anti-gentenomag, pero era importante seguir los protocolos de seguridad establecidos. Tampoco es que fuera tan mal profesor… Una seguidilla de recuerdos de sus clases interiores le hicieron suspirar apesadumbrado. Pero no en esa ocasión, esperaba. Lo que lo llevaba a sus estudiantes: Le había maravillado la idea de que su antigua profesora de la Academia, Sol Lestrange, estuviese tomando su clase de conocimientos. Siempre la había recordado con mucho cariño, aunque de eso ya habían pasado muchos años, cuando apenas si sabía sostener la varita. Había pasado mucho tiempo, pero asumía que recordaría su característico cabello azul, aunque lo llevara bastante corto. A los otros no los conocía de nada. Lo cual era extraño, por qué solía dar cuenta de la gente que vivía en Ottery. Quizá se los habría topado en alguna oportunidad, pero no lograba hacer memoria. De todas formas después de ese día los tendría presentes como ex alumnos suyo. De cara al mar, había plantado una larga mesa de madera, lo suficientemente baja para que pudieran sentarse en la arena sin problema. El día era bastante cálido para estar recién en enero, así que solo llevaba una camisa y jeans. Su mochila descansaba a escasa distancia junto a la mesa, mientras esperaba atentamente a que se vislumbrara alguno de sus alumnos. Les había enviado una lechuza con instrucciones para poder llegar a la playa dibujando un pequeño mapa, junto con la hora de inicio de la clase: apenas el sol saliera en el horizonte. Se había percatado que algunas clases tardaban demasiado en realizarse, y era mejor aprovechar todo el día de ser posible. Se paseó un momento más mientras veía el sol comenzar a iluminar la arena, escuchando las olas romper casi como un murmullo. Era una pena que el agua estuviese tan helada, o pudo haberse planteado una clase más… acuática. Solo cuando vio a sus tres estudiantes se relajó un poco, y espero a que se acercaran para sonreírles animado y pedirles que tomaran asiento en la arena. La mesa no tenía mucha utilidad, pero al menos les ayudaría como punto de apoyo. — Bienvenidos a Encantamientos. Mi nombre es Apolo Granger — se presentó aguantando un poco reír del ánimo que sentía. — Me alegra saber que todos llegaran bien, espero que estén preparados para algo de aprendizaje. Con suficiencia, agito su varita y una pizarra flotando se hizo presente. No la había materializado de la nada, la había traído hasta allí apareciéndose, y la había hecho desaparecer con un encantamiento desvanecedor. — Pero antes de empezar, me gustaría pedirles que se presentaran. Lo que quieran comentarnos bastara, asi entramos todos en confianza. @@Ethan Lenteric @. @Héctor Weasley D.
  10. @@Flora M. Granger A nombre de las Matriarcas, vengo a darte la bienvenida formalmente. Nos alegra mucho que decidieras unírtenos! /o/ Considerados tu familia desde ya, y espero poder pronto darte alguna clase hahaha Las Matriarcas de la familia son @ y @@Valeskya Granger, ellas se encargaran de editar tus datos en el primer post, y te ayudaremos con los tramites que necesitas realizar. Son un poco caoticos pero les iras agarrando el hilo de a poco. Si necesitas cualquier cosa, no dudes en mensajearnos a alguno de nosotros haha te enviaremos un mp para que estes atenta /o/
  11. Apoyado contra la puerta, Apolo intento escuchar la conversación que Joaquin y Sain tenían. Era demasiado esfuerzo para algo tan banal, y sin embargo ahí estaba, a escondidas intentando que ninguno lo notara. Casi se alegró que el motivo fuera el Control de Comercio Universal, en el que recordó de golpe que Sain trabajaba, aunque se le hizo extraño lo de objetos de magia oscura. Joaquin era misterioso y oscuro, y aunque pegaba con el tipo se le hacia extraño que estuviera metido en cosas turbias. Considerando principalmente que ese era el trabajo de la Marca Tenebrosa del que él, ni ninguno de sus familiares, pertenecía. Se había encargado de averiguar eso, con algo de dificultades, pero con el suficiente aplomo para tener en cuenta que de parte de los Granger no iba a obtener ningún apoyo como mortifago, si es que no al contrario. Sus cavilaciones casi lo hacen perderse el resto de la conversación, pero estaba claro que se estaban moviendo. Se quedó en silencio, listo para salir corriendo si entraban por la puerta en la que estaba apoyado, pero los pasos subieron la escalera de la tienda al segundo piso. Estaba por sopesar la idea de irse o seguirlos, al haber descubierto al fin la razón de la visita de Sain, cuando una voz a sus espaldas casi lo hace saltar. Malditos elfos, claro que iban a estar aquí también… Reconoció a Kraven de los pocos momentos en que se habían topado con la mansión, aunque tenía la sensación de que por muy atentos que fueran, casi no se los lograba topar en la Mansión Granger a menos que estuviera con otro familiar. Pero fuera de eso, jamás los veía o se les cruzaba siquiera. Quizá se debiera al hecho de que Apolo no tenía ninguno, y estaban esperando que se consiguiera alguno para él. Aunque eso no iba a pasar en un tiempo próximo. —Cla-claro— musitó Apolo poniendo una mueca a modo de sonrisa. — Digo… no, no hace falta, ya subo yo. Gracias. Si-sigue en lo tuyo. Sintiéndose como un tonto, y aun bajo la mirada del elfo, Apolo salió de la parte trasera y siguió a Joaquin y Sain por las escaleras, aun haciendo el menor ruido posible. Los escalones no lo acompañaban mucho, y en un momento pensó que debió haberse ido. Aunque luego el elfo de Joaquin le contaría que estaba escuchando a escondidas y plantearía más preguntas incomodas; al menos así tenía una excusa de querer verlo pero sin interrumpir su reunión. Las voces de ambos se hicieron presentes y Apolo se preguntó si no sería mejor llamar a quedarse escuchando en el recibidor, cuando la puerta se abrió mágicamente con una sacudida rápida. Apolo se congelo en el acto al ver como llamaba la atención en el recibidor, y el movimiento de una bandeja con una jarra de agua y otra de té adelantársele en el interior. est****o elfo… —¡Hola!— saludó con decisión entrando. —Joaquin, perdona que te interrumpa, pasaba por el callejón y vi que la tienda estaba abierta pero no había nadie y… entre para ver que todo estuviese bien— mintió Apolo, sin mirar a nadie en especifico. —Hola Sain, lamento interrumpir. Ya sabes, nunca se puede estar lo suficientemente seguro. Los miro a ambos, y por un fugaz momento recordó que Joaquín había puesto el letrero de cerrado antes de subir. Se apresuró a cambiar la conversación, como quien no quiere la cosa. —¿De que hablaban? ¿Paso algo?—soltó al aire, como si no hubiese estado escuchando todo lo que habían hablado hacia solo unos momentos. @ @@Joaquin Granger
