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Wendolyn Maxwell

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Todo lo publicado por Wendolyn Maxwell

  1. ID: 121307 Nick: Wendolyn Maxwell Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 111197 Fecha: 2018 - 06 - 02 Objeto: Guantes de Piel de Dragón Puntos: 10 Precio: 500 G Objeto: Nimbus 3000 Puntos: 20 Precio: 1000 G Total de puntos: 30 Total de Galeones: 1500 G
  2. Calor. Justo cuando piensas en eso, y más en esta época del año, te vienen a la mente un sinfín de actividades que puedes realizar al aire libre, desde ir al parque con amigos hasta realizar un viaje a la costa y disfrutar de la inmensidad del mar. Piensas también que ahora vas a poder deshacerte de ese montón de ropa que traías encima y lucir lindos atuendos un poco más ligeros de tela. Cuando yo pensaba en esa palabra, en este contexto veraniego, lo primero que venía a mi mente era la sensación de incomodidad que traía consigo, y de inmediato las pocas ganas que tenía de salir de mi hogar se evaporaban como un charco de agua en una calle bajo el inclemente sol. El único punto bueno de este clima cálido era que podría comer cuanto helado quisiera (justo como en ese momento) y nadie podría decir nada al respecto. Aparte de eso, los próximos meses serían un tormento para mí hasta que el frío haga acto de aparición en una muy lejana estación. Pero la vida debe continuar. No podía quedarme encerrada en casa durante los próximos meses, tenía otras responsabilidades las cuales no me eran posibles evadir. Saboreando una última cucharada de helado de vainilla, miré el reloj colgado en la pared de mi habitación, apenas eran las once de la mañana. Tenía justo una hora para alistarme y llegar a la universidad. No podía darme el lujo de llegar tarde como lo hacía en mi época escolar en Hogwarts, esa era una de las cosas que quería corregir con el paso del tiempo. Dejé el bol vacío en la mesita junto al sillón, (ya Acacio se encargaría de llevárselo más tarde) y me levanté rumbo al armario para seleccionar el atuendo del día de hoy. Tomé una típica camiseta negra, unos jeans holgados y mis zapatos converse antes de dirigirme a la ducha. Cuarenta y cinco minutos después recorría los pasillos de la universidad en busca del salón 412, lugar donde se impartiría la clase de Encantamientos a la cual estaba inscrita. Debía admitir que la magnitud de las instalaciones me dejaba sorprendida. Fácilmente podría uno perderse, aunque dar con el aula no fue tan difícil. Apenas puse un pie dentro del aula me di cuenta de que tanto mi hermano como mi tía se encontraban en medio de la habitación charlando alegremente con alguien a quien reconocí como la directora del cuartel de aurores Bel Evans. -Buenas… Qué alegría encontrarlos aquí.- Dije con una ligera sonrisa al acercarme.- ¿Saben exactamente quién es el profesor?- Pregunté observando por un segundo la puerta.
  3. ¿De verdad tenía que ir? ¿Mi presencia era realmente necesaria en esa fiesta? Miré la invitación a la pool party una vez más mientras balanceaba mi peso de un pie a otro y meditaba la respuesta a esas interrogantes. Si, obviamente mi hermano me estaría esperando para celebrar juntos nuestra graduación. No podía decepcionarle aunque me pareciera un poco exagerado. Aparte, si no acudía, mi madre era muy capaz de aparecer y llevarme a rastras hasta el hotel, y justo detrás de ella estaría mi tía Dennis diciendo que debería salir a festejar tal acontecimiento con la familia y amigos. Dejé la carta caer sobre el sillón donde me encontraba sentada minutos antes de recibir la invitación y con un suspiro me adentré en el pequeño armario para cambiar mis ropajes por algo más apropiado. Esta vez utilizaría una franela de color azul y unos jeans oscuros junto con mis tennis desgastados. Dando un ligero toque de varita oscurecí los cristales de mis lentes para que asemejaran a unos de sol y tomé mi mochila. Con todo listo desaparecí rumbo al hotel. Apenas mis pies tocaron el suelo comencé mi andar sin siquiera detenerme para verificar si me encontraba en el lugar correcto. En el lobby mi hermanito daba la bienvenida a los invitados con aquella calidez tan característica de él. Me acerque por detrás sin hacer ruido mientras le hablaba a su elfina Bela. - Felicidades hermanito, no pensé que lograrías graduarte con nosotras. Creo que te debo un galeón.- Dije con una sonrisa burlona.- Veo que se destacaron al planificar la fiesta. Todo estaba exquisitamente decorado, se notaba que la realización de este tipo de eventos era el punto fuerte de los trabajadores del hotel. @@heberth portillo
  4. Nick: Wendolyn Maxwell ID: 121307 Conocimiento: Encantamientos Nivel de Magia: I Link a la Bóveda: 111197 Link a la Ficha: 111182
  5. ¡Buenas noches! Paso por aquí para solicitar el conocimiento de Pociones de forma gratuita, tal y como corresponde al haber obtenido el Título EXTASIS al aprobar Magia Avanzada y Duelo Avanzado. Muchas gracias por todo. Saludos.
