Litah Black Lestrange

Bueno, como nuevita recién estrenada en el tatoo cool! xD ...vengo a decir que bueno, este es uno de los escuadrones dónde me gustaría participar, así que nada, si me aceptan y en cuanto me digan comienzo xD

Dejo mis datitos que seguramente la ficha está en algún ladín por ahí...pero, soy muy vaga, estoy desde la oficina xD ...y en fin, tantas cosas, que mejor pongo lo que creo que es necesario (?) xD

- Nick: Litah Black Lestrange Marshbone Loriryen (?)

- Matriarca de : Marhsbone Loriryen (si aun no la dieron de baja xD pero arreglaré eso)
- Familias: Black Lestrange y Marshbone Loriryen
- Negocios: Puntos Cardinales.

Chaaaaan chan!

PD.- Anne, te amo hija! ♥

Con tanto trámite por realizar, en las calles del pueblo no se habían sentido los pasos huecos de la pelinegra, por lo que decidió que su primera parada sería la Academia de Magia y Hechicería, lugar donde ahora se disponía la ceremonia de graduación de Alia, su hija. Esperaba encontrar en el lugar a Rachel, y claro, que esta entendiera la ausencia del vientre abultado que debía crecer en ella, sin hacer demasiada preguntas.

Se había atado la espesa cabellera oscura en una coleta alta de plata dejando que la nívea piel de su cuello y sus hombros recibieran la atención de la suave brisa que reinaba en los jardines del centro estudiantil. Usaba un sencillo vestido corto en strapples negro adornado únicamente con el broche de esmeraldas que rezaba las iniciales de su familia Black Lestrange, y como jugando con la coleta de plata, un anillo que unía las letras M y L, la familia Marshbone Loriryen, de la que era matriarca. Como siempre, eran las únicas piezas de joyería que podían encontrarse en sus atuendos, porque lo que ella consideraba su artículo más importante, se destacaba al final de sus infinitas piernas blanquecinas.

Zapatos de tacón alto, forrados en exquisito tafetán negro que parecían envolverse como guantes a sus delicados pies, con tapillas de plata que daban ese sonido ahuecado y exquisito que lograba tranquilizarla en las peores situaciones imaginables.

- Más le vale a Rachel, encontrarse aquí —seseó una vez encontró el lugar de la ceremonia.

Paseó sus ojos negros por el recinto topándose con Alia, a quien le dedicó una sonrisa mientras giraba la mano derecha en sí misma, preparando el regalo que le tenía pensado desde siempre. Pronto se acercaría a darle un fuerte abrazo, ahora lo más importante, era encontrar las palabras adecuadas, o la compañía, lo que surgiera primero.

La verdad Theodore, es que yo podría adoptarte como hijo mío, bueno, sanguíneo si quieres, total! xD Ya tengo tantos xD que la verdad me doy cuenta que me hacen faltan hijos hombres, ya que el único que tengo es un desobligado mal ¬¬ y debería castigarlo. Así que si aceptas, bueno, bienvenido a la familia.

Los pasos sonoros de la pelinegra eran rápidos mientras recordaba el camino para la Oficina de Control de Criaturas mágicas en el Ministerio, detestaba hacer trámites, detestaba mucho hacer trámites. Suspiró. Sabía perfectamente que parte de su reinserción en el mundo mágico era poner en orden todos sus papeles, pero claro, eso no quitaba la incomodidad.

Asturión y Cloxx habían sido suyos de toda la vida, era ilógico que necesitara un pergamino para eso. Cuando llegó a la oficina indicada respiró con fuerza, empujando los rizos negros por sobre sus hombros logrando sin pensarlo una cascada de bruma y espesura negra en su espalda.

- Necesito formularios para elfos domésticos —seseó controlando la mayor parte de su educación en las palabras.

La dependiente le entregó lo solicitado y ella comenzó a rasgar el pergamino. Su pie izquierdo taconeaba sin cesar chocando contra el suelo en un último intento de relajarse. La verdad era que estaba cómoda solo con eso de los tacones, sin embargo la suave tela de la túnica negra que se había colocado aquella mañana le acariciaba la piel de manera delicada y tranquilizadora.

Con una sonrisa que no sentía del todo, le extendió el pergamino a la dependiente.

Ficha para el Registro de elfos.

 

Nombre del elfo: Asturión

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Bruja

Nombre de la Bruja: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

Nombre de quien lo registra: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

 

Nombre del elfo: Cloxx

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Bruja

Nombre de la Bruja: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

Nombre de quien lo registra: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

 

Nombre del elfo: Delos

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Mago y Bruja

Nombre de la Bruja: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

Nombre del Mago: Adam Slytherin

Nombre de quien lo registra: Litah Black Lestrange Marshbone Lóriryen

La verdad era que estimaba al vampiro sin embargo, las cosas entre ambos habían sido raras debido a sus conexiones con Rachel, con tanto tiempo pasado, era cosas que no debían interferir ahora, sobre todo con los cambios que habían surtido en todos.

- Estoy bien, viviendo en la mansión Marshbone —contestó tranquila y acarició el ligero bulto en el que se estaba formando su vientre—es más tranquilo para mi embarazo. Además, en ausencia de mi padre, parece ser que la responsabilidad caerá en mí.

Le sonrió nuevamente mientras sacaba una varita del escote del vestido y señalaba hacia él conjurando una banca de madera amplia y cómoda para sentarse.

- ¿Cómo te ha tratado la ausencia de mis rizos negros? —preguntó divertida— Sé que soy una persona extrañable.

- ¿En serio crees que visitar la Academia sea buena idea en estos días? —murmuró Litah mientras se deslizaba con gracia y agilidad de la copa de un árbol.

Ya no saltaba, como en tiempos pasados, no podía y no debía. El embarazo aún tenía sus desventajas y una de ellas, era precisamente esa. Durante mucho tiempo intento conocer de fondo al Haughton, pero desde las desapariciones en su vida, dejó al mortífago también tranquilo, no estaba por ponerse a buscar dónde no la habían llamado.

El short dejaba lucir aquel par de tacones en terciopelo negro como se merecían, dándole al menos diez centímetros más a la pelinegra. Se acercó un poco y le sonrió.

- ¿Cómo has estado? —preguntó al fin.

Desde aquella reunión en la taberna que no tenía noticias de Dova, sólo sabía que por fin la Marca se cernía en su antebrazo.

Vengo por dos cositas primero:

- Quiero organizar una fiesta en BL, necesito permiso de los patriarcas ( Uy, si que obediente me volví ) xD ...no se, quiero una pequeña juerga con toda la familia.

