Darla G Dumbledore

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Buenas noches Cande, llegó por quién lloraban! ahhh, no, van a llorar por mí o más bien por los descuentos, en fin, dejo el resto del trabajo Post #693 • Descuento por Inscripción a Libros de Hechizos LIBRO DE LOS DRUIDAS Dennis Delacour Binny Evans Post #694 • Descuento por Inscripción a Habilidades Juv Malfoy Croft Jank Dayne Gatiux Jock Adryanie Candela Triviani Binny Evans Emmet Haughton Gaunt Dennis Delacour Ésto es todo por ahora

No supo con exactitud cuánto esperó a Dash, pero no fue demasiado, podía distinguir sus voces en la cocina pero había cerrado su mente para no escucharlos, no le parecía correcto, de algún modo, para cuando el elfo llegó llevaba su cabello recogido en una coleta, una pequeña mochila a la espalda con algunas mudas de ropa y un par de zapatillas extras. Podría haber elegido comprar algo a donde iban, si es que había alguna tienda para ello, o invocar ropa con magia, pero había preferido llevarse cosas que sabía que le podían resultar útiles y cómodas, nada en exceso. El elfo había aparecido con expresión preocupada, imaginaba que la de ella debía ser similar si no utilizara la metamorfomagia y la oclumancia, prefería cerrarse, no quería preocupar ni a sus elfos ni a los ajenos. Había hablado con Tommy mientras Dash lo hacía con Nana y lo había dejado a cargo del lugar, dándole expresas indicaciones de a quién recurrir si resultaba necesario y dejándole uno de sus espejos de comunicación, el otro lo tenía en el bolso de piel de moke. Podía llamar a Dash donde estuviera, pero mejor que si se podían comunicar a larga distancia, para no poner en riesgo a sus elfos. --Yo también lo estoy Dash --respondió la pelirroja mientras tendía su mano hacia la del pequeño elfo y lo tomaba con firmeza, para segundos después sentir el tirón característico de una desaparición conjunta, ahora iba al encuentro de su prometido guiada por su fiel elfo.

Lualú con Dash La elfina escuchó a Dash haciendo pucheritos al enterarse que debía volver a irse, sin embargo Lualú no dudaba que su ama iría con el elfo al encuentro del mago. La había visto triste y siendo una sombra de lo que era habitualmente la vampiresa, caminando por los pasillos como si no encontrara su rumbo ni supiera qué hacer. Eso le decía cuánto sentía su ama, porque ella misma andaba así perdida ahora que no sabía vivir sin su Dash. --Dash debe cuidarse, la ama Darla seguro va con él y lo protege, Lualú se muere si le pasa algo a Dash --dijo la elfina apretando suavemente las manitos del elfo respondiendo preocupada a lo que él le contaba de que debía cuidarse de que lo vieran los muggles. Lualú asintió y tomó los chocolates, los cuales abrazó contra su pecho y le tiró un beso al elfo, al que no se animaba a besar de la forma en que había visto se besaban sus amos. Resignada lo vio alejarse corriendo hacia la cocina, creía que había dicho que antes de ver a su ama debía ver a Nana. La elfina suspiró y dejó caer las lágrimas, no entendía del todo qué pasaba, solo sabía que debía esperar que Dash regresara pronto. Darla La vampiresa se había calzado un pantalón cargo negro, en cuyo bolsillo lateral derecho llevaba su varita y en el izquierdo su monedero de piel de moke en el cual había varios objetos mágicos y dinero muggle. Preocupada llevaba sus anillos engarzados entre sí con un hechizo, al igual la cadena en su cuello de la que colgaban un par de amuletos de los libros, pero era el anillo que acariciaba en ese momento el que más le importaba, su anillo de compromiso. Terminó de ponerse una chaqueta corta sobre el sueter y la polera de medio cuello. Sacó la varita y ató los cordones del borcego con magia mientras se dirigía hacia el comedor. Si Nana aún estaba con Dash los apuraría, era hora de irse a buscar a su novio y no quería perder el tiempo.

