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Juliette Macnair

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Todo lo publicado por Juliette Macnair

  1. ┊LAS MAZMORRAS: EL INFIERNO. Horas, minutos, segundos. Horas, minutos, segundos. Horas minutos, segundos... Meses habían transcurrido desde la última vez que Juliette Macnair logró ver la luz del día o la luz de la luna en la mitad de la noche. Una agonía constante le carcomía el alma, llevándola al borde del límite, ese dolor que se siente poco antes de congelarse y saber que morirás. Un viaje completamente trivial, una búsqueda del poder que toda bruja o mago desearía obtener, poder que le costaría la vida a la más joven de los Macnair por dejarse llevar por esa energía tan seductora que era inducida por una pequeña e inocente piedra a la vista. No habían recuerdos, ni siquiera sus sombras se habían percatado del peligro en el que la bruja se había sometido aquel día o, quizá si sabían, pero su lealtad una vez que todos esos seres pisaron los suelos de un Castillo que ocultaba misterio, tortura y muerte, había cambiado rotundamente. La lealtad de una sombra, de muchas o de pocas. Esa lealtad estaba completamente ligada a la piedra que con recelo se ocultaba en los interiores de esa edificación, piedra sometida a un ser maligno, psicópata, destructor y sobre todo manipulador. Sin tan sólo le hubiesen advertido de quien se trataba, quien era la dueña y ama de todos esos juegos, tal vez y sólo tal vez, la castaña podría haberse escapado. Todo había pasado tan rápido, el grupo se había dividido ante los constantes peligros experimentados en su interior y ella fue arrastrada por el ser que tanto decía protegerla. Aaron Black. Pasillos y escaleras tomaron, entraban y salían de habitaciones que no tenían sentido alguno, pero cuando la energía les hubo tocado las venas, todo tuvo explicación. Siguieron ese halo de luz invisible y aunque se dudada un poco su procedencia, el peor error que cometieron no fue toparse frente a frente con aquella piedra, si no, haber tentado al destino. Ella fue débil, se dejó llevar por el poder que se decía tenía, la fémina veía en ella esperanza. La castaña quería volver a su naturaleza humana y la ambición le terminó robando más. Agarró la piedra, Aaron su mano y todo hizo explosión. ✱ ✱ ✱ El aire circundante parecía mohoso mientras mi nebulizada visión se intentaba ajustar a los fuertes rayos de luz entrando como espadas por las paredes, no podía recordar dónde estaba o como era que había llegado hasta allí y lo último que recordaba, a penas, era correr entre los árboles y luego caer. Me miré rápidamente, notando como mi vestido se encontraba rasgado y mi piel parecía teñirse con un líquido espeso y rojizo. Algo dentro de mi sabía que había sucedido realmente, pero no quería recordar. Estaba demasiado asustada. Comencé a levantarme, mis piernas se encontraban un poco débiles y las rodillas me dolían como si la caída hubiese sido sobre piedras puntiagudas, pero eso no me detuvo, pues los gritos horribles de un joven sumado a millones de vidrios rompiéndose en el exterior me mantenían con la adrenalina a flor de piel, y me acerqué a una de las paredes. Deslicé mis dedos por la madera buscando una salida y sólo encontré más madera. No había salida y me encontraba desprotegida, necesitaba buscar la forma de escapar, así que seguí ejerciendo presión con mis dedos hasta lograr romper de a poco una de las planchas más percudidas por la humedad y así, logré salir. Una multitud de seres encapuchados rodeaban al hombre que gritaba, como un halcón a su presa y a pesar de mi libertad, me seguía sintiendo encerrada y asfixiada por ellos. Intenté acercarme con disimulo, mi corazón latía con fuerza en cada paso que daba y una vez mis ojos visualizaron a la persona tirada en el piso, mi corazón pareció hundirse en mi pecho. Sin pensarlo dos veces corrí hacia esos seres malignos, éstos arrastraban al mago por la tierra mientras el gritaba clemencia y sin piedad alguna lo lanzaron al lago. Él era solo un joven. Un joven asustado ante la idea de que el agua llenara sus pulmones. Jadee, casi como agarrando el aire por él. Mi cuerpo bombeó con una adrenalina que nunca antes había sentido, y de repente me abalancé, derribando a todos esos seres sin rostro sin importarme en el peligro que pudiera estar corriendo. Mi torso golpeó el borde de la hierba mientras extendía todo lo que podía mi brazo en dirección al agua, buscando encontrar su mano, "¡Alcanza!" grité con pánico. La culpa y el dolor me llenaron mientras lo miraba intentar aferrarse. Lo amaba y estaba siendo lamentable. Enseguida negué con la cabeza en una loca carrera, incapaz de alcanzarlo e incapaz de soportar el hecho de que no podía. Sin embargo, sin una advertencia, fue derribado, tan lejos que ni siquiera podía verlo más. Mis ojos se agrandaron, y miré hacia el agua, viendo nada más como hilos de sangre emergían a la superficie...esto era demasiado familiar, como si ya lo hubiese vivido antes, como si la sangre existente en mis prendas y piel, fuesen la misma que ahora veía flotar en las aguas. Ahora lo sabía, con la fría expresión de la cara de los muertos que él estaba muriendo. ✱ ✱ ✱ Inducida a un profundo y casi eterno sueño, en el que viviría todo el tiempo el mismo infierno. Para todo ser en la tierra era diferente e incluso existían niveles dentro de aquel reino oscuro, los limbos lo eran todos y ellos, los encargados de hacer sufrir a sus víctimas, pues aquel indefenso ser aún se encontraba luchando por volver a agarrar aire y levantarse, mientras era arrastrado por sus mayores miedos. Habían momentos en que Juliette parecía soñar que despertaba y escapaba, pero sólo era eso. Un sueño y nada más. La ojiverde estaba totalmente consciente de donde estaba, incluso estaba consciente de que los demás ya estaban haciendo sus vidas con total normalidad mientras ella luchaba por sobrevivir. Nadie venía por ella, nadie notaba su ausencia y eso la estaba matando más y más. Ella moría, gritaba auxilio pero nada ni nadie lograba escucharla o salvarla. A simple vista parecía un ángel caído del mismo cielo, su cuerpo parecía haber sido acomodado de tal forma como en aquellos cuentos en el que la princesa espera a su príncipe para recibir el beso, despertarse y así vivir felices por siempre. En esta ocasión no había caballero que la salvara, solo una fuerza necesaria que le quitara la daga del pecho sin matarla en el transcurso. Su piel había perdido la totalidad de su color, era tan pálida que se asemejaba mucho a la nieve y no había contraste de color más que el opaco café de las hebras onduladas de su cabello. La daga reposaba en su pecho como la espada del Rey Arturo. Y todo su ser, estaba recubierto por el cristal irrompible. Parecía no haber forma de sacarla de ahí y parecía, porque nada en esta vida es imposible. Y a lo lejos... ✱ ✱ ✱ Enseguida me apoderé del borde de la hierba y la determinación llenó mi mirada. No tenía nada que perder. Y como quise decir eso. Pensar en su vida solo me hacía querer saltar al agua y entonces me lancé. Balanceé mis piernas rápidamente, extendiendo la mano lo más posible, sumida en lo más profundo del lago. Mis ojos estaban llenos de determinación. Casi no podía ver nada más que el rocío turbio que quemaba a mis pupilas viciosamente, pero no me molestaba. Ninguna cantidad de dolor o miedo podía vencer la adrenalina y la resolución que me bombeaban. Tenía la boca apretada mientras mantenía el último aire dentro de mis pulmones. Debía luchar, darme unos momentos más antes de que jadeara por respirar, aunque llegara al borde de mi propia vida jamás lo iría a abandonar. Mis piernas siguieron moviéndose, buscándolo entre toda la oscuridad del lago, rogando por tenerlo al fin conmigo... Y nuestras manos se tocaron...se tocaron, y lo agarré esperando llevarlo a la superficie, esperando lograr la dicha de salvarlo, de sacarlo de la agonía antes que yo pudiera salir. Lo vi. El joven de piel pálida que podría encender el agua si mirabas lo suficiente. Nuestras manos y dedos se abrazaron con pánico, lo suficientemente fuerte como para dejar moretones si no se hubieran aflojado. Sus pies se balanceaban y pateaban, el intentaba luchar por su vida, intentaba levantarse más y más por encima del agua, y yo lo empujaba ahora por las piernas. Pero de un momento a otro, sentí como dejaba de luchar, su cuerpo se comenzó a volver más pesado, lo podía sentir en mis manos y estoy segura que las lágrimas caían por mis ojos..."¡No, no puedes detenerte, lucha!", mi mente gritó con la esperanza de que de alguna manera pudiera escuchar mis palabras pero él, mi amado, se desvanecía frente a mis ojos y ya no tenía fuerzas para sostenerlo. Y yo, era jalada por una fuerza sobrenatural a la superficie mientras gritaba su nombre. Una y otra vez. ¡No, por favor! ¡Lucha, lucha, lucha! ¡No puedes dejarme sola, sálvame! ✱ ✱ ✱ ⸺"Jullie, Jullie despierta..." ¿Acaso su audición no fallaba? ¿Entre tanto sufrimiento había una esperanza? Parecía escuchar esa melodiosa voz a lo lejos, esa voz que traspasaba las fronteras de su mente y sus pesadillas, como si viniera desde la boca del cielo que se alzaba con majestuosidad sobre su cabeza. Intentó mover sus dedos, sus párpados e incluso sus labios. Pero aunque ella creía que lo hacía, aunque ella creía que hablaba y gritaba que estaba ahí todavía. Nada se visualizaba ni se escuchaba al exterior, ni siquiera su pecho parecía subir y bajar con adrenalina. Nada. Un cadáver, eso era a simple vista. Quizá ya estaba muerta, quizá ya era tarde... @ @@Arya Macnair @