  6. La exposición iba de maravilla. Por los comentarios que captaba a mi alrededor, todos estaban encantados con la exhibición de estas obras maestras traídas de tierras francesas. Bueno, a decir verdad no solo con eso, sino también con la orquesta y los deliciosos refrigerios de los cuales se había encargado mi tía de mandar a traer para tan esplendida ocasión. Estaba esperando a que la joven de cabello azul a mi lado se presentara cuando escuché que alguien entre la multitud decía mi nombre. Curiosa alcé la mirada para ver de dónde provenía tal llamado, y enorme fue mi sorpresa al ver a mi compañera del Departamento de Accidentes acercarse hasta donde nos encontrábamos reunidas. La había invitado a la exposición de arte francés, pero dudaba mucho que fuera a venir. Tenía entendido que este tipo de eventos, muy elegantes y llenos de tantas personas, no era exactamente de su agrado, por lo que verla allí con su cabello trenzado y un deslumbrante vestido de encaje negro, hizo que una sonrisa apareciera en mi rostro y que, aparte, mi corazón diera un pequeño brinco y comenzara a ir a cien por hora. Seguramente se debía a la sorpresa, o al menos quería atribuírselo. - ¡Rhaella! Está bien, lo importante es que llegaste.- Hice un ligero ademan con la mano para restarle importancia.- Por Merlín, luces bellísima.- Le guiñe un ojo con una ligera sonrisa antes de girarme hacia mi tía quien ya se había adelantado un poco.- Linda, te presento a Dennis, ella es la principal organizadora de este evento. Tía, espero que recuerdes a Rhaella. Estudiaba en Hogwarts con nosotras.- Luego me gire para ver a la peli azul.- Y esta señorita de aquí… Eh… Bueno, lamento decir que aun no le conozco el nombre.- Ladee la cabeza un poco apenada al no poder hacer las presentaciones como correspondía al no conocer aquella información. - De verdad agradezco que vinieras. Si quieres podemos dar un recorrido por la galería y te muestro algunas de las obras que tenemos.- Dije regresando mi atención a la chica de ojos esmeraldas. @@Rhaella Triviani @@Dennis Delacour @@Ania Evans Weasley
  7. Las horas pasaron mucho más rápido de lo que pensé, la luz que entraba por la ventana de mi habitación iba desapareciendo hasta dejarlo todo a oscuras, cuando me quise dar cuenta faltaban cuarenta y cinco minutos para la apertura de la exposición. No podía darme el lujo de llegar tarde o mi tía me mataría, pero es que cuando te diviertes, medir el tiempo no se vuelve una de tus prioridades. Apague aquella consola muggle (no sin antes guardar el progreso) y la dejé en la mesita junto al sillón. Al levantarme solté un bostezo mientras estiraba los músculos. Quedarse sentada por un par de horas podía dejar el cuerpo algo agarrotado. Con un ligero movimiento de varita encendí las luces de la habitación y me dispuse a prepararme para tan importante noche. En el armario no tenía muchas cosas que se consideraran elegantes. Igual no me daría mala vida, por lo que me vestí con algo cómodo pero que aún puede utilizarse en un evento de tal magnitud: una camisa azul de mangas largas, un pantalón negro y mis muy queridas botas. Recogí mi cabello en una coleta alta y apenas me puse un par de anillos como accesorios. - Acacio.- Llamé y el elfo familiar apareció en menos de un segundo, con una exagerada reverencia, dispuesto a cumplir mis órdenes.- Llévame al museo, por favor.- Le dediqué una sonrisa amable a la criatura mientras tomaba su mano, y un instante estabamos frente al museo.- Muchas gracias, te llamaré si es necesario.- Con otra reverencia el elfo desapareció. Mi tía había hecho un gran trabajo repartiendo las invitaciones, el lugar estaba bastante concurrido. Hice una ligera mueca de incomodidad, estar en lugares rodeada de tantas personas no era algo de mi preferencia, aun así debía presentarme. Aparte no quería perderme de esta gran noche. Sinceramente la velada estaba saliendo mucho mejor de lo que esperaba, y eso que mis expectativas eran muy altas. La música, la comida y el arte visual se unían en un maravilloso festival de sensaciones. Reí ligeramente para mí al ver como Luis XIV, en su retrato, aclamaba ser descendiente del mismísimo Apolo a un par de invitados. A unos pocos metros de allí divisé a mi tía junto a otra joven a la cual no conocía, y me apresure a llegar a su lado. - Buenas noches, señoritas. Te ves muy bien Dennis, muy hermosa.- Sonreí mientras le guiñaba un ojo para luego centrar mi atención en la peli azul.- Wendolyn Myrddin Rambaldi a su servicio señorita...- Tomé su mano con delicadeza esperando a que se presentara antes de continuar.- Espero que esté disfrutando de esta noche. @@Dennis Delacour @@Ania Evans Weasley