Lualú, elfina de Darla. La elfina estaba mirando el techo con el retrato de ella y Dash abrazado contra su pecho, recordando las salidas, con Dash, los dulces compartidos, como ella le enseñaba las letras y le ayudaba a estudiar para que aprendiera a leer y escribir. Cuando sonó el golpe en la puerta pensó que alguno de sus compañeros venía a ver si seguía mejor y casi no responde, pero al escuchar el nuevo golpe y que era Dash, soltó el retrato sobre la cama y salió corriendo a abrir la puerta. --¡Dash! --gritó abrazando al elfo del Granger y sonrojándose toda toda al momento de volverlo a soltar --Lualú extraña mucho a Dash, Lualú no quisiera tener que separarse de Dash ¿por qué Dash debe irse tan pronto? --la elfina había tomado las dos manos del elfo entre las suyas y las sacudía un poquito a cada pregunta y protesto que hacía, Lualú estaba toda colorada, casi puchereando y con sus grandes ojitos brillando, casi a punto de derramársele las lágrimas. La elfina sabía que cada elfo debía seguir a su amo y aunque los amos de ambos solían vivir juntos, eran más relajados en el trato con sus elfos y todo eso, era más simple para la pareja de elfos estar juntos, pero cada viaje que hacía Seba a la elfina se le partía el corazón cuando se llevaba a Dash. Pero también sabía que no podía alejar al elfo de su amo, aunque quería estar con él todo el tiempo, no quería separarse, y se sentía extraña, no quería vivir sin Dash.

Darla escuchaba a Dash con preocupación, no entendía por qué estaba ocurriendo eso, le preocupaba que Seba no se alimentara bien y estuviera tan huraño, sin darse cuenta retorcía el cinturón de la bata mi entras escuchaba al elfo de su prometido. Había notado como había sonreído cuando mencionó a Lualú pero luego su rostro se había ensombrecido, la bruja estaba cada vez más preocupada y por su mente pasaban varias ideas y una decisión. La pregunta del elfo la sorprendió, sus elfos no eran tan ceremoniales, iban directo al grano, pero ellas los había educado de una manera diferente a cómo habían sido educados los elfos de Seba. --Por supuesto --había dicho dando vía libre a que el elfo le preguntara, pero la pregunta que él le hizo la descolocó, su rostro, habitualmente calmo se desencajó y palideció, habitualmente hubiera usado la protección de la metamorfomagia y la oclumancia, pero la sorpresa de semejante pregunta la descolocó. --No --dijo con firmeza y sin dudarlo --¿acaso tu amo te ha dicho algo de que no quiere estar más conmigo? --preguntó a su vez sorprendida y se puso de pie, esperando la respuesta del elfo, ya estaba decidido --creo que luego de que saludes a Lualú necesito que regreses rápidamente conmigo, dile a Nana que no puedes estar mucho con ella y que sea concisa y clara, porque yo te necesito de inmediato de regreso conmigo --dijo la bruja. --Ahora ve --dijo tras las respuestas del elfo --te espero, me voy a cambiar --y se dirigió hacia el vestidor, estaba decidido, iba a ir tras Seba y Dash la iba a llevar. Necesitaba saber qué estaba pasando y si acaso tantos viajes no significaban que Seba tenía otra o que había regresado... gruñó sin querérselo imaginar mientras buscaba una muda cómoda de ropa para viajar.

Darla bajó inmediatamente la varita al ver al pequeño elfo de su novio, el pobre se veía extraño con las manos en alto, pero le entendía, el haber estado tan concentrada había hecho que no prestara atención a lo que ocurría a su alrededor y por eso le había tomado por sorpresa la aparición y ni se había concentrado en descubrir quien era. --Baja las manos Dash, no te voy a dañar... ni a asaltar --no pudo evitar la broma --sí, sí, bien ¿y tu amo? Pasa --dijo dejando la varita en el bolsillo de la bata y haciéndole un gesto al elfo para que se acercara. La breve interrupción de Nana, la hizo fruncir el ceño, esperaba que la elfina no maltratara a Dash aprovechando que Seba no estaba. --Luego que veas a Nana ve a ver a Lualú, se que ha estado preocupada por tu ausencia --dijo la bruja, antes de que el pobre elfo pudiera responder nada y le volvió a hacer señas para que se acercara, mientras ella misma se arrimaba al elfo y le agregaba en voz más baja --si Nana te reta o algo me avisas, que hablaré con ella pero ahora dime, ¿Seba no vino contigo? ¿cómo está él? ¿Cómo le ha ido con sus trámites? ¿Cuándo regresa? Darla había invitado al elfo a sentarse al borde de su cama mientras lo atosigaba a preguntas y no le daba tiempo a responder ninguna. Ella estaba ansiosa, y sabía que su elfina también lo estaba por saber cómo estaba Dash y además, ella la había corrido de la habitación antes, seguro que necesitaba que alguien la consolara un rato y que mejor que el pequeño elfo.