  2. ┊UNIVERSIDAD: ARTES OSCURAS. Apareció en medio del campus universitario, su bolso colgaba en su brazo izquierdo mientras que en la otra mano sostenía un pergamino delgado que contenía la dirección del aula en donde le tocaría partir sus clases. Se sentía nerviosa, habían muchos sentimientos encontrados que iban desde la nostalgia hasta llegar un poco a la ansiedad, recordaba sus años en Ilvermorny, cuando muchas de sus asignaturas preferidas iban ligadas a las artes oscuras de todo ámbito y esas largas jornadas en la biblioteca con su mejor amigo Frank y un joven dos años mayor que ella. Joven que pasó la mayor parte de su educación en el Instituto Durmstrang. Tocó dos veces con sus nudillos en cuanto llegó a la alargada puerta que a un lado tenía un pequeño cartel con el número del aula correspondiente, sin esperar demasiado empujó aquella puerta y entró asomando su cabeza por la orilla. El ambiente era tétrico, hacía juicio al conocimiento que se iría a impartir pero aún entre tanta oscuridad, se sentía un calor especial emanando de algunas de las velas encendidas que se colaban entre sus prendas más ligeras. A lo lejos observó al mago que parecía ser la cabeza de las Artes Oscuras, sin embargo, no veía venir que el mundo era más pequeño de lo que ella creía y que ahora quizá, debía dar una explicación a su repentina desaparición por meses. ⸺Juliette Macnair, es un placer. Estiró una de sus manos en la dirección del mago y en cuanto este giró sobre su eje para encararla, los orbes esmeraldas se abrieron de golpe al notar que era nadie más y nadie menos que Barton. Tragó en seco enseguida e intentó mostrarse relajada. No había tanto nerviosismo por sentirse incapacitada para pasar la materia, al contrario, era muy segura e inteligente como toda una Macnair, sin embargo, aquel mago le había protegido en un pequeño enfrentamiento que iba ligado a trabajos en el Ministerio, luego Juliette iría en la búsqueda de su hermana y luego la misma castaña desaparecería luego de perderse en una expedición. Negó un poco con su cabeza, sacudiendo todos esos pensamientos. ⸺¡Jeremy! Cuando me dijeron que había sido seleccionada para al fin pasar mi conocimiento, me imaginé a un hombre canoso y de barba pronunciada. Me sorprende gratamente saber que eres tú... ⸺arregló su voz y alzó su mentón⸺la última vez que nos vimos fue bajo circunstancias peligrosas, creo que nuevamente nos veremos involucrados en una, ¿verdad? Prometo no desaparecer en esta ocasión. Alzó su dedo índice en señal de promesa y luego deslizó sus manos por su capa de viaje para dejarla colgada en un perchero, así quedaría más cómoda; jeans oscuros, una blusa rojiza y zapatos bajos que la alentarían a correr de ser necesario. Deslizó amabas manos por sus hebras castañas para poder crear un improvisado peinado que aunque no creaba un moño, si despejaba su rostro de los mechones rebeldes que solían caer sobre sus facciones. Juliette creía que iría a una batalla campal, era eso o sería encerrada en una jaula. ⸺¿Y bien? @
  3. ┊HABITACIÓN DE JULIETTE. ⸺¿Quién es Eileen? Soltó en un pequeño bufido mientras presionaba con suavidad sus manos en la baranda del balcón, observando detenidamente el paisaje a su alrededor y mientras sus orbes iban cambiando de tonalidad con cada segundo a los verdes más oscuros, las facciones de su rostro a su vez, se iban endureciendo hasta hacer un tanto más pronunciados esos pómulos que ahora lucían si vida alguna. Y lo sintió. Como sombra tras de su cuerpo hasta que con suavidad, las yemas del mago se deslizaron por sus brazos desnudos y el escalofrío recorrió la columna de su espalda hasta darle un ligero choque eléctrico en el centro de su nuca. Rápidamente pareció calmarse y aquello se notó en el color oscuro del nacimiento de sus uñas, al igual que el azabache de sus orbes bajando hasta llegar a la naturalidad de una mortal. Algo tenía el mago Black que lograba exasperarla y al mismo tiempo llevarla a la cordura. ⸺¿Con quién crees que Isobelle Rosier hizo el trato? Tal parece que la información te llegó de manera tardía o no sabes la historia completa, no te culpo, hasta mi abuelo parecía desconocer todo aquello... Soltó en una nostalgia. ⸺¿Que-que haces? Murmuró cuando sintió que le arrebataba el frasco de sus manos y antes de que ella pudiese detenerlo, el castaño ya lanzaba aquel objeto a los suelos para pisarlo luego. Sus ojos parecieron agrandarse cual platos y algunos de sus dientes lentamente comenzaron a afilarse cual dagas de tiburón, fila de dientes que mostró con rapidez en cuanto se dio la vuelta. No solo era la ira emergiendo por lo que había hecho, era la impotencia de no tener las herramientas para lograr detenerlo, él no sabía a lo que se enfrentaba, sólo parecía ser un crío de la Marca Tenebrosa tentando al destino por creerse más poderoso. Si algo le sucedía a Aaron, ella jamás se lo perdonaría. ⸺¡¿Que d.iab.los crees que estás haciendo, Aaron Black?! ¡No te atrevas a poner en peligro tu vida! Le gritó en cuanto quedó frente a él y sintió como le agarraba de las muñecas para impedir que ella pudiese empujarlo por el pecho, sin embargo Juliette parecía perder el control por el simple hecho de creerlo muerto y con delicadeza negó varias veces. Logró zafarse y sin que él pudiese detenerla, ella lo agarró de la garganta para empujarlo contra una pared y así, observarle fijamente a los ojos. ⸺Eileen es una bruja ancestral, de esas que no usan varita porque no la necesitan, la única capaz de haber hecho un gran trato para apagar mi naturaleza, maldecirme y encerrar a Bietka en un mundo prisión...⸺volvió a ejercer presión cuando sintió que el mago se movía, ella parecía por primera vez tener más fuerza que él pues estaba en el limbo de la decadencia, luchaba internamente por no devorarse su alma y luchaba al mismo tiempo por no dejarse caer entre sus brazos⸺ ella me maldijo Aaron, hay cazadores persiguiéndome, cazadores que viven su día a día como seres normales sin saber que lo son y su instinto se activa cuando yo pierdo el control...⸺suspiró y presionó sus labios⸺no puedes luchar contra ella, ¿porqué sigues intentando salvarme? Y lentamente su agarre comenzó a aflojarse hasta ir soltando sus dedos que anteriormente parecían estar a punto de quebrar su cuello, estos se deslizaron en dirección a su mentón y de ahí, hicieron un viaje que se detuvo en una de sus mejillas en donde logró fijar su mirada esmeraldina en la grisácea del castaño. Sabía que había algo en su interior, algo bueno e inocente que Juliette rogaba por conocer, por cuidar y recuperar. Su pecho subía y bajaba a un ritmo acelerado, toda la adrenalina en ella parecía salir de un juego feroz pero aún sin esa dichosa poción, pareció lograr mantenerse de pie, erguida y fuerte como toda una Macnair. ⸺¿Acaso no entiendes que moriría si algo malo te pasa? Y juntó su frente contra la de él. @