  12. Apolo Apolo movió tanto como pudo la cabeza desde su posición, pero desde el ángulo en el que estaba era difícil poder ver algo. La voz ahogada de Zahil calmando a Fiamma atravesó la cocina, y se percató que al menos ya todos se habían dado cuenta del problema. El no era de mucha ayuda, y mientras más miraba a Joaquín y a su acompañante misterioso más extraño le parecía lo que estaba pasando. No podía concebir una situación lógica si no investigaba antes, y atrapado en la cocina era difícil buscar alguna pista para ayudar a sus tías y a él mismo. —¿Mi qué?— preguntó Apolo, volviendo a prestar atención a Joaquín sin entender. —¿Por qué dices todas esas cosas? Sentía que algo obvio se le estaba escapando, ¿pero qué? Nada de lo que decía Joaquín tenía sentido para Apolo. Apolo La caricia del aliento del extraño, Joaquín, en su oído provoco que se estremeciera un poco. Habría jurado que había dicho que el otro chico también se llamaba Apolo, y se preguntó si de verdad era un nombre tan común. Soltó una risa irónica ante su comentario, intentando prestar atención a lo que decía Joaquín, pero prácticamente vibro cuando sintió los labios de Joaquín rozar su cuello. —¡Oye!— soltó—Nadie se come a nadie sin su consentimiento… ¿Qué siempre es así?— preguntó al chico de pelo azul, acercándose a la entrada de la cocina. Apolo —Pues… No quería hablar mal de Joaquín, aunque apenas lo conocía, pero todavía encontraba muy extrañas las circunstancias en las que había aparecido con su acompañante asiática. Pero no había tiempo para conversaciones casuales; a pesar de no estar en una emergencia estar atrapados pronto podría ser un problema, y sentía que solo perdían tiempo. Y sea lo que sea que estuviesen cuchicheando sus tías, le hubiese gustado que hubieran hablado más fuerte. Algo hacía sospechar a Apolo que tenían más que ver con el problema que lo que dejaban ver, pero todo lo que lograba percibir eran ecos de palabras. Casi se preguntó si sería muy maleducado que hablaran más fuerte. Otro Apolo La más joven del grupo hizo insinuaciones sobre matarlo, y Apolo se dio cuenta de que sea donde estuviese no era bien recibido. No tanto por la chica que claramente estaba en crisis de pánico, si no por la mirada que le echaba el vampiro como si fuera su siguiente cena. Tenía que salir de allí, y buscar alguna cara familiar, pero atrapado iba a ser difícil moverse, aunque estaba seguro que había escuchado a su tía Luna y su tía Sophie en el vestíbulo. ¿Serian ellas realmente? Se acercó al mismo tiempo que la joven a la entrada, y al ver que no se atrevía a entrar fue él el que salió apurado por la aparición de sus tías. Se veían distintas de alguna forma pero las reconocería en cualquier parte, aunque la mirada de desconfianza que le devolvieron a su sonrisa lo hizo dudar un poco. —No me miren así, yo estoy tan perdido como ustedes.— comentó dirigiéndose a Luna. —Si hay que buscar un culpable creo que la tía Sophie tiene más probabilidad que yo ¿no? Me agradaría saber quién son los tres extraños — señalo a la chica, al vampiro, y al tipo de pelo azul que estaban entrando en ese momento— y por qué esta tan cambiada la Mansión. Apolo —¿El otro tipo puede caminar por la mansión?— le preguntó a Joaquín abriendo los ojos, antes de caer de bruces al comedor por la sorpresa. Sea lo que sea que hubiese pasado, el hechizo que los tenia retenidos se había roto tan rápida e imperceptiblemente como había iniciado. Se apresuró a ponerse de pie e ir al vestíbulo. Allí estaban Zahil, su tía y como había sospechado, también Valeskya había hecho acto de presencia. ¿Que mal había traído Valeskya a la casa? (?) Y ahora que estaban todos, era un buen momento para presentaciones y para algunas respuestas. Se colocó junto a su prima Fiamma, la única con la suficiente sensatez para decir lo mismo que él estaba pensando. Que si algo estaba pasando era definitivamente por culpa del extraño en su hogar, por muy inocente que se viera. Tal vez el culpable fuera Joaquín después de todo, si él lo invito. Eso, hasta que escucho unos pasos que bajaban las escaleras. Y todos se quedaron en silencio, helados por la sorpresa. Y es que Apolo casi se le cae la varita de la confusión, ¿Pero que…? ¿Como es que había dos de ellas? Apolo — ¡Confringo! — disparó Apolo entrando a la mansión hecho un huracán, apuntando a las tablas del suelo del vestíbulo. Hubo un estallido catatónico y tablas y muebles salieron despedidos en todas direcciones, y se generó un boquete enorme por el que cayeron sus familiares directo, con los dos Apolos incluidos. El hechizo habia sido extremadamente fuerte, pero no pensado para dañar a nadie, solo incapacitarlos. El Apolo original jamás hubiese logrado generar un hechizo de tal magnitud, pero ese era el propio poder de la voluntad y el claro hecho de que se estaban rompiendo más reglas de las que podía contar. Pero primero a lo primero, no debía dejar que nadie se topara con nadie. Se había generado una nube de polvo y escombros que ahora flotaban en el interior del vestíbulo, mientras la figura en las sombras apartaba el polvo con su varita. — Sea lo que sea que pensabas que ibas a hacer, se terminó. Te voy a devolver de una patada de donde no debiste salir. Apolo Un piso más abajo, Apolo sintió el golpe de algo duro y metálico que le cayó directamente en la cabeza, atrapado bajo el horrible mueble del vestíbulo del que nadie jamás había logrado deshacerse, aun pese a la venta de garaje. Una cadena dorada había caído del vestíbulo, o de lo poco que quedaba de la entrada y de las escaleras en las que dos personas ahora se estaban atacando verbalmente. — Alguien… ¡cof cof! ¿Qué paso? ¡¿Quién era?! Apolo respiro con fuerza y trato de levantarse, pero estaba seguro que había vislumbrado cabello de un azul intenso antes de caer. Le hecho un vistazo, y el que tenia mas cerca era a Joaquín y como no, el chico de pelo rojo sobre él. Iba a soltar un bufido entre toda su desesperación, y luego se asusto aumentandola cuando a la luz que venia del techo vio... sangre. @ @Zahil Granger @@Valeskya Granger @@Joaquin Granger @Apolo Granger @Apolo Granger
