Las habladurías comenzaban a crear grietas difíciles de subsanar, derivando en conflictos que terminaban en guerras entre naciones y separaciones de familias que durante milenios se mantuvieron unidas. Sus ojos permanecían fijos en la nada, sintiendo esa protección que le brindaba presencia de su prima Juv. Confirmando que ella sabía lo que se avecinaba en contra del Blackthorn, nunca escapó de ninguna de sus responsabilidades y aquel acontecimiento, no sería la excepción.
Llevando su zurda hacia la mejilla de la rubia, contemplaba con parsimonia la tranquilidad que le transmitían sus angelicales facciones— Reconoceré a ese niño, si se demuestra que es mío y nació antes que André—la sinceridad estaba impresa en cada una de sus palabras. La intervención de su secretaria, le sacaba un poco de su momento idílico con la vidente— ¿Qué sucede?—preguntó sin mirarla.
— Lamento interrumpir—se excusaba con una falsa sonrisa en sus labios— Pero el Señor Alexander Luxure, desea verlo—soltaba el balde de agua helada sin anestesia. Asintiendo con una cabezada el Holandés, le ordenaba que lo dejará pasar su oficina— Enseguida, Lord Blackthorn—otorgándole un titulo que le erizaba los pelos de la nuca. Jamás sintió simpatía por esa clase de motes, aunque dentro de su dinastía se rumoraba que algunos de los miembros llevaban los mismos con orgullo.
— Bienvenido seas, Alexander—le saludaba la Viceministra de Holanda— Espero que no te incomode mi presencia, lo que tengas que hablar con mi querido primo. Nos guste o no debe ser de mi conocimiento, siendo su mano derecha no hay de otra—tomando la mano del castaño, le infundía más fuerza de la que el mismo poseía.
— Esta bien, Juv. Puedo hablar libremente, no tengo nada que esconderle a mi pareja—clavando sus ojos azules en los verdes del caballero— Iré directamente al grano, como bien sabes tuve un hijo con Selene Dumbledore y antes de que ese pequeño llegará a este mundo. Ya existía otro que se rumora que es mi primogénito, no tengo los datos exactos de su nacimiento y mucho menos quien sea la madre del niño—sonreía sin perder la arrogancia que le brotaba por cada poro de su piel.
— Ese bebé existe y se me informo que habita en Alemania, ahora se encuentra bajo el resguardo de sus hermanos mayores—colándose a la conversación su consejero personal lanzaba una bomba adicional. Dándole la pauta a la vampiro de poder liberarse del peso que implicaba haber callado tanto tiempo el nexo adicional que le uniría por siempre al Ángel Caído.
@ Malum Luxure