  8. Nota mental: Hacer ruido al caminar para que las personas noten que me voy acercando. Ya era como la tercera nota que ponía y siempre se me olvidaba. Sonreí divertida cuando Dennis giró a verme solo después de que le hable. Si, era cierto que por lo general hacía tanto ruido al caminar como una hormiga, pero ella cuando se concentraba en una cosa se olvidaba de todo lo demás. La podía entender perfectamente, a todos nos pasa en algún momento. - Muchas gracias, hice lo que pude.- Sonreí girando la cabeza para ver por sobre el hombro el lugar de donde venía. Realmente no fue tan difícil una vez que la idea estaba eh mi cabeza.- ¿Aperitivos? Oh que bien.- Esperaba que llevaran de esos pequeños sándwiches con rellenos variados, o brownies con nueces, o mis favoritas, tartas de limón. Mi mente divagó por unos segundos en los diferentes platillos que tal vez pusieran a nuestra disposición haciendo que, como era común cada vez que pensaba en comida, me perdiera en la conversación. - Disculpa... ¿Impecables?- Arqueé la ceja derecha mientras miraba a mi tía ligeramente apenada por no atender a lo que decía. De todas maneras pude captar el sentido del mensaje. Aún faltaban unas tres horas para la apertura, por lo que tenía mucho tiempo de sobra, alistarme no me llevaría más de cuarenta y cinco minutos, una hora si me distraía al pensar en la inmortalidad del cangrejo. Claro que tal vez a ella le llevara muchísimo más tiempo arreglarse y por eso el margen de tiempo tan largo. Pero lo que me llamó la atención era ese asunto que tenía mi hermanito, esperaba que no fuera nada grave. Me encogí de hombros y seguí a Dennis hasta la salida. - Vale, nos vemos a la noche entonces.-Me despedí con un corto y rápido abrazo antes de salir de la galería. @@Dennis Delacour
  9. Nota mental: Hacer ruido al caminar para que las personas noten que me voy acercando. Ya era como la tercera nota que ponía y siempre se me olvidaba. Sonreí divertida cuando Dennis giró a verme solo después de que le hable. Si, era cierto que por lo general hacía tanto ruido al caminar como una hormiga, pero ella cuando se concentraba en una cosa se olvidaba de todo lo demás. La podía entender perfectamente, a todos nos pasa en algún momento. - Muchas gracias, hice lo que pude.- Sonreí girando la cabeza para ver por sobre el hombro el lugar de donde venía. Realmente no fue tan difícil una vez que la idea estaba eh mi cabeza.- ¿Aperitivos? Oh que bien.- Esperaba que llevaran de esos pequeños sándwiches con rellenos variados, o brownies con nueces, o mis favoritas, tartas de limón. Mi mente divagó por unos segundos en los diferentes platillos que tal vez pusieran a nuestra disposición haciendo que, como era común cada vez que pensaba en comida, me perdiera en la conversación. - Disculpa... ¿Impecables?- Arqueé la ceja derecha mientras miraba a mi tía ligeramente apenada por no atender a lo que decía. De todas maneras pude captar el sentido del mensaje. Aún faltaban unas tres horas para la apertura, por lo que tenía mucho tiempo de sobra, alistarme no me llevaría más de cuarenta y cinco minutos, una hora si me distraía al pensar en la inmortalidad del cangrejo. Claro que tal vez a ella le llevara muchísimo más tiempo arreglarse y por eso el margen de tiempo tan largo. Pero lo que me llamó la atención era ese asunto que tenía mi hermanito, esperaba que no fuera nada grave. Me encogí de hombros y seguí a Dennis hasta la salida. - Vale, nos vemos a la noche entonces.-Me despedí con un corto y rápido abrazo antes de salir de la galería. @@Dennis Delacour