  13. Hola! Quetia solicitsr un cambio pequeño. Eliminar a la familia yaxley de mis familias porfavor no voy a poner ninguna de momento asi que si pudiesen dejar el espacio en blanco y no poner familia 2 lo agradeceria mucho Cualquier cosa me avisan
  14. Apolo estuvo a un segundo de empujar la puerta, justo antes de reconocer el cabello de Sain en la ventana. Alarmado giro en redondo y se devolvio por donde habia venido lo mas rapido que pudo, deteniendo en la esquina de una de las calles del Callejón Diagon. Habia querido visitar hace mucho Ollivanders para saludar a Joaquin, pero ¿que demonios hacia Sain allí tambien? No lo habia visto desde que se habian despedido luego de su ultima clase en Hogwarts, irónicamente, hecho un basilisco del enojo que habia sentido por el encuentro que habia tenido con su única alumna. La razón de su enojo aun no la tenia muy clara: si, le habia molestado su falta de profesionalismo, pero Apolo de por si solo era profesor para poder entregar información de la Marca Tenebrosa. Mientras que Sain era profesor de seguro por vocación... No era tan grave tampoco, todos son adultos y pueden hacer lo que quieren, y aun asi... ¿Por que le enojaba tanto? Y no respondía su pregunta principal, que estaba haciendo en la tienda de Joaquin. Habia hecho la similitud hace mucho, conociendo el apellido de Sain y le hecho de que la tienda actualmente fuera propiedad de Joaquin. Jamas lo habia querido sacar a colación realmente por que podia ser un tema delicado que involucrase a su familia y su historia, pero quizá esa era la razón. Aunque de todos los días para ir, ¿por que justo tenia que elegir ese? Aunque todos sus instintos le decían que era mejor desaparecer, movió sus pasos en dirección a la tienda de varitas nuevamente. Joaquin lo habia visto por la ventana, de eso estaba seguro, pero con Sain de espaldas quizá el no habia alcanzado a vislumbrarlo. No estaba preparado emocionalmente para hablar con él de todas formas, pero quizá plantearía mas preguntas no pasar a saludar a Joaquin luego de que Sain se fuera. Y tambien tenia curiosidad de saber lo que iban a hablar, y una parte pequeña de él se pregunto si en un enfrentamiento habría que proteger mas a Joaquin o mas a Sain. Siempre podian terminar mal las cosas, era mejor si él estaba rondando cerca. Pero no entro por la puerta principal, si no que apenas llego a la tienda la rodeo para entrar por la puerta trasera, donde descansaban una multitud de astillas y basura de varitas que habian sido creadas. tuvo que empujar unos contenedor de basura (se notaba que Joaquin no se preocupa mucho de esas cosas) pero se apresuro a entrar por la parte de atras haciendo el menor ruido posible. Si iba muy calladamente quizá no lo notaran, por que no se le ocurría ningún hechizo que insonorizara sus pasos. @ @@Joaquin Granger
  15. La orilla del río se removió con fuerza, como si de la nada una tormenta hubiese arreciado con fuerza pese a que el dia se encontraba soleado y tranquilo. Una cabellera azul rompió la superficie y un muchacho alto se levanto dando bocanadas de aire. Apolo se agito con fuerza en el agua asustado y comenzó a avanzar dando largas brazadas en dirección al parque; normalmente no le hubiese dar unas cuantas brazadas para conseguirlo, siendo un nadador tan bueno, pero en una de sus manos agarraba firmemente su varita magica y en la otra una mochila de un azul intenso, idéntica al de su pelo. Para cuando llego a la orilla, el ladrido de River y Dale se hizo presente, atraídos con su olfato hacia el alboroto que habia causa Apolo al aparecerse. El teselamiento habia sido su única forma de lograr llegar a Europa, pero le habia consumido casi todo su poder mágico. Casi era una alegría que el parque estuviese tan cerca de una fuente de agua como el río, pero el propio esfuerzo casi lo mata: Era tan complejo como intentar aparecerse de manera intercontinental, pero tenia una salvaguarda lo suficientemente probable para intentarlo. Cayendo en la orilla arenosa del río, siendo recibido por algunos ladridos y jugueteos que no fueron correspondidos por el joven, Apolo se dio unos momentos para poder respirar. Lo que debió haber hecho era haber corrido hasta la primera persona que viera, pero las piernas no le respondían. Todavía seguia muy débil, y habia sido casi un suicidio intentar volver a Londres de forma tan rapida. Pero quien sabe cuantos días habia pasado atrapado. ¿De verdad habia valido la pena? Intento afirmar con mas fuerza la mochila azul, sabiendo que habia sido su propia temeridad lo que lo habia metido en ese predicamento en primer lugar. Y su compañera, Eileen. Ojalá hubiera llegado a hablar mas con ella, quizá lo hubiese ayudado. Estaba seguro que, en caso de que no se presentara, pensara que seguia en la búsqueda de los ingredientes. Casi le hubiese gustado que se preguntara donde estaba, pero no podia juzgarla siendo que apenas la conocía. El hubiese pensado lo mismo... no, estaba solo en eso, y por fin habia terminado. Un suspiro mezclado con risa lo hizo relajarse, sabiendo que ni en un millón de años podrían llegar a él por repercusiones, no de la forma en la que se habia ido, y como habia dejado el lugar en el que estaba. Tenia que sentirse tranquilo por lo que habia logrado, sin importar el costo. Se levanto tambaleandose y empapado, necesitaba llegar a la casita donde Eileen y él guardaban sus papeles. Tal vez le daría una idea para poder orientarse.