Y segundo ...¿quienes por fin son hermanos míos? Quiero rolear con ellos YA ...sin sobrinos e hijos por favor ...respeten las generaciones (?) xDDDDDD

Me dicen lo de la fiestuki por favor

PD.- Si hacen censo, considerenme dentro, pero eso si, no creo que envie nada en el censo, se me ha vuelto tradición familiar nunca participar en ellos

*Mirando a Jocker* creí haber sido clara cuando dije que habiendo muerto toda mi generación, quería ser hija única

Pero esta bien, si quieres ignorar los deseos de tu hija más fiel (?) esta bien jajaja Si, eso, no hagan spam! ...xD

PD.- Te permito estos dos hermanos, peroooooo no quiero hermanas

Las palabras de su profesora venían cargadas de sabiduría propia de los años que seguramente llevaba impartiendo conocimientos, y lograba capturar la atención de la pelinegra cosa en extremo difícil en los últimos días dada la nueva situación familiar en la que se encontraba. Como fuere la idea de hurgar en el pasado le pareció maravillosa y entretenida, quizá un poco de victoriano le haría bien al pálido semblante.

Se puso de pie y tomó la mano que Antara le extendía preparada para sentir aquel tirón incómodo en la boca del estómago

A lo segundos de pisar el césped dónde se hallaban pudo reconocer Stonehenge a su alrededor, lo conocía de viejas leyendas que solían contarle de pequeña.

- Celtas, los pueblos de la Edad de Hierro, genial —susurró la Black Lestrange volvió a prestar atención a su profesora, cerrando los ojos.

La brisa del lugar, posiblemente habiéndose intensificado lograban que sus rizos rozaran el rostro causándole cosquillas que logro ignorar porque pronto sintió un estado de paz que no habría reconocido fácilmente, tomando en cuenta su agitada agenda. Podía incluso oír las pulsaciones de la sangre corriendo por sus venas si se ponía la tarea y si hubiera tenido una orilla de mar de lado, quizá la hubiera recorrido a los brincos.

Esperaba que aquella sensación fuera algo así como eterna, sin embargo pronto su pecho se vio invadido de fuerza, de ganas de defender algo que realmente no entendía. Tenía la imperativa necesidad de empuñar la varita y atacar a quien se atreviera a molestarla, o a quien se atrevió a difuminar la paz que su mente había sentido momentos atrás.

La pobre rizada poco o nada entendía, aquellas sensaciones variaban más que cualquiera de sus conversaciones con el Slytherin, ahora sentía furia contenida, no quería atacar a nadie. Simplemente quería que aquello desapareciera, sea lo que fuere, necesitaba destruirlo, romper con todo ese esquema que parecía irritarle tanto: La Orden del Fénix. Sólo por algo como aquello podía ella sentir tanta aberración, pero ¿por qué se acordaba ahora de ella?

- Profes… —intentó mascullas siendo acallada por una nueva sensación que se cerraba en su garganta.

Quería huir, sentía intensamente que algo la estaba quemando viva y necesitaba huir de semejante horror. Algo que le aterraba, rostros difuminados por una luz se aparecían intermitentemente en su cabeza logrando hacerla trastabillar por el susto.

Afortunadamente para ella, todo acabó tan rauda e inexplicablemente como había comenzado todo. En su interior podía olvidar prácticamente todo rastro de deseo mortuorio o rabia, o esa sensación de insoportable quemazón. Todo regresaba a la normalidad.

- ¿Qué experimento se supone que sea ese? —masculló sin poder ocultar la molestia que bullía en su piel—. No necesito de clases para saber que detesto desde las entrañas a las personas que no consideran importante proteger la sangre mágica que corre por nuestras venas.

Se alejó unos pasos de Antara para verificar que todo en su mente estuviera claro y calmo.

- Mi vida nunca había tenido tanta paz como en esos segundo y que cambiara tan repentinamente en ganas de asesinar, odio y miedo —aclaró sin atreverse a mirarla a los ojos—, tan repentinamente, tan repentinamente que francamente desconciertan. Sé porque cosas, personas o situaciones tengo esas emociones, pero no agradables sentirlas de un porrazo. Sentí que terminaría el experimento volviéndome loca.

Off:

Mi nombre en el foro es cAsCaBeLiTaH “Litah” Black Lestrange Marshbone Loriyen, por lo que asumo que debo buscar la letra c, que no existe, pero la reemplace en sonido por la runa de la letra K.

Runa: Kaun, Cenaz, Cen

 

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Es la runa del fuego, pero no por incontrolable sino porque las personas que se rigen por esta runa poseen gran capacidad mental. La runa de la iluminación. Estas personas son sumamente proactivas, capaces de generar, regenerar, crear y volver a crear. Por el lado negativo, estas personas son físicamente fáciles de rendirse ante una enfermedad.

La entaconada joven sonrió de buena gana al notar la cordialidad en la voz de Antara, su profesora. Era extraño ver que un profesor de la Academia se portara de forma tan amical con sus estudiantes, la gran mayoría se daba las ínfulas que venían con el cargo haciendo sentir a cada uno como niñatos de trece e incluso menos años.

Se acercó a la charola indicada y escogió una botella de zumo de manzana, había que mantener el estilo de jugos acordados con su elfo doméstico para ese mes. Sin acercarse el refresco a los labios escuchaba con atención lo que su profesora indicaba sobre la relación de la incipiente magia y los elementos básicos, a su mente volaron fugazmente los recuerdos de los “incendio” que había lanzado cuando apenas conocía su condición de bruja, sin duda alguna uno de los principales motivos para aspirar a ser Ángel Caído dentro de la Marca era poder usar el Fuego Maldito.

- ¿Y qué pasa con los hechizos que no tienen base en este principio de elementos? —consultó pensando por ejemplo en un sempra— ¿Tienen la misma fuerza?

Bebió un poco de jugo de manzana para aclarar las ideas y que no sonaran como una verborrea sin sentido.

- Quiero decir, un sectusempra, por ejemplo, creo que no se basa en ningún elemento, sin embargo, creo que sería de mayor utilidad en un duelo que un aguamenti. Pero por favor, le rogaría que me lo explicara en palabras, si tengo que usar la varita para defenderme de un duelo, le aseguro que la mayor habilidad que tengo es salir corriendo con mi varita en alto —aquello podía sonar como broma, pero en el caso de la pelinegra era cien por cien verdadero, considerándose casi siempre un mayor peligro para ella misma tener la varita en ristre.