Sin darse cuenta casi se había quedado dormida, o más bien soñando entre despierta y dormida, su mente se dejó llevar y casi podía imaginarse en aquel lugar, después de todo, si ella había vivido entre muggles en su juventud ¿por qué no podía ir allá? Le molestaba que Seba no la llevara pero le entendía también sus trámites eran un incordio pero si fuera con ella, podría ayudarlo a relajarse luego. Además, ella no conocía más que su lugar de nacimiento e Inglaterra, Ottery y el Callejón, Londres y algo de España, a donde habían tomado una clase con su primo Matt. Habían viajado en la alfombra a Rumania, para disfrutar de una coronación. Una sonrisa se dibujó en sus labios, cada viaje había sido juntos. Era extraño cuando debían separarse, no se imaginaba sin Seba. El sonido de una aparición la hizo dar un respingo y antes de darse cuenta estaba con la varita en la mano buscando el origen del sonido, obviamente, nadie podría haberse... maldijo al recordar que los trámites los venían postergando desde hacía mucho. --¿Seba? --preguntó mientras se deslizaba la toalla que había tenido envolviendo su cabello y éste caía como una cascada sobre sus hombros, con las puntas y las raíces rojizas y el centro castaño, efecto de sus ensoñaciones y metamorfomagia no controlada en esos últimos días.

Su humor no había mejorado desde que despidiera a la elfina, acomodó la ropa que había tenido entre sus brazos y se dirigió hacia el baño, evitó la bañera y la pequeña piscina interior que tenían en el dormitorio y prefirió darse una ducha más que rápida. El agua corrió fresca por sus cabellos y su espalda mientras que ella dejaba que su mente volara por mis lados menos en el que estaba parada. La primavera se sentía en el aire y era para ella como un cachetazo. Apoyó sus manos en la pared, bajando un poco la cabeza, dejando que el agua continuara corriendo por su cuerpo. Estuvo más de media hora antes que empezar a enjabonar su cuerpo, lo cual la llevó a hundirse en nuevos recuerdos que le arrancaron un suspiro de entre sus labios, más al recorrer cada rincón de su cuerpo. Cualquiera hubiera pensado que se había ahogado cuando luego de más de una hora salió del baño, con los cabellos envueltos en un toallón y el cuerpo cubierto ahora con una bata de baño solo se repetían las pantuflas. Miró un libro que había quedado en el borde del escritorio y lo acomodó, no sentía ganas de leer pero volvió a hundirse en el sofá, sin saber muy bien si salir, acostarse o qué hacer, el dolor de cabeza parecía haber cedido con el agua, pero no así su humor, complejo, enrerado, casi tanto como ella quedó, enredada en el mismo rincón del sofá que la vez anterior. Por la ventana entornada entraba el aroma de las flores del jardín, el sonido de las mascotas en el establo y también le llegaba el cuchicheo de sus elfos en el local, pero cerró su mente y sus oídos a todo, no tenía ganas de meterse en eso, quería paz, quería... la verdad es que quería poder estar con Seba, odiaba esos viajes que le tocaba hacer cada dos por tres.