  16. Otro Apolo Apolo se lamento ligeramente, mirando su brazo soltar un hilo de sangre. Aunque sabia que podía haber sido mucho peor, sus pensamientos iban mas hacia lo que había ocurrido con las monedas. Las había lanzado con la esperanza de verlas atravesar el umbral y aterrizar en la cocina, pero no había esperado que generaran una reacción en cadena y lo hicieran explotar. Que hicieran aparecer a un tipo con toda la pinta de galán bajo su cuerpo claro, lo consideraba totalmente un beneficio. Descarto sutilmente el comentario del hombre bajo suyo, como si hubiera sido un corte de nada, y le estremeció ligeramente cuando lo vio lamer la sangre ahí donde le había salpicado. ¿Acaso había...? Por su tono pálido bien podría haber sido un vampiro, o quizás solo podía ser algo morboso. Se azoro ligeramente cuando recordó que seguía sobre él, y se apresuro a levantarse y a barrer los escombros de la mesa que habían roto en el impulso. Necesitaba averiguar quienes eran los dos extraños que estaban en la Mansión, y regresar al asunto de no poder escapar. — No es justo que yo no sepa tu nombre — musitó mirandolo a los ojos, con una media sonrisa. — O el de él, ya que estamos. Señalo con la cabeza al muchacho de pelo azul, que miraba curioso el intercambio de frases que el vampiro y el estaban realizando. Frunció el seño ligeramente al ver que efectivamente, aunque estaba en el comedor, se veía de una forma totalmente distinta. Los cuadros y las paredes se veían totalmente diferentes, y muchos de los adornos habían sido puestos recientemente. Eso no lo podían haber hecho en el segundo que se tardo en recomponerse de la caída. ¿O es que había pasado mas tiempo? Tal vez había sido teletransportado, ¿pero adonde? Apolo — ¿Y el quien es...? — preguntó Apolo curioso, viendo al chico de pelo rojo. — ¿Apareció con la explosión no? Miro a Joaquin, aunque el parecía mas complicado que el con el problema entre manos. Quizá era alguna de sus posibles víctimas y lo estaba acompañando, recordando el incidente que había tenido como la mujer asiática que los había acompañado durante la venta de garaje. Casi sin pensarlo avanzo por el umbral y dio un pisotón al suelo, volviendo a recordar que estaba atrapado. Otro Apolo — ¿Ustedes también tienen ese problema? — pregunto indirectamente a Joaquin, mirandolo alternativamente a él y al muchacho de pelo azul. Se le hacia bastante familiar, pero no recordaba de donde. Estaba por preguntarle de donde lo conocía, cuando escucho un grito del recibidor. Era extraño pensar que estaba en una versión alternativa de la mansión donde todas las paredes estaban en la misma posición, pero el contenido era tan diferente. Incluyendo a sus habitantes, claro. Casi le hubiese gustado que Luna, su tía, estuviese para ayudarlo... incluso habría aceptado la ayuda de Sophie, pero parecía que no iba a ser el caso. — ¿Estoy en Ottery Saint Catchpole cierto? — soltó al cabo de un momento, entrando en panico. — ¿La mansión Granger? Apolo — Si, ¿como sabes? El es Joaquin y yo soy... — respondió Apolo, pero fue interrumpido con un alocado grito (?) de Fiamma. — ¿Fiamma? ¿Estas bien? Atrapados donde estaban era imposible saber. Casi le hubiese gustado que Zahil, su tía, estuviese para ayudarlo... incluso habría aceptado la ayuda de Valeskya, pero parecia que no iba a ser el caso. @@Joaquin Granger @Valeksya Granger @Zahil Granger @
  17. Con Matthew ocupado en el rio, Apolo se lanzo en dirección opuesta hacia los arboles para recibir de lleno el rugido de una criatura con forma de león que se estaba lanzando sobre el: Apolo solo habia visto algo asi antes en una ilustración de un libro, con el cuerpo cubierto de espinas y un cuello que se inflaba arrítmicamente. Si no soltó su varita del miedo fue por el hecho de que ya estaba agitandola desenfrenadamente acercando liana tras liana para detener su avance. La criatura se atrapo por si misma en el avance mientras sus espinas se enredaban, pero el peliazul se percato de que en caso de que se le ocurriera retroceder habia una posibilidad de que se liberara. No podia ser esa la criatura que estaba provocando semejante alboroto, y que habia obligado a los dementores a dispersarse. aun asi, se veía tan peligrosa que Apolo volvió a retroceder al ver a otro manojo de criaturas acercarse. Para cuando se volteo Matthew ya estaba reconstruyendo un antiguo puente. Pensó en ayudarlo, pero para cuando llego cerca de la orilla ya estaban todas las criaturas empujandose para pasar por el puente. — Si, nos vamos — fue todo lo que alcanzo a decir Apolo sin aliento, alzandose para cruzar el puente a toda velocidad que le dieron sus piernas. Con él y Matthew del otro lado, por fin logro ver que era lo que se alzaba. Un enorme gigante parecia ser el nuevo objetivo de la manada de dementores, y Apolo se sorprendió de que no lo hubiesen logrado ver antes. Con el follaje de los arboles era difícil, pero en explanada abierta no era complicado. Por fin la criatura que le habia cerrado el paso en el bosque cruzo el puente, y aunque rugió en dirección al par de Mortifagos, se metió en la espesura al escuchar las pisadas del gigante que hacían retumbar el suelo. — Sera mejor que nosotros tambien nos vaya... — empezo a decir, antes de recibir de lleno un salpicón de agua. Donde estaba el puente de Matthew hace unos segundos, ahora solo quedaban escombros y un enorme árbol arrancado. Con la respiración agitada y escupiendo agua por todos lados, Apolo se llevo ambas manos a la cabeza. No iba a soportar mas agitaciones por ese dia. — Aprobado — soltó. — Con nota máxima, si jamas en la vida volvemos a mencionar este dia — finalizó moviéndose en dirección al bosque, y con algo de suerte a la Fortaleza.