  10. Ya habían pasado unas cuantas semanas desde aquella reunión sorpresiva en la pequeña oficina del museo. La idea de hacer una exhibición que reuniera distintas obras francesas de a poco había tomado forma hasta llegar a ser una realidad. Claro que todo eso se debía al esfuerzo y a las horas de trabajo que mi hermano Heberth, Dennis, y yo, realizamos para poder llevar a cabo tan ambiciosa muestra. No había sido fácil que nos prestaran algunas de las obras más famosas de aquel país, y mucho menos encantarlas para que se movieran y hablaran con los espectadores. En ese momento me encontraba chequeando que todo estuviera organizado en la sección dedicada a la época donde Luis XIV reinaba Francia. Si quería que todo saliera como se planeaba, se debía tener todo en su sitio para que las obras destacaran cada una a su manera, y así el espectador, en su recorrido, observara cómodamente y se pudiera adentrar a la época barroca. Había una gran variedad de cuadros para todos los gustos, desde obras como El rapto de las Sabinas, Puerto al amanecer, hasta La comida de Campesinos. Sonreí al llegar ante el retrato de Luis XIV pintado por Hyacinthe Rigaud. Sin duda alguna era uno de mis favoritos. Justo esta la habíamos puesto en el medio de la sala para que lo primero que se viera al entrar fuera al Rey Sol en todo su esplendor. Pero no solamente contábamos con cuadros, también había unas cuantas esculturas dispuestas estratégicamente por toda la sala. Una de las más chistosas (al menos para mi) era el busto del Rey Sol, que de vez en cuando chasqueaba la lengua o se daba aires de importancia cada que uno pasaba frente a él. Me encaminé a las otras secciones dedicadas a distintas épocas del arte francés para asegurarme de que todo marchara a la perfección. De esta área se habían encargado mi hermanito y mi tía, por lo que me asombre ligeramente al ver la perfecta disposición de toda la colección. -Se han destacado aquí.-Dije con una sonrisa mientras me detenía a admirar Paseo con sombrilla.- Ya está todo listo, ¿ya es hora de abrir al público?- Miré a Dennis mientras me cruzaba de brazos con una ligera sonrisa. @@Dennis Delacour @@heberth portillo
  11. Sonreí ante la respuesta de Djvash, esperar no era uno de mis mayores fuertes. Podría ser paciente en ocasiones, pero cuando se trataba de esperar por algo o por alguien la cosa cambiaba radicalmente. Me aburría muy rápidamente lo cual me hacía irritable. Gracias a Merlín que mi compañera como aprendiz llegaba, la espera no fue tan larga. La joven Triviani estaba un poco agitada, por lo que deduje que venía caminando lo más rápido que podía. Conocía muy bien esa sensación de llegar tarde, anterior mente era muy común en mí. Así que posé suavemente una mano en su hombro, esperando que no se incomodara, y le dediqué una pequeña sonrisa. -Tranquila, no pasa nada.- Dije antes de centrar mi atención en el joven a cargo de nosotras y seguirlo a la entrada de la mansión. Tras tocar, un elfo abrió la puerta por lo que mi compañero nos presentó como funcionarios del ministerio. Acto seguido, una joven castaña, que supuse era la dueña de tan bello lugar, nos hacía pasar a la sala y ofrecía algún bocadillo mientras esperábamos, a lo cual negué ligeramente con la cabeza. -Muchas gracias, pero apetezco nada.- Susurre con una ligera sonrisa a modo de disculpa. No quería ser maleducada al rechazarlo. @@djvash Asturias @@Rhaella Triviani @@Shena Cindy de Ryvak M. @
  12. Una lechuza había llegado junto con un mensaje de @@djvash Asturias, requería mi presencia para el registro de una criatura a nombre de @. Sonreí ante eso, después de varios días como miembro del departamento de criaturas por fin podría ir a un “trabajo de campo”. No es que el papeleo me molestara, pero no era tan divertido como eso. Se suponía que para la ocasión debía ir presentable, por lo no podía vestir alguna de las camisetas de siempre. No me complique tanto la existencia y elegí algo cómodo sin llegar a ser informal: una franela azul de mangas largas y un pantalón negro. Como aún no tenía ningún tipo de licencia le pedí a Acacio, uno de los elfos familiares, que me llevara a la mansión Tonks. En el lugar ya se encontraba el joven djvash esperando, por lo que me acerqué con una sonrisa. -Buen día. ¿Qué haremos exactamente?.- Pregunté observando con atención los terrenos, se me hacía raro no ver a @@Rhaella Triviani aún.