  4. ┊HABITACIÓN DE JULIETTE. La bruja rodó los ojos ante el insólito hecho de pensar que alguien pudiese secuestrarla y así hacer tratos con los Macnair, no porque en su estado fuese imposible de cazar, más bien, por que nunca se creyó lo suficientemente valiosa como para ser salvada. Menos después de esos meses sola en el Castillo, que dormida o no, sintió cada hora, minuto y segundo. Ella ya no era la misma desde hace mucho tiempo, cuando perdió la primera vida, dejó de ser una Rosier y ahora, parecía haber perdido una segunda vida, sintiéndose muy ajena al apellido Macnair. Se levantó con más fuerzas alejándose del mago en dirección a los ventanales, abriendo con cuidado las cortinas para encontrarse con la poca luz que quedaba del día y antes de volver a hablar, pensó detenidamente su respuesta, ¿Acaso debía decirle que era el frasco? Su contenido parecía estar hecho como esas antiguas pociones de brujas con gorras de punta y calcetines a rayas, esas pociones que se revolvían en grandes ollas y que parecían estar hechas con arañas, dedos de muertos y ojos de ranas. Negó suavemente y alzó una de sus manos para deslizarla luego por las hebras castañas de su cabello, manteniendo en su cabeza las miles de preguntas que tenía hacia el mago pero que al mismo tiempo, poco a poco, iban perdiendo importancia. Giró con delicadeza sobre sus talones, sus pies descalzos y su débil cuerpo parecían flotar, y sin mostrar gesto alguno de dolor, le observó. Detenidamente con la vista perdida en el mar que su corazón ocultaba, ese dolor albergado hacia ya varios meses o esa incertidumbre de no saber que suelo estaba pisando. ⸺Eso me mantiene cuerda, Aaron. Murmuró de golpe. ⸺Ahora que sabes en lo que me convertí, supongo que no vale la pena seguir fingiendo que soy una débil mortal, ¿verdad? Lo que tienes entre tus manos ⸺apunto con el índice y lentamente dio unos pasos en su dirección⸺ es un brebaje que Arya creo con la sabiduría propia sumada con los libros de Castalia. ⸺frunció su ceño y sin que él lo esperara, se lo arrebató de las manos⸺ Si no lo bebo perderé el control y si pierdo el control, lo más preocupante no son las desgracias que pueda cometer, si no, que sea cazada y llevada a las garras de Eileen. Sus labios se hicieron una linea fina e inexpresiva, poco a poco iba superando el miedo que le tenía a esa bruja, quizá, porque el haber estado bajo siete infiernos le había abierto el horizonte y morir ya no parecía su mayor temor. Sus manos rápidamente se enfriaron, por lo que ocultó las mismas entre sus brazos al cruzarlos a la altura de su abdomen. Al notar la grisácea mirada del mago puesta como dagas en su rostro, ella prosiguió. ⸺Si ella me encuentra, va a asesinarme y ahora si que no cuidarás de nadie, técnicamente y si lo ves con frialdad...⸺soltó una risa un tanto irónica⸺ por supuesto que no te importaría, pero sigamos, ⸺asintió y volvió a fruncir su ceño⸺ si este cuerpo muere, la única forma de volver será apropiarme de otro cuerpo, tal como lo hace una criatura como yo y bueno, yo dejaría de existir, ¿no? Quizá hasta sea un alivio para ti. Rápidamente se dio la vuelta y se dirigió a los ventanales, para abrir aquellos y desaparecer entre los pliegues de la cortina, para ahora si poder llenar sus pulmones de la brisa que corría a esas horas. El balcón de su habitación parecían ser, entre muchos otros rincones de la Macnair, el único lugar que le generaba una paz inimaginable. Y estando tan cerca de Aaron, ella parecía anhelar esa paz con ansia. @
  5. Buenas tardes moderadores Nick: Juliette Macnair. ID: 120751 Conocimiento: Artes Oscuras | Pociones. Nivel de Magia: II Link a la Bóveda: 110000 Link a la Ficha: 109457 ¡Saludos!
  6. ┊CALDERO ENVENENADO. La bruja siguió caminando, intentando alejarse lo más posible del lugar y escapar de la presencia del Black, ya no soportaba el ardor en su pecho, estar cerca de él parecía ser una probada del mismo infierno y al mismo tiempo, el único bálsamo que la mantenía cuerda; sus piernas se hicieron hilos y sus ojos se cerraron con frustración, ni siquiera tenía la fuerza suficiente como para invocar a sus sombras y había ordenado a Drovick a que se retirara. Estaba sola y si caía, caería. Y no cayó. Nuevamente parecía inducirse en un profundo sueño. ┊MANSIÓN MACNAIR. ⸺¡Ama Juliette, pero que le ha pasado! ¡Está muerta! ¡Muerta! El elfo se repetía una y otra vez al ver a la joven bruja sin consciencia en los brazos del Black, golpeando con sus manitas la parte superior de su cabeza, agarrando a su vez esas holgadas orejas que caían como cabello por su espalda, así, las jaló hacia adelante con frustración y todo mientras el propio mago intentaba arrancarle la lengua para que dejara de chillar; luego de varios tropiezos y empujones, la criatura poco a poco recobraba la cordura al ver como la castaña fruncía su ceño en señal de pronto despertar. De par en par sus ojos se abrieron cual platos y antes de que se aferrara a los pantalones del mago a derramar lágrimas, fue amenazado por el mismo a callar. Rápidamente asintió y comenzó a caminar con disimulo. ⸺La señorita Arya se encuentra en la cocina...si Draekh le dice que su hermana está en esas condiciones, Draekh tendrá muchos problemas y Draekh perderá sus orejas o será devorado por la bestia a la que llama mascota...⸺volvió a brincar luego de ser empujado escaleras arriba por el Black⸺¡Por aquí mi señor, por aquí! Escalón a escalón los individuos subieron, adentrándose por los largos pasillos de la Mansión hasta llegar a una alta y gruesa puerta de roble blanco que tenía una elegante insignia con la primera letra de su nombre, aquella hacía un pequeño movimiento similar a una serpiente y en cuanto el elfo empujó la madera para dejarlos pasar, la oscuridad en el interior enseguida comenzó a disipar, varias velas en diversos sectores comenzaron a encender su flama y así, por primera vez a los ojos de Aaron Black, se dejaba ver la morada y refugio de Juliette Macnair. Ella recordaba perfectamente como era su habitación en la Rosier e incluso la que le fue otorgada un tiempo en la Ivashkov, sin embargo, ella misma había hecho cambios que denotaban cierta madurez. Ya no había aves pintadas en los lienzos, mucho menos estrellas en el techo y claro estaba que el peluche de felpa ya no era el gran protagonista de su cama. Las paredes parecían de un color frío pero eran las flores y los colores contrastantes en los muebles, cortinas y sábanas, lo que le daban cierto aire de calidez al lugar. El elfo rápidamente le indicó al castaño que dejara a la bruja recostada en su cama, y en cuanto él acató la sugerencia, la bruja se comenzó a remover entre las sabanas. Su cabeza daba vueltas y todo parecía confuso dentro de su mente, deslizó sus alargados dedos por las hebras de su cabello y con delicadeza se apoyó en uno de sus ojos observando a Aaron con cierta sorpresa. Abrió y cerró sus labios en señal de desconcierto, llevó sus esmeraldas al elfo y mientras entrecerraba sus ojos con ira acumulada, la criatura corrió tras el espejo para ocultarse y sólo sacar un poco su cabeza esperando no ser atacado por el jarrón como las veces anteriores. ⸺¿Que está pasando? ⸺Susurró confundida, volvió su mirada a Aaron y presionó sus manos en las sábanas sintiendo la respiración temerosa de la criatura, y gritó⸺ ¡Ya vete o te arrancaré la lengua, elfo entrometido! ⸺y en un dos por tres, la criatura se consumió en su propio destello plateado dejando la habitación en un silencio exasperante que Juliette quebró con un sólo suspiro. Un Black en la Macnair, ese mago en su habitación y ella a penas con la fuerza para gritarle o echarlo a patadas. No quería hacerlo, muy en el fondo deseaba no la dejara sola pero también sabía perfectamente que si se dejaba ver vulnerable como en el Caldero, perdería toda su fuerza. ⸺Pensé que me dejarías sola, que no evitarías mi decadencia en esa taberna... Alzó su mentón con suavidad y con delicadeza se sentó en el borde de su cama, su cabeza todavía parecía un torbellino y tuvo que aferrarse a uno de los pilares de la propia para lograr incorporarse y mantenerse de pie. Posó sus ojos en el mago, observando detenidamente sus facciones mientras sus facciones se iban lentamente tranquilizando, él estaba ahí y no se había ido, pero, ¿que debía hacer ella? ¿besarle la mejilla? ¿agradecer mediante una reverencia? No, no era fácil para ella aceptarle como si nada. Observó el ventanal, ese que siempre yacía abierto para que la brisa de los jardines de su hogar entraran y aromatizaran cada pequeño rincón, ella amaba asomarse ahí, perderse horas y horas en el sonido de las aves, ese canto que desde pequeña le quitaba el aliento. Se apoyó en su hombro. En él. @
  7. ¿Cómo es que MI hermana ( @@Arya Macnair ) tiene un esposo y yo no me entero? *Entrecerró la mirada mientras apuntaba al joven con una daga* ???¿¿¿ ¡Bienvenidos a la familia Macnair! Dense la mano, pasen por el hogar y mimen mucho a Juliette antes de que les saque los ojos. Todo es con amor, esta familia funciona con los golpes y casi matándose entre si ( @@Cillian y @Sísifo ) *Huye*
  8. ¡Hola, hola! Aquí sigo de compradora compulsiva (?¿) ID: 120751 Nick: Juliette Macnair. Link a la Bóveda Trastero: N°111139 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí. Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-07-05 Poción: Pimentónica. Puntos: 10. Precio: 500 G. Total de puntos: 10. Total de Galeones: 500 G. Muchas gracias, mode.