  18. Apolo empezo a respirar agitadamente mientras movia las piernas para descongelarlas. El hechizo de Matthew habia logrado empezar a derretir el hielo, pero requirió toda la fuerza que le quedaba poder resquebrajarlo. Ya habia intentado utilizar magia, pero nada salia de su varita. Necesitaba calmarse y recuperar energia, pero con cada temblor de la tierra y el sonido ahogado de algo moviéndose en el bosque no le estaba dando mucho margen de tranquilidad. Con un ultimo tiron, se libero del hielo y cayo de bruces sobre las ramas, antes de ponerse de pie tambaleandose y echar a correr. — ¿Que estas esperando? ¡Corre! — grito girandose al ver que a Matthew le estaba costando reaccionar. Volvió a la carga esquivando arboles y ramas, esperando que lo que fuera que estuviera ocurriendo no los alcanzara. No tenia una dirección fija, pero se movia en dirección contraria al estruendo y los rugidos. ¿Que clase de criatura era esa? No estaba seguro de que fuera un dragon, solo que podia ser tan grande como uno. Llevaba la varita en la mano tan fuertemente sujeta que ya la tenia entumecida, pero se golpeo con cada rama y liana que no logro esquivar por no usar magia. Se dio unos momentos para descansar y se giro de lleno para ver si Matthew lo seguia, cuando de la nada sintió que lo embestían con una fuerza desmedida. ​Sintió el impacto antes de caer siquiera, y se arrastro por las hojas secas sintiendo los movimientos de un montón de sombras hacer retumbar el suelo. Recobrando el aire de un respiro ahogado, se dio cuenta que lo que lo habia golpeado habia sido un graphorns, ya que una manada entera ahora avanzaba rapidamente. Apolo vio que corrían en la misma dirección que él, y cayo en cuenta que estaban haciendo lo mismo que él; huir. Tenia un corte en el labio, que no estaba seguro si se habia hecho al caer o mientras corria, pero se apresuro a seguir a la manada de bestias, a la que se habian sumado otras especies desconocidas para él incluyendo algunas que volaban de árbol en árbol. — Lo siento mucho, de verdad — soltó resignado recuperando el aliento. — Esta tiene que ser la peor clase de la historia, no tengo idea de que esta ocurriendo. Estaba tan dolorido que bien podia haberse tirado ahi mismo, pero su curiosidad fue mas fuerte cuando sintió a la algarabía de las criaturas a escasa distancia de donde estaban, ocultos por mas bosque. Aunque todos sus instintos le decían que corriera en dirección contraria, se apresuro a meterse por el bosque para encontrarse con la orilla de un vertiginoso rio en el que las criaturas habian quedado atrapadas. Miro en todas direcciones, y la correntosa trama de agua no hacia mas que expandirse cada vez mas rapido. — Necesitamos ayudarles a cruzar — pronuncio Apolo con decision hacia su estudiante. — ¿Se te ocurre como...? No alcanzo a terminar la frase, por que otro rugido, mucho mucho mas cerca de ellos, ahogo sus palabras.
  19. Apolo estaba en esas situaciones donde el pánico le subía por la garganta lentamente cuando la situación se empezaba a salir de control. Dio unas largas bocanadas para serenarse cuando su ultimo intento fue igual a los anteriores, con la diferencia de que su dilema había atraído atención inesperada. Aunque hubiera preferido la aparición de Zahil o hasta de Valeskya (?) que Joaquín pudiese verlo atrapado lo relajo ligeramente. Si lo analizaba, a pesar de no poder salir de la cocina, no estaba en ningún daño inmediato, por lo que no hacia falta alarmarse demasiado. Lo principal era saber que era lo que estaba ocurriendo y como podían detenerlo. — ¡Joaquin no entres! ¡Hay un problema con la cocina! No supo como describirlo, pero se coloco frente a los arcos y agito los brazos para detener cualquier avance.Le hubiese gustado haberle dicho que fuera por ayuda, pero le daba miedo la idea de quedarse solo, o peor, lo que sea que pasara también afectara al resto de la mansión y sus habitaciones. — Parece que no puedo salir, tiene que ser un hechizo o algo — menciono de pasada tocándose los bolsillos. Todo lo que llevaba era su varita y unos galeones sueltos de su ultima compra, y que dejo en el mesón de la cocina. Apunto con su varita al dindel del arco, pero no se.le ocurrió nada que pudiese ayudarlo. Si al menos supiera que ocurría... — Tengo una idea. ¿Me darías algo de espacio? — pidió Apolo tomando las monedas del mesón y agitando su mano libre. Solo cuando Joaquín se movió y la entrada quedo libre de nuevo, Apolo arrojo las monedas hacia el comedor. Supuso que atravesarían limpiamente y caerían bajo la mesa, pero en vez de eso quedaron suspendidas en el aire justo en medio de las dos habitación. — ¿Por que...? — comenzó a decir el peliazul levantando una ceja, antes de retroceder rápidamente. Las monedas, al chocar entre si, comenzaron a calentarse hasta quedar al rojo vivo y empezar a arrojar chispasos de electricidad. Sintió como si la mansión entera hubiese crujido y escucho las monedas siendo disparadas en todas direcciones como si de balas se trataran. Una atravesó limpiamente la ventana de la cocina rompiéndola, y logrando que pedazos de vidrio cayeran sobre el Apolo. Las otras se perdieron por el recibidor, y aunque no podía saber que pasaba, escuchaba a alguien mas en el comedor junto a Joaquín mientras un estruendoso crujido le decía que la mesa principal se había roto. ¿Que demonios estaba pasando? Otro Apolo Apolo solo había logrado retroceder unos pasos en dirección a la mesa antes de agacharse y sentir el estruendo de las monedas al chocar entre si y comenzar a liberar rayos. Su pelo, de un rojo brillante, se llegaba a erizar por la estática. Fuera lo que fuera lo que lo había atrapado en el comedor estaba descadenando algo muy potente, lo suficiente para hacer crujir toda la mansión. Solo se levanto un momento de debajo de la mesa, antes de sentir como una de las monedas lo rozaba al pasar como una bala, sintiendo como le había cortado el brazo ligeramente al pasar. Solo fue un roce que empezó a soltar unas gotitas, por lo que no le dio importancia. A lo que si le dio importancia fue al fogonazo eléctrico que lo lanzo sobre la mesa del comedor partiéndola, y encegueciendo su vista. Lo siguiente que supo es que se encontraba sobre una pila de escombros y tablas de su antigua mesa, y que había caído justo sobre alguien que no había visto en su vida y que ahora luchaba por salir de debajo de él. Pero lo mas raro no era eso, si no que las paredes habían cambiado de color, y que un muchacho de pelo azul que se le hacia conocido lo miraba boquiabierto desde la cocina en vez de ayudarlo.