  13. -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Wendolyn Maxwell -Link a la Bóveda Personal: 111197 -Trámite a Realizar: Cambios generales y agregado de una bóveda familiar Bóveda de Wendolyn M. Myrddin Rambaldi 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Wendolyn 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: -- 3.- Link del tópico de registro de sus familias Familia Myrddin Familia Rambaldi 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Myrddin Bóveda Rambaldi
  14. http://i.imgur.com/aYTv1JH.png Departamento de Criaturas Mágicas Después de solucionar el problema de la plaga de gorros rojos en la mansión Weasley había ido al Ministerio a asegurarse que el departamento de criaturas no fuera a inmiscuirse en ese asunto. Sabía que era su deber como funcionaria reportar esos casos a sus superiores, pero primero teníamos investigar los sucesos extraños que envolvían esa situación en las mansiones y castillos de los miembros de la Orden sin la intervención directa del equipo de plagas. Todo estaba tranquilo en el departamento, por suerte los rumores no habían llegado todavía hasta ese lugar, lo cual era un alivio. Suspiré mientras me sentaba tras el escritorio de mi pequeña oficina al tiempo que me quitaba los lentes por un segundo (a veces olvidaba que los traía puestos) y pasar una mano por mis ojos. Estaba a punto de colocarme los lentes de nuevo cuando un elfo apareció a escasos metros. Lo reconocí como uno de los elfos de mi madre, Toto si mal no recordaba su nombre. Por lo que decía la criatura, mi madre lo mandó a llevarme hasta el Chateau Dumbledore donde ella ya se encontraba esperando. Sonriendo tomé la mano que me tendía para desaparecer. Chateau Dumbledore Al llegar pude divisar a mi madre sentada en el suelo cerca de la reja de acceso, junto a ella se encontraba mi tía Dennis. Le agradecía al Toto por traerme, este simplemente hizo una reverencia antes de desaparecer, a lo cual sonreí ya que me causaba gracia, y me acerqué a las señoritas. -Hola bellas damas, ¿este es el último lugar infestado?- Pregunté mientras veía el castillo. No conocía a los dueños de aquel lugar pero no se podía negar que tenían estilo, el castillo y sus alrededores eran hermosos. El recorrerlo para acabar con la plaga podía ser algo complicado debido a su inmensidad. Me encogí de hombros y me senté junto a la rubia a esperar a los otros miembros del equipo. @Alessandra. G. Delacour @@Dennis Delacour @@Beryl Serenity Hawthorne @
  15. Al parecer tenía buen ojo para encontrar cosas sencillas que tuvieran efectos abominables. Según Sirius, las pequeñas esferas en mi mano provocaban un picor extremo a quien se las comiera. Sonreí ante eso, las canicas eran, en su máxima expresión, totalmente perfectas. Era lo que necesitaba, algo que fuera sutil, inesperado y potente. Tal vez pudiera usarlas no solo con mi hermano, sino también con Dennis, le gustaba la comida tanto como a mí y obvio nunca se negaría a un platillo. Claro que después de esto lo pensará dos veces antes de aceptar cualquier cosa de mi parte. -Me llevaré esto entonces, puede ser útil.- Le dije mientras guardaba el saquito en uno de mis bolsillos ya luego lo pagaría. Escuché la propuesta de Dennis y alcé una ceja con una expresión de incredulidad. Jamás pensé ver ese lado travieso en ella, siempre era tan dulce y tierna que nunca esperarías que hiciera alguna travesura. Luego me regañé mentalmente (no podía creer lo boba que podía ser en algunas ocasiones), obvio que ella puede hacer travesuras, es más, sería la mejor para ese tipo de cosas, nadie en su sano juicio sospecharía de Dennis gracias a su carita de ángel; y eso podía ser un punto a nuestro favor a la hora de gastarle una broma a Heberth. -Está bien, una alianza me parece una grandiosa idea. Además, dos cabezas piensan mejor que una. Y en este caso tenemos cuatro cabezas que pueden pensar en un buen plan para que nuestro hermanito capte el mensaje.- Respondí mirando a los presentes. Muy, muy, pero muuuy en el fondo de mi ser sentía lástima por mi hermano, era un chico tan bueno que planear algo en su contra parecía extremadamente malo. Pero como dije ese sentimiento estaba enterrado bajo metros y metros de genes bromistas. Además, nuestra acción podía justificarse diciendo que él llegaba a ser algo pesado con eso de estar vigilando cada cosa que hacíamos por nuestras “seguridad” (o algo así, realmente nunca le prestaba atención cuando se ponía en modo hermano sobreprotector) por lo tanto una inofensiva jugarreta no era nada. @ @@Dennis Delacour