Caminó sobre el frío piso de piedra hasta su pupitre dónde ya le esperaba la primera tarea. No conocía demasiado la lista de hechizos de los fenixianos, casi nunca le había prestado la menor atención y en el caso de los mortífagos, no era demasiado buena ni siquiera intentándolos, pero sabía que debía pasar las clases con la mayor calificación posible, su padre no aceptaría notas mediocres luego de Aritmancia.

La pluma a vuela pluma de la ojinegra comenzó a bailotear sobre el pergamino mientras ella continuaba disfrutando del refrescante jugo y de la belleza de la decoración en el aula. Al menos esta vez habría menos cálculos.

- Quizá los muggles si logren adivinar el número de los naipes sin depender de sucios trucos después de todo —masculló con sorna—, eso claro, si supieran rezarle a los cuatro elementos de la manera que corresponde.

Las esferas que Antara había conjurado no le llamaban mucho la atención, aún consciente de su significado, confería más poder en la sangre y en el manejo de esta para la preservación y continuidad de la magia. Después de todo, su padre se había encargado de inculcarle esas ideas; quizá su madre, artista innegable de pociones, tomaría mayor importancia a las viejas teorías de utilización de elementos.

- Disculpe profesora, le ha tocado una alumna bastante cabeza dura —comenzó esbozando una sonrisa hacia ella mientras la pluma continuaba con su trabajo en el pergamino—, mi educación en casa no ha sido muy de “mente abierta”, así que ruego su paciencia para introducir sus conocimientos entre estos enredados cabellos.

Como reloj suizo, las palabras finalizaron en el mismo instante en que la pluma dejó de rasgar con tinta negra su tarea, por lo que tuvo que volver a acercarse a depositarlo en el escritorio de Antara.

Tarea:

Hechizos neutrales con base de elementos

- Accio (Aire) – Utiliza el elemento aire de forma indirecta al usarlo para trasladar cosas.

- Aguamenti (Agua) – Bota un chorro de agua. Uso directo.

- Anapneo (Aire) – Utiliza el aire de forma indirecta al permitirle respirar al que lo usa.

- Confringo (Fuego) – Usa el fuego de forma indirecta para explotar las cosas

- Defodio (Tierra) – Excava en la roca, usa el elemento tierra de manera indirecta.

- Deprimo (Tierra) –Sólo puede crear agujeros en la tierra. Uso directo.

- Fregotego (Agua) –Hechizo para limpiar, uso indirecto del agua.

- Impervius (Agua) – Repele el agua, por lo que lo usa indirectamente (Creo)

- Incendio (Fuego) –Uso directo

- Tergeo (Agua) –Absorbe agua. Uso indirecto (creo)

 

Hechizos fenixianos con base de elementos.

-Disparo de Flechas (Aire) –Utiliza el aire para atacar los puntos de las flechas.

-Cyclone Maximun (Aire Agua) – Genera tormentas. Uso directo

-Aqueora (Agua) – Uso directo

- Encantamiento Desecador (Agua) – Seca charcos, uso indirecto

-Fuego púrpura (Fuego) –Uso indirecto, el fuego que produce no quema.

-Maldición Flagrante (Fuego) –Uso indirecto, quema las cosas.

-Terreus (Tierra) –Uso directo.

- Incendia Din (Fuego) –Crea llamas azules que encarcelan y ciegan al oponente, uso indirecto porque estas llamas si logran hacer quemaduras.

- Gubraith (Fuego) – Fuego eterno, uso directo.

 

Hechizos mortífagos con base de elementos.

-Séneca (Agua)- Deshidrata. Uso indirecto

-Fuego Maldito (Fuego) – Uso Directo

-Fuego Negro (Fuego) –Uso Indirecto, fuego negro que destruye y puede producir quemaduras.

-Fuego púrpura (Fuego)- Fuego que deja inconsciente, uso indirecto.

-Levicorpus (Aire) –Uso indirecto, hace que una persona levite boca abajo.

-Gubraith (Fuego) –Mencionado en los hechizos fenixianos.

Off: Siento la demora, y siento el quote, no sé poner spoilers.

Aprovechando su condición de recursante de la Academia de Magia y Hechicería, y consciente además que aún podía aplicar a sumar un conocimiento adicional a su hoja de vida, la primogénita de Jocker Black Lestrange y nueva hija adoptiva de Neos Marshbone había tomado la determinación de cursar "Historia de la Magia". Estaba decidida a trabajar directamente con el Ministerio y esta clase le ayudaría sobremanera a incrementar sus posibilidades para ser tomada en cuenta como ayudante.

Todos aquellos pensamientos volaban por la cabeza de la rizada pelinegra mientras se acomodaba los cabellos antes de desaparecer de su habitación en la cálida mansión Marshbone. Segundos después aparecería en los jardines de la Academia como tantas otras veces, ya comenzaba a recordar el truco de esa forma de trasladarse de un lugar a otro, ciertamente más cómodo que los trasladores o los polvos flu.

Su piel nívea se veía cubierta por un ligero vestido negro que se ajustaba con delicadeza a sus formas dejando todo el protagonismo al precioso broche de esmeraldas que se cerraba en el nudo del mismo vestido sobre el cuello de la mujer. Las iniciales de su familia sanguínea "BL" relucían en las finas piedras preciosas que impedían que la bruja soltara alguna lágrima, un viejo hechizo protector regalo de su difunta madre.

El camino hacia el aula se vio amenizado por el sonido de sus tacones repiqueteando sobre el suelo de piedra de la vieja estructura, eran, como casi todos, un par de estilizados zapatos forrados en tafetán de un tono verduzco muy oscuro que la alzaban al menos quince centímetros de su altura real. La melodía uniforme y hueca calmaba los nervios dándole ritmo a los oscuros bucles que saltaban en la pelambrera de la muchacha.

Cuando por fin llegó, dio una revisión visual al aula conviniendo en que era menos lúgubre que la mazmorra en la que su padre daba Aritmancia aunque compartía el mismo aire suntuoso de un recinto que alberga siglos de conocimientos e historia. La profesora se había tomado ya la molestia de apuntar el temario y en cuanto sus orbes se posaron en el pizarrón la pluma a vuelapluma que llevaba en el bolso comenzó a moverse haciendo un paisaje gracioso de algo negro bailando bajo su brazo derecho.

- Buenos días —saludó a la profesora que ya ocupaba el lugar cerca de su escritorio inclinando la cabeza en una ligera reverencia—, soy Litah Black Lestrange, me dijeron que debía tomar "Historia de la Magia" aquí.

La Black Lestrange no había mostrado ningún signo de nerviosismo hasta llegar al salón, y supo contenta, que quizá no los experimentaría en todo el curso ya que tenía la mala manía de confiar en la afabilidad de las morenas más que en la de las rubias.