  20. Los dementores, impacientes, rodeaban a Apolo desde el aire. No lograba verlos a causa del follaje del bosque, pero sentia su presencia con cada bocanada de aire frio que exhalaba. No estaba preparado para el clima invernal en el que se había envuelto, y Apolo lamento no haber tenido su chaqueta... aunque no tanto como lamentaba la horrible situación en la que se encontraba. Tal vez debió haberle pedido ayuda a algún Mortifago mas experimentado, o simplemente haber seguido a Orión hasta donde sea que estuviese. Su patronus de tortuga marina, a escasa distancia, generaba un amplio espacio mientras nadaba formando un circulo. No sabia como a fuerza de voluntad había logrado mantenerla, pero estaba claro que no iba a poder realizar magia durante un rato. Habia comenzado a analizar sus opciones cuando una voz lo hizo sobresaltarse, y de no haber estado tan firmemente pegado al suelo de seguro se habría caído. Su alumno, Matthew, se encontraba a escasa distancia suya. Si bien lo desconcertó un poco su aparición subita, lo alivio ligeramente que estuviese ahi, y se apresuro a hablarle antes de que su alivio se transformara en preocupación. — ¡Ra-rapido, Matthew! ¡Necesito tu a-ayuda, estoy atrapado! — barbotó por el frio agitandose inutilmente. — Hay dementores rondando cerca y... Lo que sea que Apolo fuera a decir a continuación se corto por un rugido gutural y un movimiento de tierra que lo hizo tambalearse desde su posición. Podia apostar que ese no habia sido un terremoto comun, y mas parecia que lo que fuera que anduviera suelto por el bosque de los necrófagos se estaba acercando. Su patronus desapareció con un chasquido y sintió como los dedos que sostenían su varita se entumecían rapidamente. No estaba seguro si los dementores se habian asustado con lo que fuera que hubiera rugido, pero parecia poco probable que se fueran sin antes haber comido algo. — ¿P-puedes ayudarme? — preguntó mirando alrededor, intentando mantener la calma. @@Matthew B. Triviani
  21. Apolo pudo haber empezado con una mañana mejor. Luego de lo ocurrido en su ultima clase de Encantamientos, se había propuesto que esta seria diferente. Para empezar, había declinado la idea de trabajar junto con Orión; ya había tenido suficiente de Runas Antiguas y viajar por el mundo por una temporada. Y por otro lado, ya estaba harto de que las cosas no salieran como el las planeara y terminara poniendo en peligro a sus alumnos. Pese a estar calificado para ser profesor había demostrado una y otra vez su ineptitud en lo que se refería a usar magia para solucionar todos los problemas, que parecían surgir de la nada y atacarlo a él y a sus estudiantes de alguna forma. Por eso seguía repasando como había terminado a merced de un centenar de dementores, en un nidal oculto dentro del Bosque de los Necrofagos. Habia tenido suficiente presteza para poder usar el encantamiento patronus y dejar que una tortuga de luz lo protegiera, pero el encuentro inicial había congelado sus piernas al suelo helado del bosque. Sabia que los Mortifagos eran quienes mantenían en sus terrenos a los dementores a la espera de poder usarlos en alguna oportunidad a futuro, pero no se le ocurrió pensar que su expedición al bosque lo llevaría directamente al nidal en solo unos minutos. Rodeado de figuras encapuchadas, su tortuga marina nadaba tranquilamente mientras Apolo intentaba evitar pensar en su mala suerte. Se encontraba en un recodo del bosque, y su pelo azul estaba cubierto de escarchas, al igual que el resto de su cuerpo. Sus pies estaban fuertemente unidas al suelo por una gruesa capa de hielo, y sus nulos intentos de invocar fuego por poco y hacen desaparecer a su patronus. Lo peor era que Matthew, su estudiante de esa ocasión, había recibido instrucciones para llegar al mismo punto que él, en los profundo del bosque que rodeaba la Fortaleza Oscura, ajena a cualquiera que no fuera Mortifago. Solo esperaba que al ultimo minuto decidiera no participar de la clase, o iba a terminar atrapado igual que él.