  16. Le había rogado a mi madre que me enseñara las nociones básicas de un duelo y qué mejor manera de aprender era mediante la práctica, por lo tanto este día combatiríamos en duelo. Estaba en mi habitación del castillo Myrddin, emocionada y lista para salir. El cabello lo llevaba recogido en una coleta alta para evitar que me estorbara y mi atuendo consistía en una franela negra, unos jeans azules y mis zapatos algo desgastados por el uso constante pero aun así eran el calzado más cómodo que poseía. Bajé casi corriendo al jardín donde se llevaría a cabo la práctica; este era un área bastante amplia, con algunos árboles esparcidos a unos ocho metros a cada lado. Divisé a mi madre a diez metros de una de las fuentes cercanas. -Hola mamá.- Respondí el saludo con una sonrisa.- Bueno, ¿quién mejor que tú para enseñar a tu hermosa hija a defenderse?.- me encogí de hombros mientras giraba mi varita entre los dedos. Mi madre empezó el duelo con una invocación y las doce aves cruzaban la distancia que nos separaba rápidamente; por mi mente no pasó otra idea que combatir fuego con fuego. -Oppugno.- Dije inmediatamente alzando mi varita y las aves cambiaron la dirección de su ataque. Ahora se dirigían hacía la bruja frente a mí, si no las detenía las aves le ocasionarían un profundo daño en su cuerpo. - Incárcerus.- Murmuré apuntando a la rubia y tres cuerdas de considerable grosor salieron de mi varita en dirección a mi madre para inmovilizarla; al impactar contra su cuerpo una de las cuerdas le ataría los tobillos haciéndola caer, la segunda amarraría sus muñecas y brazos contra el torso impidiéndole su movilidad y la última se enrollaría alrededor de sus ojos para cegarla.
  17. James trajo una gran caja del almacén mientras su gemelo y yo nos reíamos, no a costa de él, pero casi. Sirius fue mucho más rápido que yo en acercarse al mostrador (ventajas de ser un fantasma, supongo) y no me quedó más opción que mirar por sobre su hombro cómo sacaba un montón de objetos fabricados específicamente para hacer bromas, (desde pequeños frascos con pociones a sombreros) hasta que por fin encontró lo que andaba buscando. Alcé una ceja escéptica ante lo que me mostraba, parecía un simple pergamino, no entendía qué tenía de especial. Aunque si fue creado por esos dos no debía subestimarlo. Rápidamente Sirius escribió una frase que no dejó que viera y puso el pergamino en mi brazo, eso ya me daba mala espina no quería que probaran esa cosa en mi, pero ya era muy tarde, al retirarlo la frase “Soy la nena de mamá” quedó grabada como esos tatuajes temporales que utilizaban los muggles. -Espera… ¿Qué? ¿Tendré esto en mi brazo por tres meses? Voy a dejar … - No pude acabar de amenazar ya que mi tía Dennis apareció de sorpresa con su brillante sonrisa.- Hola tía Dennis. Vine a llevar algunas cosas para Heb.- Respondí mientras intentaba ocultar el brazo pero ella ya había visto el tatuaje y ahora se reía de eso junto a mis hermanos fantasmas. Sentí como mis mejillas se coloraban de un rojo brillante debido a la vergüenza, cosa que seguro los alentaría a seguir riendo más fuerte.- Si, adelante, búrlense todo lo que quieran.- Murmuré inflando mis mejillas como una niña pequeña y giré a seguir registrando la caja. -Oigan, ¿qué hace esto?- Pregunté mientras alzaba una pequeña bolsa azul con al menos unas veinte canicas de diferentes colores en su interior. @ @@Dennis Delacour
  18. Buenas tardes, espero que tengan un lindo día. Vengo a solicitar el conocimiento de Cuidado de Criaturas Mágicas de forma gratuita al haber aprobado el examen TIMO, por favor. Muchas gracias al responsable. Saludos.