  9. ¡Hola, hola! Vengo de compradora desempleada compulsiva (?¿) ID: 120751 Nick: Juliette Macnair. Link a la Bóveda Trastero: N° 111139 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí. Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2017 - 07 - 05 Objeto: Monedero de Piel de Moke. Puntos: 10. Precio: 500 G. Objeto: Bola de Cristal. Puntos: 10. Precio: 500 G. Total de puntos: 20. Total de Galeones: 1000 G. Gracias.
  10. ¡Hola, hola! Con poco y todo, quiero comprar a esa cosa peluda. ID: 120751 Nick: Juliette Macnair. Link a la Bóveda Trastero: 111139 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí. Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: II Fecha: 2018-07-05 Criatura: Micropuff Puntos: 10. Precio: 500 G. Total de puntos: 10. Total de Galeones: 500 G. ¡Muchas gracias!
  11. Nombre: Bietka. Edad: Más de 1000 años. Nacionalidad o procedencia: Bulgaria. Raza: Demonio. Personaje principal al que está asociado: Juliette Macnair. Relación con el personaje principal: Creadora . Aspecto Físico: Bietka tiene unas facciones bastante definidas, pómulos pronunciados, nariz pequeña y respingada, mentón acorde a su rostro con unos labios carnosos cual fresas frescas , sin embargo, su piel pálida carece del brillo jovial de cualquier humano ordinario. Lo único que iluminan la poca « vitalidad » que tiene son sus ojos expresivos de color claro, oscilantes entre tonalidades grisáceas y amarillentas. Dueña de una cabellera morena, tan oscura y abundante como el firmamento azabache de la noche. Poseedora de una figura bastante esbelta y curvilínea, las proporciones de su cuerpo son bastante balanceadas pero destacadas por su voluptuosidad, delatando su esencia lasciva con cada movimiento, el pecado en su pecho, la perdición en sus caderas, el infierno en sus piernas. Cualidades Psicológicas: Bietka es una persona que no tiene miedo de pasar sobre quien sea para lograr lo que quiere, es cruel y manipuladora, tiene un encanto único que utiliza para hacer que la gente haga cosas a su favor; es una mujer que siempre está ansiosa por conseguir poder, ella busco y buscará siempre la forma de conseguir apoderarse de todo hasta el ultimo momento. Es mejor no meterse en su camino pues no dudara en arrancarle la cabeza a quien sea que se entrometa entre ella y sus objetivos. Esta no es una personalidad que oculta sus sentimientos para hacerse la fuerte, Bietka es una mujer sin emoción alguna; es una actriz estupenda, inteligente como nadie y sobre todo, una verdadera macabra. Historia: Saber de donde vino este demonio es algo muy difícil de explicar, han pasado infinidades de leyendas con su nombre, se han contado de por aquí y para allá, cosas que pueden ser tanto ciertas como falsas; Bietka nació como una de las sacerdotisas de alto rango cerca del siglo X en Bulgaria, los nombres de sus padres son tan desconocidos como el porqué de la personalidad que la caracterizaba desde que fue una niña. Creció tan fuerte como el tronco de un árbol, con el destello enfermizo en la profundidad de sus ojos cada vez que su alma se acercaba al poder, casi como si este le diera un choque de placer sexual que ella no podía controlar. Siempre tuvo arranques psicóticos que preocupaban enormemente a las ancianas que con tanta dedicación enseñaban a sus pequeñas brujas, sin embargo, Bietka cual flor venenosa de pétalos suaves y atrayentes, aprendió a ocultar su ira y su hambre de poder entre invocaciones constantes que hacía al inframundo. La magia negra siempre le atrajo, a tal punto que se decía enamorada del mismo Diablo, capaz de ser su esclava a voluntad. Pasaba horas alejada del lugar que acogía a sus sacerdotisas, para refugiarse en un campo desolado con pocos cimientos alzados en la oscuridad; ahí hizo sacrificios, primero con animales y luego, ansiosa por el poder que poco a poco le iba consumiendo, comenzó a sacrificar jovencitos del pueblo al que según las ancianas les debían ser devotos. Bietka conoció a Asmodeo y el mismo, le enseñó no sólo el pecado si no, la forma de que ella entregara más que su cuerpo humano a merced de un demonio ancestral. Le ofreció poder, pues él, quería apropiarse de la capacidad que tenía la joven desde que el primer llanto se escuchó en la tierra; con los años fue exiliada del templo que protegía a las pequeñas futuras brujas, fue casi cazada por las ancianas y atendiendo a las invitaciones constantes del demonio con el que solía meterse, logró convencerlo de que ella sería más que un ser sin humanidad, ella podía ser como él y juntos, apoderarse de todo. Así fue, como con el tiempo, Bietka logró subir los escalones hasta pertenecer al cónclave de los demonios, llamada la sucesora oficial de la aclamada Afrodita. Sin embargo, Bietka no era como cualquier demonio ordinario, a través de Asmodeo ella no sólo entregó su alma aquel día, si no, logró seducirlo hasta el punto de encontrar alguna debilidad y así, quitarle una parte de él, una parte poderosa con una criatura que entre los mortales llamarían «hijo». Ambiciosa, jamás se rindió. Ella quería más, todo lo que el destino pudiese darle y si ella debía pasar por sobre sus superiores para lograr apoderarse del «trono» ella lo haría sin siquiera dudarlo; la criatura a la que llamó Hathor no fue más que un haz que usó para ser más que una humana con habilidades especiales convertida en demonio, no tenía sentimiento alguno con esa «cosa», pero debía conservarla, pues ahí, estaba el flujo que Bietka utilizaba para manejar de cierta forma al gran Asmodeo. Un día, el cónclave se percató de los juegos ocultos que uno de sus miembros efectuaba constantemente, ellos no permitirían una traición como aquella y mucho menos viniendo de una impura como Bietka, «algo que no era del todo cierto, pues Bietka, sin que ella ni ellos supiesen mucho después, era el fruto de dos demonios también y así, la historia se podría repetir por los siglos de los siglos». Asesinarla no era una opción ni fácil, ni tampoco correcta para castigarla, por lo que decidieron ocupar a la pequeña criatura de Asmodeo como arma contra su creadora. La historia se repetiría una y otra vez, nacería entre los mortales, viviría hasta que su corazón latiera transparente por alguien y moriría. Y en cada muerte, una fracción de su «madre» sería borrada y en cada muerte, una fracción de su «padre» sería devuelta. Así, el demonio fue expulsado del cónclave y devuelta a la tierra, viviendo como ente hasta que la última fracción de su «alma» le fuese arrebatada y así, se eliminara para siempre de lo existente. Por años Bietka divagó, sintiendo como se podría y renacía con sus trucos, esparciendo el terror entre los ciudadanos de distintas generaciones como alimento para su constante hambre; observando desde lejos como la inocencia de Hathor crecía o se desvanecía en cada vida, y no le dolía que su «hija» muriese calcinada en cada amor que experimentaba, le dolía por que sabía que perdería su poder con cada muerte de esa torpe y que en cada vida tuviese que robarse un cuerpo humano para seguir de cerca lo que su creación hacía. Debía conseguir la forma de que la criatura viviera y creciera con todas sus habilidades, fortalezas e incluso debilidades. De tal manera, que nadie en el cónclave pudiese utilizarla más y así, su alma contaminada fuese devuelta para terminar lo que empezó: arrebatarles el poder a todos esos podridos demonios que le dieron la espalda cuando en verdad, debieron protegerla pues de impura no tenía nada. Su trono estaba con su nombre y le esperaría eternamente. Se hizo muchos conocidos con el pasar de los años y un día, después de muchos otros intentos, logró dar con la esperanza y respuesta a sus problemas. Hathor debía nacer nuevamente de ella, con la sangre corriendo de un nuevo progenitor y quizá, sólo quizá, ella viviría eternamente. Y así fue como Bietka dio a parar con Reshi, un demonio cobarde «según ella», que se ocultaba bajo el manto de un humano, viviendo la vida que quizá anhelaba y jamás podría tener, un humano peculiar que poseía un poder sin igual: magia. Esta magia era distinta a la que ella conocía, poseían varitas y parecía cuento de hadas, familias, ambiciones y mucho poder. Bietka no podía haber seleccionado a su presa mejor. Y a través de Reshi conoció a Pik Macnair y a través de él, dio a parar con Isobelle Rosier, una mujer que no podía concebir hijos, sumergida en una horrorosa depresión luego de haber sido abandonada por su esposo. Si Bietka lograba convencerla y usarla como objeto de su maquiavélico plan seria estupendo. ¡Un milagro! Así se gritaba entre los rincones de la familia Rosier, pues su hija enferma había dado positivo con el embarazo que ella tanto había anhelado. Embarazo del cual Reshi no podía enterarse y embarazo del cual ella también debía callarse, pues consciente estaba de que la criatura que llevaba en su interior no sería para nada humana. Bietka era honesta, siempre iba con la verdad por delante claro. Sin embargo, la bruja que seleccionó aprendió muy bien de su huésped y tan pronto se dio cuenta como desprenderse de ella para proteger a la criatura a la que llamaba Juliette, buscó a Eileen, una sacerdotisa del clan al que Bietka alguna vez perteneció. Y entre sangre y brujería, Isobelle logró ganarle la primera batalla. Y Bietka, fue encerrada en un mundo prisión. Prisión que no durara demasiado. O eso dicen. Otros datos: Condiciones de utilización: Este personaje podría estar ligado a otras personas por lo que ellos tienen la libertad de nombrar a Bietka o manipular alguna acción de ella, en algún recuerdo.