Lualú, elfina de Darla La elfina había salido haciendo pucheros del cuarto de su ama tras que ésta le rechazara el tomar o comer algo, la vampiresa podía ser muy terca y también muy dura cuando estaba en sus días. Tommy le había susurrado que le había advertido que no insistiera, pero la elfina no tenía noticias de Dash y si su ama tenía noticias del amo Seba quizás pudiera decirle cuando volvería su elfo. La pequeña elfa dejó en la heladera de la cocina las botellas que llevaba y se encaminó hacia su cuarto, bajo la mirada, por una vez silenciosa, de Nana. Quizás la elfina de Seba notaba que la pequeña no estaba del todo bien, y en el fondo no fuera tan gruñona ni mala. Lualú entró en el cuarto que compartía con Nana, o mejor dicho con el ala en que ambas elfinas dormían, cada una tenía su propio cuarto y su propio baño, era como un pequeño departamento doble. Lualú atravesó el área común de ambos y fue a su habitación. Tommy y Leto la habían enviado a descansar, diciendo que ellos se ocuparían del local y que ella podía quedarse tranquila. Además el ama Darla llamaba siempre a Tommy si necesitaba algo, por lo cual ella podía quedarse un tiempo en su habitación. Como si se tratara de una adolescente muggle la elfina se tendió en su cama y tomando la fotografía sobre su mesa de noche la observó, era una que había hecho enmarca su ama para algunas navidades atrás en donde estaban Lualú junto con Dash. La elfina observó el cuadro y luego lo abrazó contra su pecho suspirando. Extrañaba a su Dash.

Varios días después... Estaba envuelta en una bata de noche color roja oscuro, el lazo alrededor de la cintura, el cabello revuelto pues estaba recién levantada, no había tenido ganas de arreglarse. Las pantuflas de color cereza con un moño de seda sobre el terciopelo y una suela de goma negra que le cubría los pies, solo por costumbre y marcaban el recorrido de sus inquietos pasos sobre la alfombra. Hacía media hora que caminaba de la ventana, al escritorio y de allí al tocador, tomaba un lápiz, lo dejaba, luego un pergamino, y repetía el gesto, luego una pluma y de nuevo lo mismo. Finalmente lanzó un suspiro y dejando todo como estaba se acomodó en el sofá, haciéndose un ovillo en un rincón. --Debería tomar algo --susurró Lualú que se había colado silenciosamente en la habitación. --Ahora no, déjame sola Lualú por favor --la elfina pareció encogerse sobre si misma y apretando sus manitos se alejó. Fuera Tommy la esperaba fuera y le hizo un gesto para calmarla mientras le susurraba que se lo había avisado. Darla apoyó la cabeza contra el respaldo, con un dejo de molestia en su cabeza, tenía mucho que pensar y mucho que organizar, sobre el escritorio estaba el pergamino que le autorizaba a retirar a su dragona y su wampu. Pero lo que en realidad le preocupaba más ahora era el viaje de Seba, necesitaba de él, quería compartir la buena noticia, quería organizar juntos no solo la llegada de sus mascotas sino los pequeños detalles de su vida. Extrañaba cruzarse más en el banco, claro que había sido un mes tranquilo, sería quizás porque le había tocado la Universidad, aunque ella sabía que no había tenido tampoco mucho movimiento en la ventanilla 5. Suspiró y cerró los ojos, imaginando su bello rostro, casi podía sentir su aroma, quizás era el que desprendía la camisa de él que abrazaba en ese momento entre sus brazos. Ronroneó, lo extrañaba, lo extrañaba mucho.

Depósitos efectuados: Post #690 • Pago a Directores, Profesores y Tutores de Hogwarts - Marzo TUTORES Bodrik Ashura Lestrange Jeremy Barton Zoella Triviani Yaxley Lo que falta lo traerá mi compañero. Sayonara

Paso a avisar que solicito la baja en la Familia Gaunt. Inicialmente pedí el alta por ser una de las familias mortífagas con las que tenía afinidad. Pero dado que los bandos ya no existen y que jamás logré integrarme a ninguno de los roles que hicieron pido mí baja de la familia. Gracias por haberme recibido en su momento