El afamado castillo Triviani se alzaba frente a ella como un dragón que se muestra erguido sólo para pavonear sus formas, tenía vagos recuerdos de lo que significaban los Triviani en el pueblo de Ottery. Era bien sabido que conformaban parte de las familias más reconocidas en el mundo mágico, a pesar de no ser de las más antiguas, habían logrado posicionarse en lo mejor de la sociedad. Cosa obvia tomando en cuenta que las matriarcas originales, las gemelas —llamadas así por su afinidad más que por la realidad— Triviani, provenían de familias ancestrales entre los magos.

No recordaba a nadie en particular de la familia Triviani, aunque recordaba con cierta fiereza a la señorita que se decía hija de Aland. Celos por culpa de su padre, nunca le había tolerado ninguna noviecita de las que ella había conocido y estaba empeñado en verlo envejecer solo.

El camino empredrado hacía que sus tacones resonaran con cierta gracia, sonido que visiblemente le relajaba el cuerpo, desde los hombros hasta los dedos del pie. Ese par en particular, era diseño de un mago que había amasado fortuna creando zapatos para los muggles. Ella tampoco había logrado escapar del encanto de los Jimmy Choo negros que hoy ostentaba.

Para cuando divisó a Valent, sus pasos se hicieron más ligeros transformando su taconear en un sonido más cadente y con notas musicales que sólo ella podía entender.

- Espero que aún este a tiempo, odio ingresar aquí sola —comunicó con una sonrisa apenas llegó hacia donde estaba su compañera.

El fuego que había invocado su profesor la estaba distrayendo, vagamente recordaba incluso como había llegado ahí. ¿Hechizos de Tempestad? Eso no la iba a ayudar demasiado difícilmente lograba recordar los de neutral, aumentarle la lista supondría una desventaja.

Jugó con los rizos que caían por sus hombros traviesamente intentando recordar consejos de duelo que su padre alguna vez le había brindado, vio la lista de estudiantes y aunque su rostro níveo se vio iluminado por una fugaz sonrisa al darse cuenta que Adam estaría de su lado, pensó con amargura que llevaba días sin verlo y no podía contar al cien por ciento con su presencia.

Había decidido ponerse unos shorts cortos para aquella misión de la Academia, un top ligero que no se ceñía a ninguna parte de su cuerpo y un broche de esmeraldas brillaba en el cinto del short, señalando las iniciales de su apellido. Por consejo de su padre también, llevaba un bezoar ligero en el bolsillo de su short y la varita sobresalía del bolsillo contrario.

No pudo evitar sembrar la esperanza fijando su vista en la puerta y si no hubiera sido por las palabras de uno de sus compañeros, no se habría dignado siquiera en regresar al tiempo en que se encontraba ahora. Sacudió los negros rizos, necesitaba enfocarse.

Sus negros ojos entonces se enfocaron en los preciosos zapatos de tacón de plata en forma de serpiente que había escogido para el atuendo del día, ese par era especial puesto que su madre lo había mandado a hacer especialmente para ella. Los ojos de las serpientes en sus talones brillaban con dos esmeraldas diminutas y la gamuza del resto del calzado les daba el protagonismo que requerían. Un par de zapatos perfecto.

Inspirada por sus mayores pasiones, alzó la varita y sonrió hacia dónde estaban Rose y Héctor, compañeros de equipo.

- Tienes razón, comencemos con esto de una buena vez —saludó y acto seguido hizo una reverencia hacia Alia.

La voz de Adam aunque dura no había sido suficiente para quitarle el dulzón a la voz de la pelinegra, y como la respuesta de su hermana tampoco había llegado pudo dedicarle toda su atención sin sentir la presión de nadie.

- No creas en todo lo que oyes —seseó zanjando finalmente la conversación.

Su mente divagó en un recuerdo que su padre había modificado en su pensadero, la historia verdadera del padre de las mellizas, alguien de quién ni siquiera el patriarca de los Black Lestrange, y nada de eso estaría regresando ahora a su mente si el profesor Croft no hubiera decidido hacer apología a la pureza de sangre o no, de la alumna, que hace segundos había expulsado del aula.

Según el recuerdo modificado, su padre le había reclamado su relación con un traidor a la sangre y el hecho de haber quedado preñada de él. Ella se había sentido tan desestabilizada como en este momento lo parecía el profesor quien se apoyaba en el escritorio de su novio con un semblante para nada agradable.

Aquella tarde las paredes de la mansión Black Lestrange, no sólo descubría que su pareja era un traidor a la sangre sino que su padre básicamente insinuaba que debía perder todo lazo con él, incluido el que en ese momento crecía en su vientre. ¿Qué culpa podían tener los bebés de las malas decisiones tomadas por ese mago? Y por otro lado, la obediencia a sus propios ideales, ¿Cómo podría saber ella que un mago de amplio linaje mágico sería lo que era?

Ninguna culpa, ninguna idea.

Había parte del recuerdo, sin embargo, que no había sido trastocado por nadie. Uno dónde se retiró el broche de esmeraldas que le impedía a sus lágrimas deslizarse libremente por sus mejillas “Una vez Black Lestrange, siempre Black Lestrange, no les vas a tocar un centímetro a mis hijas y serán criadas bajo la filosofía que nuestra familia protege. Te lo juro, ellas no serán como su padre, serán Black Lestrange”. El vislumbrar su níveo rostro con las mejillas empapadas y los ojos negros un tanto hinchados le hizo entender el tenso lazo de amor-miedo que siempre habían tenido Litah y Jocker.

Instintivamente, sus ojos negros pasaron del profesor a su prometido. Esta vez parecía haber escogido bien, un mago de vieja casa, tangiblemente respetuosa de las viejas y verdaderas costumbres. Esta vez, darle la noticia a su padre sería menos catastrófica.

Su mano derecha viajó al vientre. Pronto sería tiempo de hacerle llegar la noticia al mismo Slytherin.

La pelinegra no pudo reprimir una risa que se mezcló con el grito de dolor proferido por Kritzai al partírsele los huesos, pero aquello no impidió que estuviera atenta y mientras lo veía curarse para poder sostener la varita volvió a esgrimir la suya.

- Silencius —pronunció impidiendo que terminara o que siquiera comenzara la palabra por la que había abierto la boca en primer lugar, casi atragantándose—.

Sus labios se curvaron en una inocente y arrepentida sonrisa que en realidad no sentía y pensó fuertemente en verlo contra el suelo en cuanto pensó un “Zancadilla”.

- Me alegra que hayas venidos Kritzai, comenzaba a sentirme sola —susurró una vez vio su deseo cumplido y a su contrincante en el suelo.