  12. Buenas noches, vengo a actualizar un poco la ficha de personaje; desde ya muchísimas gracias y a comenzar. Datos Personales | Esto. Por esto: Perfil del Personaje | Esto. Por esto. Otros Datos | Esto. Por esto. Ahora si deseo que todo haya salido muy, muy bien. Saludos mode.
  13. Kalevi observó detenidamente a la bruja mientras esta se acomodaba de tal forma hasta lograr quedar a su altura, a él nadie podía engañarlo, al menos no cuando se trataba de los sentimientos o las emociones, su sentido del olfato no era como el común de las personas y junto a Drovick no sólo había aprendido a trepar árboles, si no que, a descubrir como funcionaban sus cinco sentidos o uno, en este caso; posó sus manos en el rostro de la bruja y en un murmuro casi inaudible le dijo que debía de sonreír. En cuanto el nombre "Siberia" se interpuso, la atención del pequeño cambió drástica mente hasta dirigirla a aquel huargo que parecía haber logrado entablar una grata conexión con el pequeño. ⸺Ve, cariño. Fue todo lo que logró articular y, una vez vio a su pequeño lobo alejarse con la criatura, giró sobre sus talones y posó su esmeraldina mirada en los ojos de su hermana sin saber exactamente que decir o como es que debía de actuar. Drovick asintió de manera suave ante las órdenes de la Macnair, a pesar de que aquella sombra le era fiel a Juliette, la jerarquía parecía siempre cambiar cuando un ser superior aparecía y, en este caso, Arya parecía serlo en su totalidad, ¿que es lo que había cambiado? ¿y porqué nombraba a Isthar?, habían muchas preguntas pero poco tiempo como para sentarse a beber el té y hablar sobre las nuevas novedades de la vida. ⸺¿Crees que gritaría por la casa una cosa como esta? Ni el nombre de esa maniática tengo ganas de decir; me quema la sangre que corre por mis venas, Arya y el aire parece obstruirse con el pasar de los segundos. Murmuró al tiempo que comenzaba a caminar. ⸺Algo extraño está sucediendo, hace varios días que siento una extraña energía, una muy pesada energía que gira a mi alrededor pero, pensé que sólo era algo pasajero... Dejó caer su delicado cuerpo sobre una de las sillas y entre los bolsillos de su túnica, extrajo un pañuelo negro, el cual estiró sobre una de las mesas para dejar a la luz cinco piezas de lo que era la piedra de color zafiro que resguardaba aquel mundo prisión, uno que había creado con la ayuda de una poderosa bruja de New Orleans y su aquelarre. No pudo mantenerse demasiado tiempo sentada por lo que en cuanto se alzó de su lugar, caminó hasta posarse tras la mesa y desde ahí, observó a su hermana con el destello rojizo peligrando salir de sus ojos, sus ganas de salir a cazar aumentaban cada día y en esos momentos, su sed de sangre parecía carcomer por dentro. Habían muchas cosas que parecían encajar y desencajar al mismo tiempo, por fuera parecía pertenecer a una casta mágica de alto rango pero por dentro, parecía ser la maldición y castigo más grande del mundo. Juliette luchaba diariamente por no dejarse llevar por su lado infernal y, deseaba con todo su ser volver a ser aquella frágil humana. No había salida. No había respuestas. Nadie podía ayudarle porque, absolutamente nadie lograba comprender lo que realmente estaba sucediendo. Las uñas de sus manos comenzaban a doler, sentía como iban creciendo de una forma incontrolable y llegó a tal punto que tuvo que enterrar con fuerza aquellas por debajo de la mesa de madera. No quería poner en peligro a las personas que ella amaba, quería protegerlos pero, ¿cómo se protege a alguien si tu misma eres el peligro?, cerró momentáneamente sus ojos, lo que estaba a punto de decir iba a ser probablemente la única razón por la que el hechizo se rompería, ¿y si Juliette en realidad se estaba muriendo? ¿acaso era una razón lógica para que el hechizo se rompiera? ¿era ella la culpable? ⸺Arya...siento que estoy pudriéndome... @@Arya Macnair
  14. Hola, buenas tardes. Hace bastante tiempo he tenido una duda, resulta que en enero de este año cursé pociones, sucede que jamás obtuve una respuesta si aprobé o no aquel curso; la clase terminó de manera imprevista y nadie me dijo nada respecto a los resultados de la misma. Por favor, necesito respuestas. ¡Saludos, al lector!
  15. ¡Hola! Necesito la actualización de los siguientes campos: Debe decir así: Debe decir así: Debe decir así: Creo que ahora lo hice bien lo único que no hice exactamente, fue punto por punto, sólo actualicé los campos que leí me correspondían y eso; no estaba segura si debía o no colocar los links, pero si está erróneo pueden pasarlo por alto y seguir con "Datos Personales" y "Perfil del Personaje". Muchísimas gracias y lamento la torpeza :c Saludos. (*) Me acabo de dar cuenta que me puso algunas cosas con ese efecto medio oscuro detrás de las letras, no se como quitarlo, lo siento.
  16. @ Comprendo a lo que se refiere pero, yo estoy cambiando completamente la ficha, ¿que debería hacer en ese caso? ¿Especificar punto por punto, aún sabiendo que es un "Todo"? Y pregunta aparte, hice un conocimiento hace ya bastante tiempo y hasta el día de hoy no he tenido una respuesta, ¿con quién debo hablar? ¡Saludos!