Descuentos realizados: Post #685 • Descuento por Inscripción a Conocimientos - Abril Aaron Black Lestrange Eobard A. Black Lestrange Matthew Triviani Mia Black Lestrange Keaton Ravenclaw Zahil Aranel Granger Juv Malfoy Croft Paula Malfoy Jeremy Askar Triviani. Valkyria Karkarov B.L Dennis Delacour Alessandra G. Delacour Gatiux Dorothy Anne Candela Triviani Ini-Herit Orión Yaxley Mackenzie Malfoy Felicity Malfoy Crazy Malfoy Beltis Post #687 • Descuento por Inscripción a Libros de Hechizos - Abril LIBRO DE LA FORTALEZA Apolo Granger Xell Vladimir Potter Black El resto de éste post lo trajo Eobard. @@Candela Triviani por favor controlar que estén todos los links a las bóvedas (falta el de Apolo) en esta oportunidad se realiza el descuento solicitado pero para la próxima se rechazara el pago/descuento correspondiente. Muchas gracias ^^

Una nueva sonrisa se dibujó en los labios tras el beso con las palabras de Seba respecto al amanecer, mientras pensaba que no le molestaba que fuera de noche, de mañana o a media tarde, con tal de hacerle el amor y estar con él. Podía ser amanecer, atardecer, o ¿cómo se diría? ¿siestear? ¿mediodíar? Estaba segura que estaba inventando palabras, pero la verdad es que no importaba que hora del día o de la noche fuera, llegar al culmen con él era lo importante, lo mejor que le podía pasar en la vida. Y una vez más se dio cuenta que era la mujer más feliz del mundo, como jamás había pensado serlo y agradeció el día en que se conocieron. --Pues cuando quieras mi amor, nos damos un amanecer y un atardecer o lo que gustes juntos --se le escapó un ronroneo cuando Seba untó su dedo con helado y lo puso en sus labios. Darla entreabrió sus labios y chupó el dedo de Seba, despacito, lamiéndolo un poquito, disfrutando esa mezcla de sabores, el plátano y su novio, apretó sus labios jugueteando bajando y subiendo a lo largo de su dedo con gesto pícaro mientras lo miraba a los ojos con amor y deseo. La pregunta que le hacía Seba tras ese momento íntimo la dejó pensando pero apenas por unos breves segundos. Y asintió, en ese momento pensaba que era eso o al menos era lo que más venía a su mente en ese momento. --Solo de los momentos en que hemos estado alejados, las peleas, el no reconciliarnos más prontos y el no habernos casado antes mi amor --un fuerte sonrojo recorría sus mejillas, lo podía sentir a pesar de ser vampiresa, era como que declararle el amor de esa manera le encendía la timidez. @@Seba Granger

La pelirroja que se había acomodó en el sofá, junto a su amado lo abrazó aún con más ternura por la cintura, acurrucándose bien a su cálido cuerpo, sintiendo el aroma delicioso de su piel. Escuchaba sus palabras y una sonrisa nostálgica se dibujó en sus labios. Era verdad, habían crecido, parecía tan poco tiempo y sin embargo, hizo la cuenta, y se sorprendió, estaban cerca de su quinto aniversario. --Sin ti no lo hubiera logrado, jamás me atreví a soñar hasta que estuve a tu lado, tú haces realidad todo mi amor --lo vió a los ojos con ternura mientras se le escapaba un ronroneo con la caricia en su pierna --¡ey! --protestó la vampiresa --no podría dormirme jamás a tu lado, a menos que sea luego de hacer el amor --agregó en voz más baja y no pudo protestar más porque ya Seba, tras una burbujeante risa, la estaba besado con mucho amor y ternura, ella respondió de la misma manera mientras acariciaba su nuca y disfrutaba del sabor del amor, porque estaba segura que si el amor tenía un sabor era el de la piel y los besos de Seba. El siguiente comentario le provocó risa, se rascó la cabeza, en gesto pensativo mientras respondía a su prometido. --Dudo que se fuguen pero a este paso ehmm... --su voz bajó aún más el volumen --¿no nos irán a ganar con eso de la boda y los hijos no? --y de pronto se dio cuenta de un detalle, había aprendido sobre el cuidado de las criaturas mágicas, pero no recordaba haber leído en ninguna parte como era la reproducción de los elfos y estuvo convencida, de que la simple idea, la hizo sonrojar, por entrometerse en la vida privada de sus elfos. --¿Deberíamos llamarlos? --preguntó con timidez, acurrucándose a Seba tratando de no parecer tan metiche.

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