Aquello aún parecía ir para largo, pero sucediera lo que sucediera, ella estaría lista.

Las palabras de Rachel casi hacen que la pelinegra estallara en risas, menudo pie le había dado para molestarla con soltura; pero tratando de controlar sus ganas de incordiarla sonrío deleitándose la vista con sus dedos atrapados en los de su novio. Ni siquiera eso funcionaba, la respuesta a la descalza Marshbone le burbujeaba en la punta de la lengua, lo suficiente para sentir que la clase en algún momento se había varado en un limbo de presentaciones que parecían ser útiles únicamente para los profesores.

- Querida, parece que olvidas que la que se casa a las voladas y en apenas unos días, eres tú y no yo —seseó sin girarse a verla siquiera—, cuida que el bastardo de la familia venga de tu vientre y no del mío. Dudo que sea esa la manera en la que nuestro padre quiere ampliar la familia. En mí caso particular, un hijo Slytherin jamás podría ser bastardo; pero no recuerdo de qué familia es Dova, quizá no importe.

A pesar del cariño mutuo que se profesaban, no se podían medir entre ellas para molestarse por lo que esperaba una respuesta fuerte por parte de la Crouchs, siendo hija de quién era, el veneno corría por su piel, tanto o más que en el de ella. Adam por su parte, estaba muy callado, pero suponía que se percataba de cada una de las palabras proferidas; mientras Izumy causaba una mala pero interesante primera impresión en la pelinegra.

- Es una pena que no puedas estar en el enlace, de todas formas veré que asignación te doy, después de todo…—comentó encogiéndose de hombros—….serás mi sobrina política y es posible que me obsesione con hacer de ti una digna integrante de la familia. Detesto que los miembros más jóvenes se den libertades impropias de los apellidos.

Sabiendo que su hermana aún maceraba su, muy posible, fría respuesta se inclinó ligeramente para darle un beso en la mejilla al frío vampiro que sostenía su mano, y aprovechó a susurrarle.

- Amor, no peques de soberbio mostrando más de lo que debes, o dándole importancia a personas que ni siquiera sabes si lo merecen —selló el ligero sonido son un nuevo beso y fijo la vista en sus zapatos de tacón.

Resultaba difícil mantener la atención a las presentaciones después de la propia, en especial cuando su mente trataba de dividirse en mil situaciones tan distintas entre ellas. Estaba el hecho de sentirse incómoda y perturbada porque algo en su interior le decía que conocía de algún lado a la profesora con visibles tendencias honorables "fenixianas", y no quería creer que en su pasado se hubiera visto metida en los caminos iluminados; luego estaba por supuesto el vestir extraño de su hermana, quién claramente necesitaba conocer aquellos lugares llamados "zapaterías". Se veía hermosa, pero aquello era demasiado.

Punto aparte era el chico de ojos verdes que cálidamente había tomado su mano entre sus fríos dedos, logrando que en sus casi traslúcidos labios, naciera una sonrisa.

- Si, él es Adam —masculle a su hermana casi taladrándole con los ojos, ella es capaz de hacerle alguna mala pasada en venganza de lo que ella había dejado colgado en la mansión con papá—. Espera que haya un receso y podrás atormentarlo con preguntas incómod...

Pero se vio interrumpida cuando sus oídos oyeron que una joven se dirigía y sentaba al lado de Adam, el lado contrario de ella. Saludó a su hermana de una manera que francamente no le habría creído nada.

El aula comenzaba a hacerse pequeño para tantas situaciones, pronto seguramente le faltaría el aire. Acaricio la mano con la que el Slytherin tomaba la suya y reclinó el cuerpo hacia adelante, parece detenerse a presentar a la pelirroja.

- Cariño —susurró desplegándose en una sonrisa hacia la Slytherin—, no me habías contado sobre esta preciosidad. Soy Litah Black Lestrange, tienes que aceptar ser la niña de las flores en nuestra boda —rogó con una vocecilla que rayaba en lo estridente—, oh cariño, debes insistir conmigo en que sea ella.

Regresó sus ojos de la Slytherin a su novio, regalandole una mirada llena de malicia, seguramente él sabría los motivos que la habían hecho hablar de aquella manera, esperaba que compartiera su extraño sentido del humor, y de propiedad.

La clase parecía durar una eternidad, pero era posible que una pelea felina animara el ambiente y sacara el verdadero cuero de los asistentes.

La preparación en la Academia de Magia y Hechicería no estaba completa si no se aprobaba satisfactoriamente el curso de Duelo Avanzando, cosa que hacía resoplar a Litah Black Lestrange mientras se terminaba de ajustar las medias negras en los ligueros. Su elfo guardián, Asturión, la miraba entre divertido y asombrado mientras ella ajustaba la varita en el liguero derecho apoyando la pierna sobre una de las sillas.

Para cuando enderezó el cuerpo, tuvo que dirigir una mirada asesina a la criatura porque simplemente odiaba que se burlara de ella. Intentó ordenar sus rizos en una coleta lateral, entretanto verificaba el atuendo, una minifalda de cuero negro cubría a duras penas el liguero de la varita haciendo que pareciera una palo cualquiera deslizándose por su muslo derecho. Se había colocado un top negro atado al cuello que se veía coronado en el escote por el broche familiar repleto de diminutas esmeraldas.

Resopló una última vez desvaneciéndose de la mirada del elfo.

Segundos después el escenario había cambiado, se encontraba en un recinto al que sólo había ido una vez junto a su padre. El techo era alto, decorado en sus paredes por paneles de espejos que multiplicaban su reflejo por miles. El piso, de mármol blanco sugería que de sus entrañas nacían aquellas banquetas de madera blanca, que eran cuatro en total, una a cada esquina del salón.

Uno de los paneles de espejos fungía las veces de puerta, sin embargo, ahora que se hallaba todo cerrado era imposible distinguirlo. En el centro habían dos podios que apenas se alzaban unos treinta centímetros del suelo, uno de ellos se encontraba apenas a medio metro de la pelinegra así que optó por ese.

Al subirlo, se percató de que su oponente acababa de aparecerse y sin alzar el rostro se concentró en verificar la perfección de sus zapatos de tacón. De un verde oscuro, aquellas terminación en delicada piel de dragón bebé acentuaban el negro de sus pantimedias, además de producir un tintineo hueco cada vez que esos quince centímetros golpeaban el suelo.

- Buenas tardes —susurró deslizando su mano por la pierna derecha hasta empuñar entre sus níveos dedos la varita — Absorvere —seseó apuntando la mano de su contrincante que sostenía la varita rompiéndole los huesos pequeños de la muñeca.