  17. Nombre: Juliette Macnair Rosier Sexo: Femenino Edad: Joven. Nacionalidad: Inglesa Familia: Macnair Ivashkov Padres Sanguíneos: Pik Macnair Isobelle Rosier (Bietka)* Padre(s) Adoptivos: Leah Ivashkova Trabajo: Empleada en el departamento de accidentes y catástrofes mágicas. Poderes Mágicos: -- Rango Social: Unicornios de Bronce. Bando: Marca Tenebrosa Rango dentro del Bando: Base Puntos de poder en objetos: 40 Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: -- Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: Conocimiento de Maldiciones Runas Antiguas Medallas: T.I.M.O. (Título Indispensable de Magia Ordinaria 2000 puntos. Título Obtenido: E.X.T.A.S.I.S (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) "Magia Avanzada": 4000 puntos Total de puntos: 6000 puntos. Raza: Demonio Características físicas: Aspecto Físico común. Es una mujer de porte elegante y rasgos finos. Su delicadeza se puede observar en sus manos y su personalidad al caminar contorneando sus formadas caderas y sus bien torneadas piernas. Se podría decir que no solo es la clase de chica que no pasa desapercibida sino que también levanta suspiros por donde camina. Alta y de contextura delgada pero con curvas bien pronunciadas, de piel blancucha y almendrado cabello ondulado. Mirada felina y coqueta se marcan en el profundo color esmeraldino de sus ojos, bajo ellos se encuentran decorados con unas coquetas pecas en la pálida piel de sus pómulos y parte de su respingada nariz. De labios pequeños, gruesos y siempre teñidos de un sutil color rosa. Su dentadura es perfectamente blanca y su sonrisa puede pasar de la más angelical, a la más diabólica en segundos. Tiene una pequeña cicatriz en el costado de su cuello, marcando el antes y el después de su transformación como demonio (se explicará más abajo). Aspecto Físico demoniaco: Cuando su instinto como demonio comienza a correr como las manecillas del segundero de un reloj, lo primero que se observa es el cambio de color de sus ojos, a uno verdoso tan oscuro que puede confundirse con el negro, junto a unas marcadas y rojizas venas alrededor de sus ojos. [Cambio que puede controlar a su voluntad.] Si por algún motivo ella empieza a perder el control, las uñas de sus manos crecen hasta convertirse en fuertes y filudas garras, al igual que los colmillos. Adquiere un gusto por torturar a su víctima hasta quitarle lentamente el último respiro de sus labios, su humanidad se vuelve nula hasta el punto de ser lo bastante peligrosa como para atreverse a cazarla. Es capaz de matar a sangre fría a un ser querido; cuando todo acaba su propio poder comienza a consumirla, dejando rastros de una especie de congelamiento en todo su cuerpo [ labios pálidos y algo agrietados, temperatura baja al máximo, etc.] Es ahí donde sus sombras la protegen, pues en ese pequeño transcurso de tiempo es donde más débil se encuentra. [Producto de la maldición.] Cualidades Psicológica: Es una joven de personalidad extremadamente fuerte, ella no acepta un no como respuesta y menos dar su brazo a torcer por cualquier motivo, pero es paciente cuando la situación lo amerita por lo que siempre intenta ver la posibilidad de salir ganando ¿cómo? Ella jamás dudaría en adoptar el papel de víctima o de damisela en apuros, incluso podría enredar y poner unos en contra de otros por simple diversión. Es muy orgullosa, vanidosa y caprichosa, tal cual es el reflejo de una niña. En amistades es bastante solitaria, quizá es buena conociendo gente (cuando quiere) pero ella considera que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano y es a ellos a los que ella debe fidelidad y cariño. Puede llegar a enamorarse de verdad y a matar por ese amor, pero llamar su atención y conservarla es una misión de suma dificultad, Juliette tiende a aburrirse o a distraerse rápido. Su condición le permite ser realmente encantadora, es una mujer de movimientos ágiles y precisos, su forma de caminar es muy seductora y cuenta con una gran presencia y carisma. Es ese tipo de carisma que fascina y deja hipnotizado a su interlocutor, aunque un espectador avispado podría saber que se trata de un juego, por el destello en su mirada de oscuro y enfermizo deseo. Su misión siempre fue atraer primero para atormentar después. ➤ Objeto Mágico Legendario: Objetos Mágicos: Objeto: Varita . Clasificación: AA Puntos de Poder:20 Pociones Mágicas: Objeto: Desinfladora Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Filtro de Paz Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Libros de Hechizos: Libro: Aprendiz de Brujo. Nivel: 1 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría: ➤ Elfos: Draekh: Piel pálida como la nieve, orejas largas y siempre acomodadas hacia atrás. Ojos saltones y de un hermoso color pardo. Labios delgados, dientes pequeños y puntiagudos. Mirada serena y personalidad aunque cautelosa, muy agradable y respetuosa. Ama las flores de lavanda y le fascina vestirse con un camisón beige perfectamente limpio. ➤ Varita: Madera: Ébano. Núcleo: Fibras de corazón de dragón. Centímetros: 19 ½ Pulgadas Flexibilidad: rígida. ➤ Curiosidades: Tiene un don natural para la oclumancia y la legeremancia. Dróvick es su sombra protector, la única que tiene el poder de cambiar de forma. Toca el piano. Licencia de aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 110000 Link a Bóveda Trastera: Bóveda N° 111139 Link a Bóveda de Negocio:-- Link al perfil del comprador: 304 Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Macnair Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda familia Ivashkov
  18. Hours before at the Macnair Mansion. La oscuridad comenzaba poco a poco consumir el corazón de Juliette, desde su vuelta de los Estados Unidos habían cosas que estaban sucediendo, cosas que la castaña ya no estaba controlando; sus ojos comenzaban a mostrar un pequeño destello rojizo y, eso no era normal en ella, nunca antes, en su corta vida como criatura infernal había experimentado aquel colo a sangre. Sus manos se encontraban frías, temblorosas y podía jurar que sus uñas crecían más rápido que antes, el color azabache se volvía el predominante en su esmalte para ocultar las venas que extrañamente se marcaban como raíces en el nacimiento de sus uñas. ¿Será que estaba desfalleciendo? ¿Su cuerpo humano estaba pudriéndose?, muchas eran las preguntas que pasaban a cada minuto por la mente de la ojiverde. Ya ni siquiera podía concentrarse en las letras de los gruesos libros que solía leer, aquellos que parecían interminables y, que tenían constantes historias nuevas que contar. De un momento a otro, un elfo asustadizo entró sin previo aviso a la biblioteca Macnair y, mientras intentaba formular las palabras adecuadas para lo que estaba a punto de decir, la mirada de Juliette lo atrevesó de tal forma que este se arrodillo y entre sollozos comenzó a rogar por su vida. ⸺¡Pero, que demonios te sucede, Draekh! Habla ya, elfo inúltil.⸺exclamó tajante y esperó. ⸺El a-amo, el...Ka-kalevi...⸺comenzó a tartamudear mientras jugaba con las puntas de sus dedos⸺¡El amo Kalevi se encuentra en su habitación! ⸺¡Drovick! Y sin cuidado, arrojo al elfo al suelo al tiempo que caminaba cual fiera en dirección a las escaleras; Drovick tenía estrictamente prohibido sacar al niño de aquel mundo prisión sin su permiso y, si aquella sombra se había atrevido a desobedecerle, si tan sólo se había atrevido a...lo asesinaría. No, no sabía cómo matar una sombra. Aún. En cuanto llegó al umbral de su habitación sintió enseguida que algo andaba mal, era esa especie de campo energético que la conectaba con ese mundo, con esa piedra que resguardaba a su pequeño hijo de las garras enemigas. Algo andaba mal, ya no estaba sintiendo nada. Entró de golpe y, fijó su mirada en aquella criatura que tanto amaba, aquellos ojos grisáceos que le robaban el alma al igual que Stefan alguna vez lo hizo en el pasado. Y a su lado, aquella sombra convertida en cuervo que le indicaba con un gesto que la roca que reemplazaba una llave, estaba rota en mil pedazos. La ojiverde cayó de rodillas. ⸺Dime que hay una forma de arreglarlo...tiene que ver una forma de volver a juntar los pedazos....⸺sintió como el nudo en su garganta se iba formando; si esa bruja se enteraba del paradero del niño, vendría por el sin piedad alguna. Posó su mano a la altura de su abdomen y rápidamente volvió a levantarse para ir con su pequeño Kalevi. Ya no lo era exactamente, se veía como todo un jovencito pero, para Juliette, él siempre sería ese bebé indefenso.⸺iremos con Arya...no dejaré que nada malo te suceda ¿entiendes? ⸺¿Mamá? ¿De que estás hablando? ⸺cuestionó curioso. ⸺Sólo ponte esto y no te separes.