  19. Si había algo que me encantaba de aquel par era lo infantiles que podían llegar a ser, me divertía el verlos “discutir” por niñerías, y en ocasiones parecía algo tierno. Pero era mejor que ellos no se enteraran. -¿Cómo no acabar loco de tanto acoso?-Susurré al oído de Sirius en cuanto este acabó de hablar. James se hizo el ofendido pero de todas formas no me privé de soltar una carcajada. Conocía muy poco de la vida anterior de mis hermanos pero estaba completamente segura que el salir con chicas era una de sus actividades preferidas en un momento de aburrimiento, cosa que nuestra madre no aprobaría ni en un millón de años. Me sentí como una aprendiz que decepciona a su mentor en el momento en que Sirius vio el pastelito con una negativa, así que lo deje a un lado y tomé el turrón sangra narices que me mostraba. Si puede que sea un clásico pero era tan repetitivo, necesitaba algo que fuera único, algo que ni la persona más precavida del planeta pudiera esperar, y James fue quien respondió a mis plegarias. - Oh eso me encantaría ¿Qué quieren a cambio de mostrarme esa mercancía?.- Pregunté no muy convencida de su solidaridad, si algo me había enseñado la vida con esos dos era que debías dar algo para obtener algo a cambio. @
  20. No llevaba ni dos minutos viendo aquel dulce cuando se acercaron mis dos queridos, bromistas y fantasmales hermanitos gemelos, James y Sirius, a seguramente intentar molestarme o hacerme una de sus legendarias bromas. Suspiré dejando el comestible en su lugar original antes de girar a verles con una amplia sonrisa. - Hola chicos, ¿ayudando a mamá con el negocio? -Saludé mientras atajaba, sorpresivamente, al vuelo un frasquito rosado que Sirius había lanzado. No pude evitar rodar los ojos al ver la pócima y escuchar sus comentarios.- Pff no lo necesito, ¿no ven lo encantadora que soy?- Dije haciendo un ademan con mi mano libre para señalarme.- Pero creo que a ustedes no les vendría mal tratar de utilizarlo con alguna fantasmita.- Continúe dejando el frasco en manos de James. Sonriendo de medio lado me encaminé a otro de los estantes, pasando junto a un joven que también se hallaba interesado en los artículos de broma y tomé un pastelillo relleno con una pócima para dormir. - Oigan ¿qué otra cosa me recomiendan para hacerle una broma “inocente” a Heb?- Pregunté contemplando los estantes repletos de dulces y golosinas con diversos efectos. Si quería hacer las cosas bien debía asesorarme con los mejores. @
  21. Me encontraba caminando por las casi desiertas calles del Callejón Diagon. Una brisa fría corría por las callejuelas, alborotando los delgados mechones de cabello que se zafaban de la coleta alta que me había hecho y que producían un ligero cosquilleo al contacto con mi piel. El día se encontraba nublado, amenazando con desatar una intensa lluvia, por lo que muchos transeúntes habían terminado sus compras temprano. Pensaba que no podía haber un mejor clima para poder salir y eso se reflejaba en mi modo de andar tan relajado mientras seguía con la búsqueda de uno de los negocios de mi madre. Había escuchado sobre la tienda de bromas llamada Moco de Troll y sentía curiosidad de ver que tal era. Según debería estar justo al principio del callejón y claro, no me llevo mucho tiempo encontrarla. Llamaba mucho la atención y solo un ciego no se daría cuenta de su presencia; la tienda me recordaba a esas casitas de cuentos de hadas. Miré aquella edificación de paredes amarillas y techo colorido con diversión antes de atravesar el jardín y entrar. Una lluvia de burbujas fueron lanzadas en mi rostro como recibimiento y no pude evitar hacer una mueca al sorprenderme, de la cual varios retratos no perdieron la oportunidad de burlarse. -Deberían poner una cámara instantánea en ese lugar.- Dije algo sonrojada mientras reía junto a los cuadros al imaginar mi expresión al entrar y ser literalmente bombardeada con burbujas, sinceramente no podía culparlos de reírse de las pobres personas desprevenidas, hasta yo lo haría. Ya pasado el bochorno inicial, me quedé observando el interior de la tienda, era realmente hermosa pero no por su decoración, ya que parecía un carnaval, sino por la infinidad de artículos de broma por la que estaba abarrotada. Sonreí de oreja a oreja como una niña pequeña al ver tantas cosas y por poco doy saltitos de la emoción andes de subir las escaleras hasta la cuarta planta donde encontraría los comestibles. Me acerqué a uno de los estantes y tomé entre mis manos uno de los caramelos que según la descripción podían hacer que quien lo comiera quedara con una muy incómoda erupción en la cara. Una pequeña sonrisa maliciosa se formó en mis labios al pensar que podría dárselo a mi muy guapo hermano como una pequeña broma.