No había ni tiempo, ni ánimo de ser condescendiente con su oponente, debía pasar esa clase de una maldita vez por todos. Fue entonces que alzó sus negros ojos hacia el podio que se hallaba a siete metros de suyo y le sonrió, era un hombre.

Sureflejo devolvía una imagen que seguía sin compartir del todo, aquel armario estaba plagado de cosas y prendas que no eran piezas favoritas, habría preferido estar con un ligero buzo de algodón gris en lugar de aquel vestido negro con ese afilado escote que luchaba contra el pudor renovado de la Black Lestrange. Sus rizos caían a los lados de su rostro formando un desgarbado y oscuro marco a tan marcada palidez, sus labios eran tan traslúcidos como su piel por lo que debía resaltarlos ligeramente para no parecer una mujer recién salida de la morgue.

Lo único que lograba hacerla sonreír era la perfecta combinación que hacía el ajuar escogido con aquellos interminables zapatos de tacón alto en cuero crudo negro. Eran de estilo peptoe combinando con el lacito lateral en el que reposaba —sobre el derecho— el broche de esmeraldas dónde se podía ver su nombre.

- Señorita, se le terminará haciendo tarde —comentó Asturión, su elfo, mientras terminaba de acomodar la cama de la primogénita de los Black Lestrange.

-

Se encogió de hombros como si no le diera mayor importancia y se desvaneció de la mirada del elfo doméstico pensando únicamente en los jardines de la Academia de Magia y Hechicería y rezando por no evanescerse, sin bien era cierto que podía aparecerse a su antojo, también lo era el hecho de no haberlo practicado en casi tres años. Había que aprovechar la magia, no quedarse atrapado en ella.

Se notaba un revuelo de murmullos con cada paso que daba acercándose al edificio de las clases, percibió maldiciones y amenazas, terror y sospecha, calumnias y pánico. Seguramente era un muerto más.

Caminó intentando enfocar más su audición en la melodía hueca de sus tacones al golpear el camino de piedra que las suposiciones de aquellos estudiantes de menores grados. Resultaba menos estresante aquello que tentarse el pensamiento con preocupaciones sobre el bienestar o malestar de sus familiares.

Al ingresar al aula, ahí se encontraba ya Aaron, un viejo compañero de clases y dos profesores. A ninguno de ellos pudo reconocerle, aunque para ser verídicos, la profesora si le parecía familiar de algún lado. Detrás de ella continuaron entrando los alumnos que compartirían el diminuto salón durante los siguientes días y no fue sino hasta que su mirada se topó con el caminar típico de Adam Slytherin y su hermana Rachel Brice que cambió el semblante serio por una sincera sonrisa intentando señalarles posiciones cercanas a la suya para atender la clase.

Las palabras del profesor Croft le hicieron recordar a las de su padre, por lo que no tardó en sospechar sus orientaciones reales en el mundo “real” como él mismo decía; sin embargo eso dejaba a las especulaciones de Litah en muy mal territorio. “¿Por qué se me hace más familiar la fenixiana que el mortífago?”, pensó un tanto perturbada.

También cabía la posibilidad de haberse confundido, dado que por conocimientos generales, sabía de fenixianos con aires de grandeza, y ese precisamente, podía ser el caso de sus profesores.

Al llegar el turno de Sally sin embargo, esa idea de desvaneció.

Hubiera dado dos galeones por minuto a quién pudiera, de favor, devolverle la memoria; no quería tener relación alguna con familias marcadas por traiciones a la sangre. Sus palabras cargadas de miel hacia los menos desfavorecidos y la historia familiar de los Dumbledore la delataban.

Necesitaba con urgencia sacarle algún otro recuerdo a Asturión, este problema de memoria realmente comenzaba a fastidiarla.

La presentación de Aaron no se hizo esperar, y tras recordarnos a todos que provenía de los Black, la vieja y noble casa Black, también ligeramente manchada en sus primeros miembros, se sintió con el ímpetu necesario para intervenir de una vez por todas.

- Mi nombre es cAsCABeLiTaH Black Lestrange —pronunció en voz alta luego de aclararse a garganta—, pero todos me llaman Litah. Soy hija de Jocker Black Lestrange, y recientemente obtuve una adopción por parte del patriarca de los Marshbone, Neos. No he solicitado empleo en el Ministerio aún y aunque soy una estudiante como cualquiera de los aquí presentes, es mi segunda vez en la Academia así que espero pasar esta clase sin contratiempos.

Hola! Bueno me presento, soy Kalú (KatiaxD) tengo 25 años y soy peruana. Es la segunda vez que llevo la clase pero la primera fue ya hace casi tres años (?), bah, no estoy segura xD …esa vez me divertí haciéndola de ramera de taberna xD … *O* ….lo siento, U_U …y nada, me gusta escribir, mucho, leer, demasiado, escuchar música, bailar, hacer teatro, generar guiones, cantar.

Estudio Psicologia y bueno, quizá mas adelante….nos conozcamos màs.

En el foro soy cAsCaBeLiTaH “Litah” Black Lestrange, primogénita e única hija sanguínea de Jocker Black Lestrange, e hija adoptiva de Neos Marshbone Loriyen. En esta segunda familia es hermana de Vane y de Rachel, con quienes ha encajado muy bien a pesar de sus diferencias. Tiene 6 hijos (un poco coneja xD), cinco de ellos sanguíneos, ha pertenecido a la Marca Tenebrosa, luego a la Orden y luego regreso a la Orden, actualmente es aspirante mortífaga, y ha perdido la memoria. Lleva una relación con Adam Slytherin, se aman, pero pelean por su orgullos xD …

En fin, NB ññ espero mucho de esta clase (?) xD …tinterillo *-*

Dejo ficha

Nombre del personaje: Danielle Dawson

 

Edad: 19 años

 

Descripción física: De tez blanca, empalidece más con el marco rojizo de sus cabellos enredados, siempre los llevan sueltos y no se lo ha cortado desde los quince años por lo que le llega hasta el final de la espalda. Según la iluminación sus ojos de un claro pardo parecen tener destellos verdes, sus facciones son más bien delicadas, haciendo que luzca a veces como muñeca de porcelana, rasgo acentuado por sus labios carnosos en suave tono rosáceo. A pesar de siempre quejarse de su altura, pasa el metro con sesenta y no usa tacones ni plataformas, vistiéndose casi siempre de negro con algunos toques en rojo, da la impresión de tener sólo tres prendas en el armario, sin embargo aquella minifalda de cuero trenzada a los costados, su corsé rojo de tiras negras y aquellos botines negros eran parte de un vicio que tenía. Adquirió 24 piezas idénticas y no volvió a usar otra cosa.