⸺comenzó a cubrirlo con una gruesa capa color cuervo. El Sendero | Contra el tiempo. Aparecieron entre un cúmulo de sombras provocadas por Drovick que ya no tenía forma animal, su tez morena y ojos rojizos delataban su verdadero ser y si, Kalevi no sabía demasiado sobre la verdadera identidad de todos, a penas sabía que la magia existía y que él era un licántropo en formación pero, para Kalevi, su madre era una humana y ya no había tiempo para que la castaña le explicara la verdad. Observó como la noche oscurecía cual boca de lobo, que ironía, pensó. Pasó su frívola mirada por las calles y comenzó a caminar rápidamente hasta encontrarse con los rosales que tanto buscaba con desesperación, no había tenido tiempo para visitar el nuevo local de su hermana pero algo si recordaba, cuando Arya le nombró las rosas, ella enseguida lo asimiló con aquellos enormes rosales de la Mansión Rosier. Probablemente era muy tarde pero, sabía mejor que nadie que la encontraría en aquel lugar. Con sumo cuidado empujó la puerta, teniendo cuidado de no "despertar" a aquellas rosas que sabía tenían pilleria. Alzó su mentón ligeramente y luego de dar una rápida mirada a su compañero de vida, desvió la mirada a Kalevi, ¿que haría Juliette, si algo le sucediera a su pequeño lobo? no lo soportaría, bajó nuevamente la cabeza para morderse los labios con fuerza y, no dejar que esta desesperación le consumiera. En cuanto divisó a un huargo sintió enseguida como su corazón se aceleraba, donde había uno, siempre había una Arya Macnair con las narices metidas en el trabajo. Con gesto por parte de su mano derecha, le indicó a sus acompañantes a que le esperaran y, se acercó a paso firme hasta donde se encontraba la enorme criatura. No sabía como hablar su idioma, ¿acaso era posible?, más la suerte estaba a su favor, al menos por unos minutos, pues divisó al otro lado de una enorme estantería de vidrio un flamante cabello rojizo que caracterizaba a su hermana. Giró sobre sus talones y rápidamente se acercó a la pelirroja, tocó su hombro para llamar su atención y en cuanto la obtuvo, le indicó con un gesto del mentón quien se encontraba bajo aquella gruesa capucha negra. Fijo la esmeraldina mirada en Drovick y este, enseguida quitó la tela del rostro de Kelvi; dejando ver aquellas facciones finas, cabello oscuro y ojos profundamente grises, a penas se veía de diez años y, cada día se parecía más a su padre. Ya no era tan impactante para su hermana verlo, pues después de lo ocurrido hace meses en los jardines Macnair, Juliette no tuvo otro remedio que revelar su secreto y, fue así como le dio la posibilidad a Arya de conocer a su sobrino. La única persona que sabía, la única además de Leah Ivashkov. ⸺El hechizo se ha roto... Fue lo único que logró decir. @@Arya Macnair
  19. La mirada esmeraldina de la joven se transformó por una fracción de segundos en un verdoso tan oscuro que probablemente se podría confundir con el negro, más aquello duró poco, pues la sonrisa de satisfacción luego de que el muchacho había bebido con tanta confianza de la copa que una extraña le ofrecía la causó algo más que gracia. Tenía aproximadamente una media hora antes de que él se desvaneciera frente a sus ojos y no, no planeaba matarlo, sólo quería jugar un poco y ver que tan fuerte era Racks. ⸺Es peculiar que la primera presentación de un aspirante esté lleno de palabras al azar.⸺murmuró con honestidad, aunque la ojiverde no tenía nada de experiencia dentro de la Marca Tenebrosa, si la tenía en los Estados Unidos. Pocas personas sabían los verdaderos ideales de la Macnair, ella no seguía a ese tal Lord Voldemort, su mirada se enfocaba plenamente en las palabras de Grindelwald pero, eso obviamente no era tema de conversación.⸺Como diría una profesional de la salud mental...⸺prosiguió, siempre jugando.⸺podría decir que tus actitudes son algo asociales y, podrías ser hasta un psicópata ¿no? Con delicadeza se alzó de su asiento y con un simple gesto por parte de su mano derecha, le indicó a que la imitara. Se paró frente a él y, aún cuando parecía pasarla varios centímetros, la bruja estiró lo más que pudo su columna para verse imponente.⸺Mi padre siempre me hacía la misma pregunta y, te la diré por supuesto...⸺rodó sus ojos⸺¿porqué quieres ser un mortífago, Racks? ¿Que te lleva a elegir este camino? Susurró al tiempo que posaba ambas manos tras su espalda y caminaba lentamente alrededor del muchacho, con ese andar tan característico cada que seducía a alguien, cual felina acechando a su presa.⸺¿Cómo se supone que debería ser alguien que pertenece a la marca?⸺murmuró despacio, posando el borde de sus labios en la oreja izquierda de su aspirante⸺ dime características que me convenzan y, quizá te daré un pista de lo que puse en tu vino. Confesó al fin. @racks1804
  20. Una fugaz sonrisa apareció en las facciones de la joven Macnair en cuanto oyó esa caracteriza forma de describir un largo tiempo sin verse, para la ojiverde era tan cotidiano ser esclava de una luna que nunca le perteneció, que aunque en un principio sólo causaba dolor, ahora era ella, la luna, la única capaz de tranquilizar su alma quebrada. Mantuvo la mirada perdida en los extensos jardines del castillo e intentó pensar en algo que no tuviese que ver con imágenes de un oscuro bosque, mientras corría con Emilia, ¿de que corrían? ¿que bestia les asechaba? ¿porqué Juliette tenía tantas lagunas mentales? ⸺Sin duda han pasado muchos ciclos lunares mi querida Ivashkov, que ironía que la vida nos juntó frente a una mujer con tanto glamours ¿no es así, querida madrina?⸺murmuró tajante.⸺Te sorprendería saber por cuantas colinas corrí antes de llegar a salvo aquí, nos pondremos al corriente luego de que logres apaciguar el fuego. Soltó un suspiro y dejó que ambas, madre e hija, tuviesen esa conversación tan delicada; caminó lentamente como siempre hacía, deslizando las yemas de sus dedos por el marco de los ventanales, repasando recuerdos y emociones vividas dentro de ese lugar. Se detuvo en un estante, con tantas baratijas para cualquier persona ignorante más Juliette sabía mejor que nadie, que aquellos objetos valían más que un diamante. ❝No, no estuve de acuerdo. Pero no había más remedio. Intervine hasta donde crees que tuve que hacerlo. Y sobre Aaron... no, no lo sabía❞. Las palabras de Leah retumbaron dentro de su cabeza, causando un eco difícil de ignorar, era primera vez que una persona ajena a Bietka le hablaba de esa forma tan particular y, aunque al principio se le heló la sangre, mantuvo la compostura en todo momento observando fijamente el estante, aunque ahora, veía el reflejo de su rostro en aquel vidrio y, no pudo evitar ver un ligero destello rojizo formarse en sus pupilas. Cerró fuerte sus ojos y, segundos después los abrió encontrándose con su esmeraldina mirada. Dejó escapar el aire aliviada. Bajó el mentón suavemente mientras iba reflexionando las palabras de su madrina, ¿no estaba de acuerdo y aún así dejó que las cosas se hicieran?, comenzó a repetirse en su cabeza. ¿Realmente no sabía sobre el joven e indefenso Aaron Black con una carga injusta sobre sus hombros?Juliette se sentía igual de traicionada por él, aún cuando su cabeza le dijese que no lo conociera tan bien, luego de ver aquellos recuerdos en aquella fuente, logró encariñarse aún más con él y no, no estaba correcto porque lo exponía al peligro. Se dio la vuelta hasta encontrarse de frente con ambas mujeres, una que siempre había admirado como a una madre y, otra que tuvo la capacidad de convertirse en una hermana de otra sangre y, sin saberlo, el destino las unía en una habitación desde alejados lugares del mundo. ⸺Quien iba a pensarlo Emilia, que tendrías a dos pequeñas criaturas.⸺murmuró con un deje de nostalgia notoria en las facciones de su rostro; su querida "hermana y amiga", conocía perfectamente quien era el pequeño cachorro que Juliette tanto ocultaba y, de alguna forma le hizo pensar en el asombro de aquella muchacha si viera lo grande que ese encontraba Kalevi. Por supuesto que Leah también sabía, era de alguna forma, las únicas personas que sabían que Juliette tenía una criatura propia oculta entre las sombras.⸺Se que serás una excelente madre y, ya tienes dos personas que le arrancaran la garganta a ese susodicho si no cumple con sus deberes como padre, ¿estamos, Ivashkov? Ahora si estaba preparada, ¿lo estaba?, tenía que hablar con la mujer que había sido elegida para ser su madrina hace ya varios años atrás, incluso, quien sabe si desde antes de su nacimiento. Dejó la copa sobre un mesón al tiempo que alzaba su mentón y fijó la esmeraldina mirada en la mujer, con esa chispa de oscuridad oculta en la profundidad de sus orbes, ahora sabía como manejar esa pequeña capacidad, o quizá ya se había apropiado de su forma de ser. ⸺Nos debemos una larga charla, Leah Ivashkov. Asintió de manera elegante y comenzó a caminar lentamente hasta pasar por su lado, abrió ambas de las puertas que las dejaba fuera de los oídos curiosos para comenzar a caminar por los pasillos del castillo en dirección a los jardines, ya no soportaba estar encerrada ahí y por algún motivo, necesitaba respirar aire puro. Juliette necesitaba volver a respirar. @ @@Emilia Malraux || He vuelto 7u7 ||
  21. Los viajes a los Estados Unidos se estaban volviendo más recurrentes de lo que ella misma pensó en un principio, debía lidiar con las preguntas indiscretas del MACUSA, dar explicaciones coherentes a su amigo Frank y, mantener a salvo a Kalevi. Juliette estaba colapsando poco a poco y, eso sólo lo podías observar a través de su esmeraldina mirada cansada. Pidió dos copas de vino, casi nunca solía ser demasiado preocupada con los tragos y menos en el lugar en el que se encontraban mas decidió darle un poco de elegancia al asunto. Racks se veía una buena persona, a veces, demasiado agradable como para poder abrirle camino a ese lado tan oscuro, ¿acaso Juliette se estaba cuestionando? ¿Sentía empatia por lo que se decía? Sacudió su cabeza confundida, no sabía que le sucedía últimamente y, estaba todo el tiempo maquinando posibilidades. Ahogándose en sus demonios. En cuanto el joven limpiando las copas le indicó con la mirada de que alguien le buscaba, la castaña giró sobre la silla para cruzar las piernas y posar su felina mirada en ese aspirante. Al principio calló sus comentarios para detallar cada movimiento e incluso detenerse en la respiración acelerada del joven.⸺Toma asiento Racks, no debemos perder el tiempo. Indicó con la mano derecha a que se acomodara a su lado y, en cuanto el joven le tomó la orden, fue sólo ahí que Juliette dejó visualizar esa característica sonrisita burlona.⸺Has tardado demasiado probablemente pero, al menos has llegado con un humor que pocas veces me deja sorprendida.⸺mintió, siempre lo hacía. Con sus dedos le ofreció la copa de vino, detallando con la mirada la acción que ejecutaría el joven frente a ella, ¿acaso Juliette planeaba algo de tras fondo? Probablemente lo hacía, no sería una Macnair si no estuviese jugando constantemente. ⸺Cuéntame ¿que haces para sobrevivir?