  22. — Ahh si, ese es un concepto interesante — dijo Apolo alegremente extrañado, haciéndole señas a Emmet para que se sentara en la primera fila de asientos. Con un movimiento de varita la tiza que había en la pizarra vibro y dibujo una línea justo al medio, separando lo que había escrito Gabrielle del enorme diagrama que el empezaría a explicar a medida que se iba dibujando. — Hablar de magia en general es una línea delgada entre distintas cosas. Los magos y las brujas canalizamos magia al tener la habilidad de usarla, pero el cómo materializamos los hechizos es un tema muy distinto. Es más sencillo si lo dividimos en tres partes… Apolo tomó la tiza al vuelo y dibujo una estrella de horizonte, una plantita creciendo en el suelo, y un fantasma hecho con una sábana. Era más sencillo mostrarlo así que con todo un mapa de procesos morfológicos del teorema mágico. — Primero, tenemos la magia de luz — musitó señalando la estrella. — Los historiadores lo suelen llamar magia blanca, y la base de su poder es nuestra propia fuerza de voluntad. Los hechizos protectores como el encantamiento escudo o los patronus son nuestra propia psiquis mágica manifestada. No tienen nada que ver con la luz o lo bueno realmente, pero intrínsecamente lo manifestamos así. Se encogió los hombros asumiendo que pensaba lo mismo que Emmet, que había gente mala hasta la meluda que lograba conjurar magia de luz sin problemas. — La segunda es la que viene de la mano con la clase de hoy. La magia es parte de nuestra naturaleza, así como usamos las fuerzas de la naturaleza como potenciadores: Mientras más ligado a un elemento o fuerza natural este un hechizo más sencillo es para nosotros como magos realizarlo. Las opciones y las transformaciones también usan ese principio elemental, pero en menor medida. Donde realmente podemos verlo es cuando encantamos objetos. Apoyándose en el escritorio, agitó la varita para volver azul el libro que había elegido Emmet, como si lo hubiese salpicado en tinta. Le costó algo de esfuerzo, y sintió un tirón cuando lo hizo. Suponía que se debía al viejo dicho de primero ver lo que se está encantando, y ese libro tenía toda la pinta de ser mágico. — Encantar por definición es agregar propiedades a un objeto. No estamos modificándolo como si lo transformáramos, estamos cambiando la manera en la que lo percibimos. Los encantamientos de color no modifican el material del que está hecho, si no como percibimos el reflejo de la luz. Claro que hay otros factores que pueden afectar el desempeño de un hechizo, como la incapacidad que tenemos de levitar objetos demasiado grandes. La magia basada en viento es la mas limitada en ese sentido. Le costó dos intentos regresar el libro a la normalidad, y volvió a sentir un tirón de su varita como si fuera un esfuerzo deshacer su encantamiento. Sea lo que sea que hubiese agarrado Emmet tendría magia propia imbuida, lo cual era perfectamente normal tomando en cuenta del tema que trataba. — El ultimo es la magia oscura, que se considera dentro de las ramas más peligrosa de la hechicería moderna. Cuando hablamos de maldiciones y hechizos de ataque seguimos hablando de magia elemental que afecta al cuerpo de distintas maneras. La verdadera magia oscura — señalo al fantasma. — es la combinación de las dos primeras. Se acerco para tocar el lomo del libro, golpeándolo con el dedo un par de veces. — Cuando se combina la magia de nuestra propio cuerpo y mente con las fuerzas de la naturaleza se generan combinaciones extremadamente potentes, tanto que rozan la inestabilidad. Entregar tu sangre para realizar magia es casi tanto o más que contaminarla con alguna fuerza externa. Los resultados que suelen producirse tienen una relación anti mágica con cualquiera de los dos primeros, así que son efectivos e imposibles de combatir. ¿Como podrías en realidad? Apolo volvió a la pizarra por la orilla del salón, tomando libros al azar para hacer una pila gigante que empezó a acomodar en el escritorio del profesor. — Claro que lo peligroso de este tipo de magia tiene una raíz mucho más arraigada que lo que podríamos pensar, y en la que los expertos a lo largo de los años concuerdan: Los magos oscuros más poderosos son también aquellos con más poder de voluntad. Es todo un juego de equivalencias — explicó tomando dos libros, uno en cada mano. — Si tu voluntad es más fuerte que la fuerza natural que ocupas estas a salvo. Si la fuerza te domina a ti… no es muy lindo: Es como una droga que tomas una y otra y otra vez, te vuelves adicto a la magia oscura y puedes llegar a perder la razón, o tu propio cuerpo. Apolo pensó con algo de sorna que su propio bando utilizaba los rangos en los que estaban establecidos como medida de protección contra ese tipo de tendencias. Dios sabe cuántos hechiceros y mortifagos de la antigüedad habían caído por el mismo agujero que explicaba Apolo. — Al menos esa es la base en cuanto a encantamientos se refiere. Toda la magia es distinta, casi tanto como quien la usa. ¿Interesante verdad? No había problema si le pedía a Emmet algo de ejecución práctica, después de todo él era varios rangos mayor que él, y era mucho más experto ejecutando magia hasta donde sabia. Si hasta daba clases en la Universidad como él. — Vamos a aprovechar el aula — comenzó a decir mientras empujaba los asientos y mesas vacíos de la parte de atras para hacer espacio. — usándola como escenario. Me gustaría que realizaras un ejemplo por cada tipo de magia que explique. Lo que quieras mostrarme servira, tampoco te compliques. @@Emmet Haughton Gaunt
  23. Apolo golpeteo la tabla de madera varias veces con el cuchillo, mirando alternativamente hacia la ventana y la olla que habia puesto a hervir. La zanahoria que estaba picando podria haber tenido un final mas decoroso, ya que con la fuerza con la que lo hacia la estaba transformando en una papilla. Cocinar no estaba entre sus mejores habilidades, pero su autosuficiencia habia llegado a tal punto que ya hasta no solia esperar que nadie le sirviera algo de comer, mucho menos con el resto de su familia. Aunque solia vislumbrarlos y saludarlos al pasar por la mansion, se sentia desconectado del resto. La cena familiar que habian tenido y la subsecuente venta de garage solo habian logrado que los animos se caldearan mas, y una vez mas Apolo quedo relegado a ser un mero espectador de las excentricidades con las que solian salir los demas habitantes. Arrojando los restos de zanahorias a la olla, aun sin hervir, penso que era divertido pensar en eso ultimo cuando el mismo habia aparecido solo a unos centimetros, cubierto de sangre que no era suya y con alcohol hasta el tope. Apolo se sentó y apoyo las manos sobre su cabeza agachada, pasandose los dedos por el cabello azul oscuro que recientemente se habia cortado. ¿Que era esa sensacion de constante peligro en el que se sentia? Era como si se hubiese metido en la boca del lobo... o estuviese justo en la entrada, lo cual explicaba la razon de que se estuviese refugiando tanto en la Mansion Granger. El no era como la mitad de la familia que se aferraba a los tiempos antiguos como si pudieran volver cualquier dia... Pero tampoco era de los que se largaban a penas la situacion se volvia comprometida. Tenia trabajo, gente de la que se preocupaba, y hssta algo de aventuras, y sin embargo... — ¿Estoy haciendo algo mal? —preguntó en voz alta a la cocina vacia. Los elfos no solian acercarse si estaba Apolo; era mas facil que frustrarse por la falta de ordenes que realizaba, asi que toda la respuesta que recibio fue un crujido proveniente del suelo, como si estuviesen empujando unas vigas de madera. Sea lo que fuera no podia ser algo bueno, asi que Apolo dejo el delantal que llevaba puesto sobre el y se apresuro a salir a la cocina para entrar a la cocina. Y salio de la cocina para entrar en la cocina. Y salio de la cocina para entrar en la cocina. Y salio de la cocina para entrar en la cocina por tercera vez, pero esta vez se golpeo un pie con el meson. — ¿Pero que... — solto Apolo girando en redondo y volviendo a cruzar el arco que separaba la cocina del comedor principal. Lo hizo lentamente, pero en solo un pestañeo estaba volviendo a entrar. —¿Esto es alguna clase de truco? — pregunto pasando del miedo momentaneo al enojo. Alguien le estaba jugando una broma de seguro.