 

Descripción psicológica: Desde niña investigó acerca de las conexiones entre hermanos gemelos, por lo que comenzó a instruirse en la llamada “Antigua Religión”, estudió acerca de los poderes y mensajes de la Madre Naturaleza y se convirtió en el interior en un fuerte activista de la paz en el mundo. Sin embargo, pocos la entienden habiendo tenido que reducir sus amistades a su hermana Gabrielle y a su novio, sus padres, a pesar de quererla siempre le demuestran que su hija favorita es su gemela, incrementando ante ellos su actitud de rebeldía. No se calla lo que piense aunque a veces al traducirlo en palabras hierre suceptibilidades, sarcástica, extremadamente inteligente, devora libros como si su vida dependiese de ellos y se pierde en mundos de fantasía creados por escritores porque cree que esos mundos son más honestos que el nuestro.

 

Historia de personaje: Nacida en Irlanda, desde muy pequeña desarrolló un estrecho lazo con la persona que había compartido el vientre materno, a pesar de las visibles diferencias de personalidades ella y Gabrielle se complementan a la perfección. Su niñez y adolescencia fue de descubrimiento y exploración, desechó muchas amistades y oportunidades sociales por sus extrañas costumbres de encerrarse en bibliotecas o investigar cosas relacionadas con las religiones paganas.

 

Durante la preparatoria daba la impresión de ser una alumna relajada, a diferencia de Gabrielle que hacía todos sus deberes a la hora indicada, ella se limitaba a presentarse a los exámenes puesto que la mayoría de cosas el syllabus ya lo había leído con anterioridad en la biblioteca. Sus padres constantemente le instaban a moderar su comportamiento lo que creó una brecha de caracteres entre ellos, a pesar de todas las discusiones los quiere sin dejar de lado su independencia.

 

Conoció a Rogan apenas con quince años él ya era amigo de su gemela —mucho más sociable que ella—, y cuando a los dos meses, este le comunicó su inminente mudanza a Australia, ella le comunicó a sus padres que postularía a una beca de artes en Sydney. No hubo forma de impedirlo así que vivió bajo el techo de los Grayson durante casi tres años, en habitaciones separadas por supuesto, pero desarrollando cada vez más su relación con las hermanas de Rogan y con él mismo.

 

Tras ese tiempo de intentar estar separadas, finalmente Gabrielle decide mudarse a Australia con ellos, por lo que el trío dinámico vuelve a las andadas.

 

Estudia Historia del Arte en la universidad pero dedica mucho de su tiempo a organizar pequeños grupos de instructores en el tema de la concientización para combatir los efectos del calentamiento global. A pesar de su inminente distanciamiento con la raza humana, se ve increíblemente influenciada por Rogan y Gabrielle, incluso contra sus pensamientos.

Pd. Lo siento no sé poner spoilers T_T xD

Hola a todos! Paso a decir que odio Duelo, soy en serio muy mala en ellos y es la segunda vez que los curso, la primera vez los pasé porque justo fue cuando cambiaron la Academia de Neutrales a lo que ahora es la Academia de Magia y Hechicería y nos pasaron a todos xD ...en los bandos siempre esquivé las tutorías de duelos y sigo creyendo que la mejor defensa es picarle el ojo a tu oponente con la varita y salir huyendo

Pero aquí heme, heme aquí.

En muggle soy: Kalú, tengo 25 años y en realidad soy medio multifacética mi vocación es la Literatura y la Psicología, tengo dos novelas registradas a mi nombre y en espera de que me gane la lotería para ser publicadas (?) y estoy ya en el tercer año de Psicología, carrera que apenas podré retomar el próximo año por complicaciones

Además coordino un grupo de ayuda para un centro de menores con problemas mentales, y colaboro en la parroquia como catequista de confirmación, integrante de coro y coordinadora del grupo de teatro y baile.

En el foro soy: cAsCaBeLiTaH Black Lestrange, le dicen Litah. Recientemente perdió la memoria pero Asturión (su elfo) la guardó en frasquitos que le da de vez en cuando para ayudarla, sin embargo su papá (Jocker Black Lestrange) ha preferido reservarse algunos detalles. Antes del accidente, Litah había pertenecido al bando mortífago y desertado del mismo por perseguir el bando fenixiano. Ahora se encuentra recursando la Academia (por mero fanática que soy xD) y siendo aspirante al bando mortífago. Su personalidad es la de cualquier hija de sangre mágica pura, además es la primogéenita y única hija viva de Jocker, por lo que es consentida, mimada, carpichosa y orgullosa,no le gusta esperar, ni que la contradigan. Suele ser muy callada, no reservada y cuando está enojada logra mantener su silencio incluso por semanas.

Actualmente lleva una relación con el señorito de arriba, aunque nació básicamente porque ninguno daba su brazo a torcer, son tercos y comparten ideales y metas tenebrosas, así que todo encajo a la perfección.

PD.- Además del amor que siente por sus hijos, y Adam, esta chica ADORA los zapatos de tacón alto, así ADORA

Y que más, pues nada ...espero pasar sin muchos contratiempos y esas cosas, porque duelo buuuu! >.<

Y como para no complicar mucho la historia …¿eres tú la que será melliza de Elizabeth? xD Porque si no, …tengo que ordenar la historia xD pero CLARO que si te adopto.

Ashleeeeeey! *le caigo encima*.por fin u.ú …por cierto, no puedes hacerle cosas malas a tus hermanas, el papel de la bruja maruja ya lo cogió Mía xDDDD …y tampoco la consentida, que son 4 niñas xD …el consentido es Zeth u.ú xD …

Litah escuchó asombrada lo que su profesor le decía, sabía que no estaba haciendo tan mal las cosas pero fue realmente una sorpresa escuchar de viva voz su calificación. Nunca había recibido una calificación tan alta, era perfecta, supuso que con eso su padre le dejaría en paz por un buen tiempo, y se lo merecía.

Un libro escrito por un colombiano la esperaba en casa, y aquel pergamino con un reluciente “Extraordinario” reposaría en el escritorio de Jocker Black Lestrange.

La rizada dirigió sus tacones azules hacia el escritorio del serio profesor con una sonrisa y extendió su mano mostrándole un pequeño tacón azul esculpido en pequeños y finos zafiros, una réplica en miniatura de los que llevaba aquel día. Un pequeño número 3 se podía leer en la parte del talón.

- Un pequeño obsequio con mi número de carácter, profesor Marshbone –le dijo con unafranca sonrisa-, para que recuerde. Quizá un día nos volvamos a ver las caras.