  22. En cuantos las puertas se abrieron Juliette se dio cuenta de dos cosas; la presencia de Emilia y, la sonrisa poco disimulada de la Ivashkov. Tardó varios segundos en darse cuenta de que conocía a la primera individua y, es por eso que su abrazo en un principio fue bastante torpe aunque poco a poco más acogedor de lo que ella misma pudo imaginar en un principio. Detuvo su esmeraldina mirada en la de Leah y, poco a poco le dedicó una sonrisa de cariño. Las manos de la mujer se encontraban cálidas, tanto como cuando dedicaba ese mismo gesto de cariño hace ya varios años atrás, la nostalgia inundó un poco a la castaña. —No debes preocuparte, tampoco estaba lista para enfrentar ciertas verdades.—murmuró algo tajante; Juliette si estaba consciente de que muchas de las decisiones tomadas por personas ajenas a su condición, tenían el mismo fin común: Su total protección. Pero, para la ojiverde era demasiado que digerir en pocos meses y, muchas preguntas se encontraban respondidas en quizá cuanto recuerdo eliminado en su juventud.—Lo-lo siento… Susurró medio arrepentida. Juliette nunca le había hablado de aquella forma a su madrina, siempre fue muy dulce con Leah pero, habían demasiadas cosas pasando por su cabeza y, además, sumaban varios puntos su falta de manipulación en las emociones. Y al fin lo vio, oculto en la profundidad de los ojos de la mujer esa pequeña culpabilidad al darse cuenta que la repetición de su halago significaba mucho más que una maduración física por parte de la Macnair. Se quedó inmóvil, inmersa en un sinfín de pensamientos pasando como tren por su cabeza hasta que su atención ya no se fijó en la escena de un reencuentro entre madre e hija. Fueron esos dos pequeños ocultos entre mantas suaves los que captaron la completa atención de la castaña ¿hace cuanto tiempo no veía a Emilia? ¿Realmente la vio alguna vez? ¿Porqué sentía que habían trascurrido tantos años si a penas iba en la mitad de una vida mortal? Sacudió ligeramente su cabeza y no hizo nada para detener las presentaciones de su madrina, comenzó a caminar lentamente hasta encontrarse frente a frente con la pelirroja y estiró su mano derecha para poder saludarla de manera cordial.—Es un placer y, claro que puedes beber…por favor, no me decepciones tía.—dijo con el ceño fruncido al mismo tiempo que simulaba un pequeño puchero. Probablemente terminaría encerrada en una habitación por quebrantar las reglas de jerarquía pero, no sería Juliette si no jugara un poco con sus palabras. Agarró el vaso entre sus dedos y le dio varias vueltas al líquido antes de llevarlo directo a su garganta, de un solo golpe. Observó a Leah, la estudió detenidamente para intentar leer aunque sea un poco de lo que estaba pasando por su cabeza pero, nada. No había absolutamente nada. Sólo una intermitente mirada ansiosa entre el whisky de fuego y, los dos coches de bebés. —Necesitamos hablar ma…—detuvo sus palabras; desde que era una niña y cuando se sentía en un ambiente de demasiado cariño, solía llamar a Leah "mamá" pero, actualmente, aquella palabra parecía tan desconocida.— Necesito hablar contigo y, no es sobre algún problema amoroso.—dijo con más suavidad al tiempo que ladeaba sutilmente su cabeza para intentar fijar su esmeraldina mirada directo en los ojos de la mujer. Si, Juliette estaba ansiosa por una sola cosa en esos momentos: ¿Su madrina estuvo de acuerdo con Black? ¿Ambos decidieron que era mejor para la joven Rosier, el privarle de íntimos e importantes recuerdos? ¿Cuánto había intervenido en su mente? ¿Qué cosas se ocultaban en las sombras? ¡Sombras! Aaron…¿Leah sabía que él era tan preciado para Isobelle Rosier? Y entre todas esas preguntas, la ojiverde se levantó de golpe sosteniendo en su mano izquierda el vaso que previamente había llenado. Se acercó a las ventanas y, se quedó observando los bastos jardines que decoraban el paisaje alrededor de un majestuosos castillo; su madrina querría saber que sucedió para que tal hechizo se rompiera y, aunque Juliette creía que había sido un nuevo plan maquiavélico de Bietka, no podía negar que fue ella misma la que terminó con su vida.—¿Porqué me dejaron…? Dijo para si misma. Nuevamente acercó el borde del vaso a sus labios y dio un segundo trago, dejando que ese ligero ardor quemara su garganta en señal de que aún podía sentir ciertas cosas humanas. Esperó atenta a que Emilia hablara y quizá contara su historia o, que tal vez entrara un familiar o, un elfo doméstico a gritar su antiguo apellido en señal de euforia. Cualquier cosa era mejor que la incertidumbre. @
  23. —No iré, no pienso ir a empaparme con desconocidos y mostrar mis atributos a como de lugar. La bruja se repetía una serie de excusas para no tener que pisar aquel dichoso parque acuático, ni siquiera en sus jóvenes años había experimentado ese tipo de parques temáticos. Por supuesto que Ilvermorny tenía una gran piscina para practicar cierto tipo de ramas prácticas y poco teóricas pero, la bruja era ligeramente más recatada ¿lo era? ¿realmente lo era? El elfo que siempre le seguía para todas partes, intentaba acomodar la cama desecha de la bruja y así, también persuadir aquellos pensamientos. Un jarrón. La cosa ya se estaba poniendo seria y el elfo ocultaba su rostro bajo esas dos largas orejas pálidas.— Se-señorita Macnair, usted sabe que se ve totalmente corriente...Draekh no quiso decir que la señorita es...—comenzó a temblar ante la amenazadora mirada de la castaña.— Draekh sabe que usted es muy bella y, sabe lo que le incomoda...debería asistir... —¿Asistir? Pero si ni siquiera tengo un traje apropiado. — Y ahí iba, más excusas y bastante patéticas al nombrar su atuendo como algo demasiado importante. A veces Juliette se preocupaba demasiado, incluso más que cuando tenía quince años y pasaba por un cabello enmarañado. La ojiverde sabía bien lo que le asustaba, ser descubierta o quizá verse demasiado extraña. No era humana pero, luchaba a diario por verse demasiado corriente. ┊Hours later ┊ Y ahí estaba, con un vestido color miel ceñido a su cintura y holgado en los bordes, junto a unas sandalias sencillas que le hacían ver mucho más natural que estar en tacones básicamente todos los días de su vida. Llevaba unas gafas oscuras e intentaba ocultarse de todas las miradas curiosas aunque no habían demasiadas. Comenzó a caminar en dirección al despacho en donde sabía se encontraría con Blackner pero, al parecer el pelirrojo se le adelantó y de frente se encontraron, logrando que la ojiverde diera un cómico brinco hacia atrás. Posó una de sus manos a la altura de su pecho y le observó fijamente.— ¡Casi me matas! —chilló divertida y poco a poco comenzó a tranquilizarse. — ¿Ha llegado alguien? ¿Seguro que es buena idea ir a mojarse a ese parque?
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