  22. - Es más fácil cuando me preguntan.- Comenté divertida mientras dirigía mi vista al techo, pensando qué otra cosa contarle.- Bueno, ¿te gustan los deportes? En mi tierra natal usualmente no se encuentran muchos fanáticos del quidditch gracias al quadpot, pero a mi me encanta, encuentro fascinante ese deporte, aunque esta temporada ha estado algo floja, ya no es lo mismo, los equipos han decaído muchísimo. Igual sigue siendo entretenido. Estaba por preguntarle si alguna vez lo había jugado cuando un elfo se acercó a nuestra mesa realizando una sutil reverencia a ofrecer sus servicios. Al parecer su amo, el dueño, lo dejaba como encargado del establecimiento en su ausencia.- Gracias, Ulric. Te llamaremos si es necesario.- Respondí amable al elfo, quien realizó una reverencia aún más exagerada que la anterior y se marchó. - Interesantes criaturas, ¿no crees? ¿Tienes algún elfo?- Miré a Heberth esperando su respuesta. El joven mesero se acercó con los postres y sonreí al ver aquellos manjares frente a nosotros. Sin duda mi hermano había escogido un buen lugar para comer, con un servicio rápido e impecable y unos platillos más que deliciosos. Sin mucha demora tome un poco de la panna cotta con la cuchara y la llevé a mi boca; una sonrisa se instaló en mis labios, después del primer bocado. La consistencia era muy suave y su sabor incomparable. Miré el postre de mi hermano con una sonrisa traviesa; pensaba quitarle un poco. Así que procedí con un movimiento rápido a tomar un poco de la tartaleta y comerla antes de que pudiera detenerme.- Está sabrosa, pero no tanto como lo mio.- Dije riendo mientras sacaba mi plato de su alcance. @@heberth portillo
  23. Adoraba a mi hermano, se notaba a leguas lo buena persona que era, además de muy tierno e inteligente.- A mi también me encanta leer.- Dije sonriendo justo después de escuchar su respuesta.- De niña era lo único que podía hacer, estuve muy enferma durante mucho tiempo. En parte fue por eso que nuestra madre tuvo que dejarme.- Hice una ligera mueca mientras me encogía de hombros.- Recuerdo que mis libros favoritos eran los de encantamientos, hechizos de combates y criaturas mágicas, sobre todo me encantaban estos últimos. En cambio pociones se me da fatal. Tal vez puedas ayudarme con eso.- Le guiñe un ojo divertida. La comida transcurrió con tranquilidad, y hablar con Heb era muy fácil . Nunca había podido entablar conversación medianamente una larga con absolutamente nadie, pero con él era todo lo contrario. Sentía como si todo el tiempo que pasamos separados no existiera, sabía que podía confiar en él. Por fin tendría a alguien con quien compartir mis ideas y tener miles de aventuras. Sonreí al imaginar todas aquellas cosas que podríamos hacer ahora que el destino nos reunía. Poco después de terminar los platos tan exquisitos uno de los meseros pasó con una bandeja con diversos postres. Heb preguntó si deseaba uno y me sonrojé por lo evidente que seguramente fui al quedarme viendo esos manjares. -Me leíste la mente, hermanito.- Murmuré con una pequeña risa al ver que como llamaba al mesero para pedir el menú de postres mientras recogía los platos ya vacíos. El mesero trajo las cartas consigo y miré atenta los nombres de aquellos postres. - Hmm.. Quiero la Panna cotta de frutos rojos, por favor.- Dije entregando la carta, y el joven se retiró en cuanto mi hermano ordenó el dulce de su preferencia.- ¿Hay alguna otra cosa que quieras saber sobre mi?.- Pregunté sonriente mientras esperábamos. @@heberth portillo
  24. Buenas tardes, vengo a hacer algunos cambios y pedir una actualización de la ficha. Muchas gracias a quien le corresponda.
  25. - Pues tenemos más en común de lo que pensaba, querido. Mis hobbys favoritos tambien son comer y dormir.- Reí ante nuestras ocurrencias. Me encantaba el rumbo que tomaban nuestras conversaciones, la naturalidad con la que platicábamos y la confianza entre nosotros. Claro que el ambiente en donde nos encontrábamos tenía mucho que ver. Bebí un sorbo de vino para pasar aquella risa y el mesero llegó con nuestros pedidos. Heberth tenía razón; los platillo se veían y olían realmente deliciosos. No esperé mucho tiempo antes de llevarme unos pocos ravioli a la boca y masticarlos lentamente para poder saborearlos; realmente estaban exquisitos. -Hmm.. No creo que te pueda contar todo de mi, se me escaparía algún detalle.- Sonreí observando cómo rellenaba nuestras copas de vino.- Gracias. Pero respondiendo a tus preguntas; todo lo que se pueda comer me encanta, excepto aquello que contenga pescado, lo aborrezco.-Hice una mueca de desagrado, de solo pensarlo sentía nauseas.- Me gusta mucho el color azul, y no lo preguntaste pero como extra mi número preferido es el siete. Ahora te toca a ti responder, señorito- Le guiñe un ojo divertida. @@heberth portillo

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