Sabía que las filas mortífagas luchaban por tener a los mejores hechiceros de Ottery, por lo que estaba segura que volvería a ver a su profesor cuando por fin fuera aceptada en el bando tenebroso.

- Agradecería a Morgana si así fuera. Ha sido una clase inolvidable e importantísima.

Despejó la sonrisa de su rostro y salió de aquellas paredes de piedras llenas de historias de griegos, egipcios, cálculos y sus garabatos.

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Ahora si puedo un Off (?) xD Gracias por la clase Neos, ha sido genial tenerte por profesor y ya ves, hasta padre me conseguí xD ...interesante y la recomendaré apenas mis amigos terminen la Academia ... ¡Extraordinario!

Ella no estuvo segura de que sus cálculos fueran acertados en los garabatos que había hecho en la pizarra sin embargo parecía que las sumas infinitas más sus propias dotes de adivinación habían resultado en una tarea sin mayor problemas y de hecho con alta calificación. Al menos su padre no podría culparla de reprobar Aritmancia.

Suspiró aliviada cuando escuchó las indicaciones de su profesor para retomar su lugar en el pupitre, había que reconocer que tanta seriedad por parte del profesor emitía un aura que le atemorizaba, aunque muchas veces la admiración se podía esconder en las fauces del temor.

Tomó la pluma a vuelapluma entre sus dedos mientras prestaba atención en la situación planteada, Gringotts. Había oído cosas de ese lugar cuando llegó y tuvo que reabrir sus cuentas en el lugar lleno de duendes, maldiciones y laberintos.

- Si conozco bien a esos duendes definitivamente no permitirán que nadie supervise sus formas de administrar el dinero invertido –comentó casi como un atrevimiento de su parte, logrando que el rubor por la vergüenza poblara la parte superior de sus mejillas-, disculpe profesor, me pondré a anilizar la situación de inmediato.

En silencio, ordenó a su vuelapluma una vez más deslizarse en cuanto ella pensaba cada una de las equivalencias de esos nombres. “No confiaría en nadie que se apellidara Macgregor, suena demasiado muggle”, pensó mientras terminaba de sumar sus equivalencias en el pergamino de borrador.

1.Análisis de nombres:

 

Apuntes

 

- Nombre: Howard Madoff

- Número de Carácter: 6

- Análisis: Son cualidades válidas para este problema en particular la responsabilidad, eficiencia y la búsqueda de confort; sin embargo, hay que tomar en cuenta que su número de carácter también se ve relacionado con el inconformismo, la inestabilidad, su tendencia a la discusión y la ansiedad.

 

- Nombre: George Macgregor

- Número de Carácter: 9

- Análisis: De fuerte personalidad, las personas nacidas bajo la protección del número 9 también tienen tendencia a ser líderes y lograr el éxito en sus empresas o aventuras. Empero, hay que recordar su actitud agresiva.

 

2. Creo, fervientemente creo, que en serio los duendes de Gringotts no aceptarían a ninguno de los dos. Sin embargo y para beneficios de la clase, sería más adecuado aceptar las condiciones del Sr. Macgregor (aunque su nombre no me inspira confianza), puesto que su carácter es el más parecido a un verdadero inversionista mientras que la inestabilidad y ansiedad del Sr. Madoff podrían interferir en las decisiones que tomen dentro de los laberintos del banco.

 

3. He aprendido que las matématicas llevadas al plano mágico son mucho más útiles que en manos y cerebros muggles, que debemos proteger la Aritmancia de ser conocida por ellos, puesto que sería demasiado peligroso. Y por supuesto, he aprendido que deberíamos tener a un Aritmántico en el puesto de Primer Ministro Muggles, ellos no se darían cuenta y para nosotros representaría un gran avance. Dentro de lo importante que puede resultar la Aritmancia, debe rescatarse el no dar por no importante el nombre que se le asigna a un mago o a una bruja, todos venimos con un molde preparado al mundo y depende de nosotros que cualidades o debilidades potenciamos.

 

4. Lo que más me gustó fue el rol, seré honesta, siempre le tomo demasiada importancia al rol y si el profesor me dictará una marca para la tarea y el resto hubiese sido un rol mediocre no me habría puesto a contestar ni siquiera la primera. Un rol de calidad inspira a la gente a escribir uno medianamente cercano, y me alegra creer por mis notas que lo he logrado al menos dentro de lo que pude. Las tareas son interesantes y al verdad están muy abiertas para que cada quién le ponga un gramo de imaginación.

 

Creo que no podría decir que algo no me ha gustado, porque todo ha encajado perfectamente en los motivos por los que me decidí a esta asignatura. Aprovecho para agradecer la paciencia porque aunque las primeras dos tareas las entregué en un tiempo récord hasta para mí, no ha podido suceder lo mismo con las últimas, aunque sé que el profesor entiende mi particular posición, pido disculpas por la falta de puntualidad mostrada.

Analizó los resultados obtenido, escribió -mejor dicho la pluma a vuelapluma escribió-, y rasgó el pergamino las veces que quiso y por fin cuando se sintió satisfecha, se puso de pie, agradeciendo el gracioso resonar de sus tacones en la distancia que la separaba del escritorio del profesor Marshbone.

- Los últimos cálculos, profesor -le dijo con una sonrisa delicada en los casi traslúcidos labios.

Pequeños Aprendices

Nunca había puesto un pie en los terrenos del legendario castillo Triviani, junto con la residencia de los Malfoy, Black, Ryddleturn y Black Lestrange, pertenecían a las familias más antiguas del pueblo y en realidad corrían rumores que entre sus descendientes se escondían muchos militantes del bando tenebroso.

Un hormigueo peculiar corría la espalda de la pelinegra rizada, espalda que para aquella visita se encontrada desnuda porque gracias al fresco día, había escogido un ligero vestido atado al cuello, corto, apenas cubriendo lo necesario. El lazo que ataba el vestido a su cuello se veía adornado por el broche de esmeraldas pequeñas que deletreaba sus apellidos.

Caminó por los jardines amortiguando con sus pasos el resonar de sus tacones de pana gris que había escogido para la ocasión, necesitaba sentir la comodidad de su espigado calzado para mitigar los nervios de quién conoce por vez primera el palacio de la Zarzuela.

- ¿Habrá llegado ya el guardián? –sabía de antemano que aquella persona que le acompañara ya formaba parte de las filas tenebrosas, pero tenía curiosidad por saber si lo conocía.

La caminata se le antojaba larga y es que los frondosos arbustos le atraían los oscuros ojos cada dos segundos impidiéndole concentrarse en nada más.