  24. — Bienvenidos — soltó Apolo incorporándose rápidamente. Y ahí estaban, sin ningún plan especifico para la clase del día. Miro intermitentemente a Gabrielle, a su alumna y a Emmet, y luego a la enorme colección de libros que los rodeaban. No es que él hubiese leído alguno, pero estaba claro que cosas interesantes tendrían que tener. Ponerlos a leer no le sonaba lo mas adecuado en ese momento de iniciaciones, pero tampoco le sonaba a una idea descabellada. Tal vez había que dejar que el destino los guiara, al menos preliminarmente. — Si esta bien con Gabrielle — soltó Apolo rápidamente, extendiendo sus brazos para agarrar el libro mas próximo. — Creo que esta es una excelente oportunidad para que ambos aprendan algo de encantamientos y algo de idiomas. ¿Era idea suya o no estaba sonando para nada convincente? Jamas había sido de los que imponían mucho a sus alumnos, pero también siempre tenia algo preparad para cuando aparecían. Normalmente con naturaleza. Esa vieja aula no le transmitía un ápice de creatividad, y siempre le daba algo de miedo los peligros de practicar magia en espacios cerrados, por muy amplios que estos fueran. — Su primera indicación es que busquen algún libro que les interese de entre la colección que existe. La mayoría son sobre idiomas o están escritos en lengua extranjera pero estoy seguro que algo podrá salir. Lo ultimo lo dijo mas en dirección hacia Emmet. Apolo no llevaba su mochila, así que no es como si pudiera prestarle alguno. Y quizá encontraría algo interesante. — Cualquiera servira, pero denle una ojeada antes al menos para que sepamos todos de que va. Lo bueno es que había varios pupitres alineados en los que acomodarse. Lo desanimo la parte teórica que estaba generando, y se arrepintió de no haberles pedido que usaran algún encantamiento para encontrar libros... aunque el no sabia de ningún hechizo que eligiera cosas al azar. @@Emmet Haughton Gaunt @@Akiza Ravenclaw H. @@Gabrielle Delacour
  25. — El aula esta bien — contesto Apolo a modo de saludo, con una sonrisa floja. — Y puedes decirme Apolo, Gabrielle… Le había tocado dar una clase nueva de Encantamientos, pero como tenía un alumno debía compartir responsabilidades con otro profesor y otra clase. Era una práctica muy común en la Universidad, y aun así no acababa de acostumbrarse. Su llegada al aula de Idiomas había sido tranquila y poco energica, sobre todo por la enorme cantidad de trabajo que había estado realizando y a que a duras penas le dejaba completar su trabajo en la Universidad. Gabrielle no se veía mejor que él, y se preguntó si ojeroso y desaliñado como andaba en ese momento se notaría mucho contraste en sus métodos de enseñanza. Reprimiendo un bostezo, pensó que no era que aguantara un maleficio como dios manda, pero en una clase como idiomas o encantamientos no era muy probable que existieran demasiadas complicaciones. O eso esperaba. A Gabrielle ya le había dado clases con anterioridad, de ahí que pasara a tutearla, y estaba seguro que se la había topado en otros lugares pese a su casi nula interacción fuera de la Universidad. Era una bruja de cuidado, y aun así lograba visualizarla en su lugar relacionado a los idiomas. Él de por si era americano, y entendía mejor que nadie lo que una barrera cultural o idiomática era capaz de impedir. A su alumna no la conocía de nada, pero si a su propio alumno por el día de hoy. Emmet había sido su jefe superior en el Concilio durante el poco tiempo que estuvo, se habían quedado atrapados juntos en un elevador del Ministerio de Magia, y había sido de los primeros en felicitarlo cuando había sido ascendido por los propios Warlocks. Desde entonces, no es que se comunicaran mucho, si es que no era para algún asunto oficial. Apolo supuso que esta era tan buena oportunidad como cualquier otra para re contactar con él, aunque fuera para enseñarle algo de magia avanzada en lo que se refería a encantamientos. Aunque aún le entraba la duda de cómo trabajar en Gabrielle en todo este asunto. Su aula estaba equipada de libros allí donde mirase, quizá podría apilarlos en una torre y… No, eso no le haría mucha gracia a su compañera. Y estaba demasiado cansado como para improvisar alguna aventura. Tendrían que quedarse ahí y hacer lo que se pudiera. — ¿Crees que tarden mucho? — preguntó apoyándose. — Le mande una carta a mi alumno con el lugar y la hora, pero ya sabes… uno nunca sabe realmente con estas cosas. Aunque no veía a Emmet siendo de los que perdieran 1000 galeones, al menos que el supiera. @@Gabrielle Delacour @@Emmet Haughton Gaunt

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